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Post by Sieg Stahlzahn on Aug 28, 2017 1:40:21 GMT
El día se había pasado más rápido de lo que el Licantropo creía, aquella visita de emergencia a la Ciudadela por el imprevisto de verse sin provisiones había sido cansador, pero de alguna u otra manera, ya que por fin había podido conocer a alguien con quien había hablado por el Artefacto llamado Tableta Arcana. No podía viajar de noche, así que lo más prudente era encaminarse en dirección a su lugar favorito para poder pasar la noche, de cierta manera seguro y en paz, la Cascada del Trueno, en la frondosa jungla de Shangri Lax. Preparo sus cosas una vez estuvo en las afueras de la Ciudadela, su mochila iba cargada con varias de las cosas que pudo comprar, entre ellas los condimentos y el manto extra que quería, se sentía aliviado, con eso y una buena administración de sus cosas, haría durar bastante tiempo todo lo que compro, y sin más, tomando su forma de Horris Lupus, para poder cargar todo en su lomo, emprendió el recorrido hacia Shangri Lax a un paso muy veloz, seguía sin perder la agilidad conseguida con sus entrenamientos, los cuales aun hacia, los recordaba a la perfección, cada paso, cada movimiento, y cada lección de aquella persona especial que le enseño todo, con quien más le costo despedirse el día en que su camino y el de la Utopía del Escudo de Plata tuvieron que separarse por aquel prejuicio tan tonto y doloroso que sentía Sieg, algo que en ese momento lo obligo a tomar medidas drásticas para el, cosas que en ese momento, de alguna u otra forma se arrepiente. Se preguntaba tantas cosas, ¿Como estarían todos? ¿Que tanto había crecido la utopía desde su partida? ¿Como se encontraran aquellas personas que tanto apreciaba? La pequeña Silver, su Líder Lumina, su gran compañero Rhonan, y su Maestra... Salem, los extrañaba, siempre los recordaba, pero sabia que ya no había vuelta atrás, el escogió su camino, separado de su lado.
Tardo no más de unas horas en llegar desde la Ciudadela hasta la jungla, donde su paso se volvió más calmado, más sigiloso y cuidadoso, sabia de los peligros de la jungla, actuar precipitadamente solo lo llevaría a malas situaciones, debía ser analítico, en todas las situaciones posibles, tal y como fue entrenado. Las ramas de los arboles y las distintas malezas chocaban contra el rostro y pelaje del Lobo Albino, mientras se encaminaba en dirección a la cascada la cual a la distancia se hacia escuchar, fuerte y majestuosa, tal y como la describían, como un trueno salvaje golpeando la tierra. Logro llegar hasta aquel lugar sintiendo la brisa y la humedad en el aire, tan fresca, le gustaba y apreciaba mucho esa sensación, no por nada aquel lugar era su favorito en toda Mirovia, caminando por el vasto césped que rodeaba el lugar, dejando lentamente sus cosas en el suelo y tomando su forma sellada.- Dos años ya... Han pasado lento.- Comento para si mismo mientras abría y revisaba su mochila, asegurándose de que todo lo que compro estuviera ahí y en perfecto estado, en efecto, lo estaba. Miro unos segundos su Katana, dejando escapar un suspiro, y tomándola suavemente, era la misma Katana que había usado tantos años, pero la ultima vez que le hizo un refinado fue unos días antes de irse de Alemania en busca de la Tierra prometida en la que se encontraba ya, quizás debió aprovechar su estadía en la ciudadela para hacer eso, pero ya era muy tarde. Desenvaino su arma despacio, dejando la envoltura de esta sobre su mochila mientras caminaba un poco por el césped.- Bien...- Respiro profundamente para luego dejar escapar el aire, para luego lanzar su Katana al cielo y tomar su forma de Horris Lupus, y saltando para tomar la Katana por su empuñadura, aquella técnica que había perfeccionado en la Utopía, la cual le tomo más de 5 años aprender completamente, la razón del porque fue llamado Aullido Espectral.
Practico durante bastante tiempo, cortes limpios, fintas, incluso cambios repentinos entre su forma Horris Lupus y Sellada, todas esas décadas de entrenamiento definitivamente no habían sido en vano. Se detuvo a descansar durante unos momentos, dejando su Katana a un lado de la mochila pero sin salir de su forma Horris lupus, acercándose al rio que se generaba por tan hermosa cascada, mirando el agua cristalina de esta y bebiendo un poco con su hocico, le sorprendía lo limpia que podía estar, tan refrescante para aquellos momentos intensos de entrenamiento del Licantropo. Volvió a acercarse a su mochila, echándose a un lado de ella a descansar unos momentos, antes de continuar con el entrenamiento que, obviamente, no terminaría ahí, debía seguir entrenando, un día que no lo hiciera podía hacerle perder la costumbre del esfuerzo que siempre le ponía a todo, aun cuando ya no peleaba en guerras, cuando ya no tenia a absolutamente nadie que proteger, debía mantenerse fuerte y con la frente en alto a cada situación que se le presentara.- ... ¿Que sera de todos...?-Penso, aun en su forma de lobo podía notarse la melancolía que sentía, la nostalgia, no podía evitar sentirse triste, y solo incluso, con solo recordar a aquellas personas que salvaron su vida, y la hicieron algo mejor en todos los sentidos posibles.
