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Post by Sher Javad on Sept 23, 2017 14:16:24 GMT
En ese momento no estaba muy al pendiente de Raymond, y mucho menos preocupado de Tian estaba sanando poco a poco y que ella sola se podía cuidar. Ahora sólo estaba pendiente de no soltar a su presa, la adelnalina se había apoderado de Sher y ahora estaba encegado con contener al can. Sus garras lo oprimían, hundiéndolas en la tensa carne del animal lo cual le podía producir aun más dolor. El arcano alado con su afilado pico no perdió el tiempo y comenzó a picotear las carnes que asomaban en las heridas abiertas del cerbero, todo esto luchando contra un fuerte zarandeo y resistencia que el arcano herido estaba ofreciendo, junto a unas desesperadas embestidas para lograr su liberación.
Los choques y golpes que el arcano malherido aportaba eran fuertes, Sher notaba que aparecían heridas y después de un rato aparecerían más contusiones... pero sin embargo, en ese momento, no había dolor... y no había nada que le impidiera seguir intentando movilizar a la bestia.
"//Suéltalo//" - Esas palabras, que parecían provenir del interior de su mente le hizo zarandear la cabeza... pero por un sexto sentido hizo caso a esa extraña voz, aunque conocida. Desenterró sus largas uñas y pico del cánido y se retiró de un gran salto, aterrizando a una distancia lo suficientemente segura para esquivar un posible contraataque de lo que era su presa. Observó la táctica de Tian, ya en su forma verdadera... el cerbero lo tenía dificil una vez el lobo tuerto se hubiese retirado. Estaba siendo acorralado y reducido poco a poco por las otras tres bestias y Sher tenía la sensación de que, por mucho que pudiese resistir.. por muy admirable que fuese, tenía las de perder. Todos tenían mucha fuerza, pero el can jugaba con la desventaja de que era uno solo... y con una sola cabeza.
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Raymond Clive
La Resistencia
"¿Qué? ¿No tienes nada importante que decir? Entonces no estorbes"
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Post by Raymond Clive on Sept 26, 2017 20:17:05 GMT
Debía admitir, ese cerbero estaba dando mucha pelea para tener desventaja de cantidad.
Se detuvo un instante, a algunos pasos de distancia del Grifo. Tian estaba arremetiendo de frente de nuevo, menudo mocoso imprudente... Más aún en Horris Lupus. ¿Había sanado tan pronto? En buena parte le preocupaba que perdiera alguna extremidad, había ido hasta allí para sacarle del lío y ahora él también tenía el hocico enterrado hasta el fondo. Mantuvo su posición alzando las manos al frente, estaba preparado para retener al cerebro de nuevo, aunque estaba convencido de que no tendría la suerte de cogerlo por sorpresa dos veces, sin contar que sus manos dolían bastante. ¿Cuando empezaría a cicatrizar? Por favor que fuera pronto, aunque sumara cicatrices a las que ya tenía, si no empezaba a sanar no podría contenerle del mismo modo sin sufrir mayores daños.
Cicatrización. El metabolismo de estos seres es superior a los demás, sanando heridas en fracciones de tiempo a lo que cualquier arcano lo haría, más no los vuelve inmunes de heridas fatales. Ejemplo: un brazo roto tomaría 5 semanas de curar en un arcano promedio, en uno con esta habilidad tomaría la mitad.
El licántropo mostró los dientes. Le sería complicado repeler al can, menos teniendo en cuenta que si lo mataba, se metería en problemas muy serios y no solo con Fauce, el líder de la manada, sino también podría pasar a palabras mayores si ese ser sin cordura pertenecía a alguna corte. Quizá algunos de los miembros irían tras su cabeza (Claro, si es que en primer lugar pertenecía a una corte ¿Cuál era la probabilidad? No lo sabía)
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Aenea
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"Viajaba unido, hoy solo soy fragmentos."
