Lumina
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Post by Lumina on Feb 9, 2018 18:30:23 GMT
Suspiro, había vuelto a aquel lugar una vez más, una última vez, no podía seguir así, no podía dejarse consumir por aquella tristeza, aquella agonía que consumía una parte mayor de su ser con el pasar de los días, jamás tendría una buena despedida, jamás la tuvo, para nadie, nunca hay un adiós, la muerte es algo impredecible de lo que jamás se puede escapar, apretó con fuerza las flores, mirando al piso, la tierra húmeda, las tumbas, pronto anochecería, en cuestión de minutos, había decidido venir a esa hora, algo en ella se lo pedía de esa forma, llevo una de sus manos al puente de su nariz, las ojeras estaban marcadas, y el aspecto débil de la dama evidenciaba por completo su ánimo, había sido un duro golpe, algo que le costó tiempo digerir, los primeros días había repasado una y otra vez aquella conversación en el despacho del Santori mayor, sus expresiones, su dolor, la atormentaban sus decisiones, la atormentaban los recuerdos, los enormes deseos de llorar la embriagaban de forma aleatoria, estaba deprimida, de luto, ordeno un poco la ropa oscura que llevaba, suspirando, conteniéndose de llorar nuevamente, volvió a caminar, apretando aquella lámpara para iluminar su camino cuando oscureciera, miro las tumbas, buscaba aquella que lo había llevado a encontrarse con el vampiro, aquella tumba sin nombre, recordaba aquel camino, con más luz se veía diferente, menos tétrico, aunque no menos hermoso, los recuerdos la asaltaban, aquellos ojos brillantes, rebosantes de vida, las pláticas hasta entrada la madrugada, ¿Acaso ella estaba maldita? No, no quería creer eso, se negaba a creerlo, solo… “La muerte es sabia” Se convenció, o al menos lo intentaba, no demoro mucho en encontrar el camino, girando, encontró aquella sepultura, abandonada, descuidada, suspiro con tristeza, se inclinó para observar mejor, entre los matorrales, un caracol de gran tamaño pasaba junto con otros dos, lentos, a su ritmo, sin preocupaciones, la mujer sonrió –Parece que tienes familia- No podía saber con certeza si era el mismo amiguito de aquella noche, pero se sentía un poco mejor al ver vida en ese desértico lugar, volvió a soltar un suspiro, era momento de hacerlo, miro a su alrededor, no podía ver a ningún arcano y la brisa era suave pero constante -Aunque no pueda cambiar nada del pasado… ni tu último aliento en este mundo…Deseo agradecerte… por tu amistad… y tu comprensión… Rezare por tu alma, y espero que en donde te encuentres, la paz este en ti y si decides volver, que la luz guie tu camino hacia este mundo, con la fortuna y el amor esperando para ti…- rezo en forma suave, murmullos hacia el viento, mirando las flores cerrando lentamente los ojos, lentamente sentía que aquella presión en su pecho cambiaba, no retuvo las lágrimas esta vez, sería la última, por ahora al menos – Descansa, querido amigo… Y que el dolor físico quede atrás... Ahora tu alma es libre… Y este es mi despedida… Jago Santori…- murmuro, apretando con fuerza las flores, rompiéndolas y dejando que el viento se llevara los pétalos, no podía hacer más, esperaba que con aquel rezo y su presente, pudiera honrar correctamente su memoria aquella ultima vez; Se quedó en silencio por largos minutos, solo disfrutando del viento, de aquella caricia, su respiración era tranquila por primera vez en semanas, Quizás nunca podría construir algún lugar donde darle una última sepultura a sus seres amados, esperaba no tener que hacerlo con los pocos que le quedaban, su corazón no soportaría perder a alguno de sus pocos amigos, o a los que ella consideraba sus hijos. Se ordenó el cabello mirando el cielo, las nubes comenzaban a teñirse de una forma naranja, extraño ¿Quizás era por la época del año? No había venido demasiadas veces a Reapergate como para saber Volteo cuando escucho un ruido, quizás no estaba tan sola como pensaba, sacudió sus manos acomodando su mochila, buscando la fuente del ruido ¿Qué tanta coincidencia seria conocer a otra persona en un lugar como ese?
