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Post by Deleted on Sept 10, 2017 4:49:03 GMT
Otro día en aquella ciudadela el mercenario como siempre vagaba por allí atento a cualquier trabajo que pudiera surgir, mucha gente lo miraba con desconfianza pero eso era algo normal muchas personas allí sabían cual era su profesión y el no se molestaba en ocultarla, lo que él no sabía es que una oleada de crímenes habían ocurrido hacía no mucho en aquellas calles y se sospechaba de todo aquél con una profesión de dudosa moral. En cuanto a Quelt no se había enterado de nada así que simplemente caminaba tranquilo hacía la taberna había pasado los últimos días congelandose el culo en una misión así que creía merecer una buena bebida. Al entrar en la taberna pudo notar un grupo de guardias en un rincón pero no les presto ni la menor atención se sento en su mesa favorita pidio una cerveza y mientras la saboreaba notó la presencia de los cuatro guardias le rodeaban.
-¿Quelt Collet? -Pregunto el que parecía ser el líder de cuadrilla.
-¿Quién pregunta? -Pregunto el mercernario mientras dejaba la jarra en la mesa sin hacer ningún gesto violento.
-Necesitamos que venga con nostros para hacerle unas preguntas -Contesto, mientras todos permanecían tensos - Tenemos sospechas de que puede usted estar involucrado en una ola de crímenes dentro de la ciudadela.
El mercenario se levanto dejando ver una ligera diferencia de altura entre él y el guardia- Pues va a ser que no amigo mío, no he hecho nada y no pienso desperdiciar mi tiempo con ustedes.
-Si no colabora será tendremos que llevarlo por la fuerza -Respondió sin quitar la mirada del mercenario el ambiente se tensaba cada vez más el resto de clientes se había alejado para darles espacio.
-¿En serio? Quiero verlos intentarlo -Respondió con una sonrisa que no anunciaba nada bueno.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 11, 2017 22:13:01 GMT
Ante aquella respuesta, los soldados vestidos en plata llevaron sus manos sobre el mango de sus armas, haciendo un sonoro ruido de hoja contra acero en unísono, resonando en los tímpanos de muchos. Estaban preparados para desenfundar sus espadas en un parpadeo, sin embargo, el acto fue interrumpido por otro sonido repentino, siendo este el abrir tosco de las puertillas del bar, rechinando las viejas bisagras y la madera golpeando secamente en las paredes laterales. En el umbral de dicha entrada se alzaba una figura alta, que dependiendo del contexto podía significar una buena noticia, o el peor dolor de cabeza para algunos. Un silencio se hizo presente el cual sólo se interrumpía con los pasos de aquella mujer de cabello bicolor. Los guardias y otros de los presentes inevitablemente voltearon sus miradas hacia la dama, guardando respeto y silencio ante su presencia- era nada más y nada menos que la Alcaldesa de la Ciudadela.
Se encaminó hasta donde se encontraba aquel individuo de cabello oscuro y enmarañado, levantando una palma como ademán para que sus guardias guardaran reposo. Ante la presencia de su jefa, retrocedieron e hicieron una reverencia apta del rango de la arcana, la cual se sentó a la mesa en que el otro estaba disfrutando de su bebida. El silencio y la anticipación confundía a los presentes, ya que la tensión era tan pesada que era casi cortante al tacto. Sin embargo, Iphine no parecía inmutarse, y su rostro se mantenía estoico como de costumbre. Hubieron unos segundos de incertidumbre, en los que la mujer había tomado asiento y todos los caballeros a su alrededor (tanto el sospechoso como los soldados) se mantuvieron de pie, figurando que es lo que pretendía hacer la recién llegada. Vorgel se limitó a levantar una mano y ordenar -Un Ale, y sírvale un extra de lo que esté consumiendo a este vistoso arcano- refiriéndose a Quelt. Levantó la mirada para observar al otro, pero sin demostrar especial atención mas captando cuanto detalle era pertinente.