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Post by Aenea on Sept 29, 2017 18:33:38 GMT
Entre sus gruñidos, ladridos y jadeos el cerbero se remecía frenéticamente en un intento de liberarse de aquel agarre que tenía el grifo sobre su carne, gritos de dolor salían de sus fauces a la vez que arremetía contra el suelo o intentaba encajar sus dientes en el grifo el cual lograba mantenerse alejado de la cabeza del cerbero como de las lenguas de fuego nacientes de su vientre.
Los picotazos del grifo eran certeros y abrían las heridas antes cerradas, sus garras apresando la carne acorazada del cerbero lentamente desgarraban su interior junto a los bruscos movimientos del cerbero causando que se abrirá en horribles surcos que dejaban a la vista la carne viva del arcano que no dejaba de aullar ante el dolor. La abundante sangre que brotaba de sus heridas tornaba su pelaje lentamente a un rojo oscuro a su vez que se dibujaban riachuelos de sangre que eran borrados por su violenta lucha contra el grifo hasta que este le libero.
Exhausto apenas y pudo hacer frente a la arremetida de Tian contra el en su forma Horris Lupus con la cual aún no resultaba llegar a ser del mismo tamaño del cerebro, pero la diferencia de tamaño ya no era tan evidente ni una ventaja para el cerebro. Aullidos de dolor escapaban de su boca al sentir como el gran lobo hundida en sus colmillos en sus heridas, pero siendo las mordidas en las zonas donde debería haber otras dos cabezas que acompañaran a aquel cerbero las que hicieron que el cebero aullara del más puro dolor.
Ya en el suelo luego de girar junto a aquel lobo por el suelo el cerbero se quedo inerte junto al pasto respirando pesadamente antes de ser nuevamente capaz de levantarse observando al trio que ahora permanecían expectantes a sus movimientos.
—Ba... Bas... argggrrr~— Sus palabras fueron ahogadas por un vomito de horrible color rojo ennegrecido, el fuerte olor a azufre que expelía aquella materia era considerablemente notorio y nauseabundo, luego de varios minutos observando como el cerbero parecía vaciar su interior miro nuevamente a los tres arcanos con la misma ira que había mantenido desde el inicio de aquella batalla, pero a su vez el cansancio en su cuerpo y en su propia mirada era clara. Se encontraba derrotado.
Nuevamente se empezó a dirigir entre gruñidos y ladridos hacia sus adversarios, pero ya no corría, era incapaz de hacerlo mientras de sus heridas tanto viejas como nuevas brotaba su sangre y se formaban en sus costados y cuello riachuelos de sangre que goteaban a cada lento paso y tambaleante paso que daba hacia los arcanos, sus dientes asomaban amenazantes al tener su boca abierta respirando forzadamente, sus entrañas estaban adoloridas y gastadas, era incapaz de lanzar fuego desde su vientre.
Era una escena lastimosa, pero aun así el cerbero permanecía amenazante aun cuando la pelea estaba completamente perdida para él.
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Raymond Clive
La Resistencia
"¿Qué? ¿No tienes nada importante que decir? Entonces no estorbes"
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Post by Raymond Clive on Oct 5, 2017 3:21:10 GMT
Raymond casi le tuvo lástima.
Se había visto a si mismo en situaciones muy similares, harían ya muchos años atrás. Recordaba su cuerpo, destrozado por dentro y por fuera, él también había luchado contra su propia debilidad hasta que su cuerpo no le permitió moverse más, al menos no por un periodo de tiempo tan largo como doloroso. Alzó los labios con desagrado ¿Tan patético se había visto en esos días? Más que miedo, lo que cualquiera sentiría de alguien en ese estado podría ser pena, lástima, compasión. Nada más alejado de lo que él ansiaba en esos tiempos.
Soltó el aliento, bajó los puños; ya no era necesario apalear más a ese pobre diablo. Sus pasos fueron hacia Tian, su mano derecha se apoyó en la cabeza de su colega y palmeó un par de veces.
—Vámonos. —fue claro y conciso con sus palabras. Su voz, había sonado clara también— Ya no pintamos nada aquí.
Sin contar, que de quedarse más tiempo, posiblemente se meterían en problemas. Raymond era alguien bastante apegado a las pocas normas que Fauce había puesto a la manada, y siendo honesto le preocupaba terminar hundido hasta las orejas por los errores de otros.
