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Post by Deleted on Aug 27, 2017 15:15:59 GMT
La quimera había decidido dar un peligroso paseo por el Bosque de los Susurros en busca de unos cuantos materiales para su investigación. Recogió un poco de tierra, un fango extraño, ramas secas y un mechón de cabello negro que había en el suelo. Estaba listo para regresar a su laboratorio a ver qué tan útiles les serían estas cosas, y tenía en su mente su ruta de regreso. -Lithya, nena ¿por qué estás tan nerviosa?- le preguntó Hyd a su cola, y ella lo miró temblando un poco y moviendo sus pequeñas aletitas. -Tranquila, ya vamos a regresar. Nore, deja de ver ése cuervo y empieza a caminar- dijo dándose media vuelta para seguir exactamente su recorrido de ida -Sólo seguimos las pisad... ¡¿Por qué no están?!- Hyden comenzó a buscar por el suelo, pero sus pasos se habían borrado por alguna razón desconocida. Igual no había por qué alarmarse, aún tenían otras pistas para elegir el camino correcto -...Recuerdo que había un árbol feo cuando vinimos aquí- miró entre los árboles muertos buscando aquel tronco en específico -Olvídalo, todos son igual de feos- suspiró, cerró su bolso para no perder sus cosas -No queda más remedio que fingir que sabemos a dónde vamos 7-7- y así la quimera comenzó a caminar siguiendo lo que creía que era la dirección correcta.
Tras recorrer un buen pedazo del bosque, se lograba ver entre la niebla una casa. -Señores, soy un crack- dijo sorprendido y feliz de que su plan loco funcionara, o eso era lo que creía... En realidad se trataba de una posada, a la que Hyd no le veía razón de existir, osea, ¿quién quisiera quedarse a dormir en una casa misteriosa en medio de un bosque tenebroso?. Noremorth comenzó a reírse de su compañero, amaba aprovecharse de sus errores para humillarlo. -Cállate, Nore! Aún soy un crack! Puedo pedir direcciones aquí!- dijo el león, en un tono enojado mientras se acercaba a la puerta para tocar. -Estén preparados. Depende de quién abra la puerta, quizá debamos meternos en algunos de nuestros papeles para conseguir la ayuda... Menos Lithya, tú sigue siendo así de linda ¿ok?- dieron unos pocos pasos hacia atrás y esperaron a que alguien respondiera.
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Post by Min Naoto on Aug 27, 2017 19:08:03 GMT
La tarde era tranquila como siempre, todo era silencio y paz en "El trasgo nocturno", por lo que el joven se encontraba específicamente en su taller, confeccionando con total delicadeza y respeto una nueva y muy hermosa muñeca pieza por pieza. Su cabello, natural, sedoso y negro como la noche, el cual estaba debidamente peinado y decorado con muchos adornos pequeños y adorables. Su piel, tan blanca como la nieve, una blancura tan pura que sólo era interrumpida por algunos toques de pintura carmesí, dando un toque perfecto en sus pequeños labios bien formados. Sus ropas confeccionadas totalmente a mano, adornando con total sutileza su delgado cuerpo de porcelana, el cual estaba tan perfectamente proporcionado que, de tratarse de una persona, podría considerarse un ángel debido a su perfección.
Con una sonrisa satisfactoria notoria en el rostro, Min se levantó de su asiento y reverenció a la muñeca con respeto. - Estas lista para unirte al resto, oneesan. - Musitó, y seguido a ello la tomó suavemente entre sus manos, llevándola a su salón para ponerla junto al resto de sus "creaciones". - Shh... Shh... No llores más, tendrás compañía para el resto de la eternidad en éste lugar, y si ellos no son suficientes, no te preocupes, conseguiré más. - Miró una a una a las muñecas que en aquel lugar se encontraban. Todas vestidas elegantemente, todas sonrientes... Todas viviendo vidas tan trágicas y solitarias antes de convertirse en lo que eran ahora, todas siendo liberadas por aquel joven posadero que ahora guardaba sus memorias y las honraba. Al menos ahora se tenían unos a otros.
