Aenea
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"Viajaba unido, hoy solo soy fragmentos."
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Post by Aenea on Sept 11, 2017 1:32:42 GMT
La sangre profanaba la cristina agua de la cual bebía, sangre brotaba de sus fauces como si de una fuente se tratase, inacabable y de espesa textura. El cerbero saboreaba aquel liquido carmesí con extremo placer mientras esta se combinaba con las aguas de aquel lago sintiendo extrañado, pero complacido el cómo la vitalidad en su cuerpo se iba recuperando, una que pensaba perdida hace décadas. Habiendo saciado su hambre con carne ajena y ahora su sed, miraba extrañado las aguas de aquel lago pues en él pudo notar el reflejo de alguien que sencillamente no le resultaba familiar. Un par de ojos rojizos le escudriñaban del fondo de aquel lago mientras de su fauces un líquido espeso y carmesí se filtraba por sus gigantescos colmillos y resbalaba por su pelaje negro como el carbón, podía observar dos enormes heridas a cada lado de aquella enorme cabeza de can, como si dos extremidades hubieran crecido junto aquella cabeza, pero hubieran sido arrancadas a mordiscos dejando ahora en su lugar una herida cauterizada por el hierro a rojo vivo, pero la cual aun con décadas de ser una herida cerrada aun brotaba de ella un hilo de sangre. Su cuerpo se encontraba divido por surcos de carne viva expuesta la cual dejaba a la vista en contraste a su negro pelaje, la carne y músculos vivos del cerbero, heridas que por gravedad o las veces que fueron dibujadas en la piel del gran can ya no cerraban y nunca lo harían, no sin dejar atrás una horrible cicatriz. Observar aquel cuerpo destrozado era ver más bien a un can del infierno a la mítica criatura llamada cerbero a falta de dos de sus cabezas. Libélulas como hadas se posaban en las pequeñas hojas de las nenúfares que flotaban en el agua, mirando curiosos aquella horrible criatura. —o—Una pequeña corriente y su reflejo desapareció de aquellas aguas. Un pequeño vistazo y las hadas levantaron vuelo gritando de pavor y llamando por socorro mientras el cerbero fascinado abría sus gigantescas fauces en el aire en enormes saltos intentando atrapar a aquellas pequeñas mariposas regordetas.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Sept 12, 2017 5:45:48 GMT
Correr, correr y seguir corriendo, escapando de algo, alguien, o mejor dicho; de nada. La joven todos los días corría cuando se sentía de tal modo, donde sus instintos afloraban violentamente y sus ansias le carcomian la piel, una sensación confusa pues no podía sentir dolor. Se mantenía en constante movimiento, huyendo de los problemas, de la realidad, de la situación que le rodeaba y de los de su "manada", las voces externas no eran nada más que ecos en el corazón de una persona perdida ante el desconocimiento de sus acciones y su porvenir.
Estaba concentrada, intentando alcanzar su máxima velocidad, hasta que unos gritos agudos captaron su atención, seguiría de largo, lo tenía claro, pero su corazón fue débil y se doblegó ante ello. Buscó con la mirada de donde provenían y la razón de los mismos, pues no era algo común. Hasta que las vio, pequeñas hadas siendo vilmente acorraladas por una criatura que parecía falta de algo y bastante hambrienta por probar tales criaturas.
"No, no es tu asunto..."
Se repitió varias veces, intentando seguir de largo, pero sin poder conseguirlo. Acudió raudo al momento, para salvar a las criaturas de modo que tuviesen tiempo de escapar.
-¿Tienes hambre de unas simples mariposas? Que patético. - Le gritó al cerbero con osadía mientras captaba su atención, logrando así que las diminutas criaturas se fuesen, teniendo ahora ella el problema sobre sus hombros. Obteniendo así la atención del enorme can.
Hubo silencio, y Tian únicamente guardó la compostura, firme y sería, esperando a que su nuevo contrincante se moviese y así tener una idea de como "atacarle". Lo miraba con su único ojo, analizando aquel comportamiento poco común. Estaba en problemas, pero estaba expectante a tener un encuentro interesante para mejorar en sus técnicas, aunque algo estaba claro, tendría problemas después con algunos de su manada por actuar tan impulsivamente sólo por un par de hadas. ¿O quizá no?
