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Post by Aena Drane on Aug 8, 2017 2:47:25 GMT
Su primera noche fuera de su hogar, estaba acostada en las caballerizas sobre un poco de heno siendo tapada solo por esa delgada y sucia tela que usaba por ropa. Su cuerpo temblaba ligera-mente y sus mejillas estaban bañadas por lágrimas nuevamente, tenía miedo de cerrar los ojos y quedarse dormida teniendo una de sus pesadillas recurrentes, siendo la muerte de sus padres como en la noche anterior en su casa. Mordió su labio conteniendo un sollozo, acarició el cuerpo durmiente de un potrillo al lado de su madre sintiendo el suave pelaje, pensando en su pequeño hermano que nunca conoció lo feliz que era Mirovia y ahora para ella era un lugar tétrico.
La lluvia empezó a caer, escuchaba el como las gotas chocaban contra el tejado suavemente, tenía la vista perdida en la madera frente a ella pero sus pensamientos estaban opacos sumergiéndose en un mar de recuerdos que le resultaban dolorosos. La llovizna no tardo en volverse algo torrencial, algunas goteras hicieron que un caballo se despertará inquieto este extrañamente dejo su mirada fija en ella. Un trueno sonó seguido de un relámpago, despertó al pequeño potro e hizo relinchar al otro caballo sobresaltándola, atrajo sus piernas a su pecho y se quedó quieta escuchando solo el agua caer y los cascos de los caballos recién levantados, las lágrimas seguían corriendo y no se molestaba a acallar sus sollozos. Se sentía vacía, completamente vacía; ¿por qué la habían dejado? ¿Por qué no lo terminaron de un solo corte? ¿Por qué…? ¿Por qué tenía esas incesantes ganas de vivir? ¿Por qué no se dejó ir? Se levantó tambaleante con la mirada aún perdida, no era de extrañar que hubiese perdido su brillo característico; camino hacía la puerta con su mano recorriendo con una leve caricia la espalda del potril. Un rayo cayó hacía el sur, muy lejos de donde se encontraba o al menos eso pensaba… en realidad no le importaba. Podía caer uno ahí mismo, frente suyo, y hubiera deseado que fuese directo a ella. A penas salió la lluvia se encargó de bañar completamente su pequeño cuerpo en medio de toda la negrura.
Levantó la cabeza mirando el oscuro horizonte, veía las luces de una pequeña posada a unos kilómetros del lugar en que se encontraba, tenía hambre, pero no tenía con que comprar esa comida. Sus labios se entreabrieron dejando escapar solamente un quejido, volteó observando a los caballos; ahí ya nada iba a hacer. Volvió hacía el frente y camino, sin un rumbo fijo solo el andar, quizás el permanecer bajo la lluvia la hiciese reaccionar o simplemente le diese una hipotermia; otro quejido salió, los sollozos habían parado pero no las lágrimas que corrían de sus ojos, las sentía calientes bajando por sus mejillas hasta caer al suelo uniéndose a un charco ya formado a los pies de Aena. En su andar se clavó una que otra piedra, y se tropezó varias veces terminando más sucia de lo que ya estaba minutos pasaban y la lluvia seguía hasta que volvió a tropezar cayendo de rodillas contra la tierra, tenía la cabeza agachada y los ojo cerrados apretados fuertemente hasta que sintió que ya no podía seguir se dejó caer allí con la caer en la tierra sin importarle nada… “A mamá no le gustaría verme así” le dijo una vocecita en su cabeza pero pasó desapercibida para ella.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 8, 2017 4:12:56 GMT
Daba pasos lentos, a través de los plantíos mientras la lluvia bañaba su ropa y cabellos castaños, ¿Porque la lluvia era tan melancólica para el? Claro, ese día llovió, el día donde toda aquella masacre se dio lugar, mezclando las gotas de lluvia con el liquido carmesí esparcido por el suelo, recordaba tan bien aquella escena, tan clara, tan lucida, tan dolorosa. Le gustaba siempre recorrer cada lugar que podía, era su pasatiempo favorito, y ademas de las distintas luchas del Coliseo, de las pocas cosas que podían distraerlo, ademas de la comida, claro esta, no le importaba estarse exponiendo de esa forma al clima abochornado que se había presentado ese día, de alguna manera era agradable, deteniendo su paso y alzando su mirada al cielo nublado mientras sus ojos llenos de melancolía admiraban aquellas nubes.- Debí traer un abrigo... O mi armadura...- Musito en voz baja dando un leve suspiro, estaba muy lejos de casa realmente, caminar a la Ciudadela le tomaría horas, ¿Porque decidió dar aquella larga caminata exactamente ese día? Aunque claro, era clásico del Minotauro no pensar muy bien las cosas antes de hacerlas, vaya falta por su parte.