Habiendo terminado su trabajo, el rubio regresó a su salón y miró el desastre que había hecho. No, no... Cabello por aquí y por allá, ropa rasgada y ensangrentada en el piso y un montón de carne arcana ya inservible en la esquina de la habitación que sólo estaba haciendo un charco rojizo molesto. Habría que limpiarlo antes de que diera problemas, antes de que comenzara a ponerlo de mal humor.
Unas horas de limpieza exhaustiva más tarde, alguien llamó a la puerta. ¿Quién podría ser? Seguramente otra alma perdida de seguro... Ah... Tan predecible.
Lavando sus manos antes, acomodando debidamente su cabello rubio frente a su ojo izquierdo y revisando hasta el mínimo detalle con respecto a la limpieza y presentación de su ropa, el shapeshifter corrió hacia la entrada mientras gritaba dulcemente con aquella voz femenina tan bien practicada. - ¡Estoy en camino! - Llegó no mucho después hasta la puerta abriéndola de inmediato. Pensaba encontrar a alguien alto, a un adulto a decir verdad, por lo que estaba mirando hacia arriba y al no encontrar a nadie, decidió mirar hacia abajo, encontrándose con la sorpresa de que su visitante era un niño que no tenía una, sino tres cabezas. - Oh... ¿Hola? - Preguntó con amabilidad y se agachó a la altura de Hydnore, sonriendo tranquila y serenamente sin ningún rastro de miedo o extrañeza. - ¿Puedo ayudarles en algo, pequeños? -
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Post by Deleted on Aug 27, 2017 20:20:25 GMT
Hydnore aprovechaba su breve momento de espera para acomodarse su bolso y quitarse el guante que llevaba en su mano derecha. Sus orejas se levantaron de golpe al escuchar una voz femenina al otro lado de la puerta. Dependiendo de la personalidad de esa "señora" y su disposición para ayudarlos, Hyd daría o no la señal para actuar como niños de la calle. Por si acaso, la quimera se ensució un poco con tierra. Si le ayudaba a su actuación se la dejaría, si no, simplemente podría sacudírsela. Normalmente la gente suele atender a quienes lo necesitan, pero Hyden quería manipular la situación para obtener la mejor ayuda.
La puerta fue abierta y una persona se asomó mirando más arriba de lo que alcanzaba su estatura. Él no era tan pequeño, pero si era bajito, de hecho, el más bajo de todos los arcanos que conocía, lo cual le irritaba mucho y en estos momentos se comenzaba a sentir molesto por ello, pero no lo demostraba, sólo saludó con la mano a quien le había abierto la puerta, sin decir nada, pues aún no sabía si podía ser él mismo. -(Parece ser alguien amable, pero con una posada en medio de este lugar no estoy seguro de qué pensar)- esos pensamientos se convertían en leves reacciones de su cuerpo que indicaban a la cabra y a la anguila que no se dejaran llevar demasiado. Tras la pregunta de "la arcana", Hyden se llevó una mano a la espalda para darle discretamente 2 toques, indicándoles a sus compañeros de cuerpo que les tocaba tomar el rol de niño necesitado (qué bien que había decidido mancharse la ropa con tierra).
Antes de responderle, desvió la mirada al interior de la posada unos pocos segundos, notando varias cosas curiosas que habían dentro. Si esta persona continuaba con su comportamiento amable quizá podría pedirle algo más en lugar de direcciones. -Um...E-esto...s-señorita, estamos perdidos y cansados. Y-ya es muy tarde y me da miedo regresar a mi casita...¿podemos pasar la noche aquí?- dijo con una voz tan dulce como la que forzaba "la chica" frente a él, poniendo también una expresión tristona mientras su otra cabeza se frotaba un ojo por el sueño y su cola estornudaba de manera muy tierna (aunque eso último no fue a propósito). Al león le incomodaba mucho tomar esa actitud, pero valía la pena hacerlo si quería obtener lo que buscaba. Por otro lado, Noremorth disfrutaba de actuar, burlándose de manera muy discreta cómo los demás se tragaban sus mentiras y al ver a su compañero tieniendo que ser un lindo bebé abrazable cuando sabe lo mucho que odia ese tipo de cosas.
El plan ahora era entrar, ver qué cosas buenas podría conseguir (o robar(??)) y después de haber explorado la posada, pedir direcciones para regresar a Reapergate.