Guardó silencio y respiró hondo, manteniendo una postura relajada ante la idea de que tal vez no debió abordar de tal modo al otro, aunque poco importaba ya, no haya marcha atrás.
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Aenea
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Post by Aenea on Sept 13, 2017 2:58:21 GMT
La pequeña hada temerosa y aturdida por un zarpazo del cerbero que había desgarrado su pequeño vestido se encontraba atemorizada e inmóvil delante de las fauces de la bestia. El aire que exhalaba de su interior era tan caliente como la de un horno de fundición y a la pequeña hada se le hacía difícil respirar aceptando entre sus pequeños gritos el cruel final que jamás pensó encontrar en aquella tierra que prometía seguridad y paz.
-"¿Tienes hambre de unas simples mariposas? Que patético"- Palabras, vocales ¿Hace cuánto no las escuchaba? Llevaba tiempo sin que alguien le dirigiera la palabra, no al menos de aquel tipo, aquellos segundos en que el cerbero se quedó inerte sobre su presa fueron suficientes para que la pequeña hada lograra emprender penosamente el vuelo con la ayuda de sus hermanas.
El cerbero gruño fastidiado pues el sabor de la sangre en su boca se empezaba a secar y junto a ello venia el dolor del hambre, de las ansias, tantas décadas comiendo migajas, alimañas ¿Acaso no merecía darse un festín de sangre y huesos?
El ceniciento logro su objetivo, la mirada del gran can se posaba ahora únicamente en su figura ignorando completamente su entorno. Él se había vuelto su objetivo, su presa.
No hubo advertencia ni ladrido, solo un gruñido, casi como alarido que se escapaba de la garganta del cerbero el cual a grandes y veloces saltos se dirigió en carrera contra Tian. Con sus enormes fauces abierta dejo ver al licántropo la hilera de colmillos que decoraban aun manchados de sangre que escurría por el negro pelaje del arcano.
Ya lo suficientemente cerca se lanzó en una embestida al cuerpo del ceniciento con su boca abierta de par en par, buscaba atraparlo, buscaba probar su sangre y desgarrar su carne sin remordimientos, sin piedad.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Sept 15, 2017 23:55:14 GMT
Escuchó un gruñido proveniente del ajeno, era un mal momento. Guardó calma y mantuvo su postura firme, posando adecuadamente sus pies vendados sobre el suelo, sintiendo la tierra en sus dedos, observando su entorno y a su objetivo.
"No hay enemigo al luchar, sólo un oponente al cual controlar... Recuerdalo Layne."
Pensó en sus adentros, respirando con tranquilidad, observando como el otro corría hacia ella velozmente y sin dudarlo, semejante a una bestia sin consciencia, semejante a su madre. Todo ocurría en camara lenta para ella, sus sentidos agudizaban, no había tensión en su cuerpo pese a la situación problemática que estaba enfrentado, pero su entrenamiento habia sido para algo como eso... ¿O no? Hubo dudas pero mantuvo la compostura y un salto por parte del otro le hizo pensar en una oportunidad para poder desestabilizarle.
En el instante que el cerbero saltó hacia donde se encontraba, quien dejaba ver sus fauces amenazadoras, la licantropo se agachó y dio media vuelta en el mismo lugar en el que estaba, separando ligeramente sus pies de la tierra. Velozmente sujetó con fuerza las extremidades superiores del arcano y antes de perder el equilibrio, llevó su pierna izquierda hacia atrás para tomar impulso y así finalmente, contrarrestar el "ataque" del otro; tomando con todas sus fuerzas al ajeno; apoderándose de la situación. - ... - Con fuerza azotó el cuerpo del cerbero contra el suelo, y al instante le soltó para retroceder unos pasos, guardando distancia y manteniendo una pose defensiva.
Tian lo miró, su semblante estaba serio y únicamente observaba si el arcano se levantaba o permanecía en el suelo, atenta a cualquier sorpresa, pues estaba segura de que no sería suficiente con ello, pero por el momento su técnica no era ofensiva. Con calma limpió la sangre que había caído en su rostro, sangre que escurria de los colmillos ajenos ¿De quién sería? No tuvo tiempo para responder aquello, pues una duda nueva surgió en su mente, ¿Aquel cerbero podría tener forma sellada?...
