Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 6, 2017 12:06:00 GMT
Corría de un lado a otro, saltando, moviendo las cajas, las bolsas, los adornos, estaba emocionada, no había dormido nada en toda la noche, pero había logrado concretar su meta… Preparar los dulces que vendería en el festival, guardo las galletas con formas y grabados diversos en las bolsas que correspondían, adornándolas con listones rojos amarillos y blancos, también guardo los panes, llevaba en ese sentido más variedad de sabor, no solo su clásico pan de miel, también llevaba de centeno y arroz, esta vez más pequeños que los que comúnmente vendía, se dio el tiempo también de darles formas, aunque estas se deformaron al entrar al horno, Silver se rio, se veían extraños, pero aun así abrían el apetito, también llevo otro nuevo tipo de pan dulce, con azúcar y una ligera capa encima de azúcar liquida, no lograba recordar realmente el nombre de esa extraña mezcla, y le había costado bastante hacerla con el horno, pues ella recordaba vagamente la receta de un libro, estaba segura de que necesitaba una cocina, pero aun así el problema fue superado de manera algo extraña y la viscosa mezcla fue derramada sobre el pan, dándole un brillo extraño, se relamió los labios, apartando uno para desayunar cuando saliera el sol. Pasaba a cada momento junto a la ventana, vigilando pacientemente a la llegada del astro, calculando, sacaba dulces y los dejaba enfriar, en ningún momento de la noche la enorme mesa de gruesos tablones de madera estuvo vacía, filas de galletas iban y venían, estaba nerviosa, demasiado, si aquel negocio no resultaba la perdida monetaria le afectaría, había incluso invertido de sus apreciados ahorros, aquellos intocables, pero era necesario, tenía fe, sabía que el arconte también le tenía fe y había anunciado varias veces en la tableta que vendería galletas, esperaba que los dioses la acompañaran ese día, el último día de festival
Y si… ¿Los arcanos ya no querían? Ese pensamiento hizo temblar a la joven, palideciendo suavemente, negó frenéticamente con su cabeza, espantando ese pensamiento, pasaban por su mente una y otra vez las palabras de ánimo del arconte “Si los preparas tú, seguramente todos los compraran” sintió sus mejillas sonrojarse, recordando los eventos de los días pasados, un suspiro enamoradizo escapo de su boca, mas no pudo permitirse envolverse en esa nube rosa y acaramelada, aún quedaba mucho que hacer, y la misma emoción y nerviosismo que sentía la mantuvieron despierta casi toda la noche. Todo al fin estaba empacado y listo para ser trasladado, suspiro, dándose un tiempo de comer algo, el sol estaba cerca de salir y aun le sobraba tiempo, calentó agua con el mismo recipiente metálico con el que había hecho su dulce mezcla y aprovechándose de ese envase grande, vertió todo el contenido de la bolsa de café, la mezcla era oscura y el inconfundible olor de la semilla se hizo presente, lo revolvió lo mejor que pudo hasta que ya no vio grumos y se sintió satisfecha; Se acomodó en el asiento, limpiándose un poco la cara que aun tenia los rastros de la harina en ella y dio un sorbo del líquido caliente, saco la lengua frunciendo el ceño, demasiado amargo y demasiado caliente para su gusto, tenía tiempo pero no el suficiente como para esperar a que el café se enfriara, suspiro mientras se estiraba para alcanzar la miel que aún estaba sobre la mesa y también atraer el pan dulce, agrego un poco y revolvió nuevamente, soplando la superficie del líquido antes de beberlo esperando con eso enfriarlo, su esfuerzo no había valido la pena, pero el café estaba mucho mejor. Devoro con gran apetito ese pan, pues el hambre había bajado de golpe al sentarse por esos breves momentos, la sensación de la azúcar liquida era extraña, algo pegajosa al estar más seca pero no así desagradable, quizás no le gustaría a quienes no eran fanáticos de lo dulce, pero pensaba que tenía una buena terminación, bebió otro poco de café para ayudarse a pasar el pan, la cálida sensación paso por su garganta al dar un gran trago, ayudándose con ambas manos para levantar el recipiente, también sintió como esa sensación de adormecimiento en su cuerpo se alejaba progresivamente, volteo suavemente a ver por la ventana, suspirando, alegre, risueña, esperanzada, y con unas notables ojeras bajo los brillantes ojos violetas, se sentía realizada, recargo su rostro en su mano y el codo en la mesa, mirando a la ventana de forma distraída, disfrutando esos segundos de paz, paz que tuvo que ser abandonada cuando vio asomarse los primeros rayos de sol, bebió el resto del café de un sorbo y devoro rápidamente el resto del pan, golpeándose suavemente el pecho para ayudarse a tragar, se limpió la boca con su delantal y corrió para limpiar lo que le quedaba de utensilios sucios, así podría irse relajadamente a su hogar luego de la jornada, si es que todo iba bien obviamente
Camino a paso nervioso hasta la otra instancia, donde esperaban las cajas con mercadería y comenzó a desvestirse para cambiar las sucias ropas por aquel nuevo conjunto, era diferente a su vestido azul, y estaba nerviosa pues no había tenido la oportunidad de probárselo correctamente, pero tenía fe, se apresuró en terminar de quitarse la ropa, sacudiendo su traje antes de guardarlo en un bolso, así en caso de emergencia no se vería tan desaliñado, se puso el vestido con cuidado, dejando su cabello largo y plateado amoldarse a su cuerpo, luego pensaría si lo recogía, por ahora lo importante era vestirse pues de seguro el arconte llegaría en cualquier segundo. En medio de la noche y de su frenesí, cayó en cuenta lo difícil que sería cargar aquello sola, dudo varios minutos pero finalmente se decidió en enviar esa señal de auxilio al arconte, citándole al amanecer para transportar primeramente los adornos de su puesto y luego, la mercadería, y si es que él lo deseaba, acompañarla a vender durante la extensa jornada; Se sorprendió no solo de lo rápida de la respuesta, pues ya estaba entrada la noche cuando envió el mensaje, sino también de su afirmativa, estaba emocionada, el trabajar con el arconte le emocionaba, y vender en el festival también lo hacía, quizás si generaba muchas ganancias, podría contratar a alguien más y así la panadera podría tomar más clientela o bien… un segundo trabajo, hace unos días, durante su salida con Kayn y Corneille, una idea había quedado rondando fuertemente su cabeza… y ahora deseaba saber si ese sueño podría volverse realidad –Bien…estoy lista- se dijo a si misma mientras terminaba de ordenar la falda, comenzó a peinar su cabello, sacudiéndolo por si aún tenía harina
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 6, 2017 17:10:24 GMT
