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Post by Carcharias Lindberg on Aug 28, 2017 3:02:04 GMT
Un evento se estaba iniciando y Carcharias tenia muchos deseos de asistir Nad le había contado sobre el festival y le llamaba mucho la atención, era la primera vez que iría a la ciudadela y por suerte sus padres esta semana no estarían en casa. Como era un evento formal buscó entre sus ropas algún vestido que usar, encontrando al fin uno que podia ponerse y a la vez estrenar: vestido y con un bonito peinado también : peinado. Luego de unas buenas horas alistándose y yendo hasta el lugar a pasos calmados, finalmente llega a la ciudadela. Era realmente hermosa!, miraba todo el lugar lleno de cosas maravillosas, se olían los bocadillos a distancia junto con las bebidas, flores de muchos colores que nunca había visto hasta ahora, simplemente era todo fantástico. Como había acordado junto a Nad, saco su tableta arcana para mandarle un mensaje de texto, avisando que ya estaba en el lugar. Así que mientras esperaba en ese punto, miraría con toda la inocencia del mundo todo lo que estaba a su alrededor.
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Nadshet Eidos
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La alegría viene con las mujeres y la cerveza.
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Post by Nadshet Eidos on Aug 28, 2017 3:30:08 GMT
No había mucho que hacer. La taberna se llenaba muy poco consiguiendo pares o grupos de amigos o parejas que se acercaban para tomar un poco y picotear alguna comida para luego salir. - Y anda que no hay mucho que hacer… - refunfuñó notando que ahora si había quedado él solo, el tiempo paso, nadie más entro. Se dedicó a limpiar todo, a acomodar y como era de esperarse en la cocina había una puerta que daba a un pequeño despacho el cual había llevado una ropa para cambiarse, simplemente hizo el trueque de ropajes para quedar un poco más "aceptable". Odiaba el festival, pero había buena comida y buenas mujeres, cosa que negaría a observar (aun sabiendo que de todas formas iba a mirar a algunas cuantas.) ya que estaría acompañado de la pequeña dama y compañera Carchi. Salió de la taberna para dirigirse un poco más al centro de la ciudadela, ya que habían quedado por encontrarse por ahí. "Por ahí" una palabra que a Nadshet le molestaba un poco ya que no era un sitió en concreto. Se remango la camisa blanca hasta los codos y sacudir algunos cabellos que caían por la frente mientras avanzaba y daba algunas volteretas a las mujeres elevándole un poco las faldas largas y encantadoras. Al fin había encontrado dicha figura tan reconocible, logrando que se apresurara y desajustara aquel extraño pañuelo negruzco de su cuello liberándolo de la tensión. - ¡Cariño! - gritó mientras se acercaba a la mujer con un peinado distinto, y un vestido, simple, pero agradable. - Te ves preciosa~ - comentó como siempre, coqueto, amigable y para agregar con una leve reverencia.
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Post by Carcharias Lindberg on Aug 28, 2017 3:48:15 GMT
Esperando, mientras que de reojo observaba que otros arcanos la miraban de manera asombrada, ella en su cabesita pensaba que como ella nunca estaba en el lugar, y que era la primera vez que estaba allí pues, que se asombraban de verla allá?, su inocencia era demasiado grande o era demasiado torpe para no entender la mirada de algunos libidinosos (??). Se arreglaba un poco la falda y alzaba la mirada para ver el cielo, esperando a que llegara su acompañante. Tras unos minutos de espera, logra al fin escuchar aquella voz conocida, dando media vuelta para verle y sonreir de una manera muy dulce- ah! Nad me alegra mucho verte!- le dijo mientras su sonrisa se expandía un poco más. El alago de este logro que se ruborizara levemente cual rasco un poco una de sus mejillas y devolviendo aquella reverencia aunque con algo de torpeza- hahaha...pues tu no te ves nada mal~...e-estas muy guapo - le comento para acercarse un poquitito a él. - Por fin puedo conocer la ciudadela, y es tan hermosoo~- mencionaba juntando sus manos con gran alegría.- y dime...como has estado~? como te ha ido en el trabajo!- preguntaba con bastante curiosidad, tomandole de un brazo como era de costumbre entre ellos dos.