Decidió seguir caminando, escuchando los truenos y relámpagos hacerse presentes, y posteriormente los quejidos de los nerviosos animales de granjas de los plantíos, no se podían culpar, por lo general todos temían a aquellos resplandores estáticos, en caso de Blyer, jamas les tuvo ni una pizca de miedo, por el contrario, siempre sintió curiosidad por ellos. Pensaba en quizás buscar algún lugar donde refugiarse hasta que aquel mal clima cesara su dominio sobre el cielo, con un poco de suerte podría encontrar un lugar donde comprar algo para comer y beber, quizás un lugar donde dormir, lo que sea. Reviso su cinturón, tenia aquella pequeña bolsa de Mirvos de su ultimo trabajo de Cazarecompensas, eso era un buen augurio, o eso esperaba, podría costear todo y le sobraría para ahorrar para su suerte, pero algo logro captar su atención de forma inmediata, el sonido del suelo recibiendo el impacto de algo, busco con la mirada entre la lluvia, viendo a la distancia a una persona en el suelo enlodado, Blyer se exalto, corriendo a tropezones por el húmedo suelo hasta llegar a donde se encontraba aquella persona.- ¡Oye! ¿Estas bien!? ¡Dime algo!.- Comento con cierto desespere en su voz, no le gustaba ver a gente en ese estado, miro de reojo sus pies, heridos, el Minotauro apretó los labios, ¿Que podía hacer para ayudar a la pobre chica? Miro alrededor, y a la distancia logro divisar una posada con las luces encendidas, ''¡Gracias a Zeus!'' Pensó con cierta alegría, mirando nuevamente a la joven, volteándola para que esta quedara de espaldas en el suelo, y cargándola con un brazo por debajo de las rodillas, y el otro sosteniendo su espalda.- Vas a estar bien... tranquila...-Comentó a la desconocida, esperando que la situación no fuera grave. Corrió con el debido cuidado de no lastimar a la chica en dirección a la posada, rogando porque esta si estuviera abierta, para su fortuna, lo estaba, entrando de forma abrupta a esta y mirando alrededor en busca del dueño.- ¡Rápido! ¡Un lugar donde pueda descansar!.- Comento con gran impaciencia mientras el agua de la lluvia mojaba el suelo de la posada, el dueño de esta se fijo bien en la situación, indicándoles un cuarto, a lo que Blyer apresuro el paso hasta este, y una vez dentro, dejo con cuidado a la muchacha en aquella cama del lugar, una vez realizada esta acción, dio un suspiro mezclado de alivio y angustia, de al menos haber librado a la muchacha de la fría lluvia.
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Post by Aena Drane on Aug 8, 2017 16:46:43 GMT
Tenía las manos entumecidas y los pies le ardían, recordó todas las otras heridas, había tenido la oportunidad de verlas en un río hace varias horas, si no estuviese tan perdida en sí le hubiese sorprendido que no hubiese una infección o quizás si tenía pero no se daba cuenta; tenía la sangre seca pegada a la piel en cierta forma le resultaba molesto, en la tarde estuvo tratando de limpiarlas pero dejo rápidamente la tarea diciéndose que luego lo haría además de que ese momento no tenía nada más que la tela que vestía y el agua del río. Seguía temblando, en verdad tenía frío; escuchaba algo a lo lejos, era como ¿pisadas?… Sí, pisadas. Parecía que alguien estaba corriendo. A pesar de escucharlo lejano lo sentía cerca como a unos pocos metros de ella, quizás era por estar con el oído contra la tierra; por el rabillo del ojo noto una sombra a su lado, le estaba hablando pero no entendía nada.
Sintió sus manos frías tocándola dándole vuelta, seguro tenía la cara llena de lodo. Dejo de sentir el suelo bajo ella, cuando el arcano la levanto se mareo, apenas podía ver su rostro, tenía la vista nublada por nuevas lágrimas esperando por salir. Escucho sus palabras a medias, ¿va a estar bien? ¿En verdad podía estarlo? ¿Por qué no podía dejarla ahí? Quizás unos lobos fueran tan amables y por hambre la devorasen, sería una muerte dolorosa pero luego ya cuando su alma dejase ese plano no volvería a sentir nada. ¿Sí acaso moría podría ver a sus padres? No lo sabía, en verdad pensaba que no su oportunidad a su lado probablemente se había acabado. Quiso decirle que la soltara pero solo alcanzo a medio abrir los labios ninguna palabra salió de ellos, al fin esas lágrimas se desbordaron de sus ojos. El vaivén de su cuerpo cuando mientras el arcano corría la mareaba aún más, al parecer la quería llevar a esa posada, sí eso quería. “Vamos Aena, deja eso. Reacciona” Otra vez la vocecita, ¿por qué era tan molesta? Notó el resplandor de las luces dentro de ese resintió, la claridad le molestaba mucho aún más cuando cruzaron la puerta. Era ridículo el que ella se sintiera mal por mojar el suelo del lugar considerando el cómo estaba; pudo escuchar mejor las palabras del arcano, reconoció que era un hombre.