La arcana se relamió los labios y esbozó un suspiro, como si cargara un peso consigo. De forma casual colocó un codo en la mesa y se llevó la palma a la sien -Tome asiento. Entre más rápido acabemos cada quién volverá a su camino- comentó, en un tono neutral sin apelar a la violencia.
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Post by Deleted on Sept 11, 2017 22:53:26 GMT
El arcano sonreía al ver a los guardias tomar sus espadas, seguramente terminaría pagando los daños al bar además de una multa sin contar quizás un par de días en la trena pero habría valido la pena por el simplemente de haberse divertido con esos idiotas, pero el esperado momento no llego un ruido en la puerta hizo que todo el munto volteara una mujer de una altura considerable entro en el lugar y todos los presentes colocaron cara de tener un palo metido en el Cu... la mujer entro y los soldados se apartaron bien eso solo podía significar que aquella dame poseía cierto poder en aquél lugar aunque no la reconocía en lo absoluto, las cosas de la ciudadela no eran de su total importancia. La mujer dio órdenes que Quelt vio sorprendido que fueron cumplidas y se sento frente a él en la mesa invitandole a hacer lo mismo.
-Lo siento pero me gusta beber con gente a la que al menos conozco el nombre -Dijo de manera seca pero no del todo maleducada a la mujer sin moverse ni un centímetro de su sitio tampoco apartaba la vista de la dama ignorando incluso a aquellos guardias quienes parecían irritados por sus palabras.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 11, 2017 23:15:24 GMT
Un resoplo salió de su nariz por un breve momento, como si hubiese reprimido una pequeña risa. No obstante, aquello no fue con intención de burla o altanería, si no simple curiosidad por la elección de palabras que el otro había tomado como respuesta- demandando nombres sin mostrar un ápice de consideración de su posición actual. Pero aquello también le hizo recordar que estaba tan acostumbrada de que conocieran su nombre que omitía la delicadeza de presentarse de manera adecuada. Un guarda quiso entrometerse a la conversación, denotando cierto disgusto, pero este fue detenido al momento en que la arcana levanto una mano en ademán de freno -Ah, claro.- musitó sin importancia -Vorgel. Iphine Vorgel.- mencionó, sin anteponer un solo título a aquello. La alcaldesa había creado un perfil a raíz de las sospechas y la forma tan pronta por la que el otro se entregaba a la contienda, por lo que considero fútil e innecesario el presentarse formalmente como una figura pública o de importancia, ya que era muy probable que aquello no le importara, o que lo considerara una amenaza. De cualquier forma, la mujer no gustaba de nombres o títulos vistosos para hacerse notar cuando era debido.
Se recostó contra el respaldar de la silla, mostrando una pose relajada y un tanto despreocupada, de no ser por su severa mirada fuertemente marcada por su entrecejo. Siempre tenía ese pequeño aspecto donde su rostro contrariaba su lenguaje corporal e inclusive sus acciones, contrastando en ocasiones hasta de manera cómica. Sin embargo, en aquella ocasión simplemente estaba en calma.
Una mujer de destacada belleza se acercó a la mesa, sirviendo las bebidas mientras tiritaba un tanto nerviosa. Iphine agradeció el servicio y la chica regresó detrás de la barra de forma apresurada, como si fuese un conejillo huyendo de una jauría de lobos. La mujer de cabello bicolor tomó la jarra entre sus dedos, haciendo un agarre firme en la oreja del recipiente. -¿Qué más necesita? No va a crecer más por estar ahí de pie.- comentó, dedicandole otra mirada escueta al Quetzalcóatl.
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Post by Deleted on Sept 12, 2017 0:10:34 GMT
No reconoció en lo absoluto la identidad de la mujer pero era obvio que ella pertenecía a un rango mayor a la chusma de guardia, noto como ella se relajaba pero seguía con aquella cara del palo metido, todo parecía tan estúpidamente serio y ahí estaba ella como una muñeca con una máscara demasiado seria, lo peor fue escuchar lo último, el hombre apreto el puño y miro hacía abajo antes de empezar a soltar una enorme y sonora carcajada tan fuera de lugar como la mujer delante de él, al final se sento nuevamente recostandose de la silla de manera cómoda.
