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Post by Maeralya Halerin on Sept 4, 2017 8:15:41 GMT
Miró su mano, y luego a los ojos de su jefe. Apretó los labios pero de un empuje, se animó a tomarla. Subió al carruaje, se quitó el bolso y lo dejó cuidadosamente en la parte trasera. Sacó, sin embargo, su espada, la cual puso a un costado de su cuerpo, de forma que no ocupara demasiado espacio, que, de por sí, ya era reducido.
—No lo decepcionaré, Señor Frits— Si había una cosa en la cual confiaba ciegamente, era en sus habilidades. Al menos, en todas que no fueran las sociales… —Al menos por hoy—Dijo observando al cielo, azulado y resplandeciente —No hay amenaza de lluvia a la vista— Apoyó las manos a los costados del asiento, esperando que salieran cuanto antes de la ciudad.
Iban llegando a la puerta del este, cuando fueron detenidos por guardias de la ciudadela —Señor, buen día. ¿Tiene los papeles del transporte de su carga? ¿Dónde se dirige?— Así como pedían identificación a la entrada de la ciudad, lo hacían a los carros que partían y entraban. Era un asunto de mera seguridad. Maeralya observó a Frits, tratando de mantenerse lo más relaja posible.
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Post by Frits Gouden on Sept 4, 2017 8:28:16 GMT
Le reconfortaba la chica le dijera no llovería hoy. Al llegar junto a los guardias, Frits buscó entre sus ropas los papeles de arriendo del carro, y explicó el motivo de su viaje. -Vamos a Draconia, a hacer una entrega de pociones. Soy dueño de una tienda aquí, en la ciudadela. Puede ver los papeles- El chico sabía le pedirían estos papeles por lo que los tenía a mano. Ese era uno de los motivos de aun ir con su túnica. Esperó pacientemente aprobaran los papeles y continuó su camino. Pasó al menos dos horas concentrado en el camino, sin mucho que decir. Pero a medida la ciudadela desaparecía de la vista, y los ruidos de ciudad se transformaban en ruidos de aves, ruidos de naturaleza, se relajó y empezó a charlar- ¿Puedo preguntarle, nació en Mirovia? -Miraba por instantes a la chica, estudiando sus reacciones, sin querer incomodarla. Tenía mil razones para no incomodarla, y ninguna para intentar hacerla enfadar, por lo que le sonreía, como siempre mientas formulaba otra pregunta. -Y si no es entrometerme demasiado, ¿Tiene familia aquí?- Esperaba poder comenzar una conversación con esos dos temas. Si veía rechazo, esperaría un rato e intentaría otra cosa. No es que estuviera desesperado por hablar, pero si iba a viajar con ella tanto tiempo, mejor si era de forma amistosa.
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Post by Maeralya Halerin on Sept 4, 2017 9:13:08 GMT
Poco a poco, y a medida que el campo comenzaba a cubrir el horizonte, Maeralya se relajaba. Inspiraba profundo, o emitía algún suspiro. Eso, hasta que su jefe comenzó a hablar. Arqueó un poco las cejas mirándolo con curiosidad, mas, sin sentimientos negativos de por medio. Ella bien conocía esas ganas de querer conocer todo. Aunque no de las personas… —Nací en Draconia— Habló con claridad, descendiendo la mirada a sus manos unidas en el regazo —No poseo familia en la ciudadela, de hecho, yo misma la evito. Prefiero estar en la naturaleza— No especificó nada, no es que tuviera temor, es que para ella carecía de importancia —No es ningún entrometido, esas preguntas no me incomodan.
Gracias al calor del sol y la suave brisa, el cabello de la kirin se había secado y revoloteaba apenas ligero, se hizo un silencio algo pesado. Apretó los labios y subió ambos hombros en una inspiración profunda. Reglas sociales… debía decir algo.
—Ya sé que usted vive en Mirovia, me ha dicho también de su hermano— Recordó, se volteó apenas a mirarlo, su rostro se veía relajado, aunque no sonreía —¿Hay alguna cosa que desee contarme? Quizá… ¿cómo comenzó en esta profesión? ¿Qué lo llevó a ello?
