Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 17, 2017 15:00:03 GMT
Aun cuando todo en su vida había mejorado, los momentos solitarios se habían acabado gracias a aquella chica de cabellos plateados que tanto le gustaba, aun así, algo no había cambiado... Los recuerdos sangrientos de su pasado. Su caminar lento, tranquilo, lo habían llevado hasta el Lago de las Hadas, disfrutando de aquella brisa mañanera que se podía sentir al estar cerca de aquel lugar tan relajante y hermoso, una sensación de paz única, a pesar de que su mente denuevo comenzara a jugarle ratos de dolorosas memorias. Las pesadas botas del Arconte dejaban una huella notoria en la arena del lugar, mientras sus ojos rojos carmesí se clavaban en el agua, más bien, en su reflejo al caminar por la orilla del lugar, pensando en como aquellos rasgos tan exóticos le habían hecho de verdad la vida imposible en el pasado. ¿Como es que aun después de tantos años, seguía recordando sus crímenes? Claro, no era algo que se olvidara de la noche a la mañana, pero aun así, lo recordaba todo con claridad, el más mínimo detalle, la más mínima cosa era recordada cada día y noche por la mente del Arconte, que nuevamente pasaba las noches en vela para evitar las pesadillas que ello provocaba. Llevo su mano al bolsillo interior de su chaqueta, sacando de forma delicada el pañuelo bordado que Silver le había regalado, ese con el bonito diseño de un conejo, recordar ese momento le saco una suave sonrisa a Xhial, la cual se apago de manera lenta, el tan solo pensar que algún día podría perderla por su error, lo carcomían desde el interior, de forma dolorosa.
Volvió a guardar aquel pañuelo, y con esa mano tomo lentamente la Alabarda Negra que siempre llevaba en su espalda, admirando el filo de esta, a pesar de que le había sido de ayuda en demasiadas ocasiones, esa arma era de las principales razones por las que recordaba esos momentos del pasado...
''¡¡EL SAQUEADOR DE OJOS ROJOS!! ¡¡ATRÁPENLO!!''
''¡¡CAPTÚRENLO, VIVO, O MUERTO!!''
'¡NO DEJEN PIEDRA SIN LEVANTAR, ENCONTRAREMOS A ESE LADRÓN!''
''¡¡CAPITÁN, NO PODEMOS CON ÉL!!''
''Mi muerte no significa nada... Saqueador... pronto pagaras... por tus crímenes...''
Enterró con enojo el filo de su arma en la arena, ¿Porque se sentía culpable de todo eso? Ellos lo habían obligado a hacer eso, lo encerraron, lo torturaron, y aun así, el siempre fue el criminal, eso lo enfurecía, y a la vez, lo hacia odiarse a si mismo, ¿Porque no pudo tener una vida normal? Huérfano desde que tiene memoria... Ladrón desde que fue un niño... Asesino desde que aprendió a empuñar un arma. Soltó suavemente la Alabarda, y dirigió sus manos a su ancho cinturón, sacando la Flauta plateada que Stella le había regalado décadas atrás, llevando sus labios lentamente a la boca del instrumento, intentando recordar alguna melodía para calmar su alma, pero al momento de tocar, solo notas desafinadas salieron, la ultima semana no eran más que eso, no era capaz de tocar, de entonar música, no sabia si solo estaba perdiendo su habilidad o... Simplemente estaba perdiendo la motivación que algún día tuvo. Dejo escapar un suspiro, mirando el instrumento, aun recordaba aquella trompeta de aviso... ''¡Revisen cada casa, si la información es correcta, el Saqueador se encuentra en este pueblucho!'' Las palabras que iniciaron aquella huida desesperada, la cual lo obligo a separarse de la primera persona que amo, ¿De verdad seguía afectándole? Más de lo que él quería, más de lo que podía soportar, y lentamente sentía como su espíritu se iba doblegando a aquellas memorias.- ... A fin de cuentas... soy más débil de lo que creí...- Murmuro bajando la mirada, aún con la Flauta en su mano, desvió la mirada a su arma, pensando que quizá era momento de despojarse de ella, y quizá... de la musica también.
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Alek Layne
La Resistencia
“Mi voz es un silencio sin adornos.”
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Post by Alek Layne on Sept 17, 2017 16:02:40 GMT
Huir, huir, otro día en que ocurría lo mismo. Había momentos en que la mujer se preguntaba el porque de su actuar, temperamental y confuso, actuando de una manera frente a otros y ocultando su sentir con la mayoría, había dolor, y ese dolor se reflejaba en su mirar lleno de seriedad y enojo. Mostraba un rostro, ocultando una verdad mientras corría.
Era rutinario, algo que disfrutaba para dejar esa sensación horrible de su cuerpo, pues; ¿Qué peor manera de experimentar algo que no puedes sentir? El dolor que no sentía en heridas, lo sentía en el alma. Ilógico. Para su suerte esa rutina tan poco común le servía, entrenamiento intensivo y carreras libres. Y aquel día no sería diferente, o al menos eso tenía en mente.
Desde temprano la licantropo se separó de la manada nuevamente, dirigiéndose a su propio rumbo para entrenar nuevamente. En el centro del bosque buscaba un lugar adecuado para practicar sus golpes y su fuerza misma, dando golpes constantes con piernas, pies y manos a los troncos que había, cada uno con marcas y sangre. Pero no dolía, era incluso más doloroso tener que verla a tener que experimentar las heridas que se causaba, ella quería sentirse viva, pero no podía.
