perdido bajo las estrellas(aishling- Ivka Lawson)

Las noches eran largas, el reloj marcaba la hora exacta, el segundero era impreciso, las olas del mar retumbaban provocando un inconfundible sonido, aquellas olas se mecian, lento y suave junto con el viento trayendo consigo cosas curiosas.
Aquel día, en aquel momento, el joven se encontraba surcando los cielos ya casi nocturnos en su forma verdadera, sus enormes alas podían sentir la brisa cálida, tan distinta al viento frío al que se había acostumbrado pero que nunca le disgusta.Ya era algo tarde y por aquellas zonas era más seguro emprender vuelo, le gustaba admirar a Aqualia, pero nunca ha ido capaz de poder ir, su curiosidad actual era la búsqueda de hierbas para infusiones, pero debía recorrer distancias largas para poder obtenerlas, casi siempre sin darse cuenta tomaba las rutas más largas para poder disfrutar un poco más de esos momentos más preciados que le hacían sentirse libre y sin preocupaciones. Mientras que seguía con su vuelo, el sol comenzaba a ocultarse y el dragón se percató de una figura extraña saliendo del mar, le provocó curiosidad debido a la extraña forma, además de que le preocupaba que alguien pudiese verle, sin pensárselo demasiado descendió velozmente hasta aterrizar en una zona cercana pero algo oculta ante la vista de aquella figura extraña a la cual no se le podía apreciar un rostro desde lejos.
-¿Qué será eso?...- se preguntaba en su interior mientras cambiaba a su forma sellada y se acercaba lentamente hasta que pudo apreciar la figura de un joven saliendo del mar, quizá quejándose de la arena en sus pies por la forma en que este renegaba lento antes de mirar el cielo. Le observó unos cuantos segundos hasta que se percató del hecho de que estaba detrás de aquel joven extraño, y cerca del mar que tanto había deseado admirar de cerca.

-Bella noche, aunque la belleza del mar no puede compararse con el cielo estrellado de las islas gélidas...- Comentó en voz baja mientras pasaba por un lado del chico que miraba el cielo entretenido, sin dudarlo mucho, sólo se acercó a la orilla del mar, incandose lentamente para poder admirar más de cerca aquel color tan brillante en el agua y para tener la posibilidad de sentir la arena entre los dedos de sus manos.

- Yo soy de todas y ninguna parte,supongo... pero si te refieres a vivir en las islas gélidas, pues si, mi hogar es ahí. ¿A que se debe esa pregunta?... - Musitó suavemente mientras metía lentamente sus dedos al agua, no estaba helada como en casa, era calida, eso le confundía un poco, como podría ser de distinta temperatura a pesar de la hora y del lugar. Hundido en sus pensamientos se dio cuenta de que ya era algo tarde, para el era normal, pero ver a dicho joven en esas áreas a tales horas le causaban incertidumbre.
- Pero mejor, perdone si le molestó al insistir en preguntar cosas de su vida, pero, ¿Qué hace a estas horas saliendo del mar como si nada? ¿No es peligroso? O más bien ¿No sería cansado para usted regresar a su casa desde aquí?...- Preguntó algo curioso mientras se reincorporaba con lentitud y sacudia sus manos quitándose las pocas gotas de agua que tenía en estas, para después terminar secandolas con su vestimenta mientras observaba algo serio pero curioso al chico que antes tenía a sus espaldas.

- Eso quiere decir que lleva varios días entre las fuertes corrientes del mar, y al no saber nadar entre ellas fuiste arrastrado contra tu voluntad...e hizo que te perdieras... Eso suena terrible. -Susurró con la voz baja mientras miraba al cielo tranquilamente, intentaba pensar en lo lejos que estaban de casa; estaban bastante lejos si se trataba de ir a pie pero era el único modo de poder llegar, cerraba sus ojos con tranquilidad para despues soltar un suspiro algo pesado, intentando comprender la situación. - Aunque me parece algo curioso que a pesar de saber como se comportan las aguas cerca del templo, creo que debió suponer las consecuencias de acercarse al agua... Pero bueno, lo hecho ya hecho esta, mientras seria mejor indicarle el camino que debe retomar... -dijo mientras revolvia ligeramente sus propios cabellos con su mano diestra y comenzaba a asomarse en los alrededores para saber donde se encontraban, no tenía idea de donde era.
-Quizá sólo sea mala suerte, pero tengo malas noticias, no tengo idea de donde estamos... -dijo algo irónico al ver los alrededores, no conocía los terrenos cercanos a Aqualia, únicamente los había observado desde el cielo, pero el que pudiese transformarse a su forma verdadera era algo que querría mantener en secreto.
- Pero si lo vemos por el lado positivo, podíamos comenzar a caminar hasta llegar a Shangrí Lax y de ahi tomar la ruta larga a pie, ya que no sabria decir si es buena idea rodear todo, nunca había estado por estos rumbos tan de cerca...asi que fácilmente podría dejarlo más perdido de lo que ya está...
Lastima que no podemos acudir a nuestro soberano, seguro sabía que hacer en situaciones como esta, supongo. -

- Para ser sincero, sólo vine porque vi una extraña silueta desde lejos, me parecia algo que no se ve todos los días y aproveché para venir a ver un poco el mar también... Y ahora estas en esta situación con la persona menos indicada, que irónicabes la vida, ha ha. -

Al escuchar el ligero balbuceo del menor se quedó algo extrañado, es decir, su única preocupación era el abrigo; aún así decidió no preguntar mucho al respecto y dejarle ser, quizá tenía sus razones. - Bueno, puede estar seguro de que no le será robado su abrigo, sólo mantengalo cerca suyo. -dijo amablemente mientras esbozaba una ligera sonrisa al contrario, para después sorprenderse un poco ante lo que dijo a continuación.

