Óron
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Post by Óron on May 17, 2017 1:26:04 GMT
Este día era especialmente agradable, no había mucho qué hacer en el templo, así que se sintió con deseos de ir a donde más le gustaba, a dónde la naturaleza pudiera rodearlo y abrazarlo. Se llevó su garrote de hierro al hombro como de costumbre, nunca lo había necesitado realmente, pues todos huían con sólo verle, pero se sentía raro si no lo tenía a la mano.
Salió del templo, allí donde alguien le esperaba, pues no se iría a pie, claro que no, uno de los fieles dragones del templo le haría el favor de llevarlo hasta allá. Sin duda había tenido suerte de encontrar un transporte tan conveniente, siendo él tan pesado, no había forma de que un carruaje lo llevara a ningún lado y a pie hubiese sido más tardado y no habría podido aprovechar la luz del día. Sin embargo el regreso sería por su cuenta.
Una vez allí, se despidió del dragon moviendo levente su mano. Se adentró al bosque, resaltando inmediatamente entre el follaje, tratando de que sus pisadas fueran lo más suaves posibles, pues no deseaba alterar el silencio tan ameno que lo rodeaba. Su postura iba levemente inclinada hacía adelante, su largo cabello enmarañado cubriendo la mitad de su cara, sus ojos caídos y ojerosos, parecían cansados pero muy felices de estar mirando tanto verde a su al rededor. Siguió con su camino de frente, se notaba a lenguas que no tenía un rumbo y sólo avanzaba con paso aletargado.
Se detuvo cuando llegó a un árbol floral, lleno de pequeños botones rosas por doquier, Óron se maravillo, con cuidado se llevó una pequeña ramita a la nariz, sólo para poder percibir el suave aroma de los capullos, todo era hermoso allí, todo tenía su propia esencia perfecta, a excepción de él claro, Óron desentonaba completamente del entorno, pero ahora no le molestaba, la naturaleza nunca lo había rechazado.
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Post by Kaira Voll on May 17, 2017 2:32:53 GMT
Ultimamente se sentía demasiado inquieto con todo, no podía estar tranquilo en un solo lugar, era raro, porque generalmente pasaba sus días encerrado en la botica trabajando y solo añorando unos días de paz, y no era que odiara su trabajo, simplemente algo había nacido en él, las ganas de divertirse y pasar un buen rato, ya sea en compañía de buenos amigos o relajarse en soledad.
Como era un día agradable, se le ocurrió aprovecharlo con un picnic en el bosque de las hadas. No llevaría tanta comida, puesto que no era de comer tanto, además solo llevaba postres, galletas y panquecitos. Con canasta en mano, emprendió el viaje al bosque de las hadas, ya tenía algunas semanas que no pisaba el lugar, desde la fiesta de Aesther, muy probablemente.
El viaje no fue largo ni con contratiempos; se adentró en el bosque observando la cantidad de flores, retoños, el pasto siempre verde. No había otro lugar en Mirovia que se le comparara. Buscando un buen lugar donde sentarse a pasar el rato leyendo un buen libro, se topó con la enorme figura del oni, era imposible de ignorar y claro, lo reconoció enseguida. - ¡Hola! - haciendo un ademán con su mano se acercaría. - ¡No pensé que te encontraría aquí...! - hizo una pausa pues en ese momento no recordaba el nombre del otro, se sintió apenado. - ¿Te llamabas... Orión? -preguntó temiendo equivocarse.- Mira, traje unos panquecitos ¿te gustaría probar uno? -le ofreció amable mostrando la pequeña canasta de mimbre que llevaba colgada de un brazo.
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Óron
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Post by Óron on May 17, 2017 3:58:33 GMT
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un saludo, eso sólo significaba que había alguien más allí con él, parpadeó un par de veces y giró su cabeza en ambas direcciones, creía reconocer aquella voz.
