A la luz de las estrellas (Abierto )

Siempre era una molestia tener que entregar encargos de Cacería en Reapergate, entre adentrarse en el molesto Bosque de los susurros, hasta lidiar con los múltiples sujetos de mala fama que vivían en aquella Ciudad tan ''Curiosa''. Cubría su rostro con parte de su manto, mientras la capucha de este cubría su cabello, tan solo dejando ver parte de la cicatriz en su rostro y aquellos ojos de colores diferentes, mientras caminaba por aquella Zona residencial que se podría decir, era la única que se veía relativamente segura en aquel lugar. Tardo un poco en encontrar a aquel cliente de las pieles de ciervo que quería, una cacería bastante fácil, a decir verdad, y curiosamente, con un pago que se podía considerar bastante elevado, ¿Pagar esa cantidad por unas simples pieles fáciles de conseguir? No le molestaba la verdad. Se despidió cordialmente de su cliente, que había quedado satisfecho, se podía notar, y emprendió lentamente el camino devuelta a la salida de la Ciudad, alzando la mirada al cielo nocturno, una luna incompleta gracias a los Dioses, realmente odiaba pensar que tarde o temprano tendria que ocultarse, aquella Licantropia, a pesar de haberla controlado bien hasta el momento, no podia evitar que esa sed de sangre, aquella ira de luna llena, lo dominara por completo.


Mientras caminaba, algo logro captar su atención, se trataba de una chica, que si bien no parecía baja, lo era en comparación al 1.95 de Sieg, disfrutaba comiendo unos dulces, sonriendo a aquella gente que pasaba, se notaba la inocencia de la chica, ¿Que hacia sola a esas horas de la noche? Quizá no debía preguntar siendo que era un desconocido, pero Sieg tenia un sentido de protector bastante alto, y de manera inevitable se acerco a la chica, quitándose la capucha y bajando un poco el manto que cubría su boca, mirándola de forma serena y amable.- Disculpa, no pude evitar preguntarme, ¿Porque se encuentra sola a esta hora? Estas calles pueden ser muy peligrosas.- Comento con un ligero pero notorio aire de preocupación, aquella Katana en la espalda de Sieg hacia una buena presencia para evitar que tipos con intensiones dudosas lo molestaran.

Noto que la ajena tenia algunos restos de dulces en su boca, a lo que rápidamente esta reacciono, limpiándolos de manera suave, mientras el Licantropo solo la observaba de manera un tanto curiosa, y a la vez serena. Parecía un tanto nerviosa, se notaba en su tartamudeo, ya pensando en su razón para andar sin cuidado por aquellas calles tan de poca confianza. Ladeo un poco la cabeza ante un curioso gesto por parte de la chica de cabello bastante colorido, le estaba ofreciendo un dulce, a pesar de que Sieg no era muy de comer cosas dulces, rechazar el gesto de la ajena, sentía que seria una total descortesía.- Se lo agradezco mucho.- Comento con amabilidad y respeto mientras tomaba suavemente la paleta ofrecida por la contraria, mirándola un poco antes de darle una pequeña probada, causando un leve escalofrió por la acidez del sabor a limón de esta.


Tiene un sabor interesante, ya veo porque es de tus favoritas.- Dijo mientras se sentaba a una distancia prudente de ella en la misma banca, mientras continuaba mirando aquella paleta, y luego la miraba a ella.- ¿Dijo que era nueva? Entonces, procure ser prudente por estos lados, se lo digo por experiencia.- Advirtió, por su trabajo solía ir a esa Ciudad seguido, pero algunas veces tenia experiencias un tanto... desagradables.- Cierto, no me he presentado, soy Sieg Stahlzahn, es un placer conocerla.- Dijo dando una leve reverencia para presentarse, esperando poder conocer el nombre de la chica frente a el.