Golpe, tras golpe, tras golpe, así siguió durante varias horas, hasta el punto en que rompió parte de uno de los troncos provocandose otra nueva herida. Únicamente a limitó a observar, ya era hora de irse a otro lugar a entrenar antes de romper todos los troncos. Dio un último golpe, causando que la herida se abriese más. Soltó un grito en seco, y por consecuencia salió corriendo del lugar, frustrada.
Después de unos minutos llegó a lo que parecía ser el lago de las hadas, donde incluso había un hombre reflexionando sobre sus propios problemas. Tian se acercó en silencio por detrás del aquel, sin buscar inoportunarle con su presencia, sin embargo, ella fue testigo de todo lo que había hecho aquel hombre, más sin embargo únicamente se había limitado a hincarse serca del lago y a limpiar su herida. Quitó con calma sus vendajes y los colocó por un lado, y al instante comenzó a "tratarse" la herida, recordando que dos personas en la manada le habían ofrecido hace tiempo su ayuda. Soltó un suave suspiro, pero el mismo había sido opacado por la voz dolosa del ajeno. Tian prestó atención a sus palabras, y mantuvo silencio ¿Debería hablarle? Dudó unos segundos, hasta que se animó a hablar, no perdería nada.
-...El éxito se logra mediante el desarrollo de nuestros puntos fuertes, no mediante la eliminación de nuestras debilidades... - Comentó con tranquilidad, mientras aún limpiaba la sangre, haciéndose notar por fin después de tanto rato. Únicamente dijo aquello, no muy expectante a esperar respuesta.
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 17, 2017 18:25:41 GMT
Estaba tan sumido en sus propios pensamiento que no se había percatado de la presencia de otra persona en aquel lugar, una mujer que si bien no se veía tan mayor, si mostraba tener una experiencia bastante amplia, en general sobre la vida, simple deducción por parte del Arconte. Parecía tener unas heridas bastante notorias bajo aquellos vendajes que llevaba, se podía ver por la sangre que dejo escapar al sacarlos de sus manos, luego de que sus palabras de cierta manera hicieran eco en la mente de Xhial, una interrupción, si bien inesperada, para nada molesta.- Eliminar mi debilidad... Seria eliminar mi pasado, cosa que no puedo hacer... O simplemente no he encontrado la forma.- Comento de la misma manera tranquila, seca y fría, tan clásica de él, mientras miraba de reojo el como la ajena limpiaba aquella herida sangrante, cosa que de una u otra manera preocupo al Arconte, quizá de manera inconsciente.- ¿Estuvo en alguna pelea?.- Pregunto sin más, pero con un tono respetuoso ya que se trataba de una desconocida al fin y al cabo.
Miro una vez más su Flauta, antes de volver a guardarla en el cinturón que traía, de verdad sentía que si ya no podía tocarla, no merecía conservarla.- No es necesario que responda si no gusta.- Dijo mientras volvía a mirar en dirección al vasto lago que estaba frente a los dos individuos. ¿Debía decir algo más? Realmente no lo sabia, jamas fue bueno para hablar con otras personas, ni expresándose ni simplemente entablando alguna especie de conversación con otros individuos, cosa que de cierta manera lo hacia decepcionarse de si mismo, pero quizá debería intentarlo al menos. Se fijo en la mirada de la mujer, que si bien no la veía con claridad, mostraba una seriedad igual, o incluso peor que la del Arconte.- Mi nombre es Xhial, a todo esto.- Menciono un tanto desinteresado, presentándose más por cortesía que por otra cosa.
No entendía realmente, que tenia que hacer para dejar ir por fin las memorias de un pasado que ya no iba a volver de ninguna manera, no podía salir de Mirovia, no sabia si su pueblo aun estaba vivo, 90 años ya habían pasado y seguía sin poder dar aquel paso para olvidar todo de una vez, sobrellevarlo no iba a ayudarlo mucho, sabia que todo se acumularía y explotaría en un mal momento... ''Vete, tienes que irte, Xhial... Yo estaré bien, si te ven, ellos...'' Las palabras de Stella aun resonaban, fuertes y claras, angustiadas incluso, pero sabia que era un sacrificio que debía hacer por la seguridad de todos los que alguna vez amo, aunque eso significara que él mismo se volviera una persona diferente.
Llevo su mano nuevamente a tomar la Alabarda para llevarla a su espalda donde siempre se encontraba, pero apenas su palma y sus dedos rodearon el frio acero, su mano tembló ligeramente, cosa que lo sorprendió de manera notoria, con otra memoria, otra voz agonizante... ''No puedes cambiar... l-lo que eres... Demonio... Un... ¡¡Miserable Demonio...!! Agh...'' Las palabras de uno de los Capitanes de los soldados que lo perseguían, su ultimo aliento dedicado a maldecir al Arconte por haber acabado con su vida, cosa que en ese momento no le había afectado en lo más mínimo, ahora eran palabras que de verdad pesaban en el.
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Alek Layne
La Resistencia
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Post by Alek Layne on Sept 17, 2017 23:15:21 GMT
-Nunca he mencionado que debe eliminar su debilidad, pues en la propia debilidad reside la fortaleza...- Comentó tranquila mientras comenzaba a despojarse de su parche, el cual, colocaba por un lado de ella, encima de sus vendajes. Sin esperar respuesta continuó hablando, serena y calmada, quizá un poco intrigada ante el actuar contrario. - Somos entes privilegiados, tenemos vida y miedo de vivir, gracias a la debilidad siempre estaremos alerta para salvaguardarnos con prudencia de la vida misma y de nuestros actos... ¿Qué seríamos sin debilidades? - Explicó con una voz un tanto seca, tomando con ambas manos un poco de agua y acto seguido de ello, mojó su rostro. Reflexionó sus propias palabras, era algo curioso que ella fuese capaz de decir algo como ello, siendo tan ignorante en seguir sus propios consejos.
