A friendly hand for a tortured heart [Priv][ADVERTENCIA]

Las actitudes del pelirrojo me causaban más que nada ternura. Ver esas orejas coloradas o esa sonrisa de niño, su corazón era puro... Me daban ganas de protegerlo, protegerlo de todas las impurezas que he experimentado a carne propia. No podría ver esa inocente sonrisa manchada por aquella gente que solo busca el mal y la destrucción. Aveces me preguntaba porque reaccionamos de maneras distintas a ciertas situaciones... Era algo simplemente que no me podía explicar, pero eso es lo interesante, que todos tengamos diferentes reacciones nos hace seres que nunca podremos conocer a fondo... Nos hace seres únicos y magníficos. La lluvia ya caía a torrenciales, eso me provocaba un cierto pánico que intentaba no prestarle atención mediado la conversación que llevaba con Aron. Su presentación fue sobre todo cómica, o eso interpretaba yo y esperaba fuera así, me sentiría mal el saber que me estaba burlando de él inconscientemente. -" Entonces estas manos están aquí para mi? "- Le di una mirada pasiva mientras con una voz serena tomaba para levantar la mano del pelirrojo. En esas manos podrían haber tantas historias, ya sean dramáticas, heroicas o simplemente historias comunes que necesitaron usar estas cálidas manos. Llevé aquella mano y besé sus nudillos para luego dejarla cuidadosamente una vez más en la cama. Mis actitudes iban fuera de lo convencional, pero no tenían malas intenciones o doble sentido, solo hacía las cosas como creía correctas... Soy alguien más que nada impulsiva.

Lo otro que mencionó fue acerca de las formalidades... Lo comprendía, no a toda la gente le gusta ese tipo de formalidades, pero estaba ya acostumbrada a tener esta cortesía al hablar, por lo que solo le ofrecí una disculpa -" Lo siento... Aagron, solo estoy acostumbrada a tratar a la gente de manera formal "- Le respondí de manera animada tal como el lo había hecho. Esa sonrisa que tenía, no me cansaba de verla... Noble...¿Acaso seré la única que nota estos detalle? -" Cuantos años tiene Aagron? Yo tengo 128, ya soy alguien mayor "- Le dije con una carcajada, ya había vivido tanto, sin embargo era tan desconocedora a lo que refiere socializar, supongo uno nunca lo sabrá absolutamente todo. La conversación iba completamente bien, estaba todo saliendo de maravilla... Pero un trueno resonó a las afueras de la mansión, en el oscuro infinito. Un sonido aterrador horrible GOLPES No otra vez por favor...

Apenas el estruendo se oyó mi cuerpo saltó de una manera que cualquiera hubiera pensado que me dio un shock eléctrico. El sonido retumba en mi cabeza... Sacalo...Sacalo...SACALO...  Mis manos buscaban con desesperación no permitir que el estruendoso sonido retumbara en mis orejas... El sonido... ¿Porqué le temo? Indagaba en mi cabeza, buscando. Por fuera se podía ver mi cuerpo temblando, con una tensión horrible. Mis manos tapaban mis orejas con desespero, incluso inconscientemente agarraba y jalaba mis cabellos. ¿Que es a lo que le temo? El estruendo se escuchó otra vez... Me mantenía en silencio... Era salvaje...

Ya recuerdo... El sonido, el horrible sonido... Me recuerda a los estruendos... ¿Cuales? Los latigazos, chocando en el concreto, en el metal... En mi piel, una y otra vez... Ese sonido, me atormenta, a pesar de ya haber pasado años, a pesar de haberlo superado, aparecía cada que oía un trueno de gran magnitud. Tengo miedo de que venga, otra vez, sentir los golpes y cortes sobre mi piel sin piedad... Me estaba derrumbando de nuevo

Sentí las manos de Aagron sujetando las mías con firmeza. Los estruendos eran horribles, la lluvia chocaba de manera imprudente en la ventana, un sonido desagradable, quería que desapareciera lo más pronto posible. Solo sentía que eso sucedía cuando Aagron me sujetaban, cuando me decía que todo estaría bien... Sentía confort. Me sentía segura y a la vez insegura. Tenía miedo de algo que era consciente no volvería a suceder, pero el sentimiento estaba allí. Un sentimiento que no se borraba a pesar de los años... Duele... La gente piensa que mi vida es un lujo. Que vivo feliz a base del dinero. Ellos no entienden... Me desharía de todo lo que tengo solo para tener un día tranquilo, un día en el que no sienta que muera por dentro. Pero eso es imposible y duele aún más saberlo, saber que no importa lo que hagas siempre sufrirás, tanto dolor físico como emocional. Como desearía tener mi propio cuerpo y no tener que compartirlo con ella... 