Tian llevaba poco en la manada, y ya empezaba a ocasionarle estrés. Perfecto, sin duda se llevarían "de mil maravillas"
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Post by Sher Javad on Oct 5, 2017 12:12:36 GMT
El grifo solo quedó parado ahí sentado aun en su forma verdadera, observando como que can luchaba incluso por respirar... sí daba mucha lástima, en eso debía estar de acuerdo con Raymond... pero eso no quería decir que no fuese más compasivo. Observó de soslayo a los lobos que parecían acordar que ya era hora de irse, quizá él también debería hacerlo pero era demasiado curioso y quería saber la historia del malherido cerbero... ¿Cómo perdió sus cabezas? ¿Por qué era tan agresivo con todos? ¿Era necesario esta lucha hasta el final por... por nada? Si se acercaba... ¿Se dejaría ayudar o volvería a iniciarse otra pelea? Miles de preguntas inundaban su cabeza, pero no podía irse sin más; sabía que si volvía a tener problemas con ese arcano esta vez sería culpa de él, pero todos merecen oportunidades... Rodó los ojos porque siempre le pasaba igual: de tan bueno que era, pecaba de tonto.
Se puso de pie y se acercó al malherido perro hasta quedar a una distancia segura y volver a sentarse ahí mientras le observaba curioso, recostado sobre aquel charco de sangre. Le pareció que antes intentaba decir algo, pero no esperaba que fuese a decir nada ahora en esas condiciones. Se fijó en la gravedad de las heridas, tenía pocas esperanzas para sobrevivir si no luchaba pero... bueno, él se quedaría un rato más esperando quizá a que pasaran cosas poco probables que pasaban por su ingenua mente.
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Alek Layne
La Resistencia
“Mi voz es un silencio sin adornos.”
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Post by Alek Layne on Oct 6, 2017 23:43:43 GMT
Quizá habia escuchado mal, pues una voz salió de aquel enorme can. Tian al instante se sorprendió al percatarse de que era cierto, dicha voz provenía de él ; con molestia, dolor y un inconfundible color rojizo. Permaneció quieta e inmóvil, atenta a la escena lastimosa del adversario, quien había sido derrotado por una clara desventaja. Lo miró con calma, intentando deducir que podría suceder después de ello, pero al instante unas palmadas en su cabeza y ciertas indicaciones le hicieron salir del pequeño trance en que estaba.
"Vámonos"
Fue lo que escuchó pero su mirar y su atención estaba fija en el ajeno, ella reflejando cierta molestia por sentir el tacto sobre su cabeza, más sin embargo no se quejó ni reclamó, no era el momento. Con lentitud alejó su cabeza de la mano del mayor y luego desvió un poco su cabeza, mirando en silencio al cerbero.
// Iré enseguida, puede adelantarse si así lo desea. // Le dijo a Raymond por pensamiento con neutralidad, atenta a la sangre que había en el suelo. En cuanto pudo y sin hacer esperar se dio la vuelta, dirigiéndose a donde estaba su vestimenta. Mientras caminaba, lentamente se transformaba a su forma fated feral, un lobo cualquiera para no revelar su cuerpo frente a los otros.
En cuanto llegó a donde sus ropas, rebuscó con su hocico en ellas, ayudándose de sus patas. Buscó y buscó por breves momentos hasta que su nariz dio con una pequeña caja, más pequeña que su propia mano y con unos cuantos vendajes extra, la cuales tomó entre dientes y los llevó consigo hacia donde se hayaba el grifo y el enorme ser. Su andar era lento, seguro de sí mismo. Una vez que estuvo más cerca de la escena y los aliados pero alejada lo suficiente del can, le arrojó con calma dicha caja al animal herido, haciendo que esta se abriera al instante en que cayó al suelo, dejando a la vista una pequeña mezcla de hierbas. Medicina tradicional, untable o comestible.