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Post by Sher Javad on Sept 16, 2017 0:37:06 GMT
Volaba por sobre el terreno a baja altura ya que atravesar el lago de las hadas era el camino más corto para volver a casa tras haber hecho unos trabajos por la Ciudadela. De pronto se detuvo en seco, no supo bien por qué, pero veía hadas, pájaros y otros seres voladores de pequeño tamaño alejarse de cierta área de un lugar no muy lejano de ahí. ¿Quizá alguna bestia estaba trayendo problemas? Como cazador de Mirovia, era su trabajo comprobarlo y asegurarse de que todo estaba en orden. Se acercó a gran velocidad y ya una vez en el epicentro de la confrontación, a orillas del lago pudo ver una escena de lucha entre un arcano en su forma verdadera, parecía malherido y algo fuera de sí, atacando sin control... el otro parecía un muchacho en su forma sellada y que hacía lo posible por contrarrestar los ataques del contrario. No, esta situación no podía ser...
Descendió dejándose caer cerca de Tian, parecía tener más conciencia en esos momentos y menos peligroso para que Sher pudiese intervenir. Miró al cerbero de cerca, estaba más malherido de lo que pensaba... luego rodó sus ojos hacia el chico.- ¿Que ha pasado? ¿Tú le has hecho eso? -Preguntaba mientras recogía sus alas y también se colocaba en una posición defensiva, atento a cualquier movimiento contrario.
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Aenea
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Post by Aenea on Sept 16, 2017 16:33:13 GMT
Las fauces del gran can deseaban cerrarse como tenazas sobre el cráneo de aquel cuerpo, arrancar de sus hombros aquel rostro junto a su cabellera siendo capaz de llevarse por el tamaño de sus mandíbulas una cabeza humana entera dentro de ella y devorarla de un solo bocado, pero la agilidad de su adversario le tomó por sorpresa, sus dientes se cerraron con una fuerza tremenda en un intento de atrapar a su presa, pero solo logrando atrapar aire sintió como su cuerpo era tomado y con su propio impulso era levemente alzado y azotado su costado derecho contra el pasto del suelo que poco o nada amortiguo aquel golpe que solo hizo que soltara gruñidos en lo poco que tardo en reincorporarse.
Mascando el aire de forma errática buscaba la carne de su contrincante, pero este había creado espacio entre ellos dos haciendo que solo fuera capaz de atrapar más aire hasta que nuevamente sus ojos se centraran ya no solo en su figura si no que en el nuevo desconocido que colocándose junto a su adversaria le hizo entender a la bestia irracional que era otro contrincante al cual desmembrar.
Chasqueo sus dientes entre ellos y nuevamente se lanzó como antes contra el licántropo y el grifo, pero siendo la de cabellos cenicientos su objetivo. Corriendo hacia sus contrincantes el cerbero abrió sus fauces como anteriormente lo había hecho, pero en vez de cerrarlas en el aire amenazador las mantuvo levemente abiertas mientras un humo negruzco se filtraba por sus colmillos.
Solo a un par de metros, segundos de nuevamente saltar sobre su presa las fauces del can se abrieron de par en par dejando ver el destello que surgió de sus entrañas y de las cuales vomito como una enfermedad las llamas que nacían de su interior. Lenguas de fuego brotaban como una flor ponzoñosa de su boca y a sabiendas que su presa se encontraría detrás de aquella cortina de fuego siguió en su carrera sin prestar atención al calor que acariciaba sus heridas.
Brotando de aquella flor de fuego con sus colmillos abrasados aun por las llamas que lanzo a diestra y siniestra cerraba sus fauces buscando la tierna carne mientras sobre su lomo algunas lenguas de fuego permanecían danzantes con los movimientos frenéticos del cerbero.
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Alek Layne
La Resistencia
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Post by Alek Layne on Sept 16, 2017 22:32:31 GMT
La licantropo divisó una sombra en el suelo, la cual cada vez se hacía más grande, hasta que al final, un joven de cabellos castaños aterrizó cerca de donde se encontraba ella. Únicamente lo miró de reojo, más atenta a los movimientos del can, estaba segura de que en algún momento se pondría de pie y atacaria aprovechando que estuviese distraída.