Miró hacía atrás y efectivamente, era Kaira quién lo llamaba, hacía días le había conocido en las aguas termales, era amable y muy agradable, y aunque ya había cierta familiaridad, Óron no pudo evitar sentirse preocupado por su reencuentro, ¿Y si era incomodo hablar solos? ¿Y si no tenía temas de conversación lo suficientemente interesantes?. El oni comenzó por tensar sus labios, un tic bastante habitual en él, después bajó la mirada a sus pies descalzos, alzó una mano con retraimiento para contestar el saludo del joven y la bajó enseguida. -Buenas tardes, joven Kaira.- Y sin quitar la mirada del suelo, Óron negó con la cabeza, apenas con un leve movimiento.-Es Óron...- Lo corrigió, su voz salió suave, no estaba molesto, sólo no deseaba resaltar sobre la tranquilidad del bosque, pues él se sentía en una biblioteca o un templo. Sin embargo al escuchar la invitación del unicornio, alzó la mirada sin querer y con una expresión un poco más que sorprendida observó a Kaira, esto por pocos segundos, siendo que enseguida volvió a mirar el césped.- Gracias, pero no me gustaría importunar...Si esa comida es para alguien más, entonces no creo que sea correcto.- Era obvio que aquel chico vendría acompañado, o tal vez en camino a reunirse con alguien, parecía del tipo de persona que no podía evitar atraer personas hacía él, y eso lo consideraba un encanto muy raro, pero también como algo frustrante. Inclinó su cabeza como quién se despide escuetamente y se dio la vuelta dispuesto a seguir su paseo.
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Post by Kaira Voll on May 17, 2017 6:02:57 GMT
¡Claro! Pero que distraído — Orón, disculpa... — corrigió su error con una sonrisa tímida, no quería ser grosero. Tomó de su canasta un panecillo de moras y lo extendió al oni. — No te preocupes, no esperaba a nadie. — aclaró. Ya era la segunda vez que se topaba con Orón y su impresión de él seguía siendo la misma: o era malo, solo muy tímido.
—Cerca de aquí hay un claro, acompáñame. Ahí podremos sentarnos a comer. — Sugirió conforme avanzaba adentrándose un poco en el bosque. El aroma a flores era embriagador, tanto que lo ponía de buen humor. Finalmente, encontró un lugar lo suficientemente iluminado y tranquilo para sentarse a merendar; era un claro dentro del bosque, enormes árboles rodeaban una buena parte de pasto, hierbas y flores. Los rayos del sol se colaban por entre las ramas y follaje de las verdes copas.
— Me gusta venir aquí. — comentó sacando una tela fina de la canasta, la misma que extendió sobre el pasto y ahí se posó tranquilamente, había espacio suficiente si Orón quería unirse. — no seas tímido... y si quieres otro panqué pídelo... también tengo galletas. — no podía evitar ver el cabello del ogro, estaba desarreglado, descuidado y enredado... ¿sería que si intentaba peinarlo aunque sea un poco se dejaría?
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Óron
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Post by Óron on May 17, 2017 18:04:01 GMT
Kaira sonrió y le extendió aquel panesillo, Óron lo miró con vacilación, ¿Debía tomarlo? Pero si lo hacía eso significaba que aceptaba acompañarlo, y no sabía si podría manejar la situación. En su mente aun debatía qué debía hacer, pero su mano ya sostenía aquel postre. Se dio cuenta tarde y sacudió la cabeza para volver en sí, regañándose mentalmente por ser tan tonto. -Jo-joven Kaira...- El delgado chico avanzó sin esperar a que le respondiera, ¿Era tan obvio que aceptaría? ¿Era predecible? ¿Aburrido?, su corazón palpitaba desbocado, sus manos templaban un poco. Se quedó mirando el panquesillo un segundo más, ¿Por qué lo pensaba tanto?. Observó al chico alejarse de apoco, buscando un claro que sabía estaba cerca. Kaira caminaba despreocupado y lleno de una jovial elegancia, eran tan diferentes en tantos aspectos, y eso le acomplejaba un poco. Cuando vio que Kaira le había tomado una buena ventaja, suspiró y comenzó a avanzar hacía a él.
