Reforzando la amistad (Priv. Tramali-Marce) [+18 CERRADO]

Observo confundida a la chica. Estoy aturdida y a la orilla de la cama. El rostro me arde, principalmente la nariz. Tardo unos segundos en reaccionar a lo sucedido y cuando lo hago una inmensa culpa invade mi pecho.
La chica se aleja de mí y comienza a reclamarme. - Yo... - Digo en un vano intento por expresarme. Percibo un sabor metálico en mi boca, bastante diferente al de los jugos de la chica. Me palpo la boca para comprobar mi sospechas; es sangre.
- ¿P-por qué actúe así? - murmuro para mí mientras me bajo de la cama. - Y-yo nunca te haría daño... E-es una tontería. - Emociones negativas invaden mi mente y al verme como una amenaza me aparto lentamente de la joven. - Y-yo no quería lastimarte... n-no sé por qué lo hice. - Mi voz tiembla al decir aquellas palabras. Era verdad, a pesar de mi estado de extasis me era una estupidez no haber actuado ante sus llamadas de atención. Simplemente no era yo.
- L...lo siento. N-necesito procesar ésto. R-realmente lo siento. - Digo antes de quebrar en llanto y salgo de la habitación con una frustración incomparable. Mientras me dirijo a la salida miles de pensamientos cruzan por mi mente, evitandome el poner atención a lo que hago.
"¿Por qué la lastimé? ¿Por qué le pedí que lo hiciera? ¿Por qué no reaccioné a sus palabras?" Corro angustiada entre los pasillos tratando de recordar por donde es la salida. Mis pies se vuelven torpes con calma paso que doy, así que no logro alejarme mucho del lugar y termino desplomándome en el suelo. Incapaz de levantarme golpeo el piso con rabia rabia y dejo salir por completo mi llanto. - ¿Qué es lo que me sucede? - sollozo al notar cada uno de los errores que he cometido desde mi arribo a la isla. Vuelvo a sentir aquel dolor punzante en mi nariz y cubro mi rostro en un intento por contenerlo. - ¡Maldita!- grito con un gesto de dolor inmenso y vuelvo a golpear el suelo. Por más que lo intente mis ideas no logran acomodarse. En cuanto pueda pensar mejor saldré del lugar a tomar aire fresco. Mientras tanto trataré de controlarme. Me siento pésima.

Volteo al escuchar a la chica acercándose y pienso en huir, pero en mi estado lo único que logro hacer es controlar mi llanto y calmar mis nervios. La mano me duele debido a los golpes que le propicié al suelo. Esto hace que mi gesto de dolor se marque aún más. Observo de reojo a la chica, quien se acercacon cautela hacia mí. Por mi parte no hago más que ocultar el rostro y la mano lastimada, es todo lo que mi mente puede planear por el momento.
Reacciono con un espasmo al sentir la tela cubrir mi cuerpo y por instinto busco cubrirme aún más con ella. Mis movimientos varían de velocidad, siendo siempre acompañados por un intenso tiriteo. La chica rompe el silencio del lugar, yo me reservo las palabras. Tantos pensamientos me invaden que si llegase a abrir la boca cualquier cosa podría salir de ella. Algo toca mi hombro y reacciono de la misma manera que con la sabana. La lógica parece llegar a mí, pues inmedatamente puedo intuir que se trata de su mano. La goblin pregunta por mi golpe, yo nuevamente me quedo inerte. El dolor en mi rostro es tal que por un pequeño lapso de tiempo me vale un comino el sentir de la goblin. Pero luego recuerdo el rol que estoy llevando en este juego.
- No pude contenermme... sólo seguí a mis impulsos.- Por fin pronuncio palabra alguna por que mi gasganta me lo permite. Puedo sentir el dolor en mi hablar, pero tambien un poco de coraje. - No pienso irme...no puedo hacerlo. Sólo... necesitaba alejarme de ti. Tratar de olvidar lo que te hice. - Debido al daño en mi nariz no puedo hablar correctamente, mas logro darrme a entender. - N-no quiero volver a perder el control. Prometí protegerte e hice todo lo conntrario. Despues de... tanto que has hecho por mí.- El silencio vuelve a liderar en el pasillo. Me pierdo por unos segundos, aún sigo afectada por lo ocurrido. Luego, vuelvo a hablar. - No pienso romper mi otra promesa. Es sólo... Necesito acomodar mis ideas. - Mi vista se clava en el suelo, no logro pensar nada. - P-por favor... no te vayas. -