Escuchó las preguntas del ajeno, pero al instante pudo notar como el cerbero le levantaba y nuevamente corría hacia ellos, abriendo de nueva cuenta el hocico para morder... ¿O no? Tian miró con cuidado, hasta percatarse del como salía humo de las fauces del enorme can, humo que cubria esa enorme y oscura figura, no podia verle y no sabia a quien atacaria. Pero estaba segura de que iría por ella.
- Hago lo necesario. - Le contestó finalmente al grifo, con un tono de voz neutral y un semblante serio, pero al instante, ese semblante desapareció y únicamente hubo sorpresa en sus ojos, pues estaba viendo en cámara lenta como los enormes colmillos iban dirigidos al arcano que recién había llegado. Lo miró con cierto terror en sus ojos, estaba presenciando la misma escena de hace tantos años, pero no quería, no de nuevo.
Inconscientemente se movió.
- ¡A un lado! - Gritó con fuerza mientras empujaba con su cuerpo al grifo, haciéndolo por un lado causando que el otro cayese. La licantropo únicamente colocó su brazo frente a su rostro para evitar la mordida directa, al instante sintió el calor en su piel, quemandole; pero no había dolor, sólo sangre. Ambos cuerpos cayeron, la joven quedando debajo del cerbero quien mordia su brazo con fuerza, pero Tian no podía sentir nada más que el calor de las fauces de la bestia. Chasqueó la lengua, quejándose del peso del otro y en cuanto tuvo la fuerza suficiente forcejeó con el animal, evitando que el otro continuase mordiendo e impidiendo que sus patas pudiesen atacarle directamente.
Soltó un grito en seco, sintiendo como la sangre caía por su brazo y las gotas de la misma sobre su rostro. Forcejeó con insistencia y utilizando toda su fuerza de las piernas; tomó impulso y con sus pies empujó al can, pateando fuertemente el abdomen del cerbero y por consecuencia; lanzandolo por los aires forzando a que soltase su brazo herido.
El cuerpo del can cayó nuevamente, cerca de ella. Tian dejó caer su cuerpo en el suelo, agotada. Pero en cuanto tuvo tiempo de reacción, se levantó con dificultad, sujetando su brazo malherido con la mano que tenía libre, aplicando presión para no desangrarse. Sus vendajes estaban rasgados, y tanto su brazo como parte de su rostro tenían manchas de sangre, sangre suya.
-¿Se encuentra bien?...- Preguntó calmada mientras se alejaba un poco del perro, con su voz algo agitada y forzada. ¿En que situación se había metido? Guardó distancia y esperó a que su cuerpo reaccionase a la herida, esperanzada de que aquella cicatrizara cuanto antes.
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Post by Sher Javad on Sept 17, 2017 8:43:56 GMT
No pudo dilatar por mucho más tiempo la plática con la peliplateada, el cerbero volvía a la ofensiva con una rabia que parecía inaplacable... No le quitaba el ojo a la tuerta que era su presa y se acercaba para embestir con gran velocidad. Iba a tomar a Tian del brazo y hacer que esquivase a la bestia... era lo mejor, pero de pronto la chica se abalanzó sobre él, y algo confuso por esa acción cayó rodando al suelo, siendo apartado de un ataque que fácilmente pudo haber sido esquivado por ambos.
Frunció el ceño rabioso en lo que se incorporaba rápidamente, fue un acto bastante estúpido pero no había tiempo de pensar en las acciones; el cerbero, con rabia ciega, lanzaba mordiscos de fuego a la joven que tenía acorralada en el suelo. No podía acercarse a las fauces del animal, era muy arriesgado... pero sí podía infligirle dolor en las heridas que tenía ya abiertas para distraerle o al menos debilitarle por unos segundos, dándole a la licántropo un pequeño margen de tiempo para escapar.
Pues bien, no le dio tiempo a acercarse a darle la primera patada en el costado al can cuando de pronto salió disparado por la fuerza de la chica apresada. Le impresionó que ella tuviese tanta fuerza... no por ser chica o chico, sino más por el ímpetu que el arcano en su forma verdadera remetía contra ella siempre. Cuando se acercó al grifo sólo la miró de soslayo, bastante serio.- No vuelvas a hacer eso. -Refiriéndose a como le había empujado antes.
Quedó de pie atento, observando si el dogo estaba dispuesto a levantarse de nuevo... quizá era buena ocasión para huir, pero no podía arriesgarse a que el cerbero encontrase a alguien más y lo atacara. Esperó en silencio, pero en una postura defensiva.