Escuchó que el unicornio acostumbraba venir, no le pareció extraño, ya que el bosque era increíblemente grande y hermoso. Entonces vio el retazo de tela extendido sobre el césped, Óron se paró junto a él, intercalando miradas entre la manta y kaira, ¿Bromeaba cierto? Su peso y su tamaño no eran los ideales para subirse a algo tan delicado. Prefirió permanecer sobre el suelo y arrodillarse lo más cerca que pudo de la tela.
Miró el pastelillo en su mano, se veía bastante rico, lo acercó a su boca, que a comparación con el postre era mucho más grande, y lo masticó de una. Sus ojos se abrieron un poco y miró por un segundo al joven unicornio.-Es...Está bueno.- ¿Él lo habría preparado? Tenía deseos de preguntarle, pero tal vez Kaira no deseaba compartir esos pequeños detalles con él. Entonces le ofreció una segunda ración y no sólo eso, si no mas variedad de postresillos.
Óron puso sus manos en los muslos, no estaba seguro de lo que debía hacer ahora, normalmente la gente no se relajaba tanto cuando estaban junto a él, pero Kaira parecía de lo más cómodo, era de lo más raro. Sin embargo, una duda se le había plantado desde hacía un rato. -Joven Kaira, ¿Por qué vino solo? - ¿Había sido muy directo? ¿Lo incomodaría? Dudaba si seguir, pero ya no había vuelta atrás.- ¿La señorita Sabrina no pudo acompañarlo hoy?.-
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Post by Kaira Voll on May 18, 2017 18:50:35 GMT
Al unicornio le extrañó un poco que el otro prefiriera sentarse directo en el pasto, seguramente su piel era tan gruesa que o sentiría picazón, tampoco preguntaría, de por sí Oron ya se veía contrariado no quería incomodarlo más haciendo preguntas innecesarias. Sonriendo ampliamente observaba al Oni probar el pan y al escuchar que había sido de su agrado, feliz chocó sus manos en un aplauso efusivo. - Yo lo hice… -agregó acercando más la canasta para que tomara las galletas que quisiera.
— A veces hace bien estar solo para pensar y descansar, ¿no lo crees? — le miraría curioso, después de todo también le resultaba un poco extraño verlo ahí. — ¿Tú también viniste solo? — Se le hizo fácil arrancar algunas flores, las cuales comenzó a trenzar los tallos entre ellos dandole una forma circular. A veces la medía en su propia cabeza para tener la medida exacta. — ¿Te gustan las flores? A mi sí, mucho… Por eso este era mi lugar favorito… ¿sabes? Disfrutaba pasar el tiempo aquí... — como siempre comenzaba a hablar sin pensar en si a la otra persona le incomodaba. — Pero… a veces resulta gracioso como tu lugar favorito se convierte en aquel donde puedes compartir con la persona que quieres… ¿no lo crees? — ahora ya estaba hablando de más, de asuntos que al otro ni siquiera le interesaban, reparó en ello y sus mejillas se tornaron tan rojas como la piel del oni. — a veces hablo de más sin darme cuenta... —
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Óron
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Post by Óron on May 19, 2017 5:28:00 GMT
Sin querer Kaira había dado respuesta a una de las incógnitas de Óron, éste miró la cesta y vaciló en si debía tomar otra. No lo hizo. Entonces escuchó lo que el unicornio decía y le pareció de lo más acertado. Contrario a lo que había creído de él, Kaira parecía disfrutar de la soledad selectiva, cosa que pocos hacían. -Si, vine solo.- Él siempre venía solo, pero esta ocasión resultó con un desenlace diferente y tal vez no le desagradaba, sólo le había tomado desprevenido, no esperaba compañía. Después de eso, se dedicó a ver como el joven armaba una corona con las flores que tomaba del suelo, sin duda era hábil con las manos, y no sólo bueno en la cocina. Entonces el oni se desconcertó un poco al escuchar aquello, Óron levantó el rostro, sólo para dejar entrever un semblante confundido ¿No era lo que hacían en este momento? ¿Compartir su lugar favorito? Sacudió la cabeza, sacando de ella ideas tontas y absurdas, obviamente había malentendido aquello, sin embargo le dejó una sensación rara en el estomago. -Yo...Creo que compartir lo que sea con la persona que quieres es bueno...- De verdad lo creía, aunque el oni pocas veces se ponía pensar en sentimientos así, pocas veces pensaba en el amor, ¿Por qué? Pues, ¿Qué de útil tenía pensar en algo que no se tiene ni se tendrá? Prefería simplemente invertir su tiempo en otras cosas, cosas productivas. Aunque eso sólo le indicaba una cosa, aquella persona tenía a alguien especial. Qué suerte.