La chica toma mi mano. Ahora no reacciono como antes. A pesar de sus palabras me siento apagada. Sé que Tramali hará lo posible por darme ánimos, es lo que ella hace. Pero me preocupa el grado al que he llegado. Puede que ella se halla emocionado, mas nunca llegó a lastimarme. O sí lo hizo, pero fue en defensa propia, una reacción natural en cualquier ser al estar siendo atacado.
Ahora puedo pensar mucho mejor que antes, mas no sé si es bueno o malo. La chica hala mi mano para ayudarme a levantar. Dejando un poco la culpa que siento me animo a levantar el rostro y mostrarlo un poco. Mi nariz sangra, arde, pero no pasa de eso. Mi forma semi arcana me ayudó a soportar el golpe, más que nada por la piel gruesa y escamosa que cubre mi nariz. Aún así hago lo posible por no mostrarla demasiado. - No te disculpes. No es culpa tuya. - Correspondo la ayuda de la pequeña pero al tratar de pararme me apoyo con la mano lastimada. Pierdo el sostén de mi cuerpo y caigo un poco, pero la mano de la chica me ayuda a equilibrarme. Pienso en algo para excusar lo de mi mano pero descarto la idea. No estoy para inventar mentiras o esconderle cosas. Además, mientras la goblin no pregunte me ahorro la explicación.
Logro ponerme de pie. No me es tan difícil pues un golpe no me pone en una situación tan alarmante. Es más el daño emocional que el físico.
Ahora que me muestro un poco la goblin aprovecha par limpiar mi mejillas. Correspondo con una mirada cariñosa y aunque deseo darle más que eso es lo único que puedo hacer por el momento.
- Estoy bien... descuida. - Murmuro levemente más animada que antes, pero sin poder deshacerme de la tristeza en ella. - ¿C-cómo te sientes tú? - Menciono cabizbaja refiriéndome a la dolencia que le provoqué. Mientras muestro mi rostro hago lo posible por no demostrar dolor y aún así se me escapa uno que otro gesto. Y aunque ahora me abro más a ella, sigo necesitando un momento para recuperar la razón y pensar mejor las cosas.

Volvemos a la habitación. Es en este momento que me percato de que mi cuerpo ya no tiembla. Eso debe ser algo bueno. La chica me sienta a la orilla de la cama. La respuesta de la chica logra sacarme una suave sonrisa. La chica busca algo entre sus cosas y vuelve con vendas y telas.
Aunque seria mantengo aquella sonrisa en mi rostro. Ahora que estoy un poco mejor me siento una imbécil. Mira que actuar de aquella forma tan... inmadura. Observo a la chica, quien atiende mis heridas y no puedo evitar pensar... Sí, por fin puedo pensar mejor. Me imagino lo que ha de pensar la goblin sobre mí, el cambio drástico que he sufrido desde mi llegada a Mirovia, lo decepcionada que estaría mi familia si me vieran en éste estado. ¿Dónde habían quedado mi ideales? ¿Qué pasó con aquel porte digna de una simple guerrera? ¿Por qué sentía aquella necesidad de estar junto a la chica? ó ¿Qué era lo que sentía hacia ella y por qué era tan fuerte?
La pequeña llama mi atención para que le ayude. Acato la orden y tomo la tela. Hago ligeros gestos al sentir que mi nariz arde de nuevo. Es la chica que palpa mi nariz para revisarla. Al parecer no es nada grave, la chica me lo indica con esa forma tan linda que tiene de expresarse. Noto como mis mejillas se hinchan un poco, deben estar algo enrojecidas. Me alegra ver que mi desesperación y otros síntomas han desaparecido. Pero aún tengo aquel centenar de ideas revoloteando en mi mente. Esperaré al momento indicado para tratar de ordenarlas, de procesar las cosas y, si es posible, buscarles una solución.
Observo a la goblin aún con pena en mi rostro y no logro mantenerle la mirada. Debe se una mueca nueva, pues aunque siento vergüenza la seriedad no abandona mi rostro. Aún así, debe ser algo más expresivo que antes. Mientras pienso en estas cosas la chica se encarga de atender mi mano y al terminar de hacerlo se pierde con mi mano entre las suyas. Experimento una extraña sensación entre lo agradable y lo molesto. Sentir la compañía y el cariño de la chica hacia mí me reconforta. Pero, el saber que no he hecho más que causarle problemas y que a pesar de eso estoy en el papel de afectada me hacen sentir más culpable. A pesar del dolor le doy un ligero apretón para hacerla reaccionar, mas eso no era del todo necesario puesto que ella lo había hecho por su cuenta. Aún así y a pesar de la situación es agradable el sentir sus manos junto a la mía.
Tramali se dirige al baño para atender su malestar y cierra la puerta. Me quedo sola en la habitación, así que aprovecho para tratar de organizarme. Necesito deshacerme de aquel papel de víctima lo más rápido posible. No soy la víctima, yo fui quien la agredió. Debería ser yo quien sane sus heridas y le pida disculpas. Nuevamente me siento horrible. Continúo pensando por un momento sin llegar a alguna solución. Sólo consigo hundirme en mis tontos pensamientos y mi único progreso es mantenerme a flote. Luego de un rato sin lograr nada me levanto de la cama y pienso por un momento en tocarle la puerta. Decido dejarla descansar de mí por un momento y opto por caminar en la habitación. Quizás eso ayude en algo.