Es un placer, Señorita Pu.- Comento con respeto y amabilidad ante la presentación de la ajena, era un nombre curioso, sin duda, al menos para el que jamas lo había escuchado en Alemania en todo el tiempo que vivió ahí, aunque así, había sabido de nombres bastante peculiares. Le preocupo un poco el hecho de sus palabras, no confiaba del todo que pudiera defenderse ante situaciones complicadas, pero iba a confiar, al menos por ahora- ¿Eso es...?.- Comento ante aquella extraña botella de liquido colorido en el interior, parecía ser una pócima bastante curiosa, e incluso, extraña a la vista de muchos, y su efecto, parecía ser más interesante aun.- ¿Cegar? Hmm, ya veo, es un objeto realmente útil, en ese caso.- Comento con interés, no había escuchado jamas de ella, así que, que la ajena tuviera aquel objeto le daba más seguridad de que podría escapar de una que otra peligrosa situación. Se sorprendió de gran manera cuando esta le ofreció aquel frasco, ¿Porque lo hacia? Ella lo necesitaba más que el, que ya tenia un gran entrenamiento militar.- No hay necesidad de que me regales esto....- Comento algo dudo observando el frasco en su mano.


No quería ser descortés ante el regalo de la ajena, pero seguía sintiendo que no estaba bien aceptarlo, pero a final de cuentas, sentía que también podía serle útil algo así.- Esta bien, le agradezco mucho por su regalo, estoy seguro de que me sera muy útil en mis viajes.- Comento con amabilidad, mientras guardaba este en su mochila, realmente algo así podría ayudarlo en más de una ocasión.- En mi caso... uso esto para defenderme.- Dicho esto, apunto con su dedo a la Katana en su espalda.- He practicado mucho con esta arma, así que no me es difícil usarla.- Explico con una leve sonrisa, mientras seguía degustando la paleta previamente recibida.

Le pareció curioso que la joven frente a el tuviera buenas maneras de defenderse, no era común, pero le aliviaba que tuviera recursos para evitar el peligro, de una u otra forma, aunque estos fueran desconocidos para el Licantropo.- ¿Tu los haces? Eso es una habilidad muy útil, Señorita Pu. debe ser complicado.- Comento con bastante curiosidad, ¿Una boticaria? Era lo más probable, aunque no encontró oportunidad para preguntar por su oficio, puesto que la ajena había comentado algo de donde venia.- Hm, la agilidad de los Kitsune por lo general les permite usar estas armas, no me sorprende que sean capaces de usarla de gran manera.- Dijo con amabilidad mientras la miraba, para luego escuchar de su habilidad con las pócimas, realmente debía ser una Boticaria si tenia esa habilidad, pensando en el frasco previamente recibido, ¿Que otro tipo de pócimas podría hacer? Quizá si se diera la oportunidad podría comprarle algunas para sus viajes, o incluso para el combate, realmente lo consideraba, pero era muy pronto para mencionar algo asi.


Su sorpresa se hizo notar por el acto ajeno, esa hiperactividad, al parecer por el dulce, era algo interesante más no molesto de ver, era agradable, le traía recuerdos, nostálgicos recuerdos de su vida antes de la Licantropia, el como su fallecido hijo era igual de hiperactivo, lo recordaba con cariño, mucho.- Lo siento, cuando fui entrenado me acostumbre a esta forma de hablar, mis disculpas.- Comento con una leve vergüenza, la verdad muchas veces se lo habían dicho, que hablaba demasiado formal, pero era un habito difícil de dejar.- ¿Le gustan mucho los dulces? Es lo que puedo ver.- Su tono trato de ser más amable, aunque igual de respetuoso.- Yo no soy de comer mucho de ellos, prefiero las cosas más livianas, ya sabes, frutas y esas cosas.- Aunque por lo general cazaba lo que comía, siempre buscaba acompañar todo de manera equilibrada, con condimentos, y frutas.

Pues si, no creí que los aguantara tan poco.- Comento mientras miraba aquella paleta, realmente había sido ciertamente patético el hecho de estremecerse por probar un dulce ácido, vaya cosas. Se extraño cuando escucho sus palabras siguientes, quedando solo una dando vueltas en su cabeza, ''Sangre...'', Pensó, le dio curiosidad el preguntar a que se refería, si es que tenia que ver con su raza, y solo una se le vino a la cabeza, Vampira, probablemente, quizá se equivocaba y estaba pensándolo demás, cuando llegara un buen momento, le preguntaría sobre su raza, y esperaba que no la incomodara con aquella pregunta. Su pregunta ciertamente fue curiosa, aunque no extraña, era normal en alguien que había llegado recientemente no conocer los lugares para suplir necesidades.- El mercado negro esta cerca de este lugar, no te recomendaría ir sola, pero como estoy aquí, te acompañare.- Comento levantándose del asiento, ordenando su mochila y su katana.