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Post by Salem Lensher on Feb 10, 2018 0:40:07 GMT
El pelirrojo se encontraba caminando por la oscuridad del cementerio, que hacia ahí?, la respuesta era simple, se encontraba perdiendo en tiempo, había tenido una pelea con Jeriko por culpa de su estupidez y Jeriko lo había botado da la casa, pasado unos días Salem decidió volver a la casa de Reapergate para pedir perdón por su tremenda estupidez, pero se dio con la sorpresa de que Jeriko se había ido a su casa de la ciudadela, así que por el momento se encontraba paseando y buscando una forma de disculparse con el incubo, quería tener una idea concreta antes de ir a la ciudadela
de alguna manera pasear por el cementerio le hacia sentir divertirse pensando que era el ser mas vivo de ahí, una sonrisa se dibujo en su rostro al pensar eso pero se borro cuando notó la presencia de alguien no muy lejos de donde estaba, inmediatamente la sonrisa volvió a su rostro pero esta vez era mucho mas grande, -vamos a divertirnos un rato- habló pensando en que posible escenario acabaría su diversión
de un salto al suelo el pelirrojo se transformó en un gato negro y salto de tumba en tumba para acercarse a la mujer que se encontraba en su lamento, con un maullido simple se acercó hasta quedar a su lado y alzó la mirada para verla con aquellos ojos felinos de un colo dorado brillante
Stats de Salem:
•Fuerza:★★★★
•Inteligencia:★★
•Social:★★
•Agilidad:★★★
•Defensa:★★
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Lumina
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Post by Lumina on Feb 12, 2018 5:57:08 GMT
Un sonido peculiar nuevamente la hizo voltear, buscando, un pequeño animal se le acerco, danzando entre las tumbas hasta estar junto a ella, sonrió ligeramente, un gato negro de hermosos ojos, suspiro levantando la mano para con lentitud arrastrar el dorso de esta por sus mejillas, limpiando todo rastro de llanto, se tomó unos momentos antes de sonreírle a su nuevo amigo, ya estaba acostumbrada a que ese tipo de cosas le pasaran, en realidad le agradaba bastante la presencia de aquellos seres tan inocente, se inclinó, sintiendo como sus rodillas crujieron al hacerlo, pequeños detalles irrelevantes -¿Qué tal amiguito? ¿Estás perdido? – Pregunto en tono suave, acercando su mano con cuidado para revisar debajo de su cuello, buscando algún listón o marca que le indicara ser compañero de alguien más, nada, el pelaje negro estaba liso, acaricio suavemente el cuello del animal, pasando con delicadeza la punta de sus dedos hacia la espalda, el lomo, detrás de las orejas, le gustaban los gatos, su sonido le agradaba, aunque ese le daba una ligera sensación de desconfianza -¿Vives aquí? – pregunto soltándolo, levantándose y estirando su espalda, respirando profundo y alzando su mirada, el cielo seguía igual, oscureciendo de esa extraña forma –Que extraño…- murmuro para sí misma, cambiando su gesto por uno más serio, tenía un mal presentimiento ¿Tendría la mala suerte nuevamente destinado crueldad para ella? Se cruzó de brazos, volteando a ver al gato, pensando que hacer, debía irse, era lo mejor, ya había tomado su momento de despedida y alargar aún más su sufrimiento no sería sano, menos aun si aquella presencia maligna terminaba siendo el advertido evento de la luna roja
- ¿Quieres venir conmigo? – Pregunto con voz aterciopelada y con una sonrisa ligera, cansada –Podría conseguirte algo sabroso para comer- Ofreció, acomodando su mochila y comenzando a caminar por el sendero entre las tumbas, saldría por el otro extremo, deseaba volver a recorrer ese camino una vez más, aquellas hermosas tumbas, aquel aire frio y tranquilo, el recuerdo del hombre a su lado, su presencia desvaneciéndose, se abrazó lentamente, la muerte era sabia, pero dolorosa, cruel, devastadora, un golpe tras otro, aquella entidad parecía ser una vieja amiga de quien no conseguía separarse, se rio de forma ahogada, baja, resignada – Me pregunto a veces…- Murmuro, negando, quedándose en silencio nuevamente, volteando a ver al animal -¿Quieres que te cargue? – Ofreció inclinándose dispuesta a tomar al peludo felino entre sus brazos
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keyko joy
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Post by keyko joy on Feb 15, 2018 4:51:44 GMT
Otra vez se había desviado al camino equivocado, esta vez persiguiendo un inocente ratón por la sola diversión de hacerlo. A veces se aburría a niveles catastróficos estando tan lejos de casa que se perdía y llegaba lejos en la isla, tan lejos que desconocía el lugar donde sus altas botas rojas pisaban. -Esta vez te voy a atrapar! -Declaró con entusiasmo a punto de atrapar al escurridizo ratón que se metió en la grieta de una de las tumbas del cementerio, dejando a Keyko estampada contra la superficie petra del pensatorium- Va a dejar marca- Dijo frotándose la cabeza para mitigar el dolor de aquel golpe. Después giró la cabeza de lado a lado contemplando donde había terminado esta vez. -Esculturas de piedra, epitafios, árboles muertos y flores marchitandose, debo estar en un templo -Estaba tan distraída que llegó a esa disparatada conclusión sin darse cuenta de que él templo del otoño lucía muy diferente de donde ahora estaba. Se puso de pie y comenzó a caminar, curioseando entre las tumbas y buscando algún indicio de vida que le pudiese indicar el camino de regreso a la ciudadela. Por lo general recorría toda Mirovia entre las lagunas de su mente que iba y venía con ella, dejandole espacios donde no recordaba el trayecto sino solamente el inicio y el final, estar en un sitio y después en otro, y así era como vivía ella, frenéticamente y sin detenerse. Mientras caminaba observaba las tumbas, aguantando la risa por los irreverentes e ingeniosos epitafios que tenían algunas.