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Post by Salem Exitium on Aug 31, 2017 4:01:21 GMT
Se había alejado bastante de su camino original, lo que era un simple paseo al jardín había terminado en un extenso recorrido por toda la zona, tampoco era como si te molestara la idea, el viento esa noche no era demasiado fuerte, y su mecer te relajaba, había sido un día agotador la verdad, mucha nueva información que si bien te alegraba, ese día en específico no habías logrado dejar de pensar en aquel rumor, aquella nueva posibilidad “Un lobo blanco como la nieve, que llevaba un bolso en su espalda y una katana” aquella descripción, no había duda, no podía dudarlo, era el… ¿Desde hace cuánto estaba allí? Suspiro, ordenando el cabello que ahora se encontraba suelto y danzaba con el viento, largo, se sorprendía de lo mucho que había crecido en tan poco tiempo, aunque considerando que nunca lo dejaba crecer mucho, esta era la primera vez que dejaba que su cabello hiciera lo que quisiera; Se detuvo unos momentos, mirando la hierba del suelo, cerro los ojos, escuchando a su alrededor, a lo lejos, muy a lo lejos, escuchaba el violento caer del agua, lo reconocía, estaba cerca de la cascada del trueno. Miro en esa dirección, planteándose la idea de ir unos momentos y meditar allí, debía hacerlo, aunque no le gustaba admitirlo, saber que alguien que había sido tan cercano a ella podía estar tan cerca le había alterado un poco
Nuevamente el suave contoneo de caderas comenzó, los movimientos de la mujer eran suaves, rítmicos, seductores, había salido más desabrigada de lo normal por lo que solo una blusa ajustada y un corsé, junto con los pantalones oscuros, una ropa más cómoda para estar en su hogar, aunque las botas altas jamás las dejaba, le gustaban demasiado, además disfrutaba de afilar ese delgado tacón, en caso de emergencia, sabía que la noche era peligrosa, los monstruos podían aparecer en cualquier momento y eso también era conveniente, necesitaba nuevos sujetos con quienes probar sus conocimientos sobre venenos, y por supuesto, terminar de conseguir el veneno; alzo suavemente una de sus manos, una ventisca un poco más fuerte había enredado uno de los largos mechones vino tinto en sus cuernos, le pasaba más de lo que deseaba, por eso siempre traía el cabello recogido, la boca se frunció suavemente, la idea de tener el cabello corto nuevamente era tentadora, muy tentadora, pero esa imagen le agradaba, le hacía recordar a esa apariencia dulce y perfecta que tenía su madre, una mujer fuerte, una guerrera, ella la respetaba muchísimo, y aun hoy, en algunas noches, pensaba en ella, esperando que donde sea que este le haga compañía, murió por su debilidad, pero seguía amándola, era su madre después de todo
Había avanzado rápido, el ruido que antes era lejano ahora era intenso, bastante alto, veía la luz que se reflejaba en el agua, estaba muy cerca, pero algo dentro de ella le pedía desviarse nuevamente, dejar la cascada de lado y acercarse al rio, quizás un baño con agua fría sería bueno, la haría volver a centrarse en lo importante y dejar ese sentimentalismo de lado, de momento no había nada que pudieras hacer, era una mísera teoría, y aun si lo fuera, Sieg se había ido por su propia decisión, de seguro tenía una buena razón para estar allí, y ella no deseaba traer tristeza a su nueva vida… después de todo, no iba a mentirle, debía tarde o temprano decir la verdad, como todo se había derrumbado, y todas esas vidas que dependían de ellos habían sido extinguidas de forma cruel, sádica… ¿Qué hubiera pasado si Sieg no se hubiera ido? ¿Si él hubiera acompañado a Lumina y Rhonan? ¿Habría cambiado algo? Se pellizco con fuerza el rostro, jalando la piel y aquellas marcas curiosas en sus mejillas, aunque más que marcas si eran efectivamente costuras, siempre habían estado allí de todas formas, como sus cuernos, o sus alas o cola, aunque los últimos dos no los sacaba mucho, no eran necesarios en realidad. Estaba cerca de llegar al rio, solo unos pasos más y quedaría al descubierto, más cerca del agua, más cerca de un alivio a los pensamientos inútiles que la molestaban
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Post by Sieg Stahlzahn on Sept 6, 2017 2:15:51 GMT
Era inevitable que pensara en esos tiempos cuando vivía en aquella hermosa tierra, en ese pasado que se torno tan distorsionado de un momento a otro, tan solo por su completa ignorancia, eso aun le dolía. Volvió a levantarse, con la intención de continuar aquel arduo entrenamiento con Katana, pero algo llamo su atención, y bastante, un olor, desconocido totalmente para el Licantropo, ¿Un extraño? ¿Amigo o Enemigo? No podía saberlo. Tomo su mochila y su Katana con su hocico, metiéndose entre la inmensa cantidad de arboles del Bosque, perdiéndose en la oscuridad de este, tan solo a unos pocos metros de la cascada, dejando en un lugar reconocible su mochila, y tomando su Katana desenfundada por si algo amenazara su propia seguridad. Aun en su forma de Horris Lupus, camino de manera lenta, a paso calmado, sin quitar su vista del frente, con la Katana empuñada en su hocico, en dirección a donde provenía el olor misterioso, la oscuridad de la noche le hacia difícil ver, pero gracias a su olfato, podía ubicarse mejor. A la distancia pudo observar a una mujer, o al menos la silueta de esta, una que tenia un cuerpo que se podría llamar bastante bien cuidado, pero seguía sin poder identificar si se trataba de un enemigo, la silueta parecía tener cuernos, se podía notar aun a la distancia en la que se encontraban, Sieg comenzó a pensar en las distintas razas que tenían cuernos que habitaban Mirovia, habían varias opciones pero, ¿Cual seria? Eran demasiadas como para deducirlo así como así, así que la mejor opción que paso por su mente fue acercarse.
