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Post by Min Naoto on Sept 18, 2017 22:45:28 GMT
- Hyden, Noremorth y Lithya. - Repitió mientras miraba a cada uno respectivamente, sonriendo después de hacerlo. - Son hermosos nombres para niños igual de hermosos. - Aclaró mientras tomaba una tetera llena de té de jazmín y lo vertía delicadamente en sus respectivas tazas, ésto con tal de que los pequeños pudiesen beber algo en caso de necesitarlo. Luego dejó la tetera en su lugar y tomó nuevamente sus palillos, además de que posó una de sus manos sobre el vestido de la muñeca y por debajo de su pequeña manita de porcelana, dando una vista como si Yumiko le estuviera tomando la mano. - Me imagino que sus padres deben estar con el alma en un hilo en éste momento. Siempre corren rumores sobre asesinos y fantasmas por éste bosque, por lo que no es muy común que los mayores permitan a los menores jugar por aquí. - Dijo mientras hacía un gesto preocupado, mirándolos inocentemente para luego tomar un trozo de su comida entre sus palillos con la intención de continuar con su cena. Sin embargo, un trueno a la distancia fue lo que lo sacó de su papel de damisela, haciendo que se llegase a estremecer por un momento y que incluso dejase caer la comida encima de él mismo y también en cabello de la muñeca. - Uh oh... Creo que se avecina una tormenta. - Murmuró en el momento en el que miraba hacia la muñeca y un nuevo estruendo se hacía presente, además de que se apagaron algunas velas más por una fría corriente de aire que repentinamente inundó la habitación, dejándolos en una oscuridad casi total. - Discúlpenme un momento. Por favor continúen con su comida. - Dijo mientras dejaba los palillos en la mesa y se levantaba de su sitio, encendiendo nuevamente las velas y saliendo rápidamente de la habitación. Pareciera que junto con él, el frío se hubiese ido.
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Post by Deleted on Sept 19, 2017 17:44:14 GMT
-Gracias- dijo a la vez que las 3 cabezas sonreían, pero sólo la de Lithya era sincera. -Pues considero que sería lo mismo para usted, señorita- expresó con el único fin de mantener su personaje. Agradeció nuevamente cuando les sirvieron el té, otra vez Lithya era la única que sonreía y agradecía de verdad. Noremorth tomó un sorbo de la taza, echándose un poco para atrás al quemarse la boca como el imbécil que es. Hyden le volteó discretamente los ojos al ver su torpeza, decidiendo cederle el turno de comer de la cabra a la pequeña anguilita.
-No me imagino cómo deben estar allá en casa...pero ellos no creen mucho en esos rumores. Además que vivimos cerca de este bosque por lo que es como nuestro patio. Sólo es que esta vez nos fuimos a perseguir un cuervo y nos perdimos- inventaba una historia más o menos coherente para dar una explicación de por qué se encontraban en un lugar tan peligroso. -(Maldita sea, acabo de recordar a ese viejo)- se decía para sus adentros, evitando meterse más en sus pensamientos de odio al comenzar a comer más rápido a la vez que daba pequeños sorbos de té.
El trueno hizo que las orejas de Hyden se levantaran de golpe y que Noremorth volteara a ver hacia la dirección del sonido mientras Lithya se había metido un buen susto. El segundo estruendo provocó que la anguilita derramara su té al correr a buscar refugio en el regazo de sus compañeros. Nore le daba leves caricias en su cabeza para que se calmara, y justo en ese momento quedaron a oscuras y a los 3 les dio un fuerte escalofrío. A Hyd le estaba valiendo madres la oscuridad y el frío, él sólo quería terminar de comer en paz, pero debía seguir actuando. -Ah! No veo nada!- dijo en un tono algo asustado. Podía haber aprovechado para escaparse a explorar la casa, pero guardaba ese plan para la noche, ahora sólo quería que este buen plato de comida no se desperdiciara. Las luces regresaron y la quimera siguió comiendo tranquilamente -No se preocupe, aquí le esperamos- dijo antes de tomar un bocado más, esperando el momento en el que saliera para dejar un poco de lado los modales en la mesa y esos estúpidamente incómodos palillos.