De alguna u otra forma la actitud del Arconte había cambiado tanto desde los últimos días, todo lo ocurrido, los acontecimientos de aquellas noches en el Festival habían sido totalmente inesperados para el, había sucedido lo que creía jamas pasaría, pero eso lo hacia feliz, se notaba en su rostro, su expresión fría se había aligerado de tal forma que los granjeros y la gente que vivía en los plantíos lo saludaban con temor reducido al verlo pasar. Se había levantado muy temprano ese día, una hora antes del amanecer más o menos, ya que el día anterior unos granjeros se habían atrevido a pedirle ayuda para poder cargar unos sacos con semillas y harina a unas carretas, el Arconte había aceptado ayudar sin problemas, así que en cuanto su ropa ya estuvo lista y cubriendo su cuerpo, salio de su hogar en dirección a la casa de los granjeros para avisarles que iba a comenzar con el cargamento. Eran una gran cantidad de sacos, amontonados a un lado de las carretas, las cuales eran tres, todas con destino a la Ciudadela, estaba claro que aquellas personas necesitaban ayuda, sus cuerpos no estaban hechos para hacer tantos esfuerzo, incluso se veían bastante viejos, así que al Arconte no le molestaba darles esa mano. Comenzó con cierta calma a cargar los sacos en las carretas, uno por uno, cargándolos sobre su hombro y dejándolos acomodados de tal forma de poder aprovechar al máximo el espacio de cada carreta, quedaba bastante tiempo para que los sacos fueran necesarios en su destino, así que tuvo el cuidado necesario con sus aun delicadas heridas. Escucho el sonido de su Tableta arcana al recibir un mensaje, sacándola y revisando de que se trataba, su boca dejo ver una muy leve sonrisa en cuando vio el remitente, leyendo detenidamente el mensaje, el cual respondió casi de inmediato con una positiva afirmación ante la petición de ayuda. El Arconte se acerco a uno de los dueños de la carreta, preguntándole si al terminar podía llevarlo hasta la Ciudadela, recibiendo una agradecida respuesta por parte del ajeno. Así paso la hora, entre carga y acomode de los sacos en las distintas carretas, tomando leves descansos entre cada una, lentamente se podía ver como estas se llenaban con el contenido de una forma muy ordenada, y en cuanto una estaba lista, esta partía de inmediato a la Ciudadela. Termino de cargar la ultima, limpiando un poco el sudor de su frente con su manga, el ultimo granjero le dio las gracias con una reverencia, y comento que lo esperaría por si le hacia falta algo para comenzar el camino hasta el lugar destinado. Corrió hasta su casa, cambiándose de ropa pues la que había usado para el trabajo se había ensuciado casi por completo, ya la lavaría después, revisando que nada se quedara, desviando su mirada hasta una de las repisas donde reposaba aquel listón rojo usado unas noches atrás, El Arconte se acerco lentamente, mirándolo con cierta curiosidad, para posteriormente tomarlo, y amarrarlo notoriamente en su muñeca, con una leve sonrisa.- Así son las cosas ahora... ¿No?.- Musito en voz baja mientras miraba a un lado de su cama su clásica Alabarda negra, pensando detenidamente si debía llevarla o no, al final se decidió por la ultima opción, pero lo que si llevaría seria su Flauta, quizás podría acompañar a Silver con una melodía cuando su jornada de trabajo concluyera. Preparo todo lo demás, bolsita de Mirvos, una pequeña cartera amarrada a su cinturón, y ya estaba, salio de la casa asegurándose de haber cerrado bien, y camino con calma hasta donde estaba el granjero y su carreta esperando por el chico de ojos rojos. Se acomodo a un lado del amable caballero, el cual de un muy suave gesto le dio la señal aquel caballo para emprender el camino, a paso lento y seguro para no sobre esforzar al animal. El señor no pudo evitar notar el listón rojo en la muñeca del Arconte, mirándolo con una sonrisa casi de oreja a oreja.- Su amada debe estarlo esperando, ¿No es así?.- Su voz mostraba mucha curiosidad, puesto que no era común ver a alguien tan serio y frio como el en una especie de relación, menos con una chica tan expresiva y animada como lo era la muchacha de plateada cabellera.- ... Si, espero verla pronto.- Respondió al comentario mientras fijaba su mirada en el paisaje alrededor, el Señor dio una leve y amable risa y simplemente fijo su mirada en el camino. Xhial no podía evitar sentirse nervioso por aquel encuentro con Silver, así que para relajarse, tomo la Flauta de su cinturón, y comento a entonar melodías alegres, acompañadas del tarareo de aquel granjero al escucharlo, para hacer más animado el viaje. El sol ya comenzaba a mostrarse grande y glorioso en el cielo una vez llegaron a la Ciudadela, en la entrada, el Arconte se bajo lentamente y con cuidado de la carreta, mientras él y el granjero se agradecían mutuamente por la ayuda, despidiéndose y cada uno siguiendo con su camino. Recorría lentamente las calles, todo parecía prepararse para las ultimas jornadas de aquel animado festival, aunque el Arconte agradecía que se fuera a despejar por fin de tanta gente. Mientras caminaba en dirección a la panadería de la chica, su vista se vio distraída por un puesto de ventas en especial, pues era un comercio de una gran variedad de flores, Xhial se acerco lentamente a este, mirando las distintas especies que habían, y posteriormente mirando a la dueña, preguntando por el precio de una en especifico.- Tiene buen gusto Joven, ¿Es para su enamorada?.- La voz de la señora tenia un tono pícaro y a la vez dudoso, el Arconte solo respondió moviendo la cabeza en señal de aprobación, a lo que la señora simplemente sonrió y le entrego aquella, con un notorio guiño con el ojo.- Venga, mucha suerte con ella~.- Fue lo ultimo que comento antes de seguir con su trabajo, Xhial admiro la flor, por fin la había encontrado, aquella flor tan perfecta como la chica que amaba. A lejana vista podía apreciarse ya su destino, el local de aquella chica, apresurando el paso llego hasta la entrada de esta, abriendo despacio la puerta y entrando haciendo sonar la campanilla de esta, pudo ver a la chica de plateada cabellera, acercándose a ella, admirando la gran cantidad de cosas que había hecho, y por supuesto, sus ojeras.- Te ves cansada Angel... ¿Te desvelaste?.- Pregunto con aire preocupado, mientras la miraba con cierta amabilidad y una leve sonrisa. Estiro su mano con aquella flor prometida con algo de nervios.- Es... para ti, espero te guste.- Se aclaro un poco la garganta, tratando de ocultar sus notorios nervios.
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Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 7, 2017 7:40:12 GMT
Suspiro suavemente mientras seguía cepillando su largo cabello con los dedos, pensó en el error que era no haber traído un cepillo, pero ya no podía hacer nada, al menos había tenido suerte y no se había enredado tanto, estaba acostumbrada a peinarlo con los dedos de vez en cuando… La verdad era que le tenía mucha estima a ese cabello, era la primera vez en su vida que tenía un cabello tan largo y bonito e intentaba cuidarlo mucho, a veces se quedaba mirando los peinados de las mujeres e intentaba imitarlos, sin éxito alguno, demasiado complejos a simple vista. Se sentó en uno de los banquitos que siempre tenía junto al horno para cuando los clientes se quedaban a conversar o simplemente cuando estaban cansados. Se quedó mirando a la puerta, pensativa, intentando decidir algún peinado, pero conocía tan poco que si no lo dejaba suelto o lo recogía, la única opción que le quedaba era trenzarlo; Paso suavemente su cabello hacia el frente y desde la parte superior, comenzó a tomar mechones de cabello, entrelazándolos suavemente, con lentitud, no quería equivocarse y que su cabello se enredara nuevamente, poco a poco comenzó a tomar más cabello, incluso tomo parte de su flequillo, sería la primera vez en mucho tiempo que llevaría el rostro tan despejado, se sentía expuesta ante la idea, pero extrañaba un poco tener el rostro despejado, quizás recortaría aquellos largos mechones que cubrían su rostro; Estaba por terminar, los que en su inicio habían sido pequeños y delgados mechones ahora eran gruesos, pues ya estaba en el final y usaba todo el cabello que terminaba reposando en su pecho, esta vez los dedos se movieron más rápido, más hábiles, pasando de un lado a otro las hebras de cabello, acomodándolas, asegurándolas para que no fueran a desarmarse; Estaba por terminar cuando el sonido de la puerta seguido por la campanilla la sacaron de su distracción, volteo a ver, el arconte estaba allí, había llegado junto con el sol, entrecerró un poco los ojos, le había dolido ver el sol de golpe, parpadeo un poco, froto sus ojos mientras sujetaba el final de la trenza con su otra mano, se apresuró en finalizarla, jalando un poco y generando un nudo con su mismo cabello, esa técnica nunca le fallaba, se levantó del asiento para acercarse también al arconte y sonreírle de forma cálida