Entonces pudo notar algo extraño en el hombro del joven, un insecto caminaba por su ropa, sin que éste se diera cuenta de ello. Óron intercaló miradas entre el pequeño animal y el concentrado rostro de Kaira al entretejer las ramitas de las flores. - Umm...Joven Kaira...- Oron no estaba seguro de si era el tipo de persona con fobia a los insectos, pero prefería alertarlo en caso de que éste fuera peligroso.- En su hombro...Derecho...- Apuntó a su propio hombro para enfatizar la indicación.
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Post by Kaira Voll on May 20, 2017 4:13:03 GMT
Sin dejar de armar la corona de flores escuchaba atento a su compañero, parecía que él también disfrutaba pasar momentos a solas, tal vez por que era tan timido. Solo sonrió en respuesta, a él le parecía un chico agradable a pesar de su apariencia tan severa. Se quedó pensando en si Oron tendría algun ser querido, probablemente no, se le veía introvertido que probablemente no pensaba en esas cosas o sí lo hacía pero quizás no se había atrevido a ser cercano a alguien.
Parecía que cuando el rubio lo llamó tenía la intensión de alertarlo de algo pero no entendía. - ¿en mi qué? - Le miró confundido y cuando entendió la seña voltió a ver su propio hombro y lo que se encontró fue una araña enorme, con patas largas que se estaba trepando en él. El unicornio no se esperó para sacudirse con una mano sintiendo como la araña se trepaba rapidamente sobre su cabello. - ¡Oron, quitamela! ¡Quítamela! -gritaba sacudiendose el cabello con las manos desesperado muerto de miedo, sí, los insectos repulsivos le provocaban pánico.
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Post by Óron on May 20, 2017 23:58:28 GMT
Óron no atinó a reaccionar en seguida y su mirada fue de puro pánico al ver al joven Kaira tan desesperado. Se levantó tan rápido como le fue posible con su gran cuerpo, pero no logró acercarse al histérico muchacho, pues Kaira insistía en revolver su cabello en un banal intento por ahuyentar al animalito.
Óron apretó los labios, sus manos eran demasiado grandes y toscas como para lograr actuar mientras Kaira enloquecido exclamaba por su ayuda. Incluso podría lastimarlo si lo intentaba.-¡Kaira! ¡Kaira espera, no puedo si...!- Óron en un arranque de desesperación olvidó la formalidad y su timidez, rodeó al unicornio con un brazo y sin mucho esfuerzo, lo acercó a se pecho para inmovilizarlo; con la mano libre, comenzó a buscar en su enmarañada melena. Apretó los dientes y sostuvo el aliento en un intento de vencer la vergüenza que lo corroía desde dentro, puesto que el unicornio necesitaba de su ayuda, no podía limitarse a observar. -¡Li-listo...Ya está!.- Consiguió sostener a la araña en su palma y enseguida se alejó de Kaira como si le quemase su cercanía dando unos pasos hacía atrás. Aunque estaba convencido de que sus acciones habían sido justificables, sus ojos delataban culpa y arrepentimiento.- Disculpa...No podía hacer nada mientras te movías.- Dejó a la araña en una rama alta y encorvó nuevamente su postura.