Hubo silencio, pero Tian continuaba limpiando su herida, como si unicamente ella estuviese ahí, la sangre se mezclaba con el agua y el color rojizo se perdía poco a poco. Todo era silencioso, hasta que la voz masculina se hizo escuchar nuevamente, era una duda para la licantropo, que más bien parecía un joven. Dejó de limpiar su herida unos momentos, intentando buscar respuesta a la pregunta del joven, pero aquel habló al instante en que la mujer daría respuesta. " No es necesario que responda si no gusta..." Tian guardó silencio pensando en las palabras ajenas, ¿Por qué preguntaba por algo y luego le brindaba la opción de no responder? Ilógico. Soltó un suspiro suave y siguió con lo suyo, escuchando el nombre del menor, limpiando con sumo cuidado donde faltaba un ojo. - No he preguntado su nombre, pero agradezco que sea amable. - Musitó sería, mientras dos de sus dedos se encargaban de llevar agua limpia a la pequeña cavidad. - Xhial...- Dijo su nombre con gentileza, haciendo una breve pausa para que su voz no sonará como si estuviese molesta. - ¿Su pregunta se debe a que está preocupado? De ser así, no hay necesidad de ello, sólo son heridas de entrenamiento...- Comentó como si nada, girando su rostro al del menor, olvidando por un momento que su parche no estaba en su rostro, y viendo con cierto interés cada movimiento que el arconte hacia, mostrando dolor y dudas con sólo movimientos simples. Tian se percató del como aquel hombre dudaba para tomar la Alabarda, misma que él había colocado en ese sitio. - No cambiará nada si sólo lo evita, Xhial. Tomé el arma y deshagace de ella o del remordimiento, antes de que lo consuma. - Musitó algo apática mientras regresaba su mirar al lago, limpiando ahora sus vendajes, notando como poco a poco sus heridas comenzaban a cicatrizarse, pensando seriamente en que decir después, algo arrpentida de su actuar con el ajeno, pues no estaba acostumbrada a lidiar con ello y sólo se disponía a suponer lo obvio. - ¿Acaso busca consuelo? ¿O ruega por ser escuchado?...- Cuestionó con interés, y justo después de ello, bebió un poco de agua del lago, refrescando su garganta, en espera de una respuesta.
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 18, 2017 18:46:46 GMT
Al parecer, la presentación del Arconte había sido algo innecesario luego de aquella respuesta, al menos había agradecido la amabilidad, algo era algo. ¿Realmente se había notado esa ligera preocupación en sus palabras respecto a su pregunta anterior? No creyó que fuera notoria, más bien, creía que había pasado totalmente desapercibida, pero no fue así, al menos, había confirmado que aquellas heridas no habían sido por algo grave, o eso esperaba.- Ya veo, debió ser un duro entrenamiento.- Comento miraba por el rabillo del ojo sus acciones, debía ser alguien que se tomaba muy enserio los entrenamientos si incluso llegaba a dejarse ese tipo de heridas.
La duda se mantuvo por unos momentos más mientras el frio acero de la empuñadura de su arma hacia contacto con la piel de su mano, esa sensación seguía ahí, la inseguridad de volver a empuñar aquella arma, hasta que sus pensamientos fueron rotos por las palabras de la mujer que se encontraba en su compañía, las cuales si bien eran secas, tenían total razón, no podía seguir así, sumido en un pasado que ya no era más, pero era difícil, demasiado, olvidar todo y seguir adelante era una tarea complicada para él. Iba a responder a su pregunta, pero otras palabras salieron, unas que el Arconte realmente considero. Dejo escapar un pesado suspiro, finalmente desenterrando la Alabarda de la arena, y dejándola despacio en su espalda, buscando no seguir pensando en las constantes voces que recordaba de aquel devastador tiempo.- Se que evitarlo no sirve, y creame que he intentado sobrellevarlo de muchas formas.- Comento acercándose un poco más a la orilla pero aun manteniéndose a una distancia prudente de la mujer.
Y... Ni uno, ni lo otro, jamas me había preguntado eso, pero siento que eso solo seria dar pena innecesaria.- Explico desviando un poco la mirada para verla, ni siquiera a su amada le había contado aquellas cosas tan delicadas, sentía que no debía, sabia que ella tenia sus propias cosas en las que pensar, sus miedos, y sus recuerdos, no iba a darle más presión al preocuparse por él.- Aunque, tiene razón en que debería deshacerme del remordimiento que siento.- Dijo con un tono un poco más amable, se había dado cuenta que ella también había hecho un intento por no parecer tan apática, ¿Porque no hacer lo mismo?, después de todo, no parecía ser alguien que solo opinara porque si, era objetiva, casi segura de sus palabras. Le genero curiosidad el hecho de que aquel parche que llevaba ya no tapaba lo que parecía ser una grave de alguna herida, pero, no iba a preguntar nada sobre ello, no era para nada prudente.
Debe someterse a duros entrenamientos si logra obtener ese tipo de heridas.- Trato de mantener aquel tono de cortesía que había usado previamente, de alguna manera sentía que desde todos los sucesos con Silver, se había ablandado al punto de ser capaz de mantener una conversación más ''Normal'' Con otras personas, eso era algo bueno, o eso creía.- Aunque de cierta manera es admirable.- Reconoció mientras relajaba un poco los hombros, la brisa aun se sentía fría, pero agradable, a pesar de lo friolento que podía ser Xhial, le agradaban los climas así de templados, le traía devuelta esa sensación de paz que tanto le gustaba.