-Me alegra que pudieras venir, agradezco mucho tu ayuda- su voz era suave, con una sonrisa emocionada, toda esa energía no se había ido, solo estaba controlada, llevo sus manos a sus mejillas cuando Xhial le pregunto por su estado ¿Tanto se notaba? No lo sabía, no tenía donde poder mirarse mejor, pues su imagen en el metal se veía algo distorsionada – si he he… pero eh logrado mi objetivo- Llevo ambas manos a su cintura y sonrió orgullosa, dando una suave risa, para luego dar un suave golpecito a las cajas perfectamente apiladas – Creo que quizás me eh pasado… espero que podamos venderlo todo – soltó un suspiro nervioso escapo de sus labios rojizos, vio algo violeta en la mano del arconte, una bellísima flor fue presentada a ella, Silver se sorprendió, recordando en ese momento el obsequio que le había pedido, tomo con sus manos la flor, maravillada, asombra de la hermosura de aquella flor, sus manos temblaron ligeramente, no quería romperla – Es… bellísima… yo… no pensé que realmente me traerías una flor así…- Admitió, sintiendo las mejillas enrojecer, sintió su corazón estremecerse y acerco la planta a su pecho, se sentía emocionada, conmovida, era la primera vez en su vida que alguien le obsequiaba una flor, normalmente ella lo hacía, cuando alguien cercano moría, pero esta situación era completamente diferente, era feliz, era dulce, era cálida… Sus ojos se aguaron un poco de la emoción, soltó una suave risa y con cuidado, la llevo hasta su cabello, deseaba llevarla consigo, pero sin que pudiera verse afectada por el ajetreo de las ventas y si la ponía con su vestido seguramente se caería, le tomo un poco de tiempo, pero por fin logro acomodarla, asegurar de que por nada del mundo se cayera de su lugar, contuvo el aire luego de inflar el pecho, sonriendo, una sonrisa de felicidad completa - ¿Qué tal se ve? -
La chica recordó entonces un detalle vital vital – Espera, yo también tengo algo para ti- sonrió, dando una risa traviesa – cierra los ojos – Ordeno mientras le daba la espalda, levantando un poco la falda del vestido, era más cómoda que la que usaba siempre, tal parecía que si había subido de peso, pensaba que debía comprar pronto una nueva, pero eso no era urgente, metió las manos en el bolso, fijándose de que el arconte tuviera sus ojos cerrados, contuvo apenas otra sonrisa y del bolso, un ovalado muñeco salió, con orejas demasiado largas y un rostro sencillo bordado, la verdad era que Silver no se sentía orgullosa de aquel muñeco, pero luego de intentarlo cinco veces, ese era el mejor, el que más se asemejaba a un conejo, volvió a pararse frente a Xhial, tragando saliva suavemente, nerviosa, tomo suavemente las manos del arconte y deposito allí el muñeco, dando un suspiro para intentar calmarse –Ya puedes mirar…- indico, alejándose un poco, esperando alguna queja o negativa
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 8, 2017 1:08:29 GMT
El Arconte miro con cierta sorpresa a la Dragona cuando pudo admirar aquel vestido y peinado con mayor detalle, aquella trenza era un peinado simple, pero en combinación con aquella ropa tan arreglada y cuidada, hacia lucir muy hermosa a su amada, a pesar de todo, el corazón de Xhial latía de forma acelerada y no encontraba las palabras para decírselo. Ladeo la cabeza ante aquella pose de victoria que realizo la ajena respecto a su logro de cocinar todos aquellos dulces, mirándola con curiosidad.- Veras que cuando termine el día no quedara nada.- Comento con seguridad mientras miraba aquellas cajas tan bien ordenadas. Sintió un enorme alivio y alegría cuando noto cuanto le había gustado aquella flor a su amada, de alguna forma tenia miedo de que no fuera así, pero no fue el caso, dejando ver una leve sonrisa ante las reacciones ajenas, y su acción de ubicar el tan delicado regalo en su cabello.- Se te ve hermosa... Tu te ves hermosa.- Contesto ante su pregunta de una manera sincera y amable, en respuesta a la sonrisa tan bonita que dejo ver la chica de plateada cabellera, mientras el Arconte llevaba su mano a aquella trenza recién hecha, con mucho cuidado, para acariciarla durante unos momentos. De verdad amaba estar con ella, de alguna forma era una sensación de calma que pocas veces lograba tener en su interior, podía ser tan sincero, expresarse de una mejor manera, ¿Como es que lo había cambiado tanto? 90 años habían pasado sin dejar de sentirse vació, totalmente solo, y todo fue cambiado en cuestión de días por aquella chica tan especial. Las palabras de Silver lo tomaron ciertamente por sorpresa, ¿Le tenia un regalo? La mirada de curiosidad del Arconte era notoria, ¿Que podía ser eso que la chica el tenia? Se dispuso a cerrar los ojos con firmeza, nervioso, nuevamente ella le iba a dar un regalo, mientras que el solo pudo regalarle aquella flor, de alguna forma le causaba desilusión, pero no era tiempo de pensar en ello.
Se sentía impaciente, pensaba las posibilidades de que seria aquel regalo, ¿Algún nuevo tipo de dulce? ¿Otro tipo de pan, quizás? ¿Algo no comestible? No lo sabia realmente, las dudas tan extrañas pasaban por su mente pero estas se detuvieron al sentir las manos de la ajena poner algo entre las propias, aun sin abrir los ojos el Arconte pudo sentir la textura de esto, era suave y blando, y cuando la chica le dio la señal, lentamente pudo observar de que se trataba aquel tierno obsequio. Levanto un poco las manos para observar mejor aquel peluche hecho a mano, el rostro del Arconte no mostraba signos más allá de la curiosidad, sus dedos lentamente tocaban de forma leve el cuerpo del conejo hasta llegar a sus orejas, en las cual simplemente se quedo quieto observando.- Esto es...- Comento en un tono bajo sin quitar su vista del animalito artificial, y repentinamente, los dedos que se encontraban en las largas orejas de este, comenzaron a moverlas de forma animada pero con cuidado, cualquiera podría decir que el Arconte no gusto de aquel regalo, pero era todo lo contrario, era simplemente que estaba demasiado concentrado en él. Daba apretones muy suaves a aquella criatura de tela, el rostro del Arconte mostró un muy leve sonrojo para posteriormente mirar a la chica.- ... Me encanta, gracias... Angel.- Dio una leve pero sincera sonrisa a la muchacha de plateada cabellera, volviendo su vista al peluche, con nostalgia, se sentía tan infantil con sus acciones de recién pero no le importaba, no frente a ella al menos, pues le daba igual que ella viera aquellas facetas del Arconte que tantos años trato de ocultar bajo su clásico semblante frio. Una idea bastante tonta e infantil paso por su mente, recordando aquellos pequeños y peludos animales que cuidaba en aquel pueblo en Valencia, levantando aquel peluche con sus manos, y dejándolo de frente sobre su cabeza, los conejos de aquel pueblo solían hacer eso cuando Xhial los cuidaba y jugaba con ellos recostado en los verdes prados. Mantuvo el muñeco durante unos momentos sobre su cabeza, para posteriormente quitarlo y sostenerlo entre sus manos mirando a la chica.- ¿Con que empezamos?.- Pregunto ladeando un poco la cabeza, llevando con cuidado el muñeco hasta aquella pequeña cartera en su cinturón, acomodándolo de tal forma que este no se cayera y a la vez se dejaran ver sus ojos y sus orejas.