Solo por curiosidad, ¿Que es lo que necesita? Tengo buena memoria, podría facilitar la búsqueda.- Comento curioso mientras miraba alrededor y decidía la ruta más corta hasta las tiendas de aquel lugar.- Si vamos por esa calle, llegaremos rápido.- Apunto hasta una de las calles, esperando la respuesta de la ajena para comenzar el pequeño viaje hasta el lugar donde la ayudaría a comprar sus cosas.

Así que especias, plantas y una sombrilla... .- Comento en un deje pensativo mientras trataba de recordar los lugares donde esos productos se pudieran encontrar.- ... Y dulces.- Dijo en un tono comprensivo, con una leve risa seguida del comentario, entendía que le gustaran muchos los dulces, aunque también había que ser prudente, ¿Pero quien era el para decirlo? Prometió ayudarla, y eso haría. Caminaba por la calle mientras revisaba las distintas tiendas y mercaderes del mercado negro, notando que había una donde vendían sombrillas ''Primer objeto... bien'' Pensó, volteándose para decirle a Pu, notando, que esta ya no estaba.- ¿Pu? ¿Donde estas?.- Comento en voz alta mientras miraba alrededor, la estatura de Pu no ayudaba entre toda la gente del lugar, Sieg dejo escapar un suspiro mientras se disponía a buscarla, aunque, había algo que lo ayudaría con eso.


Recordaba bien de cierta manera el olor de los dulces de Pu, si aun tenia rastros de ellos, podría seguirla con el olfato, ayudado por su agudeza sensorial. Camino entre la gente mientras trataba de ubicar a Pu entre la multitud, alcanzaba a percibir el olor de los dulces que llevaba, no debería tardarse mucho en encontrarla si lograba seguir bien el rastro y nada lo interrumpía, su nariz era sensible, si bien útil para rastrear, olores más fuertes podían opacar aquella agudeza. Finalmente diviso una figura pequeña, llamativa, y perdida, era ella, Sieg se acerco de manera rápida hasta quedar frente a ella.- ¿Te encuentras bien? Lo lamento, no me fije.- Se disculpo de manera cortes, esperando que no le haya ocurrido nada en el tiempo que estuvo perdida.- Encontré una tienda donde venden sombrillas.- Le comento recordando bien el camino a donde esta se encontraba.- No esta muy lejos, aunque no he visto de dulces.

De cierta manera la ajena tenia razón respecto a su altura, no ayudaba mucho pero tampoco era una molestia gracias al olfato del Licantropo.- Al menos te encontré rápido.- Comento de manera amable mientras ya comenzaba a divisar el camino hasta la tienda donde habían sombrillas, Pu de verdad se veía ansiosa por conseguir una, y su razón solo aumento la sospecha del Licantropo sobre la raza de la pequeña. Cuando iba a empezar a caminar, escucho aquel comentario respecto a los dulces.- Creo que... paso.- Comento desviando un poco la mirada, de verdad fue vergonzoso haberse estremecido por unos simples dulces, si su Maestra lo hubiera visto, se reiría de eso por el resto de su vida. La siguiente pregunta de la ajena causo cierto silencio incomodo luego de ser formulada, el Licantropo dejo escapar un suspiro para continuar caminando a un lado de la pequeña.- La tuve alguna vez.- Dijo en un tono algo seco, pero aun tratando de mantener la amabilidad en sus palabras, era un tema delicado para él, y bastante.


Su paso era lento ahora, no quería que Pu se fuera a perder nuevamente así que se mantendría con un ojo sobre ella.- Dime, Pu, Si no es molestia, ¿Que raza es?.- Pregunto de manera casual mientras la miraba por el rabillo del ojo, finalmente había decidido preguntar aquello, también por condesar algo en lo que llegaban a la tienda donde estaban las sombrillas.- En mi caso, soy un Licantropo, o un lobo, como lo conocen muchos.- Menciono sin detener su lento caminar.