-Pero que pasó después? -Se preguntaba cuando el movimiento de una cola llamó su atención, lanzándose hacia el pequeño animal peludo de cuatro patas. -Gatito!! -Exclamó tomando al felino entre sus brazos y estrujándolo sin medir sus fuerzas- Que lindo! ¿Es tuyo? -Preguntó a la mujer que más cerca lo tenía, sin darse cuenta de que la luna comenzaba a colorearse de rojo y el ambiente del cementerio igual. • Fuerza: ★★ • Inteligencia: ★★ • Social: ★★★ • Agilidad: ★★★★ • Defensa: ★★ |
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Post by Salem Lensher on Feb 16, 2018 2:45:36 GMT
era común que las personas cayeran ante el encanto de un gato tierno, y la chica de plateado cabello no era la excepción, su voz dulce y su tacto en su pelaje le confirmaban que la mujer había caído en su engaño, vivir en el cementerio?, por supuesto que no, porque viviría en un lugar tétrico como el cementerio
fuera de eso la mujer parecía cargar una gran pena pero no era información que Salem tuviera en cuenta, solo quería divertirse un largo rato, la oferta de la chica hacia le gato, le resultó de maravilla para el pelirrojo, maullidos, era la única respuesta que la chica recibía a sus interrogantes, después de todo, los gato no hablan
no era difícil notar para el cambia forma que la chica de cabellos plateados se encontraba distraída, parecía estar pensando en otra cosa, mas el detalle de cargarlo le pareció algo agradable, hace mucho no recibía ese tipo de tratos gentiles, Jeriko no lo trataba igual desde que supo que era un arcano y no un gato, estuvo a punto de ser cargado por la mujer de cabellos plateados pero como si de un desastre natural de tratase, Keyko apareció de la nada y lo cargo, Salem se encontraba algo desconcertado, pero la chica de cierta forma le recordaba a la vez que conoció a Jeriko, fue cargado por el incubo con la misma emoción que tenia la chica pelirroja, pero parecía que esta se estaba excediendo, lo estaba apretando de mas, como mecanismo de defensa Salem saco las garras y comenzó a arañar a la kitsune para que esta lo suelte
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Lumina
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Post by Lumina on Feb 21, 2018 8:05:03 GMT
Antes de que el animal llegara a los suaves brazos de la mujer una mancha de color rojo interrumpió su vista, junto con una voz aguda llena de emoción, Lumina estuvo cerca de perder el equilibrio, sencillamente la había tomado por sorpresa, subió su mirada y aquellas penetrantes pupilas blancas analizaron la silueta femenina, quien más que abrazar al pobre animal parecía querer triturarlo, no tardó mucho en reconocer aquel curioso rostro, el cabello rojo y la emoción en la infantil voz, sonrió suavemente –¡Keyko! Que sorpresa verte aquí- Comento con una voz suave y una sonrisa que pronto se borró al ver el ataque del gato, debía intervenir antes de que el rostro de la joven fuera realmente dañado, metió las manos jalando al gato de los brazos de la pelirroja y sosteniéndolo por debajo del estómago, así al menos no la rasguñaría de forma violenta si seguía igual de molesto - ¿Estas bien? – Pregunto mirándola con sincera preocupación, fijándose en su rostro por si necesitaba tratar alguna herida más los rasguños no parecían ser realmente graves, quizás ardían, suspiro, dejando al animal sobre una tumba cuadrada, excesivamente ancha para el estrecho camino que disponía aquella zona – No es mío, estaba aquí en el cementerio- contesto suavemente, inclinándose ahora junto a la kitsune para revisarla correctamente, ahora que lo pensaba, sería mejor limpiar aquellos rasguños, por la tierra que seguramente tenía el animal en las patas
