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Post by Deleted on Sept 19, 2017 2:39:03 GMT
Las palabras del guardia la hicieron sonreír, pero lo que la hizo dar un pequeño gritillo fue el que la cargara entre sus brazos, pues no se lo esperaba para nada. - ¡Woah! ¡Usted es muy alto! - Dijo de forma emocionada y feliz la pequeña sirenita, la cual se aferró incluso más al guardia por puro instinto mientras miraba hacia el piso, ya que en caso de que la soltara al menos no se caería tan duro.
Las siguiente frase del hombre fue lo que hizo que se relajara y lo liberara un poco más, abrazándolo con normalidad e incluso atreviéndose a cerrar los ojos para estar "a la par" con él y simplemente sentir el momento. - Debo admitir que concuerdo con usted, la verdad es que la razón por la que esté aquí es porque estaba un poco triste... ¡Pero gracias a usted ya me siento completamente bien! ¡Muchas gracias! - ¿Quien iba a pensar siquiera que alguno de los dos la había pasado mal antes de aquel momento? Sólo había que mirarlos, juntos y sonrientes. Era una vista enternecedora.
Después de un rato de abrazar y ser abrazada, Ondine abrió nuevamente sus ojos debido a que una leve gota de agua cayó en su nariz y la sorprendió un poco, por lo que volteó hacia arriba en busca de la fuente de aquella gotita. - Oh... Creo que está empezando a llover. - Y al momento en que dijo aquello, más gotas comenzaron a caer, mojándolos a ambos.
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Cátanamo
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Post by Cátanamo on Sept 24, 2017 6:19:17 GMT
Con cuidado Càtanamo, con Ondine en brazos comenzó a caminar en dirección a su "hogar" debido a la lluvia que había empezado -Vamos a mi hogar Madame Ondine, estará mas cómoda- mientras pasaba por encima de las raicez cruzaba las pequeñas grietas cubiertas de hojas quedo en un lugar donde no habían ni arboles ni nada que cubriese un poco de la lluvia, en ese momento paro de caminar y miro detenidamente al rostro de la joven Ondine - Es usted la criatura mas hermosa que eh visto en años...- Càtanamo no pudo aguantarse, la lluvia le permitía "ver" y como estaban justo debajo de esta pudo ver casi con claridad la cara de ella.
Mientras con una mano sin problemas la sostenía, con la otra acaricio la mejilla de Ondine -D...disculpe mi descortecia, pero no pude evitarlo, es usted muy bella Madame Ondine- siguió caminando mientras la miraba, ya se sabia el camino de memoria por lo que no le causaba problema algún poder observar el rostro de la joven mientras caminaba en dirección a su "hogar".
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Post by Deleted on Oct 12, 2017 20:06:27 GMT
[Ojalá yo pensara de mi de la misma manera en que usted me ve.] Pensó en sus adentros la pequeña, la cual se apenó bastante por aquello y aprovechando que seguía abrazándolo, ocultó su rostro en su pecho. - Estaré cómoda en cualquier lugar a donde usted me lleve, Cátanamo. Muchas gracias por elogiarme tan dulcemente. - Musitó la pequeña mientras reunía fuerzas para hacer un comentario amargo acerca de su propia apariencia, pero algo la detuvo y eso fue el sentir las acaricias una vez que la mano del guardian se acercó a su rostro. ¿Desde hace cuanto tiempo no sentía algo como aquello? ¿100? ¿250 años? La calidez de aquellas manos y el sentir la lluvia en su cuerpo le traía bastos y agradables recuerdos, pero a la vez la hacían sentir como si aquel momento fuese único y especial.
Nadie se había atrevido a tocarla así por cuenta propia desde hace mucho tiempo.
- No me molesta... No se preocupe. - Dijo mientras devolvió aquel dulce gesto hacia el dragón, acariciando delicadamente su mejilla a la vez que sonreía mientras él los llevaba hacia un lugar desconocido para ella y que si bien en un día cualquiera aquello la hubiese aterrorizado, ahora le parecía totalmente irrelevante con tal de poder disfrutar un poco más de la compañía de aquel caballeroso y amable hombre. [Usted me ha hecho sentir algo que creía realmente imposible desde hace años en tan solo algunos minutos, sir Cátanamo...] Dijo la sirena en su mente. [...Seguridad.]