-Es la primera vez que veo que alguien en este lugar tiene tantas ejem "entrañas" lo que cual es algo interesante -Comento tomando la jarra de cerveza y dandole un trago- Entonces señorita muy importante cuyo título aún no conozco y la verdad me interesa un pepino conocer ¿Que quiere la guardia de Mirovia conmigo como para que anden tan necios y mal educados? -Comento dedicandole una sonrisa al guardia que había hablando con él hacía momentos antes.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 12, 2017 14:44:05 GMT
La mujer se llevó la jarra a la boca y le dio un gran trago a su ale, dejando escapar un gruñido desde su garganta debido a la amargura que aquel líquido le provocaba. No que le disgustara, de hecho, no podía saciarse fácilmente de aquel fuerte sabor. Tenía un hígado ideal para abastecerse de alcohol antes de siquiera sentirse fuera de su juicio, y por lo general, era un gusto perdido que se daba en cada luna azul- de no tener deberes de por medio, lo haría mucho más seguido. Reposó la jarra de nuevo sobre la mesa y sonrió un poco torcida -Estoy segura que por procedimiento, se le dijo las razones por las que se convocaba su ocupada presencia- objetó, usando un tono de voz como si estuviese hablando con un colega cualquiera -Una limpia de oídos no le vendría nada mal- puntualizó, en un gesto algo cómico. Se llevó una mano a la nuca y frotó la misma, tratando de recordar los detalles -Veamos… debe de ser algo en relación a disturbios y peleas que alteran el orden y la armonía pública- pausó, dandole otro sorbo a su bebida, ahora llevándose la mano libre a la barbilla -que parece relacionarse con otra ola de acontecimientos que tiene a los ciudadanos con los vellos de punta- finalizó, abriendo su palma en forma explicativa -Pero termine su bebida, solo vengo a conversar de momento- acotó, haciendo un movimiento con su mano que ordenaría a los guardias a sus espaldas a retirarse prontamente del recinto sin chistar u oponerse. Al mismo tiempo que los hombre marchaban fuera del lugar, un cuervo se coló dentro de la taberna volando directamente hacia el hombro de la mujer, trayendo consigo un pequeño pergamino en su pico.
-Seamos casuales. Cuénteme… qué lo trae por estos parajes?- cuestionó mas no de forma hostigadora, parecía más como una pregunta genérica para iniciar una conversación. Conforme terminaba su bebida, retiró aquel papelillo del pico de su cuervo albino y guardó el rollo entre sus dedos, sacando una semilla de uno de sus bolsillos y entregándosela como premio al animallo.
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Post by Deleted on Sept 12, 2017 15:24:05 GMT
-Creo que alguien debería revisar el procedimiento entonces -Comento mirando al guardia con una sonrisita de superioridad pero su mirada se enfoco en la mujer y su expresión tomo seriedad en cuanto esuccho sobre la situación y las peleas, la verdad no tenía idea de que tal cosa estuviese pasando en la ciudadela era muy poco lo que le importaba siempre iba conseguia un trabajo y no regresaba sino para cobrar, ni siquiera compraba viveres o algo por el estilo se abastecia de casi todo lo necesario en sus refugios de Shangri Lax, pero considero una molestia el hecho de que la mujer quisiera ser "casual" el solo conversaba de aquella manera cuando lo deseaba pero no quería hacerlo en este momento.