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Post by Min Naoto on Aug 30, 2017 1:03:43 GMT
El pequeño silencio inicial del muchacho había sido aprovechado por el rubio para examinarlo bien de arriba a abajo muy discretamente. No se le notaba asustado como los otros niños que alguna vez llegaron a aquel lugar (al menos no antes de que comenzara a actuar), ni tampoco se le veía taaan sucio y descuidado, sólo un poco lleno de tierra. Aquello tenía un cierto aire sospechoso, pero igual no tenía otra opción mas que aceptarlo puesto que a pesar de lo tenebroso del bosque y lo atemorizante de la casa, el haber ayudado a las personas que se encontraban perdidas le había dado una reputación benevolente que necesitaba mantener. Además de que... Bueno, de ser verdadera la historia de aquel niñito perdido, verdaderamente sería un peligro que estuviera afuera a esas horas en un lugar como ese.
Pensando aquello, Min hizo de lado totalmente sus sospechas y se hizo hacia el costado de la puerta, indicándole con su mano que pasara mientras aún sonreía y ésta vez cerraba sus ojos tierna y amablemente. - En mi posada siempre habrá lugar para uno, dos o tres más. - Respondió. - Pasen, es una suerte que llegaran justo a la hora de la cena. Sólo les pediré de favor que dejen sus zapatos en la entrada. -
Habiendo cerrado la puerta una vez que entraron, el rubio comenzó a caminar en dirección del comedor mientras le indicaba a la quimera que lo siguiese con una de sus manos, apartando su vista de ellos no mucho después. Aquella gran casa decorada al estilo japonés estaba parcialmente envuelta en la oscuridad, la cual sólo era interrumpida por algunas lámparas que decoraban el techo y algunas velas. Las paredes de madera estaban cubiertas por máscaras tradicionales y los muros del salón principal estaban forrados de armas "decorativas". Espadas que susurraban en un tono imperceptible las historias de sus antiguos portadores, susurros que se perdían con el eco de los pasos de ambos.
Una vez llegaron hasta el lugar indicado, "la mujer" deslizó con delicadeza el shoji que dividía el comedor con la sala principal, revelando que la mesa ya estaba servida y lista. - Oh, que grosera he sido... No he preguntado si querían limpiarse primero antes de comer... ¿Debería mostrarles su habitación antes de cenar? - Preguntó, volteando para mirarles una vez más.
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Post by Deleted on Aug 30, 2017 20:55:08 GMT
Tal vez su personaje improvisado no era del todo convincente, pero la apariencia de la quimera era sin duda la de un niño. En todo caso, podría parecer un pequeño diciendo unas cuantas mentirillas blancas. Además, si se trataba de la buena persona que aparentaba ser, aquella "señora" los dejaría pasar, y eso fue efectivamente lo que sucedió. Noremorth siguió con la mirada el movimiento de la mano de "la joven" y a los pocos segundos se atrevieron a dar unos pasitos algo inseguros hacia en interior de la posada. -Muchas gracias- dijo el león viendo con una sonrisa tierna a "la posadera". Siguiendo la norma que les habían impuesto, Hydnore se sentó en el esqueño escaloncito que había no muy lejos de la puerta y se sacó sus botas llenas de tierra y fango, dejándose nada más sus calcetines negros.
"La chica" le indicaba que debía seguirle. No sabía exactamente a dónde, pero habían mencionado una cena, así que podrían estar dirigiéndose al comedor. Lithya miraba con un poco de miedo la decoración de la casa mientras que las otras 2 cabezas examinaban el entorno y buscaban algo que les fuera útil, pero pareciendo que sólo admiraban la maravillosa decoración de la posada. -(Máscara inútil, máscara inútil 2, máscara fea e inútil...)- contaba mentalmente a medida que se cruzaba con estas a su paso. Pensó que quizá esta actuación no le serviría para nada, hasta que se topó con las paredes forradas de armas. Habían miles de modelos distintos, cosas que ni siquiera sabía que existían y era muchísimo más grande que el arsenal que tenía metido en su laboratorio. -(Holy shet...)- pensaron ambas cabezas casi al mismo tiempo, pero su pequeña anguilita sólo se preocupaba al ver aquellas cosas peligrosas al alcance de cualquiera.
