Post by Desdemona Grimm on Apr 29, 2017 5:26:36 GMT
No fue necesario para Desdemona mover ni un dedo, suficiente fue con su Aura Caótica* para asustar al tipejo que con tanta altanería pretendía golpearle. No bastó con dar dos pasos hacia adelante para infundir aún mayor temor. -Huye cachorrito- dijo entre dientes, aún sonriendo al ver que su presencia provocaba tal reacción. Giró su rostro para observar al muchacho que tenía más cerca, al armero... herrero, lo que fuera. No sintió compasión por él, sin embargo, estaba interesada en comprarle algunas de sus armas por lo que le era conveniente mantenerlo a salvo por ahora. Rápidamente sacó sus alas para impulsarse sobre el muchacho y tomarlo de los brazos, justo a tiempo para evitar un golpe. -Estoy interesada en lo que vendes- comentó acercando su boca a la oreja del muchacho, susurrando suavemente. Aquella voz hacía contraste con el arrebatado movimiento que había tenido que hacer para impulsarse por los aires y sacarlo de aquél apuro. -Vamos a darles tiempo para que terminen con esas bestias, mientras tú y yo nos podemos quedar aquí arriba y hacer un poco de negocios-. Su voz sonaba un tanto seductora puesto que no sólo encontraba diversión y placer en la violencia sino de provocar los sentimientos más crudos en el ser.
Pasó sus manos por la cintura del muchacho, presionándolo contra su cuerpo mientras sus alas comenzaban a moverse con mayor suavidad, quedando suspendidos sobre la escena tan caótica que se estaba dando desde abajo. Vaya que el señor Denard había logrado causar un gran alboroto... No quería intervenir puesto que todo aquél desorden le estaba divirtiendo demasiado, sólo quería que el vendedor saliera bien librado de todo; realmente esperaba poder hacer algunas transacciones con él.
Pasó sus manos por la cintura del muchacho, presionándolo contra su cuerpo mientras sus alas comenzaban a moverse con mayor suavidad, quedando suspendidos sobre la escena tan caótica que se estaba dando desde abajo. Vaya que el señor Denard había logrado causar un gran alboroto... No quería intervenir puesto que todo aquél desorden le estaba divirtiendo demasiado, sólo quería que el vendedor saliera bien librado de todo; realmente esperaba poder hacer algunas transacciones con él.