-Señorita disculpeme si no deseo quedarme aquí y charla y quizás conocernos mejor pero realmente mi tiempo es algo preciado paa mía por lo que seamos directos si no le molesta -Comento antes de terminar la jarra, quizás sería la última que se tomará en un buen tiempo- ¿De qué se me acusa? -Su tono era serio y su mirada brusca, pero no demostraba violencia, simplemente quería saber de que iba toda aquella tontería como para hacerle perder tiempo de esa manera.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 18, 2017 13:42:06 GMT
La alcaldesa entrecerró su afilada mirada y levantó las cejas tanto como pudo, en un gesto difícil de descifrar. Estaba intentando ser lo más pasiva posible, ya que usualmente esa era su manera de abarcar a seres problemáticos, sin tener que recurrir a otro tipo de estrategias que forzaran las amenazas o enfrentamientos físicos. No obstante, no siempre era funcional, y aquel momento daba la pinta de ser uno de esos casos. Clavó el codo en la mesa y reposó la barbilla sobre su puño, y con su mano contraria regolpeteó la mesa con las yemas de los dedos, clavando los ojos en el acusado -Viendo su aparente obstinación en no tomar las cosas con calma, y lo denso de cabeza, le explico cómo está la situación. Puede quedarse tranquilo, responder mis preguntas y muy posiblemente volver a su camino sin más contratiempos. O puede intentar irse, ser detenido por mi persona, sometido, y encerrado hasta que considere conveniente, claramente causándole más contratiempos a su “preciado y limitado tiempo”- su tono de voz se había vuelto más serio y tosco, denotando seriedad en cada sílaba que mencionaba -Como mis soldados le mencionaron, y como se lo acabo de decir hace un momento de forma clarísima, es sospechoso de altercados, desorden público y transgresiones contra la integridad de los ciudadanos de la Ciudadela.- hizo especial hincapié en la repetición de aquellos cargos, quitándose de amabilidades. El cuervo blanco que descansaba sobre su hombre se erizó, agachando la cabeza un poco, como si estuviera listo para dar un salto.
Hubieron unos breves segundos de silencio en todo el lugar, donde se podía apreciar de forma clara la caída de una alfiler si así fuese. Sin embargo, el vació entre palabras fue quebrantado prontamente por la mujer de cabello bicolor, usando una voz que era difícil discernir si era de amenaza, o amigable -Le voy a dar un consejo, ya que parece ser un arcano directo que no teme en ser sincero- puntualizó, siendo honesta en su comentario -Aunque soy amante de poner a indeseados en su lugar, le conviene más aplacar su rebeldía y ver qué tengo para ofrecer- sentenció, dando espacio para que el otro tomara una pronta y sabia decisión.
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Post by Deleted on Sept 18, 2017 17:39:52 GMT
El mercenario notó entonces el peligro que representaba aquella mujer, ni siquiera él era tan tonto ni tan necio como para jugar con aquella fuerza contenida que demostraba la mujer, escucho atentamente cada palabra la verdad es que todo el mundo alrededor había parecido desaparecer, cuando el hombre escucho lo de pelear contra ella y sus guardias no pudo evitar mostrar una sonrisa- No me tiente señorita -Comento sin dejar ver si era algo serio o simplemente una broma, cuando ella por fin termino su exposición el mercenario tomo la jarra y miro adentro como si buscará restos de la bebida dentro de ella, luego simplemente dejo la jarra sobre la mesa- De acuerdo, puedo donar algo mi tiempo a ustedes -Flexiono y trono sus dedos mientras respiraba profundamente antes de agregar algo más- ¿Tiene algunas pruebas en mi contra? Además de obviamente mi profesión -Se tomaba muy a pecho el ser juzgado por ser mercenario pero lo disimulaba bien, ahora en cambio estaba siendo "acosado" por la autoridad así que estaba tomando las cosas mas en serio.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 19, 2017 13:28:19 GMT
Lo miró unos segundos con la intención de medirlo, y antes de responder las preguntas ajenas, levantó la mano para atraer a la mesera que los estaba atendiendo. La arcana nuevamente se acercó temerosa y les llenó las jarras hasta el tope, haciendo que la espuma de la levadura se chorreara por los bordes sin reparo alguno. Se disculpó en un tartamudeo y corrió de vuelta a la barra, evidenciando el fuerte nerviosismo que la poseía. Al desolar la mesa en que se encontraba ella y el otro, la alcaldesa procedió a esbozar un suspiro y dar un tremendo trago a su bebida. -Oh, no mucho. Sólo sujetos golpeados a un pelo de la muerte dan declaraciones de un aspecto que encaja con el suyo, tal cual como anillo al dedo- mencionó con suma tranquilidad. Esta vez, se inclinó más hacia el frente, colocando una mano sobre su muslo como apoyo, y con la otra, señalando el mango de una arma que apenas y se notaba emergente entre las ropas del contrario -Eso se ve interesante ¿qué clase de arma es esa?- preguntó, con un tono severo y expresión afilada, aunque con el cuerpo completamente relajado. En lo que esperaba una respuesta, tomó otro trago de un jarro.
