Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 4:05:03 GMT
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que había salido de Aqualia, pero al fin, después de todo pareció haber llegado a la Ciudadela. Lo sabía. Había comparado las imágenes que alguna vez vió en su tableta con las que veía ahora en vivo y en directo. Era más hermosa de lo que podía imaginar y eso que aún se encontraba a un kilómetro de ella. Pero hasta acá podía oler las flores, ver todos los colores... Dió un paso trás otro, sus piés completamente heridos, su piel quemada y su cuerpo a punto de colapsarse. Quizá eran las mismas ganas de poder ver a Kaira y sorprenderlo con su presencia que lo hacían moverse, por más que su cuerpo le pidiera detenerse, no podía hacerlo ahora. Siguió... y siguió. Hasta que de pronto, unos cuantos metros antes de llegar la entrada de la hermosa ciudad, Atlas cayó sobre sus rodillas. Una combinación de emoción, cansancio, nervios y su mismo cuerpo herido de muerte lo hicieron detenerse y caer. Estaba deshecho, cansado. Bien podría morir ahí. Había visto tantas cosas y había logrado cruzar el desierto entero que parecía que ya nada más le faltaba por hacer... excepto ver a Kaira. Pero... ¿cómo lo encontraría entre tanta gente? No lo lograría... Necesitaba descansar. Como pudo, llegó hasta la pared de piedra fuera de la Ciudadela y cerró los ojos. Necesitaba descansar al menos unos minutos. Cerró los ojos y los minutos se convirtieron en horas, hasta que la noche cayó sobre el Guardián de Aqualia que, vulnerable, había quedado inconsciente a tan solo un par de metros de llegar a su destino.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 4:51:52 GMT
Ya estaba cansado, gran parte de la tarde había estado en el centro de la ciudadela conviviendo con sus amigos; quizá tanta fiesta era demasiado para él, más teniendo los ánimos tan bajos; habían sido días donde no tenía ganas de nada. Agobiado, decidió alejarse de la multitud de todo elambiente festivo, sentía la necesidad de tomar un respiro, como si cargara con un peso encima del cual deseaba deshacerse cuanto antes.
Caminaba en completa soledad cada vez escuchandose más lejos el bullicio de la verbena, ¿sería mejor ir a encerrarse a su casa? No, no quería encerrarse en una noche tan fresca; Por ir absorto en sus pensamientos, se vio frente al muro que rodeaba el límite de la Ciudadela. Apretó los labios en una mueca de decisión, ¿se atrevería a salir? hechó un vistazo hacia atrás, viendo el resplandor del festival a sus espaldas; tal vez una caminata tranquila por los plantíos no sería tan mala idea. Probablemente estaba siendo demasiado estúpido, el aventurarse tan entrada la noche por los plantíos; el hechizo sobre el festival no abarcaba más allá de la ciudad; de haber algun peligro... No lo pensaría más, simplemente se aventuró a cruzar por el enorme umbral.
La luz de la luna era lo único que le brindaba visibilidad; el paisaje frente a él se veía solitario, tranquilo, peligroso tal vez. Pasó saliva y arrepintiendose de su desición, titubeó volteando hacia atrás, donde pudo vislumbrar la figura de... ¿un arcano?. No tenía ni idea de quien se trataba pero estaba seguro que jamás lo había visto, ¿qué hacía ahí? ¿estaba herido? o en el peor de los casos ¿estaba muerto?
Con el rostro desencajado de la preocupación se acercó lentamente hasta una distancia prudente - Disculpe... ¿se encuentra bien? -irrumpió el silencio con un hilo de voz, pensando en que estaba arriesgandose demasiado. ¿y si era una trampa? ¿y si lo atacaba? Tragó pesado.
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Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 4:57:54 GMT
Se había desvanecido por completo. Sus pensamientos se habían vuelto una nube de completa oscuridad. Su cuerpo comenzó a tener frío. ¿Era acaso que estaba a punto de morir? Bueno. Lo había intentado al menos. Kaira tendría que disculparlo por no haberlo logrado. Lo heriría, estaba seguro de ello. Pero ¿cuándo no lo hacía? No sería la primera vez pero si la última.