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Post by Min Naoto on Sept 24, 2017 1:06:47 GMT
Tras haber salido de la vista de Hydnore, Min caminó a través de la sala de estar y se metió detrás de la barra de recepción, en donde abrió una puerta que llevaba a un corredor oscuro. Mientras se adentraba en dicho lugar, abrazó fuertemente la muñeca con una mano mientras que con la otra le quitaba la suciedad del cabello. - Oh Yumiko, ten piedad de mi. - Dijo en un tono casi suplicante (Debido a que ya conocía las venganzas de la chiquilla) mientras esperaba una respuesta por parte de la muñeca, respuesta que llegó en forma de fuego que encendió todas las velas que se encontraban en el pasillo y que reveló las 3 puertas que ahí se encontraban. - ¿Eso es un "te perdono"? Aww, eres tan linda onee-chan, sabía que me comprenderías. -
El rubio se adentró en una de las habitaciones, su habitación, para ser exactos. Dibujos, pequeñas decoraciones, un par de katanas decorando las paredes, ropa monísima acomodada debidamente en su lugar, una cama enorme y muchas flores carmesí eran lo que caracterizaban aquel cuarto, el cual pronto se iluminó debido a que una vez más las velas se encendieron solas. - Esperame aquí, te traeré ropa limpia. - Dijo el chico mientras dejaba a la muñequita en la cama, no tardando demasiado en salir de ahí para adentrarse en el almacén donde guardaba la ropa.
Había dejado todo abierto. No, no... ¿Que clase de posadero respetable dejaba lugares más privados abiertos? Bueno, al menos los niños estaban comiendo y se veían muy obedientes. No había nada de qué preocuparse.
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Post by Deleted on Sept 24, 2017 16:04:33 GMT
Apenas se quedaron solos, Hyden tiró los palillos y comenzó a comer con las manos, pero de un modo decente, no cómo lo hacía Noremorth, que incluso metía su carota en el plato. Se acabaron su comida en unos pocos segundos y Lithya se tomó las tazas de té restantes, aprovechando su soledad para asomarse a asegurarse de que "la posadera" tardaría en volver. Pensaba en ir al salón con armas, pero sería difícil disimular si lo encontraban metiéndose unas cuantas cuchillas en su bolso ¿qué niño inocente haría algo como eso?. Robar las armas parecía ser algo que dejaría para el final, así que decidió salir del comedor a dar vueltas sin rumbo por el piso de abajo, acercándose a mirar todo lo que le despertara la curiosidad.
Tras la rabieta de la muñeca, las luces de la posaba habían cambiado. Ahora se veían otras puertas que antes estaban ocultas en la oscuridad. Hyden pensó que quizá se trataba de su memoria fotográfica teniendo unos leves fallos, pero no, antes parecían que no existían. Eran 3, una por cada cabeza, pero era una lástima que no pudieran separarse para revisar cada una, por lo que quizá sólo les alcanzaría el tiempo para abrir la que tuvieran más cerca antes de que Min regresara.
-Este lugar cada vez tiene más mala pinta...ojalá haya algo más que valga la pena aparte de las armas- dijo en voz baja, acercando su mano con algo de inseguridad al borde del shoji, deslizándolo a la vez que sus 2 compañeros miraban alrededor para confirmar que seguían solos y sin nadie que los espiara.