Un carraspeo llamó mi atención y logró cesar mi caminata. Al voltear veo que la chica ha salido del baño y se dirige hacia mí. De igual forma me encamino hacia ella mas sólo logro dar un paso. Ella ya ha llegado a mi lado y sin decir más me toma de la mano para luego acercarme a la cama. La observo confundida y escucho sus palabras. Y aunque realmente quiero ofrecerle una disculpa o por lo menos saber como está, es mejor seguir su pedido y guardar silencio.
Aparte de eso la pequeña goblin hace el tierno gesto de ayudarme a recostarme. Realmente me siento afortunada de haberme topado con ella, pero... Agito la cabeza en busca de apartar aquellos pensamientos negativos. Ya habrá tiempo para hundirme en mis penas. Por lo pronto sólo deseo lo mismo que Tramali; tranquildad.
Una vez que estoy recostada la pequeña se mueve sobre mí. Sentir su piel ya no me provoca ningun deseo lascivo. En vez de eso su calidez me reconforta y ayuda mucho a despejar mi mente. Y ni que decir del sonrojo que me provoca. El notar mi reacción a lo ocurrido me tranquiliza. Al menos ahora sé que me encuentro mucho mejor que hace unos minutos.
Despejo la mente. Aquellos enormes y hermosos ojos me están mirando. No puedo evitar desviar un poco la mirada debido a la pena que me hace sentir. Sonrío avergonzada y vuelvo la mirada hacia ella. Una mirada que destila un mensaje facilmente detectable; gracias. Desprevenida, recibo un veloz beso de pico de parte de la goblin. Mi sonrojo se hace más notorio gracias a mi rostro, el cual luego muestra una leve sonrisa. Al sentir a la chica acomodándose en mi abdomen recuerdo que aún me encuentro en mi forma semi, así que paso a tomar mi apariencia humana. Mis caderas bajan a consecuencia de esto y al igual que mi cola mi cornamenta se oculta.
Bajo la mirada tras escuchar a la pequeña y sonrio. Llevo una mano hacia su cabeza y con la otra le ayudo a cobijarnos. Acaricio su cabello con la inmensa ternura que me provoca y le doy un beso en la cabeza. - Tra... - alcanzo a enunciar para responder a su pregunta, pero me limito a sólo seguir sus órdenes.
Cuando por fin nos cobijamos llevo ambas manos a su rostro y acaricio sus mejillas. Limito mi acción para no molestarla y termino abrazandola. Ahora todo es silencio. Realmente muero de ganas por decirle un cumplido o demostrarle un poco de cariño. Pero, el miedo de terminar fastidiándola me detiene.
Miro al techo. Mi respiración se mantiene calmada. El ambiente aunque silencioso, no es incomodo. Al contrario, a pesar de lo sucedido, me siento en casa. Cierro los ojos y lanzo un gran suspiro al intentar recordar el aroma de mi madre.
- Gracias por todo, Tramali. Y perdón por no cumplir tu orden. - Mantengo la vista al cielo para evitar ver la reacción de la chica. Simplemente no quiero continuar con aquel silencio. Temo que los problemas vuelvan a mi mente y me terminen de amargar la noche. - Sonará raro, pero, si me lo permite podría cantarle un poco. - Mi voz suave y susurrante se nota calmada. Aunque por dentro esté en espera de un regaño. - Mi madre... Ella solía cantar para que durmiera o me tranquilizara. -

Siento como la goblin se mueve encima de mí y mantengo la vista en el techo hasta que escucho su voz. Volteo la mirada hacia ella, se encuentra sentada encima mio y me observa con seriedad. Trago saliva y escucho atentamente lo que tiene que decir. Y, a pesar de que ella misma ha mencionado que no estaba molesta me siento ligeramente triste. Pues a pesar de que tanto su voz como su actitud se notaban tranquilas no deja de ser regaño. Además, es Tramali quien lo hace. Aún así, son sus palabras las que me reconfortan. Eso es lo único que cuenta. Mi rostro luce una hermosa sonrisa acompañada de unos ojos cristalinos y, obviamente, mis mejillas coloradas. Asiento con emoción en respuesta a sus palabras y la observo en todo momento, incluso cuando acomoda su rostro entre mi pecho. - No es que crea que sea una niña. Mucho menos una chica débil. - Mi voz extremádamente suave y cálida hace juego con mis dedos que juguetean en su cabeza a modo de caricias. El sentir los brazos de la pequeña aferrándose a mi cintura me llena de ternura y aviva la tranquilidad que sus palabras me han dado. Correspondo a su acto cobijándola con mi brazo, llevando mi mano a su brazo y acariciando el mismo. - Es sólo que... no me gusta incomodar a los demás. Eso es todo. - Al igual que la goblin la forma en la que me expreso es bastante tranquila. Mas intercambio su seriedad por mi cálida actitud. Pienso cambiar de tema de alguna forma pero para mi fortuna la chica ya lo ha hecho. Sin pensarlo dos veces me aclaro la gargantay sin dejar de mimarla le doy un segundo beso en la cabeza. - Esto es lo que mi madre me cantaba, mi ama. Espero que el cántico entonado con mi voz sea de su agrado. - susurro risueña mientras la aprecio un poco más y levanto la mirada. Mientras interpreto la melodía no dejo de juguetear con la goblin. Ya sea acariciando o depositandole besos suaves en su piel.