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Alek Layne
La Resistencia
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Post by Alek Layne on Sept 18, 2017 22:28:12 GMT
- Estoy acostumbrado a este tipo de entrenamiento, todos los días es igual. - Contestó a las palabras gentiles del arconte justo después de haber bebido del lago, el hombre cada vez se mostraba un poco menos tenso y Tian se percataba del como se dedicaba a mirarla de vez en vez, quizá con duda sobre el porque de sus heridas tan notorias. Más no dijo nada, únicamente se limitó a responder a las cuestiones del otro, pues creía que era lo más correcto en esa situación.
La joven sabía que el menor aún tenia dudas, y era algo completamente normal, pues ella había pasado por lo mismo. Las palabras del arconte resonaron en su cabeza, mientras ella miraba con calma el suave movimiento del lago, observando con cierto desinterés su propio reflejo notando como el ajeno se acercaba un poco.
"Sobrellevarlo..."
Aquello causó estragos en su cabeza, y un dolor en el pecho surgió de repente, recordándole tantas cosas mientras aún escuchaba las palabras del joven que parecía ser alguien conocedor del dolor mismo. La licántropo soltó un suave suspiro, y sin prisa alguna procedió a colocarse nuevamente sus vendaje. Hubo silencio por breves momentos, hasta que se decidió a hablar para interrumpir la calma.
-"Sobrellevar" las cosas nunca sirve de nada, es cargar peso innecesario por culpa, además...- Comentó serena mientras desviaba su mirar, mirándolo de reojo con cierta frialdad involuntaria. - Creo que es más lamentable y penoso asumir que sus actos generarán respuestas negativas en los demás, aprenda a pedir ayuda cuando lo necesite... - Sugirió con una voz neutral, regresando su vista al frente y con algo de frustración por sus propias palabras; pues ella misma no podía seguir sus propios consejos, pero al saber eso, conocía en experiencia propia lo aterrador y frustrante que era ese sentimiento de guardar y acallar todo, pensar en lo peor cuando aún no se daba a conocer la verdad, suponer cosas que no le correspondían.
Nuevamente escuchó la voz del joven de cabellos cortos, cortés pese a no conocerle, quien conforme hablaba parecía desenvolverse más con ella. Tian no comprendió sus palabras ¿Era un halago? Con calma se apoyó en sus rodillas y se reincorporó con cierto desgano, confusa y algo "molesta" por aquello. Hubo silencio de su parte, mientras se mantenía de pie frente al lago, hasta que su voz captó la atención del otro.
- No comprendo por que debería ser admirable... Un deseo contínuo por querer experimentar algo imposible mediante el daño propio no es digno de admirar, ni siquiera de mencionar...- Respondió al posible halago del otro, sin malas intenciones pero pareciendo que su actitud era cruda y fría.
Hubo un silencio incómodo, Tian se mordió la lengua al percatarse de su actitud. Soltó un suspiro lleno de pesadez y al instante se agachó para alcanzar su parche. - Lo lamento, si eso era un halago... creo que lo he echado a perder. - Dijo sería, reincorporarse ya un poco más calmada y acto seguido de ello, colocándose de nuevo su pequeño tesoro. - No estoy acostumbrado...- Musitó calmada mientras se giraba hacia él, viéndolo de frente y percatandose de la altura de ambos, ella un poco más alta que el contrario.
- Puede que suene un poco extraño pero... me gustaría brindarle un poco de ayuda, más que nada porque se como es ese sentimiento que le atormenta...- Musitó calmada mientras caminaba por el lugar, alejándose del lago y del mismo arconte, guardando distancia de sólo unos pocos pasos. - Tenga una pelea conmigo. - Dijo finalmente, y sin esperar respuesta o excusa ajena, continuó hablando. - Algunas veces, sacar toda esa energía reprimida es una buena forma de sentir alivio... - Explicó sus intenciones, pensando en el bienestar ajeno... por más increíble que pareciese.
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 20, 2017 19:34:41 GMT
Las palabras de la mujer no se hicieron esperar mucho para contradecir lo dicho por el Arconte, quien la miro con cierta sorpresa ante ello, ¿Aprender a pedir ayuda? No era algo que acostumbrara Xhial, el pedir ayuda fue algo que dejo atrás hace demasiados años, y aun así, sentía que ella tenia razón con lo que decía, si ni siquiera era capaz de pedirle ayuda a la persona en la que más confiaba, ¿Como se supone que lograría superar aquel tormento que lo seguía? Quería encontrar la manera sin preocupar a otros, pero en el fondo sabia las consecuencias de hacer eso, de no confiar en los demás, consecuencias que podrían llevarlo a perder todo nuevamente, era una elección fácil, y aun así en la mente de Xhial se complicaba mucho, una especie de orgullo estaba presente que no quería desistir en su decisión.- Ojala fuera tan fácil.- Comento mientras se mantenía mirándola, esta vez con una notoria curiosidad en su mirada.