Camino un poco por la panadería, eran bastantes cajas llenas de cosas, pero el Arconte se había ofrecido a ayudar, y eso haría. Algunas ideas pasaban por la mente del Arconte, muchas, de hecho, podrían llevar las cosas de a poco a una velocidad apresurada, o de a montones pero con el debido cuidado a un paso lento y relajado. A Xhial se le paso por la cabeza pedirle ayuda a alguno de los granjeros que haya terminado con sus entregas del día, eso les ahorraría mucho trabajo, pero cuando iba a comentárselo a Silver, un sonido natural irrumpió notoriamente el lugar, un gruñido por parte del estomago vació del Arconte, lo había olvidado, no había desayunado, simplemente despertó, trabajo y partió a ayudar. El silencio reino durante unos incómodos momentos para el Arconte, para posteriormente cruzar sus brazos alrededor de su abdomen, dándose la vuelta con un leve sonrojo.- ... Lo siento por eso...- Comento en voz baja aclarándose la garganta y volteando a verla de forma más seria tratando de ocultar aquella vergüenza que aun quedaba en el.- Dime que hacer y lo haré.- Comento esperando las indicaciones de la ajena para comenzar ya con el trabajo.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Aug 15, 2017 16:19:19 GMT
Su corazón latió emocionado, impaciente, veía cada uno de los gestos del arconte al tener el muñeco en sus manos, y la sonrisa de la chica poco a poco desaparecía al no ver una respuesta positiva ¿Realmente había quedado tan mal? Lo había intentado varias veces, se había esforzado, pero parecía ser que ni eso fue suficiente, se sintió decepcionada de sí misma, y bajo la mirada con suavidad, esperando alguna palabra más antes de volver al trabajo, no sabía cómo lidiar con esa sensación en su pecho, realmente ele dolía, le ardía, el que su esfuerzo no fuera suficiente para impresionar a su amado, sabía que el muñeco tenía muchos defectos, se mordió los labios antes de abrirlos, dispuesta a disculparse y ofrecer comprar uno mejor, se abrazó suavemente a sí misma, con la mirada en el suelo, como si eso fuera lo más importante – Yo Xhial…lo- la voz de la chica había salido baja, apenas audible, y se vio interrumpida por el comentario de Xhial, Silver subió la cabeza incrédula, viendo detalladamente el rostro del arconte frente a ella, ese tenue sonrojo y esa expresión sincera; no mentía, no le mentía por compasión, realmente le había gustado, le había encantado. Observo al arconte poner al muñeco en su cabeza, mirándolo, podía notar la diversión y la nostalgia del arconte, recordó entonces su comentario aquella vez que durmió en su casa, cuando avergonzado le había confesado el porqué de su amor por los peludos animales; Una sonrisa llena de ternura escapo de los labios de Silver, algunas acciones de Xhial simplemente le llenaban de ternura, su contraste con su rostro serio y frio, pero el calor que le daba a la chica era… único
Le vio amarrar al muñeco en su cartera y luego recorrer la panadería para ver el trabajo, también escucho su estómago gruñir, seguramente no había desayunado, y esa sensación de ternura creció en la chica, que se acercaba lentamente al arconte, dejándose llevar por esas sensaciones cálidas en su pecho, termino de acercarse a él y levantándose de puntillas tomo el rostro del arconte para depositar un suave beso en sus mejillas, había tenido primeramente el instinto de besarlo, pero la vergüenza fue mayor y desvió ligeramente su objetivo, la comisura de los labios de su amado, fue corto, suave, ligero, aun no se acostumbraba a esa idea del amor, y no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran, se rio de la expresión en el rostro de Xhial y tomando suavemente su mano lo guio a la cocina, para sentarlo donde antes había estado ella sentada – no puedo dejar que trabajes con el estómago vacío mi dulce melodía… espera aquí – Ordeno con esa voz cantarina y salió de la cocina, para volver unos momentos después con el nuevo pan, depositándolo frente al arconte con cuidado y pasando por detrás de el con cuidado para volver a llenar el contenedor, mirando a Xhial de reojo -¿Deseas café? – ofreció con voz suave, sacando ya el contenedor con agua y dejándolo en la mesa –Puedo calentar agua en el horno y preparártelo, debes comer bien, será un día largo… ¡oh! Tengo otra cosa para ti- comento con una enorme sonrisa, esta vez de travesura, con cierta malicia, y pasando con cuidado nuevamente por detrás de el
Volvió al bolso de donde había sacado su ropa nueva, casi lo había olvidado por completo, contuvo una risa al ver el objeto blanco, una idea malvada paso por su mente, y a paso sigiloso, volvió a la cocina, mirando a Xhial allí sentado, se mordió los labios suavemente, estaba lista para eso, camino suavemente moviendo sus caderas, provocando que la falda del traje danzara junto con ella hasta estar detrás del arconte; Comenzó a pasar sus manos suavemente por el pecho de Xhial, recargando su cabeza en su hombro, un abrazo bastante coqueto, le costaba retener la risa, puso sentir como Xhial se ponía nervioso, ella estuvo tentada a besarle le mentón, y así lo hizo, pues jamás había besado esa parte de su rostro y ya que estaba allí, necesitaba esa distracción para cumplir su importante misión, sus manos pasaron lentamente de su pecho a la espalda, recorriendo los costados del nervioso arconte que seguía sin notar como la chica le ponía un bellísimo delantal blanco, con bordados bastante finos, se separó de golpe cuando su travesura estuvo hecha, con una sonrisa de oreja a oreja – ¡Tada!- Exclamo la chica emocionada y poniéndose a un lado del arconte para ver su reacción, podía ser mala con los muñecos, pero era excelente bordando, espero la reacción de su compañero
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 16, 2017 3:44:47 GMT
Se notaba que habría mucho que hacer ese día, una gran cantidad de cajas, ademas debían poner el puesto de ventas para trasladar las cosas, era una gran cantidad de trabajo que debían hacer pero el sabia que no podría sin siquiera haber desayunado, su estomago se encargo de recordarle eso. Aun cuando pensaba trabajar en ese estado, sabia que Silver no lo dejaría, y así fue, ella se acerco despacio, besando la comisura del labio del Arconte, causando que este se sonrojara muy levemente mientras la miraba, para posteriormente se tomado de la mano y dirigido a la mesa para sentarse, escuchando las palabras de preocupación y a la vez de cariño de Silver, lo cual hacia bastante feliz a Xhial. Asintió ante sus palabras, con una leve sonrisa en su rostro mientras ella se dirigía a la cocina en busca de algo que el Arconte pudiera comer, simplemente se quedo ahí esperando mientras volvía a mirar de reojo todo lo que había que llevar para poder vender, aunque le hacia cierta ilusión poder ayudar a su amada con aquello. La ajena volvió, con un pan que se veía bastante delicioso para el Arconte.- Gracias, Angel.- Comento con amabilidad mientras daba un pequeño mordisco a este, degustándolo bien mientras masticaba para luego tragar, viendo lo rico que estaba.- Si, un café esta bien.- Respondió a su pregunta mientras daba otra pequeña mordida al pan cuando la ajena dejo el contenedor en la mesa, a la par que se exaltaba recordando algo.- ¿Algo más...?.- Dijo extrañado mientras veia como esta se retiraba, ¿Le daría algo más? Se sentía algo mal por aquello, no había llevado nada más para llevarle, causando que diera un suspiro ante eso.
Al cabo de unos momentos, sintió aquel extraño abrazo, causando un leve sonrojo en su rostro sintiendo como su corazón palpitaba más fuerte, era un abrazo distinto, más apegado y coqueto, recibiendo aquel beso en el mentón sin fijarse de las verdaderas intenciones de su amada. Cuando aquel tierno y coqueto abrazo termino, escucho las palabras de la ajena, mientras el Arconte bajaba lentamente la cabeza viendo aquel delantal.- Un... ¿Delantal...? .-Comento en voz baja, ¿Acaso debía usar eso? No podía, derechamente no podía hacerlo, ¿Lo obligaría a usarlo? Definitivamente no lo iba a usar. Se levanto lentamente de la silla dejando el pan sobre la mesa, mirando a Silver con una sonrisa.- Angel...-Comento acercándose lentamente a ella causando que esta comenzara a retroceder.- Sabes que te quiero mucho... ¿No?... -Su tono tenia un aire de amabilidad y ligera molestia mientras se seguía acercando causando que la ajena quedara de espaldas a una de las paredes de la panadería, Xhial siguió acercándose hasta acorralarla dejando su mano apoyada en la pared.- Pero...- Dicho esto la miro directamente a los ojos notando el nerviosismo de la chica, iba a dejárselo claro.- No usare... un delantal... - Acerco su rostro al de la chica, y lentamente juntando los labios con los de ella, en un tierno y duradero beso, para posteriormente separarse, y dejar ver que con la otra mano se había sacado el delantal, doblándolo bien y dejándolo suavemente en la mesa.- Eso es todo.- Apenas dijo esto, volvió a sentarse a la mesa para continuar comiendo aquel delicioso pan.