Entre sombras y completo vencimiento, una voz lejana le habló. No pudo saber que decía ni de quién se trataba. Lo único que sucedió fué que su torso de venció por completo, cayendo al suelo y azotando con fuerza. Ya ni siquiera la fuerza le dió para mantenerse sentado.
Debido a aquel brusco golpe, la capucha de Atlas se levantó un poco, dejando ver su cabello azulado, sucio por la arena y los días de horrible sol que había pasado.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 5:27:04 GMT
No respondió. Estaba muerto, fue lo único que pudo pensar al verlo como su propio peso lo vencía. No se trataba de una amenaza, era alguien en una situación delicada y que necesitaba ayuda de inmediato. No lo pensó dos veces para acercarse; tomó el rostro cubierto en telas; tanta era su urgencia en medir la frecuencia cardiaca del hombre, su cuello estaba completamente tapado; La escasa luz le estaba haciendo una mala jugada, pero ese tono azul lo habia visto en otro lugar y de solo recordarlo sintió una punzada en el estomago.
Hizo un esfuerzo por acomodarlo mejor en el suelo, recostandolo para poder escuchar su corzón; latía tan debil. ¿Qué hacer? Estaba ahí solo sin ninguna provición. Apenas respiraba y con tantas prendas cubriendo su rostro lo hacía aún más complicado. Tan rápido como pudo, empezó a descubrir el rostro del hombre y lo que encontró debajo lo dejó completamente helado. ¿Qué estaba pasando? Talló sus ojos no dando crédito a lo que estaba viendo, claro, solo era coincidencia. Afortunadamente, había una pileta de agua cerca de la entrada, y tan rapido como pudo, fue a buscar un cubo con agua; la misma que le dio a beber. ¿Qué podia hacer? Debía ir a buscar algun remedio pero no podía dejarlo solo; su cabeza daba vueltas, se sentía muy confundido, no sabía lo que estaba ocurriendo. - ¿Cual es su nombre? ¿De donde viene? No me deje... - se negaba a creer lo que estaba viendo, no podía ser él, simplemente no podía; era demassiado irreal.
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 5:37:28 GMT
El agua escurrió de sus labios, ni siquiera pudiendo beberla. Sin embargo, sentía frescura en su piel después de haber sido despojando de las pesadas telas que le rodeaban el cuello y el rostro.La voz de aquella persona se había vuelto más nítida y el olor.. El olor familiar de aquel chico que insistentemente le preguntaba de donde provenía y quién era hacia un estruendo en su mente.
- Kaira... - Dijo entre sueños, apenas en un suspiro que se desvaneció como el aire. Lo sentía cerca, abarcándolo. Era una lástima que lo hubiese encontrado así, y que la sorpresa no fuera grata, sino todo lo contrario. Seguro que el unicornio ahora estaba mortificado. ¿Qué podía hacer más que ver a su amigo muriendo entre sus brazos? Quizá venir hasta acá había sido una pésima idea...
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 5:53:09 GMT
"Kaira"...
Era él... ¡Era él! Una sensación extraña recorrió su cuerpo, era una mezcla de emoción, miedo, preocupación, todo al mismo tiempo. - ¿A-Atlas? - preguntó torpemente. - Atlas, tranquilo, estarás mejor, te vas a recuperar... - No estaba funcionando correctamente, tenía demasiadas dudas, tantas preguntas que nublaban su mente. Con torpeza, empapó una de las telas para refrescar el rostro del tritón arrodillado a su lado pensaba en alguna manera para poder llevarlo a su casa. Habia sido un viaje largo de Aqualia hasta la ciudadela, él mismo lo sabía a la perfección y alguien que no estaba acostumbrado a climas tan extremos era obvio que la fatiga lo estaba venciendo.