La quimera se quedó onservando la sala hasta oír aquella pierta rara deslizarse. Los 3 voltearon inmediatamente a ver aquella mesa repleta de comida. El estómago de la quimera no tardó en gruñir, ellos rara vez podían comer bien. Vivían al modo difícil de tener que robar para sobrevivir. El león se puso la mano en su estómago a la vez que la cabra comenzaba a babear. Estaban hambrientos y desesperados por poder comer. Tenían las manos limpias, ya que hace poco traían guantes puestos, pero para Hyd sería incómodo comer estando sucio. -Lo que usted crea que es mejor, señorita- le respondió con un tono alegre, cosa que estaba forzando más que nunca, ya que realmente quería poder sacarse la tierra y comer.
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Post by Min Naoto on Sept 1, 2017 23:14:45 GMT
Si había algo que Min no soportaba en su "estado natural" ni estando tomando su papel de mujer amable, era la suciedad. (Por eso mismo les pidió que se quitaran los zapatos antes de entrar). Sin embargo, el ver como los pequeños observaban la comida con aquellos ojitos hambrientos hizo que se le ablandara un poco el corazón y decidiera tomar los palillos más cercanos, para así tomar un gran bocado de comida y ofrecercelo cuidadosamente a Noremorth, debido a que él era el que se veía más hambriento. - Di "aahhh". - Murmuró, y en el instante en que abrió la boca, se lo dio. Hizo lo mismo con Hyden y finalmente con Lithya, a la cual incluso le acarició la cabecita después de alimentarla. - Después de limpiarse podrán comer por ustedes mismos, pero por ahora vamos por aquí~ -
Dejó los palillos perfectamente acomodados sobre la mesa y salió serenamente del comedor, yendo ésta vez hacia la derecha hasta llegar a unas escaleras, las cuales subió con mucha facilidad. Sinceramente no se fijó si lo estaban siguiendo o no a su paso, él sólo siguió su camino por el largo pasillo. [Aún tengo cosas que hacer... Lo mejor será dejarlos en un lugar donde no puedan molestarme.] Pensó en sus adentros mientras observaba con detalle cada habitación, buscando y examinando cual sería la mejor para lo que tenía planeado hacer, después de todo la posada estaba acomodada exactamente a sus necesidades.
Al final terminó eligiendo la habitación en el fondo del pasillo, por lo que al llegar abrió la puerta con una pequeña llave que sacó de su bolsillo y entró poco después, cuando sintió que los niños estaban lo suficientemente cerca de él. La habitación era algo pequeña, pero bien acomodada y decorada, no era muy oscura, y si lo era, al menos tenía una buena iluminación proporcionada por unas cuantas velas. A la izquierda había una cama rellena de suave lana y bien presentada con sus mantas limpias y acomodadas, además de que habían algunas mesitas de noche decoradas con jarrones, los cuales contenían flores frescas. - Ésta será su habitación. En el baño hay agua caliente, toallas y en un momento les traeré algo de ropa limpia, por favor pónganse cómodos. - Dicho aquello, hizo una pequeña reverencia y salió, siempre mostrando una sonrisa en el rostro.
Una vez salió de la habitación, su semblante se vio drasticamente cambiado. Ahora no sonreía, sino que mantenía una expresión neutral casi espectral, como si en verdad nunca hubiese sentido nada en aquel momento. [Ha dejado sucia la madera... Que problema.] Dijo en su interior mientras miraba el piso y movía un poco uno de sus pies, sintiendo aquellos diminutos granos de tierra bajo sus plantas y en sus dedos, lo cual hizo que frunciera levemente el ceño. [Más tarde lo arreglaré.] Y pensando eso, fue como se alejó. Dejando atrás sólo el sonido de sus pasos.
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Post by Deleted on Sept 3, 2017 20:27:01 GMT
Cuando aquel bocado era acercado hacia Noremorth, él no dudó en abrir su bocota y abalanzarse sobre los palillos, metiendo la mitad de estos dentro de su boca. Hyden lo miraba, pero sin poner ninguna expresión que evidenciara lo que pensaba, esperando a que su compañero se diera cuenta de que aquel comportamiento no era el más adecuado (y también sentía un poco de envidia por no ser el primero, aunque igual todo iba a caer en el mismo estómago). Ahora era el turno del león, y este tomó la comida delicadamente, evitando tocar los palillos que se habían llenado de la saliva de la cabra, poniendo involuntariamente una carita tierna mientras se alejaba a masticar su bocado, pero Lithya lo había superado cuando un pequeña sonrisa salió después de tragar su parte. La comida estaba muy buena. Bueno, aunque siempre la comida es deliciosa cuando no siempre la tienes en la mesa.
