¿Un Oscuro Renacer?

Baromio no se alerto mucho al ver como el elfo aparecia frente a sus ojos armado,dio un paso hacia delante y comenzo a soplar sin decir una palabra,¿esta loco? No, lentamente esta congelando los alrededores pues no era un elfo como el si no que un Dragon de hielo.

Baromio iso una reverencia luego con una suave voz le contesto -No es buena idea molestar a un Drahon con el corazon aflijido, por favor disculpeme si su intencion era atacarme, soy Baromio, Baromio el Maldito- dejo de soplar para no parecer hostil.

Se había adentrado en el bosque de los susurros en busca de una especie de estanque muerto, con el objetivo de recoger muestras para uno de los boticarios de la corte del otoño, avanzando por el terreno sin ninguna suerte en encontrar lo que necesitaba, la neblina hacia difícil orientarse y más cuando no sabias como lucia aquello que buscaba, considerando que las orientaciones de su cliente eran bastante vagas, al parecer lo había intentado antes por su cuenta pero no había sido lo suficientemente valiente para adentrarse mucho más allá. Caminaba con cautela a sabiendas de lo peligroso que era el lugar, de pronto la temperatura bajó más de lo usual, miró al suelo encontrándose con pequeñas lineas de hielo cubriendo tierra y hojas a su paso, una voz resonó haciendo que Laia girara todo el cuerpo en la dirección de la que provenía ambos curiosos sucesos, empuñó su espada y avanzó a medida el frío se disipaba, terminando por encontrarse con ambos chicos -eso no importará mucho si alguna criatura los encuentra gracias a su escándalo- interrumpió hablando no muy alto, lo suficiente para que ambos escucharan sus palabras a medida que se acercaba.

Silver contuvo la respiración, demasiadas personas, ella solo había querido salir a caminar, quizás volver a tomar su forma arcana y correr por todos lados, pero la curiosidad había matado al gato, y los ruidos a la lejanía habían guiado a la panadera a través del muerto bosque, con el cuidado de no hacer ruidos innecesarios, pues más de una vez había visto la sombra de alguna criatura que de seguro seria peligrosa, camino levantando la enorme falda que usaba, acomodando la cesta con pan, por si tenía hambre, también llevaba frutas y nueces, algo de agua también, oh y un libro de cuentos, no sabía muy bien para qué, pero si le daban ganas podría sentarse en una zona no riesgosa a leer, después de todo el silencio casi sepulcral del bosque no le era molesto, para nada, era bastante relajante tener ese tipo de silencio de vez en cuando, rara vez le pasaba algo extraño en ese lugar , recordó la primera vez que conoció a su amigo Jago, algo de lo que prefería no hablar. Se detuvo por momentos al sentir el frio, cómoda con aquella temperatura, después de todo ella era un dragón amante del hielo, la boca se le hizo agua de solo imaginar poder comer un poco de aquel liquido tal endurecido, dejándolo derretir hasta no sentir la lengua y luego morderlo, simplemente algo placentero, suspiro, guiándose por el frio, curiosa, ansiosa, nerviosa de conocer nuevas personas, no había llegado aún el día en que alguien agresivo se posara frente a ella


Pero parecía que el día había llegado, había caminado hacia las personas, que de momento solo eran dos, alzando el brazo emocionada “Ilusa” estuvo a punto de hablar cuando otra figura apareció, una tercera, una muchacha, que los regañaba por el ruido, y no podía negarlo, tenía razón, incluso ella en toda su “inocencia” sabía que andar por el bosque gritando era la peor idea que podías tener, a menos claro que quisieras tu muerte, cosa que, sinceramente, Silver pensaba era una tontería, había mejores formas de morir que ir de manera suicida y sin ninguna utilidad mayor a dejar tu cadáver por allí para que alguna bestia terminara de hacer lo justo y engullir los restos. Volvió a replantearse saludar, esta vez avanzando, agradecía su caminar tan ligero y lo curiosamente despejada que estaba la zona luego de lo que parecía era un entrenamiento, desde su punto de vista, ya estaba a la vista, cuando un cuarto ser apareció, y no con un aura amistosa, si no con un gruñido, y allí estaba ella, la última pieza de un mal chiste, pensando sinceramente si su vida correría riesgo… o si quisieran compartir el pan y el agua que traía como una amistosa merienda -… ¿en qué clase de lio me vine a meter?- se cuestionó en un susurro, suave, no iba a alzar la voz, pero no se iba a esconder, después de todo seguramente la habían visto, y de seguro se tenía que ver ridículo que alguien como ella estuviera paseando tranquilamente y como si nada por el bosque

 ¿Que ya no se podía tener una conversación privada en un lugar público y peligroso? Labiacarpi se llevó las manos a las caderas y volteó a ver a la mujer que acababa de aparecer por el costado. Si tanto le preocupaba que estaban haciendo mucho ruido, ¿por qué no mejor se iba? - Nadie pidió tu opinión -le respondió, mas cualquier posible discusión que pudo haber nacido después de ese comentario murió en el momento en que el elfo vio acercarse a un familiar (y bellísimo) cerbero. Ayyyy, Goody le encantaba, no podía evitar sonreír como un tonto cada vez que lo veía y su corazón se alegraba de que se lo hubiera encontrado cuando iba camino a verlo. Había sido una linda sorpresa - ¡Cachorrito! -dijo emocionado. Acarició su pelaje y le dio un besito en la nariz a cada una de sus cabezas - No te preocupes, estoy bien. 

 La reunión improvisada se consolidó cuando llegó una última invitada no-deseada. Al menos la chiquilla de pelo plateado se veía amable. En lugar de recibirla con un comentario ácido, Labiacarpi se limitó la saludarla con la mano y no decirle nada. Escuchó con atención las palabras de bienvenida de Baromio y la posterior explicación acerca del asesinato de su amigo. ¿Antes era un ser de oscuridad? Qué fuerte. Parecía algo sacado de un cuento. No le creyó, pero se encogió de hombros y sonrió de todas maneras porque sí era verdad que, ahora que eran un grupo numeroso, iban a llamar muchísimo más la atención - Como sea. Al menos no lo mataste a propósito - No estaba seguro de si eso era bueno o malo.

A pesar del bonito encuentro y las "amables y pacifistas" palabras que el dragón les había dedicado, Goody no bajó la guardia y permanecía en una posición cautelosa, listo para atacar. A otro perro con ese hueso, "ellos" eran un poco tontos, pero no brutos como para caer en algo como eso tan fácil. Las apariencias siempre eran engañosas, superficiales, al igual que las palabras siempre eran manipulables. ¿Quien dice que dentro de esa pinta de ser inocente no se encontraba un peligro latente? Eso era muy común por lugares como ese, donde hasta un árbol común y corriente podía saltar y comerte.

Tomó a Labiacarpi de la ropa con ayuda de uno de sus hocicos y lo levantó, llevándolo hasta su espalda para que lo montara por si tenían que salir rápidamente de ahí en algún momento. Siempre era mejor evitar el combate directo... O al menos eso le enseñaron a él. A las otras dos chicas no las conocía de nada, así que no sabía si debería ayudarlas en caso de peligro o no, pero aún así se quedó cerca de ellas, mirando especialmente al hombre albino. [No me agrada... No parece de fiar.] Pensaba en sus adentros, causando que en el exterior sus gruñidos sólo aumentaran de tono. El escuchar que había matado a un hombre sólo causó que su desconfianza aumentara más. ¿Qué clase de hombre era él?