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Post by Mathias Shedet on Aug 29, 2017 0:35:50 GMT
Era justo la mitad del día y el sol de la playa se mostraba abrasador e implacable en su punto máximo, solo la fresca brisa del mar daba un poco de cobijo al ambiente. Al pelinegro poco efecto le haría el sol, precisamente por ello escogió venir a la playa en ese momento, el sol mantendría a la gente indeseable alejada y permitirá a Mathias paz para realizar sus estudios. El naga verde de 6 metros se abría paso por el bosque de las hadas con lentitud, deslizándose con un porte sereno entre tierra y flores hasta llegar a su destino: la bella playa de Aqualia.
Era la primera vez que tenía una vista como aquella, el mar se extendía imponente por mucho más que cualquier rio que hubiera visto antes. La arena era mucho más clara ahí que en el antiguo hogar de Mathias, podía sentir su suavidad y el calor de la misma debajo de su cuerpo esmeralda. Habiendo admirado lo suficiente el ambiente que lo rodeaba procedió a montar su estación de trabajo.
Termino de acomodar su modesto equipo en una mesita debajo de una modesta sombra, desde artilugios de cristal, metal, cuadernos y libros por montones. Era claro que el naga no estaba ahí para refrescarse las escamas, desde hace bastante que deseaba realizar esta expedición de campo, pues en los libros de su biblioteca privada se hablaba mucho de las propiedades especiales de los elusivos artículos de la región, estaba seguro que encontraría algo interesante enterrado en la orilla del mar. Por muchos años se había limitado a sus libros, sin poder en verdad salir en búsqueda de las maravillas que describían debido a su puesto anterior. Por fuera su rostro se mantenía sereno pero estaba ansioso de empezar.
Se fue acercando poco a poco a la orilla, iba dejando un rastro en la arena en forma de ‘s’ al pasar. Sintiendo la arena mojada debajo de el dio un suspiro recordando buenos tiempos y comenzó así su paseo.
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Post by Linux on Aug 29, 2017 20:26:56 GMT
A pesar de los recuerdos de cosas ocurridas hace unas pocas semanas, Linux caminaba con su típica alegría mirando sus pies descalzos hundirse en la arena mojada mientras tarareaba una canción. Sentía ganas de ir a visitar Aqualia, aunque llevaba tiempo en la isla nunca había ido y sentía curiosidad. Caminó un poco más cerca del agua siendo sus pies acariciados por esta con unas sonrisa dio una vuelta y recorrió la orilla de la playa. Minutos después con una agradable brisa notó un rastro, ladeo la cabeza; otra punto a su curiosidad y a buen paso camino a su lado siguiendo la forma esperando llegar hasta el final.
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Post by Mathias Shedet on Aug 29, 2017 23:52:02 GMT
El solitario naga recorría la orilla con calma, no estaba deseoso de terminar sus asuntos lo antes posible para volver a su cueva, era gratificante pasar un tiempo en lugares tan pacíficos. De vez en cuando detenía su andar para inclinarse a nivel del suelo, desenterrando y recogiendo cualquier objeto lo suficientemente notable para llamarle la atención: caparazones de cangrejos, moluscos, fragmentos de conchas marinas y una que otra piedra colorida. Guardaba todo lo que recolectaba en una bolsa colgada en su hombro, pensando que cosas podría descubrir con las muestras obtenidas.
A medida que seguía en sus asuntos comenzó a sentirse inquieto, una extraña sensación le recordaba estar alerta. Él estaba en territorio desconocido, solo, o al menos eso creía. La ansiedad termino por ganarle, utilizo su habilidad sigilo para evitar ser visto y deslizarse con cierta rapidez hacia una formación de rocas. Ya sintiéndose más protegido reviso con la mirada la supuestamente desierta playa, encontrando no muy lejos de el a una joven peliazul, muy concentrada siguiendo su rastro.