El sol ya se hacia notar de mejor manera, las tiendas comenzaban a abrir y la gente comenzaba a llegar, la hora se acercaba.- ¿Que debemos hacer primero?.- Pregunto una vez termino de comer levantándose de la silla y caminando hasta las distintas cajas.- Son varias cosas... quizás podría pedir ayuda a algún granjero que aun no se haya ido con su carreta.- Miro a la ajena cuando dijo eso, era una buena opción, podía considerarla y así evitar hacer un esfuerzo mayor, los granjeros eran buena gente, sabia que no tendrían problemas en ayudarlos con ello. Respiro profundamente mientras tomaba el peso de una de las cajas, no eran tan pesadas pero las heridas de ambos se debían tomar en cuenta, y si tardaban mucho podrían no encontrar un lugar para vender.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Aug 24, 2017 5:17:13 GMT
No sabía cómo había logrado llegar hasta la pared sin caerse, temblaba suavemente, al ver al arconte con esa actitud, y su corazón latía cada vez más fuerte con cada acercamiento, lento, su rostro se acercaba, escuchaba concentrada lo que salía de aquellos tentadores labios, las mejillas cálidas y rojas de la muchacha podían evidenciar su vergüenza, un nuevo temblor lleno su cuerpo cuando sintió la respiración ajena chocar con la suya, Silver estaba completamente acorralada contra aquella pared, deseosa de aquel contacto, que llego acompañado de una sentencia, no tuvo tiempo ni ganas de debatir, cuando por fin los labios ajenos se unieron con suavidad a los suyos, sintió sus mejillas arder aún más, cerrando suavemente los ojos para disfrutar de aquella calidez tan deseada, mantuvo el contacto, correspondiendo, tímido, apenas suaves y temblorosos movimientos, ni siquiera podía mover sus brazos para abrazarlo, había sido tan sorpresivo, tan…tan.. único. El beso duro unos momentos más, cuando finalmente el arconte se separó de la dragona, sentenciando el uso de aquella prenda tan bonita, dejándola perfectamente doblada sobre la mesa y se sentaba a terminar su desayuno; se quedó allí, analizando todo lo que acababa de pasar en cosa de segundos, con el corazón aun latiéndole con violencia, y ese rubor fuerte, llevo lentamente la mano a sus labios, acariciándolos, dioses… como le gustaba Xhial, cada uno de sus rasgos y actitudes, pero ni ella se hubiera esperado aquello, él era directo, a veces algo brusco incluso, pero esa delicadeza, esa…sensación tan…extraña en su cuerpo la hizo temblar, avergonzada, poco a poco recuperaba la movilidad de su cuerpo, pero eso no evitaba que la vergüenza se fuera
Escucho a Xhial luego de que saliera de la cocina, lentamente lo siguió, era verdad, había mucho trabajo que hacer como para que se quedara embobada en la pared, rememorando una y otra vez aquel tierno y largo beso, suspiro suavemente, frotando sus mejillas para salir de su ensoñación, debía acostumbrarse, después de todo… eso sería diario, y no le molestaba para nada la idea. Mordió sus labios mientras pensaba en la propuesta, se sentía algo mal de pedir ayuda y abusar de la amabilidad de los agricultores, pero… en ese momento era lo mejor, asintió, acercándose a Xhial, parándose frente al alto hombre –es realmente una buena idea, si pudieras tu hablar con ellos, ofreces galletas o pan a cambio de sus servicios…- propuso con suavidad, y una tierna sonrisa, la emoción de hacer aquello volvía a su cuerpo, debía concentrarse en el trabajo… Y entonces recordó porque había llevado ese delantal, suspiro, no le gustaba tener que hacer eso, pero era necesario. Detuvo el andar de Xhial, antes de que saliera a conseguir la ayuda necesaria –Xhial…- el tono dulce no estaba, era algo incluso frio, agresivo, una amenaza- Como comprenderás…hoy estas trabajando bajo mi servicio, por lo que tus horas de trabajo serán pagadas como corresponde…- comenzó de forma suave, acariciando lentamente el hombro, antes de apretarlo con ligera fuerza, una mirada seria, filosa, fría, acompaño la sentencia – Como trabajador de mi panadería…quiero que entiendas esto, pues será lo último que diré… Si… te atreves a poner mala cara a cualquier cliente mío… créeme, amor mío, que el usar un delantal será la última de tus preocupaciones…-Avanzo suavemente hasta depositar un beso en la mejilla ajena
-Ahora ve por ayuda, por favor- nuevamente ese tono suave, alegre, infantil salió, el agarre desapareció y la chica le dio la espalda, para poder prepararle el café al arconte, realmente odiaba volver a usar aquella voz…su voz, se sintió extraño incluso para ella… dos años sin escuchar ese tono frio, ni siquiera ante los lobos… ¿o quizás sí? Suspiro, acomodando la trenza en su costado, pasando sus dedos suavemente por las hebras de cabello plateado hasta encontrarse con los largos y suaves pétalos de la bellísima flor, una suave sonrisa salió de sus labios, podía confiar en Xhial, incluso si se lo hubiera pedido de una forma más suave… Pero prefería dejar las cosas en claro, Silver dedicaba muchísimo tiempo a aquel pequeño negocio, esfuerzo, amor; No quería que algún malentendido con el arconte pudiera molestar a alguien que solo venía a comprar algo dulce, conocía el carácter de su amado y en realidad habían algunas cosas que sabía le harían fruncir el ceño, eso se lo permitiría hasta cierto punto, pero si ese enojo, ese ceño era dirigido a algún cliente bueno… Silver en realidad no tenía algún plan a método de castigo… pero podían ocurrírsele muchas cosas. Amaba a Xhial, muchísimo, pero también amaba su trabajo… y rogaba a los dioses, que esa aura de paz y amor impidieran que Xhial se enojase con alguien…
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 24, 2017 23:44:42 GMT
La idea de su amada para poder conseguir la ayuda de alguno de los granjeros le pareció bastante bueno, estaba seguro de que con algunas galletas o pan preparados por ella, no se negarían a brindarles una mano para trasladar todas las cosas que tenían que llevar al puesto donde el Arconte ayudaría a vender. Llevo su mano a la barbilla en una pose pensativa mientras veía las cajas con cosas.- Mhm... Solo espero que alguno acceda a...- Cuando iba a continuar hablando, fue interrumpido por Silver que lo había detenido antes de salir en busca de alguna de las personas a las que pediría ayuda. El tono de su amada era distinto, bastante diferente al de siempre, se escuchaba molesta, fria, incluso al punto de que podría darle miedo a cualquiera que la escuchara hablar así. Escucho clara y atentamente sus palabras, su petición oculta tras aquella notoria amenaza, mientras la miraba directamente a los ojos al hablar, sintiendo como aquella caricia en su hombro se volvía un agarre, no doloroso, pero si notorio, ''Ni siquiera las calles de Sevilla daban tanto miedo...'' Pensó, de alguna forma sabia que hacer caso omiso a aquella amenaza no saldría para nada bien. Se quedo pensando un momento en cuanto la ajena se volteo.- Entiendo, de todas maneras no tenia intención de hacer algo asi, ya sabes, se que te esforzaste por todo esto, si causara problemas, solo tiraría por la borda ese esfuerzo.- Sus palabras eran sinceras a la vez que se acercaba a su amada, para besar suavemente su mejilla con una muy leve sonrisa en su rostro.- Puedes confiar en que me comportare, amor mio.- Repitió aquella palabra en respuesta a las suyas, mientras acariciaba brevemente su cabeza y se disponía a salir de la panadería en dirección a buscar a alguno de los granjeros que, esperaba, no se hubiera retirado ya a los plantíos, dejando escapar un suspiro de tan solo pensar en aquella desafortunada situación, que realmente no le extrañaría de suceder.
Emprendió el camino a través de las calles de la Ciudadela de manera apresurada con la esperanza de encontrar a las personas que buscaba, mirando todo con gran detalle para que no fueran a pasárselas por error. Mientras caminaba, llevo su mano a su boca, tocándose los labios suavemente, pensando en aquella acción tan curiosidad de alguna manera de besar a su amada en esas condiciones, soltando una breve risa ante las reacciones de Silver ante ello. A la distancia, pudo divisar a aquel granjero que había accedido a llevarlo a la Ciudadela luego de su ayuda con la carga de carretas, acercándose rápidamente para tocar su hombro y captar su atención.- Oh, eres tu joven, ¿Que se te ofrece?.- Pregunto con voz calmada aquel hombre tan amable, Xhial le devolvió brevemente la sonrisa con la que el lo había recibido.- Me gustaría pedir su ayuda una vez más si no es molestia... Para trasladar unas cosas con su carreta.-El Arconte explico un poco la situación, a lo que el hombre simplemente volvió a sonreír.- Por supuesto pero, tengo algunas cosas que hacer ahora... ¿Porque no te llevas la carreta y cuando termines la traes devuelta?.- Xhial de cierta manera se sorprendió ante la confianza que le tenia aquel sujeto, para luego dar una leve reverencia ante el amable gesto de confianza.- Se lo agradezco mucho, de verdad.- El señor asintió ante sus palabras, mientras Xhial acariciaba un poco la cabeza de aquel caballo que no parecía estar molesto por la idea de su dueño, y posteriormente subirse a la carreta mientras miraba al señor.- Mi... pareja le enviara unas galletas luego, por su amabilidad, de verdad muchas gracias.- Dicho esto, se dirigió con la carreta hasta la panadería de su amada, mientras aquel hombre se despedía con unas señales con la mano y una sonrisa en su rostro, al Arconte le sorprendía de alguna manera que le tuviera tanta confianza, pero no iba a negarse si con eso podía ayudar a Silver con su negocio del Festival.