Guardó calma y sin mucha expectativa le dejó la medicina al otro, en cuanto tuvo oportunidad se giró con serenidad al grifo, viéndole con total calma. Agachó ligeramente su cabeza, agradeciendo por su presencia y justo antes de irse le arrojó los vendajes directo a sus manos, ya estaba fuera de su alcance si lo que había regalado sería utilizado o no.
-...-
Hubo silencio de su parte y ya con total libertad y calma caminó con sus cuatro patas nuevamente hacia donde yacian sus prendas, mirando de reojo al rubio que parecía estar más molesto que antes por el problema de hace poco. Sin culpa alguna tomó su vestimenta y sus vendajes entre dientes y caminó hacia donde Raymond para seguirle en el camino de vuelta a la manada, sería y paciente, con una ligera expectativa por lo que diría de volver tan tarde, estaba segura de que seria regañada por aquello tan imprudente de su parte.
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Aenea
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"Viajaba unido, hoy solo soy fragmentos."
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Post by Aenea on Oct 12, 2017 8:26:40 GMT
Un gruido débil era lo único que llegaba a escucharse de entre los dientes de él cerbero, sus ojos miraban erráticos al trio, parecía ser lo único que podía mover con libertad sin sentirse cansado por ello pues sus muslos le quemaban, la herida que el grifo y el licántropo le habían infringido como las que le habían nuevamente abierto provocan que perdiera una gran cantidad de sangre. Estaba luchando por mantenerse en pie, permanecer amenazante mostrando sus colmillos manchados de sangre y bilis, su lengua afuera de sus fauces colgada por entre sus afilados colmillos. Gruño cuando Sher se le acerco e intento avanzar hacia él, morderlo, pero apenas y daba un paso y pareciera que su cuerpo se fuera a derrumbar mientras mordía débilmente el aire gruñendo al notar que se mordía su propia lengua incapaz de meterla nuevamente a su boca por su forzada respiración.
Observo con atención a ambos licántropos como al grifo que se encontraba irritablemente cerca suyo, noto como se retiraban a lo cual no hizo más que soltar un débil, pero desafiante ladrido el cual se ahogó nuevamente en sus propios fluidos que mancharon nuevamente el verde césped.
Sus ojos miraban la burbujeante y humeante sustancia, el hedor hasta a él le desagradaba haciendo que arrugase su nariz y mostrase sus colmillos ante aquella masa negra bajo sus patas, eso lo distrajo por bastante tiempo como para no notar las acciones del licántropo hasta que el sonido de la madera impactando contra el suelo hizo que rodara sus ojos hasta una pequeña caja abierta por el impacto y con su contenido levemente disperso en el lugar de impacto. Su mirada se ablando por unos pocos segundos a la vez que miraba a Tian, en aquel corto periodo que ella no logro notar al estar dándole los vendajes a Sher los ojos del can se tornaron de un color miel.
Un gesto de compasión.
El grifo que aún se mantenía cerca del cerbero pudo notar levemente aquel cambio en su actitud. El cerbero acercándose lentamente a aquella caja parecía observar con cierta familiaridad aquellos objetos hasta que una nueva punzada de dolor se hizo presente en su cuerpo, pero aquel no era un dolor físico, si no uno proveniente de los recuerdos.
De un solo movimiento la mezcla de hierbas había desaparecido junto a la caja y pequeños trozos de pasto que había acabado dentro de la boca del can que lo masticaba iracundo antes de tragárselo por la mera necesidad de llenar el vacío que se había creado nuevamente en sus entrañas.
Aenea y Sher habían quedado solos, pero el grifo apenas y parecía cansado o herido en comparación al cerbero el cual parecía entender que en una batalla en sus condiciones solo acabaría con más heridas y el recordatorio de las garras del grifo sobre su lomo que aun sangraba era suficiente recordatorio para disuadirle de iniciar nuevamente una pelea.
Sin ningún gruñido mas solo con una mirada de odio el cerbero le dio la espalda, pudo observar como el gran can se alejaba para quedar frente a un arroyo de agua de la cual bebió por largos minutos y luego atravesó hundiéndose por unos segundos en sus aguas para salir un poco más limpio de la sangre que tintaba su piel.
