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Post by Cosmo on Aug 28, 2017 16:17:38 GMT
Sus intenciones eran claras. Deseaba ir a la Ciudadela con toda su alma, ver las flores, los colores, los fuegos artificiales y comer cosas deliciosas. Sin embargo, su rumbo había sido desviado pues al acercarse al camino que lo llevaría a aquel maravilloso lugar, pudo percibir el olor de la sangre. Instintivamente, eso le dijo que había peligro y rápidamente dió la vuelta para correr hacia la dirección contraria. No lo pensó demasiado, tenía muchísimo miedo de encontrarse con algo que le fuese a hacer daño. Sin mirar atrás, entró al Bosque de las Hadas y se perdió en el. Después de haber corrido lo suficientemente lejos como para ya no percibir aquel aroma, se vió rodeado de muchos árboles y plantas hermosas. Dejó salir un pequeño suspiro, también cayendo en cuenta que… después de todo aún seguía solo. Con la cabeza baja se sentó en su soledad y comenzó a naricear. - Nunca encontraré a nadie… - Dijo para si mismo sintiendo como sus ojos se volvían acuosos y las lágrimas comenzaban a formarse. Un punto blanco en medio de un vasto verde azul.
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Post by Deleted on Aug 28, 2017 16:33:25 GMT
La oscuridad se asomaba por entre las plantas, sonidos suaves pese a la soledad que habia, se notaba un silencio agradable. La nekomata se había perdido en el camino, buscaba su hogar, regresar y dormir un poco, aún no estaba acostumbrada a rondar sola o sin ayuda. Caminó sin prisa por entre aquellas plantas,la luz era poca y hacia algo de frío, arregló su bufanda sin prisa alguna, ocultando su nariz en ella para evitar enfriarse. Andaba con calma, con su Erhu amarrado a su espalda, hasta que un pequeño sonido llegó a sus oídos, ser una nekomata tenía quizá sus "ventajas" - "¿Suspiros? Quizá llanto..."- Murmuró en voz baja mientras se acercaba por instinto al lugar de donde parecía provenir aquel sonido. Su mirada se fijó en una criatura color blanco, pequeña...quizá de su tamaño. Aquel color resaltaba tanto en el basto lugar, no era común.
"Oh vaya..." pensó mientras se apegaba a uno de los árboles para evitar caer, notando como ciertamente estaba a punto de llorar - ¿Estás bien?...- Preguntó curiosa y gentil mientras se acercaba con lentitud al pequeño ser que sollozaba.
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Marie
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Post by Marie on Aug 28, 2017 16:48:22 GMT
La ninfa estaba en el bosque dando su típica visita, amaba estar rodeada de la naturaleza misma. Mientras caminaba su cabellera iba dejando caer varias rosas en el pastoso suelo como una pista para saber cómo regresar, escucho a la distancia sollozos y voces y decidió ir de donde estos provenían, a lo lejos vio a dos seres...quienes eran? Con curiosidad misma se acercó lentamente.
—Ahm...hola? Sucede algo?— Hablo con tono dulce y los miraba con preocupación tanto al pequeño arcano en el suelo como a la joven en el arbol mientras se acerca aún más a ellos hasta estar a una distancia respetable
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Post by Cosmo on Aug 28, 2017 17:36:36 GMT
Se puso de pié tan pronto como había escuchado las voces e aquellas chicas que se acercaban prudentemente, Estaba asustado. Nunca había visto seres semejantes… Pero no parecían malas ni peligrosas. Al contrario, le preguntaban si estaba bien, qué sucedía. Tragó saliva y con mucha cautela, el unicornio se acercó a ellas, embelesado por la inocencia que destilaban aquellas criaturas.
-E-Estoy bien. Es solo que… - No quiso preocuparlas con decirles que había olido sangre hace unos momentos así que decidió mejor callarlo. - Estoy perdido y solo… - Bajó la cabeza. No mentía, eso también era cierto. - Pero… Ya no estoy solo… ¿cierto? ¿Quiénes son ustedes? - Preguntó con más ánimos y un destello de curiosidad. - Yo me llamo Cosmo. - Añadió, sonriendo ampliamente.
