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Post by Deleted on Aug 27, 2017 4:23:30 GMT
El festival de cortejo, una celebración peculiar, una celebración la cual busca desde un punto de vista intelectual el juntar de manera abrupta a individuos en busca de un mismo fin, prácticamente solo es publicidad para que las ventas de objetos específicos se disparen de manera impresionante. Pero de todas formas si lo miramos desde un punto cultural pasa a ser un festejo en el cual la gente puede tener una razón para comunicarse con otra y hasta incluso poder establecer relaciones. Por mi parte hace años que no venía a este festival, prácticamente me había aislado de manera voluntaria de la sociedad para poder tener una estabilidad mental mejor y no tener que sufrir algún ataque de pánico por estrés. Además de que estaba más concentrada en conservar la empresa otorgada por mi fallecido padre, siempre procurar por el bien de la sociedad, desde que el Imperio abrió la gente ha podido de manera mucho más fácil conseguir diversos artículos sin tener que recurrir a distintas tiendas. De hecho creo que la demanda de artículos relacionados a la festividad aumentaron hasta un 60% en el Imperio Scheider de la Ciudadela.
Bueno, precisamente ¿que hago aquí este año? Encuentro que es bueno cuestionarse sus propias acciones para luego responderlas por ti mismo. En mi caso me gustaría poder ver que tanto a cambiado el estilo base del festival a través de los años... La verdad es que no ha cambiado mucho desde la última vez que estuve en él. Aunque de un punto más personal deseo... no, anhelo poder volver a incluirme en esta bella comunidad. Poder conocer gente en este festival parece tan fácil y me gustaría poder hablar con alguien además de mi personal y mis trabajadores... Incluso me gustaría tener la remota posibilidad de poder enamorarme una vez más... No, esto último creo que no... Me dije que no volvería a enamorarme... Además me aterra que me enamore de alguien al cual Azealia no le guste... No quiero que lo arruine otra vez.
Caminar por el camino pedregoso de la Ciudadela era algo incómodo, al menos hacerlo en estos tacones. Me daba algo de terror el estar aquí, la gente me miraba, algunas con asombro lo cual no sabía si era debido a mi estatura de 1.90 o si era el hecho de que era una cara más o menos conocida... Bueno, fuera lo que fuera era horrible, mis piernas temblaban tanto por los tacones como por el miedo de tener que socializar (o de que alguien tuviera que socializar con Azealia) Uno no sabe las intenciones de la gente. Para mi, todos se veían como simples sombras sin razón... Gente la cual solo existió aquellos segundos en los cuales se posaron en mi mirada para simplemente luego desaparecer.
El ambiente era alegre. la gente aún reía sin parar incluso a estas horas de la noche, o quizás se deba a que la mayoría son borrachos. Las flores daban aquel toque rústico y romántico que caracterizaba al festival... Los olores de la comida eran fantásticos, incluso me daban algo de hambre... Pero no puedo comer lastimosamente... Ya saben, la dieta. Había recorrido tantas calles solo para apreciar la ciudad, no había mucho en particular. Pero un lugar me llamó la atención, una mujer estaba vendiendo flores frente la fuente de la plaza principal... La gente bailaba a pesar de ya ser bastante tarde... La alegría era contagiosa, hasta yo estaba feliz, de hecho caminaba felizmente hasta llegar al frente de la mujer que vendía unas flores bastante peculiares... Nunca antes las había visto, pero no sabía si era debido a que era muy rara o mi poco conocimiento de plantas. Me la quedé mirando unos segundos... Bueno, quizás fueron unos minutos o incluso más, contenía una belleza que jamás había apreciado... Le pregunté a la vendedora el nombre de aquella flor... Solo me respondió que era una Dahlia...