No veía bien el lugar, pero si notaba a los arcanos como sombras, el cuello le dolía bastante, así como el resto de su cuerpo, como para tratar de ‘ver’ a quien trataba de ayudarla. No veía nada, absolutamente nada, cerró los ojos con fuera tratando de detener las lágrimas, fallando. Sintió el cómo suavemente le dejo en lo parecido a una cama o bien eso era. Una vez costada lo único que consiguió hacer fue aovillarse ese lugar, con las piernas bien pegadas al pecho y con el rostro oculto en un hueco entre ellas; le dio lastima el mojarla y ensuciarla, así como miedo de que ese arcano solo aparentase preocupación, ¿pero por qué? ¿Si lo que quería era morir por qué le daría miedo lo que pudiese llegara hacer con ella?
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 8, 2017 17:51:17 GMT
Sintió un alivio más grande recorrer su cuerpo cuando por fin la muchacha se encontraba en aquella cómoda cama, creía que quizás era un exceso de cansancio y de verdad necesitaba un lugar donde reposar y reponer fuerza, pero cuando la ajena se puso en posición para ocultar su rostro en el hueco entre sus rodillas juntas, el Minotauro no pudo evitar ladear la cabeza con curiosidad y notoria preocupación. Se sentó a los pies de aquella cama, a una distancia prudente para evitar incomodarla.- ... ¿Como te encuentras?.- Trato de hablar en un tono bajo, pero lo suficiente para que la arcana pudiera escucharlo, no podía deducirlo totalmente, pero aquella muchacha no se veía como alguien tan mayor, era difícil saberlo considerando el lodo que cubría su rostro y varias partes de su ropa y extremidades. Se levanto lentamente de la suave cama, debía pagarle al dueño aquel cuarto, afortunadamente, habían dos camas en el, por lo que el también podría esperar a que el clima mejorara.- Vengo en un momento.- Comento con amabilidad y una leve sonrisa en su rostro, saliendo del cuarto para dirigirse a donde se encontraba el dueño de aquella posada.
Camino lentamente hasta el lugar cercano a la entrada, sintiéndose mal por seguir mojando el suelo con las gotas de lluvia restantes en su ropa y cuerpo en general, llegando donde el dueño y dando una leve reverencia en señal de disculpa.- Perdón por todo, pero, me gustaría pagar aquel cuarto al menos por hoy.- Levanto la cabeza mirando con cierta preocupación al sujeto, mientras sacaba la bolsa de mirvos de su cinturón y pagaba el costo correspondiente. Cuando iba a volver al cuarto, el dueño lo detuvo de forma leve, dándole una toalla y una manzana con una sonrisa marcada en su rostro, el Minotauro le devolvió la sonrisa y volvió a reverenciar esta vez en señal de agradecimiento.- ¡Gracias!.- Esta vez sin interrupción, volvió a paso apresurado al cuarto, entrando y cerrando la puerta mientras veía a la muchacha, acercándose y dejando con suavidad aquella toalla sobre su cabello.- No puedes quedarte así...- No sabia si hacia lo correcto o no, solo siguió su instinto de ayudar a quien lo necesitara, ¿Porque se encontraba en ese estado? A Blyer le daba tristeza ver a alguien en esas condiciones, podía notar con dificultad la ropa que llevaba, a lo que Blyer simplemente suspiro y la miro con otra sonrisa tratando de calmarla.- Aquí podrás descansar, y si quieres, comer algo, ¿Que te parece?.- A pesar de ser una desconocida, el Minotauro deseaba ayudarla, no por simplemente quedar bien, si no porque así había sido criado, ayudar a quien lo necesitara, sin dudarlo, aunque su vida dependiera de ello.
La lluvia no pareciera que iba a detenerse pronto, acompañada de los relámpagos que se hacían escuchar con fiereza a las afueras del lugar, Blyer volvió a sentarse a orillas de la cama, acercando aquella manzana previamente recibida a la muchacha, esperando que ella pudiera comer algo, considerando su estado, el cuanto llevaba sin comer definitivamente preocupaba al Minotauro.- Ten, es para ti.- Dejo la manzana cerca de ella, a un lado de su cuerpo, para posteriormente mirar el cuarto en general, era simple, realmente no se podía destacar por muchas cosas, pero tenia camas y mantas lo suficientemente abrigadoras para poder pasar el frio, todo lo que necesitaban.- Mi nombre es Blyer, Blyer Bloodthorn, ¿Cual es el tuyo? .-Pregunto en voz baja pero aquella amabilidad en su tono no cesaba, muchos de los que conocían a Blyer se sorprendían por la excesiva amabilidad que demostraba, pero era parte de su ser, algo que no podía cambiar, y algo que creía, podría redimir aquel pecado marcado como un estigma en su mente.