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Post by Frits Gouden on Sept 4, 2017 15:10:53 GMT
Los verdes campos del paisaje, los árboles, el viento y el sonido del a carreta al moverse acompañaban a los dos viajeros. Frits estaba de muy buen humor, por lo que cuando la chica respondió sus preguntas, y luego formuló una nueva, sonrió y comenzó a hablar nuevamente. -Nací en el mundo de los humanos. Por muchos años, aunque pocos para un Kirín, viví con mis padres y hermanos. Un hermano mayor, dos hermanos menores. -Hizo una pausa para concentrarse en el camino. No era difícil de recorrer, pero tenía que ir con cuidado, por si habían piedras- Mi padre es un dragón, de los con cuatro patas y alas. Mi madre una Kirín. -Con su mano izquierda comenzó a jugar con su pelo. Tomaba una mecha, y la revolvía en círculos- Mi hermano mayor murió en la guerra contra los humanos. Debido a eso empezamos a huir, todos juntos. Pero luego de estar en peligro mortal varias veces, mis padres me comunicaron su decisión. Yo tomaría a mi hermano menor, Weide, y huiría hacia el oeste. Ellos se irían con el que le sigue a Weide hacia el este. -Sonreía con nostalgia. No tenía ningún problema en contar eso, ya lo había hecho varias veces. Sentía que al contarlo, tal vez alguien los hubiese encontrado y sabría algo de ellos. Incluso los nacidos en Mirovia. Frits no tenía como conocer los lazos que tenían los demás, por lo que siempre existía la posibilidad les hubiesen contado sobre sus padres o algo.- Como el hermano mayor vivo, tenía que responsabilizarme por el más pequeño. Entre él y yo hay cuarenta años de diferencia. El punto es que, luego de vivir escondidos en varios bosques, siempre en peligro, descubriendo la flora de cada lugar... Un día, llegamos a Mirovia. -Sonrió con alegría. Ese suceso, que podría haber sido insignificante, lo llevó a todo lo que era hoy- Weide aprendía sobre las plantas mucho más rápido que yo, y yo sobre letras, números y gente. Él no es demasiado sociable, en contraste a mi. Debe ser porque solo me tuvo a mi por mucho tiempo, a muy corta edad. Le cuesta confiar en los demás. Ambos aprendimos en el viaje sobre boticaria, y lo fuimos perfeccionando. Por eso abrimos un negocio como el que tengo. -Volvió a hacer una pausa, esta vez más larga. Estaba concentrado en el camino y recordando las cosas que habían pasado. Siempre lo hacía, siempre recordaba. Pero en vez de sentirse mal por ello, le daba esperanzas- ¿Cuál es su historia, entonces? ¿Algo que me quiera contar? -Luego de decir eso, le sonrió. Como siempre sonreía. Esa alegría que irradiaba era algo contagiosa e inspiraba confianza. La sonrisa de Frits era un reflejo de su alma-
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Post by Maeralya Halerin on Sept 5, 2017 2:30:55 GMT
Escuchó atentamente. Una forma muy eficiente de conocer personas (incluso sus intenciones) era efectivamente oírlas. Sus historias, gestos, el tono de su voz decía mucho de ellas. La forma en la cual veían el mundo también daba un modo de deducir decisiones futuras o pasadas. La dedicación, el sentido de responsabilidad… Todo ello lo veía de cierta forma en Frits a medida que avanzaba con su relato. Debía ser una persona fuerte para tomar a cargo el deber de cuidar de su hermano. Abrir aquella tienda, y buscar señas de sus parientes desaparecidos.
…¿Qué pasaría con ellos? se preguntó Maeralya, en el silencio que se interpuso después. Las guerras siempre traían destrucción y dolor. Un sinsentido en todas las posibles perspectivas. La Demostración más grande de egoísmo.