Al cabo de un rato dirigiendo la carreta, logro llegar a su destino, deteniendo al caballo una vez estuvo frente a ella, y bajándose con cuidado, volviendo a acariciar la cabeza del animal antes de dirigirse a la puerta de la tienda para darle la buena noticia a su amada.- Ángel, ya volví, el granjero que me trajo a la Ciudadela me presto su carreta para que pudiéramos llevar las cosas, le debes unas galletas.- Dejo escapar una breve risa ante esto ultimo, mientras se acercaba a ver nuevamente las cajas de cosas.- Creo que alcanzaran todas de una vez en la carreta, tenemos suerte.- Comento caminando hasta donde se encontraba su amada.- ¿Quieres que suba ya las cosas, o falta algo más?.- Pregunto cruzándose de brazos mientras la miraba con unos ojos curiosos en espera de su decisión, si todo estaba listo, ya podían empezar a trasladar las cosas, tenia bastante fé de que ese día serian capaz de vender todo, que el esfuerzo de su amada seria bastante bien recompensado, eso lo hacia feliz, y quería dar todo su esfuerzo porque así fuera, aun si eso significaba que tapara por completo su forma de ser para no asustar a los clientes que fueran a por ello.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Aug 27, 2017 0:07:55 GMT
La muchacha de rosados labios no pudo evitar ocultar su asombro ante lo que le decía su amado, tuvo que asomarse para ver que, efectivamente, la carreta con aquel precioso animal estaba allí, esperando pacientemente, volvió a acercarse a Xhial, para ponerse de puntillas y besar suavemente su mejilla, en una especie de recompensa por su buen trabajo, la verdad era que se había quedado pensando luego de que él se fue de que… había sido quizás demasiado ruda, y aquellas palabras tenían peso, podía confiar en él, realmente podía hacerlo, Xhial siempre había sido sincero y se preocupaba por ella; quizás esa amenaza estuvo de más, pero bueno, ya estaba hecho de todas formas, entrelazo suavemente sus dedos con los ajenos y volvió a guiarlo hacia la cocina – yo comenzare a subir las cosas, tu termina de desayunar – le ordeno con suavidad, señalando con su rostro hacia el café y un paquete de galletas en forma de corazón que había acomodado para el arconte, una pequeña declaración, una más con su propio lenguaje, se rio suavemente soltándolo para comenzar ella misma a cargar las cajas. Dejo así a Xhial a la cocina y volvió a salir de la panadería, mirando por unos momentos al corcel, acercando su mano lentamente, no tenía tanta suerte con los animales la verdad, y aunque el caballo se puso tenso en un principio, dejo que la muchacha de larga cabellera plateada le acariciara, Silver suspiro relajándose, quedándose unos momentos allí, disfrutando del curioso pelaje del mamífero, con una sonrisa infantil en los labios – Espero que no te moleste que nos acompañes… y espero que no sea mucho peso para ti…- hablo en voz suave con el caballo, que parecía entender las palabras de Silver, o eso quería creer ella.
Termino aquellas suaves caricias y se acercó por fin a la carreta, mirándola con detenimiento, Xhial tenía razón, quizás todo cabria perfectamente acomodado, y con aun más suerte nada se dañaría, aunque se preguntó por momentos si sería bueno llevar toda la mercadería de una vez, quizás podría discutirlo con el arconte cuando terminara de comer, se devolvió rápidamente a la panadería, comenzando por las cajas más pesadas, tomando una en sus brazos y caminando a paso suave, nerviosa, no quería pisar el vestido, pero quería ir rápido, y eso era un dilema, uno bastante grande para la joven panadera ¿debería haber subido todo y luego cambiarse de ropa? Parece que ese día hacia las cosas al revés; Llego hasta el transporte de madera y deposito con suavidad allí la primera caja, empujándola hasta que estuvo perfectamente acomodada en la esquina, y nuevamente aquel proceso comenzó, la sonrisa de felicidad se había tallado de forma permanente en esos suaves labios y una suave melodía comenzaba a escaparse de su garganta, tarareaba mientras trabajaba, lo hacía poco, la vergüenza normalmente era mayor, pero confiaba mucho en Xhial, y tenía suerte de que no pasara nadie por allí aun, así que la suave melodía seguía saliendo, mientras la chica se contoneaba, balanceando el enorme vestido de un lado a otro hasta finalmente llegar a la carreta, donde acomodaba una nueva caja, siguiendo ese ritmo termino la primera pila que tenía acumulada, se detuvo unos momentos para tantear la venda en su brazo, sabía que no debía sobre esforzarse, y con aquellas mangas más cortas podía asomarse el vendaje, todo en su lugar, el día iba realmente perfecto
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 27, 2017 19:13:48 GMT
Dejo ver una tenue sonrisa cuando su amada beso su mejilla, y luego tomo su mano de una tierna manera para dirigirlo a la cocina, hablando con un tono de orden y a la vez de cariño, adoraba esa manera tan tierna en que ella lo trataba, se sentía bien, y también le gustaba tratarla de la misma manera por más que le costara expresarse, aunque últimamente, a su lado eso ya no era problema. Dejo escapar un breve suspiro mientras se sentaba a la mesa mientras veía a Silver.- Esta bien, Ángel, terminare rápido para poder ayudarte.- Comento mientras miraba con curiosidad aquellas galletas que sabia su amada había hecho con especial cariño, dejando escapar una leve risa mientras veía como esta comenzaba a irse para empezar el trabajo. Bebió un sorbo del café, sin siquiera soplar un poco este, para posteriormente tomar una de las galletas y darle una pequeña mordida para probar el sabor de esta, de verdad estaba rica, con un sabor notorio a manzana, se podía notar el esfuerzo que Silver le ponía a cada cosa que preparaba, eso lo hacia feliz, y le daba más confianza aun de que ese día su amada lograría vender todo, sabia que todo iría bien, y el debía ayudarla para que eso funcionara. Trato de apurarse en comer, notando que en las galletas también habían algunas de sabor a miel, y otras de mantequilla, todas igual de sabrosas, acompañando estas con el café que su amada le había preparado, volteando un poco su mirada para notar y escuchar a su amada tararear, dejando ver otra leve sonrisa ante ello mientras terminaba su café, cuando una idea un tanto infantil llego a su mente al verla trabajar de esa manera. Tomo una de las galletas que quedaban de aquel bonito paquete, y se acerco a su amada mientras esta estaba distraída, hasta quedar junto a ella, poniendo aquella galleta entre los labios propios y acercándola hasta los labios de la ajena, compartiendo tanto la galleta como un tierno beso con su amada, separándose unos segundos después.- Dejame el resto a mi, Ángel.- Ordeno suavemente mientras le sonreía muy suavemente a Silver. Comenzó de manera lenta a cargar las cajas de la segunda pila, ordenándolas de manera tranquila y cuidadosa en la carrera, una por una, hasta que las 5 de la segunda pila estuvieron todas ordenadas, solo quedaban dos pilas más y el día solo estaba comenzando, todo parecía ir en orden.