La luz de la luna ilumino un poco a la mujer, dejando ver parte de la ropa tan coqueta que llevaba, pero aun sin poder ver su rostro, se acercaba de manera lenta, a paso seguro, dando el menor ruido e indicio de que había alguien más. Cuando por fin estuvo a una distancia prudente, se dio cuenta de que ella no parecía llevar algún arma, de momento, así que, sin temor, salio lentamente de entre los arboles, haciendo notar su presencia con sus pisadas, el lobo albino miraba directamente a los ojos de la mujer, sin ninguna idea aun de quien se trataba.- ¿Amigo o Enemigo...?.- Comento a través de la mente, ayudado por esa habilidad tan curiosa de los Horris Lupus, sosteniendo aquella Katana con su hocico con el filo en dirección a la ajena en caso de cualquier cosa.- ... ¿Nos conocemos...? .- Pregunto aun en guardia pero levantando un poco más la cabeza, los rasgos de la mujer le parecían muy conocidos, al punto de incluso sentir que no era para nada una extraña, pero... ¿Quien?.
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Post by Salem Exitium on Oct 4, 2017 3:52:07 GMT
Cuando aquel peculiar sonido de pisadas sobre aquel terreno se hizo presente, la mujer no volteo el rostro, solo su vista, para ver por el rabillo del ojo donde se encontraba aquella bestia que se acercaba, estuvo tentada a luchar, hacía tiempo que no tenía un combate cuerpo a cuerpo, pero antes de poder pensar claramente que haría con su inocente víctima, una voz resonó en su cabeza, clara, precisa, familiar. El rostro de la Baphomet se deformo por completo, sorpresa, giro ligeramente su rostro, el viento seguía estando presente y su cabello le impedía ver por completo aquella silueta, aquel rostro, pero no había ninguna duda, no podía confundirlo, jamás podría, esa voz, esa sensación, la forma que tenía ese lobo, estaba segura que si buscaba lo suficiente entre el suave pelaje blanquecino encontraría aquella marca que dividía el rostro varonil en dos secciones, una marca que le recordaba en el pasado su propia debilidad, y la deuda que hasta la fecha no había podido saldar, ella seguía debiéndole la vida, seguía siendo débil “Eso es irrelevante de momento” se regañó a si misma antes de esbozar una sonrisa ladina ante la última pregunta, una suave risita, sarcástica salió de los carnosos labios antes de voltear, mirando de forma burlona, penetrante a la criatura frente a ella
-Me ofende que preguntes eso, parece que los años han afectado tu memoria y no eres más que un viejo lobo olvidadizo – Los ojos demoniacos brillaban en la oscuridad de la noche, acompañados de aquella sonrisa tan característica, macabra incluso, y aunque ciertos rasgos de su apariencia hubiesen cambiado, Salem seguía siendo la misma mujer, ahora con el cabello largo principalmente, una versión más suave de sí misma, igual de maldita, de sádica, de extraña para todos. Respiro profundo, conociendo lo despistado que podía ser aquel hombre frente a ella, decidió terminar por confirmarle quien era, una sonrisa aún más grande se posó en los labios femeninos, estirando aquellas marcas en su boca, un gesto siniestro sin dudas –Si yo te preguntara en donde se esconden mis sueños…-
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 4, 2017 20:26:27 GMT
Era una espera curiosamente tranquila, por que la identidad de aquella mujer fuera revelada, la cual tenia intrigado de gran manera a Sieg, el porque sentía que la conocía, había algo, una esencia que seguía dándole aquella sensación, una familiar, una que extrañaba. La figura no tardo mucho en responder a la pregunta del Licántropo, mientras el pelaje albino se movía a son del viento al igual que los cabellos largos de la mujer, una respuesta que definitivamente sorprendió a Sieg, no tanto por las palabras en si, si no por aquella voz, aquella actitud que tan bien conocía, ¿De verdad era ella? Aun tenia esa duda que lo carcomía por dentro, pero todo comenzaba a calzar, el porque había sentido que la conocía de tanto con tan solo su presencia, aunque le molesto un poco el hecho de que se refiriera a él como ''Viejo Lobo Olvidadizo'', a lo que solo dio un gruñido con cierta molestia, aunque, de cierta forma sabia que tenia bastantes años encima, pero no era momento para pensar en ello.
Los ojos de aquella persona se conectaron de manera inevitable con los del Licántropo, una conexión nostálgica, como si aquel contacto visual lo hubiera vivido en tantas ocasiones, y así lo había hecho, pero lo que termino de confirmar aquello, fueron las palabras posteriores de la mujer... ''Si yo te preguntara en donde se esconden mis sueños…'', Aquellas frase resonó en su mente, el código que había aprendido de memoria en el Escudo de Plata, no había duda algunas, era la misma mujer que conoció en aquel tiempo, su Maestra, quien le enseño casi todo lo que sabe, a quien protegió con su vida en el pasado.- ... Yo te respondería que en lo profundo de tu alma.- Respondió con una impresión notoria en sus ojos, mientras soltaba la Katana de su hocico, y comenzaba a tomar aquella forma sellada, mostrando al hombre con aquel manto gris, la cicatriz en el rostro, y el brillo de aquellos ojos heterocromaticos verde y amarillo, mirando directamente a los de la ajena.- ... Han pasado años... Maestra.