-Déjame limpiarte, por si acaso- Pidió con tono maternal y metiendo la mano en su mochila luego de retirarla, ninguno de aquellos tres arcanos estaba prestando atención a su entorno, específicamente al cielo que poco a poco se teñía más y más de aquel macabro tono rojizo, como si lentamente la sangre de las víctimas inocentes fuera derramado sobre él; El ángel tomo su cantimplora y con cuidado de no gastar de más mojo un pañuelo que llevaba consigo y lentamente limpio el rostro de la muchacha –Es bueno volver a verte… Aunque este no es un lugar en el que esperaría encontrarme contigo…- comento con voz aterciopelada, fijándose de limpiar bien el rostro ajeno y hacerlo rápido, aquella mala sensación se acrecentaba con el tiempo, guardo sus cosas cerrando bien la cantimplora y metiéndola en la mochila, levantándose, suspirando, mirando a su alrededor, en silencio…
Había demasiado silencio, miro a los lados, buscando a algún otro ser vivo además de ellos, sabía que el cementerio era pacifico, pero ese silencio no era normal, ni siquiera los pájaros, los mismos sonidos de los insectos trabajando en la tierra, todo se había vuelto un desierto de penumbras –… Creo que deberíamos irnos ya… vamos… te puedo invitar algo de comer ¿sí? – No deseaba alarmar a la joven por un presentimiento suyo, no quería verse como alguien paranoica a pesar de todo, finalmente vio el cielo, observándolo, ya había visto las nubes de un color semejante de vez en cuando, pero en Reapergate no era normal… La respuesta cayo cual balde de agua fría cuando aquel enorme astro se alzó en el cielo, lenta y paulatinamente, teñido de rojo – La luna roja…-murmuro preocupada, casi se sentía como estar en la boca del lobo
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keyko joy
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Post by keyko joy on Mar 2, 2018 4:52:18 GMT
Keyko no dejaba de apretar al indefenso animal sin darse cuenta del daño que hacía al formar un anillo letal en sus brazos.
-¿Lumina? -Giró un poco el ángulo de su cabeza al reconocer a la arconte quien la había reconocido a ella primero- Que estas haciendo en el cementerio? guiando almas al otro mundo? -Comentó en un tono burlón y sonriendo con simpatía después de que su amiga tomara al gato entre sus brazos, tal parecía que era un gato salvaje que al igual que ellas, se había extraviado.
-Oh ya veo -Se tocó los rasguños de la cara, mientras Lumina les pasaba el trapo húmedo- A lo mejor siguió al mismo ratón que yo -Pero ella lo había seguido meramente por diversión.
Algo en el ambiente había cambiado una vez cesó el relajante canto de los grillos que de vez en cuando se solía escuchar entre las solitarias lapidas. Como si algo comenzara a resurgir reptando por la tierra. Keyko también lo pudo sentir, pero no supo interpretarlo como bueno o malo, solo inusual como ver una estrella fugaz subiendo por el cielo.
-Buena idea, me muero de hambre -Sostuvo al estirar sus brazos antes de emprender la retirada de aquel lugar, acercó su mano para hacer un par de caricias más al gato que pensaba llevar junto con ellas, cuando Lumina la hizo voltear hacia el cielo y la visión espectral del astro maldito la regresó a la tierra de golpe.
-...Como no nos dimos cuenta?! -Exclamó sujetando su cabeza a lo cual sus 9 colas se alzaron con la punta encendida a fuego, dividida entre su emoción por el evento del año y el terror absoluto de solo imaginarse lo que les sucedería estando ahí, seguramente sería 1000 veces más aterrador que la mansión del pianista loco.
