Un trago y mucha diversion!

Cuando noto que no se acercaba nacie suspiro un poco decepcionado pero no dudo en pedir un trago, no conocia nada de las bebidas que servian pero lucian bien, asi que cuando le sirvieron un trago enorme se habia sorprendido, dio su primer trago y fue amargo por lo que saco su lengua un poco, pero al momento se comenzo a marear hasta notar como una chica se acerco, no dudo en sacar su Tableta Arcana y verificar quien era, si! era a quien esperaba!, saludando con sus alas sonriente.


-Hola ¿Eira correcto?, es un placer verte a...¡HIP!...////// perdona!

Al haber soltado ese vergonzoso sonido de hipo se cubrio la boca son su ala izquierda sonrojandose levemente, pero noto como la mesa saltaba para ver las rodillas de Eira que chocaban contra la mesa.

-Perdon que lo pregunte pero...¿no quieres cambiarte de...¡¡hip!!...de mesa?...podriamos ir a una mas comoda para...¡hip! ti.

Maldición. El tiempo siempre se le hacia tarde cuando habian cosas que hacer, lugar que ver, y gente que conocer. ¿Como no podía Garkal darse un tiempo para echar un trago entre pecho y espalda, y conocer a nuevas personas.

Era un problema al usar la tableta, siempre tomaba compromisos, y al final nunca podía realizar todos a la vez. Pero esto era distinto, esto era sobre echarse unos tragos con los amigos. No podía simplemente fallarles, y a decir verdad, ya llevaba un tiempo sin echarse un trago como los dioses lo requerían. El bullicio de la taberna sonaba como la cancion de un segundo hogar. Garkal respiro hondo, revisó por enésima vez su bolsa de monedas, su guitarra, y su capa, y con un fuerte golpe a la puerta, entro a la taberna

-Salud a la casa! Denme una jarra de cerveza negra como el alma del tabernero! - Rugió alegremente cuando entró. Unas cabezas se dieron vuelta, preguntandose quien era el insolente orco que entraba gritando a la taberna, aunque la mayoría ya estaba acostumbrado a los gritos de Garkal. Con sus ojos, hizo un barrido general, hasta llegar a ver al joven arconte, y a la ninfa con los que habian quedado de compartir tragos, o mas bien dicho, de enseñarles como soportar los tragos. Al parecer, Rallis había intentado aprender por su cuenta, la joven ninfa no estaba reciente en su memoria, aunque bien se puede decir que el orco no tenía la mejor memoria del mundo. Bueno, de todas maneras, la mejor manera de recordar a gente es conociendola.

El orco se acercó con pasos largos, dando un pequeño rodeo para tomar su jarra, y llegar hasta la mesa.
-Perdón por la tardanza, la hora se me fue volando -Se disculpó, antes de dejar la jarra en la mesa, y apoyar su guitarra en esta -¿Eh, Rallis, empezaste sin mí? Que ahora tengo que tomarme dos para igualarte al parecer - solto a modo de chanza el grandulón

Cuando vio entrar al orco al lugar y se percató de que se dirigía a Rallis sin siquiera saludarla, hizo una pequeña seña como si estuviese limpiándose una lágrima aunque realmente no le hubiera parecido tan grosero. [Bueno, seguro que ya se conocían...] Decidió pensar para no tomar malas represalias contra el nuevo acompañante, al cual Rallis se refirió como "Garkal", el cual le recordó al tipo con el que había quedado para hacer un duelo de copas... ¿No sería el mismo? La verdad es que Eira tenía pésima memoria con los nombres, por lo cual sólo pudo saludarlo con la mano y actuar con normalidad.

- Garkal, ¿Eh? Es un bonito nombre... -

Mencionó la Ninfa esbozando una sonrisa sincera mientras lo miraba al mismo tiempo que uno de los camareros le trajo su bebida, la cual obtuvo toda la atención por parte de ella, ya que estaba pensando en tomar sólo un traguito y tirar el resto en alguna maceta cercana, pero con tres acompañantes eso iba a ser difícil, por lo cual se resignó a beber como era debido.

