Post by Khorial Ruststeel on Aug 28, 2017 3:14:43 GMT
Hace unos días, decidí ordenar más a fondo la bodega, mejor dicho, una limpieza de pies a cabezas del lugar, más que nada porque siempre me queda algún lugar sin limpiar, siempre llenándose de polvo, y esta vez quiero hacer las cosas bien. Saque todas las cosas, cajas de armas, armaduras, escudos e incluso las municiones de ballestas y arcos, quedando la bodega totalmente vaciá, ya era tiempo de la segunda parte, limpiar. Empece por las repisas, la mayoría empolvadas, mi Maestro me mataría si viera todo ese desorden, di un suspiro ante ese pensamiento, de verdad me aterraba el pensarlo, pero algo curioso me saco de mis pensamientos, a pesar de todo el tiempo que llevaba cuidando de aquel lugar, jamas había visto, por todas las cosas dentro de la bodega, que había una pequeña perilla en el suelo de la esquina, ¿De que se trataba? No lo sabia. Me acerque despacio, notando que aquella puerta en el suelo no se había abierto hace mucho, y con bastante esfuerzo, esta se abrió despacio, dejando ver una escalera que daba a un lugar totalmente desconocido para mi, de mi propia Herrería.
Estaba totalmente oscuro, apenas y lograba ver mis propios pies bajando por los escalones que parecían no tener fin, ¿Que significaba esto? ¿Porque mi Maestro jamas me contó de este lugar? Muchas incógnitas se creaban en mi mente, hasta que, por fin, las escaleras tuvieron un final, hasta una puerta entreabierta. Dude un momento antes de abrirla por completo, era un cuarto pequeño, casi como una pequeña cárcel sin nada, ni rejillas, ni cama, nada, solo era un cuarto vació, a excepción de una cosa, un pequeño cofre al final de este, trague saliva mientras lentamente me acerque con lo poco y nada que podía ver. Me agache delante del cofre, intentando abrirlo de manera fallida, no parecía tener un lugar donde introducir una llave o algo por estilo, ¿De que se trataba todo esto? Las preguntas incrementaban, hasta que pudo notar con el tacto una pequeña ranura en el cofre, donde se supone va la cerradura, solo estaba lo que parecía ser un agujero recto, como si una espada lo hubiera atravesado... Fue ahí cuando una idea llego a mi mente, si ese cofre pertenecía a mi Maestro, y aquel agujero tenia esa forma, significaba que había algo que podía abrirlo, y sabia que podía ser. Me levante y me apresure a volver a subir la escalera, caminando por la Herrería, hasta mi cuarto, donde se encontraba aquella Gladius Romana que con tanto esfuerzo mi maestro me heredo, desenfundándola y mirando su hoja, ¿Realmente funcionaria? Solo me quedaba intentarlo.
