Snowball (priv. Kouhei-Natsu)

-N-no lo sé, los conejitos son delicaditos y me da cosita hacerles pupa- dijo el kitsune, en un tono preocupado y acercándpse a darle besitos al conejoto para que se sintiera mejor. -Me e-encanta cuidarlos- respondió a la pregunta de Natsu -S-si en la posada dejaran traer mascotas, tendría la habitación repleta de conejitos, y dormiríamos todos en una enorme cama; Rallis y yo, rodeados de conejitos suaves- hablaba a la vez que se imaginaba lo nuena que sería la vida si eso fuera posible.

-Los animalitos peludos y gorditos son los mejores- comentó Kou, a la vez que se inclinaba un poco para ver el dibujo, sorprendiéndose por ver la habilidad del contrario y por notar primero a la gran figura del oni antes que la del mapache. -Dibujas muy bien- dijo dulcemente, con una sonrisa -Y Borako es tu amigo? Parece llevarse bien con Tanuki-

Kouhei se sonrojó al oír la pregunta de Natsu, por un segundo le dio pena corregir lo que había dicho, pero se le hizo tarde para hablar, ya que el contrario habló para aclarar el mismo punto. -R-Rallis es mi pareja también- dijo, aprovechando que Natsu se había tapado la cara, del mismo modo que él había decidido hacer ahora.

Al rato, el kitsune hizo espacio entre sus dedos para ver. A quien estaba comenzando a considerar su amigo, le hablaba sobre dónde vivía y lo que le gustaba hacer, por lo que Kou también comentó sobre ello: -Y-yo vivo en el Bosque de las Hadas...y yo no he pintado nada en el templo de la primavera, pero también m-me dedico a pintar, esculpir y tallar madera. A-a diferencia de ti, m-mis obras son pequeñas, mi formato más grande es 1x1- explicó mientras su cara se coloraba a medida que hablaba.

-A-a mí me preocupa el gasto de materiales y el transporte de las piezas, pues trabajo yo solito y prefiero ahorrarme problemas luego. Nunca p-pensé eso de recolectar cosas para vender, porque yo vendo todo mi arte, para ganar mirvos para gastar en materiales y otras cosas, pero siempre tengo miedo de agotar algo que luego no pueda volver a conseguir...y me dan algo de miedo las alturas. C-creo que somos parecido, pero muy distintos al mismo tiempo- decía con una pequeña sonrisa, mientras varios conejitos se habían aprovechado de que estaba distraído, para colarse demtro de su kimono y robarle otros mochis que le quedaban.

-Ambas cosas son un poco molestas. L-la arcilla dura cansa las manos y tallar madera a mano es aún peor, pero el resultado hace que todo valga la pena- dijo a la vez que se coloraba un poco, sacando a los tiernos invasores de su kimono y darles todos los dulces que traía dentro.

-Yo ya me acostumbré- dijo a la vez que sonreía un poco avergonzado de no ser tan suelto como Natsu en su trabajo. -Claro que podemos. Me han dicho que los artistas progresan más al tener insiración de otros, aunque no sean del mismo campo del arte que uno maneja- expresó con una leve risita, pensando que tener un amigo kitsune amante del arte era algo especial.

Mientras Sobaba a los conejitos que comían dulces sobre él, el contrario le acercaba unos onigiris, invitándole a comer con él. Por un momento miró los dulces a medio comer por los conejitos, se sentía mal de no haber traído más para darle a Natsu un poco. -E-está bien que tome uno?- preguntó con su cara colorada, desviando un poco la mirada.

Era triste que Natsu no disfrutara de los dulces tanto como él, pero por lo menos no se se tía tan culpable al no tener ningún mochi para ofrecerle. -V-vale- dijo a la vez que tomaba uno con un poquito de pena, dándole un mordidita. -Sake?- se preguntó por un momento, tratando de recordar en dónde había oído eso antes. Ah, claro! Era de cuando Kou vivía en un templo en Japón. La gente le traía sake siempre. Kou siguió con la vista los movimientos de Natsu, teniendo curiosidad por ver qué iba a sacar de su maleta, cuando de repente, sacó una botella de aquella bebida que había mencionado antes.

-B-bueno...gracias- aceptó apenado a que le dieran un poquito de ese sake. A Kouhei sealmente no le gustaba mucho esa sensación picosa que dejaba el alcohol en su garganta, pero lo iba a beber más que todo por la nostalgia que le traería ese sabor. El kitsune esperó al otro a que tomara su trago, sonriendo un poco ante la reacción del contrario. Extendió sus manos para tomar con cuidado la copita que le ofrecían, comenzando a beber y apretando un poco los ojos por la leve molestia qie causaba la bebida. -uff!..- suspiró levemente, bajando las orejas y dejando ver cómo su aliento se volvía una nube por el frío.

-Hace tiempo que no tomo- contestó con una sonrisa apenada -Nunca el licor me ha parecido tener un buen sabor, pero por alguna razón termino tomando un poco al final...y-y de nada- expresó mientras sus mejillas se ponían rosadas, dirigiéndose a morder un onigiri para pasarse el sabor, tal y como le indicó Natsu -no importa, así estoy bien, gracias- dijo, quitándole la preocupación a Narsu sobre la garganta picosa de su nuevo amigo.

Kou miró con termura a los conejitos que comenzaban a comer de los vegetales del otro kitsune, por lo que decidió imitarlo, a la vez que acariciaba a los pequeños que se acercaban a comer.