La quimera se escabulló por la puerta, cerrándola luego para que Min no tuviera la idea de dónde se encontraban. La mirada de Noremorth se fue directo a los sacos de comida, pero eran demasiado grandes como para poderlos llevar como si nada en su bolso. Parecía que estaban dentro de un almacén, quizá fue de aquí de donde sacaron la ropa para ellos, pues entre los olores del lugar estaba el perfume de sus prendas. Hasta ahora no había nada interesante, sólo los sacos de comida, adornos feos y rotos...Ah! Y una florecita de tela que le quedó muy bonita a Lithya; ella sentía que sí había valido la pena venir. Y era la única con ese sentimiento, hasta que Hyden consiguió una puerta oculta entre tantas cosas.
el león acarició el shoji a la vez que se preguntaba a dónde llevaba la puerta. Se dispuso a abrirla para averiguarlo, pero lastimosamente, estaba cerrada y no sabía por dónde c*ño se abría.
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Post by Min Naoto on Sept 25, 2017 23:04:47 GMT
Debido a que el lugar donde guardaba las pertenencias de Yumiko estaba en el segundo piso, el rubio ni se percató de que sus invitados habían decidido dar un paseo sin permiso alguno por su vivienda. Él simplemente siguió con sus deberes: Se adentró en el cuarto de su hermanita, escogió la ropa más bonita y de acuerdo a la ocasión y pronto salió de aquel lugar, asegurando la puerta antes de salir. La lluvia ya había comenzado a caer en el exterior y los relámpagos no se hicieron esperar, lo cual en parte ayudó a Min a guiarse en la oscuridad de los pasillos e incluso en las escaleras. Aunque... Bueno, para el la oscuridad no era un problema realmente grave para alguien como él, pues ya estaba acostumbrado a ella tanto física como mentalmente. Una vez estando en la planta baja nuevamente, el aroma de la comida invadió nuevamente su nariz, lo cual lo hizo parar y voltear de reojo en la dirección de la cocina mientras pensaba en que después de aquello por fin podría terminar su cena e incluso conocer a esos extraños chiquillos, los cuales seguramente seguían ahí asustados después de lo sucedido o tal vez luchando contra los palillos... ¿O no? La verdad es que la respuesta más segura era que no, no es como si él no hubiese dejado los palillos de lado cuando era un niñito y su madre no lo miraba, heh. Dando una sonrisilla debido a sus recientes pensamientos, el posadero retomó su camino hacia su habitación con tranquilidad, donde al llegar rápidamente dejó las ropas en la cama mientras miraba una vez más Yumiko, notando que ésta había movido un poco la cabeza hacia la izquierda. - Elegí tu vestuario favorito, se ve que quieres lucir presentable para nuestros nuevos amiguitos, ¿Verdad? Noté como se miraban tú y... ¿Como se llamaba? Ah, sí... Lithya, parece que le gustó como te veías. ¡Quizá pueda hacerle un vestido que haga juego con el tuyo después! ¿No te gustaría eso? - Dijo en un tono alegre al mismo tiempo que tomaba a la muñequita entre sus brazos y comenzaba a desvestirla, quedándose en un total silencio de tal forma que pareciese que estuviese escuchando "la otra parte de la conversación". - ¿Que escuchaste qué? - Preguntó el rubio, el cual borró la sonrisa de su cara y comenzó a escuchar con atención, para luego de tomar el vestido nuevo y comenzar a vestir nuevamente a la muñeca, viéndola una vez más y tomándola de los hombros cuando por fin terminó, como si quisiera tranquilizarla. - Ya veo... Así que crees que hay un monstruo de la tormenta y estás preocupada porque dejé solo a Hydnore, ¿Verdad? - Le murmuró en un tono suave y maternal mientras acariciaba con cariño sus hombros, mirándola enternecidamente. - Muy bien, espérame aquí, iré a ver si están bien. - Se separó de la muñeca y se dispuso a salir de la habitación, pero antes de que siquiera pudiese dar un paso fuera, un sollozo llamó su atención y lo hizo voltear hacia atrás, notando que ahora la muñeca estaba