Post by Raymond Clive on Aug 11, 2017 4:58:03 GMT
Nombre: Raymond Clive
Género: Masculino
Edad: 230 años
Raza: Licántropo
Corte: Ninguna (Afiliado a la Resistencia)
Lugar de Residencia: Nómada
Ocupación: Miembro de La Tormenta Aullante.
Stats:
• Fuerza: ★★★★
• Inteligencia: ★★
• Social: ★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Agilidad: Esta habilidad provee a sus usuarios con una mayor capacidad de movimiento y flexibilidad. Siendo capaces de realizar acciones que otros serían incapaces de imitar. Tales como realizar acrobacias y facilidad para el contorsionismo.
Fuerza aumentada: Esto permite al usuario cargar el doble de su peso y, dependiendo de su condición física, hasta el cuádruple.
Cicatrización: El metabolismo de estos seres es superior a los demás, sanando heridas en fracciones de tiempo a lo que cualquier arcano lo haría, más no los vuelve inmunes de heridas fatales. Ejemplo: un brazo roto tomaría 5 semanas de curar en un arcano promedio, en uno con esta habilidad tomaría la mitad.
Habilidad por afiliación a la Resistencia:
Visión Nocturna: Estos arcanos pueden moverse con facilidad a través de la oscuridad debido a sus desarrolladas visiones.
Personalidad:
Raymond es un hombre cauto y serio ante todo, con una habilidad nula para socializar, además de poseer un carácter explosivo y estoico, es mucho mejor mantenerse a raya si vas a hablar con él (o mejor dicho: a darle un monólogo, pues a no ser que te ganes todo su respeto, no contestará si no le parece interesante.)
Irritable e impulsivo con su furia, también se traga muchas veces el resto de sus emociones, pues está negado a hacerles cabida en una mentalidad tan sistemática como la que tiene, y si bien no ve en sí mismo las cualidades de un líder, odia no tener lo poco que manipula bajo control, odia que las cosas se le escapen como agua entre las manos (sobre todo sus propias emociones) y odiando esa clase de cosas es que tiene la lengua afilada con ironía hiriente y honestidad más cruda y dura que la carne de un alce viejo.
También callado hasta decir basta (nunca mejor dicho), es un hombre que con las pocas expresiones que muestra, ya dice todo lo que tiene en la cabeza, por poner un pequeño “Glosario” éstas son algunas de ellas:
-Mordiéndose el labio inferior: Algo le inquieta, le está dando muchas vueltas y aún no se siente seguro al respecto
-Pasarse ambas manos por el cabello: está irritado, irritado y conteniendo las ganas de golpearte la garganta por callarte la boca.
-Labios estirados hacia atrás: le desagrada lo que sea que tenga en frente, es su mueca más común.
-Morderse las manos: Sufriendo periodos de ansiedad y casi desconexión del mundo, se muerde las manos con fuerza en un intento de mantenerse anclado a la realidad mediante el dolor físico. Otras veces lo hace para esconder sus nervios.
Historia:
De joven, vivía en su manada con tranquilidad, solía ser un joven curioso y alegre que siempre ayudaba a todo aquel que lo necesitara, era sumamente extrovertido en aquel tiempo, y su manada solía intercambiar bienes con los humanos de forma constante.
Cumpliendo la mayoría de edad, se le permitió hacer un viaje para comerciar la carne de sus cacerías a cambio de telas y tintes para su propia economía.
Entre viaje y viaje, eventualmente logró confiarse para una que otra escapada al pueblo de los humanos. Fue por aquel entonces que conoció a Cosette, la hija del cobrador local. Fue como amor a primera vista para ambos, y poco a poco, aquel cariño juvenil se transformó en auténtico amor, de aquellos que si pueden durar toda la vida.
Cuando esto se descubrió, el Alfa de la manada se negó totalmente a aceptar un comportamiento semejante. Lo que volvía a su manada un grupo fuerte era la conservación del círculo, la conservación de la sangre pura como licántropos; no podía aceptar a un blandengue que hubiera caído por tonto y se hubiera enamorado sin remedio de una humana.