Miré a los ojos de Aagron, su mirada me transmitían tantas cosas... Seguridad, Felicidad, Humildad... Cosas que no tengo, cosas que finjo tener, sin embargo en algún momento uno se quiebro, me quiebro, me es imposible fingir tantas cosas... Siento como si fuera un espejo roto que está vendado, sigue estando roto. Me decía que lo mirara, que solo lo mirara a el... Cuando lo miraba sentía seguridad, que nada me haría daño... Nadie, ni siquiera los truenos... No me cansaría de mirarle, me gustaba como sentía esa seguridad, era como si me transmitiera todas sus cualidades. Entrelacé mis dedos con los de Aagron, sentía la calidez de las manos del pelirrojo, una sensación reconfortante. -" No me deje... "- Susurré en voz baja para luego ocultar mi cara entre mis piernas -" No dije nada... Solo ignóreme... "- Me sentía boba y dependiente al pedir ese tipo de cosas. El era un hombre salvaje, no era como yo... La única razón por lo que la solo se quedó aquí fue porque estaba exhausto... El no es como yo, no puedo pedirle que conviva como yo... 

Me había perdido otra vez en las inseguridades. Un trueno se escuchó, como un rugido, un grito de guerra. Me exalté de nuevo y quise buscar escondite, lanzándome hacia el cuerpo del pelirrojo para abrazarle con fuerza. Temblaba, con miedo... Me sentía sola, siempre me sentía sola... Ya ni sus palabras resonaban en mi mente. Ni siquiera podía imaginarme la voz de Azealia para hacerme compañía... Solo escuchaba los truenos y la lluvia torrencial. -" Usted no me hará daño verdad? "- 

No podría... Si, me sentía segura entre sus brazos. Apegué mi cuerpo lo más que pude, lo más que tenía permitido al pelirrojo. Las dudas eran uno de mis peores defectos... Podía decirme las palabras que quisiera, pero aún así la inseguridad y miedo quedaba presente en mi interior. -" No se aparte por favor "- Más que pedirle le suplicaba, casi con desesperación, casi como posesión. Cuando fue que me volví tan dependiente? Cuando fue que necesité de alguien para no derrumbarme? Cuando fue que dejé de creer en mi misma? No lo sé... Solo quería olvidar por un momento todos los traumas y dudas para poder tener una tranquila conversación con Aagron. Pero creo que eso no podrá llegar a ser posible. La pregunta que me dijo me tomo algo por sorpresa... Que le contara sobre mi... -" Nací en Alemania. Me vine a vivir aquí cuando nos expulsaron de allá. Mi padre fundó la empresa para que tuviéramos una vida plena. Sin embargo el poder se le salió de las manos. Toda la corrupción lo terminó consumiendo, convirtiéndose en un hombre muy violento... Nos golpeaba a mi y a mi madre...Corrección, golpeaba a mi madre, a mi me torturaba, en el mismo sucio sótano en el cual me encontraste. Años, fueron años de dolor... Sin embargo jamás dije nada. Las reglas no se rompen después de todo. Regla número tres, los golpes se callan... Mi padre mató a mi madre a golpes, ella sufría una enfermedad y un día simplemente no aguantó más y pereció... Luego mi padre fue asesinado... Me quedé sola... Aún me cuestiono si prefería ser azotada por mi padre en vez de ser azotada por la soledad "- Un pequeño resumen de mi vida. Me sentía demasiado segura, lo suficiente como para contar mis problemas como si fueran un tema totalmente banal. Aunque quizás se deba a que al no saber socializar no sé hasta que punto es prudente compartir mi vida privada. -" Que hay de usted "- Me separé un momento del abrazo que nos cubría a ambos. Mi rostro quedó a centímetros del de Aaron, la curiosidad aveces también era un gran defecto como una gran virtud. Quería saber acerca del chico que tenía frente a mi. 

De repente un estruendo se escuchó, más fuerte que cualquiera que había escuchado antes. La habitación tembló. La desesperación volvió a mi como una bala. La luz se fue... No lograba ver nada, me desesperé y me abalancé sobre Aagron, temblando. Se escuchaba como la pintura de las paredes se agrietó. El empujón que le había dado a Aagron provocó que quedara sobre él, sin embargo no le presté atención sentía miedo... Sentía que el mundo conspiraba para hacerme sufrir... Ya no podía ver a Aaron, volví a sentirme sola, sola... A pesar de tenerlo prácticamente bajo mi... -" Donde estás? "- Decía desesperada mientras veía con euforia a todos los rincones de la habitación.

A pesar de todo lo sucedido Aagron se mantenía con la misma calma que lo caracterizaba.. Se quedó hablando como si nada hubiera pasado a pesar de que ya no hubiera luz y lo único que se pudiera ver era la iluminación de la ventana que daba afuera, mostrando la lluvia y los feroces truenos que no cesaban. Escuchaba su historia con calma mientras intentaba regular la respiración... Estaba algo euforica... Finalmente cuando terminó de hablar pude pronunciar mis palabras -" Cuénteme de su maestro... "- La curiosidad me llenaba, pero antes de que Aagron volviera a hablar escuché la puerta abrirse y la luz de una vela que iluminaba la habitación. Era Arnold el cual venía a iluminar la oscura habitación. Dejó la vela en el velador, Ahora todo podía verse de manera tenue... -" Un rayo golpeó la mansión, tomando toda la electricidad de la casa, por lo que se demorará un rato que vuelva la luz "- Explicó con prudencia todo lo que había ocurrido, al final solo dio una reverencia y se fue, pero al momento de pasar a un lado de Aagron le lanzó una mirada de muerte... Quizás debido a la manera en la que ambos nos encontrábamos.