A pesar que sus palabras no iban con una intención en particular, si se podían considerar una especie de Halago de una u otra forma, aunque, al parecer la ajena no se lo había tomado como tal, sus palabras dieron a conocer cierta ''Molestia'' quizá en lo dicho por el Arconte, aunque prefirió no decir nada luego de ello, sentía que la situación podía empeorar si trataba de justificar aquel inconsciente halago. Aquel silencio no duro mucho hasta que la voz de la mujer rompió aquella incomodidad generada por ese mismo silencio.- No se preocupe, diría que tampoco estoy acostumbrado a ellos así que entiendo su sentimiento, pero, si podría considerarse uno, aunque... no muy bueno que digamos.- Reconoció mientras notaba la leve diferencia de alturas entre ellos, cosa que realmente no era de mucha importancia en el momento.
¿Ayuda...?.- Murmuro apenas la ajena volvió a hablar, realmente no entendía porque alguien desconocido querría brindarle ayuda a alguien como él, pues de cierta manera, no parecía alguien que la necesitara mucho, aunque bien dicen que las apariencias engañan, y mucho. Su sorpresa fue notoria ante la petición, ¿Una pelea? ¿Porque razón? No lo entendía realmente, una pelea solo porque si no era algo que el acostumbrara a hacer, pero la explicación ajena fue algo que lo hizo meditar la petición, ¿Aceptar o no? Un dilema realmente, si bien tenia razón en que era una buena forma de liberar tensión, no quería lastimar a alguien así como así, pero, tampoco podía subestimar a alguien que no conocía que incluso, podía ser alguien de temer, esa sensación le daba aquella persona frente a él.
Si usted lo dice, creo que debe tener razón... ¿Pero esta seguro de eso...?.- Comento caminando un poco a la misma distancia de la orilla que la ajena, sacando su Alabarda, y enterrándola nuevamente en el suelo, no iba a luchar con ella contra alguien desarmado a menos que fuera una situación de vida o muerte.- Si es así... Entonces no veo porque deba rechazar.- Explico mientras se preparaba y se mantenía en esa posición, parado y esperando el actuar ajeno, clavando su mirada en ella, ¿Hace cuanto no luchaba de esa manera? Solo con su cuerpo, sin su arma, aunque bueno, seria una buena practica en caso de que algo sucediera, le ayudaría, aunque también esperaba que esa simple pelea no pase a mayores.
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Alek Layne
La Resistencia
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Post by Alek Layne on Sept 21, 2017 6:05:48 GMT
- Se que no es fácil, lo se muy bien. Por eso mismo le recomiendo afrontarlo antes de lamentarlo...- Contestó a la brevedad, pensando seriamente en lo que ocurría en aquella mente tan joven, pues pese a aquel semblante serio podía notarse un alma frágil. Tian guardó calma, sin querer comentar más de lo necesario a lo que debía responder, dudosa de que decir en respuesta a lo siguiente que diria el arconte.
-Quizá sería bueno en otras circunstancias, es una lástima que dicho halago fuese desperdiciado conmigo. - Contestó a la gentileza del ajeno, mostrando seriedad en el semblante pero con un tono de voz algo apenado por su actuar tan seco.
La licántropo miró con interés el reaccionar ajeno, atenta al rostro del menor ante tal propuesta y a la vez, algo inquieta por su respuesta. Se percató de como el otro pensaba bien que hacer, pues ciertamente dicha propuesta había sido bastante inesperada, más aún viniendo de un desconocido... y no uno cualquiera, sino una que no disfruta la compañía de otros. Tian esperó con calma por una respuesta, el silencio por parte del arconte le daba a entender que ciertamente lo estaba pensando, entonces ella reaccionó, realmente tenía problemas "serios" que necesitaban liberar tensión y no sólo se trataban de situaciones al azar. Había un trasfondo, uno que hizo que la mujer se emocionara ligeramente, no por el dolor ajeno, sino por la forma en que aquel podría liberarlo.
- Si no estuviera seguro simplemente me hubiera ido ¿No creé? - Comentó algo irónica pero con calma a la cuestión ajena, mientras miraba como el ajeno se despojaba del arma y la enterraba nuevamente en el suelo. No dijo nada en aquel momento, sólo se limitó a observar el Alabarda del chico, pues tuvo una idea que después vería si sería de ayuda o no. Su mirada estaba fija en el otro y sus movimientos, hasta que la voz del arconte le hizo recobrar cierta consciencia. - Seguro será beneficioso para los dos. - Respondió al comentario del hombre, limitándose de decir algo más pues seguramente diría algo innecesario para el momento. Estaba algo emocionada ante aquello y más que nada, expectante a lo que sucedería después de ello, ya que en el fondo, deseaba poder ver al ajeno sostener nuevamente su arma sin dudar como hace recién. Conocía esa mirada, y ese sentimiento, se había visto reflejada en el arconte por unos instantes. La joven se percató de su egoísmo, ¿Lo hacía por el joven de cabellos cortos o por ella? No lo consideró demasiado, lo hacía por ambos; pues su mayor debilidad era tener un buen corazón entometido.
Los pensamientos rondaban en su cabeza, pero se hayaba concentrada en su oponente; quien mostraba una pose un tanto adecuada, quieto y en espera de algún golpe ofensivo por parte de ella. Tian clavó su mirar en los ojos del ajeno,tomando el momento más enserio y despejando su mente de los problemas brevemente.