—¿Historia?— Preguntó. apoyando el mentón en su mano durante un momento, como si estuviera pensando. Había un relato que era el primero que se le venía a la mente, pero era aquel que menos deseaba recordar. Suficientes cosas tristes por el día. Había que equilibrar un poco…
—Mi padre es un wyvern. Es alguien bastante especial. Muy territorial y unido a su familia y tradiciones. Digamos que… tiene muchas inclinaciones amatorias. A causa de ello tengo muchos hermanos, pero, creo que la diferente de todos siempre fui yo— Elevó los hombros —Nunca me adapté a sus normas, a sus formas de ver la vida. Todos viven en Draconia, muy cerca el uno del otro. Los mejores recuerdos que tengo de mi padre es cuando entrenábamos. El me enseño a utilizar la espada, y a aprovechar mi agilidad. Dice que es mi mejor atributo en combate— Sonrió ante ese recuerdo, pues, un halago de él no era algo que se recibiera… en años —Cuando me fui no se despidió de mí. No le agradó la idea.
Tomó su espada y la puso encima de su regazo. Era muy bella. Tenía algunas inscripciones verticales, variaba entre dorado y plateado. Poseía una joya roja en la vaina. —Este fue un regalo de él. Creo que es mi más preciada posesión, aunque no suelo encariñarme con cosas — O personas, quiso agregar, pero le pareció innecesario —¿Podría contarme algo de botánica? ¿Tal vez una historia que tenga eso que ver?
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Post by Frits Gouden on Sept 5, 2017 2:48:41 GMT
Escuchó atentamente lo que le contaba la chica. Era agradable, y era educada. Frits se deleitaba conversando con gente así. Mientras seguían avanzando, más conversaban. -Algún día su señor padre entenderá. Asumiré no quiere darle una visita mientras estemos en Draconia. - Dijo Frits con alegría- Algo sobre botánica... Pues, recuerdo una vez que mi hermano estuvo casi dos días sin volver a la guarida... La que habíamos designado esa vez. Estaba muy preocupado, por lo que salí a buscarlo. Sorpresa la mía cuando lo encontré, a no más de doscientos pasos de allí, tendido en el piso. Había comido una planta paralizante. Buscando como quitarle la parálisis, toqué un hongo venenoso que me provocó alergia en la... este... pata. -Dijo Frits sonrojándose un poco. Estaba tan habituado a su forma humanoide que los recuerdos como Kirín aveces le eran vergonzosos, no porque fueran malos, sino porque sonaban tontos- Así y todo logré machacar un par de plantas y flores para ayudar a mi hermano, y luego él curó mi pata. Nos reímos, más que sentirnos mal por ello. -Sentenció Frits con una sonrisa tonta, como de niño pequeño orgulloso porque lo felicitaron-
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Post by Maeralya Halerin on Sept 5, 2017 8:30:20 GMT
En un principio la historia le asustó ¿Paralizado? eso debía ser espantoso… Pero luego, al ver que el reía al contarlo, y enterarse que todo salió bien, sonrió aliviada —Es increíble el poder que puede tener la naturaleza. Eso es lo que me atrae de ella. Lo que puede paralizar, o lo revierte, aquello que alivia y otras cosas que intensifiquen los sentidos.
Echó un ligero bostezo. Quizá había despertado demasiado temprano ese día. Estiró los brazos y volvió la vista al camino. Todo iba bien, aunque era lo normal tomando en cuenta que habían salido hace bastante poco de la ciudad. Estaban ya inmersos en un camino rural, en que pocas casas se veían, y estaban alejadas del sendero. A veces algunos molinos irrumpían también en el paisaje.
—¿Qué son las cosas que lleva a Draconia? Es decir, sé que hace ungüentos, medicina y perfumes, entre otras cosas, pero, específicamente ¿hay alguna cosa en especial?— La kirin observaba con curiosidad, volviendo a sujetar la espada apoyada en sus muslos —El perfume que me dio, me ha gustado mucho. El aroma a vainilla es de mis favoritos.