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Post by Deleted on Aug 28, 2017 20:22:52 GMT
Una voz extra, una mujer. La nekomata volteó a verle en cuanto pudo escuchar la pregunta de la fémina, aquel tono gentil y dulce le hacía entender que no había peligro, eso le aliviaba bastante. Guardó silencio ante aquella pregunta, únicamente le dedicó una sonrisa a la dama que se acercaba a ellos, en señal de que ella estaba bien, pero no sabía el contrario. Sin esperar mucho regresó su vista al unicornio, quien parecía estar más tranquilo ante la presencia de las arcanas.
La voz de la criatura se hizo escuchar, era delicada y sonaba algo entrecortada, no pudo evitar sentir compasión por aquél al notar ello. Atendió sus palabras algo titubeantes y en cuanto el ajeno mencionó estar perdido no pudo evitar sorprenderse un poco. Esperó a que terminase de hablar, pero una pregunta llegó a sus oídos. Un tono más alegre se podía notar proveniendo del otro y justo después de ello, una sonrisa que, al instante, Haize correspondió de igual modo más alegre y aliviada al verle en mejor estado.
- ¡Ya no estas sólo! -Dijo animosa mientras movía con algo de emoción sus manos, sonriendole a ambos presentes gentilmente. - ¡Mucho gusto Cosmo! Mi nombre es Eri. - Contestó con una sonrisa risueña, sujetando con cierta firmeza el pequeño lazo que permitía que su instrumento no cayera al suelo.
Al instante reaccionó que había alguien más; lo había olvidado por un segundo. Guardó silencio para escuchar el nombre de la otra dama que estaba presente, no quería ser grosera después de que aquella mostraba preocupación. Mientras esperaba, la nekomata jugueteaba un poco con sus dedos, observando con cierta curiosidad a los contrarios y prestando cierta atención al sonido de la naturaleza.
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Marie
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Post by Marie on Aug 28, 2017 23:17:12 GMT
Soltó un gran y pesado suspiro de alivio al saber que no pasaba nada malo, inmediatamente después de eso soltó una gran y simpática sonrisa. El pequeño único todo se veía tan vulnerable no podía evitar mirarle con cierta ternura mientras este hablaba, cuando este término la jovencita cerca de ellos de manera bastante animada le respondía al unicornio.
—¡Eri tiene toda la razón! Ya no estás solo, estamos contigo y te ayudaremos en lo que sea! Siéntete seguro de confiar en nosotras— Exclamó con su dulce voz— ¡Mi nombre es Marie, y es todo un placer conocerlos!— añadió mientras acomodaba algunas de sus rosas que intentaban caerse pero sin dejar de mirarles— Cosmo, dices que estás perdido...¿a donde querías ir exactamente?— Pregunto llena de curiodad acercándose a este llevando sus manos detrás agarrando la muñeca de su brazo derecho con la mano izquierda manteniendo la misma postura ya en frente de este-.
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Post by Cosmo on Aug 28, 2017 23:22:54 GMT
Movió la cola de un lado a otro con emoción al escuchar a las chicas decirle que ya no se encontraba solo. Era un verdadero alivio. No había conocido a nadie hasta ahora y estaba muy contento de que las primeras personas que veía eran un par de chicas muy bonitas y amables. - Eri, Marie, mucho gusto también!… Eh.. bueno. Tenía intenciones de ir a la Ciudadela para ver el festival pero.. Creo que eso ya no será posible. - Tragó saliva recordando aquel olor a sangre. - La verdad es… que no tengo a donde ir. Acabo de… llegar a Mirovia. - Había caído del cielo después de todo… - ¡Y tengo mucha hambre! -
Un unicornio tan pequeño y solo no podía andar por Mirovia así como así. Cualquiera se preguntaría por su madre. ¿Cómo es que andaba asi como asi? …
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Post by Deleted on Aug 29, 2017 0:32:47 GMT
Finalmente escuchó el nombre de la chica de cabellos claros, era bastante bonito, le quedaba perfecto. Esperó a que fuese oportuno hablar, pues la contraria hizo una pregunta bastante importante que hasta el momento Eri comenzó a reflexionar.