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Post by Nadshet Eidos on Aug 28, 2017 4:06:06 GMT
Se limitó a observar como la contraria se acercaba con una sonrisa típica de ella; alegre mire donde mire el tritón. Le encantaba ver como las pálidas mejillas se tornaban de un color rojizo ante su halago, casi era algo natural, incorporado en su cuerpo para hacer que las mujeres se sonrojaran un poco, bueno cada una reaccionaba distinto. La miró desde arriba, con una sonrisa dibujada mientras admiraba el escote pero trataba de apartar el único ojo funcional. - Gracias, preciosa. - comentó gentilmente mientras dejaba escapar al mismo tiempo una risa divertida. Una de sus manos decidió ocultarse en el bolsillo del pantalón ya que no tenía nada más que hacer.
- Debo reconocer que es muy hermoso, y a la noche… ah~ un placer los colores que se ven. - al decir estas últimas palabras la miró para guiñarle un ojo y dando un primer paso luego de sentir las manos en su brazo. Comenzaba a caminar, era una rutina que la sirena se coloqué en su brazo para ser arrastrada con él hacia cualquier lado. - Lo de siempre, aburrido, tedioso muchas veces por los clientes. Ya sabes mis movidas. - comentó con un tono neutro, aun avanzando cruzando ante la gente que no dejaban sus pies quietos y bailaban u otros que caminaban al igual que ellos en contracorriente. Llegaron sin mucho problema hasta una mesa repleta de comidas, frutas, carnes, postres, los cuales fueron casi devorados por la boca del mayor, aunque hizo el esfuerzo de tener modales delante de la muchacha. - ¿Y tú? ¿Algo nuevo para contar? -
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Post by Carcharias Lindberg on Aug 28, 2017 5:12:47 GMT
Los halagos siempre fueron una pequeña debilidad en la sirena ya que le fueron muy extraños desde pequeña, miraba de repente al chico sonriendole de igual manera cuando ambas miradas se juntaban. Caminando junto al tritón de manera tranquila, lograba observar como la gente movia sus piernas de manera graciosa, y otros el como comian! era de verdad gracioso. La presencia de Nad siempre le ha sido muy agradable y le proporcionaba tranquilidad, mas ahora tras sentirse rodeada de tanta gente haciendo que de momentos se pusiera algo nerviosa, apretando un poco mas fuerte el agarre en aquel brazo, sumado al no querer caerse el apoyo con el mayor era mucho mejor. - Bueno...al menos hoy tendrás una buena distracción con el evento~- le menciono señalando lo que había a su alrededor, pues era obvio, todo esto resultaba un gran distractor para días atareados o con mucho estrés. Cuando llegaron a la mesa con bocadillos los ojos de la sirena se iluminaron tras ver tanta variedad de alimentos. Pero que dicha! todo un manjar delante de ella, habían muchas cosas nuevas que comer, y de manera inconsciente su boca quedo semi-abierta, relamiéndose los labios para ver qué poder comer. "Es demasiada comidaaaaa!" - h-hee??- su mente se distrajo ante las preguntas que disparó el tritón hacia ella, eso fue bueno porque la verdad no sabía hasta cuando iba a permanecer de esa manera. - huum pues, no mucho la verdad...lo normal?....solo que últimamente paso mas fuera de la casa que dentro...bueno...tu sabes, por...ella- respondió sonriendo de manera tímida refiriéndose a su madre.
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Post by Nadshet Eidos on Aug 28, 2017 20:55:57 GMT
Rió de manera simple casi boba ante el comentario ajeno mientras daba otro bocado a un dulce que había en la mesa. No iba a separarse de la ajena ni un segundo, no movió con brusquedad el brazo para que no lo tomara como un ceño de "molestia", para nada; Nadshet amaba tener a las chicas colgando de su brazo o aferrándose de él. Miró de reojo a la contraría que parecía en un estado de shock al ver tanta buena comida frente a sus ojos. Podía ver las ansias de clavar sus colmillos en la carne, en los postres, en los manjares que tenían a simplemente unos centímetros cerca de ellos. No tardó en agarrar algunos terrones de queso con jamón, algo de salame… aceitunas, algo para picotear después de lo dulce. Amaba las mezclas salado y dulce, tenía un paladar para nada quisquilloso, cosa que estaba a gusto de poder saborear una variedad de comida sin hacerle asco a nada.