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Post by Aena Drane on Aug 8, 2017 20:08:04 GMT
Escuchó atentamente todo sonido producido por él, quizás por algo que la alertara de que la situación iba mal o simplemente por no tener otra cosa más que poder hacer que sentir la dolencia en sus extremidades. ¿Cómo se encontraba? Horriblemente mal, era una pregunta un poco obvia pero no la consideraba de más. Poco a poco su cerebro dejo el adormecimiento y cuando quiso o más bien pudo contestar se detuvo antes de pronunciar alguna letra ya que él le comento que se iba un momento. Cuando escucho la puerta cerrarse lentamente se deslizó hasta quedar de medio lado mirando la pared, más bien la ventana en ella, su vista ya se estaba medio acostumbrando así que notaba más los objetos en esa habitación, no era mucho pero que más podía pedir, “En realidad, nada. Yo no pedí que me trajera aquí” Pero de todas formas debía agradecerle. Se dedicó a ver la lluvia caer, y de vez en cuando veía las heridas en sus piernas, siendo sincera lo único que notaba era lodo en ellas, unos minutos pasaron cuando el arcano volvió.
Escuchó sus pasos contra la madera mientras se acercaba a ella; se encogió cuando sintió la tela sobre su cabeza, no le serviría de mucho per algo es algo. Se sentó con cuidado aún con las piernas cruzadas sujetando la toalla secándose principalmente la cara, viéndolo de reojo prestando atención a cada movimiento que realizaba. Alzó una ceja ante su sonrisa cuestionándola pero asintió a su propuesta; en verdad ella solía contradecirse mucho, pero si se fue de su casa fue para poder comer algo. Veía la manzana que le tenía mientras los cambios de luz se hacían presentes gracias a los relámpagos. – Gracias – murmuró tomando la manzana de sobre la cama y mordiéndola sin pensarlo, disfrutando el poder tener algo en su estómago desde hace tres días. Escuchó con un poco de curiosidad su nombre, dio otro mordisco y tras tragar se presentó. – Aena… Drane – musitó con la voz rasposa mirando fijamente los ojos de aquel arcano.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 8, 2017 21:37:17 GMT
Aunque una simple toalla no era suficiente para secarse completamente y limpiarse, había sido un lindo gesto por parte del dueño de la posada, al igual que la manzana la cual estaba siendo ya degustada por la arcana frente al Minotauro. Los ojos de ambos se encontraron cuando la muchacha se presento, Blyer volvió a sonreír de manera animada y estiro un poco la mano para saludar como era debido.- ¡Pues es un gusto, Aena!.- Ahora que la persona frente a él había limpiado un poco su rostro con aquella toalla se podían notar mejor sus rasgos, de verdad se veía menor que el, casi como una niña, al menos para Blyer. La expresión del joven de cabellos castaños cambio a una más preocupada, con curiosidad por saber el porque de aquel estado de la chica, ¿Había tenido problemas? Eso era obvio, ¿Pero de que tipo? .- ¿Porque estabas en ese lugar? Hubiera sido peligroso si no te hubiera encontrado.- Comento en voz baja mientras sus ojos seguían posados en la ajena, buscando por su cuenta alguna respuesta en su mente, sin muchos resultados. Se rasco la parte de la nuca con cierta tranquilidad, ¿Quizás se había perdido? No era extraño que arcanos que recientemente llegaban a la Isla de Mirovia se perdieran en su vasta tierra, a él le paso, en la jungla de Shangri Lax, vaya patética experiencia, recordalo causo que el Minotauro diera un suspiro frustrado.
¿Estas perdida o algo por el estilo?.- Pregunto sin darle muchas vueltas a aquel asunto, se fijo mejor en aquellas heridas apenas visibles en los pies ajenos, luego se percato de que debió haber pedido una toalla para el mismo, al menos su pelo no era tan largo como para acumular tanta agua en el. Saco aquella bolsita de Mirvos de su cinturón para ver revisar la cantidad restante luego del pago anterior, aun le quedaban varios como para que ambos pudieran comer algo mucho más contundente que una simple fruta, volvió a guardar este mirando la lluvia por la ventana.- No parece que vaya a detenerse pronto... Y yo que quería seguir explorando... .-Comento dando un suspiro de frustración, la lluvia no le molestaba, pero siempre y cuando llevara su armadura de acero para evitar mojarse tanto al explorar con esos climas.- ¿Quieres algo más de comer? También tengo algo de hambre...- Paso su mano por el abdomen propio, la verdad tampoco había comido desde el día anterior, olvido hacerlo por estar buscando aquel objetivo de su trabajo como caza recompensas, aunque de cierta manera, cada vez que hacia una de esas búsquedas, su apetito se iba.