Abrazó el pecho del mayor, solo un pequeño esfuerzo más. - Abre los ojos... Mi casa no queda lejos, puedes hacerlo. - ni él estaba seguro si podría lograrlo pero tampoco debía dejarlo ahí solo; necesitaba un ultimo esfuerzo... -
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 6:00:26 GMT
Una y otra vez. La insistencia de Kaira esa palpable. Lo movía, le suplicaba que despertara. Podía escuchar la desesperación en su voz. No debía... tenía que hacerlo. Su cuerpo le pidió no moverse más pero la voluntad de Atlas lo obligó a abrir los ojos lentamente y ayudado por el abrazo del unicornio, el tritón pudo alzarse lentamente. Estaba deshecho. Alguien en su estado ya debería estar muerto. Su piel le ardía y todos sus huesos dolían un infierno. Pero el apoyo de su amigo fué lo suficientemente fuerte como para hacerlo alzarse, y ponerse de pié. Respiraba con dificultad, como si se estuviese sofocando. Había algo mal además del extremo cansancio y la deshidratación que no podía explicar, pero seguramente se trataba de la pócima y el haber obligado a su cuerpo a reducirse a ese tamaño. Tuvo que agachar la cabeza y escupir un cuágulo de sangre al suelo y, una vez hecho eso, se alzó lentamente para caminar con tambaleos y amenazas de que volvería a caer en cualquier momento.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 6:42:43 GMT
Jamás le había parecido tan largo el camino a casa. Fue increiblemente agotador; Afortunadamente ya estaban en casa; justo tenía todo lo necesario para socorrer a su amigo. Una vez que logró recostar a Atlas en su cama; bajó a tropezones los peldaños de madera haciendo retumbando en toda la casa. Estaba asustado, tanto que los nervios lo traicionaban. Sus manos temblaban de tal manera que llegó a tumbar un par de frascos de pociones de las estanterias de la botica.
No dejaba de pensar en las miles de preguntas que rondaban en su cabeza pero la prioridad ahora era salvarle la vida. Destapó un frasco con un aroma ligeramente perfumado; era una poción de raíz de regalíz, era super efectiva para bajar la temperatura corporal; Con cuidado acercó la botella a los labios del tritón ayudandole a levantar la cabeza para que pudiera beberlo. - Sabe muy mal pero te sentirás mejor, lo prometo.- Una vez que el hombre bebiera el contenido del frasco, el unicornio refrescaría el rostro del mayor con un paño humedo de agua fresca. Confiaba en que la poción haría efecto en poco tiempo.
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Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 7:10:57 GMT
Apenas y pudo apreciar lo hermosa que era la casa de Kaira, llena de plantas, flores y estantes llenos de libros que moría por leer. Tanta era su fascinación, que estuvo a punto de olvidar que, en efecto, su vida peligraba. Quizá era esa delgada línea entre el estar dormido y despierto, no lo sabía.
Fué recostado en la cama de Kaira, un lugar que jamás creyó tocaría. Todo lo que estaba sucediendo, a pesar de estar terriblemente herido, era como un sueño del que no quería despertar. Si tenía que morir, moriría agradecido de poder hacerlo en un lugar así de hermoso. Pronto, un líquido extraño y de mal sabor llenó su boca causándole un gesto de desagrado. No obstante, tragó aquella pócima y se concentró en respirar. - Kaira.. no tienes que.. Así déjalo.. - Estaba delirando, y aún así, seguía siendo lo suficientemente terco como para decirle al chico que no quería su ayuda. Tosió un par de veces y una de ellas tuvo que darse la vuelta para volver a escupir un cuagulo.
Por suerte, su temperatura ae había comenzado a estabilizar. A pesar de lo mucho que le dolía su piel y el interior de su torso, comenzó a relajarse y sentirse más fresco y estable. Volvió a abrir sus ojos lentamente, explorando todo cuanto podía, cansandose de ello casi de inmediato.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 7:31:41 GMT
- No hables por ahora.- sabía lo terco que podía llegar a ser el tritón , sin embargo ahora estaba en su casa y ahí tendría que hacerle caso; si le decía que debía descansar mejor sería que así fuera. A pesar de la lamentable y alarmante situación en la que se encontraban; Kaira podía sentir como su corazón palpitaba desembocado al tener ahí a quizá el único arcano que volteaba su mundo de cabeza; era un sueño, y si así fuera no quería despertar.