Ahora se dirigían hacia su habitación. Notaba que "la chica" no estaba tan atenta de ellos, sino de llegar al cuarto. Hyden pensó en desviarse a examinar más aquella extraña posada, pero no podía arriesgarse mucho, no conocía bien a la persona que se encargaba de este lugar extraño. Sólo le siguió como el niño bueno que fingía ser. Al menos podía aprovechar en ver brevemente lo que había detrás de cada puerta, pero Min no les dejaba el tiempo suficiente para apreciarlas en realidad, y la poca luz que había tampoco ayudaba.
La última puerta era la que les correspondía a las 3 cabezas. La habitación era muchísimo mejor que la suya. En casa apenas tenían un montón de paja aguantada por una cortina vieja y una base para colchones de madera carcomida que era parte de aquella casa abandonada en donde vivía, pero hoy había un cómodo colchón para ellos. -La habitación es hermosa, gracias- dijo Hyd con una sonrisa fingida pero convincente (aunque realmente estaba feliz con lo que le habían dado). En lo que "la señora" salió, la quimera se lanzó boca abajo en el colchón para disfrutar de la suavidad de este, pero se levantó pocos segundos después al recordar que tenía tierra encima y podría manchar las sábanas. Por suerte había podido sacudir completamente las pequeñas manchitas que dejó y dirigiéndose hacia el baño que se encontraba en la puerta justo al lado de su habitación. Se desvistió y dejó su ropa sucia colgada, sentándose en un pequeño taburete que había ahí para comenzar a limpiarse con un pañito mojado. Hyden pudo haber pasado mucho tiempo viviendo bajo el mar, pero nunca le agarró mucho amor al agua. Apesar de todo, se aseguraría de bañarse apropiadamente, pues tampoco es muy fan de la suciedad. También tomó un balde con agua que se puso detrás de él para que la anguilita pudiera jugar un rato.
Cuando estuvieron listos, el león agarró la toalla que estaba colgando frente a él, se secó y se la colocó en sus caderas con la ayuda de su otra mitad, regresando al banquito para que Lithya chapoteara un rato más con sus aletitas mientras esperaban a que llegara su cambio de ropa (y pensando en lo que podría hacer para llevarse unas de esas armas tan geniales que habían abajo).
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Post by Min Naoto on Sept 12, 2017 3:50:48 GMT
El rubio había preparado y alistado la ropa que creía le vendría bien al pequeño, mas se tomó su tiempo en regresar, más que nada porque estaba sellando cada lugar prohibido y ocultando cualquier rastro que pudiera hacer sospechar al pequeño de lo que en verdad se hacía en aquel lugar. No era como que muchos lo hubiesen descubierto con tan sólo pasar una noche ahí, pero los pocos que lo habían hecho... Bueno... Ya se encontraban durmiendo entre el abrazo eterno de morfeo. Cuando sintió que todo estaba asegurado como era debido y que ya había pasado el tiempo suficiente como para que los "niños" acabasen de bañarse, el posadero tomó entre sus brazos las prendas designadas e impregnadas con un tenue aroma a lavanda, las cuales acomodó perfectamente una sobre otra e incluso acarició con su mano, sonriendo de manera algo maliciosa. - El aroma, recuerda el aroma. No queremos problemas, sólo es precaución. - Mencionó a una sombra que estaba sentada en el mismo cuarto que él, la cual asintió antes de que Min saliese de la habitación. Recorrió nuevamente los pasillos, subió las escaleras y tocó la puerta antes de entrar, anunciando su llegada. - Oh... ¿Aún no salen del baño? Está bien, dejaré la ropa en la cama para el momento en que decidan vestirse. - Dijo en su "típico" tono amable mientras dejaba las prendas arriba del colchón, notando aquellas pequeñas motas de polvo que yacían en el piso. No dijo nada al respecto, sólo frunció el ceño y se dio la vuelta para salir una vez más de la habitación. - Los esperaré en el comedor, recuerden... Es la puerta a la izquierda de las escaleras. - Aclaró antes de cerrar la puerta nuevamente, alejándose una vez más de aquel lugar. Estar cerca de la suciedad y no poder limpiarla lo llenaba de molestia.