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Post by Deleted on Sept 20, 2017 19:46:07 GMT
El mercenario penso seriamente sobre lo que la chica había mencionado ¿Alguien con su aspecto? Aquello era imposible si bien sabía que era inocente puesto que llevaba un buen tiempo sin asomarse por aquella ciudadela, pero quién podría parecerse habían mas mercenarios de gran altura por allí, en cuanto ella menciono su arma el mercenario la tomo por el mango y la levanto para que ella le diera un buen vistazo- Es un Macuahuitl un arma poco común en el mundo aunque no tanto de donde vengo -El arma era una base de madera recubierta en los costados con chapa de acero y las hojas en vez de obsidiana eran tambien de acero, el mango estaba recubierto de tiras de cuero para un mejor agarre- Fue modificada aquí, tienen muy buenos herreros en este lugar -Comento dandole vueltas a aquella arma por sobre su cabeza y dejandola reposar en la mesa sin soltarla- Pero no es la culpable de sus crímenes, tengo una testigo que garantizara el tiempo que he estado ausente en la ciudadela, además golpear gente sin sentido no es mi estilo de trabajo -Comento mientras con su mano libre tomaba la jarra de cerveza y le daba un trago- Es demasiado sencillo de hacer y aburrido.
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Post by Iphine Vorgel on Sept 26, 2017 14:28:51 GMT
-Ah, una Macuahuitl- repitió con cierta curiosidad, conforme se rascaba la barbilla y examinaba el instrumento con una mirada inquisitiva. -Los herreros aquí son grandes artistas- remarcó la frase con cierto orgullo. Era cierto que sentía alegría al saber que el pueblo que juró proteger era próspero, y lleno de joyas que ensalzaban la magnificente obra y desempeño de cada ciudadano. Aquella arma era una de tantas pruebas de las cosas tan maravillosas que el pueblo podría crear.
Continuó escuchando las palabras del otro, cediéndole el privilegio de la duda con cada sílaba. Aquello no era una inquisición en la que buscaba quemar a un culpable, pero más un método para conocer más sobre la mente del otro, la veracidad de sus palabras, el lenguaje de su cuerpo y el modo de defenderse de las circunstancias. Hasta el momento había demostrado ser algo volátil cuando se trataba de enfrentamientos, pero mostró honestidad y sinceridad al expresar su mente o inquietudes, cosa que agradaba a una mujer como ella. Sin embargo, quiso el continuar empujando en aquel argumento, así fuese para probar los límites del otro. -Golpear gente sin sentido… eso es algo curioso.- cuestionó, prontamente tomando el resto de su bebida como si fuera simple agua, dejando escapar un pequeño gruñido gutural por el ardor provocado a raíz de aquella amarga bebida. -Hacía unos minutos parecía el querer enfrentarse con uno de los guardias. Me pregunto, qué sentido hubiera tenido ello de perpetrarse- imaginó con un tono tentativo. Los guardias habían abandonado el local bajo sus órdenes hacía rato, al igual que prácticamente el resto del local. La tensión e intercambio de aquellos dos generaba un ambiente tan tenso, que era tangible, provocando que la clientela se espantase con facilidad.
El cuervo blanco sobre el hombro de la alcaldesa graznó dos veces, inflando el pecho y agitando sus plumas por unos segundos. La mirada acosadora del animal no se quitaba de encima del otro.