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Post by Sieg Stahlzahn on Aug 27, 2017 16:00:00 GMT
El Licantropo suspiro al momento de darse cuenta que las provisiones que había comprado con anterioridad ya se habían acabado, si, habían durado, pero pensó que quizá podría estar sin la necesidad de ir a la Ciudadela un par de días más, mala suerte para el, puesto que en ese momento, se celebraba el tan emocionante Festival del cortejo, cosa que de alguna manera lo ponía un tanto incomodo por la gran cantidad de gente que se reunía en el lugar. Preparo su mochila y su Katana, acomodándolas en su espalda antes de tomar su forma Feral para emprender el largo viaje hasta el lugar. No tardo tanto en llegar desde Shangri Lax, aquella rapidez resultado de sus entrenamientos en Alemania le habían permitido viajar a grandes velocidades en su forma de lobo albino, para finalmente llegar a la entrada de la gran construcción llamada Ciudadela. Dudo durante varios minutos mientras miraba a la entrada adornada con flores y más decoraciones, mientras los Arcanos que iban y salían del lugar miraban con curiosidad a aquel lobo con una mochila y una Katana en su lomo, una escena bastante curiosa, y en algunos sentidos, cómica incluso. Finalmente se decidió por retomar su forma sellada dejando ver a aquel hombre de cabellos negros con el manto que cubría gran parte de su torso.- Bien... ¿Por donde empiezo...?.- A pesar de conocer bien los caminos y las direcciones de las distintas zonas de Mirovia, la Ciudadela siempre era una especie de Laberinto para el, pocas veces iba, tan solo por provisiones y siempre era difícil encontrar lo que buscaba, y ahora con la Ciudadela en medio de tan grande festividad, seria más complicado encontrar todo.
De una vez por todas se encamino para entrar al lugar, mirando con una notoria incomodidad alrededor, divisando las diferentes tiendas y los muchos mercaderes que se extendían por los alrededores buscando satisfacer las necesidades de las personas que asistieron a la Festividad, era curioso, hace tantos años que no disfrutaba de eso, aunque ya no podía, simplemente encontraba aquellas fiestas innecesarias para su persona, pero también le alegraba que la gente pudiera disfrutar de esos momentos de alegría, e incluso, encontrar aquello para lo que se creo ese Festival, sentar cabeza. Dejo escapar un suspiro cuando se encontró totalmente perdido en una de las numerosas plazas que existían en aquel lugar.- ... Debería conseguirme un mapa de esta Ciudad...-Musito en voz baja con ese tono tan calmado que por lo general tenia, mirando los alrededores por si encontraba algo que le pareciera conocido y poder ubicarse, más no fue el caso, simplemente eso logro confundir más sus sentidos. Algo capto un poco su atención, más bien, alguien, una dama de una altura bastante considerable, podía deducir tan solo unos centímetros de diferencia entre ellos, un cabello tomado de una tonalidad un tanto exótica, con un cuerpo bastante voluptuoso, aunque para el Licantropo, eso era lo de menos, pensó por un momento en acercarse a preguntar algunas direcciones para poder orientarse mejor, aunque las pintas de Sieg desconcordaban con la Festividad, incluso, se podría decir que estaba totalmente fuera de lugar.
Sin más, se acerco con un caminar relajado y esa mirada tan serena en su rostro, por lo general era alguien calmado, pero habían situaciones donde no podía evitar exaltarse o incluso impresionarse, trataba de no hacerlo muy a menudo, de alguna manera le avergonzaba. Cuando por fin se situó a una distancia prudente de aquella mujer tan curiosa, se aclaro suavemente la garganta dando una leve reverencia como saludo.- Disculpe que la moleste, Señorita, quería pedirle un favor.- Hablo sin más con un tono respetuoso y cortes, mientras analizaba con mejor detalle a la mujer, inevitablemente notando sus ojos, también tenia Heterocromia, eso era curioso, pero en ese momento no era un tema de conversación que simplemente se pudiera usar, al menos por ahora.- Si no es mucha molestia, me gustaría saber donde puedo conseguir provisiones para viajar, me avergüenza aceptarlo, pero me encuentro perdido en medio de esta enorme Ciudad, y tuve que dignarme a pedir ayuda.- Confeso mientras seguía mirando los rasgos de la mujer, esperando que ella pudiera ayudarlo y que no molestara con su presencia, así que solo espero paciente por una respuesta por parte de la desconocida.