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Post by Frits Gouden on Sept 5, 2017 14:41:08 GMT
Frits volvió a sonreír al escuchar a la chica. Su vida, pese a que había sido difícil, lo había traído a esto. Cuando le preguntó sobre el contenido de los frascos, la miró y risueño contestó. -La mitad son pociones de salud. Unas pocas son bálsamos curativos, antídotos y remedios comunes. Y por último, también llevo algunas cajas con distintos tes de distintos sabores y fragancias.- Respondió con honestidad. Si iban a trabajar juntos, hoy, y quizás a futuro, iba a ser honesto con ella. No es que acostumbrase a mentir, pero aún así pensó en ser honesto. Se había ya dado cuenta que ella estaba perfumada, y se sintió muy bien, muy alegre cuando ella mencionó lo mucho que le había gustado. Le sonrió con calidez y luego le dijo, con mucha amabilidad -Me alegra le haya gustado. Y siéntase libre de preguntarme lo que desee, señorita Maerlaya. Yo responderé con honestidad.-
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Post by Maeralya Halerin on Sept 6, 2017 14:07:49 GMT
Mientras nombraba los contenidos ella echaba una mirada a la parte trasera de la carreta, como si pudiera diferenciar entre los frascos. Luego, ante su último comentario elevó un poco los hombros. ¿Había sido, quizá demasiado entrometida? ¿O imprudente? Apretó los labios, realmente el relajarse a veces le hacía hablar más que todo el tiempo que guardaba silencio.
—Usted…— Murmuró en voz baja, con cierto nerviosismo e inseguridad —Puede preguntarme también, para que sea mas… ¿divertido?—Se atrevió a decir, y no pudo evitar una risa luego de que aquella palabra saliera tan insegura.
¿Cómo decirle que posiblemente fuera la persona con la que más había hablado hace meses? Sentía que sus habilidades de comunicación no fallaban tanto como creía. —Aunque ahora que me permite preguntar, ha dicho que su hermano no vive con usted ¿Dónde está exactamente? Sé que quienes estudian la naturaleza deben hacer viajes continuos… de hecho parte de mi encanto de esa profesión son los viajes.
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Post by Frits Gouden on Sept 6, 2017 15:39:23 GMT
El viento comenzó a soplar, suave, una brisa gentil que los acompañaba en el viaje. Frits estudiaba la mirada de la chica, y sonreía cuando sus ojos se encontraban, para luego apartar la vista y volver a mirar hacia el frente. -Lo tengo en mente- Dijo cuando la chica le ofreció que preguntase también con una pequeña risa, debido al comentario final de esa frase. Cuando preguntó por su hermano, la miró con una sonrisa de orgullo, amplia, con los pómulos marcados en su sonrisa y en un tono muy alegre, respondió. -Hace un poco más de un año encontró una maestra de botánica, muy sabia y conocedora. Luego de hablarlo conmigo, decidió tomar sus enseñanzas, por lo que ahora está viajando por Mirovia, particularmente por las zonas más silvestres. La última carta que me envió dijo estar en Shangri Lax, aprendiendo sobre la flora tropical de allí. -Sonrió nuevamente, mientras volvía su mirada hacia el frente, algo nostálgico, pero feliz. Con una mano empezó a darle vueltas a una brizna de su cabello, dándole vueltas sobre su dedo. -Él es diferente a mi en muchos aspectos. Yo fui la única persona con la que pudo socializar por más de diez años. Aún no es un adulto entre los dragones, tampoco. Por su corta edad, no pasó muchos años con nuestros padres. -Sonrió con algo más de nostalgia esta vez, suspirando de forma breve- Decidió hacer ese viaje porque su vida giraba alrededor de mi, y quería valerse por si mismo. Sabe que cuando quiera puede volver, pero está viviendo la vida que le fue negada por la guerra. -Frits dejó de hablar de forma algo abrupta y miró a Maerlaya, le sonrió cerrando los ojos y exclamó- Lo siento, me dejé llevar.
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