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Post by Frits Gouden on Sept 4, 2017 1:18:19 GMT
Ven a las 8 de la mañana. Podemos desayunar juntos para amenizar la partida, y luego tomar nuestro camino. -Frits le sonrió a la chica luego de que firmase el contrato y lo enrolló para guardarlo. Luego fue a uno de los anaqueles, y revisó varios frascos, tomó uno, pequeño, y se lo entregó a la chica- En señal de buena fe, me gustaría se quedara con esto. Es uno de los primeros perfumes que fabriqué. Llevo menos de un año haciéndolos, por lo que no es de lo mejor... Pero espero le guste. -Hizo una reverencia ante la chica, elegante, ondeando su melenudo pelo y luego le volvió a sonreír- Si estaremos viajando juntos, preferiría me llamase señor Frits, o simplemente Frits.- El chico se rió con suavidad le ofreció la mano para estrecharla a muchacha. -Hasta mañana, señorita. Un placer conocerle.
El perfume tenía un suave aroma a cítricos, con gentiles notas a roble, y eso unido a fragante vainilla en flor. Era un aroma dulce, pero discreto, que provocaba calma y serenidad.
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Post by Maeralya Halerin on Sept 4, 2017 3:16:53 GMT
—Señor Frits— Dijo, recibiendo el perfume entre sus dedos con ligera sorpresa. ¿Qué era esa sensación agradable y cálida? Gratitud… hacía mucho tiempo que no sentía ese sentimiento hacia ella. Aún cuando se trataba de un negocio, un trabajo que hacer, él le ofrecía aquel líquido como una muestra de fe a la misión por emprender. No pudo evitar una sonrisa, una que, debido a la tranquilidad y al sentimiento fue honesta —Mañana a las ocho es buen momento. Espero que descanse bien.
Con una de sus manos sostuvo su cabello para ponerlo a un solo lado, cayendo por su hombro. Tomó su mochila y la puso a su espalda. Caminó hasta la salida, y se detuvo antes de abrir la puerta. El corazón le dio un fuerte latido ante la perspectiva de nuevamente estar en la ciudad. Se volteó haciendo un ademán hacia su jefe provisorio. Abrió la puerta y salió.
El bullicio aquel le recibió como un bofetón. Cerró los ojos con fuerza, así como sus manos. Sintió el frasco de cristal y se dispuso a caminar a toda prisa hasta la salida de la ciudad. La noche estaba a punto de caer y las sombras se volvían afiladas en cada esquina. Antes de llegar al portal del muro exterior ya estaba corriendo; siguió haciéndolo hasta llegar a la cabaña del bosque donde se alojaba.Cerrado
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