Su corazón aun corría con sobresalto, mantuvo su vista aferrada al suelo, apretando los puños con nerviosismo, ¿Se habría enojado? ¿Tal vez debía...Irse?. Lo miró directamente a los ojos en un reflejo propio de su preocupación, para toparse con lo que menos había esperado. Kaira estaba todo colorado por los incesantes movimientos de hacía un rato, su largo cabello enredado con su cuerno, pasaba por su frente cubriendo casi por completo sus ojos, su ropa estaba desarreglada y aun respiraba entrecortado, como quién estuviera apunto de soltar en llanto. Óron estrechó sus ojos y en una reacción un tanto involuntaria sintió un hormigueo en el estomago que se extendía hasta su garganta, cubrió sus labios para evitar emitir cualquier sonido, pero al final, ni con toda la fuerza del mundo podría haberlo evitado.
El oni comenzó a reír, a reír con un aire completamente inofensivo, el gracioso estado en el que se encontraba Kaira, siendo tan indefenso ante algo cincuenta veces más pequeño que él, irremediablemente removió el humor en Óron. Tomó su estomago y apretó los músculos en un intento por detener las involuntarias contracciones, pero de más estaba decir, que fue inútil.
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Post by Kaira Voll on May 21, 2017 3:14:19 GMT
No podía tranquilizarse, mantener la calma no sería posible mientras tuviera una araña horrenda encima. Se sacudía el cabello frenéticamente hasta que sin pensarlo se vió atrapado entre los brazos de Oron; el muchacho amablemente le había ayudado con la araña, lo extraño fue la manera en que se comportó después de eso, primero pensó que quería huir pero la risa fue lo que más le confundió. Era impsoible inograrlo, la carcajada lo contagió de a poco provocandole la risa a él, poco a poco reiría de lo ocurrido, seguramente se habría visto muy tonto y quien sabe que aspecto tendría ahora.
-¡No te burles! ¡En verdad me provocan pánico las arañas! -renegó entre risas, cubriendo sus labios con el dorso de su diestra tratando disimular la risa, le era imposible. Secó una lagrima que corría por su mejilla guardando compostura; intentó arreglar su apariencia y sin más, levantó del suelo la corona de flores que estaba haciendo, ya estaba lista, al parecer. Sin más, se acercó a donde estaba el Oni y con cuidado se la colocó en la cabeza. - ¡Se te ve muy bien! -comentó a pesar de que le quedaba un poco pequeña, igual la podría usar sin problema. - Gracias por ayudarme -
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Óron
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Post by Óron on May 21, 2017 17:24:44 GMT
Su risa había logrado penetrar en el corazón de Kaira, también siendo victima del hilarante momento; y a pesar de que fueron sólo unos segundos, Óron pensó que eran los mejores segundos de su día, incluso, tal vez los mejores en años. Pero como era de esperarse, su sonrisa fue mermando cada vez más, el aspecto de Kaira ya no lucía tan cómico después de que se arreglase un poco y el oni cayó en cuenta que había sido un poco grosero soltarse así, cuando no tenían mucho de conocerse, aunque fuera por una razón completamente inofensiva. -Perdona...- Rascó su mejilla con suavidad, notó que ya no sentía tanto terror a la compañía del unicornio, y aunque su mirada seguía gacha, sus músculos ya no mostraban tanto esa rigurosa tensión incomoda.
Fue entonces que escuchó como el unicornio se levantó y caminó hacía él, Óron se quedó quieto, con la mirada fija en el pasto; consciente de que, si no retrocedía en ese momento era porque sus piernas no le respondían. Teniéndolo ya frente a él, el oni comenzó a ponerse más y más nervioso.- Ka-kaira...- Musitó trémulo, ansioso por no saber qué pretendía, sintió como el muchacho levantaba sus brazos y se alzaba en las puntas de sus pies, ¿Iba a abrazarlo? Por Dios, apretó los parpados con fuerza, dispuesto créanlo o no, a recibir aquel inesperado gesto. Sin embargo, no sintió delgados brazos rodeándolo, ni piel fresca contrastante con la suya, en su lugar, percibió algo sobre su cabeza. Abrió primero un ojo y enseguida el otro. Kaira lo miraba con una deslumbrante sonrisa, agradeciendo su acto tan heroico, el enorme oni, aun con cara de desconcierto y haciendo un esfuerzo por entender qué pasaba, tocó la corona sobre su cabeza, sin duda era la que había estado haciendo hacía unos minutos.