Humillado, Raymond fue exiliado y despojado de todos aquellos a los que creyó su familia, fue la primera vez en su vida que fue traicionado y lo primero que surgió en él fue la ira ese día. Corrió al pueblo, con Cosette, la manada no le prohibiría estar con ella ahora que tampoco era considerado parte ella.
Y todo iba bien… El cobrador le ayudaba a encadenarlo a un árbol y a mantenerlo tranquilo las noches de luna llena, nunca hizo daño a nadie, ni siquiera cuando la Gran Caza lo alcanzó a sus treinta y un años
Del exterior, llegó un grupo de “Emisarios de Dios” que empezó a repartir las historias de los peligros que significaban los arcanos para la raza humana, el líder de este grupo, le tenía especial odio a los licántropos.
Fue cuestión de tiempo para que devorados por el miedo, los propios aldeanos lo sacaran atado de manos y pies de la cabaña en la que había empezado a vivir con Cosette, se había incluso casado con ella finalmente. Lo arrastraron halando el cabello y a ella la asesinaron por copular con lo que a su juicio ahora era un monstruo. Su corazón se estrujó tanto de dolor al ver aquella escena que juró que no lo tenía más grande que un frijol, o que un grano de arroz. La ira empezó a crecer en él como la espuma de una cerveza: tan rápido que le costaba mantener a raya la desbordante agonía y deseo de arrancar las gargantas de todos aquellos seres que lo llamaban “bestia” cuando habían sido ellos los únicos en matarse los unos a los otros.
Atado al poste de la plaza central, podía observar como todos corrían de un lado a otro, buscando leña y yesca para prenderle fuego.Él le escupió en la cara al hombre que había ordenado su captura:
—“Los Dioses te tendrán una tortura digna de ti esperándote en las puertas del Inframundo, escoria” —le espetó con furia
Observó al mal nacido alzar la espada lentamente, cero los ojos esperando que aquel tajo le arrebatara la vida, pero sin embargo solo recibió el ardor que provocó el corte desde su mandíbula hasta la altura de los riñones. La herida cicatrizaría rápido, estaba seguro, pero el terrible dolor físico que sintió en aquel momento gracias al cielo le ayudó a distraerse de su abatido corazón. Desgraciadamente, tanto para los aldeanos, como para él —que ansiaba morir casi tanto como deseaba vengarse— la luna llena empezaba a asomar en la lejanía. La grotesca transformación terminó por fin por arrastrarlo fuera de su ya reducida paciencia y cordura; La bestia alimentada con odio, furia y ansias de sangre, se liberó de las ataduras y acabó con todo ser viviente que hubiera en su camino…
Cuando finalmente despertó, estaba en el bosque, desnudo, sediento, y con un terrible problema de indigestión ¿habría devorado a alguno de los aldeanos? prefería no recordarlo…
Exiliado —y asumiendo que su manada aún viviera— no podría volver con los suyos ni aunque suplicara y lamiera los pies del Alfa; tendría suerte si lo dejaban vivir en el momento que tratara de poner un solo pie en su aldea natal. Estaba solo, perdido, tanto que su infortunio a largo plazo al ver como los propios humanos se acababan entre ellos los unos a los otros, desistió de la idea de ser un ser viviente digno de ningún cariño o amabilidad de parte del destino... hasta que sus desventuras lo guiaron a Mirovia siglo y medio después.
Ahí conoció a Fauce del Norte, él le ofreció un lugar al que pertenecer, una nueva vida si así deseaba llamarlo. Pese a saber de su exilio, pese a saber sus pecados, pese a todas las atrocidades que había realizado y tener las manos bañadas en sangre, fue bienvenido como nunca había sido en ningún otro lugar del mundo…
Estaba en casa, y esta vez no permitiría que nada ni nadie le arrebatara eso...
Datos curiosos:
-No se considera a sí mismo una buena persona, de hecho, se considera el ser más grotesco en existencia, insistiendo que mínimo tiene el rostro de un asesino.
-Le tiene cierta “Fobia” al contacto físico por un incidente mientras aún viajaba entre los humanos.