- Uhm... ¿Hablar de mi? No soy buena en eso~ A menos que preguntes algo en específico, claro... -

Dijo mientras tomaba la bebida y la acercaba a su boca tratando de lucir cool y segura de si misma, para finalmente dar un gran trago tratando de terminarla de un solo sentón. Sin embargo, a la mitad sintió que ya no podía más debido a la amargura que sentía en la boca y decidió apartarse de la bebida, dejándola en la mesa con mucha fuerza.

- Amargo... Muy amargo... -

Se quejó en voz baja mientras volteaba la cabeza hacia un costado, haciendo un pequeño sonido con su lengua al mismo tiempo que apretaba un poco sus ojos.

- (Gggg...) -

Habia notado como la ninfa habia tomado su bebida casi hasta mas de la mitad!, era algo que jamas habia visto en sus 221 años de edad, para ver su tarro y tomarlo con las alas aunque algo estorbosas lograron la tarea de beber su tarro igual casi hasta la mitad, pero comenzo a toser con fuerza por aquel amargo sabor, el ardor en su nariz y casi tiraba el tarro pero logro ponerlo en la mesa, con las mejillas coloradas e incluso su pequeña nariz ya se encontraba completamente rojiza, Rallis rio un poco luego de recuperar el aliento y ver a Garkal y Eira.

-...Cof cof!...ugh vaya creo que...me estoy mareando y mucho hic!

Fue bastante divertido para el Arconte experimentar esas sensaciones, para ver a sus colegas riendo y escuchar a Garkal con atencion y sonreir en grande.

-¡¡¡¿PODEMOS ESCUCHAR HISTORIAS DE LOS FENIX?!!! ¡me intriga mucho el aprender sobre esas increibles aves, tengo un gran libro antiguo de los humanos sobre los Fenix!

el joven arconte saco un gran libro muy viejo y algo dañado mostrando las imagenes de un fenix.

-Una historia de los fenix? - los dedos de Garkal tamborilearon en la mesa, marcando un ritmo, empezando a captivar su audiencia - ¿ Una historia de las míticas aves de  fuego, trueno y hielo? ¿ Un Relato Sob... - Garkal se cortó al ver el libro... ¿hecho por humanos? el orco quedó paralizado... para el, los humanos eran una criatura de las memorias, de la historia. Ver algo que ellos habian hecho con sus propias manos era...atemorizante. Acarició la tapa, casi de manera religiosa, pasando los dedos por las hedinduras de las letras... historia de los humanos... ¿Existían canciones humanas?

Fue el eco apagandose de sus tamborileos lo que lo trajo a la realidad, lo que le hizo darse cuenta que se había quedado extrañamente en silencio. Ojeó a su audiencia, azorado, pero Rallis parecía demasiado entusiasmado para alejarse, y  Eira un poco...ida. ¿Tendría que buscar un trapo para limpiar los restos de su estómago en un tiempo mas?. Garkal desechó ese pensamiento de su cabeza, mientras retomaba el ritmo   -Sobre las bestias inmortales, o eso dicen ser. Renacientes, Espléndidos, increíbles tambien,  mas cuidado, su fuego secretos puede esconder, pues el fenix de emociones esta hecho tambien~ - Alargando la última silaba, saco su guitarra, dejando que el eco del tamborileo quede sonando. Sabía, que mientras hilara la historia, y siguiera el ritmo, el eco del tambor seguiría resonando, como si el estuviera tocando con sus dedos la mesa. La magia bárdica era extraña, en apariencia simple, y con efectos, uno diría, básicos, pero cuando un bardo cantaba una cancion. No había par.

En cuanto sintió como Rallis acariciaba su espalda Eira volvió en sí, y al ver que estaba tan emocionado por aquella melodía tan alegre no pudo evitar sonreír también. Bueno, ¿Ya que más daba lo que pasaría? La alegría que tendría esa noche sólo iba a experimentarla una vez, por lo que se dejó llevar y pasó su brazo por encima de la cabeza de Rallis para abrazarle por el hombro y moverse al ritmo de la melodía. - ¡Queremos saber lo que sucedió después! - 

Sí, tal vez no había escuchado la canción desde el principio, pero eso no quitaba el hecho de que estuviera disfrutando el ambiente y la sensación de alegría que comenzaba a recorrer su cuerpo (¿Tal vez por el efecto de la bebida?) Lo que sí sabía es que ahora que había empezado no podía parar, por lo que con su mano libre tomó su bebida y de un trago acabó con el resto de ella.