Se agacho lentamente a sujetar el mango de su Katana, mirando el filo de esta y levantándola para luego volver a posar sus ojos en la mujer frente a él.- Esta... Cambiada, debo decirlo.- Dijo mientras trataba de analizar un poco más los rasgos de la mujer aún en la oscuridad de la noche presente, ambos habían cambiado sin duda, pero aun habían varias cosas que les permitían reconocer al contrario.- No creí que volvería a verla.- Reconoció mientras se acercaba un poco, la luz de luna ya comenzaba a iluminar un poco mejor el lugar, lo suficiente para que ambos individuos pudieran verse mejor.- Pero... Supongo que la mano del destino aveces da jugadas inesperadas.- Comento dando una muy breve sonrisa, pero aun estaba una duda recorriendo su mente.- ¿Que hace en estas tierras...? Creí que aun se encontraba con el Escudo en Alemania.- Pregunto sin más, sin dejar de observarla, en espera de una respuesta a aquella duda, pero por alguna razón, tenia el presentimiento de que la respuesta no seria algo simple.
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Post by Salem Exitium on Oct 4, 2017 21:40:02 GMT
De los labios de la mujer salió una melodiosa risa, baja, sarcástica, burlona ante el gruñido dado por el lobo, la expresión cambio ligeramente, una que se podía leer fácilmente estaba disfrutando de la molestia sentida por el ajeno, el viento insistía en moverse, enredando el sedoso cabello en los cuernos que sobresalían del rostro de la mujer, el pequeño regaño del destino por molestarlo “ y sigo pensando que vale la pena” levanto nuevamente sus manos para quitar aquellos mechones con calma, volviendo a la posición original, con su dirección al rio, aunque ya su plan no era el mismo, el hecho de que efectivamente se encontrara con Sieg significaba una cosa, debería informarlo sobre lo sucedido, no era de su comprensión el hecho de elegir ocultar eventos como esos, aunque fueran desgarradores, la verdad era en justa medida un derecho, en especial considerando lo leal que fue siempre Sieg, no tenía razones para ocultársela y aun así… Una leve sonrisa salió por última vez antes de morir por completo, aquella ridícula frase que había elegido la líder para ser un código, un lema en el fondo, pero siempre había animado a aquellos que buscaban refugio, a aquellos que estaban cansados de muertes y caos
Salem se mantuvo en silencio, mirándolo por el rabillo del ojo mientras hablaba, podía ver como los rasgos del hombre lobo habían cambiado con el pasar de los años, ahora llevaba aquella pinta tan desaliñada, le sorprendía un poco, mas no le desagradaba, Sieg siempre había sido un caso curioso desde su perspectiva, a pesar de todo lo que había hecho siempre había visto una chispa de inocencia en su rostro en los primeros años "Pero tarde o temprano toda inocencia muere” Se cruzó de brazos, acercándose a la orilla de aquel rio, no muy lejos de la cascada, lo suficiente como para que el ruido no fuera molesto al hablar y aun así, si alguien intentara escucharlos no podría. Todo rastro de sentimiento se borró del rostro de la mujer cuando la última pregunta fue dicha, Sieg no era un tonto a pesar de parecerlo, medito unos momentos en silencio su respuesta, en otras circunstancias solo le hubiera dicho de forma rápida lo que él quería saber pero… Guardaba cierto sentimiento de aprecio por el guerrero y conociéndolo, aquello lo destrozaría, no podía simplemente relatarle aquello de esa forma, se sentó en el fresco césped, dejando que su largo y desordenado cabello tocara el piso y dejo que su mirada se perdiera en el horizonte – Siéntate – demando en tono firme, esperando a que el obedeciera – Por todo el tiempo que te conozco… voy a preguntar solo por esta vez si deseas conocer la respuesta de tu pregunta, no es agradable, no traigo buenas noticias… - Advirtió, mirando fijamente a los ojos de Sieg, vacíos, neutros, tan misteriosos como siempre, los ojos de Salem no podían ser leídos y aun así, podía sentir que ella dudaba, como pocas veces hacia
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 5, 2017 1:48:43 GMT
¿Hace cuanto no la veía? Años ya, años largos que pasaron cada uno por su lado, pero de alguna manera ahora se encontraban ahí, el uno al lado del otro, como si el destino hubiera torcido los hilos para que sus caminos volvieran a juntarse, ¿Porque razón? Quizá solo coincidencia, o quizá... Algo más importante aún, el Licántropo no lo sabia, pero estaba apunto de hacerlo. La actitud de la contraria seguía igual a la que recordaba, pero algo cambio de un momento a otro, los ojos de la mujer mostraban cierta duda, eso ocurría muy pocas veces, incluso para contar esas veces con los dedos de las manos, pero sin más le hizo caso, caminando de manera lenta hasta quedar parado junto a ella, observando la Cascada a la distancia con cierta tranquilidad, antes de sentarse pero mirando en la misma dirección que antes, dejando escapar un suspiro y dejando su Katana enterrada frente a él.- Creo que me lo imaginaba desde el inicio... Salem.- Su nombre, Sieg pocas veces la trataba por el nombre que ella poseía, Maestra siempre fue su apodo por su parte, pero en esos momentos serios, o de confianza, los cuales sucedían tan pocas veces, lo usaba para demostrar seguridad, y más que nada, esa extraña amistad que compartían.
Desvió un poco su mirada para observar el rostro de la Baphomet, con cierta tristeza en su rostro, pero que a la vez, su mirada mostraba seguridad por el momento.- Vi a mi esposa y a mi hijo morir bajo mis propias garras y dientes, ejércitos completos caer bajo el filo de mi espada, aliados morir por proteger lo único que consideramos digno de defender y mantener, Salem...- Comento con una voz melancólica mientras volvía a mirar hacia el frente, esta vez a su reflejo en el filo de su arma, sabia que quizá lo que la ajena le contaría le dolería, mucho, pero si no podía hacer frente al pasado y al presente, ¿Como daría un paso hacia el futuro desconocido que le esperaba?.- No voy a echarme para atrás solo por eso, deseo conocer esa respuesta, por más cruda y poco agradable que sea, cuéntame que ocurrió, Salem.- Sentencio mirándola, y guiando su mirar al estrellado cielo que los cubría, quizá cuantas cosas habían ocurrido desde su partida, ¿Estaba listo para esa verdad? Probablemente no, pero no podía huir de eso, no podía simplemente seguir huyendo.