Volví a bajar la escalera, mirando el cofre una vez más, esta vez, con la espada en mi mano, agachándome frente a cofre hecho de una mezcla entre acero y hierro en un equilibrio increíble, ¿Mi maestro lo había hecho? No importaba pero siempre me generaba curiosidad su habilidad con los metales. Deje escapar un suspiro antes de acercar el filo a aquel agujero, el cual comenzó a encajar de manera perfecta, y cuando la punta de la Gladius parecía haber tocado el fondo del cofre, este se abrió unos pocos centímetros, lo suficiente para abrirlo por cuenta. Saque la espada y la deje a un lado, mientras mis manos se disponían a terminar de abrir el cofre, y su contenido me hizo poner un rostro que mezclaba curiosidad y a la vez una vibra extraña. Su contenido no eran más que un Libro de tamaño compacto de un color azul, con la marca de un Dragón amarillo en su portada, bastante más pequeño que la Tableta arcana incluso, y a su lado, lo que parecía ser una carta. Deje el libro para después, priorizando el tomar la carta y abrirla de forma lenta, la letra era obvia, era de mi Maestro, y respirando profundamente, me dispuse a leerla:
Luego de leer la carta, no pude evitar caer de rodillas al suelo, ¿Porque Cain tenia eso? ¿Cual era su relación con mi Clan? Acaso... ¿Todo estaba destinado? No podía creerlo, no podía analizar todo lo que sucedió en tan cortos momentos. Deje escapar un pesado suspiro mientras dejaba a un lado la carta, acercando mi mano lentamente hasta el Grimorio, con tan solo tocarlo, pude sentir algo fluir en mi interior, no era algo malo, al contrario, era una calidez agradable, y curiosamente, conocida, una calidez que realmente me recordaba a mi antiguo hogar, a esos momentos tan hermosos que pase con mi familia, momentos que ya no eran más que simples y aveces dolorosos recuerdos. En el momento que lo levante, otra nota, esta vez una más pequeña, cayo de entre las paginas del Grimorio, rápidamente la tome, notando que tan solo decía unas palabras:
Estaba totalmente oscuro, apenas y lograba ver mis propios pies bajando por los escalones que parecían no tener fin, ¿Que significaba esto? ¿Porque mi Maestro jamas me contó de este lugar? Muchas incógnitas se creaban en mi mente, hasta que, por fin, las escaleras tuvieron un final, hasta una puerta entreabierta. Dude un momento antes de abrirla por completo, era un cuarto pequeño, casi como una pequeña cárcel sin nada, ni rejillas, ni cama, nada, solo era un cuarto vació, a excepción de una cosa, un pequeño cofre al final de este, trague saliva mientras lentamente me acerque con lo poco y nada que podía ver. Me agache delante del cofre, intentando abrirlo de manera fallida, no parecía tener un lugar donde introducir una llave o algo por estilo, ¿De que se trataba todo esto? Las preguntas incrementaban, hasta que pudo notar con el tacto una pequeña ranura en el cofre, donde se supone va la cerradura, solo estaba lo que parecía ser un agujero recto, como si una espada lo hubiera atravesado... Fue ahí cuando una idea llego a mi mente, si ese cofre pertenecía a mi Maestro, y aquel agujero tenia esa forma, significaba que había algo que podía abrirlo, y sabia que podía ser. Me levante y me apresure a volver a subir la escalera, caminando por la Herrería, hasta mi cuarto, donde se encontraba aquella Gladius Romana que con tanto esfuerzo mi maestro me heredo, desenfundándola y mirando su hoja, ¿Realmente funcionaria? Solo me quedaba intentarlo.
Volví a bajar la escalera, mirando el cofre una vez más, esta vez, con la espada en mi mano, agachándome frente a cofre hecho de una mezcla entre acero y hierro en un equilibrio increíble, ¿Mi maestro lo había hecho? No importaba pero siempre me generaba curiosidad su habilidad con los metales. Deje escapar un suspiro antes de acercar el filo a aquel agujero, el cual comenzó a encajar de manera perfecta, y cuando la punta de la Gladius parecía haber tocado el fondo del cofre, este se abrió unos pocos centímetros, lo suficiente para abrirlo por cuenta. Saque la espada y la deje a un lado, mientras mis manos se disponían a terminar de abrir el cofre, y su contenido me hizo poner un rostro que mezclaba curiosidad y a la vez una vibra extraña. Su contenido no eran más que un Libro de tamaño compacto de un color azul, con la marca de un Dragón amarillo en su portada, bastante más pequeño que la Tableta arcana incluso, y a su lado, lo que parecía ser una carta. Deje el libro para después, priorizando el tomar la carta y abrirla de forma lenta, la letra era obvia, era de mi Maestro, y respirando profundamente, me dispuse a leerla:
Joven Khorial:
Probablemente cuando el contenido de este cofre llegue a tus manos, yo ya no este en este mundo. Hay muchas cosas que jamas pude contarte, cosas que me hubiera gustado te enteraras por mis propias palabras, con mi propia voz, pero como ya te habrás enterado, mi salud no era del todo estable y mi vida llegaría a su fin pronto, así que, en este momento y en esta carta, seré breve. Este no es solo un libro, es un Grimorio, de poder desconocido incluso para mi, su nombre, ''Qo Ruth'', fue el Grimorio perteneciente al fundador de tu Familia, Rexarion Ruststeel, Realmente se que tienes muchas preguntas en este momento, pero te aseguro, que este legado, es algo que el mismo fundador quiso que tuvieras, como su legitimo descendiente. Me fue encargado proteger esta reliquia hasta que el verdadero sucesor apareciera, y ese, eres tu, cuida de el, y usalo para bien, por que algún día, lo usaras para llevar adelante a todo tu Clan.