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Post by Deleted on Aug 27, 2017 16:45:57 GMT
La flor de unos hermosos colores me había dejado algo aislada de la realidad, tiendo mucho a profundizar y ver belleza de una manera un tanto abstracta objetos tan simples como lo puede ser una flor, un animal, una persona, cosas tan básicas a simple vista pero poseen una belleza que no cualquiera puede ver. La vendedora al parecer se estaba comenzando a exasperar debido al tiempo que habré pasado allí sin hacer, decir nada o siquiera mover la mirada. Me preguntó si compraría la flor, me quede callada por unos momentos para luego abrir la billetera que llevaba en mi mano y sacar unos 50 mirvos para luego entregarlos en las manos de la vendedora. Me dijo que no costaban tanto dinero -" Está bien, puede quedarse con el resto "- La chica titubeó para finalmente aceptar los mirvos que le había ofrecido. La chica me dijo que solo tomara el ramo de flores, lo cual hice sin dudar mucho.
Cuando me voltee noté como un hombre bastante alto, lo cual me sorprendió pues no era muy común encontrar hombres que superen mi estatura... Había hecho una reverencia para luego dirigirme la palabra. Su voz era profunda, era agradable escucharle... Me distraje por un momento, pero con un leve movimiento de cabeza volví a la realidad -" Claro, que necesita? "- Lo quedé observando por un momento, analizando sus rasgos lentamente, vestía ropas un tanto andrajosas, su cabello era de un color negro potente el cual caía hasta llegar a sus hombros... Tenía una gran cicatriz en su cara, lo cual acompañado de su gran altura lo hacía ver como alguien muy intimidante. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, poseían unos colores opacos, a simple vista no se notaría la diferencia en color de estos. Por un momento me puse a pensar en aquella descripción, en mi mente circulaban las características de aquel hombre. Cuando por fin una idea me vino a la cabeza sin querer se escapó de mi boca -" Sieg... "- Mis mejillas se sonrojaron un poco, lo cual es un problema demasiado grande... Mi piel es de un color blanco bastante llamativo, por lo que sonrojare aunque sea de forma leve es demasiado notorio. Solo me quede callada un momento... Mis piernas temblaban, pero gracias al vestido no se notaba mucho...
Apenas procesé lo que el necesitaba y su razón para estar aquí intenté ocultar lo ocurrido actuando de manera algo eufórica -" Oh! Un lugar para buscar comida, claro no hay ningún problema, claro que puedo ayudarle, de hecho por estos lugares hay muchas tiendas a las cuales recurrir, de hecho yo poseo una, el conocido Imperio Scheider, aunque si no eres de por aquí no es muy probable que lo conozcas, pero no te preocupes, yo te instruiré en todo lo que necesites, de hecho puedo llevarte ahora mismo si no te molesta, mi nombre es Gabriella Scheider un gusto, por cierto que bellos ojos tienes! Son bastante peculiares, no había visto a alguien más aparte de mi que tuviera esa condición! "- Cuando me pongo nerviosa tiendo a hablar muy rápido e incluso aveces ni siquiera capto bien lo que sale de mi boca... Eso lo hace algo aún más vergonzoso. Mis mejillas estaban hirviendo, podría notarse ese color rojo a metros de distancia... Solo intenté disimular y le extendí la mano para saludarle
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Post by Sieg Stahlzahn on Aug 27, 2017 20:40:07 GMT
Fue una sorpresa un tanto extraña que aquella mujer desconocida conociera el nombre del Licantropo, ¿A que se podría deber? Quizá era de las pocas personas con las que había hablado en la Tableta, era lo único que se le podía ocurrir, las únicas personas con las que llego a hablar en persona en Mirovia eran quienes pedían sus servicios de cazador, y pocas veces les daba su nombre a aquellos desconocidos. Noto aquel sonrojo, ¿Sera por su presencia? Tenia cierta intriga, y lo hizo demostrar con una mirada relativamente interrogante mientras la escuchaba hablar, entonces aquella palabra lo hizo reconocer de quien se trataba, ''Imperio Scheider'', Pensó, ¿Donde había leído ese nombre? En la Tableta, despues de todo, si se trataba de alguien con quien había hablado por aquel tecnológico aparato. Espero que la ajena terminaba su explicación, Sieg mantuvo sus brazos cruzados mientras escuchaba cada palabra de manera atenta, sorprendiéndose nuevamente ante el halago que la mujer había dicho sobre los ojos propios, aunque el Licantropo nunca había pensado que la Heterocromia fuera algo tan raro, siempre creyó que era una enfermedad inofensiva a los ojos, pero era curioso saber que se podía considerar ''Especial''.- Puede relajarse, Señorita Gabriella.- Comento con cierta amabilidad mientras correspondía la acción de estrechar la mano de la persona frente a el en señal de respeto y cortesía.- Soy Sieg Stahlzahn, ya hemos hablado por el Artefacto llamado Tableta Arcana, es un placer conocerla en persona.- Dijo mientras dejaba ver una leve sonrisa que desapareció a los pocos segundos de haberla mostrado.