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Post by Aena Drane on Aug 9, 2017 1:10:52 GMT
–Igualmente, supongo. – contestó acercando lentamente su mano estrechando la contraria. Le parecía alguien curioso, en la corta vida que ha llevado eran contadas las personas que se habían llegado a preocupar por ella sin contar a sus padres; cerró los ojos momentáneamente reteniendo algún recuerdo, soltó su mano. Miro detenidamente el cambio repentino que mostró el rostro del arcano escuchando sus palabras. – ¿Preocupado? No tendrías por qué, sólo disfrutaba de una máscara de lodo en un clima tan bonito como este. – dijo con un deje melancólico en su voz sintiendo un nuevo nudo en su garganta. Por error eso soltó una memoria de ella con su padre jugando en un día lluvioso con los regaños de su madre de fondo. Mordió nuevamente la manzana; en efecto sería peligroso pero pocas veces en el pasado habían llegado a sus oídos malas noticias sobre algo sucedido en los plantíos, aunque bueno ella vivía al noreste ahí los arcanos tampoco eran muy comunicativos o quizás sus padres no querían que ella se preocupase.
– ¿“Algo parecido”? No, no estoy perdida. Una buena caminata siempre ayuda a… ¿pensar mejor las cosas?– finalizó su contestación con una falsa sonrisa, no le salían bien antes siempre prefería quedarse con la cara seria a dar una. Se sentía un poco mal de por si el sí estaba preocupado, “No es la primera vez que alguien finge frente a ti” Sí, eso lo sabía. ¿Por qué hacer un mal intento de actuación en vez de mostrar su real sentir? Ladeo un poco la cabeza apretando los labios mirando hacía la ventana, –Puedes hacerlo, ya me trajiste aquí y ya puedes seguir tu camino.– Intento vagamente el no sonar grosera; contesto su propia pregunta anterior quitándose esa disque sonrisa, probablemente él había notado lo terrible que era disimulando. Mantuvo su rostro sin una expresión específica, con la mirada perdida en el paisaje del exterior de la ventana, sus cejas fueron bajando sin ella preverlo dándole a su rostro el cómo en verdad se sentía, ese nudo en la garganta se forzaba más. Quería llorar. Volver a acostarse y quedarse quieta bajo esas mantas ajena a todo lo visto y sentido en esos tres días, su vista se nublo como incontables veces había sucedido últimamente asintió a la pregunta hecha por él.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 9, 2017 3:28:46 GMT
Llevo su mano a la barbilla propia cuando la arcana contesto a su pregunta, la verdad fue una respuesta bastante curiosa para el Minotauro, ¿Quien pensaba cosas tirado de cara contra el lodo? Nadie que conociera, al menos.- Mhmm... Supongo, igual debías tener cuidado.- Comento de una manera igual de preocupada, ¿Como no estarlo? Encontrar a alguien en medio del barro, con heridas en sus pies y en ese estado de casi inconsciencia, era claro que Blyer se preocuparía. Relajo sus hombros por fin dejándolos caer y afirmando sus manos a los lados de su cadera en la cama, tratando de calmar aquella preocupación que sentía, aun con su vista en la ajena respondiendo a aquel comentario anterior hecho por el Minotauro. Dejo escapar un leve suspiro alzando su mirada al techo de madera, divagando en un silencio que parecía incomodo pero a la vez, era tranquilo.- No puedo explorar así, solo puedo esperar a que la lluvia cese... Hahaha.- Animo un poco más el tono de su habla, lamentablemente la lluvia no era su más feliz recuerdo, cada vez que las gotas caían desde el cielo amenazando con bañar los lugares, sus recuerdos respecto a aquel fatídico día donde su vida ''acabo'' y cambio para siempre, aparecían como claras imágenes como las ilusiones del gran desierto.
Agacho la mirada al punto de poder ver el suelo, pudo notar que la arcana a su lado no estaba siendo totalmente honesta, pero claro, ambos eran unos totales desconocidos para el contrario, no podía simplemente lanzar preguntas a diestra y siniestra como se le antojara, seria un total desubicado.- Entiendo que no confíes en alguien que conoces de hace menos de una hora hahaha.- Comento en voz baja acompañando las palabras de una tenue risa, la cual fue lentamente desapareciendo aun sin mirar a la muchacha.- Es difícil cuando nadie se ofrece a darte una mano...-Aquellas palabras salieron casi como de su mente, entre pensamientos en voz alta, tenia una muy leve sonrisa en su rostro pero los ojos del Minotauro estaban llenos de una nostalgia y melancolía pura.- Al punto... de llegar a ser triste...- ¿Porque no podía olvidar aquello? Estaba vivo pero, ¿A que coste? Habían pasado 150 años desde aquel suceso, y aun así, le dolía como en el momento.- Pero al menos, quiero asegurarme de que puedas comer algo, y te dejare tranquila, ¿Esta bien?.- Le sonrió mientras la miraba, levantándose de la cama, y estirando sus brazos, no podía seguir mostrando aquellos rasgos de tristeza, sabia que no podía flaquear si quería continuar ayudando a cada quien que lo necesitara, hasta que su mayor deseo se cumpliera, caer en las fauces de la muerte y reencontrarse con todos aquellos seres queridos... que cayeron bajo su propia mano.