-...- Esperó algún movimiento por parte del hombre, más sin embargo no lo hubo. La mujer se acercó con lentitud, sintiendo el suelo con sus dedos sin perder de vista al otro, manteniendo una buena postura y sus pies separados pese a estar avanzando. Analizó con cuidado a su oponente y sin previo aviso, atacó. La licántropo asestó un golpe tipo teisho en el mentón contrario, provocando que este perdiera un poco el equilibrio y a la vez, le perdiera de vista. Sin hacerse esperar, la mujer se giró velozmente, colocándose detrás del arconte primero para confundirle pero al instante llendo a un lado de este para hacer lo que ya tenía en mente. Lo miró de reojo, buscando saber si el otro se esperaba aquello, y con cierta fuerza y velocidad aplicó una técnica aikido sobre él; el ikkyo. Sujetó con osadía el antebrazo del menor, separó sus piernas para tomar impulso y en un movimiento tenaz llevó hacia abajo el cuerpo del otro ante su agarre tan fuerte, provocando que el ajeno azotase contra el suelo. Tian retenia el brazo completo del hombre contra quien luchaba ahora, obligándole a estar inmóvil hasta que ella decidiera soltarle, mirando con frialdad aquel rostro tan serio que cargaba el pelimorado.
- No se limité... Xhial.- Fue lo único que dijo, y acto seguido de ello, soltó al arconte y retrocedió unos cuantos pasos con velocidad, volviendo a retomar una pose defensiva y calmada a una distancia prudente, esperando a que su oponente se colocará nuevamente de pie.
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 23, 2017 1:07:12 GMT
Ya ambos individuos se encontraban en posición para comenzar lo que seria aquella pelea amistosa para poder liberar la tensión acumulada del Arconte, que de alguna forma había decidido que quizá si seria una buena idea el intentarlo, después de todo, su ultima pelea había sido contra aquellos lobos que habían atacado el ganado de los granjeros, y antes de eso, habían pasado décadas desde que había levantado su mano en alguna lucha. Aun mantenía su vista en la ajena, sus pies, sus brazos, tratando de analizar todo, pero el movimiento contrario fue sorpresivo en su totalidad, el golpe en el mentón había sido efectivo para evitar que Xhial reaccionara a los siguientes movimientos de la contraria. Se iba a girar cuando noto que se encontraba detrás de él, pero eso tan solo había sido una distracción, el verdadero objetivo de la mujer se hizo conocer, tirarlo contra el suelo con una técnica si bien exótica, totalmente efectiva. El cuerpo del Arconte cayo al suelo de manera violenta, mientras era retenido, aun así, en esa posición, Xhial mantenía su mirada fría, casi nulas expresiones, si, había dolido, pero había aprendido de mala manera a aguantar en gran medida el dolor.
No paso mucho para que el fuerte agarre de la contraria cesara, acompañado de unas palabras que causaron que Xhial dejara escapar un suspiro.- Limitarme... .- Murmuro levantándose, llevando su mano a su otro hombro, moviendo su brazo, haciendo sonar un poco los huesos de su mano a la par que cerraba el puño, y volvía a mirarla, definitivamente no era alguien a la que se debía subestimar. Volvió a colocarse en una pose de combate, respirando profundamente y dejando escapar el aire de forma suave y calmada, acto seguido, alzo un poco más el codo de su brazo para que que guardia quedara más alta, tapando lo que era casi todo su rostro, tan solo dejando que sus ojos rojos fueran vistos por la contraria. Recordó aquellos combates en las calles que había tenido, brutales sin duda, pero le habían ayudado a aprender varias formas interesantes de combatir.
Separo un poco las piernas, y en un veloz paso agacho su torso mientras daba una especie de zancada en contra de la rival, dando un golpe no muy fuerte con su puño en la costilla de la mujer, y de inmediato uno de la misma fuerza en su abdomen ''Búsquenlo...''. De manera inconsciente, mientras la pelea se llevaba a cabo, su mente comenzó a recordar varias cosas, las clásicas frases que escuchaba mientras huía. Dio un pequeño salto hacia atrás luego de dar aquellos dos golpes, moviendo un poco sus piernas sin despegar ni un momento su vista de la mujer ''Encuentrenlo...''. Volvió a dirigirse en contra de ella, esta vez estirando su mano para sujetar la muñeca contraria, y tirarla hacia adelante en dirección a él, llevando su puño hacia atrás con más fuerza aún ''¡Asesínenlo...!''. Su puño se detuvo tan solo a unos centímetros del rostro de la mujer, sin despegar su vista de ella, ¿Que lo había hecho detenerse?, Había usado una vez aquel movimiento, el resultado, fue básicamente romperle la mandíbula a aquel soldado que sufrió el ataque, después de todo, el pasado seguía cargando y afectando su presente.
Lentamente bajo su mano a la par que soltaba la muñeca ajena dejando escapar un suspiro y daba unos pasos hacia atrás, sabia que probablemente la contraria se molestaría por haber detenido el ataque, pero el Arconte conocía su propia fuerza, y a pesar de que ella se veía como alguien con bastante experiencia en la lucha, no se veía con un cuerpo tan resistente, no quería causar un accidente por tan solo una practica, no se lo perdonaría, y menos si se trataba de alguien que tan solo quería ayudarlo.- Siento eso... Si quiere continuar, esta bien.- Comento tratando de relajarse un poco, podía controlar su fuerza, pero en ese momento por alguna razón, sentía que podía lastimarla si la golpeaba de esa forma.
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Alek Layne
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Post by Alek Layne on Sept 24, 2017 0:11:20 GMT
Permanecía lejos del ajeno, escuchando con atención sus movimientos y aquel sonido tan desagradable que provenía de los huesos del mismo. Ella estaba lista para lo que fuese a hacer el otro, pues su entrenamiento solía ser más defensivo que ofensivo. Miró expectante aquellos ojos color rojo intenso que se asomaban detrás del antebrazo del arconte. De igual modo se preparó en una posición relajada para detener al menor, atenta a como separaba sus piernas y en un veloz movimiento se acercaba hacia ella, listo para golpearle. Tian veía aquello como si estuviese en cámara lenta, estaba dispuesta a evitarlo y a sostener el brazo del joven para torcerle nuevamente y arrojarlo contra el suelo de nueva cuenta...