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Post by Salem Exitium on Oct 9, 2017 4:27:34 GMT
La mujer de rasgos demoniacos suspiro pesadamente, ordenando de nueva cuenta su cabello, acomodándolo hacia un lado de su cuerpo mientras veía fijamente a los ojos del lobo, no le sorprendía su valor, pero un sentimiento extraño se instauro en su pecho ¿Pena? ¿Sería realmente pena? “Es inevitable… “ Espero unos segundos, intentando ordenar de manera correcta las palabras en su mente para relatar todos los acontecimientos “No hay nada mejor que la verdad” – fuimos exterminados – sentencio en un tono frio, vacío, manteniendo su mirada fija en la bicolor – Ya no existe el escudo de plata, ni la utopía, de ellos solo queda el recuerdo de lo que fue…- eso era, esa era la gran verdad, reacomodo su espalda para enderezarse, debía relatar todo como había ocurrido – Fue tiempo después de que te fuiste… estábamos cerca de por fin encontrar la base central del ojo sangriento, demasiado cerca… Ellos nos encontraron antes, y con información falsa nos tendieron una trampa en una de las misiones… Era difícil, un nuevo nido había sido encontrado, niños siendo usados como mercado, violaciones, prostitución, magia negra… la podredumbre humana en su apogeo, como otros nidos de avispa que habíamos atacado antes – comenzó su explicación, recordando perfectamente como esa información había llegado a sus oídos, y como, creyendo, confiando erróneamente, habían sentenciado al destino
-se creó un plan de ataque y rescate, se realizaron reuniones, se crearon posibles escenarios… mas no había mucha información sobre lo que había allí dentro, de forma específica… así que fue un grupo grande, los mejores soldados junto con Lumina y Rhonan… yo me quede por si pasaba algo, se necesitaban refuerzos, esas cosas… De los 15 que acompañaron a los líderes ninguno sobrevivió en la batalla, cuando no recibimos el informe a los dos días nos alertamos, los rastreamos… fue una batalla cruenta Sieg, no había piedad, las heridas que tenían estaban realizadas con la intención de generar dolor, de inmovilizar… un tipo de tortura muy específico… No conseguimos rastro de Lumina y Rhonan ese día y tuvimos que asumir lo peor…. Fueron capturados y era confirmado de que debían estar siendo torturados por información…- Se dio una pequeña pausa para volver a tomar aire, esperando ver la reacción del licántropo frente a ella, quizás era demasiado que digerir de un solo golpe, pero la historia aún continuaba, aun había más, había demasiadas cosas que tenían un peso mayor –Nos tomó más de una semana averiguar donde los tenían recluidos… la central del ojo sangriento… el nido de avispas… por fin habíamos dado con el lugar y joder Sieg… Créeme que llamarlo entrar a la boca del lobo es poco…- Solo con él se permitía decir aquel tipo de palabras, incluso aquel viejo termino, en realidad ella no lo consideraba ofensivo y sabía que con él podía utilizarlo, pues el peso que tenía era bastante
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 13, 2017 23:09:09 GMT
Reconocía que muchas veces su maestra no tenia ningún tipo de tacto cuando se trataba de decir las cosas como eran, pero en ese momento había algo distinto, podía verlo en su mirada, en aquellos ojos que parecían vacíos, había algo, ''Pena...'' Pensó el Licántropo, ¿De verdad Salem estaba sintiendo pena de él? ¿Tan malo era lo que tenia que contarle? Aun si era así, no importaba, debía saber la verdad de su boca, enterarse de la razón de su presencia en ese lugar, aunque, ese presentimiento de que la respuesta seria mucho peor de lo que creía, estaba presente de mayor manera. Tan solo las primeras palabras de la mujer bastaron para que el corazón de Sieg se oprimiera de manera dolorosa, quien miraba directamente a los ojos de la Baphomet con una expresión de sorpresa, de duda, incluso de enojo.- ¿Exterminados...?.- Murmuro mientras tragaba saliva, bien, al parecer si era mucho peor de lo que creía, incluso le costaba creer que aquello fuera verdad, pero sabia que por más cruda que fuera la realidad, esa persona frente a él no mentiría sobre eso. Escucho atentamente la historia, de como aquella misión no fue más que una vil emboscada, incluso en ese momento comenzó a pensar en las posibilidades de ese momento en el pasado... ¿Que tan planeado tuvo que estar todo para que Lumina y Rhonan fueran emboscados en esa pelea? No podía saberlo, no en ese momento, pero sabia que el relato tan solo estaba comenzando.
Aunque la pausa de Salem duro unos pocos segundos, no aguantaba la espera, quería seguir escuchando el relato, saber que paso en su ausencia, el saber si en parte fue su culpa por haberse ido de la nada y no apoyar a sus compañeros en aquella cruel batalla que habían librado. El rostro del Licántropo mostraba pena, angustia incluso, rabia notoria, pero aun así, se mantenía tranquilo, respirando suavemente.- ... ¿Que paso después...? .- Pregunto sin más mirando con un temple serio a Salem, incluso, con unos ojos que habían perdido el brillo en ellos, esos ojos que tan solo se veían en Sieg en el momento de una batalla seria, donde el campo de batalla no fuera más que un baño de sangre y heridas. Comenzaba a culparse, a sentir que jamas debió haberse alejado de la utopía, que debió haberlos protegido más aun, culpable por haber permitido que unos vagos y dolorosos sentimientos lo alejaran del deber que le había dado sentido a su vida, pero ya no había marcha atrás, solo le quedaba afrontar la verdad.