Si hubiera visto a la joven refrescándose en las aguas o tomando el sol la hubiera pasado por alto e ignorado. Pero ella parecía ocupada siguiendo las marcas, siguiéndolo a él. Aquello no era comportamiento normal, le intrigaba de sobremanera. Decidido a aclarar sus dudas se deslizo con cautela hacia ella, procurando no ser visto, una tarea fácil gracias a su habilidad de sigilo. Ahora era el quien la seguía, quedando detrás de ella hablo con marcada propiedad -“¿Que espera encontrar al final del rastro, señorita?”- pregunto por fin revelando su presencia. El hombre con cuerpo de serpiente esmeralda se alzaba sobre ella, mirándola hacia abajo con seriedad al esperar su respuesta.
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Post by Linux on Aug 30, 2017 1:09:31 GMT
Continúo bordeando mirando ocasionalmente el cielo o el mar, disfrutando del viento como siempre lo había hecho; se preguntó ¿qué tan lejos llegaría el rastro? La melodía otra canción invadió su mente conociéndola perfectamente cantó su letra en voz baja moviendo la cabeza al ritmo de esta. Se vio sorprendida en cuanto el arcano detrás de ella habló, aún más por no haberlo notado antes, lo miró de arriba abajo notando con gran interés la mitad reptiliana y hasta donde se extendía la cola del arcano, siendo esa la primera vez que se encontraba con alguien de su raza. Un tercer punto a su lista.–Qué o quién lo ocasiono– contestó mirándolo directamente a los ojos, era la primera vez que veía unos así y le parecían magníficos, asintió para sí misma con una sonrisa. Pregunta posiblemente respuesta.
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Post by Mathias Shedet on Aug 30, 2017 2:46:23 GMT
La reacción de la aparente arcana no era del todo lo que esperaba ¿No se había espantado por su repentina aparición? Sin duda su mirada fija mostraba lo contrario, la correspondió sin dudarlo con sus brillantes ojos verdes muy atentos a ella. La actitud confiada de la contraria era una buena primera impresión, tenacidad sin violencia, lo suficientemente interesante como para captar la atención del pelinegro en la conversación.-“Bueno, la respuesta que buscas está en un ‘quien’. Aunque no creo que necesites seguir con tu búsqueda ¿o sí?“-comento mientras se deslizaba con lentitud a su alrededor sin quitarle un ojo de encima, dejando detrás aquellas marcas que la peli azul seguía hacia un momento.
Se quedó un poco en silencio, esperando cualquier reacción nueva en la recién llegada, observándola de arriba a abajo-“Ya sabes lo que querías… ¿Qué harás ahora?”-pregunto volviendo a quedar frente a ella, con ligera expectativa sobre sus intenciones. Su plan de investigación en solitario seguía en pie, sin embargo no podía trabajar con comodidad si alguien le seguía, mientras mas pronto ayudara a la arcana con sus planes en la playa, mas pronto podría regresar a su trabajo de campo.
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Post by Linux on Aug 30, 2017 4:15:59 GMT
–Ambos sabemos la respuesta– dijo mirándolo de soslayo. –He de admitir que no era lo que esperaba encontrar.– soltó una breve risa, sin gracia en realidad. Observó atenta las escamas, quería tocarlas pero sería grosero de su parte. Apretó los labios frunciendo el ceño ante las vueltas que él estaba dando. Pensó unos instantes después de la pregunta del arcano.– ¿Qué haré, qué haré? Hm. No lo sé, quizás me quede aquí, quizás vaya por ahí. ¿Y usted?– preguntó por su parte. Tenía todo el día libre y eso le parecía ciertamente deprimente en comparación con lo ocupada que alguna vez llegó a estar, suspiro.