Pero no lo hizo.
Primero un golpe, luego otro. No hubo dolor ni quejido por su parte, ni siquiera retrocedió ante aquel fuerte impacto. No se movió adecuadamente a propósito, por mero placer de ver aquellos movimientos y probar que tan lejos llegarían sus golpes y su fuerza misma. Pero más que nada, no lo hizo porque de cierto modo esos movimientos le recordaban a su hermano, un grato recuerdo le invadió y sin más dejó de prestar atención a querer moverse o querer pelear, no era necesario, el ajeno demostraba prudencia pese a todo. Y un deseo egoísta surgió en su cabeza, querer recordar nuevamente el estilo de pelea de su gemelo.
Sin perder tiempo, sintió el fuerte agarre del otro, y únicamente sus cabellos se mecian en dirección a él, cubriendo su semblante serio; estaba lista para recibir lo que viniese, ella lo había buscado en un principio. Dirigió su mirar hacia el rostro del arconte, permanecía seria y algo interesada en el puño que se asomaba con velocidad y fuerza, el cual podía observar acercarse con lentitud...
"No lo hará... ¿Verdad?..."
Pensó mientras veía aquel fuerte brazo acercarse, sin rechistar ante aquello, preparada para recibir el golpe... Pero no lo hubo. Tian guardó silencio y únicamente se limitó a ver a Xhial, sin mostrar enojo o reacción alguna a lo que había sucedido y a lo que no sucedió, permanecía serena e interesada mientras sentía que era soltada con lentitud. Unas palabras llegaron a sus oídos a la par que se reincorporaba adecuadamente mientras el hombre retrocedía de ella, no pudo evitar dejar escapar una leve risa y justo después de ello un suspiro leve.
- No encuentro lógico querer continuar. Ya vi lo que tenía que ver. - Explicó calmada mientras desenrrollaba con lentitud las vendas del brazo que había sido jalado por el otro, caminando hacia donde estaba el menor para mostrarle su muñeca. - Parece alguien bastante fuerte y razonable, piensa en lo que hace y el como repercutirá aquello...- Comentó con una voz neutral al chico, mostrando la muñeca que tenía ligeras marcas recién hechas ante el fuerte agarre del arconte, Tian las señaló con el índice de su otra mano, tan tranquila como siempre. - Pero parece que su mente está distraída en algo más, dejar marcas ante el agarre sólo denota que deseaba aplicar aún más fuerza que antes, al principio su agarre fue normal pero hubo un momento en el que la presión fue mayor de su parte... Seguramente recordó algo... ¿O me equívoco?...- Cuestionó algo interesada y al instante comenzó a vendar nuevamente su brazo, importando poco lo que sucedía con su piel, después de todo no podía sentir dolor. - No me parece prudente preguntar directamente sobre algo que le aflige, pues no es mi asunto y seguramente no habría respuesta... Pero únicamente preguntaré algo que me causa curiosidad...- Musitó con serenidad, ajustando su vendaje y dejándolo en perfectas condiciones, desviando su mirar al cuerpo del menor. - ¿Por qué detuvo el golpe? ¿Por consideración a mi persona? - Su tono de voz fue algo seco y parecía molesto, pero no era el caso. La licántropo guardó silencio y esperó con paciencia una respuesta, algo expectante a lo que diría el joven.
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Sept 27, 2017 23:29:54 GMT
Manchas de sangre invisibles para todos los demás era lo que veía el Arconte en sus propias manos, unas que por más que intentara olvidar todo, no se iban, seguían ahí recordándole los crímenes que en el pasado cometió. No lo entendía, habían pasado décadas, jamas había flaqueado ante ninguna pelea, fuera amistosa o una real, y ahora, en ese momento, sintió como una vaga ilusión le mostraba que pasaría si daba aquel golpe, repitiendo ese acto del pasado, y no era nada bueno. Las palabras ajenas no le extrañaron para nada, después de todo, de cierta manera se había mostrado cobarde al detener ese ataque de manera repentina, pero lo que si logro extrañarlo fue el hecho de ver aquellas marcas notoria por su agarre en el brazo de la mujer, ¿De verdad había usado más fuerza? De manera inconsciente quizá, su intención solo era un agarre leve, pero al parecer, fue más que eso.
Las palabras que vinieron por parte de la mujer sobre su fuerza, su razonamiento, si hicieron pensar un poco al Arconte, pero, más que eso, fueron las posteriores, la deducción de la contraria, no, no se equivocaba, hubo un momento en que pretendía no limitarse, y golpear con la mayor fuerza posible, fue un instante antes de detener el golpe ante aquella visión.- ... Quizá.- Dijo el Arconte en voz baja, aun con su mirada clavada en las marcas de su mano en la muñeca ajena, viendo cada posible detalle de estas. Su mirada se levanto para observar a los ojos de la mujer, mientras esta hablaba, el Arconte desvió brevemente su mirada a la Alabarda que se encontraba enterrada en la arena aún, hasta que la pregunta contraria finalmente fue formulada, el Arconte dejo escapar un suspiro para agachar levemente la cabeza.- En parte fue así... En parte por no querer cometer otro error.- Confeso mirándola y acercándose posteriormente a su Alabarda, mirando el filo enterrado de esta.