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Post by Salem Exitium on Nov 5, 2017 19:50:59 GMT
La palma abierta de la mujer se estampo contra la mejilla del licántropo, no con la suficiente fuerza como para provocarle gran daño pro si la suficiente para provocar un sonido bastante fuerte, uno que de seguro abría roto aquella burbuja en la que se encontraban, los ojos naranjos de la Baphomet estaban clavados en los bicolor de su compañero, era una costumbre que les había quedado de las batallas – No te atrevas – un tono áspero salió de su garganta, una orden ¿Una súplica quizás? El rostro de la mujer era impasible – No puedes culparte por esto, no hay nada que tu presencia hubiera cambiado – aclaro de forma rápida, retirando lentamente su mano de la mejilla masculina, conocía perfectamente esa mirada, conocía a Sieg, sabía que sería duro escucharlo y que inevitablemente las dudas carcomerían su mente, Sieg era, en palabras de Salem, alguien que podía ser muy fuerte y muy débil a la vez - ¿Acaso crees que la fuerza y determinación de nuestros compañeros no era la suficiente? Créeme que sí pudieron derrotar a Ulric, Rowan, Henry, Alianor, Elizabeth y Ariana al mismo tiempo, tu no hubieras sido la diferencia Sieg… Ni tu ni yo – aclaro con tono severo, recordando la cara de aquellos a los que había llamado compañeros, otros generales, personas con un poder tan grande como el de ella y Sieg. Respiro profundo, calmándose antes de continuar el relato, sabía perfectamente que, aunque no quisiera seguir relatándole aquello al licántropo el haría lo imposible para enterarse de la verdad, aun si esa verdad era más grande que él y lo destruía poco a poco, como el veneno
-Por fuera no parecía más que un nido común bajo la fachada de una casona abandonada… Pero estaba abajo, muy profundo… tuvimos que descender al menos 4 o 5 niveles… Yo y Silver vimos lo peor de la humanidad, casi podrías considerar que los otros nidos eran el paraíso en comparación a ese infierno en la tierra… Creo incluso que eran cosas que ni yo haría, eso ya no era solo tortura o diversión… Habían cuerpos completamente desarmados, sin órganos, mantenidos con vida hasta el último momento, eso era más que solo traficar con nuestro poder o nuestra sangre… ellos buscaban poder tomar nuestra esencia arcana solo para ellos… - guardo nuevamente silencio, aunque no lo deseaba, esa pequeña parte sentimental de ella reaccionaba, ira, tuvo que contenerse para no pasar a más que una simple sensación – En el último nivel encontramos a Lumina y Rhonan… puedes imaginarte todas las cosas que tuvieron que sobrevivir, cuando llegamos yo pude ver enseguida lo que le habían hecho, me alegro de que Silver no lo viera… estoy segura de que a la fecha no comprende lo que sucedió y es mejor así – tomo nuevamente una pausa- La trasladaron desde un cuarto completamente lleno de espejos a una enorme sala… No hace falta que te diga lo que vi allí Sieg…Decir que fue humillada y ultrajada es poco… Debo admitir que siento una admiración muy grande al saber que soporto toda esa violación e inmundicia sin decir una palabra… pero a ellos no les basto, como si eso no fuera poco sus alas… - una nueva pausa, llevo sus manos al puente de su nariz para apretarlo – la trasladaron junto con Rhonan a este enorme salón, nos demoramos un poco más en encontrarlo, estuvieron cerca de descubrirnos y cuando llegamos a aquella maldita sala…le estaban arrancando las plumas…a jalones, lento, por zonas, nunca había escuchado a Lumina gritar de esa forma, no pude contenerme, ataque de la sola ira que aquella imagen me provoco - apretó los labios, la rabia volvía a invadirla, traición, era ridículo, pero el recordar esas imágenes
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Post by Sieg Stahlzahn on Nov 30, 2017 1:56:01 GMT
Solo pudo escuchar un fuerte sonido, a la par de sentir aquel ardor en su mejilla por el golpe recibido por parte de Salem, una bofetada de molestia, una muy distinta a las que había recibido cuando un entrenamiento fallaba o simplemente cuando desobedecía una orden. Los ojos de la Baphomet ciertamente no mostraban un sentimiento completo de lo que pensaba en ese momento, aun así, el Licantropo miro sorprendido a la mujer, no siempre podía ver esa faceta de ''importarle'' el otro. Se mantuvo en un total silencio mientras escuchaba el reclamo de la contraria ante aquel notorio sentimiento de culpa que recorría al Licantropo, incluso esta aumento al escuchar los nombres de sus fieles compañeros: Ulric, con quien aveces se quedaba a entrenar por la noche, duelos que podían bastante tiempo sin que hubiera un vencedor. Rowan y Henry, fieles compañeros con los que siempre podía contar para planear sigilosos asaltos contra el enemigo, y tambien para unas buenas rondas de alcohol por las noches para celebrar las victorias. Alianor, una muchacha tan determinada como la misma lider, siempre dispuesta a arriesgar todo porque las misiones fueran exitosas. Ariana y Elizabeth, quienes a pesar de no llevarse bien en momentos cotidianos, formaban un equipo excelente al momento de luchar. Los recuerdos de aquellas personas vivían y se mantenían en el corazón del General, era doloroso, demasiado, el saber que sus vidas habían acabado de un momento a otro, lamentablemente la guerra era así... Pero lamentaba no haber estado ahí para apoyar a sus compañeros, y dejando escapar un pesado suspiro a la par que sobaba su mejilla con su mano, continuo escuchando el relato de Salem.