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Post by Mathias Shedet on Sept 1, 2017 1:33:01 GMT
Escucho atento a su respuesta, parpadeando un poco incrédulo ¿No era lo que esperaba?- “Lamento no cumplir con sus expectativas”-elevo un poco el rostro para darse un aire imponente, no estaba acostumbrado a no ser impresionante ante los contrarios. No podía llegar a comprender la aparente falta de planes de la chica, él estaba acostumbrado a siempre tener un lugar en donde estar y cosas que hacer. Ante la pregunta hacia el desvió la mirada hacia el mar-“Me temo que aún tengo asuntos que atender aquí. Estoy recolectando muestras”-le dio una ligera palmada a la bolsa que llevaba colgada del hombro para reafirmar su punto. Permaneció pensativo un momento, mirando al suelo mientras evaluaba sus opciones. En definitiva no quería robarle el tiempo a la joven, no se le paso por la mente pedirle ayuda con su trabajo por el hecho de que no sabía quién era. Finalmente volvió a enzarzar su mirada con los ojos de la peliazul –“Si no hay nada con lo que pueda ayudarle entonces no le quitare más tiempo…que pase buena tarde, señorita”-dio una ligera reverencia y se dio vuelta, dándole la espalda a la joven mientras comenzaba deslizarse lentamente hacia la orilla del agua.
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Post by Linux on Sept 1, 2017 23:01:21 GMT
–Oh, no quise sonar grosera– dijo bajando la mirada jugando con la arena con uno de sus pies, quizás lo había ofendido. ¿Muestras? ¿Muestras de qué? Elevó un poco su altura parándose sobre los dedos de sus pies, en un pobre intento por ver el contenido de la bolsa pero se detuvo para observar momentáneamente el rostro pensativo del chico. Estuvo a punto de decir algo pero se vio interrumpida por él –No es que me lo pueda ‘quitar’, es algo que se va por sí solo– comentó dando un ligero trote hasta quedar a su lado empezando a caminar a su mismo nivel – ¿Para qué necesita las muestras?– inquirió girando la cabeza en su dirección con la mirada inquisitiva y una sonrisa.
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Post by Mathias Shedet on Sept 2, 2017 20:44:09 GMT
Al notar que aún lo estaban siguiendo dio un suspiro disimulado, al buscar ayudar a la chica para apartarla de sus asuntos término por involucrarla más en ellos. <<Bueno, ya no hay marcha atrás>> se dijo a sí mismo. Conecto miradas con la joven-“Para cosas”-respondió firme mientras apartaba la mirada. Hubo un silencio mientras el naga reflexionaba la respuesta, no había necesidad de ser grosero con alguien que solo tenía curiosidad, una cualidad que el apreciaba incluso en los extraños. Sus ojos verdes volvieron a centrarse en la peliazul, reflejaban mucho más calma que cuando ambos habían comenzado su conversación.-“Le pido me disculpe”-detuvo su andar un momento para explicarse-“Necesito ciertos materiales para una investigación, según he leído los ingredientes que busco se encuentran por esta zona”-respondió con cordialidad antes de seguir su deslizar hasta la orilla del agua, sin apartar su vista del suelo. Llegando a donde el mar choca con la arena se inclinó a nivel del suelo, desenterrando de la arena algo brillante que había captado su atención. Sostuvo caracola brillante con interés, revisándola meticulosamente con sus ojos esmeralda, pasando sus dedos por los bordes. Su rostro reflejo decepción unos instantes antes de arrojar la caracola a lo profundo del mar con delicadeza. Al parecer aunque hubiera sido bella, aquello no era lo que estaba buscando. Recordó entonces que ahora no estaba solo, incorporándose de nuevo para enfocarse en la peliazul.-“Veo que usted tiene interés en mi trabajo, supongo que puedo aceptar su compañía mientras me apoye con mi investigación”-comento mientras buscaba algo dentro de la bolsa que llevaba colgada. Saco entonces un libro que aunque viejo, parecía bien conservado.-“Estoy buscando caracolas como estas. Miden de 20 a 30 cm y son de color rojizo, como en la ilustración”-le mostraba dichas paginas a la chica para que supiera que es lo que buscaba. -“No poseo mirvos si lo que busca es paga, pero puedo compartir con usted el fruto de mi investigación”- Regreso el libro a donde había estado anteriormente y procedió a sacar una bolsa más pequeña ofreciéndosela a la joven, ella decidiría si aceptar o no su oferta.-“¿Acepta entonces? ¿Señorita…?”-dejo la última pregunta al aire para que la joven pudiera completarla con su nombre.
