Middle (Público)

La chica con su canasta de ventas se unió a aquella multitud, aquella que gritaba, veía y simplemente escuchaba. Sabía que se estaba convirtiendo en algo grande aquello, se mordió el labio, era preocupante que ahora se tuviera que dividir la comunidad. Entendía el punto, pero no podía comprender aún porque era necesario. Ella vivía y siempre se la vivía en la ciudadela a pesar de que debía estar con su alcaldesa no quería participar en una guerra que no pidió. Ella solo quería estar en una tranquila vendiendo sus flores.

Miraba aquella vocera eufórica, escuchaba los gritos que la secundaban, pero aceptaba que ella tenía razón no sabía cuánto duraría aquella disputa, pero no quería ser parte de ella. Suspiró uniéndose a los aplausos ya que era demasiado tímida para unirse a los gritos. Por el momento ella no iba a verse involucrada en ello.

La sirena medusa se mantuvo en margen por un largo tiempo en su cabaña cerca del lago, no quería ser parte de lo que ocurria fuera ni mucho menos que la involucraron en idioteces a su parecer, pero aun asi se mantenia al tanto de lo que ocurria a su alrededor, sabia que el conocimiento era poder, y estar al tanto de los movimientos políticos que ocurrían dentro de Mirovia era algo primordial.

Acudió a la ciudadela aprovechando la vuelta para hacer algunas compras y ver el "circo" que se armaban aquellos que gritaban para unirse a facciones, que si la resistencia que si los invictos, realmente ninguno le interesaba, no quería ser parte de aquellos movimientos, no tenia razones para ser parte, menos si se creaba una nueva guerra dentro de Mirovia. Ya estaba cansada de las guerras y quería estar lo mas lejos posible de estas.

El cazador iba de camino para terminar unas entregas en la ciudadela, el llevar piezas de caza a las carnicerías del lugar se había vuelto un trabajo que estaba disfrutando bastante, en contraste con la soledad que por varias décadas había preferido al vivir explorando manglares, llanuras, bosques, selvas y montañas.

Justo iba pasando cuando algo logró terminar con ese buen humor del que disfrutaba... Una vez mas la mención de "La Resistencia" y "Los invictos", esos que estaban en boca de todos en la ciudadela y que aun peor, no dejaba de ver expresiones de tal situación en la Tableta arcana, básicamente todo estaba tapizado con este asunto de la toma de poder de algún sire vampiro y la consecuente insurgencia que se alzó contra su causa.  La chica sobre la fuente gritaba sobre unos y sobre otros, varios entre la muchedumbre le vitoreaban, alzaban también sus opiniones... Todas tan humanas, todas tan egoístas y vacías a su parecer.

Niku había llegado a Mirovia con la esperanza de encontrar una tierra dominada por los arcanos, que sabia bien, eran capaces de levantar civilizaciones utópicas donde sus naturalezas se alzaran por sobre los conflictos emocionales o políticos y aquellos que existiesen seguramente serian mas afines al desarrollo de tal o cual especie de arcano... Desde que puso un pie en la isla no se había llevado mas que decepción tras decepción cuando intentaba indagar en el asunto y no porque era indiferente a la política. Los arcanos que habitaban Mirovia llevaban 100 años imitando los comportamientos y defectos de los humanos, aquellos defectos que precisamente habían dado origen a la Gran Caza y que cuando no hubieron mas arcanos que masacrar, empezó el conflicto entre ellos mismos. Ahí, gracias a la influencia de la voz de aquella mujer, veía descrito el origen de todo mal; Presunción, ambición, odio, rechazo, segregación inclusive. Quien fuera que se regocijara en esta guerra seguramente tenia todo el interés de separar a la población y causar confusión.

Bah, el había recorrido todo el continente y había participado en incontables cacerías y guerras. Habia salido de su cuna con el fin de convertirse en un depredador, no en un peón, no en carne de cañón. No había honor en esa guerra absurda, no había honor arcano en las posiciones de poder de aquel reino intento de copia de la humanidad, no había honor arcano en los bandos, simplemente no había honor arcano en ninguna parte. Se retiró para continuar con sus deberes, ahora si ansiaba estar de regreso en su choza en el Bosque de las hadas.

Se habia enterado de muy poco la unicornio que solo se habia enfocado en su recuperación absoluta pero su amado le había explicado a detalle la situación en Mirovia, era fiel a su soberano pero ella no era guerrera ni nada similar a aquello, había escuchado de un grupo que no estaba con la resistencia ni en contra de la misma, era un punto medio y la unicornio acompañada de Zobek estaban juntos para unirse al punto medio de todo lo que pasaba en las tierras.

-Espero que esto...sea lo correcto...-

Expreso con temor confiando en que todo estaría perfecto y pacífico.

Aquel tema de la división de los demás le resultaba curioso, era algo que no esperaba en dichoso lugar que prometía buscar la paz entre sus habitantes; era hilarante pensar que ni siquiera en la isla perfecta habría paz. Inmerso en sus propios asuntos y beneficios ignoró el tema, no juraría lealtad en vano y mucho menos pelearia por otros; su ideal era buscar su propio conforte, y estar en una posición "nautra" le daba la ventaja de poder manipular sus propias habilidades para ambos bandos, el mayor postor podría ser cualquiera y no estaba dispuesto a perder buenas oportunidades sólo por ser parte de un grupillo de arcanos que buscaban retomar un orden como cualquier humano.