Luego de leer la carta, no pude evitar caer de rodillas al suelo, ¿Porque Cain tenia eso? ¿Cual era su relación con mi Clan? Acaso... ¿Todo estaba destinado? No podía creerlo, no podía analizar todo lo que sucedió en tan cortos momentos. Deje escapar un pesado suspiro mientras dejaba a un lado la carta, acercando mi mano lentamente hasta el Grimorio, con tan solo tocarlo, pude sentir algo fluir en mi interior, no era algo malo, al contrario, era una calidez agradable, y curiosamente, conocida, una calidez que realmente me recordaba a mi antiguo hogar, a esos momentos tan hermosos que pase con mi familia, momentos que ya no eran más que simples y aveces dolorosos recuerdos. En el momento que lo levante, otra nota, esta vez una más pequeña, cayo de entre las paginas del Grimorio, rápidamente la tome, notando que tan solo decía unas palabras:
''El poder de este artilugio, solo sera despertado por aquel que sea digno,
un portador que mantenga la verdadera esencia del Clan Ruststeel''
Más incógnitas, preguntas y dudas se generaban en mi cabeza, ¿Que debía pensar ahora? ¿Que de una u otra forma estaba destinado a ser líder de los Ruststeel? Tome el Grimorio entre mis manos, podía sentir el flujo de magia proveniente de este, ¿Porque el mismísimo fundador me lo legaría? Y más importante aun, ¿Cain conocía a Rexarion? Solo deje escapar otro suspiro, mientras me levantaba con el Grimorio en mis manos, dejando aquellas dos notas dentro del cofre, cerrándolo definitivamente.- ... ¿Que más me ocultabas... Maestro...?.- Musite en voz baja mirando con gran duda aquella reliquia, ¿Que debía hacer ahora? Ni siquiera sabia como usar magia, pero, recordando algunas cosas que logre leer en un viejo libro elfico que tenia mi maestro, recordé un hechizo del que mi maestro me hablo, uno que los herreros solían usar para mejorar la calidad de las armas, ¿Podría intentarlo siquiera? No veía el porque no. Sostuve la Gladius con una mano mientras la otra sostenía el Grimorio, mantuve mis ojos cerrados, recordando aquel hechizo mencionado por mi maestro, esperando que realmente funcionara.- ... Encantar... Arma... .-En cuanto pronuncie las palabras, la Gladius se baño con un extraño brillo a la vez que el Grimorio parecía reaccionar, ahora, solo faltaba probarla. Me puse en la clásica posición de combate que siempre usaba, la de Fintas, y trate, de dar un corte limpio a la pared de piedra de aquel cuarto, normalmente eso no haría más que dañar el filo de aquella arma tan preciada, pero este, no fue el caso, el corte de hizo tal y como si se hubiera cortado madera, o un muñeco de entrenamiento, aunque menos profundo, y el filo del arma estaba intacto. Realmente lo había hecho, magia, pero, ¿Que más podría hacer con el? Lo único que me quedaba, era estudiarlo, y aprender a usarlo de mejor manera, tal y como mi maestro, y posiblemente el mismo Rexarion, hubieran querido que lo usara.