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Post by Linux on Sept 6, 2017 21:12:27 GMT
Frunció el ceño, no esperaba esa respuesta; aunque debió verla venir, él no tenía por qué contarle, probablemente prefería la soledad y ella estaba invadiendo su espacio. Se detuvo observando la extensión del agua llegando hasta la línea en que se ‘unía’ con el cielo, le era nostálgico, Haddlar también fue así aunque ese era un recuerdo de hace cuatro años. Su rostro se suavizo cuando él volvió a hablar, no tenía por qué disculparse. No añadió nada a lo que él dijo, en realidad no conocía ese lugar, ella había llegado por el lado norte. Miro atenta sus acciones, la caracola que sostenía le parecía bastante llamativa, no le pasó desapercibida su cara de disgusto la cual compartió en cuanto la devolvió al agua. Observó cada detalle de la imagen–No se preocupe por eso, el dinero no es algo que me importe mucho. Pero si me encantaría saber más de lo que investiga– Tomó la bolsa con una sonrisa entusiasta – ¡Claro! Linux. ¿Y usted…?– inquirió extendiendo su otra mano dispuesta a estrechar la del contrario.
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Post by Mathias Shedet on Sept 12, 2017 4:19:09 GMT
Su entusiasmo le resultaba extraño, no era usual encontrar a alguien tan impaciente por trabajar sin paga. Suponía que ahora tenía una nueva asistente temporal para sus proyectos, sin duda su presencia no era indispensable pero no dejaba de reconfortarlo aunque fuera un poco. Una sonrisa se dibujó breves instantes en su rostro, fugaz e imperceptible <<Esto puede ser interesante>> pensó. Capto entonces la seña que la joven extendía, esperaba sin duda que le estrechara la mano. Lo dudo un momento, pues estaba acostumbrado a otro tipo de saludos por el lugar de donde venía. Entonces ofreció su propia mano con suavidad por encima de la contraria, casi depositándola sobre la palma de Linux sin dar ningún apretón -“Soy Mathias”-hablo con cierto orgullo en el tono, retirando su mano después de haber cumplido el saludo. –“No perdamos tiempo entonces”- Ya con su inesperada nueva asistente partió deslizándose en búsqueda de lo necesario para su investigación misteriosa, comenzaron por recorrer la bahía teniendo al implacable sol de frente. Mathias se detenía para escarbar en la arena cada vez que parecía haber algo brillante enterrado, esperando que la joven también siguiera su ejemplo –“Si me permite preguntar… ¿Usted se dedica a deambular por la playa, siguiendo rastros habitualmente?”-inquirió sereno, mirándola de reojo al esperar que corrigiera su juicio con la verdad, una táctica sutil. Con una mano sostenía un cangrejo dorado recién desenterrado que abría y cerraba sus tenazas con furia
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Post by Linux on Sept 13, 2017 15:27:20 GMT
Miro confundida el gesto que realizo, quizás intrigada del por qué lo hizo, o bien si así era de donde él provenía, una costumbre. – ¡Es un gusto!– Dijo retirando la mano. – ¿Es usted un comerciante… o alquimista, algo parecido?– Camino a su lado con su vista recorriendo la arena cercana, daba algunas vueltas sobre sí fijándose más en el lado opuesto al que Mathias se encontraba. Retiro algunas cosas de la arena, no eran como las caracolas que buscaban pero le resultaron bonitas; guardo una de ellas en el bolsillo de su vestido, quizás podría volver a comenzar su colección. –Acertó en lo segundo, aunque he tenido que dejarlo por un tiempo me alegra el volver a hacerlo– Contestó. Observó al cangrejo soltando una breve risa cuando noto su actuar. –De donde vengo son en su mayoría azules– Le comentó con una sonrisa, tal vez eso no le interesase al arcano pero le pareció curioso. Se alejó algunos pasos, agachándose en la arena desenterrando un objeto que tampoco resulto ser como la ilustración.
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