No podía evitar fruncir el ceño de vez en cuando mientras las palabras crudas y reales de la contraria llegaban a sus oídos, imaginándose aquellas escenas, pensando en como fue tan cobarde como para abandonar así a sus amigos y compañeros, aun si estar ahí no hubiera hecho gran diferencia, luchar junto a ellos ya le hubiera quitado ese peso de encima, y quien sabia, quizá si hubiera podido hacer al menos un mínimo cambio. Sus ojos se elevaron a verla con más detalle en el momento que el silencio perduro unos pocos segundos, para continuar escuchando la parte más horrible y desagradable del relato, asintiendo a sus palabras de vez en cuanto y conectando todo lo que le decía, sintiendo la sangre hervirle con enojo, una ira que lo carcomía al nuevamente sentir el peso de no haber podido hacer nada para evitar lo ocurrido. El escuchar que la mujer que había sido consumida por la ira, el haber atacado, lo hizo sorprenderse tambien, pues no era costumbre de ella atacar sin pensar, pero no podía culparla, el hubiera hecho lo mismo después de todo.- Ya... Veo...- Comento en voz baja, desviando su mirar a la cascada frente a ellos.- Lumina siempre ha sido alguien con una voluntad gigante... Al igual que Rhonan...- Dijo mientras se levantaba sacando su espalda del suelo, y sujetándola frente a él, creando un reflejo de la luz de la luna que los cubría.- Y yo no estuve ahí para reforzar aquella voluntad... .- Agrego llevando el filo de su espada a su palma, y dando un corte en esta, causando que de inmediato esta comenzara a sangrar, cerrando el puño.- La sangre es el mejor precio para una deshonra... ¿Recuerdas esa enseñanza...?.- Pregunto volteando levemente la cabeza para verla, tan solo dejando que el brillo bicolor de sus ojos se viera en su rostro.- ... Continua...- Sentencio mientras se mantenía de pie, en espera de que la historia continuara.
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Post by Salem Exitium on Dec 24, 2017 6:01:30 GMT
Salem observo de forma severa las reacciones de Sieg luego de terminar esa parte del relato, miro el filo de la espada reflejar la luna para luego observarlo cortar su piel, el suave olor de la sangre fue lo primero que sintió, no bajo su mirada, sabía perfectamente de lo que hablaba Sieg, una de las primeras cosas que le enseño, más él siempre lo había mal interpretado y ella había dejado de preocuparle aquel aspecto. Se mantuvo firme y en silencio, meditando en esos breves instantes en los que el licántropo se acomodaba nuevamente; No seguiría relatando aquello, no con detalles, ya había visto suficiente de aquella reacción, de su dolor, de su propia desesperación, si seguía no haría más que llevarlo a un abismo de dolor, uno que el general no merecía aun si él pensaba aquello, sus propios pensamientos habían cambiado, había madurado en esas largas décadas sin verse, había visto muchas cosas que la habían hecho cambiar como mujer, sabía perfectamente los errores que había cometido al entrenar a Sieg, y los que el había cometido al dejarse dominar por esa mentalidad tan rigurosa. Se levantó lentamente, soltando un suspiro dispuesta a irse luego de terminar, no era el momento para terminar esa conversación como la tenía planeada “Continua” aquella palabra había sido clara, Salem busco por momentos los ojos ajenos, sentía lastima por él, se preocupaba aun si no lo demostraba, Sieg era una de las pocas personas en las que la Baphomet confiaba, al punto de confiarle recuerdos de su pasado, sobre su familia
-Rhonan murió en combate, por el uso de magia negra, objetos malditos – Comento comenzando a caminar hasta estar hombro con hombro con Sieg, ya no lo miraba, ya no confesaría las atrocidades vistas, no confesaría como aquel hombre que ella también admiraba había muerto, como su armadura supuestamente impenetrable había sido destruida, como su vida en cuestión de segundos se había terminado frente a los ojos de Silver y Lumina, como la mujer había perdido parte de su alma en ese instante, no, nada de eso saldría de su boca, ni el dolor que había sentido, ni la tristeza – La utopía cayo poco después, no lo sé con exactitud – Aquello era una vil mentira, sabía perfectamente cuando había caído la ciudad, aquel pequeño paraíso que habían creado, no podía permitir que Sieg se volviera a culpar, mentiría por esa vez, porque era necesario – no estoy segura de cuantos huyeron y cuantos murieron, es difícil decirlo a ciencia cierta… Poco después, tomamos un barco y llegamos hasta esta Isla… Silver vive cerca de la ciudadela – comento, esperando que aquel dato animara un poco al licántropo, sabía perfectamente cuanto cariño le tenía a la joven dragona “el instinto paternal jamás se apaga supongo” Ahora se preguntaba, si de estar vivo su padre se habría comportado de vez en cuando como Sieg, negó automáticamente, ambos hombres eran demasiado diferentes, y comparar a su progenitor con alguien por quien en su momento había tenido sentimientos de otro nivel era bizarro y extraño – No es tu culpa, no podías cambiar nada, era inevitable… Que no se te olvide eso Sieg, si Lumina dejo que te marcharas fue con la esperanza de que tuvieras paz, y de que rehicieras tu vida y sanaras tus heridas… ella estará feliz de saber que estas vivo y que estas en la isla – Finalizo la oración para comenzar a marcharse de vuelta al bosque, debía pensar muchas cosas ahora que se había encontrado con el licántropo
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Post by Sieg Stahlzahn on Dec 29, 2017 16:56:41 GMT
Lo siguiente que había revelado la mujer respecto a la muerte de ese hombre al que le tenia tanto respeto había sido intrigante, conocía a Rhonan, sabia que siempre se aseguraba de tener una defensa considerable ante la magia negra, ¿Pero objetos malditos? No sabia que tan preparado podía estar para eso, según lo que ya había escuchado de Salem en ese momento, esa ultima guerra que había significado el fin del Escudo de Plata, había sido la más cruenta, así que de alguna forma no le extrañaba que el Ojo de Sangre hubiera sacado a la luz esos objetos en el momento que decidieron acabar con la utopía, y con sus antiguos compañeros. Las palabras de Salem le dolían, eso estaba claro, no había forma de que no lo hicieran, ese lugar fue su hogar, el cual le dio una nueva vida, un nuevo sentido a su vida luego de la maldición de la que había sido prisionero, el acabar con la vida de su familia... Era un pecado que solo había podido saldar después de salvar la vida de tantos arcanos en esas sanguinarias guerras, a pesar de haberle arrebatado el ultimo aliento a muchos otros.- Entonces la utopía ya no es más...- Dijo en voz baja mientras su mirada se mantenía fija en la cascada que caía violenta al suelo y dejaba escapar su notorio estruendo que hacia eco en los alrededores. Escuchar que Silver se encontraba bien era ciertamente un alivio, consideraba a esa pequeña casi su hija a pesar de que muchas veces a ella no le gustaba ser tratada como niña, eso le saco una suave sonrisa al licántropo, algo que lo calmaba sin duda.