Prestó atención a la explicación del pequeño unicornio, y en cuanto escuchó acerca del Festival y la Ciudadela una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar momentos gratos que habia vivido. Pero antes de poder siquiera comentar algo, el unicornio mencionó que tenía hambre, a lo que Haize no pudo evitar soltar una pequeña risilla gentil.
- Oh el Festival... - Comenzó a hablar mientras agachaba ligeramente su cabeza y buscaba con ambas manos algo en su bolsillo, mientras rebuscaba continuaba hablando con total naturalidad. - ...desconozco si aún continúa en pie el evento, pues sólo asistí dos o tres días... ¡Pero podríamos ir a echar un vistazo si tu quieres Cosmo! - Dijo ligeramente emocionada y justo después de ello, finalmente sacó una pequeña bolsa de papel con unas cuántas galletas dentro de ella; pequeños polvorones caseros que le había comprado a una señora en el camino. Ella tenía planeado comerlos en casa con un poco de leche. Pero no tenía problemas con compartirlos, por el contrario, estaba feliz de tener con quien compartirlos.
- ¡Oh! Yo conozco muy poco los alrededores, pues no hace mucho llegué a Mirovia... Pero podríamos ir a conocer todos juntos, ¡seguro sería agradable!...- Explicó tranquila mientras le ofrecía una galleta a la arcana y justo después de ello al unicornio. "¿Podrá sujetarlo o debería dárselo directamente?..." Se preguntó en sus adentros, curiosa al observar la situación, y sin pensarlo demás, sujetó el polvoron con cuidado y se lo ofreció al arcano color blanco. Mientras esperaba a ver si el otro aceptaba su galleta, se percató de las palabras que había mencionado hace poco. - ¿No tienes a donde ir Cosmo?...- Preguntó en voz baja mientras le miraba con cierta intriga y curiosidad.
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Post by Marie on Aug 29, 2017 3:28:24 GMT
Escucho atentamente junto con Zeri la respuesta del unicornio, le daba pena que el pequeño no tenía ni a dónde ir, así estaba ella cuando llego a Mirovia...desorientada. " probrecillo..." pensó la arcana llena de tristeza pero las palabras que este soltó después le hizo reír sin querer, llevando su mano a la boca riendo levemente mientras se cubría, era una lástima que no llevaba algo de comida con consigo. Volteo a ver a Zeri inmediatamente esta hablara— Creo que aún sigue vigente...— Dijo aún dudando, había asistido pero no sabía cuánto duraría tal evento— Tal y como dice Zeri, podríamos ir ver y confirmar si aún se está celebrando— Sonrió.
— Oh! Yo paseo mucho por los alrededores, he visitado muchos lugares en Mirovia, podría guiarlos sin problema alguno! — Dijo la ninfa entusiasmada mientras recibía la galleta por parte de Zeri y le brindaba una simpática sonrisa en forma de "gracias" y luego miraba al pequeño mientras a este le ofrecían la galleta, al escuchar las palabras repetidas del unicornio por Zeri su expresión se volvió algo afligida—Eso es algo muy serio...— Dijo mientras le daba una mordida a la galleta— Es duro llegar a un lugar nuevo y no tener ni en donde dormir con seguridad...— Comentó con leve tono inundado de tristeza— Cosmo, eres bienvenido a mi hogar si no puedes encontrar en donde quedarte— Añadió la ninfa cambiando un poco esa expresión a una más amable y dulce, no quería ver al pequeño en tal situación, quería intentar ayudarle en todo lo que podía hasta que este encuentre su propio hogar.
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Post by Monstruos de Mirovia on Aug 29, 2017 6:08:07 GMT
El pequeño unicornio se había acercado gustoso a comer el polvorón que la chica le había ofrecido. Sonreía en un gesto de agradecimiento y notoria felicidad. A si mismo, asentía alegre a la otra chica que muy amablemente hablaba de guiarlos por toda Mirovia. Se notaba que sabía mucho y eso era increíble. Quiso agradecer el ofrecimiento de la estancia en su hogar, pero de pronto, una extraño crujir de entre la tierra lo tomó por sorpresa.