La verdad, como acaba de comentar, soy bastante ignorante con respecto a estos lugares, así que de verdad le agradezco mucho que me ayude a buscar las provisiones que necesito para mi viaje.- De cierta manera sentía una leve vergüenza de que ella se haya ofrecido a ayudarlo de manera tan animada como se había mostrado, aunque también le aliviaba.- Debo decir, en respuesta a su halago, que sus ojos también tienen un tono hermoso en ellos.- Halagos por cortesía siempre eran frecuentes con la gente que le agradaba a Sieg, o en respuesta a los halagos que el recibía.- Me gustaría saber, ¿Que clase de productos son los que vende en su Tienda, Señorita Gabriella?.- Pregunto sin más con un aire de curiosidad notorio, pensando en todo lo que debía llevar para continuar viajando, algunas frutas, condimentos, una nueva cantimplora, ademas de un manto extra para las noches frías del exterior, y quizás, si le daba el tiempo y a la mujer que se ofrecía ayudarlo no le molestaba, podría encontrar un lugar donde darle filo a aquella Katana que siempre portaba.- Entonces, Señorita Gabriella, le pido que sea mi Guía por mi corta instancia en la Ciudadela.- Dicho esto, nuevamente dio una leve reverencia en señal de agradecimiento, acomodando la mochila que llevaba en su espalda, al igual que su Katana, y preparándose para comenzar el recorrido con la mujer que acababa de conocer en persona, a la vez que pensaba si podría encontrar todo lo que necesitaba para el viaje.
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Post by Deleted on Aug 27, 2017 21:17:37 GMT
Estaba completamente exaltada a pesar de la indicación del hombre a que me relajara. A pesar de que supiera mi nombre, cualquier persona se hubiera sorprendido, en mi caso solo me causaba algo de alivio pues significaba que al menos la gente me reconocía, sé que suena algo egocéntrico, pero no toleraría ser una persona invisible en la sociedad. El hombre me extendió su mano... Era tibia, aveces me pregunto si soy la única que se fija en esos pequeños detalles, aveces eso muestra más de una persona que las cosas evidentes. Tales rasgos como la aspereza de sus manos los cuales se puede deducir que hace mucho que usa aquella katana que lleva en su espalda, agregado a aquella cicatriz de su cara debe ser una herida de batalla, por lo que probablemente deba ser un guerrero o cazador.
La duda inicial que tuve apenas vi el rostro del hombre fue certera al escuchar la presentación del hombre me causo algo de calma, aunque de todas formas, a pesar de ya haber intercambiado unas palabras con el en la tableta seguía siendo un completo desconocido, aunque quizás sería la oportunidad para conocerle. -" El placer es mío señor Sieg "- Le dije mientras esbozaba una ligera sonrisa a la vez que desviaba la mirada, aunque por un momento me pareció ver una pequeña sonrisa la cual se vio en su rostro... Al parecer no era alguien muy expresivo, hasta calmado puedo suponer. El volvió a mencionar la falta de conocimiento del lugar, aunque era algo esperable, si mal no recuerdo el dijo que no era de por aquí, por lo que era común y bastante predecible el hecho de que se haya perdido. -" No se preocupe, le ayudaré en todo lo que pueda "- Me sentía bastante feliz, prácticamente por todo, por encontrarme con este peculiar hombre, por las bellas flores, por poder haber salido de la mansión, por que Azealia no se haya presentado...