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Raymond Clive
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"¿Qué? ¿No tienes nada importante que decir? Entonces no estorbes"
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Post by Raymond Clive on Sept 17, 2017 19:27:39 GMT
Justo lo que le estaba faltando.
Raymond había notado el momento en el que Tian se alejaba, si, y había esperado estúpidamente fuera un trote rápido como los que veía de su parte usualmente. Esta vez parecía que no volvería en ningún momento pronto. Joder.
El viejo licántropo, acostumbrado a tratar con las estupideces de los mas jóvenes usó su cuerpo lupino para trasladarse a toda velocidad tras su rastro mientras aún seguía fresco ¿Cuan sorprendido estaba de verle en problemas? No mucho, pero sin dudas estaba enojado. No sabía mucho de Tian. Sabía que era cabeza dura, que muchas veces no le gustaba seguir indicaciones, sobre todo la de no alejarse ¿Pero se tenía que meter en problemas con un Cerbero? ¿Es que estaba mal de la cabeza? El gruñido que soltó provino de lo más profundo de su garganta. De donde estaba, aún en medio de la maratónica carrera, había logrado ver la contienda desde el momento en que el enorme can soltaba fuego de sus poderosas mandíbulas; no llegó a tiempo para quitárselo de encima, no llego a tiempo para evitarle meter las narices en asuntos que probablemente no eran de su incumbencia por más que quizá él hubiera hecho lo mismo dependiendo de la situación. ¿Y el otro arcano? Parecía a sus ojos no estar seguro de como actuar, como si hubiera entrado en algún ataque de pánico. Claro: aún no le había visto reaccionar al respecto, si llegaba a verle, probablemente cambiaría su opinión.
Gruñendo con fuerza, se le hubiera lanzado al cuello al enorme perro del infierno. Hubiera mordido, lo hubiera alejado a como diera lugar, estaba dispuesto a saltarle al cuello cuando frenó en seco ante el poderoso contraataque de su camarada. La fuerza de Tian no lo sorprendió tampoco. Forzando el detenimiento de sus pasos, Raymond le gruñó al verle retroceder a la distancia prudencial; sus orejas levantadas, el pelaje de su lomo alzado como las púas de un erizo demostraba que sin dudas estaba enojado. "Más tarde hablaremos" Hubiera querido decirle, pero siendo un lobo en ese momento poco más que gruñir y ladrar podría. El enemigo estaba delante, era en lo que tenía que concentrarse.
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Aenea
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"Viajaba unido, hoy solo soy fragmentos."
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Post by Aenea on Sept 18, 2017 1:04:37 GMT
Los colmillos del cerbero al fin encontraron a su objetivo, sus ojos inyectados en sed de sangre observaron el cuello de Tian y se cerraron inmediatamente cuando su cuerpo choco contra la de su adversaria. El amargo sabor de la sangre contraria inundo su boca deleitándolo de forma perversa ante la sensación de sus colmillos perforaron en solo segundos la tierna carne para llegar a los músculos y hueso de su adversaria, pero observando mejor a su presa la cual se encontraba debajo de su enorme cuerpo pudo notar su rostro haciéndole entender que lo que tenía entre sus fauces no era su cuello si no uno de sus brazos. Gruñendo con renovada ira abrió nuevamente su enorme boca para cerrarla de una vez en el cuello ajeno y así aniquilar su vida, pero ante aquel acto sintió una poderosa patada en su vientre seguido de un empuje que nuevamente hizo que su cuerpo se viera separado de la tierra y cayera con un sordo sonido al piso sobre su espalda.
Un rugido escapo de garganta ante la frustración y a la vez la excitación. De no haber liberado el brazo de Tian para intentar arrancarle su cuello de un mordisco hubiera arrastrado en aquella ofensiva consigo el brazo del licántropo.
Nuevamente se ponía en pie dejando notar la abismal diferencia entre su tamaño y la del lobo. Su tamaño en aquella forma bestial ya estando solo a cuatro patas era la de un hombre común y su largo proporcional a su descomunal tamaño. Quién sabe cómo sería una batalla contra aquella masa de músculos, heridas y odio de tener las dos otras cabezas faltantes en su cuerpo, quizás Tian ya hubiera acabado con la garganta desgarrada mientras los otros dos cabezas desgarraban ambos brazos a la vez, pero por fortuna aquella no era la situación.