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Post by Aena Drane on Aug 9, 2017 21:47:27 GMT
Asintió a sus palabras aun con la vista en la ventana, volvió a morder la manzana casi terminándola; contuvo sus ganas lo mejor que pudo, pero que más daba igual ya la había visto hacerlo. Procedió a tratar con la toalla el limpiarse el barro de los brazos, era verdaderamente molesto el tenerlo pegado, no se imaginaba como tenía el cabello. –Sí, estúpido de mi parte el decirlo– dijo bajando la mirada a la toalla sucia, la dejo a un lado. Se entretuvo un instante quitando una costra de sangre seca, dejando que el agua corriera libremente añorando momentos que no volvería a vivir con quienes quería, pero se detuvo para mirarlo. –Igual…gracias por traerme. – Inclinó un poco la cabeza en su dirección como una reverencia en señal de agradecimiento. Noto el cambió en su voz volviendo a levantar el rostro para ver bien al contrario con el ceño fruncido levemente. – Ciertamente lo es… Entonces has pasado por eso.– Agacho la cabeza sabiendo que estaba en lo correcto, en verdad era algo común que las personas pasen por esas situaciones pero dolían, mucho. Le dio una sonrisa la más verdadera que pudo hacer, era pequeña y posiblemente ni siquiera se notaba. –Gracias… de nuevo. – Dubitativa no sabía si decirlo, él mismo lo había dicho son totales desconocidos… pero en su momento todos lo son, ¿no? –Tú ya me viste llorando, y estas viendo mi estado deplorable; por favor no finjas felicidad conmigo, no al menos en el tiempo que estemos aquí. Es triste y molestó cuando actúan, seguro tu igual lo ves así.– le pidió suavemente, erala primera persona que era amable con ella en tres largos días, tres largos y horribles días.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 10, 2017 1:58:22 GMT
Ladeo un poco la cabeza cuando escucho aquellas palabras por parte de la ajena.- Si... se podria decir que me ha pasado algunas veces hahaha.- Dio una leve risa mientras la miraba, de alguna forma sentia que aquella tensión inicial se iba calmando lentamente.- No agradezcas, me alegra de que estes bien.- Aquellas palabras eran sinceras, sentia un gran alivio porque ella se viera en un mejor estado de cuando la encontro. Su expresión cambio a una un poco más curiosa causando que la sonrisa fuera más leve que antes, ante las palabras de la chica que se encontraba frente a el, de cierta forma tenia razon, no le gustaba la gente que fingia, pero, sabia que aveces era necesario.- Yo... No puedo hacer eso haha.- Sonrio nuevamente, pero la expresión en su rostro tenia un semblante triste, notandose su forzada sonrisa.- Prometi... jamas dejar de sonreir, porque se que si lo hago, voy a desmoronarme.- Agacho la cabeza con aquel aire melancolico, sabia que su hermano se decepcionaria si no sonreia y trataba de vivir, ¿Pero como hacerlo con esa carga?.- Pero no te preocupes por eso, ¡No importa! .-Volvio a animarse levantado su pulgar con gran alegria a la ajena.- Me pregunto que tendran de comer... ¿Que te gusta a ti? .-Pregunto con su mano en la barbilla en una pose levemente pensativa.- ¡Yo me conformo con lo que sea que se pueda comer! .-Vaya que eso era verdad, el Minotauro tenia estomago para lo que fuera, quizas por humildad, que aceptaba cualquier cosa que le ofrecieran para comer, asi que simplemente espero paciente parandose a un lado de la salida del cuarto, para que la joven le dijera que tenia ganas de comer y esperaba que ello estuviera disponible
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Post by Aena Drane on Aug 10, 2017 3:49:37 GMT
Con las manos le limpió suavemente los ojos evitando que alguna lágrima escapase. Miro la manzana que solo le faltaba un mordisco para quedar con su esqueleto al aire, tenía hambre pero no quería acabarla. Aun cuanto comiera ese vacío no desaparecería, lo tenía claro así como la razón del por qué, más bien las tres razones; lo escuchaba hablando pero su cerero no procesaba ninguna palabra, su cara paso a ser inexpresiva. Tenía sólo seis meses ¡Por los dioses! ¿Cuán crueles podían ser? No le importaba lo que le hicieron a ella y cuán traumada la hubiesen dejado si no hubiese sido por el haber quedado en shock tras ver aquellas muertes y también gracias a aquel golpe que recibió, ¡su hermano! Luego su madre y finalmente su padre, podía recordar vívidamente cuando vio las garras de aquel hombre, ¿cuán afiladas debieron haber estado para cortarlo tan limpiamente? Vio claramente el momento en que los tejidos se fueron separando y la sangre empezaba a emanar de la herida, cuando sus padres cayeron uno junto al otro… Había agachado la cabeza, sus cabellos cayeron por sobre sus hombros hasta su rostro sirviéndole de cortina evitando la mirada del chico a su lado.