OOC: Perdona la demora. ;A;
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Post by Deleted on Sept 12, 2017 14:41:14 GMT
Por fin "la chica" apareció nuevamente, haciendo que el león se incomodara al estar semidesnudo. Había pasado un buen rato antes de que las prendas estuvieran listas y llegaran a ser dejadas en la habitación. Hyden tomaba en cuenta ese tiempo de espera ¿qué tanto había hecho para tardar así? Será que tuvo que bajar a un almacén para buscar la ropa? Pues, tal vez no sería muy común recibir a unos niños solitarios en un lugar así, pero por eso no bajaría la guardia aún.
La quimera se levantó del taburete del baño y terminó de secarse el cabello de ambas cabezas, tapándose nuevamente con la toalla para que el león pudiera asomarse tímidamente por la puerta para asegurarse de que nadie lo vería semidesnudo, y le dio la señal a la cabra para correr hacia la otra puerta antes de que alguien lograra verlos (aunque por Noremorth no había problema con eso).
Ya dentro de la habitación, dejó la toalla sobre una mesita, comenzando a examinar las prendas antes de ponérselas. No eran exactamente de su estilo, obvio que Hyd amaba su bata más que cualquier otra vestimenta, pero había que seguirle el juego a "la señora". No quería llegar a perderse la cena por hacer lo que le diera la gana, ahora debía comportarse como un niño bueno.
Estando listo, se dirigió fuera del cuarto, hacia el comedor, tal y como se lo habían indicado. Deslizó la puerta lentamente, para que su llegada no fuera una sorpresa, quedándose parado ahí, esperando a que le dieran permiso de entrar, aunque él y Noremorth, en una situación normal, saltarían a atacar la comida como si se tratara de una presa viva.
ooc: tranqui :3
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Post by Min Naoto on Sept 14, 2017 2:01:13 GMT
"La posadera" esperó pacientemente la llegada de los pequeños permaneciendo sentada frente a la mesa, acariciando el cabello de una pequeña muñeca que había acomodado al lado suyo, como si dicha muñequita fuese un invitado más. A diferencia del resto de sus creaciones, esa en particular tenía un aspecto infantil, inocente y regordete, igual que una niña pequeña. - Por favor recuerda tus modales y sé cordial. - Murmuró mientras miraba a la pequeña muñeca y apartaba su mano de ella, pues ya había podido escuchar el leve crujido de la escalera que le indicaba claramente que alguien se acercaba, luego, casi automáticamente se puso de pie y juntó sus manos frente a su abdomen, bajando la mirada y cerrando los ojos para mostrar una actitud dócil y educada ante sus invitados una vez llegasen. - Bienvenidos nuevamente. - Dijo en un tono bajo y femenino al escuchar la puerta deslizarse, haciendo una pequeña reverencia a los pequeños antes de mirarlos fijamente y extender su brazo hacia la comida. - Disfruten sus alimentos, pueden comer cuanto quieran. - Y dicho aquello retomó su asiento en tranquilidad, esperando que aquellos niños comiesen primero y teniendo cuidado de no perturbar el espacio de "su otra invitada", a la cual no mencionó ni hizo el esfuerzo por hacerla notar. Ahora que lo notaba, no sabía el nombre de los niños que lo habían visitado...
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Post by Deleted on Sept 14, 2017 15:31:58 GMT
Hydnore se acercó a tomar asiento. Noremorth estaba que no se aguantaba las ganas de comenzar a tragar como animal, pero Hyden lo mantenía a raya. El león tenía pensado ser él quien sostuviera el tenedor para repartir la comida entre las 3 cabezas, pero algo estaba mal, no eran los cubiertos de siempre, habían solamente unos palillos al lado de su plato. Apenas sabía que esas cosas se utilizaban en Asia, pero nunca en la vida tuvo que utilizar unos. La quimera tomó uno con cada mano, tratando de pellizcar la comida e incluso comenzando a clavar los palillos en lo que pudiera, pero claro, sin verse muy desastroso, pues no quería incomodar a "la señora".