Lo último que vio fue su figura desaparecer entre los matorrales del bosque de las hadas.
—¿Se ha ido?— Pregunto una dulce y pequeña voz sobre el hombro derecho de Sher el cual al girarse pudo ver que quien le hablaba era una de las pequeñas hadas acosada antes por el cerbero.
—¿No volverá, verdad?— Sus ropas, una falda hecha con pétalos de margarita se veían manchadas de sangre, pero ajena, los pequeños ojos del hada se veían llorosos mientras en sus manos sostenía un pequeño collar en la cual colgaba una conchita de caracol atravesada por un hilo hecho con fibra de hierba el cual sostenía con temor contra su pecho.
—¿No volverá?— Fueron las ultimas preguntas que escaparon de los labios del hada que con otras rompieron en llanto alrededor del grifo.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Oct 15, 2017 0:07:19 GMT
Avanzaba detrás del ajeno, en silencio, preguntándose que había sucedido exactamente. No había arrepentimiento ni dolor de su parte pues sabía que había hecho lo correcto por aquellas hadas, ojalá las hubiese visto más de cerca para asegurarse de que estaban bien. Agachó la cabeza y su mirar al suelo mientras andaba, hasta que se percató de que su parche ya no estaba amarrado a su cabeza. Lo había olvidado, ella misma lo había arrojado al suelo cuando tuvo que atacar. Soltó un quejido y apretó los dientes con sus prendas en ellos, tomó aire y comenzó a detener su andar, dejando que el otro siguiese. Antes de que el mayor lo notase, Tian se había desviado del camino a propósito. Ella aún no quería volver, no era el momento y debía hacer algo antes, no recuperaría aquel parche pues tenía más... pero sus pensamientos le sofocaban, necesitaba hundirse y tomar un baño, necesitaba descansar de sus pesares.
Su pequeña figura se perdió entre los colores mismos del bosque, silencioso y algo agitado, los matorrales le ocultaban y el vaivén de las hojas de los árboles y las ramas escondían el sonido de sus pisadas sobre la tierra húmeda.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Oct 24, 2017 0:41:30 GMT
Raymond, realmente no podía sino bufar de fastidio. Ese chico no tenía remedio alguno, y el gruñido que soltó expresó su total molestia al respecto. Por sobre todo, le pareció también que era una total pérdida de tiempo intentar auxiliar a alguien que evidentemente no quería aceptar ningún tipo de ayuda, aunque fuer hipócrita de su parte decirlo cuando en situaciones semejantes había llegado a la manada. De hombre, Raymond nuevamente ocultó su aspecto sellado bajo el pelaje de la forma lupus. El cambio llevó cosa de instantes y esta vez, no iría a por Tian. Había hecho lo posible por evitarle problemas, pero ya no estaba en su control que Fauce le diera el regaño de su vida. El lupino, por su parte, abandonó el lugar sin remordimientos, se retiró con paso calmado regresando a la manada; esperaba no volver a encontrarse con ese cerbero por más tiempo que pasara, o que cuanto menos, no volviera a meterse con algún miembro de la manada.
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Post by Sher Javad on Dec 7, 2017 0:39:43 GMT
El grifo solo se quedó ahí, observando al más que magullado can... entendía que le lanzase esa mirada tan hostil, de la misma forma que también esperaba que él entendiese, en un momento de lucidez, por qué todos le habían atacado... Obviamente Sher no se disculparía, pero tampoco quería sentenciar al cerbero.
Cuando el gran dogo traspasó el agua para limpiarse y desaparecer de nuevo entre la espesura del bosque, escuchó una voz que llamaba al grifo... volteó lentamente, pudo sentir que la voz era débil, como si fuese de algún ser diminuto... hasta que entendió que era una de las hadas del lugar.
- No sé si volverá... manténganse alerta por lo que pueda pasar. - Fue la única respuesta que pudo darle a la pequeña antes de extender sus alas con algo de dolor y esfuerzo y así alzar el vuelo, regresando a casa.
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Aenea
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Post by Aenea on Dec 9, 2017 3:17:58 GMT
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