– ¿No puedes? – Sus ojos seguían perdidos esta vez mirando sus piernas, ¿le habría dolido mucho? En si su pregunta iba dirigida a la persona a su lado y a sí misma, cuando vio una herida que rápidamente cubrió con su delgada ropa. –No es bueno ocultar tus sentimientos– Murmuró, ¿con qué moral lo decía? Ella era alguien que muchas veces lo hizo… los granjeros pueden ser personas muy crueles… Un relámpago cayo, lo escucho más cercano que los anteriores aun así apenas un atisbo de luz se coló por sus cabellos. Que no se preocupara le decía, si él lo hacía por ella ¿por qué ella no por él? –…Pescado…– Contestó, mirándolo moverse por la habitación a través de un hueco entre su “cortina”, la estaba esperando. Observó sus pies dudosa pero hizo un gesto con la cabeza volviendo a erguirse y acomodándose el cabello. Se deslizó por la cama estirando las piernas apoyando los pies aun sangrantes en el suelo, ciertamente dolían, todo su ser lo hacía. Hizo fuerza levantándose tambaleante, y al encontrar estabilidad se apresuró a acomodar la tela para que nada se viese, aunque poco le importaba y a paso lento camino hacía la puerta queriendo acompañarlo, no pensó ni un instante en quedarse ahí tirada.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 10, 2017 18:54:58 GMT
Muchas veces el Minotauro ponía en duda su propia amabilidad, ¿Lo hacia simplemente para redimirse? ¿O solo por el hecho de querer serlo? Sabia bien que tan solo esas acciones no borrarían ni una mínima de aquel pecado, ¿Entonces para que intentarlo? Quería al menos que si sus seres queridos observaban sus acciones desde las estrellas, aun si solo lo juzgaban, vieran que no iba a volver a entregarse a esa ira sangrienta que fue la que le arrebato todo lo que alguna vez amo. No podía evitar mirar a la chica cuando esta menciono aquellas palabras, ''Ocultar tus sentimientos'' , Sabia que era así, sabia bien que sus expresiones no volvieron a ser honestas desde lo ocurrido, ¿Pero que iba a hacer? No quería romper aquella promesa, aun si significaba que lentamente su alma se rompía, con cada falsa sonrisa, su espíritu se apagaba más y más, y tarde o temprano, aquel hombre que se mostraba tan alegre con la vida y siempre estaba dispuesto a ayudar a todos, se rompería, y tan solo dejaría una sombra de lo que alguna vez fue.- Aveces... ocultar lo que uno siente nos ayuda a alivianar el peso de las cosas.- Dijo en voz baja mientras mostraba una sonrisa leve, apenas notoria, con aquellos ojos nostálgicos, los cuales se animaron un poco aumentando aquella sonrisa.- Pescado sera entonces.- Animo un poco más su tono de voz, de alguna forma, podía sentir que aquella chica no había tenido una vida fácil, no podía deducirlo, y tampoco quería preguntar, sabia lo difícil que era tener un pasado doloroso.
Espero que la chica quedara a su lado, dándole una leve sonrisa, también esperaba poder secarse con alguna toalla que pudiera prestarle el dueño de la posada, aunque con el calor del lugar ya empezaba a secarse su ropa por si sola, lentamente, pero algo era algo. Salieron del cuarto lentamente, sabia que la ajena tenia los pies heridos, así que no quería que se esforzara mucho, caminaron por aquel pasillo que conectaba los cuartos y la recepción del lugar, afortunadamente parecían tener un lugar donde comer con buena selección, eso animaba de cierta manera al Minotauro. Se acercaron a aquella zona con mesas, varios arcanos los vieron por las pintas que ambos llevaban, incluso murmurando, a Blyer poco le importaba, pero sabia que eso podía poner mal a la chica a su lado, el Minotauro miro a aquellos que hablaban a escondidas sobre ellos, y sin que la muchacha se fijara, la expresión de Blyer cambio a aquella intimidante, aquella sin piedad en sus ojos, la clásica que usaba en el Coliseo, callando así los murmuros de la gente. Apunto a una mesa vaciá, sonriéndole a Aena.- Ven, ¡Por aquí!.- Dijo guiándola hasta el lugar, esperando que la muchacha se sentara en una de las sillas mientras Blyer lo hacia en otra de la misma mesa, buscando con la mirada a una de las meseras para que los atendieran.- Me pregunto como sera la comida de aquí... ¡Bueno, siendo comida debe saber bien!.- Comento con una sonrisa mientras se movía un poco impaciente en la silla, casi como un niño, aunque muchas veces su mentalidad era la de uno.