-Detesta con su alma que le hablen de manera amigable nada más conocerlo, la última persona que le trató como si fuera un cachorrillo terminó perdiendo un dedo de un mordisco, y se lo había advertido (esto fue antes de llegar a Mirovia).
-muy en el fondo, sabe que echa de menos a su mujer y su vida trabajando en el campo, pero nunca lo admitirá en voz alta sabiendo que lo haría de todas todas cuando ella en algún punto, envejeciera y muriera mucho antes que él, y luego sus hijos y así sucesivamente hasta que él finalmente abandonara el mundo.
-No ha llorado una sola vez desde que perdió a su mujer, ni una sola vez. Dice que se quedó sin lágrimas por llorar su pérdida noches y días enteros por un tiempo que él desconoce.
-sufre de insomnio
-sabe tocar varios instrumentos, pero nunca ha recibido ningún tipo de instructivo sobre ninguno de estos.
-pese a no saber escribir, tiene varios cuadernos en su mochila, dice que son su diario, y cada página está llena de dibujos y bocetos sumamente magníficos. Los realiza porque hubo un tiempo en que sufrió pérdidas esporádicas de memoria y llegó a olvidar buena parte de su infancia y varios eventos de cuando lo encerraron en las catacumbas de una iglesia.
-Algunas veces es un presumido con su cuerpo, pues sabe lo bien que se ve, pero la mayoría del tiempo prefiere no mostrar nada, menos las cicatrices que le dejó el Alfa de su vieja manada el día que lo exilió
-estas cicatrices son siete estigmas sobre los hombros realizados con fuego y hierro, humillarlo marcándolo como si fuera ganado era el objetivo del exilio.
-Es sumamente leal a Fauce, no le tiene tanta confianza a nadie más ni por asomo, ni siquiera a él mismo. Es tanta su confianza en él, que si Fauce le ordena saltar de un precipicio, él lo hará sin pensarlo dos veces, pues está seguro de que no lo aventaría a una muerte segura.
-la mayor parte del tiempo, tiende a comportarse más como un animal salvaje.
-mide dos metros quince
Imagen complementaria: -En proceso-
Género: Masculino
Edad: 230 años
Raza: Licántropo
Corte: Ninguna (Afiliado a la Resistencia)
Lugar de Residencia: Nómada
Ocupación: Miembro de La Tormenta Aullante.
Stats:
• Fuerza: ★★★★
• Inteligencia: ★★
• Social: ★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Agilidad: Esta habilidad provee a sus usuarios con una mayor capacidad de movimiento y flexibilidad. Siendo capaces de realizar acciones que otros serían incapaces de imitar. Tales como realizar acrobacias y facilidad para el contorsionismo.
Fuerza aumentada: Esto permite al usuario cargar el doble de su peso y, dependiendo de su condición física, hasta el cuádruple.
Cicatrización: El metabolismo de estos seres es superior a los demás, sanando heridas en fracciones de tiempo a lo que cualquier arcano lo haría, más no los vuelve inmunes de heridas fatales. Ejemplo: un brazo roto tomaría 5 semanas de curar en un arcano promedio, en uno con esta habilidad tomaría la mitad.
Habilidad por afiliación a la Resistencia:
Visión Nocturna: Estos arcanos pueden moverse con facilidad a través de la oscuridad debido a sus desarrolladas visiones.
Personalidad:
Raymond es un hombre cauto y serio ante todo, con una habilidad nula para socializar, además de poseer un carácter explosivo y estoico, es mucho mejor mantenerse a raya si vas a hablar con él (o mejor dicho: a darle un monólogo, pues a no ser que te ganes todo su respeto, no contestará si no le parece interesante.)
Irritable e impulsivo con su furia, también se traga muchas veces el resto de sus emociones, pues está negado a hacerles cabida en una mentalidad tan sistemática como la que tiene, y si bien no ve en sí mismo las cualidades de un líder, odia no tener lo poco que manipula bajo control, odia que las cosas se le escapen como agua entre las manos (sobre todo sus propias emociones) y odiando esa clase de cosas es que tiene la lengua afilada con ironía hiriente y honestidad más cruda y dura que la carne de un alce viejo.