Ante las siguientes palabras de la baphomet, no pudo evitar voltearse un poco a verla, quizá tenia razón, el no seguir culpándose por ello, a pesar de serle difícil, debía dar ese paso adelante, aunque los recuerdos lo asaltaran, debía pasar esa pagina, quizá encontrarse con Lumina no era algo que quisiera hacer de momento, debía pensar muchas cosas antes de siquiera tener cara de disculparse ante ella, no por lo que Salem le había contado, si no por la razón de haberse ido, pues de alguna manera, estaba seguro de que Rhonan no iba a quedarse callado luego de su partida, después de todo, era un esposo que siempre le había tenido gran confianza a su mujer. Miro a Salem quien ya parecía estar lista para irse, dejando escapar un suspiro, y llevando su katana al Saya que reposaba en su espalda.- Gracias por contármelo.- Dijo mientras comenzaba a caminar en dirección al bosque, no sin antes detenerse y volver a mirarla.- Es un gusto volver a verte... Y espero no sea la ultima vez.- Agrego sonriendo suavemente, acercándose a los arboles y tomando su mochila de donde la había dejado, alzando al miraba a ver las estrellas, esperaba que todos los que habían muerto en esa batalla, hayan encontrado la paz que tanto buscaban luego de su fallecimiento. Dio una ultima mirada a la Baphomet, y así se dispuso a irse, perdiéndose entre la oscuridad del bosque, con demasiadas cosas en las que pensar.
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Post by Salem Exitium on Jan 2, 2018 7:58:59 GMT
-Lamentablemente así es… la utopía ya no existe más- Sentencio en tono bajo, cruzándose de brazos, la despedida se acercaba, vio de reojo como aquel hombre guardaba por fin su arma, agradeciendo el que le contara aquello, mas era su propio deber, Sieg tenía el derecho a saberlo aun si ella no le había contado todo con detalles – Adiós Sieg… sé que nos veremos pronto- Le brindo una sonrisa suave y le vio alejarse, aun parada en el mismo lugar, meditando en silencio. Dudaba, era tan raro para ella dudar sobre una decisión, pero Sieg era alguien importante, alguien que merecía saber la verdad por, sobre todo, apretó sus labios dejando que sus dientes rozaran la piel carnosa y rojiza, la próxima vez le contaría todo aun arriesgándose a un regaño por parte del hombre moreno, le relataría la muerte de Rhonan, la caída del ojo de sangre, su regreso a la utopía, la muerte de todos… Sabía que Sieg quizás lloraría, el amor y todo lo que significaban aquellos elementos era incalculable, incluso ella se había permitido derramar un par de lágrimas no solo de impotencia; se froto los brazos con algo de fuerza al sentir el viento golpearla en el rostro. Sieg se volteo a verla un par de veces más, Salem levanto su mano para despedirlo la última vez que lo hizo, ese momento se sentía tan familiar, tan extrañamente nostálgico, en un clima parecido, en una zona semejante, el licántropo se había marchado de su vida, no sintió la necesidad de expresar sus sentimientos por él, no se arrepentía, ella sabía que Sieg comprendía el cariño que ella sentía, y que aunque fuese una mujer poco común podía sentir como cualquier otra persona, sonrió otro poco “Definitivamente… es muy parecida esta sensación” Concluyo sonriendo, apenas veía la silueta del licántropo - Möge der Wind dich zurückführen, mein geliebter Freund ... Warum ich hoffe, dich wiederzusehen- Murmuro en tono suave, las mismas palabras que había recitado como alguna clase de deseo la noche en que Sieg se retiró definitivamente del escudo de plata, ella fue la última en despedirse del general, verlo marcharse le había dolido aunque le costara admitirlo. Se dio media vuelta por fin, volvería a su hogar, ya era sumamente tarde y mañana debía trabajar desde temprano, quitando nuevamente el cabello de sus cuernos volvió a adentrarse al bosque para finalmente perderse en la inmensidad de este, esperando poder volver a verlo prontamente.
Traducción:Que el viento te guie de regreso, mi amado amigo... Por que espero verte una vez mas
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