Se relamió los labios, humedeciéndolos, sintiendo el deje del sabor salado y algo dulce en las comisuras propias. -"Exquisito"- pensó mientras se acomodaba algunos mechones y algo el traje, estaba aun intacto y ninguna mancha extraña de comida; perfecto estado y había que dejar en claro que el traje le daba un buen contorno al mayor. Un hombre de 1,98cm al lado de una dama posiblemente de 1,50cm o por ahí, se veía tan pequeña que Nadshet trataba de cuidarla lo suficiente de los demás. Escuchó atentamente las palabras ajenas aun dando algunos mordiscos a la comida que tomaba. Trago de manera rápida sin masticar lo suficiente la comida para poder contestar. - Pues me alegro escuchar que estés más afuera… y es encantador verte en esta forma~- como siempre, un tono coqueto y amigable provenía de su boca. - Vamos, come algo. Te pierdes buenos sabores~-
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Post by Carcharias Lindberg on Jan 10, 2018 14:11:22 GMT
La joven sirena se encontraba tan emocionada tras admirar cada platillo que lograba ver con sus ojos, aquellos olores, algunos hasta se veían tan refinados en comparación a lo que ella solía consumir a diario. Pasó saliva, su mente fue interrumpida por las palabras del mayor quien la había adulado por su apariencia, bueno, para ella era algo nuevo estar de esta forma y la verdad comenzaba a agradarle. Asintió un par de veces para probar de aquella comida tan deliciosa que se encontraba frente a ella. -ooook~, aquí vamos...- En eso tomó un pastelito de chocolate y lentamente se lo metió a la boca para probarlo, dándole una pequeña mordida. Su paladar voló al momento de sentir aquel tacto tan dulce en sus mejillas que, pronto estaba inundando toda su boca, lo suave del pastel, aquel sabor del chocolate, sus mejillas le producían una especie de cosquillas, a su vez que estas comenzaban a tornarse de un tenue rosado y sus ojos brillaban como perlas cultivadas. Tomó otro para comerlo de igual manera, con ganas pero sin tragarlo completo, había que disfrutar de aquellas delicias. -cielos...jamas había probado algo como esto...es...es realmente una delicia!- comentó mirando tras unos segundos a aquellos pastelillos cafés con elegantes decoraciones arriba de ellos. -¿siempre existieron?... desearía llevarme un poco pero....no estaría bien además, se estropearían por el agua- explicó bajando un segundo la cabeza algo dudosa, tal vez era solo comer y nada mas, no era necesario guardar ya que podría acabarse muy pronto por tanta gente que había en el lugar. -¿Nad?...lo...lo estás pasando...bien~?-
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Post by Nadshet Eidos on Jan 13, 2018 17:32:02 GMT
Le fascinaba ver aquel rostro lleno de ilusiones por hacer que sus papilas gustativas disfrutaran del sabor de la comida. Simplemente cuando le había dicho que comiera, Nadshet había tomado la oportunidad de ver el rostro de la joven sirena de una forma tan graciosa y divertida. Lograba percibir las emociones, el encuentro de las distintas texturas de las comidas, como sus aromas exquisito que lograban que el tritón tomara un plato y se sirviera un buen pedazo de carne de cordero. Olía espectacular, su nariz disfrutaba del choque de olores que tenía tanto la salsa que acompañaba dicha carne y los ingredientes que le habían puesto. Se dedico a saborearlo bien, a ver cuales ingredientes eran los usados en tanto la carne para darle aquella aromática tan hipnotizante como la textura suave de la salsa con cebollas que traía. Era caramelizado y le fascinaba aquel sabor.