También callado hasta decir basta (nunca mejor dicho), es un hombre que con las pocas expresiones que muestra, ya dice todo lo que tiene en la cabeza, por poner un pequeño “Glosario” éstas son algunas de ellas:
-Mordiéndose el labio inferior: Algo le inquieta, le está dando muchas vueltas y aún no se siente seguro al respecto
-Pasarse ambas manos por el cabello: está irritado, irritado y conteniendo las ganas de golpearte la garganta por callarte la boca.
-Labios estirados hacia atrás: le desagrada lo que sea que tenga en frente, es su mueca más común.
-Morderse las manos: Sufriendo periodos de ansiedad y casi desconexión del mundo, se muerde las manos con fuerza en un intento de mantenerse anclado a la realidad mediante el dolor físico. Otras veces lo hace para esconder sus nervios.
Historia:
De joven, vivía en su manada con tranquilidad, solía ser un joven curioso y alegre que siempre ayudaba a todo aquel que lo necesitara, era sumamente extrovertido en aquel tiempo, y su manada solía intercambiar bienes con los humanos de forma constante.
Cumpliendo la mayoría de edad, se le permitió hacer un viaje para comerciar la carne de sus cacerías a cambio de telas y tintes para su propia economía.
Entre viaje y viaje, eventualmente logró confiarse para una que otra escapada al pueblo de los humanos. Fue por aquel entonces que conoció a Cosette, la hija del cobrador local. Fue como amor a primera vista para ambos, y poco a poco, aquel cariño juvenil se transformó en auténtico amor, de aquellos que si pueden durar toda la vida.
Cuando esto se descubrió, el Alfa de la manada se negó totalmente a aceptar un comportamiento semejante. Lo que volvía a su manada un grupo fuerte era la conservación del círculo, la conservación de la sangre pura como licántropos; no podía aceptar a un blandengue que hubiera caído por tonto y se hubiera enamorado sin remedio de una humana.
Humillado, Raymond fue exiliado y despojado de todos aquellos a los que creyó su familia, fue la primera vez en su vida que fue traicionado y lo primero que surgió en él fue la ira ese día. Corrió al pueblo, con Cosette, la manada no le prohibiría estar con ella ahora que tampoco era considerado parte ella.
Y todo iba bien… El cobrador le ayudaba a encadenarlo a un árbol y a mantenerlo tranquilo las noches de luna llena, nunca hizo daño a nadie, ni siquiera cuando la Gran Caza lo alcanzó a sus treinta y un años
Del exterior, llegó un grupo de “Emisarios de Dios” que empezó a repartir las historias de los peligros que significaban los arcanos para la raza humana, el líder de este grupo, le tenía especial odio a los licántropos.
Fue cuestión de tiempo para que devorados por el miedo, los propios aldeanos lo sacaran atado de manos y pies de la cabaña en la que había empezado a vivir con Cosette, se había incluso casado con ella finalmente. Lo arrastraron halando el cabello y a ella la asesinaron por copular con lo que a su juicio ahora era un monstruo. Su corazón se estrujó tanto de dolor al ver aquella escena que juró que no lo tenía más grande que un frijol, o que un grano de arroz. La ira empezó a crecer en él como la espuma de una cerveza: tan rápido que le costaba mantener a raya la desbordante agonía y deseo de arrancar las gargantas de todos aquellos seres que lo llamaban “bestia” cuando habían sido ellos los únicos en matarse los unos a los otros.