-Puede que si hubiese sido usted, pero la verdad no sabria decirlo, utilicé el término "extraña silueta" puesto que mi vista no es muy buena y de vez en cuando cosas lejanas se ven muy borrosas para mi, cuando me acerqué, al único que vi cerca fue usted, me disculpo si le ofendieron mis palabras...-dijo algo serio mientras le miraba, podía notar que se sentía incómodo ante la situación, hasta que escucho su nombre...- joven aishling...- Ofreció sus más sinceras disculpas para después estirar sus brazos un poco, intentaba no sentirse tan incómodo, pero en unos cuantos segundos se percató de una palabra que le causaba confusión, no sabía de ello.

-¿"El bardo"? perdone por entrometerme tanto, pero ¿A que se refiere con eso?, Nunca había escuchado esa palabra antes...-Hizo otra pregunta nuevamente, comenzaba a sentirse mal consigomismo, no estaba acostumbrado a hablar tanto pero había cosas que era mejor preguntar antes de cometer alguna equivocación, así no habría problemas después por causa de malentendidos.

Si gusta, y desea responder también, seria mejor que comenzaramos a caminar para que no se haga tan tarde, mientras podría ir contándome cosas que usted deseé, no soy muy bueno hablando... -Sugirió al ver que el tiempo seguía pasando a pesar de que parecía detenerse por aquel cielo estrellado que se asomaba.

Así que canciones, su voz, debe ser muy agradable al oído, seguramente nuestro soberano también esta encantado con sus melodías, o eso supongo. -Dijo calidamente mientras seguía avanzndo, sin perder de vista por donde pisaba y hacia donde avanzaban, el camino para regresar a su hogar era demasiado largo y sería quizá algo cansado, pero no tenía ninguna actitud negativa, por el contrario, se sentía bien puesto que tenía tiempo que no caminaba tanto, se sentía raro usar las piernas durante más de 40 minutos.
Al escuchar el ofrecimiento del ajeno se sorprendió un poco, pero su expresión seguía igual, sólo le dedicó una ligera sonrisa al otro mientras volteaba a verle - Sería agradable escuchar su voz, puede cantar si así lo desea, mientras podemos seguir caminando, y admirar el cielo tan espléndido que nos acompaña este día... - En cuanto dijo eso, se quedó callado, esperando, tenía cierta curiosidad por el canto del otro, nunca había escuchado a alguien más cantar, mucho menos para el en forma de agradecimiento, podía apreciarse el silencio y los leves sonidos de las olas golpeando contra la arena ya algo lejos, todo era tan tranquilo, el aire era tan fresco, hace años que no se tomaba la molestia de caminar por gusto propio.

-Woah..
El mayor no había podido evitar balbucear un poco en voz baja al escuchar al chico, realmente tenía una hermosa voz, estaba sorprendido, nunca había escuchado a alguien cantar tan de cerca, fue una experiencia nueva para el.
-Tiene una hermosa voz, ciertamente. Creo que nuestro soberano debe estar muy complacido con tan espléndida voz en su corte, fue maravilloso.- Le dedicó aquellas palabras tan ciertas y amables puesto que eran verdad, podía notar que el joven de piel pálida amaba lo que hacia, ese sentimiento podía plasmarlo al utilizar su voz, realmente estaba muy sorprendido.
-Sabe, al principio crei que tocaría y cantaría algo más lento aunque fuese alegre, pero ciertamente fue una muy grata sorpresa ver que no fue así, que alguien con una apariencia tan tranquila como la suya toque algo tan alegre realmente impresiona, estoy muy feliz de haber podido escuchar su actuación, si gusta seguir cantando no dude en hacerlo, de todos modos, nuestro viaje será algo largo... -Fue lo último que dijo, para después de unos cuantos segundos Guardar silencio, quizá estaba esperando a que el menor cantase algo más o sólo wueria escuchar la brisa meciendo las hojas de los árboles ya muy cercanos, el mar era algo que ya no podía escuchar, estaba aliviado pero también estaba algo decaído ante ello, quizá algún día sea capaz de ir nuevamente a las orillas de Aqualia, mientras tanto, seguía conla misma expresión de siempre, tranquilo e impasible.

Mientras escuchaba atento aquella melodiosa voz caminaba cerca del menor, sin mirar atrás, su vista estaba concentrada al frente, pero poco a poco que avanzaban la vegetación se perdía y aparecía con nuevas plantas, ya estaban en los alrededores de Shangrí L. y aún así podía escuchar como si el mar le estuviese acompañado en aquella melodía del menor, tenía una habilidad majestuosa y eso era de admirar, no estaba muy seguro, pero podía escuchar como el menor daba ligeros saltos, como si de una danza se tratase, estaba intrigado, la timidez del menor se perdía tan pronto como comemzaba a tocar, era algo a envidiar.

-Realmente hermoso, me hace sentir que el mar sigue detrás de nosotros, todos esos sonidos mezclados a la perfección crean una armonía que se hace maravillosa junto con las hojas de los árboles meciendose junto con esta...- susurro bajo mientras le miraba de reojo sin detener su caminar, no quería interrumpir al menor, se veía tan feliz cantando y tocando lo que le apasionaba. ..