Notando que la poción surtía efecto en este; el unicornio abrió otro tarro con un contenido espeso, era una crema. - Has atravesado el desierto, ¿no es así? - con un par de dedos tomó un poco del contenido del tarro para untarla sobre la ardiente piel del arcano. - Esto es para las quemaduras. Se siente fresco, a que sí. - a pesar de que no quería agobiarlo tanto, le hablaba para hacerle saber que estaba ahí y no lo dejaría solo en una situación tan delicada.
Ignoraba la situación crítica del encogimiento del tritón; por lo que no se alarmaría al verlo toser, imaginaba que era parte de la fatiga del largo y cansado viaje. En completo silencio continuo refrescando e hidratando su piel con la crema; su rostro, sus brazos... al observarlo mejor, notó que sus pies estaban mal heridos. Se encargaría de ello; Pensaba en todas las veces que había estado ahí para ayudarlo y esta vez no sería la excepción, no se separaría ni un segundo de él.
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Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 15:10:50 GMT
Tenía que admitir que Kaira tenía razón esta vez. No tenía las fuerzas necesarias para si quiera moverse. Ante la pregunta del unicornio, Atlas simplemente asintió una vez. Si, había hecho lo que pocos arcanos en realidad. Atravesar el desierto con poca agua siendo un ser acuático era una hazaña que bien pudo haberlo matado. ( Y si, si no fuera por Kaira, probablemente estaría muerto en este momento. )
Pronto, Kaira tomó un ungüento con olor a menta y aloe, ingredientes muy raros en Aqualia que solo se conseguían pidiéndolos de la Ciudadela y tardaban semanas en llegar. Con sus manos, comenzó a untarlo en su cuerpo haciendo que Atlas se sobresaltara por un instante. No sabía si era la sensación de la medicina o simplemente el tacto de unas manos que ahora abarcaban más de su piel. Jamás, en toda su vida, había sentido algo parecido. La gente que lo llegaba a tocar era diminuta en comparación y muy apenas le era posible sentirlos encima. El roce de las palmas de Kaira generaron en el un sentimiento que no pudo describir, como un cresciente ardor que se anidaba en su estómago. Tenía suerte de que su rostro estuviese completamente rojo por las quemaduras, pues de no ser así, Kaira hubiese notado un intenso rubor acomodado en sus mejillas a causa de sus caricias.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 16:55:17 GMT
Los vapores de la crema invadieron rápidamente la habitación, . Podía percibir sus músculos tensarse con su tacto, pobre debía sentir mucho dolor. - Serárápido- agregó en un tono bajo que no denotaba otra cosa más que preocupación; Con sumo cuidado, comenzó a lavar las heridas de sus pies. Sí, Atlas tenía pies aún no lo podía creer ¿cómo es que pasó? ¿era permanente?
Se mordió los labios ahogando sus inquietudes; quería saber que fue lo que pasó pero en el estado en el que el otro se encontraba no era tan prudente agobiarlo con preguntas. Por otro lado, la emoción de tenerlo ahí junto a él, en su propia casa era una emoción que dificilmente podría describir con palabras.
También se preocupó por limpiar sus nuevas extremidades, pasando la manta húmeda por sus pantorrillas subiendo hasta sus muslos. - Prometo que esto será lo último. - Suavemente untó más del perfumado ungüento sobre su piel, frotando con extrema delicadeza. Una vez terminara de aplicar los remedios y vendajes pertinentes se acercó al ventanal en su habitación, las cortinas de mantas se meneaban a causa del aire fresco.
Observaba desde la ventana el resplandor de la ciudadela sintiendo que alguien había escuchado sus deseos y se lo había cumplido; aunque la situación era un poco delicada, él se esforzaría en cuidarlo. - ¡Es cierto! ¡Debes estar hambriento! - respingó exclamando con preocupación. - ¡Te prepararé algo en seguida! - dicho aquello se apresuró a cocinar algo para su amigo.