Atado al poste de la plaza central, podía observar como todos corrían de un lado a otro, buscando leña y yesca para prenderle fuego.Él le escupió en la cara al hombre que había ordenado su captura:
—“Los Dioses te tendrán una tortura digna de ti esperándote en las puertas del Inframundo, escoria” —le espetó con furia
Observó al mal nacido alzar la espada lentamente, cero los ojos esperando que aquel tajo le arrebatara la vida, pero sin embargo solo recibió el ardor que provocó el corte desde su mandíbula hasta la altura de los riñones. La herida cicatrizaría rápido, estaba seguro, pero el terrible dolor físico que sintió en aquel momento gracias al cielo le ayudó a distraerse de su abatido corazón. Desgraciadamente, tanto para los aldeanos, como para él —que ansiaba morir casi tanto como deseaba vengarse— la luna llena empezaba a asomar en la lejanía. La grotesca transformación terminó por fin por arrastrarlo fuera de su ya reducida paciencia y cordura; La bestia alimentada con odio, furia y ansias de sangre, se liberó de las ataduras y acabó con todo ser viviente que hubiera en su camino…
Cuando finalmente despertó, estaba en el bosque, desnudo, sediento, y con un terrible problema de indigestión ¿habría devorado a alguno de los aldeanos? prefería no recordarlo…
Exiliado —y asumiendo que su manada aún viviera— no podría volver con los suyos ni aunque suplicara y lamiera los pies del Alfa; tendría suerte si lo dejaban vivir en el momento que tratara de poner un solo pie en su aldea natal. Estaba solo, perdido, tanto que su infortunio a largo plazo al ver como los propios humanos se acababan entre ellos los unos a los otros, desistió de la idea de ser un ser viviente digno de ningún cariño o amabilidad de parte del destino... hasta que sus desventuras lo guiaron a Mirovia siglo y medio después.
Ahí conoció a Fauce del Norte, él le ofreció un lugar al que pertenecer, una nueva vida si así deseaba llamarlo. Pese a saber de su exilio, pese a saber sus pecados, pese a todas las atrocidades que había realizado y tener las manos bañadas en sangre, fue bienvenido como nunca había sido en ningún otro lugar del mundo…
Estaba en casa, y esta vez no permitiría que nada ni nadie le arrebatara eso...
Datos curiosos:
-No se considera a sí mismo una buena persona, de hecho, se considera el ser más grotesco en existencia, insistiendo que mínimo tiene el rostro de un asesino.
-Le tiene cierta “Fobia” al contacto físico por un incidente mientras aún viajaba entre los humanos.
-Detesta con su alma que le hablen de manera amigable nada más conocerlo, la última persona que le trató como si fuera un cachorrillo terminó perdiendo un dedo de un mordisco, y se lo había advertido (esto fue antes de llegar a Mirovia).
-muy en el fondo, sabe que echa de menos a su mujer y su vida trabajando en el campo, pero nunca lo admitirá en voz alta sabiendo que lo haría de todas todas cuando ella en algún punto, envejeciera y muriera mucho antes que él, y luego sus hijos y así sucesivamente hasta que él finalmente abandonara el mundo.
-No ha llorado una sola vez desde que perdió a su mujer, ni una sola vez. Dice que se quedó sin lágrimas por llorar su pérdida noches y días enteros por un tiempo que él desconoce.
-sufre de insomnio
-sabe tocar varios instrumentos, pero nunca ha recibido ningún tipo de instructivo sobre ninguno de estos.
-pese a no saber escribir, tiene varios cuadernos en su mochila, dice que son su diario, y cada página está llena de dibujos y bocetos sumamente magníficos. Los realiza porque hubo un tiempo en que sufrió pérdidas esporádicas de memoria y llegó a olvidar buena parte de su infancia y varios eventos de cuando lo encerraron en las catacumbas de una iglesia.
-Algunas veces es un presumido con su cuerpo, pues sabe lo bien que se ve, pero la mayoría del tiempo prefiere no mostrar nada, menos las cicatrices que le dejó el Alfa de su vieja manada el día que lo exilió
-estas cicatrices son siete estigmas sobre los hombros realizados con fuego y hierro, humillarlo marcándolo como si fuera ganado era el objetivo del exilio.
-Es sumamente leal a Fauce, no le tiene tanta confianza a nadie más ni por asomo, ni siquiera a él mismo. Es tanta su confianza en él, que si Fauce le ordena saltar de un precipicio, él lo hará sin pensarlo dos veces, pues está seguro de que no lo aventaría a una muerte segura.
-la mayor parte del tiempo, tiende a comportarse más como un animal salvaje.
-mide dos metros quince
Imagen complementaria: -En proceso-