Los ojos del cerbero vagaron fútilmente sobre la figura lobuna de Raymond mientras su lengua lamia sus labios y colmillos que aun mantenían el sabor de la sangre de Tian, un brillo de inteligencia y malicia brillo en sus ojos para lanzarse entre gruñidos y roncos ladridos contra Tian, pero en un brusco movimiento enterrando sus patas y garras en la suave hierba cambio drásticamente su embestida. Abriendo nuevamente sus fauces se dirigió hacia Sher y apenas a metros de él nuevamente escupía en un rodeo al arcano las llamas que nacían del interior de su vientre en un manto de llamas que buscaba encerrarlo en un círculo de llamas.
Sofocarle, quemarle vivo, no importaba, la carne tenía un sabor más dulce cuando se encontraba cocinada.
Aun en su frenesí el cerbero se encontraría frente a el lobo y sin pensarlo ni estudiar la situación se acercó en su carrera hacia él y con sus enormes patas intentaría derrumbarlo o hacerle perder el equilibrio. Los confundiría, los maltrataría. Si era necesario quemaría todo el lugar con tal de devorar su preciada carne. Tenía hambre, mucha hambre, pero sobre todo un odio irracional.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Sept 18, 2017 23:34:19 GMT
- Lo haré de nuevo si lo creo necesario. - Expresó con una voz seca y ligeramente apática, a la vez que aplicaba presión a la herida. Estana molesta consigo misma por haber hecho tal acto tan estúpido, pero no pudo evitarlo, tuvo miedo de revivir un momento del pasado. Soltó un quejido desde su garganta, viendo con cierta molestia al cerbero que parecía disfrutar cada gota de su sangre, en pleno frenesí.
Hasta que una figura se apareció frente a ellos; un lobo perteneciente a la manada, y que le dedicaba un sutil gruñido, estaba en problemas. Pese a ello, Tian no lograba reconocer quien era exactamente, pues aún no diferenciaba bien a los demás integrantes por culpa de su falta de interés en permanecer siempre cerca. Guardó silencio mientras su herida cicatrizaba pero antes de siquiera poder reaccionar vio nuevamente al enorme can corriendo hacia donde ella, se congeló por un instante mientras analizaba cada movimiento del perro, pero algo le hizo reaccionar y estar alerta. Las patas del ajeno.
- Cambiará de dirección...- Susurró para sí misma, casi segura de lo que decía, pero sin alzar la voz pues había una probabilidad de que se equivocaba. Se colocó en posición defensiva y esperó... Pero fue en vano, su "predicción" había sido acertada pero no sabía hacia quien se dirigiría. Para su sorpresa fue contra el grifo, quien fue encerrado en un círculo de llamas, ante lo cual Tian sólo pudo observarlo con cierta duda. Decidió dejarle de lado, seguramente podría arreglárselas, tomando en consideración lo que le había dicho recién. El cerbero iba ahora contra el lobo, aún más frenético que antes. Se mantuvo quieta, pensando en que poder hacer para librarse de aquella situación.
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Post by Sher Javad on Sept 19, 2017 22:29:17 GMT
Rodó los ojos ante la respuesta de Tian, no estaba en condiciones óptimas para hacerse la valiente en su estado y después de un ataque tan brutal... no iba a reprocharle nada, tampoco le dio tiempo al ver como de pronto un lobo entró en escena, encarando al can que a pesar de haber sido catapultado hacia el otro lado, tenía las fuerzas suficientes para seguir peleando. ¿Quizá la solución era esa? Pensaba que no había mucho que pudiese hacer en su forma fated, y volviendo a su forma verdadera podría combatir el fuego con fuego.
Dejó de pensar, dejó de pensar en todo. En ese momento el cerbero volvía al ataque pero algo extraño captó en sus movimientos... había detalles: la tensión de los músuculos del cerbero, una fugaz mirada hacia su ahora objetivo, las pisadas oblicuas en pleno frenesí al correr... detalles que le hicieron percatarse del giro de los acontecimientos que iban a suceder...