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Post by Aena Drane on Aug 10, 2017 20:13:17 GMT
–…Aveces. – Repitió. En la mitad del trayecto se dedicó a mirar las paredes y el suelo, en la otra mitad fue a mirar de soslayo el rostro de su acompañante. Una punzada de dolor recorrió su planta del pie izquierdo subiendo hasta su tobillo, aminoro la marcha soltando un pequeño quejido demasiado bajo para que la escuchara. Apenas cruzaron el umbral, notó la mirada de los demás arcanos en el lugar, llegó a reconocer algunos rostros siendo uno de ellos una persona con quien sus padres compartían el terreno de su casa. La miraban cuestionando el que hacía ahí, en ese estado y con tan poca ropa pero ninguno se acercó a preguntar por si algo había llegado a pasar, solo estaban allí; una señora a quien conocía bien la observaba con gracia en su mirar, desde hace unas cuantas semanas su actividad favorita era el ir a casa a tomar té y hablar con su madre sobre diversas cosas entre ellas unas cuantas “críticas constructivas” sobre Aena, termino siendo la razón de que las reuniones se terminaban rápidamente. Apretó la tela entre sus manos bajando la mirada, siempre le molestaba la actitud de esa señora. Hasta que escuchó acallarse el ruido de la sala. Enseguida observó a Blyer y sucesivamente aquella mesa, camino a su lado hasta finalmente sentarse sintiendo la cadera adolorida, aunque ese dolor era mucho menor que hace dos días seguía siendo casi tan molesto como la continua irada de aquel grupo a quienes seguía viendo por el rabillo del ojo. Suspiro, pensando en un tema de conversación que la sacase del estar pendiente de aquellos hipócritas. –¿Y…qué hacías por aquí…con este tiempo?– Preguntó.
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
Let me take your hand... And let's fly together
Posts: 137
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 11, 2017 6:03:26 GMT
Sabia que las miradas no iban a detenerse tan rapido, pero al menos callar los molestos murmuros era un buen primer paso para que la chica frente a el no se pusiera nerviosa ante ellos. Seguia en espera de aquella mesera que tomará su órdenes, cuándo la chica lanzo aquella pregunta, Blyer la miro con cierta curiosidad para luego dar una sonrisa.- Explorar, esa es la única razón, me gusta recorrer esta vasta tierra todo lo que puedo, aunque la lluvia fue inesperada...-Se rasco la cabeza por no haber llevado su abrigo, solia usarlo siempre pero por razones que ni el mismo Minotauro entendia no lo habia llevado esta vez. La miro con cierta curiosidad, queria seguir conversando.- ¿Eres de Mirovia o naciste en las afueras de la isla? En mi caso, naci en Grecia, un lugar de fuera.-Dijo esto casi con orgullo, adoraba su tierra, sus costumbres, incluso sus historias, al punto de que hablar de ello podia ser doloroso.
Mientras hablaba con la muchacha, una mesera por fin se habia acercado a atenderlos, Blyer la recibio con una sonrisa.- ¡Hola! Tráigame... ¡Un caldo de verduras, eso ayuda al frio!.- Luego de decir su pedido, miro a la chica frente a el.- Vamos, Aena, no seas timida, pidele lo que gustes, ¡Yo invito!.-Ofrecio de forma animada, mientras la mesera esperaba pacientemente con una leve sonrisa a que Aena hiciera su pedido. Volvio a mirar a mesera con cierta impaciencia.- Oh, eh, agregue una Cerveza negra a mi orden.- No sabia si la chica bebia, preferia no ofrecerle, podria verse mal a ojos de muchos que un desconocido ofreciera un trago a una mujer que no conocia, aunque el Minotauro tan solo lo hiciera por cortesía. Bien sabia que ninguna cerveza que probara se compararia al sabor tradicional de su pueblo, ese era incomparable al menos para el, puesto que aquella bebida llevaba el corazón y esfuerzo de toda la gente de su pueblo, eso lo hacia sentirse mucho más orgulloso.
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Post by Aena Drane on Aug 12, 2017 0:31:35 GMT
– ¿Entonces eres un aventurero o explorador?– Pregunto con cierto interés –Yo nací aquí, en los plantíos– Dijo con una mirada no muy alegre pero esta se fue disolviendo cuando escucho las palabras del arcano. – ¿Grecia? ¿Cómo es? Creo que papá lo nombró alguna vez. –Desde pequeña le gustaba oír a su padre contarle sobre los diversos mares y ciudades que conoció, siempre lo escuchaba atentamente con una sonrisa soñadora de poder alguna vez viajar tanto como él lo hizo, quería visitar el mar Caribe donde él creció, aunque ahora veía ese sueño bastante lejano no dejaba de anhelarlo. Pensó unos instantes sobre el qué pedir si bien le había dicho pescado tras escuchar de un caldo empezó a dudar. –Pido lo mismo, sin la cerveza por favor– Agregó, no quería abusar de la amabilidad de él. Su estado de ánimo afligido se había aplacado un poco tras recordar su entusiasmo sobre las aventuras de su padre, dejándole una pequeña sonrisa a Aena.
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