Su mente voló por un rato disfrutando de cada trozo, de cada centímetro de la carne que cuando se volteaba para ver a Carcharias simplemente no podía sentirte tan alegre de verla como "enamorada" de dicha comida. Y bien que lo dejaba saber con como lo mencionaba y con aquella voz tan encantadora que tenía. Evidentemente, estaban ambos arcanos acuáticos enamorados de los platillos, aunque claro estaba Nad aun no había decidido atacar por los postres o la mesa dulce hasta terminar aquel filete. Pasaron unos segundos en silencio, en pequeños gemidos de placer por parte de la Dama y los fuertes tragos que generaba el ajeno. Por fin había terminado y simplemente había decidido tocar una jarra de cerveza para bajar todo aquel manjar de un solo trago. Sorprendente aun era que no se emborrachara con una jarra como aquella, y más si ingresaba aquel liquido amarillento con cierta espumosidad en la parte de arriba. Estaba bien servida lo debía admitir. Cuando fue a atacar a un pastel de chocolate que ciertamente tenía toda la pinta de ser delicioso, la sirena intervino con ciertas palabras cómicas que solamente eran dirigidas al aire sobre unos pastelitos con cierto decorado en la cima, cosa que dejo escapar una fuerte carcajada mientras se aferraba al plato que tenía aquel trozo de pastel. - Cariño, tu come. Disfruta de los plastillos. Además... Estamos en un festival, imagina que hay arcanos que se dedicaron a cocinar estas maravillas como bien se dice... - le murmura cerca del oído con aquella voz ronca y gruesa.- Siempre sirven la cereza del pastel.... - se alejo rápidamente con una sonrisa en la cara para tomar el tenedor y clavarlo en el pastel y hacer que la masa se separe para sin mas ingresarlo en su boca. Su lengua subió aplastando la esponjosidad y ciertamente la textura tanto húmeda y bien cocida del pastel con aquella otra textura suave y deliciosa del chocolate derretido. Delicioso. No tenía palabras para describirlo dejó de degustarlo para tragarlo y simplemente seguir para explicar si había dudas.- O sea... hay mas de esos postrecitos deliciosos.-
Prosiguió comiendo para luego notar bastante gente que iba a las mesas dejando algunas jarras o los vasos donde había servido algún vino de buena calidad para seguir bailando. Volvió a tragar para mirar a Carcharias y sonreir. - Pues me estoy divirtiendo bastante... ¿le apetece un baile, Madam? - se había inclinado llevando una mano hacia su abdomen mientras que la otra se acercaba a la ajena para tomar dicha mano y salir a bailar. Levemente fue levantando la cabeza e incorporándose lo suficiente para ver la decisión que tomara la ajena ante aquel gesto caballeroso que ejecutaba para simplemente disfrutar de todo un poco del festival. Podrían seguir comiendo mas tarde, la comida no saca patas y se va corriendo.... ¿O si?. Una sonrisa boba y tierna se le dibujaba en el rostro al pensar aquello, como si fuera posible.
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Post by Carcharias Lindberg on Mar 23, 2018 20:45:59 GMT
Se relamia los labios ante tal exquisito manjar que se deleitaban sus paladares, aquellas sensaciones dulces, esponjosas, cremosas, y algunas un tanto viscosas le producían un cosquilleo en sus mejillas, causándole comezón a su vez. La noche era hermosa en la ciudadela, la luz tenue de aquellas estrellas que se asomaban cerca de ellos, como es que le habían dicho que se llamaban? Candelabros? No se acordaba muy bien, pero hacían que él contraste entre Nad y ella se vieran muy divertidos, mas por la diferencia de estaturas, ya que este al ser mas alto proporcionaba una especie de sombra a un costado de la sirena.
Se le quedo viendo curiosa como se comía aquel pesado de carne cual al parecer este lo disfrutaba un montón, bueno...ella no acostumbraba al consumo de carne, la verdad es que no le agradaba el sabor de este.
Ladeó su cabeza al escucharlo, quería invitado a bailar y la verdad es que jamas lo había echo. Con nerviosismo le respondió tomándole la mano pero se le quedo observando nerviosa....muy nerviosa.- amm...yo....y-yo no se bailar....- le menciona bajando levemente la mirada y pigmentando tenuemente sus mejillas de un carmesí suave, llevo una de sus manos a una mejilla apenada mientras que su morada volvió a la del mayor- de verdad....perdoname por eso- era muy sincera ante sus sentimientos, mas aun cuando era sobre algo que ella no tenia idea de como lograr hacerlo, menos si es la primera vez que se lo pedían.
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Post by Nadshet Eidos on Mar 30, 2018 3:41:14 GMT
Espero en silencio, con aquella reverencia dada para dar inicio al pequeño baile. Su mano en contacto con la de la ajena, increíble podía ser salir a bailar, que ambos disfrutaran de la noche y de aquel festival. Prefería hacerla escapar de su día a día, que se desplazará con gusto por las calles iluminadas, por los senderos infinitos, con comida, con gente tocando y bailando. Precioso.