El cumplido que de la nada salió de su boca me estremeció un poco, haciendo que aquel sonrojo que se había ido regresara de manera súbita. Llevé mi mano a mi mejilla mientras miraba los ojos de Sieg con la mirada de una pequeña niña la cual le hubieran dicho que ganó un certamen de belleza -" Muchas Gracias... "- Musité casi susurrando, mis orejas se movieron levemente, normalmente a causa de la emoción. El hombre comenzó a preguntarme acerca de mi linea de tiendas, podría decirse que hasta tengo aprendido un discurso respecto a el Imperio Scheider -" Pues... Prácticamente todo lo que necesites lo encontraras y en caso de que no lo encuentros solicitaremos inmediatamente el artículo para poder satisfacer sus necesidades, puedes encontrar desde muebles hasta comida, desde ropa hasta pociones. "- Le mencioné de una forma que se podría decir hasta robotizada, por lo que solo me eché a reír -" Me escuché como locutora! Bueno espero que haya respondido tus dudas "- Las risas se detuvieron apenas el hombre mencionó que no se quedaría por mucho tiempo, eso me entristeció un poco... Pensé que por fin tendría con quien hablar, sin embargo no duraría mucho... -" Claro seré su guía... Pero, no planea quedarse aunque sea unos días más? "- Preguntaba con la esperanza de que dijera que se quedaría -" Si no tiene donde quedarse le puedo dar alojo en mi mansión "- Si, estaba urgida porque no se fuera, tenía miedo de dejar ir aparentemente a la única persona con la cual hablaría quizás hasta mucho tiempo más. Aunque si debería pensarme dos veces antes de invitar a un extraño a mi casa, tengo muchos guardias, mayordomos y otro personal detrás, además yo siempre he velado por el bien de la gente de clase proletaria. Tomé la mano de Sieg con suavidad para mirarle a los ojos -" Bueno, será mejor que nos movamos... "-
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Post by Sieg Stahlzahn on Aug 28, 2017 22:06:36 GMT
Le parecían de cierta manera interesante las reacciones que la ajena tenia ante aquel halago tan solo por cortesía, ¿Era tan extraño decir algo para hacer sentir bien a otro? Quizás no y lo estaba pensando mucho, probablemente eso era.- No tiene que agradecer.- Contesto ante el agradecimiento ajeno, la verdad no encontraba necesario que diera las gracias, pero prefería no seguir insistiendo con aquello, las costumbres que tenia él no tenían porque ser iguales a las de las demás personas, eso lo sabia. Se cruzo de brazos prestando clara atención a lo que Gabriella le explicaba respecto a su tienda, las cosas que tenia, parecía estar de suerte de alguna manera, si tenia todo lo que necesitaba, iba a emprender su viaje antes de lo planeado, eso le daba gusto de muchas maneras. Dejo escapar una breve risa ante el comentario de la ajena.- Si, quizás un poco, pero bueno, le agradezco de verdad, al parecer en su tienda podre encontrar lo que necesito.- Dijo con una leve sonrisa en su rostro, al parecer la conversación y convivencia iban bastante bien para ser la primera persona con la que hablaba cosas que no fueran respecto a una orden de caceria. El ofrecimiento de Gabriella de cierta manera impresiono al Licantropo, una propuesta que para muchos seria una gran oportunidad de tener un lugar donde comer y dormir bajo un techo, pero para Sieg, era algo que definitivamente no podía aceptar.- De verdad agradezco su amabilidad, Señorita Gabriella, pero, no puedo aceptar algo así, ademas, mi trabajo es algo en lo que debo estarme moviendo constantemente, espero pueda entender mis razones.- Sentencio con un tono ligero de amabilidad, realmente esperaba no hacer sentir mal a la mujer que lo había ayudado tan solo por rechazar su ofrecimiento.