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Post by Lumina on Mar 10, 2018 5:19:24 GMT
Un escalofrió recorrió la espalda femenina, largo, amargo, doloroso casi, volteo a ver a sus lados, no había sido consiente del momento en que la neblina de aquella zona había aumentado, dejando en penumbras el cementerio, a excepción por supuesto de la luz roja que pigmentaba todo a su alcance, su rostro era serio, se agacho para tomar al gato bajo uno de sus brazos y con el otro tomar delicadamente la muñeca ajena, sonriendo esta vez con amabilidad, la mujer sabía perfectamente esconder sus emociones, su preocupación –Tranquila, estaremos bien siempre y cuando seamos cuidadosas…- Aclaro sonriéndole y mirando el camino – Sígueme, recuerdo el camino hacia la salida pero no esta tan cerca…- indico tomándole con firmeza la mano para guiarla, la silueta del ángel se perdía entre la oscuridad, solo su brillo natural, su cabello blanquecino podía hacerla resaltar y aun así no daba demasiada seguridad; El ambiente era tenso, frio, como si aquellas heladas temperaturas del invierno no bastaran, a cada paso que daban se sentía una presión en la atmosfera, los sonidos naturales dejaban de hacer presencia junto a ellos hasta que finalmente y luego del fuerte alarido de un pájaro aquel santuario de descanso quedo en sumergido en un silencio absoluto que solo era interrumpido por el sonido ahogado de los pasos de ambas féminas
Sus pies se hundían en la tierra húmeda, curiosamente más húmeda que hacia un rato, Lumina no tenía un buen presentimiento, volteo a ver a la pelirroja para sonreírle, no podía asustarla más de lo que ella creía que estaba –No te preocupes…todo saldrá bien- Lumina siempre jugaba con su suerte al dar aquella apuesta ¿Cuántas veces no había perdido antes? Siguió el paso un poco más rápido cuando sintió el suelo más firme, sabía dónde estaban, a mitad de camino, en los mausoleos enormes que en su primera visita Jago había tenido la modestia de mostrarle, sabía perfectamente en donde terminaría ese camino rustico de piedras, miro hacia atrás, podía jurar que había visto una sombra moverse, no se arriesgaría a quedarse allí para averiguarlo. Sus pasos se detuvieron finalmente en aquella desviación, dos caminos claros, suspiro volteando a ver a Keyko y acercándose lo suficiente para murmurar, si había algún arcano por aquella zona no debían llamar más su atención –Escucha… El camino de la izquierda lleva a los mausoleos… Cerca de allí hay una conexión con el bosque, un lado por el que se puede entrar, pero es más fácil perderse… Es un atajo complejo…- Explico mirando al gato y luego a la Kitsune, esperando su decisión – Yo te protegeré, en caso de que alguien o algo aparezca…- Aclaro, era una guerrera después de todo
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Post by Salem Lensher on Mar 11, 2018 0:34:20 GMT
maullidos y quejidos eran soltados por el felino conforme seguía en los brazos de la pelirroja, sus rasguños parecían no darle la señal de que quería que lo soltara o ella parecía no entender la obvia señal, no fue hasta que la peliblanca lo sujetó y liberó que recién pudo respirar con tranquilidad observo por un rato como las mujeres conversaban, veía como la chica de cabellos plateados curaba los rasguños que le había provocado a la pelirroja, el gato pensaba que tal vez se había pasado pero luego lo pensaba mejor y decidía que la mujer se lo merecía minutos atento a reponerse de su casi muerte por asfixia no prestaba mucha atención a lo que hablaban las mujeres hasta que escucho las palabras "luna roja", el gato detuvo su labor de lamerse el pelaje y dirigió su atención hacia el cielo, -"me estas jodiendo verdad?"- pensó irónico el gato pero sus ojos volvieron a la pelirroja al ver que ella estiraba su brazo para volver a sujetarlo, inmediatamente Salem le maulló agresivamente y le mostró el dedo medio, hecho esto el gato decidió seguir por el camino a las mujeres  |
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Post by keyko joy on Mar 13, 2018 4:10:46 GMT
Los infames testigos de la siniestra noche, estaba segura de que podían verlos desde lejos, escondidos más allá de las raíces y los troncos que morían frente a la tensión extrema, tal como ellos lo percibían en el turbio ambiente que hacía solo un momento se antojaba nostálgico pero tranquilo, ahora solo podían esperar a ser atacados en cualquier momento por lo que estaba escondido en el bosque, por sobre las hojas y escurriendose entre las lapidas.