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Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 17:12:18 GMT
Sin tener la más mínima consideración de su tacto, Kaira continuó pasando sus manos sobre la piel del tritón, esta vez, en áreas en donde los roces simplemente eran inconcebibles para el. El unicornio había pasado sus manos sobre sus piernas y subió suavemente a sus muslos. ¿Era posible sentir más calor en su rostro del que había sentido ya en el desierto? Si, era otro tipo de calor. Un calor que llenaba de vapor su cabeza. Sensaciones de las que había sido privado toda su vida. ¿Acaso aquello que sentía era…? No quiso pensarlo más. Si lo hacía, perdería el control de su cabeza.
Dejó salir un suspiro de alivio cuando Kaira al fin se había apartado de el. Se sentía sumamente culpable de casi haber disfrutado el roce de aquellas manos que inocentemente solo intentaban ayudarlo, muy a pesar del dolor que su piel le generaba. No quería hacerse adicto a ese tacto… No debía.
El chico de cabello rosado rápidamente caminó hacia su cocineta para preparar algo de comer, a donde Atlas lo siguió con curiosidad con la mirada, estudiando todo lo que podía ver a su alrededor. Ya quería ponerse de pié. Quería tomar todos esos libros, tocar las plantas y la comida. Su mente fuera del océano era casi como el de un ser recién creado, curioso por inundarse en conocimiento.
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Post by Kaira Voll on Aug 28, 2017 18:07:16 GMT
Tomará su tiempo pues también quería dejarlo descansar un poco de posible dolor que le provocaron las curaciones, además la poción seguramente ya estaría haciendo efecto. En su mente apareció Sabrina, quien se encontraba fascinada con la comida del festival, seguramente Atlas estaba igual que ella y era muy probable que él haya tenido menos oportunidad que la chica de probar alimentos calientes. Mientras cocinaba tarareaba con singular alegría, y seguramente se podía escuchar el ajetrear de la cocina y su canto hasta la habitación.
Pasando varios largos minutos, apareció de nuevo en la habitación llevando una bandeja consigo. - Lamento la tardanza. ¿cómo te encuentras? - dejó su bandeja con la comida sobre una pequeña mesa de madera que estaba junto a la cama para liberar su manos y ayudar al tritón a incorporarse lo suficiente para que pudiese comer. - Ya está... -dijo posando con ambas manos sobre sus caderas. - Ahora a comer... - arrastró un viejo banquito junto a la cama para sentarse y darle de comer. - Abre la boca. - pidió con la bandeja reposando en sus piernas. Había sopa de verduras, aún humeante; jugo de naranja; pan tostado y té. - Tú me dirás si soy buen cocinero o no. - bromeó tomando un poco con la cuchara y acercarla a la boca de Atlas, no sin antes soplarle un poco para no quemarlo. -
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Atlas
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Post by Atlas on Aug 28, 2017 19:15:03 GMT
Después de un rato, Kaira entro por la puerta con una bandeja con varios alimentos que el en lo personal desconocía. Sus ojos miraron con curiosidad el contenido de los recipientes. Sabía, por medio de la tableta arcana y de lo que había estudiado, que era sopa, pan.. Pero definitivamente jamás los había probado. En Aqualia tenían algo similar a las sopas, pero todo alimento consumido en el mar era frío.
Kaira tomó asiento al lado de la cama y de una manera muy maternal, acercó la cuchara con sopa a la boca del tritón, lo cual causó en el una reacción de aversión. Torció la boca y frunció el ceño viéndolo con severidad. - Que tenga este tamaño y condición no te da derecho a tratarme como a un bebé… - Dijo notoriamente molesto. Sin embargo, su estómago decidió traicionarlo en ese momento y hacerse sonar entre el silencio de ambos, lo cual hizo que Atlas sintiera mucha vergüenza, volteando hacia otro lado apenado.
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