Se acerco a la tercera pila de cajas, tomando en cuenta el espacio que quedaba en la carreta, todo cabria perfectamente si lo seguían ordenando de la misma manera, incluso podría sobrar espacio. Tomo una de las cajas de la tercera pila para llevarla hasta la carreta, dejándola con el debido cuidado ordenada junto a las demás, para luego voltearse a Silver un momento.- ¿Habrá algo más que llevar ademas de las cajas?.- Pregunto con cierta duda, si había que llevar más cosas, no sabia si quedaría espacio en la carreta, realmente esperaba que si. Continuo con las demás cajas de la tercera pila, tratando todas con el mismo cuidado para que nada se arruinara por algún desafortunado accidente, ya tan solo quedaba la ultima pila de cajas para terminar con el cargamento, esforzarse de esa forma por la persona que quería y amaba lo hacia sentir de cierta manera orgulloso de si mismo, de como había logrado cambiar con el paso del tiempo junto a Silver, dejando ver una sonrisa mientras divagaba entre sus pensamiento al digirse a la cuarta y ultima pila de cajas. Cargo aquellas cajas con una rapidez mayor que las anteriores, la gente ya empezaba a llegar, por lo que las plazas no tardarían en llenarse una vez los comerciantes y los músicos se posicionaran en sus respectivos lugares a llamar la atención de todos los que vayan a la Festividad. Las cajas ya estaban todas en la carretas, listas para ser transportadas, el Arconte se volteo nuevamente a ver a su amada.- Todo listo, Ángel, cuando gustes podemos partir.- Ya solo faltaba decidir si llevarían algo más, pero eso quedaba en manos de su amada.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Aug 31, 2017 22:14:52 GMT
Silver sintió una presencia junto a ella, volteando suavemente, saliendo de su distracción, se había quedado pensando en otras cosas junto a la carreta, vio al arconte con una de las galletas en la boca y sonrió sorprendida ¿Tan rápido había comido? ¿o es que acaso ella había trabajado rápido y no había calculado el tiempo? No podía ser lo segundo, era consciente de que se había movido más lento por el vestido, así que solo quedaba una respuesta “De seguro se apresuró en comer para ayudarme… Se va a enfermar” Frunció ligeramente el ceño, abriendo con suavidad la boca para regañarlo cuando de forma rápida el arconte se inclinó hasta introducir la galleta, o lo que quedaba de ella en realidad en la boca de la panadera, besándola de paso; el rostro de Silver volvió a cambiar, junto con el gesto de sorpresa que pronto se transformó en vergüenza, apenas logro reaccionar para mascar la galleta y quedarse con parte de aquella dulce masa, mantuvo la boca cerrada, escuchando a Xhial, viéndole entrar nuevamente para seguir guardando las cajas; El rostro rojo de la chica se podía comparar con un tomate, y poco a poco reacciono, debía comerse la galleta que aun tenía en la boca, se dispuso a morderla, aunque los nervios la traicionaron y termino mordiéndose por accidente al masticar la cara interna de sus mejillas, se llevó una mano a la zona afectada, soltando un pequeño sonidito de queja “seré idiota” se regañó, sobándose la mejilla y terminando por fin de masticar el exquisito dulce, trago con cuidado y vio como Xhial ya comenzaba a traer las cajas, mientras él las dejaba, ella las acomodaba de mejor manera en el reducido espacio
El trabajo iba viento en popa, eran un gran equipo, el traía y ella acomodaba, así también sabía dónde estaba cada elemento, cuales podían dañarse más y cuáles no, estaba entretenida, esa enorme sonrisa de felicidad no se borraría con facilidad de su rostro, al igual que el sonrojo que poco a poco se reducía, ya al menos no parecía tomate, pero cualquiera que no la conociera pensaría que la muchacha de largos y trenzados cabellos plateados estaba enferma, con fiebre. Se quedó meditando unos momentos cuando Xhial que quedo junto a ella unos segundos, esperando una respuesta a su contestación –no, esto es todo, es eso y un bolso que lo llevare encima así que estamos bien de espacio- sonrió, leyendo el pensamiento de Xhial, ella también agradecía que todo cupiera justo. Apresuraron el paso al ver que los arcanos comenzaban a aparecer, la última caja estuvo en su lugar y Silver reviso que todo estuviera en orden, seria trágico si por alguna razón la carreta se rompiera o si alguna de las cajas se cayera. suspiro con alivio al ver que todo estaba en orden y asintió mirando a Xhial – Voy por mi bolso y ya nos vamos melodía- Comento, con aquel nombre especial que ella tenía para el ser de luz, se levantó de puntillas para alcanzar los labios ajenos, otro corto beso fue depositado allí, debía acostumbrarse a la idea de que eran pareja y que eso, era natural –Gracias por todo Xhial…- la sonrisa sincera en los labios de la chica finalizo la frase, antes de que esta corriera dentro de la estructura y revisara que todo estuviera bien guardado, todo apagado y cerrado, tomo un bolso en el cual llevaría su fiel monedero, un pañuelo y, por supuesto, el delantal, oh y claro, las llaves. Cerro de manera veloz la puerta principal y se acercó a la carreta para por fin, ir a su puesto y vender las galletas que había realizado con tanto amor –Estoy lista, vámonos, yo te voy a dar las indicaciones- Explico con tono feliz, enérgico, nuevamente un subidón de azúcar
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 2, 2017 23:10:15 GMT
El sonrojo se hizo muy notorio, la vergüenza de la ajena había aumentado mucho con la acción tan repentina del Arconte, un rostro tan rojo como un tomate, eso parecía, y a Xhial de cierta manera le daba bastante ternura el ver a su amada en ese estado tan cohibido, se podría decir incluso que era una sensación de victoria al lograrlo, aunque no era muy difícil, realmente. Con las cajas ya subidas a la carreta solo quedaba el trabajo de ir en dirección al lugar donde armarían el humilde puesto para vender el producto, al parecer no llevarían nada más que subir al transporte, eso de cierta manera era un alivio para ambos, seria desafortunado que por un exceso de peso algo sucediera, rogaba a dios de que no ocurriera algo así. Escuchar aquel apodo que ella le tenia realmente lo hacia feliz, pero fue sorprendido de cierta manera al ser el quien recibiera aquel beso por parte de su amada, mirándola con curiosidad pero correspondiendo a aquel beso antes de que ella fuera a por el bolso previamente mencionado. Se quedo divagando mientras ella fue a lo suyo, el día seria largo, bastante, pero agradecía que lo pasaría junto a su pareja, de una manera un tanto curiosa para el, era una sensación que definitivamente lo estaba haciendo cambiar, su actitud, su personalidad, su misma persona, todo gracias a Silver, ¿Por fin podía ser feliz, no? ¿No debía preocuparse por perderla? Realmente esperaba que eso fuera así, la amaba, demasiado, no soportaría que se alejara de su vida. Silver había terminado de cerrar y preparar todo, con su bolso listo, le alegraba verla con ese tono tan animado, tan dispuesta a llevar el día de la mejor manera, Xhial dio una leve sonrisa, tratando de ser un poco más expresivo con ella, acariciando suavemente la cabeza de su amada.- Bien, podemos ir entonces.- Comento mientras ayudaba a la chica a subir a la carreta, para que su vestido no se dañara con nada, y posteriormente, el subir del lado contrario junto a ella, mirándola una vez más, y ya emprendiendo el camino hasta el lugar.