Óron no pudo evitar avergonzarse por tan incrédulos y ridículos pensamientos, y sin razón alguna para quién lo viera, comenzó a rebelar un rojo más brillante en sus mejillas, como si hubiera brazas incandescentes bajo su piel. El oni cubrió su rostro y se giró un poco evitando estar de frente a Kaira. -No fue...Nada.- Se regañó por ser tan ingenuo, pero tendría que calmarse o Kaira podría darse cuenta de su estupidez.- Kaira yo...Recuerdo que en las aguas termales dijiste, que eras boticario...- Intentó cambiar el tema, ahora tendría que hacer un esfuerzo sobrehumano para volver a mirarle.- Sé donde crecen plantas que no son fáciles de conseguir en un mercado, así que...Tal vez les encuentres algún provecho.- El oni dubitativo por su decisión de prolongar más su compañía, apretó los puños con incalculable tensión.
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Post by Kaira Voll on May 23, 2017 4:23:20 GMT
No podía explicar la ternura que Óron le provocaba, tenía una apariencia que repelaría a cualquiera pero una vez tratandolo podrías notar que por dentro no lo era en lo absoluto. Tras escuhcarle hablar sobre aquel sitio atrapó toda su atención. - ¿Qué tipo de plantas? -preguntaría curioso, intrigado ¿Había un lugar así en el bosque de las hadas? Probablemente, él no lo conocía por completo, aunque tenía sus paseos por el bosque nunca se atrevió a aventurarse tan lejos del área que ya conocía. - Bueno, entonces vayamos - tomó una de las manos de su nuevo amigo para que lo guiara. - ¿Vas seguido? ¿Es peligroso? - se sentía como un niño preguntando por todo, tampoco podía alejarse tanto, ¿y si pasaba algo?
Durante la larga caminata, el unicornio seguía muy de cerca al oni; observaba bien a su alrededor, quería aprenderse bien el camino para poder ir en otras ocasiones, se sentía emocionado. Finalmente, llegaron a un risco enorme, ¿Cómo era que un lugar así existiera en el bosque? Después del jardín de Aesther en el templo de las hadas, no había visto nada igual. Las rocas cubiertas de musgo, arboles frondosos que ni siquiera eran parecidos a los de las fueras del bosque, pero lo más impreisonante era la cascada. -¿Esto es... real? -preguntó avanzando viendo a su alrededor. El ambiente era húmedo, impregnado a ese aroma fresco, de vida. - ¿Cómo encontraste este lugar? - hablaba agachandose observando las plantas enanas que tenia junto a sus pies, acuclillandose para verlas de cerca. - Vaya, tenía tiempo de no ver una de estas, es fascinante. - hablaba tocando la hoja de la planta con cuidado, acariciando su brillante y verde hoja.
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Óron
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Post by Óron on May 23, 2017 22:51:32 GMT
Kaira no tardó en aferrar su mano a la de Óron, como si con ello evitara problemas o accidentes. Claro que para la mente de Óron terminó siendo una odisea, puesto que, por más que intentaba actuar natural, sus movimientos triplicaron su torpeza y su acaloramiento lo llevó a casi expulsar vapor por los poros. Y que los Dioses le ayudaran cuando decidió no negarse a aquel apretón.
El muchacho preguntaba las cuestiones que se le ocurrían, como si se tratara de un aprendiz muy disciplinado, siendo que el oni sólo contestaba con cortas respuestas o monosilabos, más pendiente de no tropezar con el sendero tan traicionero. Llegaron al cabo de unos minutos, Kaira estaba maravillado con todo el rededor, al parecer nunca había pisado esta parte del bosque. - Antes de ser guardia del otoño, tenía mucho tiempo libre.- Contestó al tiempo que lo veía agacharse para contemplar las plantas lugareñas. De verdad tenía mucha variedad, más de la que he visto en todo el bosque.