-Muchas gracias...-
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Cátanamo
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Post by Cátanamo on Oct 17, 2017 20:57:46 GMT
No paso mucho después de aquel intercambio de palabras bajo la lluvia, Cátanamo quien tenia a Ondine encima había llegado al fin a lo que seria su "hogar", con mucho cuidado y delicadeza baja a Ondine -Hemos llegado Madame Ondine, mi hogar y refugio- A simple vista parecía un montón de hojas, o palmeras juntas, pero después de que movió unas cuantas se vio el no muy grande pro si espacioso refugio del dragón, no se veía ni una gota de agua caer del techo,tampoco el piso se veía húmedo el cual estaba hecho de ramas y cubierto de corteza seca que parecía alfombra, el piso de madera no tocaba las paredes ya que estas estaban un poco húmedas y algo de agua pasaba pero el agua que se filtra se dirigía a unas cubetas de madera y hojas.
Todo era perfecto, no humedad incomoda, no frió, una gran comodidad fuera de la sociedad -Siéntase como en Casa Madame, ¿se le antoja algo para comer o tomar?- Entro y se dispuso a soltar los broches del cinturón e oro que llevaba claramente parte de su armadura la cual se encontraba en un maniquí de bambú no muy lejos de ellos.
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Post by Deleted on Oct 18, 2017 0:30:48 GMT
- ¡Muchas gracias por traerme! - Dijo en un tono alegre mientras se acomodaba su vestidito y levantaba su mirada. Al hacerlo, la sirena miró todo su alrededor con gran curiosidad. Jamás había estado en un refugio como ese en su vida, ya que ella pertenecía al mar, donde los hogares eran mayoritariamente compuestos por corales, conchas e incluso plantas marinas y cuando subía a la superficie siempre solía colarse en algún rincón de una posada, algún molino abandonado o incluso se quedaba a la intemperie. Había admitir que a pesar de ser un lugar improvisado el lugar era bonito y acogedor, así como cálido y aparentemente seguro durante la tormenta. Ondine se había distraído tanto con la decoración del lugar que escuchar al pelirrojo y voltear, se sorprendió demasiado al ver que al parecer se estaba quitando el cinturón, por lo cual se sobresaltó un poquito y se volteó rápidamente, cubriéndose los ojitos al hacerlo. - N-NO... ESTOY BIEN. - Respondió de manera nerviosa mientras sentía como sus mejillitas ardían, aunque a decir verdad aquella respuesta no le agradó del todo a su estómago, pues este rugió audiblemente ya que tenía un hambre terrible debido a que anduvieron tanto tiempo perdidos en la selva. La sirenita sólo pudo sonrojarse más.
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Cátanamo
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Post by Cátanamo on Oct 19, 2017 4:12:04 GMT
Al terminar de quitarse el cinturón de oro se dirigió al maniquí de bambú para acomodar este, luego se quito las botas también de oro quedando descalzo y acomodarlas de igual manera, luego volteo a mirar la invitada y no pudo evitar soltar una pequeña risa al escuchar rugir el estomago de Ondine, esto significaba claramente que si tenia hambre, no necesariamente sed pero si hambre -Su estomago no dice lo mismo Madame Ondine, ¿Desea carne, verduras o frutas?- Mientras le preguntaba caminaba a unas cajas o cajones los cuales parecían tener la comida y unas cuantas cosas extra mas.
-Si gusta también tengo jugo de frutas para que pueda beber- de las cajas sacaba unas cuantas frutas como mango,piña,coco,etc el tema era que tenia muchas frutas. Por lo visto no era necesario el cinturón para sostener su pantalón, solo es para obtener un mayor protección al igual que las otras piezas de la armadura.
-Madame, Si necesita algo no dude en pedirlo, no se avergüence confié en mi, ademas no podría hacerle algo a usted ya que no cuento con una vista jaja...- a Cátanamo no le gustaba que la gente le tuviese miedo, el era un guardia y la idea es que se sientan seguro con el, por eso trataba de convencerla que el es inofensivo sin parecer otra cosa.
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