escondida entre algunos cojines dejando ver sólo su rostro. - No tengas miedo, los talismanes de mamá te protegerán. - Dijo por fin para luego salir. Una vez más se dirigió al comedor, encontró la puerta abierta, migajas en la mesa y las velas a medio consumir. No había nadie más, nadie. ¿A donde se habían ido esos chiquillos? Un nudo en el estomago se hizo presente en el shapeshifter, el cual rápidamente corrió a comprobar discretamente cada una de las entradas prohibidas que tenía ocultas por ahí y se encontró en que todas continuaban cerradas, además de que el segundo piso también estaba vacío. [¿Donde están? ¿DONDE?] ¿Habían salido? ¿Se habían ido? El rubio se dirigió hacia la entrada de la posada y verificó que estuvieran ahí las botas del pequeño, las cuales efectivamente continuaban en su lugar. [GOODY.] Pensó rápidamente y corrió a revisar la habitación de su compañero temiendo lo peor, pero al entrar notó que todo estaba completamente normal y que incluso el cerbero se hallaba dormido, aunque claro, al escuchar ruido abrió los ojos y al ver que sólo se trataba de Min los volvió a cerrar. [No está aquí...] Cerró nuevamente la puerta y se quedó ahí a medio pasillo, pensando en los lugares donde no había revisado. [Los cuartos ya, la terraza ya, la sala ya, el comedor ya... El almacén.] Claro, pues había dejado la puerta abierta. Ugh... Condenados chiquillos chismosos. Abrió la puerta del almacén y se adentró en el, encendiendo una cerilla y una pequeña lámpara de mano que tenía al lado de la entrada para poder ver con claridad, también tomó un grueso palo de madera con su mano libre y comenzó a caminar lenta y sigilosamente entre los estantes, pendiente de cualquier sonido o movimiento. - ¿Hydnore? ¿Lithya? ¿Están aquí? Por favor no me asusten así, no me gusta jugar al escondite en plena tormenta. -
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 0:53:26 GMT
Las gotas de lluvia cayendo se escuchaban hasta dentro del almacén. Hydnore aún trataba de encontrar la cerradura, pero era una puerta muy extraña, no sabía manejarla. En el almacén no había nada interesante, por eso insistía en abrir la puerta, pero claro, manteniendo sus intentos fallidos e impacientes lo más silenciosos posibles, sin golpear ni arañar la puerta con sus garras. La tormenta se hacía cada vez más fuerte. Los truenos y relámpagos no dejaban de aparecer. - (M*erda, un poco de silencio por favor!)- se dijo algo desesperado - (Por dónde se abre esta cosa? C*ÑO!)-. En eso, una voz se escuchó en la entrada del almacén. - (ASOPOTAMADRE! ES MIN!!)- Hyden dejó de insistir con la puerta, entrando un poco en pánico mientras buscaba un modo de disimular. Todas sus cabezas miraban alrededor en busca de algo que les ayudara a ocultar sus verdaderas intenciones. Tenían muy poco tiempo para pensar, pues la luz de la lámpara de "la posadera" estaba cada vez más cerca de ellos. Necesitaban regresar YA a su actuación de niños inocentes. Ahora debían darle gracias al cielo y a este mal clima, porque al león se le acababa de ocurrir algo. Se sentó con cuidado en el piso para no hacer ruido y se hizo bolita. - Min?...Min!- decía con una voz inocente y temblorosa, como si estuviera asustado. "La señora" se encontraría con unos pequeños niños haciendo pucheros por tenerle miedo a la tormenta. La quimera hacía un buen esfuerzo en pujar sus lágrimas. Las 3 cabezas lograron mojar sus ojos, pero el león le añadió un punto extra al dilatar sus pupilas como si fuera el Gato con botas. - Nos asustamos y fuimos a buscarte...sentimos haber huído del comedor *sniff*- Min traía un palo grande con él, cosa que era algo preocupante, pero Hydnore confiaba que su actuación no le fallaría. Después de todo, él aún no tenía clara la verdadera naturaleza de aquel arcano. (ooc: sorry por el post más cortito, pero es que Hyd no tiene mucho que hacer dentro del almacén ;-
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