Post by Abdon Santori on Aug 14, 2017 3:10:55 GMT
Visitaba el templo del otoño de vez en cuando, lo solía hacer cuando necesitaba reflexionar acerca de algo o pensar tranquilamente, aunque esta no era la ocasión, esta vez era un simple capricho de su parte. Había anochecido unas horas atrás, una suave brisa revolvía su cabello y hacía que las hojas cayeran hasta el césped, el lugar era bastante frío en la noche, incluso si se encontraban en verano. Sus viejos zapatos, los cuales cuidaba demasiado, como si fuera el único par que tenía, solo hacían que las hojas que se encontraban en el suelo crujieran rompiendo la tranquilidad del ambiente. Paró de caminar y se puso contra un árbol, a esperar. Ni si quiera sabía por que hacía aquello, probablemente nada extraño pasaría, pero sentía que algo impresionante estaba a punto de ocurrir, algo oscuro y oculto, tal vez.
Esa senda le daba un sentimiento muy extraño, como si estuviera siendo observado, era curioso. Subió en el árbol donde se había recostado, ¿hace cuánto tiempo no hacía eso?, se sentía como un niño, no había una razón para hacerlo. Siguió trepando hasta llegar el tope y poder pararse en una de las ramas, no era un árbol demasiado alto. Se quedó allí unos minutos, mientras su mano estaba en el tronco, teniéndola como apoyo y perdía el equilibrio. Miró hacia bajo, viendo como algunos animales pasaban y se perdían entre todo el bosque. Mientras contemplaba a la no muy constante fauna, sintió algo en su hombro, un toque frío, como si de un cadáver se tratara. Volteó lentamente hacia lo que se encontraba detrás de él. Era una mano sobre su hombro, pálida, con una argolla en esta. Su respiración comenzó a hacerse cada vez más agitada, hasta que una voz femenina decía unas palabras débilmente.
Sin querer ver de donde provenía aquella voz, dio un grito y resbaló de la rama, perdiendo todo tipo de apoyo y volviendo a la senda de los espíritus. Cuando logró "aterrizar", quedó unos minutos en el suelo, con la respiración más tranquila, pero sin poder procesar lo que acababa de ocurrir. Tembloroso, pudo arrodillarse, con varias hojas entre su cabellera y en su ropa, sobó con suavidad su cabeza y suspirando. "Diablos...", pensó molesto, el golpe había sido fuerte, no se hizo demasiado daño en la cabeza, pero aún así dolía. ¿Qué había sido eso?, varias preguntas habían venido a su mente, la mayoría sin respuesta.
Esa senda le daba un sentimiento muy extraño, como si estuviera siendo observado, era curioso. Subió en el árbol donde se había recostado, ¿hace cuánto tiempo no hacía eso?, se sentía como un niño, no había una razón para hacerlo. Siguió trepando hasta llegar el tope y poder pararse en una de las ramas, no era un árbol demasiado alto. Se quedó allí unos minutos, mientras su mano estaba en el tronco, teniéndola como apoyo y perdía el equilibrio. Miró hacia bajo, viendo como algunos animales pasaban y se perdían entre todo el bosque. Mientras contemplaba a la no muy constante fauna, sintió algo en su hombro, un toque frío, como si de un cadáver se tratara. Volteó lentamente hacia lo que se encontraba detrás de él. Era una mano sobre su hombro, pálida, con una argolla en esta. Su respiración comenzó a hacerse cada vez más agitada, hasta que una voz femenina decía unas palabras débilmente.
-A...Abdon...-
Sin querer ver de donde provenía aquella voz, dio un grito y resbaló de la rama, perdiendo todo tipo de apoyo y volviendo a la senda de los espíritus. Cuando logró "aterrizar", quedó unos minutos en el suelo, con la respiración más tranquila, pero sin poder procesar lo que acababa de ocurrir. Tembloroso, pudo arrodillarse, con varias hojas entre su cabellera y en su ropa, sobó con suavidad su cabeza y suspirando. "Diablos...", pensó molesto, el golpe había sido fuerte, no se hizo demasiado daño en la cabeza, pero aún así dolía. ¿Qué había sido eso?, varias preguntas habían venido a su mente, la mayoría sin respuesta.