Gracias a esa ventaja pudo actuar con rapidez, extendió sus alas y se impulsó hacia el cielo antes de el contrario siquiera le diese tiempo de abrir sus fauces repletas de llamas... Sher parecía ser el único que jugaba con la ventaja de poder volar, así que obviamente iba a aprovechar eso. Ascendió un poco más en su vuelo para dejar de de tener control sobre su forma semisellada y así volver a su forma verdadera; el tamaño del animal hizo que se rasgaran todas sus ropas, pues debía ser de la misma proporción que un caballo de gran tamaño, contaba con grandes y afiladas garras de ave en sus patas delanteras y un majestuoso busto de águila imperial. Tras una rápida metamorfosis el grifo bajó en picado y con gran rapidez hacia su oponente, dispuesto a atacar con sus filosas garras por delante, garras rapaces diseñadas para agarrar y no soltar a su presa.
Embistió fuertemente al can, agarrándole del costado y el impulso del ataque hizo que ambos terminaran rodando por el suelo. Aun con todo Sher no le soltó; su plan era intentar mantenerle cara al suelo para poder inmovilizarlo con su peso pese a lo dificil que podía resultar por el forcejeo del contrario.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Sept 20, 2017 3:11:46 GMT
No podría saltarle al cuello, tampoco había manera segura de defenderse sin quedar expuesto a una mordida o al aliento de fuego que fácilmente podría carbonizarlo. En plena carrera, el cuerpo de ese lobo había cambiado al de un hombre (desnudo, pero un hombre a fin de fines); Raymond, utilizó sus manos para sujetar las enormes fauces del cerbero. Gruñó, le mostró los dientes con agresividad ignorando el hecho de que sus manos hubieran recibido todo el daño de los constantes intentos de mordida; tendría heridas en las palmas por un par de días cuanto menos. Mierda, debió haber penado en el tiempo que sus propias heridas tardarían en sanar ¿Qué le diría a Fauce si este lo pillaba en un estado semejante? Las cosas que hacía por los jóvenes no podían tener precio (y de tenerlo sería exhorbitante).
Sus pies se vieron arrastrados por la fuerte embestida. Aún empleando su fuerza, el cerebro había sido capaz de hacerle retroceder un buen tramo solo por el choque inicial, y si quería mantenerlo a raya debía esforzarse.
Sus pies pudieron haber cavado agujeros en la tierra por el arrastre que implicaba intentar hacer retroceder al perro infernal. El viejo licántropo utilizaba toda la fuerza que podía tener en sus piernas para hacerle contra, obligarle a retroceder por más que hiciera poco más que seguir levantando más y más tierra con cada arrastre de sus pies desnudos. Estaba en un empate de fuerza, pero desgraciadamente no podría hacer mucho- mejor dicho: no podría hacer nada si recibía semejante torrente ignífugo directo a la cara.
¿Y el ataque del Grifo? Fue de ayuda, eso era indudable, pero para su desgracia además de haberse encargado del can gigantesco, también le había hecho a él mismo rodar por el suelo ante el impacto imprevisto. El gruñido que surgió de su garganta iba cargado de una ira tremenda. No por el hecho de que ese sujeto pudiendo ayudar a Tian, había preferido seguir atacando, eso para él era lo de menos. Su orgullo en un cara a cara había sido pisoteado, como si de nada se tratara, tenía que odiarse por pensar en algo tan irrelevante como su orgullo en un momento como ese, pero no podía; acostumbrado a hacer frente a tantas situaciones similares totalmente solo le habían vuelto arrogante en ese sentido. Y con la misma que se sintió ofendido fue que echó a correr también en auxilio del ser alado. Si las cosas no iban bien, podría apoyar cuanto menos.
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Aenea
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Post by Aenea on Sept 21, 2017 20:15:30 GMT
Al can infernal le tomo por cierta sorpresa la transformación del lobo, pero aun así arremetió contra su cuerpo con sus fauces abiertas ahora para apresar una presa más grande y piel blanda, aun así, sintió como la fuerza de aquel arcano era la suficiente para frenarle y luchar contra el mientras sentía la carne de sus manos desgarrarse contra sus colmillos. Intentando cercenarle sus dedos o sus manos completas intentaba cerrar sus fauces, pero viendo que era incapaz por la fuerza del contrario empezó nuevamente a encender el horno que ardía en su interior. Una llamarada iba a nacer de sus entrañas nuevamente directo a las manos y rostro del arcano viendo el contrario el interior carnoso y negro del cerbero que se iluminaba rápidamente por las llamas que abrazarían su cuerpo como la yesca en una fogata.