Era como si algo... o alguien, golpeara el suelo desde adentro, intentando salir. Cosmo dió un paso hacia adelante para ver de que se trataba, pero justo en el momento que había bajado su cabeza, una enorme mano negra salió disparada de entre la tierra, trayendo consigo a un ser espectral y horroroso. Un monstruo que parecía estar hecho de cenizas y que, al tacto con el suelo, quemaba las pocas hojas muertas que yacían a su alrededor. Cosmo, muy asustado, corrió detrás de las chicas. Pudo sentir la desesperación y la maldad proveniente de ese ser, que, cada vez se iba despojando más y más de su confinamiento en la tierra. Utilizó sus brazos para salir y de ahí y comenzar a arrastrarse hacia las chicas, chillando y haciendo ruidos de pesadilla.
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Post by Deleted on Aug 29, 2017 13:21:26 GMT
Observó atenta como el pequeño comía el polvoron que le ofrecía, dejando ver una sonrisa gustosa ante aquello; estaba feliz de poder ayudarle aunque fuese un poco. De igual modo, escuchaba con atención a la contraria pese a no estarle observando directamente, hasta que pudo escuchar que le llamaba "Zeri", reaccionó ante ello con cierta alegría y curiosidad; pues, ¿Cómo supo que le decían de tal modo?. Sin embargo, esos pensamientos se vieron interrumpidos por un estruendoso sonido, algo emergia del suelo. No era momento de pensar en trivialidades. Haize se tensó ante aquel sonido, no tuvo siquiera tiempo para reaccionar adecuadamente, se congeló por un segundo, hasta que vio como Cosmo se acercaba a ver. Guardó silencio, y de pronto, una mano enorme resurgió de las profundidades. La oscuridad se apoderó del momento, las hermosas flores morían con sólo el tacto de dichoso monstruo. La nekomata tuvo miedo, abrió ligeramente su boca pero su voz no salía debido a la sorpresa, no fue hasta que notó como el unicornio se escondía detrás de ellas, tuvo que reaccionar para no asustarlo más, tenía que hacer algo... ¿Pero qué?
Extendió su brazo, alejando a la fémina y al unicornio al dejarlos detrás de ella, y al instante sin pensárselo demasiado se dio la vuelta y los sujetó suavemente a ambos para comenzar a empujarlos un poco. - ¡C-corran! - Gritó con una voz entrecortada, tenía miedo pero quería no demostrarlo tanto, no queria alterarlos más de lo necesario, pero era lo único que podía hacer considerando sus habiliades nulas para el combate. " ¡¿Qué es eso?!" Pensaba alterada en sus adentros, resistiendo aquellos chillidos y ruidos ensordecedores que lastimaban su pobre oido, era horrible, parecían agujas clavandose en su pobre tímpano.
Los tres arcanos corrieron a prisa, intentando huir de aquella enorme mano que fácilmente podría aplastarlos, hasta que por accidente, la nekomata tropezó con una de las plantas que habia en el suelo. Cayó y únicamente pudo observar a los otros dos correr delante de ella, instintivamente agarró la bolsa de los polvorones y en un intento inútil se la arrojó al monstruo, buscando un poco de tiempo para poder levantarse y seguir con los otros hacia un lugar más seguro. "Rayos..." Pensó con cierto temor, observando lo que habia sucedido con aquel objeto que recién había arrojado.
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Post by Marie on Aug 30, 2017 0:24:37 GMT
Rio al ver al pequeño asentir pero un sonido ajeno a ellos captó su atención, miro el suelo el cual estaba siendo golpeado desde adentro, y de esto salió una mano negra a la arcana le recorrió un horrible escalofrío estaba en un schock momentáneo hasta que la joven grito para que corrieran lo cual hizo inmediatamente.
Aquel monstruo había salido y había empezado a perseguirles y como ignorar aquellos horribles chillidos que hacía, la arcana no quería mirar atrás, escucho un golpe seco, miro instintivamente atrás. La pequeña había caído, frenó por un momento, no podía dejarla atrás. miraba como esta le arrojaba algo al monstruo para luego seguirles el paso.
Mientras corrían nuevamente buscando desesperadamente un lugar en donde ocultarse y aún sin encontrar uno entre jadeos intento hablar— ¿¡Que hacemos ahora?! No...estaremos corriendo por siempre!— Dijo manteniendo el ritmo definidamente ese monstruo de seguro les está aún siguiendo el paso estando ellos aún en peligro.