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Post by Deleted on Sept 27, 2017 11:33:05 GMT
El hombre no pudo contener la risa al escuchar a la mujer con aquél argumento, su risa se escuchaba por todo el local dado lo vacío que se hallaba este, cuando por fin termino dejo su arma sobre la mesa, en todo caso aún tenía la otra consigo- Dejeme que se lo explique si es que no es capaz de entenderlo, muchas personas con autoridad les gusta hacersela de chulitos solo porque tienne "autoridad", entonces abusan en sus formas de hacer las cosas o simplemente no te tratan con el respeto que al menos la gente sigue como medida de "protocolo" -El mercenario estiro los brazos haciendo que sus articulaciones sonaran, para regresar a su posición anterior- Así que no es una perdida de tiempo, es una forma de no dejarse intimidar por gente que no lo merece, además un soldado se supone es alguien conocido en el combate, debería saber al menos defenderse a un nivel básico ¿Pero golpear campesinos y gente desarmada? Bah es completamente despreciable -Dijo pasando el dedo por el costado de su arma la cual aún reposaba en la mesa.
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Post by Iphine Vorgel on Oct 15, 2017 19:38:32 GMT
La alcaldesa miró al hombre carcajear mientras ella se mantenía sin chistar gesto alguno, colocando su propia barbilla sobre su puño, esperando una ventana para argumentar de vuelta con el Quetzalcóatl. Prestó atención, mas no se inmutó con las acusaciones que escupía en sus aclaraciones. Desvió su mirada al arma y grabó la forma y detalles de esta en su memoria. Era un fino trabajo que parecía adecuarse al estilo del arcano de cabello enmarañado, cosa que no le sorprendía de los herreros y artesanos que se escondían en rincones del mercado central. No obstante, a pesar de que su vista se clavaba en aquella arma, no restaba atención al tono y gesticulaciones ajenas- después de todo, era parte de sí estar pendiente de señales y minucias que develaran verdades o mentiras en los corazones ajenos.
Por el momento, el otro mostraba franqueza directa y precisa, lo cual eran cualidades que gustaba entre los arcanos. En contraparte, parecía ser recio a lo que autoridad respectaba, cosa que no asombraba, ya que muchos vivían de maneras libres y hurañas donde las figuras de orden son un concepto que rompen su anarquía y amenazan su individualismo. Aunque aún faltaba mucho como para siquiera sentirse satisfecha, evitó pedir otra cerveza, ya que estaba más ocupada en el otro que en su propia ingestión. -Me da más la impresión de que simplemente no le gusta que le digan nada- comentó de manera seca, una vez hubo un silencio para retomar la palabra -En la ciudadela hay orden y procedimientos, además de una ley que hay que respetar. Pero claro, siempre hay aquellos que vienen de las montañas o áreas donde no existe la autoridad, y se golpea contra el estilo de vida que se implementa en pueblos más civilizados- explicó sin apuro, acotando a la actitud del mercenario. -Esos casos me gusta atenderlos yo misma, siempre es interesante ver a los rebeldes de cerca.- añadió.
-¿Qué tal le va en el trabajo?- preguntó, en un extraño cambio de tema, aunque pensaba retornar al punto original dependiendo de la respuesta ajena. -¿A veces no tiene la sensación de que podría estar haciendo más?- plantó la duda en la cabeza ajena, conforme levantaba su mano para rascar al cuervo que se posaba sobre su propio hombro.
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Post by Deleted on Oct 15, 2017 23:38:48 GMT
El mercenario solto una seca y única carcajada al escuchar las primeras palabras de la mujer aunque luego la explicación le pareció interesante, el hombre se apoyo en la mesa mientras la escuchaba parecía un argumento razonable y todo aquello pero nada que no hubiese escuchado antes, aunque su rostro mostró cierta incentidumbre al escuchar el cambio de tema tan radical de la dama aquello si era extraño, pero su sonrisa se volvió a hacer presente no mucho después- ¿Qué sucede acaso sus soldados no son tan buenos y piensa reclutarme como guardia o algo así? -Pregunto hablando de manera sarcastica mas que nada- Escuche, servi gran parte de mi vida a unos seres a los cuales nunca les importe una mierda y jamás recibi recompensa alguna por ello, me gusta vivir apartado pero tristemente toca venir a por trabajo, respeto las estúpidas reglas de esta ciudad porque simplemente no quiero ser molestado y el trabajo me va bien gracias por su "interés" -Finalizo antes de recostarse del espaldar de la silla nuevamnete.
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