Pudo haberlo calcinado de un soplido si no hubiera sido por el ataque del grifo que lo elevo por escasos centímetros del suelo para acabar rodando junto a su atacante por el suelo acabando el en el suelo bajo el peso del arcano y la sensación de las garras perforando su acorazada piel. Entre gruñidos y quejidos el can aun así luchaba contra su opresar y soltando al fin un aullido lleno de ira como dolor empezó a levantarse junto con el peso del grifo.
Fuerza extraordinaria: El arcano es capaz de levantar el doble de su peso, y dependiendo de su condición física algunas veces hasta el cuádruple. Aun con el grifo aferrándose a su carne con sus garras el cerbero iracundo se levanta y dando un salto empieza a revolcarse y estamparse contra el suelo buscando aplastar a la gran ave o herirle con sus propias fauces en aquella frenética lucha para que le liberase de su agarre. Distraído por el dolor de las garras del grifo, pero moviéndose de un lado a otro frenético y azotando su enorme cuerpo contra el suelo y cuanto estuviera a su paso resultaba igualmente de peligroso.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Sept 22, 2017 6:23:29 GMT
Tian miró aquella escena tan impactante, viendo un intento algo fallido por parte del grifo pero efectivo para ayudar al lobo, quien ya era un hombre...desnudo. No comento nada, no era el momento para algo como ello, únicamente presionó fuertemente su brazo, notando como la sangre ya no salía, tenía otra oportunidad para acercarse nuevamente...o eso creyó. Pues el enorme can captó su atención en el instante en que él mismo se estampaba y revolcaba contra el suelo, buscando liberarse y de paso herir al otro que mantenía con terquedad sus garras en la robusta piel del cerbero.
La joven analizó la situación, algo interesada en la reacción del rubio; quien parecía molesto con la situación tan problemática que estaba enfrentando quizá de forma obligada. Pese a todo lo que ocurría, se mantuvo centrada y sin previo aviso comenzó a correr valozmente hacia donde estaba el cerbero, quien daba saltos de vez en vez. Tian calculó el momento adecuado, y en cuanto tuvo la oportunidad dio un salto algo alto, desponjandose velozmente de sus prendas y su parche en el aire y quedando tan sólo con sus vendajes, aprovechando que los ajenos no le miraban. Justo en ese instante, surgió su forma Fated Primal y un gruñido tenaz.
El enorme lobo iba en picada en contra del cerbero, quien parecía bastante frenético por querer liberarse. Su mirada se posó en el can, ella un tanto furiosa y deseosa de aterrizar, pero su cordura le hizo hincapié en que había alguien más, alguien que estorbaba para poder aterrizar, el grifo. El objetivo no herir a los ajenos y mucho menos al ser alado, debido a ello le habló por pensamientos para pedir su "cooperación" lo más rápido que pudo - // Sueltalo // - Fue lo único que le indicó al grifo para que al instante se quitará del camino, y en cuanto la licántropo tuvo el camino libre, aterrizó con agresividad encima del enorme perro, tirandolo con aún más fuerza al suelo. Sin hacerse esperar, Tian gruñó con cierta "molestia" y al instante comenzó a clavar sus afilados colmillos contra la piel del cerbero; en su cuello, orejas y parte de la piel en la que antes había otras dos cabezas para así controlar un poco sus movimientos. Sus garras se aferraban fuertemente a aquel ser, lastimandole para ponerlo en su lugar; pero antes de sacarle sangre Tian intentó calmarse y en un movimiento veloz impulsó su cuerpo hacia a un lado, llevándose consigo al cerbero, ambos girando en el suelo pero Tian con ventaja de ser ella quien controlaba la caída del otro.
Ambos estaban en el suelo, pero antes de que el can reaccionase, la licántropo se reincorporó sobre sus cuatro patas y se alejó con prisa unos cuantos pasos del oponente, mirándolo con atención con su único ojo, atenta a cualquier movimiento sorpresa y olvidándose un poco de los demás presentes, pues en ese momento sólo buscaba alejar al can de aquellos para que tuvieran tiempo de idear algún plan para que el cerbero fuese controlado.
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