Iphine Vorgel

Iphine nació de un matrimonio de conveniencia. Sus padres eran dos revolucionarios que, en conjunto con un puñado más de arcanos, habían ideado un plan a largo plazo para derrocar un imperio que fomentaba y apoyaba la agresión en contra de los arcanos y seres mágicos. Vorgel fue criada de manera estricta por su padre, otorgándole entrenamiento militar y estratega, mientras su madre le enseñó a ser carismática y ganar el corazón de las personas. Cuando era de edad suficiente y dominaba sus habilidades raciales, el plan revolucionario que enaltecía los sueños y esperanzas de libertad de cientos de arcanos se posaron sobre sus hombros- junto a su padre y un puñado de shapeshifters, tenían la tarea infiltrar dicho reino y reemplazar las figuras políticas con el fin de seducir estratégicamente a sus aliados y eventualmente someter el imperio a favor de la igualdad y cesar la cacería hacia los arcanos.

Aunque hubieron algunos contratiempos, el plan pudo ejecutarse poco a poco, ganando terreno entre los humanos y finalmente, logrando controlar aquel imperio, el cual era el epicentro de una armada militarista. Según lo planeado, el padre de Iphine junto a su madre iban a sentar un orden democrático que favoreciera a los suyos, pero sin quitar la libertad ni la autonomía de estos.

Ella era movida por la simple y llana razón de proteger y traer equidad a aquellos que había sufrido en base a la megalomanía y corrupción de los líderes, jactosos de sus puestos. El paraíso por el que habían luchado parecía cada vez más cercano, conforme las cosas tornaban a su favor y su ardua tarea por obtener puestos importantes al personificar líderes humanos en las ramificaciones políticas entre los hombre empezó a generar un gran impacto a favor de la silenciosa revolución. No obstante, las cosas empezaron a dar un giro inesperado- El padre de Vorgel comenzó a acaparar poder y torcer algunas de las reglas impuestas por aquellos que arriesgaron sus vidas por dicha ventaja, bajo la excusa de "necesidad" y "males necesarios para obtener mejores resultados". Eventualmente, su padre se había apropiado del reino, siendo embriagado por el poder de los hilos que manejaba y convirtiéndose en aquello que habían jurado eliminar.

Ante aquella situación, Iphine decidió hacer entrar en razón a su padre, usando los mismos argumentos con los que se le habían sido criada, y tratando de encontrar el apoyo de su madre para convencerle. Pero conforme más intentaba rescatar los valores e impulsos iniciales, que habían logrado el milagro revolucionario que ahora estaba siendo carcomido por la corrupción, más entendía que su padre había caído sin vuelta atrás en aquella aberrante megalomanía que le costaba la vida a cientos. Su progenitor al ver que Vorgel no se doblegaba a sus nuevos intereses y que activamente intentaba truncar sus avances, le dio la opción de obedecer y doblar la rodilla, o morir por traición contra la corona. La shapeshifter juró llevar la carga sobre sus hombros de crear paz entre los hombres y los arcanos, aunque tuviera que acabar con la vida de él por haber desviado del camino. Su padre no tomó aquella amenaza con ligereza, y le mando a ejecutar al amanecer.

Sin embargo, su madre secretamente intervino para rescatar a su hija, y arriesgando su propia vida al contrariar su marido, decidió enviar a Iphine a tierras lejanas, donde su esposo no pudiera alcanzarle. En un bote la despidió, conforme se adentraba en la espesa neblina de aquella gélida noche cuyo frío besaba la médula.

Fue así como la shapeshifter llegó a tierras mirovianas con tan sólo 100 años. Debido al prejuicio y la mala fama que los de su clase tenían, y tal cual su madre le había recomendado a cierto punto, prefirió ocultar su raza y hacerse pasar por un elfo, despidiéndose de sus habilidades raciales para mantener la integridad de aquel secreto. Al llegar a la isla, inmediatamente se dio la tarea de velar por la seguridad del pueblo, siendo parte del mismo y compartiendo con los necesitados para recordar siempre el objetivo claro que sus padres fallaron en lograr. Poco a poco fue ganando la confianza del pueblo, al notar la sinceridad y carisma de la arcana, que incontables veces se sacrificó por la protección de los débiles e inocentes, llegando a tal punto que fue electa Alcaldesa de la Ciudadela, donde hasta la fecha sigue dirigiendo con mano firme y pura en dirección a la seguridad y los mejores intereses para los mismos.