Además de la posadera, había una muñequita que les hacía compañía. Esta parecía que los miraba fijamente, y eso sólo incomodaba a Hyden. Era como si ella viera cómo le costaba comer con esos palillos, no podía negar que estaba arregladita y bonita, pero no le gustaba mucho tenerla de acompañante, más no iba a quejarse por ello. Mientras, Nore era capaz de ignorar completamente a la 4ta invitada, concentrándose nada más en comer, y la pequeña Lithya miraba con dulzura las lindas prendas que llevaba la figura, abriendo la boca sin apartar la mirada cuando Hyd le daba de comer.
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Post by Min Naoto on Sept 15, 2017 7:04:47 GMT
"La mujer" tomó sus propios palillos con total normalidad al ver que los pequeños habían tomado los suyos también, por lo que no tardó mucho en tomar algunos pequeños bocados de su plato y llevárselos a la boca, comiendo con total normalidad hasta que sintió la mirada de la anguilita, por lo cual volteó a verla y después devolvió la mirada hacia la muñeca, enterneciendose por el hecho de que "ambas" parecían mirarse bien. Ay... Ojalá Yumiko no fuera tan especial... Quizá podría por fin hacer una amiga de verdad.
Aquellos pensamientos lo distrajeron tanto de lo que estaba ocurriendo que casi pasa por alto el hecho de que los pequeños estaban tomando la comida con los palillos a punta de pelliscos fallidos y también como si fueran brochetas, por lo que al notar semejante actitud no pudo evitar abrir los ojos más de lo habitual para luego ponerse a reír inevitablemente, intentando disimular aquella risa cubriéndose la boca con el dorso de su mano. Sinceramente el verlos pelear con tanta determinación contra los palillos llegó a recordarle su infancia, cuando él también era un inexperto y se le solía caer todo el arroz en la ropa.
- Los están sosteniendo mal. - Aclaró por fin cuando pudo dejar de reír, levantándose de su sitio e hincándose al lado ellos para así mostrarles la manera correcta de hacerlo tal y como su madre solía ayudarlo a él, por lo cual tomó ambos palillos de sus manos y luego se los dio a Hyden, acomodándoselos en la mano de la manera correcta. - Tienes que tomar uno de los palillos entre tu dedo pulgar y anular y el otro como un lápiz. Así te será muy fácil. - Dijo mientras le ayudaba a tomar un trozo de tonkatsu con ayuda de los palillos y se lo acercaba a la boca, soltándolo a medio camino para que él lo sostuviera por sí mismo.
Nunca había tenido la suficiente paciencia (o ganas) de ayudar con los niños más allá de ofrecerles hospedaje y posteriormente enviarlos con los Santori, sin embargo, aquel día algo fue diferente. Quizá porque aquellos extraños niños le recordaban a su tierna infancia o tal vez solo estaba de buen humor. Fuera lo que fuera, definitivamente era más fácil comportarse amable cuando lo hacia de corazón. Al parecer si tenía uno después de todo...
Mientras él hacia eso, la muñequita pareció ladear un poquito la cabeza, por lo que apenas y fue perceptible el cambio.
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Post by Deleted on Sept 15, 2017 14:48:23 GMT
La quimera se estaba desesperando con esos palillos, más de la mitad de los bocados que tomaba no llegaban a sus bocas. Hyden incluso estaba furioso, pero por dentro. No iba a dejar que su ira le borrara su carita angelical, sólo sentía una presión en su pecho por las ganas de mandar los palillos alv. -(Hija de su...se está burlando de mí)- Lo único bueno de estar comiendo de un modo tan torpe era que le estaba sumando puntos de credibilidad a su actitud de niñito lindo, tanto así que "la posadera" se enterneció un poco al verlos y se acercó a ayudarlos. "Los están sosteniendo mal" -(No me digas...)- pensó a la vez que "la chica" se ponía junto a ellos, comenzando a explicarles cómo se hacía. Puso los dedos como le indicaba, pero ese trozo de tonkatsu sólo era sostenido gracias a "la señora". El león abrió la boca para comerse ese bocado, pero apenas se quedó sin el apoyo de la otra mano, el tonkatsu cayó en el plato otra vez. Hyd de verdad estaba comenzando a odiar esas cosas de madera, y Noremorth no estaba muy atrás respecto a ese sentimiento.