El oni se quedó quieto mientras Kaira revisaba los alrededores, estaba completamente absorto en sus pensamientos. Su mano cosquilleaba como si estuviera consciente de que algo había tocado aquella zona, algo que nunca antes había tocado. Miró su palma y apretó la misma, "Cálmate" Rezó dentro de su mente.-Por allá hay más...- Señaló sobre unas cuantas rocas llenas de lama, en ellas crecían unos extraños brotes de hongos, o al menos eso creía que eran.- Los animales la mastican, pero rara vez se la tragan.- Comentó con seguridad, pues cuando Óron venía de visita al bosque, se tomaba el tiempo de observar todo con detalle y comprobar mediante la rutina, que esa teoría era cierta. Incluso había intentado comer uno, pero el fétido aroma que desprendían no se lo permitió.
El enorme oni subió las rocosas para mostrarle uno de aquellos hongos, y siendo que no era la primera vez que lo hacía, sus pasos fueron demasiado confiados, provocando su estrepitosa caída al lago, que aunque no era demasiado profundo, hizo que una enorme cantidad de agua saliera dispersa por el aire.
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Post by Kaira Voll on Jun 8, 2017 1:52:44 GMT
Estaba perdido viendo las plantas sin prestar atención en su alrededor hasta que el escuhcar a Oron lo sacó de su ensimismamiento. - Oh, seguro los usan para purgarse cuando se sienten muy enfermos de el estomago. -agregó poniendose de pie para ir a acompañar al enorme oni. - Eres muy observador... - que agradable era conocer a alguien que pasaba tiempo en observar la naturaleza. - Ten cuidado - advirtió al verle escalar unas rocas, las cuales se veían húmedas y el musgo podría ser traicionero eso pensaba y no se equivocó pues el rubio terminó cayendo a un ojo de agua, que aunque no era muy profundo, salpicó la suficiente agua para mojarlo a él también. El agua era muy fresca y al caerle encima no pudo evitar suspirar sintiendo un escalofrio recorrer por toda su espalda.
- ¿Estás bien? - preguntó sintiendo la piel eriza. - Te dije que tuvieras cuidado... - quería reirse pero primero debía estar seguro que la caída no había pasado a mayores, que seguramente no sería el caso. - Dejame ayudarte. - el unicornio se acercó a una de las rocas con sumo cuidado y tendió una mano para que el oni pudiera levantarse.
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Óron
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Post by Óron on Jun 8, 2017 22:35:48 GMT
Su cabello era poco más que un desastre nuevamente, pues mojado adquiría más peso y se enredaba con su cuerno. Sin embargo, nada de eso le importaban ahora, pues su mente y su cuerpo estaban estremeciéndose al sentir tanta vergüenza y pena juntas.
Estaba sentado dentro del ojo de agua, apoyando sus manos en el fondo rocoso, con las piernas flexionadas. Su mirada estaba agachada, sin poder atreverse a levantar el rostro, conteniendo la impotencia por no poder desaparecer. Kaira no tardó en acercarse a revisar que todo estuviera en orden, y aunque físicamente estaba bien, su orgullo se desmoronaba a cada segundo. Sin embargo, el recuerdo fugaz de Kaira con el cabello revuelto y apunto de llorar de miedo, le provocó una replica por la situación tan similar, una risa más tenue pero no menos sincera por los papeles invertidos. Ahora era él quién tenía la oportunidad de hacer reír al unicornio con su apariencia desdichada.
Fue entonces que sobre la superficie del agua, varias flores flotaron a su alrededor, las miró extrañado mientras tomaba una entre sus dedos, pero pronto se dio cuenta que aquellas eran las mismas que habían estado adornando su cabeza. -¡Ah, lo siento!- Óron contuvo el aliento mientras recogía en una mano los capullos y pétalos, que habían conformado su corona. -No recordaba que la tenía puesta...- Una vez los tuvo todos juntos, los miró con algo de decepción. No deseaba pedir que le hiciera otra, pero tampoco quería simplemente tirarlos, no sabía qué era lo que debía hacer. Se levantó un poco desanimado, sin soltar los pétalos y sin poder aceptar la mano de Kaira.
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