Miro con cierta curiosidad el hecho de que Gabriella tomara su mano para comenzar a guiarlo en dirección a su Tienda, no le molestaba, pero de alguna forma lo hacia sentir un tanto incomodo, y soltándose suavemente tratando de no hacer notar esa incomodidad disimulando al ordenar un poco su Katana, se dispuso a caminar junto a ella.- Esta bien, la sigo.- Las calles seguían tan animadas y con un ferviente sonido que demostraba la felicidad de todos, fuera de los corazones rotos y los rechazos, todo lo demás parecía ir de maravillosa, la música de los distintos bardos que llenaban los lugares lo hacia ir de una manera más relajada, incluso, tratando de disfrutar de lo que ofrecía aquella festividad, por más que le costara.- ¿En donde se encuentra su Tienda?.- Pregunto de forma respetuosa acompañando el lento caminar de ambos con una conversación, o al menos intentándolo, pues la verdad para lo que menos servia era para entablar conversaciones con personas desconocidas, incluso cuando vivía en Alemania siempre fue horrible para sacar temas de conversa, pero hasta ahora no le había importado, y no parecía que le iba a importar.- Cierto... Mantos como este, ¿Supongo que tendrá?.- Comento apuntando a aquel manto que cubría su cuerpo, le había costado un poco encontrar uno así, y de verdad necesitaba otro si quería evitar el frio de las noches que se acercaban.
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Post by Deleted on Aug 29, 2017 15:15:00 GMT
El hombre me agradecía con cortesía, sabía que no estaba equivocada al creer que la gente de este lugar sería tan amable. Me sentía muy animada en estos momentos, como una niña pequeña que va a un circo por primera vez. La sonrisa del chico era encantadora, y por un momento perduró más que aquella fugaz sonrisa de hace un rato. El señor Sieg había declinado mi oferta, fue algo que me desanimó un poco, pero no dejaría que eso me amargara mi estancia en este peculiar festival -" Bueno, no importa... Era de esperarse. Por otro lado, en que consta su trabajo? "- Desde que hablamos un poco en chat pude sentir una conexión entre ambos, por lo que no temí en preguntarle sobre él. Quizás y podría por fin tener un amigo. Claro, si es que cierta persona no lo arruina... Bueno, prefiero no pensar en ella, quiero mantenerme relajada, me podría venir un ataque y no quiero arruinar todo... No, otra vez no. Desearía que no se apareciera, si lo hace todo se arruinará para mi... Mi reputación quedaría por los suelos y eso es algo que realmente me importa. Que pensaría la gente al saber que una persona de renombre como yo está "loca"? Pensar en aquello me causa conflictos internos...
El señor Sieg soltó mi mano por unos instantes para arreglar aquella katana que llevaba en su espalda. Solo di un leve suspiro seguido de una amable sonrisa. -" Es por aquí "- Le indiqué a la para que comenzaba a caminar. Las calles eran muy animadas, me daban ganas de fundirme en la multitud y bailar como una humilde ciudadana, pero siento que no sería una buena idea, además ni pareja tenía... Una lastima, pero si el otro año llego a tener una vida social aceptable no le pongo problema en bailar con alguien... Por ahora prefiero mantener perfil bajo. Escuchaba la pregunta del chico y su adorable intento de llenar aquellos silencios entre ambos -" No es muy lejos, como a dos cuadras hacia el norte "- Estar tanto tiempo al pendiente de la empresa me dejo algo automatizada con respecto a la información de las tiendas. Aunque en cierta parte era un beneficio era triste que solo lo supiera porque no hallaba otra forma de entretenerme sin tener que socializar. Mis pies se doblaban ligeramente con cada paso, era incómodo caminar con tacones en un camino pedregoso, pero debía hacer el intento... El look siempre importa, o eso me suelen decir.