Pero quizás exageraba, tal vez era todavía demasiado pronto para...SE TRATA DE LA LUNA ROJA! lo que significaba que debían de salir de ahí antes de ser la primera sangre que reclamasen esas dos semanas o el maldito tiempo que pudiera durar esta vez. Intentaron salir despacio, tratando de no llamar la atención. No estaban solos en ese lugar. Los murmullos del viento entre la hierba y las hojas parecían querer advertirles que faltaba poco tiempo para que todo comenzara una vez más. El cementerio era un lugar amplio donde circulaban rumores extraños que iban más allá de la simple magia negra, y en ese momento Keyko en verdad creía que tenía cierto sentido: El soberano del otoño desapareció hace algún tiempo, dejando desoladas las tierras y a merced de Lysander Velfast, hábitante de Reapergate y un ser de la oscuridad, de esos que ganaban poder cuando el mortifero evento comenzaba a refulgir sobre sus cabezas.
Seguía junto a Lumina y junto al gato negro que ahora ambas cuidaban, cada paso parecía durar una eternidad y preceder la emboscada de un ser maligno. Por la entrada, estaba segura de que algo se había movido, una cabeza, unos cuernos, no podía seguir quieta sin hacer nada, y cuando el viento sopló de nuevo...
-PIERNAS PARA QUE LAS QUIERO!! -Exclamó emprendiendo la retirada y llevándose consigo a su amiga y al gato como si fuesen ligeros como una sabana; Al correr la Kitsune dejaba tras de si una estela de polvo, prueba del pavor y la emoción descontrolada de la primera noche marcada de luna roja. Sin pensarlo dos veces, se dirigió hacia donde pensaba que era la salida, pero que de hecho conducía hacia los mausoleos.
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Post by Lumina on Mar 15, 2018 22:00:10 GMT
Una brisa fue lo que basto para terminar de asustar a la kitsune, la arconte sintió como era jalada por entre la extraña niebla que envolvía aquella zona, podía distinguir a Keyko y su cabello, pero mientras más se adentraban en aquella zona llena de edificios altos más densa se volvía la neblina, Lumina no estaba reconociendo correctamente la zona-Keyko cálmate- Le pidió jalándola, intentando detener de forma amable su carrera, poniendo resistencia con su propio cuerpo, aunque ya no pesaba lo mismo que antes, miraba a su alrededor, intentando ver más de aquellas edificaciones hasta que sus ojos vislumbraron algo en la niebla, algo que la hizo detenerse de golpe, jalando a Keyko y al pobre gato que iba con las dos – Basta…Espera un momento- Pidió con una voz seria, casi fría, camino unos cuantos pasos atrás para observar, sobre unos escalones se encontraba majestuosa y espeluznante una silueta de un ángel negro, la observo “Jamás la eh visto” Levanto la mirada, aquellos mausoleos eran muy altos, antiguos, más antiguos que los que normalmente había visto, se ordenó el cabello, no podía sencillamente decirle a la chica que no tenía ni idea de donde estaba, pero tampoco le mentiría, suspiro, volviéndose a acercar a la kitsune –Escucha Keyko… Estoy algo desorientada, necesito que no corras mas ¿Si? Ya pronto saldremos de aquí, solo hay que encontrar el camino de vuelta…- la voz murió en la garganta de la mujer que volvió a mirar las edificaciones, contrariada
Aquel definitivamente no era el mejor lugar para perderse –Creo que estamos en la parte antigua de los mausoleos…-comento mirando las fechas antes de mirar hacia las flores, marchitas, podridas incluso, pero había algo más que llamaba su atención, el jarrón en donde estaban presentaba marcas de quemadura, junto con las paredes, como si algo a una enorme temperatura se hubiera apoyado allí, puso se mano solo para ver como sus dedos se manchaban –Vámonos ya… Toma mi mano y no corras, si vez algo extraño solo me dices y te daré algo de luz ¿sí?- pidió tomando la mano de la chica y luego de suspirar comenzar a caminar buscando más indicios de alguna criatura o bien, de algún pasaje que pudiera llevarlos a algún lugar que ella reconociera -¿Habías caminado alguna vez por esta zona Keyko?- pregunto en tono bajo, intentando calmarla al hacerla hablar, romper esa burbuja de tensión que se había formado, el silencio que traía consigo el anuncio de una muerte prematura
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keyko joy
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Post by keyko joy on Mar 24, 2018 4:29:29 GMT
La arconte era llevada como papel al viento y con el gato en sus manos frente a la velocidad con la que la Kitsune se movía para salir de aquella zona de peligro. Aún cuando la intentaban calmar, no quería que supieran que en verdad todo ese miedo que sentía era de lo más emocionante. Pero de algún modo, Lumina consiguió detener su avance y casi por instinto Keyko miró hacia atrás y hacia todas las direcciones, desconociendo por completo donde fueron a parar.