Hyden continuaba practicando con los palillos, habían avanzado tan poco que Noremorth intentó tomar algo con la mano, y su compañero obviamente lo detuvo con una leve palmada (que habría sonado con fuerza dejándole una buena marca si no tuvieran que actuar de almas inocentes). Pero después de un rato, ya los palillos no estaban tan inestables, el león ya le estaba agarrando el golpe, empezando a darles de comer a las otras cabezas y a él.
La pequeña anguilita, con sus ojos a los lados de la cabeza, miraba tanto a Hyd dándole de comer, como a la muñeca de la mesa. Esta había ladeado un poco su cabeza ¿serían cosas suyas? Bueno...después de todo, sus ojitos están hechos para ver bajo el agua.
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Post by Min Naoto on Sept 15, 2017 18:22:04 GMT
Fallo tras fallo, el rubio sólo podía ver como la comida se les estaba desmoronando pedazo a pedazo, por lo que llegó a poner una cara de pena mientras se acariciaba discretamente la nuca. Estaba bien, apenas estaba aprendiendo, no pasaba nada. Tan pronto como vio que Hyden comenzaba a controlarlo, el shapeshifter sonrió y decidió volver a su lugar, donde observó como la muñequita se movió otro poco más, volteando hacia él mientras que "casualmente" se apagaba una de las velas cercanas a ella.
Ésto alarmó un poco al posadero e hizo que voltease a ver a la anguilita, la cual al parecer seguía mirándola y podría llegar a notar aquellos movimientos incontrolados. Sería un verdadero problema que los juegos de Yumiko asustasen a sus invitados y éstos decidieran salir a la intemperie con tan fea oscuridad, lo mejor sería captar su atención en él antes de que en verdad se dieran cuenta los tres. - Sé que es de mala educación hablar a la mesa, pero... Me encantaría saber sus nombres. - Expresó con un tono dulce y suave, intentando desviar la atención de la muñeca, a la cual tomó y sentó entre sus piernas. - Mi nombre es Min, Min Naoto. - Mencionó mientras cerraba sus ojos de forma inocente.
Después de que Min sentara a la muñeca entre sus piernas (donde podía ver mejor a los huéspedes) los movimientos cesaron.
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Post by Deleted on Sept 17, 2017 2:19:18 GMT
Hyden estaba muy concentrado en controlar los palillos como para notar esa vela. Estaba alimentando a la anguilita justo cuando eso ocurrió, por lo que el único que lo notó fue Noremorth, pero le valió madres y regresó a esperar el turno de su bocado.
Yumiko fue bajada de la mesa, por fin los movimientos raros que sólo veía la pequeña Lithya pararon. Ya la colita no debía avisarle a su compañero sobre lo que vio, pues creyó que sólo fue su imaginación.
Ahora "la posadera" preguntaba por sus nombres. El león se apresuró a terminar de masticar y tragar su comida para no hablar con la boca llena y obedecer como un niño bueno. -Mi nombre es Hyden y el de él es Noremorth, pero si quieres dirigirte a nosotros 2 juntos, nos puedes llamar Hydnore. Y también está nuestra cola; ella se llama Lithya- dijo a la vez que apuntaba a las cabezas correspondientes, fingiendo algo de alegría al mencionar a sus compañeros (aunque a Lithya sí se le quiere de verdad uvu) -Y mucho gusto, Min Naoto- decía su nombre completo con la intención de sonar más educado, inclinando levemente la cabeza a modo de reverencia antes de seguir comiendo.
La quimera, desde que llegó, supo que algo andaba mal, pues la energía de la casa era más aterradora aún que la de la mansión abandonada en donde vivían. Quizá no se debía a Min, podría tratarse de las energías que fueron dejadas en la estructura en el pasado, como en el caso de su vivienda. De todos modos quería investigar, así que planeaba que a la hora de dormir, el nené quimerita dejaría de ser un niño bueno.
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