Ya era bastante tarde, no podía seguir atando al señor Aagron de esa manera... El estaba en mal estado y debía dejarlo dormir, no podía preocuparle más por mis problemas -" Aagron... "- Dije en voz baja para luego levantar la mirada. Me quedé viendo los ojos del señor Aagron, su rostro iluminado de manera tenue por la vela, se veía adorable... -" Será mejor que se vaya a dormir... Para que mañana tenga la energía suficiente y se vaya... "- Dije en voz baja, en el fondo deseaba que el pelirrojo se quedara a mi lado, pero sabía que eso no sería posible... Tendría que pasar la tormentosa noche, con aquel miedo y los traumas, con la soledad acechando en cada esquina... Pero, mi deber era el señor Aagron...

-" Si estoy segura... Se quede un rato más o un rato menos no cambiará mucho, de todas formas deberá irse en un momento... Solo debo aguantar, callar... "- Callar el miedo siempre era una buena solución, cuando todo sale mal callar siempre es la solución, cuando cometes un crimen callar es la solución... El silencio deja tantos vacíos que esperan ser llenados, pero si no los llenas nadie puede hacerlo por ti. Aveces quisiera ser sorda, para así no tener que escuchar los alaridos y golpetazos de mi cabeza. Aveces quisiera ser ciega, para no tener que ver la desesperación y horror de la gente. Aveces quisiera ser muda, para no tener que decir lo que pienso, para no ser juzgada. Pero hasta ellos son juzgados, ellos no son normales, eso es lo que escucho ¿Es real? No lo sé, hay tantas cosas que no sé, que no soy consciente...

-" Cuando hay tormenta duermo sola, me quedo dormida ya cuando el estrés me vence "- Un día más en el que tuviera que pasar por ese proceso no cambiaría nada. Mis días serían iguales, mis pensamientos serían iguales, las personas me seguirían tratando igual... Que más da. Aveces me dan ganas de lanzar todo a la mierda, dejar de actuar de ciertas maneras solo para nos ser juzgada, comparada, confundida... Pero tan solo un segundo después todos los sentimientos e inseguridad me golpean directo a la cara. 

Me acosté bajo las sabanas mientras escuchaba el sonido de la lluvia. Las heridas ardían, ardían mucho. Llevé una mano a mi pecho mientras cerraba los ojos. Sentía el latido de mi corazón, retumbaba, se aceleraba cuando los truenos resonaban en el unisono. Tengo tantas preguntas, tantas cosas que cuestionarme y aún así, ninguna respuesta he encontrado.

Las palabras de Aagron fueron como cuchillas atravesándome, sus palabras sonaban tan crueles...Pero tenía razón... Siempre tengo miedo, de todo, de la gente,de cosas tan simples como la lluvia. La Paranoia siempre va de la mano conmigo, pero el no lo entiende... Como espera que confíe en alguien? Vivir casi toda tu vida aislada, con miedo, para que te pidan que confíes en la gente como si fuera lo más fácil del mundo... No lo hago porque quiero... Yo no quiero tener miedo, yo no quiero quedarme sola YO NO QUIERO Pero no puedo hacer nada al respecto aún. Me sentía impotente, sentía rabia de sus palabras, más porque tenía razón era por la manera en la que las decía -" Deberías escuchar lo que estás diciendo... Tu fuiste el primero que no quiso recibir mi ayuda "- Aagron se había escuchado como un total hipócrita, sin embargo no se lo podría decir a la cara, eso es algo que Azealia haría... Yo prefiero callar, callar siempre es mejor. 

Viendo como el pelirrojo débilmente se levantaba de la cama y caminaba hasta llegar a la puerta de la habitación, me levanté también, aunque estaba oscuro, lo suficiente como para apenas distinguir las sombras de los cuerpos. -" Sin embargo yo no te dejé solo "- Musité con desconfianza. Soy cobarde, mucho... Siempre lo he sido. Siempre alejo a la gente por mi inseguridad, pero ya me acostumbré a ello... Ya solo finjo que no me importa, pero en el fondo duele mucho. Nadie quiere lidiar conmigo, ya es algo que debería aceptar... Ni siquiera un chico como él pudo tolerarme, ni siquiera alguien con un corazón puro puede con un corazón dañado. Siempre al final del día terminaba sola y verlo salir por la puerta me lo dejó claro -" Solo tenía miedo de pedirte que te quedaras a dormir conmigo "- Susurré con voz temblorosa para luego derrumbarme, el dolor en mis piernas no me dejó aguantar más tiempo. Las lágrimas comenzaron a brotar... Me sentía tan inútil... Solo debía dejarlo pasar... Solo debía acostumbrarme... Solo debía dormir...