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Post by Cosmo on Aug 30, 2017 17:53:36 GMT
Se sorprendió de sobremanera la ver como la tierra se rompía en mil pedazos a causa de una enorme mano que intentó sostenerle una pata. Por suerte, sus reflejos habían sido lo suficientemente rápidos como para apartarse y correr en dirección de las chicas. - ¡¿Qué es eso?! ¿Es amigo suyo? ¿Por qué chilla tan fuerte? - Preguntó antes de darse cuenta que el ser no parecía ser del todo amistoso y que estaba dirigiéndose hacia ellos.
Sin recibir muchas respuestas, los tres corrieron intentando alejarse de la criatura, pero de pronto Haize tropezó quedándose atrás. Marie se detuvo en seco para voltear y correr hacia ella en su auxilio, mientras Cosmo se había quedado pasmado, con las patas temblorosas del terror. Después de haberla ayudado, el pequeño unicornio sintió un chispazo de alivio y continuó corriendo junto a ellas.
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Post by Monstruos de Mirovia on Aug 30, 2017 17:57:49 GMT
Los polvorones que Haize había lanzado en dirección al monstruo se habían carbonizado al contacto con la criatura. Cualquier cosa que tocaba, parecía perecer consumida por un fuego invisible, una incandescencia proveniente del ser mismo.
Los tres incautos continuaron corriendo en una dirección incierta, buscando algún escondrijo en el que pudiesen resguardarse y burlar a la bestia, pero pronto, se encontraron con una columna de piedra gigante cubierta de enredaderas y hiedra. El ser se acercaba cada vez más, continuando con sus horrorosos chillidos ensordecedores. Ya estaba muy cerca, tan solo 5 metros a distancia, mientras comenzaba a estirar sus brazos con lo que posiblemente eran intenciones de atacarles.
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Post by Deleted on Aug 30, 2017 20:36:05 GMT
Tuvo miedo con sólo ver como aquellos polvorones se habían carbonizado con el mínimo contacto, si eso le ocurría a las galletas ¿Qué podría pasar con ellos?. Haize intentaba no pensar demasiado en ello mientras corría, aturdida por los sonidos, era horrible. Tener que tomar decisiones sin saber cual sería lo más correcto para todos, y peor aún, no poder hacer nada por mero desconocimiento.
La voz de la mujer le hizo entrar en razón, sus palabras eran muy ciertas; no podrían correr por siempre, mucho menos con aquel ser tan cerca de ellos. Pese a ello, todos corrían, sin saber siquiera que hacer, hasta que la pequeña nekomata pudo divisar una gigantesca columna con enredaderas y hiedras, la cual miró por unos segundos. Una idea un tanto descabellada llegó a ella.
- ¡Marie! - Le llamó la atención a la fémina mientras posaba con cierta dificultad su mano sobre el hombro de la mujer, aún corriendo- ¡Ve con Cosmo a esa columna gigante! Yo distraeré a esta cosa... Q-Quizá haya suerte! ¡Intenten ocultarse o escalarla mientras yo lo desvío para conseguir tiempo! - Le indicó amable a la otra, señalandole el lugar al que debían correr. Había que probar suerte, no era momento de tener miedo, aún tenían muchas cosas por hacer seguramente.
- ¡Vayan! - Fue lo último que les dijo, dándole a ambos un suave empujón para que fuesen al lugar indicado, dedicándoles una sonrisa un tanto nerviosa. Justo después de ello se detuvo y se giró hacia donde aquel monstruo, intentando captar su atención.
- ¡Hey! - Le gritó fuertemente al ente tan extraño, alzando sus brazos para que le viese a ella y no a los otros. "¿Haize qué estas haciendo?" Se preguntaba en sus adentros con un nudo en la garganta, ¿Funcionaría acaso? No sabía, pero debía probarlo, mínimo para que los otros pudiesen esconderse adecuadamente o algo parecido, ya vería ella como ingenearselas para ocultarse, pues no tenía intenciones de rendirse ante la situación sin siquiera intentar algo antes.
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