-DONDE ESTAMOS?! -Exclamó a viva voz que resonó por todo el lugar, los rincones más pequeños de los edificios y casi al fondo se repitió en un murmullo una escabrosa risa con deleite.
Keyko finalmente entró en calma, se había agitado muy rápido apenas al ver la silueta de la luna roja contorneando y tapando por completo la prueba de que no verían el sol por una o dos semanas. El lugar donde llegaron era sumamente antiguo, las marcas de las paredes y el desgaste que marcaba el tiempo sobre todo el panorama lo hacía muy evidente. Pero así como la intuición de Lumina parecía guiarla, los instintos de la Kitsune la ponían alerta. Nuevamente se puso de pie y caminó detrás de su amiga, apareciendo flamas en la punta de sus 9 colas para iluminar el lugar más de lo que la luz carmesí del astro podía hacerlo. Aún así había rincones oscuros que el fuego no alcanzaba a alumbrar. Parecían perdidas o eso es lo que reflejaba Lumina al preguntarle.
-Nunca había estado en este lugar, pero yo le daría una buena retocada con algo de pintura -Pudo notar las marcas de quemaduras por algunos lugares, de un fuego que vivía para atormentar- Avancemos.
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Post by Miss. Nightbreath on Mar 28, 2018 0:34:42 GMT
La luz carmesí iluminaba fuertemente el cementerio cubriendo todo con ese manto que daba ese toque aterrador, las estrellas por su parte las pocas que no estaban ocultas tras los nubarrones grisáceos brillaban fuertemente como si de rubíes se tratasen decorando el cielo con matices vinotinto. Desde que la Luna había ocupado su lugar, una brisa invadió el lugar y ella, o ella estaba ahí, lista para la cacería como si hubiese sido llamada para la guerra como en los viejos tiempos, pronto, perdió la conciencia solo pudo escuchar las voces de sus hermanas dentro de su mente gritándole que matara, que buscara sangre, que desgarrase, una tortura que llamaba a la superficie sus más bajos instintos de guerra que llamaban esos recuerdos de su juventud. Haló con fuerza las cadenas que arrastraba junto a su guadaña negra decorada con calaveras al igual que su vestuario, sus ojos grises se colorearon de un color carmesí y una sonrisa dejó ver sus largos, afilados y blancos colmillos mientras gruñía suavemente.
Sus finos oídos captaron la presencias de un grupo de almas perdidas en el cementerio, irónicamente su último pensamiento era que estaba en el lugar equivocado para empezar su festín pero que deliciosa contradicción, gruñó suavemente y alzó sus armas, aunque ansiaba lanzarse el ataque sabía que estaban advertidos a su presencia, pero simplemente no podía más. Se movió entre los arbustos mientras sus garras arañaban la madera al apoyarse en los árboles viejos, sus ojos ahora rojos como el vino brillaron entre el arbusto, no fue difícil encontrarles con el estruendoso grito femenino, por lo que preparó su guadaña mientras se acercaba a ellos.
El sonido de la saliva se escuchó cuando relamió su dentadura, la mujer se dejó ver al fin, 2 pares de largos cuernos negros y oscuros como el carbón y colmillos tan largos que sobresalían de sus labios, ojos rojos carmesí brillantes, contrastando con el color de la luna, sus manos hasta los ante brazos cubiertos de negros como si estuviese maldita, al igual con sus piernas desde las rodillas hasta los muslos y una larga y dura cola que parecía cubierta de puro hueso se batía de un lado a otro golpeando el suelo haciéndolo, mientras su figura de 2 metros 10 hacia una sombra que los cubría como un manto negro, haciendo ver las luces que poseían como simples velas a punto de apagarse. Dejó escapar un poderoso aullido y enseguida se lanzó hacia las las estatuas destrozándolas y volviéndolas cenizas, saltando encima de una de las bases destrozadas mientras miraba a los alrededores en busca del grupo, volviendo aullar hacia la luna sangrienta que provocaba las más reales pesadillas en los arcanos.
"Mátalas, cazalas, destrozalas, la cena esta lista" Todo esto se repitió en la cabeza de la cerbero como una ráfaga de golpes en una pared una y otra vez en diferentes y desesperados tonos de voz ansiosos.
Golpeó con la cola a la albinas y alzó su guadañña, ansiosa de sangre, ansiosa por más, esa noche era insaciable y simplemente quería empezar a llenar ese absurdo vacio que sabía muy bien jamás iba a llenarse, pero estaba segura que valía la pena intentarlo.