Escuché la petición de Sieg acerca de la tela cual llevaba encima. Me detuve de aquella caminata, me volteé para quedar frente a él y comencé a examinar la tela con cuidado, la toque cuidadosamente, era algo suave, en ciertos lugares áspera -" Genero, tela, piel... Ya lo tengo... "- Si, ya había logrado apreciar de que estaba hecho aquel manto, pero para asegurarme comencé a oler la tela... Era Astracán... Si era una tela algo difícil de conseguir, pero siempre estoy un paso adelante. -" Si, claro que la tengo "- Seguía bajando is manos con cuidado para ver que la tela no estuviera parchada en algún lado. En cierta parte me sentía algo acosadora, pero supongo que es la única manera de saber que tipo de tela es. Incluso tenía un gorro, estaba diseñada se podría decir que a la medida. Más de un metro y medio de Astracán. No sería complicado conseguirle una tela de este tipo, aunque encontrar ese diseño de confección sería un segundo trabajo. -" Es Alcatrán, de más o menos 1.70 cm con una confección de tipo abrigo "- Le mencioné los datos de la tela para que estuviera al tanto de lo que buscaba, así no tendría problema en caso de que necesitara otra. Me volteé una ve más y seguí caminando por las animadas plazas de la Ciudadela. El Imperio Scheider se hacía de a poco más visible.
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Post by Sieg Stahlzahn on Aug 30, 2017 22:46:16 GMT
No era tan lejos como el Licantropo esperaba, a pesar de pensar que si lo seria, pues el tamaño de la Ciudadela era masivo, no le hubiera extrañado tener que recorrer más que simples dos cuadras para aquello, pero había sido bastante conveniente lo cercano que estaba el lugar.- Es más cercano de lo que pensé.- Comento mientras mantenía su caminar al mismo ritmo ajeno y su vista al frente con ese semblante sereno que siempre tenia. Se detuvo a la par que Gabriella lo hacia, al parecer por su pregunta sobre aquel manto, que, a pesar de ser barato, tenia detalles y un diseño un tanto diferente a los normales, tanto por la capucha, como por las divisiones que tenia. Se quedo quieto, y algo pensativo mientras la contraria se dedicaba a analizar el manto, su material y detalles, era increíble lo dedicada e incluso Mecánica para hacer su trabajo. Dejo ver cierta impresión cuando dijo que tenia de ese tipo de prendas, dejando escapar un leve suspiro de alivio ante su respuesta.- Me alegra saber que lo tiene, de verdad me ayuda, se lo agradezco mucho.- Dicho esto, volvio a reverenciar a la contraria en señal de agradecimiento, para luego continuar caminando junto a ella lo poco y nada que quedaba de distancia.
Al cabo de un poco más de caminata, finalmente llegaron a aquella gran tienda, el Imperio Scheider, Sieg miro sorprendido tan grande estructura, analizando cada parte de este, unos momentos antes de por fin entrar en busca de lo que necesitaba. El lugar parecía ser más enorme en el interior, la cantidad de cosas que tenia era increíble, incluso sin poder decir algo que faltara, parecía tener de todo.- ¿Esta es su tienda? Debo decir que me siento sorprendido por el tamaño de esta, jamas había visto una tienda así.- Dijo con sinceridad y a la vez serenidad mientras seguía analizando las cosas alrededor.- Si todo esto lo forjo usted sola, debo felicitarla desde el corazón por todo lo que ha logrado.- Dicho esto, se volteo un poco para verla y esbozar una sonrisa ante su comentario, le agradaba mucho que alguien lograra algo tan grande con su propio esfuerzo, sabia que eso era un orgullo tan gigante como el mismo cielo, el lo sabia por experiencia, el lograr cosas de ese modo te da una sensación que te complementa, que llena tu espíritu con mucha confianza.- Aunque, seguiré necesitando de su Guía, me daría vergüenza perderme en la enormidad de su tienda.- Reconoció algo avergonzado, mientras rascaba la parte trasera de su cabeza, aveces sentía que debería ir más seguido a la Ciudadela, para que sus viajes posteriores no fueran de cierta manera tan patéticos por su poco sentido direccional en aquel lugar.
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