El andar del caballo, y la carreta, era lento, seguro, no querían que nada fuera a estropearse, mientras el Arconte seguía de manera bastante atenta las indicaciones, mirando cada vez que podía alrededor y asegurándose de no chocar con nada. El animo del Festival empezaba a hacerse notar, la gente llegando, los arcanos armando sus puestos, todo se preparaba para otro día de aquella festividad.- ¿Vamos por buen camino, Amor?.- Comento mientras la miraba y volvía a ver el camino, quería empezar a ser más cariñoso con ella, aunque le costara, no quería que se sintiera como que solo por un lado iba el cariño, así que debía intentarlo. El camino cada vez se acortaba más, ya siendo visible la plaza en la que ubicarían su puesto, Xhial acelero un poco el paso de la carreta, mostrando cierto entusiasmo por comenzar a vender, bajo un poco la mirada para observar el conejo que aun se veía y se mantenía seguro en aquel pequeño bolso de su cinturón, sonriendo de manera notoria.- Ya casi llegamos.- Comento a su amada mientras ya cada vez era menos la distancia. Llegaron al fin, Xhial se bajo primero de la carreta y se apresuraba a ayudar a Silver a bajar por la misma razón que la ayudo a subir, para que su vestido no se arruinara ni nada por el estilo. La mesa ya estaba instalada en el lugar, Silver había llevado el mantel para ponerlo sobre esta, así que solo debían limpiarla y comenzar a preparar todo, y fue lo que hicieron. Su amada se encargo de limpiar la mesa y poner el mantel, mientras el Arconte se encargaba de bajar las cajas y acomodarlas, eran un gran equipo, sin duda.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Sept 21, 2017 16:38:30 GMT
“Amor, Amor, Amor” Aquella sencilla palabra pasaba una y otra vez por la mente de la panadera, quien tenía el rostro hirviendo, de un rojo que casi brillaba, dolía a simple vista, su expresión era todo un poema, una mezcla entre la vergüenza, la felicidad, la emoción y la ansiedad, simplemente no podías definir bien que sentía en ese momento, bajo la cabeza aun con esa expresión tonta, asintiendo, levantando el brazo para señalar el camino, el ultimo trecho ya se haría presente. La joven dragona tragaba saliva, regañándose “Es normal que te llame de esa forma…somos… somos” Dioses, si hasta le avergonzaba recordar ese momento, y luego el de la cocina… ¿Eran pareja no? ¿Las parejas hacían esto? “¿En que parte viene lo de la cama?” Se cuestionó la muchacha, un comentario que había dicho el Baphomet tabernero hace bastante tiempo, uno que le había quedado dando vueltas, pues no había entendido para nada a que se había referido ¿y si le preguntaba a Xhial? Volteo ligeramente su cabeza, aun con el potente enrojecimiento en su piel, el parecía feliz, concentrado en lo que hacía, volver a escuchar su voz la sobresalto, la cabeza de Silver se movió de forma afirmativa, demasiado rápido, en realidad el camino se le había hecho corto, realmente corto, el caballo se detuvo finalmente, la chica observo a su alrededor, el puesto que se le había concedido estaba allí, sucio, desaliñado pero estaba entero y se veía bastante bien, se sintió feliz, estuvo a punto de saltar de la carreta cuando Xhial se lo impidió, la joven dejo salir una risita mientras sentía las grandes manos de Xhial ayudarla a descender – Gracias…amor- se rio cubriendo su boca, como si hubiera realizado alguna travesura y corrió hacia la parte trasera de la carreta
Limpiar el lugar no fue difícil, solo era polvo al menos, los desastres por borrachos o ligeros encuentros eran mínimos, realmente la paz predominaba por completo, respiro hondo, no podía ocultar esa emoción, quería saltar, gritarle a los cuatro vientos lo feliz que era, saco el mantel, extendiéndolo con todo el amor del mundo, con delicadeza, fijándose de que no quedara ninguna arruga en él, pasaba sus manos por la tela una y otra vez, a pesar de que ya estaba perfectamente puesto, lo aseguro un poco para que no se volara y tomo la caja donde traía unas cuantas decoraciones, miro a los puestos vecinos unos momentos, realmente no tenían ese tipo de flores a decir verdad, así que aprovechando de que Xhial estaba ocupado, decidió repartir con el resto unas cuantas para cada puesto, se apresuró en correr a donde estaban montando, y con aquella enorme sonrisa entrego sus flores, sintiéndose bendecida de recibir la gratitud de los dueños, volvió corriendo a su puesto con la caja vacía y esa enorme sonrisa en su rostro, Xhial ya había terminado de descargar todo - ¡Bien! Solo queda ordenar algunas cosas sobre la mesa y estaremos listos- explico acercándose a las cajas, ya sabía que había dentro de cada una y pensó unos momentos como ordenarlo todo - ¿crees que debería ofrecer un trozo de mi pan antes de que compren? – miro curiosa a Xhial, esa idea no era mala, así las personas podrían ver si les gustaba, a Silver personalmente no le gustaba que sus clientes quedaran insatisfechos y le dolía cuando sus preparaciones no eran agradables, sabía que no a todos les iban a gustar pero aun así…
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 22, 2017 4:39:21 GMT
Aquel agradecimiento por parte de la Dragona le hizo sacar una suave sonrisa al Arconte, sentía que todo podía ser normal de ahora en más, que ya no debía preocuparse por nada, más que hacer feliz a la persona que amaba, y pondría todo su esfuerzo en ello. El trabajo iba perfecto, la mesa quedo limpia y lista para comenzar a poner las cosas, y las cajas cada vez se reducían de la carreta y quedaban acomodadas en el suelo a un lado de su puesto de venta. Pudo notar la acción bondadosa por parte de su ya oficial pareja, el repartir aquellas flores que había traído para la decoración, entre los distintos puestos de los demás comerciantes que se encontraban por el lugar, le sorprendía lo amable que podía ser Silver, el como lograba animar a todos con esa sonrisa y su actitud, lo ponía feliz, y a la vez pensativo, el hecho de si de verdad la merecía, no, no podía pensar en ello, había sido correspondido, eso era lo importante, y debía disfrutar aunque fuera la mínima cosa a su lado.- Entiendo, terminare de descargar la carreta, y podemos comenzar.- Comento mirándola, y luego volviendo rápidamente a su trabajo. Las demás cajas no tardaron mucho en ser descargadas de la Carreta.- Creo que es una buena idea.- Comento ante la duda de la chica.- Si das una especie de muestra gratis del producto, los tentaras más a comprarlos, puesto que lo que haces es delicioso, se que a todos les gustara.- Confeso mientras se limpiaba el poco sudor de la frente con el brazo, y luego miraba las cajas, seguramente Silver tenia una idea de como ordenarlas y sacar su contenido, eran bastantes, pero el día era largo, seguro podrían vender todo.
La ajena no tardo mucho en darle las indicaciones de donde dejar cada caja para comenzar a sacar su contenido, y empezar a acomodar este sobre la mesa. Mientras el Arconte se encargaba de eso, Silver se encargaba de decorar lo mejor que podía aquel puesto, de una forma bonita y llamativa para la gente que ya comenzaba a hacerse notar de gran manera, Xhial miro de reojo la cantidad de gente, encogiéndose un poco de hombros, realmente se llenaría, pero debía soportar aquella presión por su amada.- Veo que el lugar se llenara... Eso es bueno, supongo.- Comento terminando ya con la mercancía que por ahora cabía en la mesa, un trabajo bien hecho y que solo estaba comenzando aquel día.- Todo listo, Amor.- Comento con cierto tono alegre mientras la miraba, dejando escapar un suave suspiro y haciéndose a la idea de que ese día mucha gente estaría presente.- ¿Como dejaras las muestras? ¿Separadas o en una misma caja?.- Pregunto cruzándose de brazos mientras la miraba, creía que la segunda opción era la más factible.- Bueno... Creo que lo queda esperar y tener... Fe de que todo se venderá.- Hace tanto no ocupaba esa frase, ''Tener Fe'', Era algo que realmente pesaba para él, pero, de cierta manera era así, no podían simplemente pensar de manera negativa, debían confiar, él confiaba en la cocina de su amada, y sabia que a la gente le gustaría mucho su mercancía.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Oct 5, 2017 0:53:03 GMT
La muchacha de cabellos plateados se tomó unos momentos para meditarlo, si bien todos sabían diferentes había varios que, por fuera, se veían muy similares ¿Realmente sería bueno mezclarlo todo? No la convencía, es que sencillamente habían sabores que no iban para nada bien con otros, suspiro – No sé si sea tan buena idea mezclar… pero sí creo que los dejare en una misma caja… - comento de forma suave decidiendo finalmente dejar una sola caja ordenada de tal forma que ella al verlos pudiera identificar todos los productos que se encontraban allí, decidió cortarlos un poco para que se vieran más vistosos, y con toda la delicadeza que poseía comenzó con su labor, pasando con lentitud el filoso cubierto al son de una canción que no sabía del todo de su garganta, en voz baja, un murmullo melodioso como pocas veces se le escuchaba, la vergüenza de imaginar a alguien más que a Xhial escucharla era bastante, incluso cantar delante del arconte lo era, demasiado, en especial recordando el rostro que ponía Xhial cuando la miraba, esa mirada…. Como a pesar de lo inexpresivo que era normalmente el hombre a su lado sus ojos confesaban tantas cosas, cosas que hasta hace unos días pudo identificar
Sintió sus mejillas enrojecer cuando termino por fin de cortar todo, el puesto estaba finalmente listo, Silver miro a su alrededor, no era fácil de creer que por fin había llegado allí, lo lejos que había llegado en tan poco tiempo…- Gracias…- susurro de forma suave, volteándose lo suficiente para ver a Xhial, una sonrisa de gratitud se posaba en los suaves labios de la dragona, un gesto completamente sincero, con los ojos acuosos de la emoción – No tienes idea de lo mucho que te agradezco el que estés aquí… esto significa mucho para mi…- confeso con voz temblorosa, estaba tan emocionada, extrañamente tranquila – Me alegro que seas tú quien comparta este momento conmigo Xhial…- el corazón de la muchacha latía a mil por hora, y la sangre se acumulaba lentamente en sus mejillas
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