El ceño cayó en segundos cuando la voz débil y el temblar de la voz ajena le demostraba que no tenía intenciones de bailar, inquieto y con cierto miedo soltó suavemente la mano para sin más elevarse. Tomando una compostura mayor, firme y casi que si lo empujaran podría caerse una torre. Dio una enorme sonrisa para voltearse he ir hacia atrás de Carcharias y la empujó como “dentro” de la pista para reir. - ¡Yo te guió! - mencionó para, en movimientos rápidos, tomarla de ambas manos y hacerla girar quedando atada entre sus propios brazos. La espalda femenina tocando su pecho provocando que bajara un poco la cabeza. - ¿Fue descortés? Si quieres seguimos comiendo y charlando… - mencionó para no tardar mucho más para desatarla de sus propios brazos y regresar a la posición anterior. Manos extendidas, ojos que se conectaban entre sí. Suavemente al cabeza cayó por un lado. Buscaba la respuesta en su mirada, en sus acciones o lo que sea. Le daba igual, si quería o no.
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Post by Carcharias Lindberg on Apr 18, 2018 4:18:51 GMT
Sus manos temblorosas como gelatina, echa una piedra apenas podía caminar ante los nervios que comenzaban a carcomerla con tan solo pensar que iba a bailar, ¿lo haría bien?¿no hará el ridículo o...al menos no hará que Nad haga el ridículo por su culpa?. La joven sirena al estar desprevenida la tomaron hacia el centro de la pista, donde sus nervios al principio habían aumentado notando como la gente los comenzaban a observar. Sus ojos de a poco inquietos mirando a su alrededor, como tratando de buscar algún lugar para correr, pero todo desvaneció al escuchar la voz del mayor. Sin poder hacer demasiado, solo se sintió guiada por las manos de este quien pronto la sostendrían entre sus brazos en lo que lentamente alzaría la mirada para ver directamente los ojos del muchacho. - ....- En un punto se sintió un poco más calmada, sus nervios desvanecían lentamente y una pequeña sonrisa comenzaba a brotar de sus labios. Se sentía protegida. Y como no sentirlo, si él siempre le ayudó a escapar de problemas. Al escucharlo negó levemente -n-no....no lo fue, la verdad es que....me agradó- dijo mostrando ya una sonrisa más amplia. Se soltó un poco de Nad y bajó la mirada. - ....s-solo...solo espero no pisarte los pies~...aún estoy un poco...nerviosa- Mencionó donde, al final esta cuidadosamente toma las manos del muchacho para despues levantar su mirada y verle a los ojos, esperando para ser guiada para bailar. Sus ojos brillaban era un momento tan bonito, que no quería echarlo a perder por su torpeza.
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Post by Nadshet Eidos on Jun 4, 2018 3:10:05 GMT
Por unos breves segundos había creído que pudo haber hecho lo peor hacia su amiga Carcharias, fue muy descortés de su parte de cualquier manera, aceptaría una paliza pero sabía que, posiblemente, la fémina no se atrevería de elevarle la mano a él, no por su altura, no porque parecía mucho más fuerte y resistente… no tan solo estaba aquella amistad y la personalidad tan jovial y delicada de la sirena. Estaba esperando algún regaño, pero en cambio recibió unas palabras tímidas que se asomaron advirtiendo que, realmente le había gustado aquel “atrevimiento”. Tragó grueso, al ver como sonreía y levemente como también sus pómulos tomaban un suave rosado, le causaron una ternura al verla en aquella forma. Se quebró aquello por una carcajada algo más baja al escuchar la típica frase. -No te preocupes, me pisaras miles de veces pero no los sentiré.- mencionó para tomar las manos delicadas y finas de la contraria. La miró por unos segundos dejando que los ojos intercambiaron un par de segundos juntos para simplemente tomarla con más fuerza de las manos y así arrastrarla un poco más adentro de la pista. La hizo girar una vez para luego apegarla a él. - Carchi, olvidate de la preocupación, de la vergüenza… en resumen, de todo. Deja que la música te guié. - comentó riendo mientras la tomaba de la mano y comenzaba a danzar como los demás presentes, con esa emoción a flor de piel, aquella que los pies se movían por hilos invisibles y varios golpes al suelo con las suelas de los zapatos. Estaban los músicos deleitando a todos los presentes, los niños salían a buscar e imitar a los demás y bailar. La alegría y la festividad estaba realmente naciendo en la Ciudadela.
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