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Lumina
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Post by Lumina on Apr 2, 2018 7:17:16 GMT
La mujer emitió una sonrisa suave, ligera, mas no forzada –Si, creo que unos retoques le darían más vida al cementerio… -Comento en voz baja mientras seguía caminando, alzando la mirada hacia las estructuras imponentes, antiguas y majestuosas, intentaba ver la fecha en las inscripciones más recientes pero nada, pronto se encontraron con un callejón que las obligo a doblar, poco a poco el terreno comenzaba a hacerse más amplio, junto con los mausoleos más pequeños, de diferente estructura –Creo que esto es más reciente…- Se detuvo por unos breves instantes cuando aquella neblina de vapor se dispersó por momentos, si había allí una criatura de fuego al menos se habían alejado lo suficiente como para que aquel denso humo ya no fuera una molestia innecesaria, y el fuego en las colas de la kitsune ayudaba bastante a iluminar el camino sin llamar necesariamente la atención. Los edificios mortuorios ya no eran ahora gigantes e imponentes, eran más pequeños, metálicos, con grabados en sus paredes que si bien no eran tan llamativos como las enormes esculturas anteriores si eran algo tétricos, como si sus almas buscasen salir de las paredes en donde estaban tallados, Lumina se apegó más a la kitsune, preocupada por la muchacha y su seguridad más que la propia, agradecía traer su arma en su mochila pero rogaba a los dioses no tener que utilizarla, menos en un lugar de descanso eterno; Miro las paredes un poco más, las marcas negras de quemaduras infernales ya no se veían, se habían alejado por fin de un posible peligro, dando bastantes vueltas sin sentido, pero alejarse al fin y al cabo, emitió un suspiro leve buscando un momento de calma para pensar en un nuevo plan
Pero el destino no era justo
Un potente aullido rompió el ambiente, seguido del estruendo de la cerámica romperse con violencia, aquel sonido no venía de lejos, por el contrario, se oía demasiado cerca, demasiado. La mujer miro a la kitsune y la tomo por los hombros con un rostro serio –Sé que dije que no debías correr, pero esta es una excepción – Y tomándola con fuerza se dispuso a correr siguiendo el camino, Estrecho, subida y bajada, aun podía escucharse el eco de aquella criatura que seguramente estaba tras su huella, los edificios cambiaban uno tras otro, era casi como un laberinto ¿Qué probabilidad había de que estuvieran yendo en círculos?
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keyko joy
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Post by keyko joy on Apr 12, 2018 3:17:11 GMT
A medida que iban avanzando se dio cuenta de que más que perdidas parecían estar dando vueltas por el mismo lugar, pero eso siempre sucedía cuando no podías ubicarte ni encontrar una dirección. Los senderos y las esculturas eran tan parecidas que aún avanzando en línea recta podrías acabar en el mismo lugar por el que comenzabas salir. A cada lugar oscuro que veía le apuntaba con una de sus colas corroborar que no serían emboscadas. La luna roja quizás acababa de comenzar pero no todos los arcanos se preparaban para ella, tal como les sucedió a ellas dos podría sucederle a un desafortunado arcano de oscuridad. Aunque sentía que ahora las desafortunadas eran ellas por estar caminando por el cementerio, y sobre todo por un cementerio que nunca antes habían pisado.
El rumbo se hizo más tenebroso conforme las nubes danzaban caoticamente con la luna. Keyko sintió a Lumina aferrarse a ella, señal inequívoca de que también tenía miedo aún siendo un ser de luz.
-Tranquila, si algo malo sucede, el gato nos avisará -Dijo rascando con los dedos la cabeza del felino para apaciguar a su amiga. Pero un aullido desgarró el silencio de la noche y erizó las 9 colas de la pelirroja que sintió de repente la necesidad de correr. Escuchó pisadas desde lo lejos, pero el sonido indicaba que algo se iba acercando. Sus piernas temblaron, su cuello se tensó, de haber volteado seguramente se hubiera arrepentido. Y apenas Lumina la sujetó de los hombros, la Kitsune emprendió la huida.
-No tienes que repetírmelo!! -Declaró tomándola del brazo y corriendo a toda velocidad pasando por alto las delimitaciones del camino y surcando la hierba alta con sus colas todavía encendidas- Perfecto, el fuego lo podría espantar! -Dijo aumentando la potencia de las flamas que dejaba como una estela al correr. Se aproximaban hacia el bosque.
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