A decir verdad, supongo que sentí miedo durante un momento.- Explico sin quitar su vista de su arma, pensando en que más decir, pensando en la confianza que le estaba dando aquella mujer por alguna razón.- No seria la primera persona que lastimaría de esa forma.- Comento esta vez volteando a mirarla, con esa mirada inexpresiva en su rostro pero que a la vez se podía notar cierta tristeza en los ojos del Arconte.- Siendo más especifico, décadas atrás, con este mismo puño le rompí la mandíbula a un soldado.- Contó mientras volvía a sacar la Alabarda del suelo, mirando el filo de esta.- Y podría decir incluso que eso es algo poco a otras cosas que he hecho.- Dijo en otro suspiro, ¿Cuantos pecados había cometido hasta aquel día? Demasiados para ser contados, y otra gran pregunta que pasaba por su mente era, ¿Silver lo aceptaría si se enterara de todo ello? ¿De su pasado de Ladrón y Asesino? Era algo que realmente quedaba en duda para él.
Con este entrenamiento me termine de dar cuenta... De que aquello aun me aflige de gran manera.- Confeso mirando esta vez su mano, con cierto enojo para luego cerrar el puño con fuerza.- A todo esto, y si no es molestia, me gustaría conocer su nombre.- Menciono calmándose un poco y mirándola, creía que podría hablar de mejor manera con la ajena si al menos conocía su nombre.- Y... creo que debo agradecer por haber ofrecido aquella pelea, al menos, ahora se un poco más con certeza que es lo que específicamente no puedo olvidar.- Comento mientras se encogía un poco de hombros, pensando en como seria capaz de dejar todo atrás de una vez.
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Alek Layne
La Resistencia
“Mi voz es un silencio sin adornos.”
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Post by Alek Layne on Oct 14, 2017 4:22:31 GMT
"...Quizá"
Un breve silencio y una sola palabra que le hizo reflexionar al respecto. Sintió la mirada posada en su único ojo y al instante pudo ver como esa mirada color rojizo se reubicaba al alabarda de nueva cuenta, haciendo una pausa que le carcomia en el alma. Si bien su respuesta no le sorprendió demasiado, verle agachar la cabeza fue lo que causó impresión en la fémina, quien sólo lo seguía con su mirar, ajustando con total naturalidad sus vendajes y después de ello, metiendo su brazo derecho en sus prendas holgadas, dejándolo reposar a la par que buscaba una pequeña caja con menta. Escuchaba la tenue voz del otro, ella permanecía en silencio mientras comenzaba a acercarse a la orilla del lago, dejando sus pies ser mojados por el leve vaivén que apenas se notaba. La licántropo miraba el agua pero también observaba de reojo los movimientos del menor, el como su mirada reflejaba tristeza, dolor y aflicción; el como este sacaba su arma para apreciar el filo. Con total gusto y paciencia escuchaba, hasta que hubo un pequeño momento de silencio el cual aprovechó para comentar.
- "Otro error", "Miedo", "Lastimar, herir"... "Hace décadas" -Repitió con una voz neutral- ... Xhial...- Musitó calmada mientras posaba su mirar al frente, erguida y pese a todo, serena. Pronunció su nombre con un tono de voz más tranquilo, sin esperar respuesta siguió en lo que tenía que decir. - Me parece admirable que pese a lo que ha vivido quiera intentar fingir que todo ésta bien cuando la realidad es otra, quiere vivir pero se atormenta y prefiere sobrevivir con las sobras de lo que su mente le deja, parece deseoso por querer deshacerse de aquello que le aflige... Y no lo culpó, es natural. Pero, ¿Cómo podrá hacerlo si no puede aceptar la realidad? Las acciones de una persona no lo definen, no hay acciones buenas o malas pues las circunstancias son diferentes para todos, esas acciones quizá causaron un impacto en su persona pero debe afrontarlo, las cosas suceden por algo... y ese "algo" es uno mismo; somos privilegiados de ser razonables y tomar decisiones con la cabeza y el corazón. - Dio un comentario con total tranquilidad, sintiendo como la brisa reaparecia y movía con lentitud sus cabellos y partes de sus prendas. Hizo una breve pausa; sin más giró su rostro con lentitud hacia él y comenzó a avanzar lentamente a su persona, mirando con seriedad al ajeno. - Lo que haya hecho o no, han pasado años y sigue atormentandose por la culpa y el remordimiento, y eso es aún más admirable, pues no cualquiera se doblegaria ante tales dificultades... No le pido que olvide lo que ha vivido como si fuese tan sencillo, únicamente le aconsejo que acepte lo sucedido y poco a poco comprenda que la vida se trata de ello... - Añadió con calma y una vez estando al frente del ajeno pudo escuchar nuevas palabras y un movimiento que reflejaba fuerza y quizá algo de impotencia; un puño.
Su mirada se posó en el puño que presionaba y presionaba con insistencia y fuerza, hasta que el ajeno hizo una petición, una petición que le hizo sorprenderse un poco, elevando su mirar con cierta confusión pero un semblante serio. Guardó silencio mientras posaba ahora su mirar en los ojos del muchacho , unos cuantos segundos silenciosos en los que la mujer miraba el color rojizo de aquellos.
- Tian -
Pronunció su nombre con calma a la par que regresaba su mirar, prestando atención a los árboles alrededor de ellos. Respondió con amabilidad a la petición del menor, pero una vez dicho aquello y después de unos breves momentos de silencio, la voz del arconte nuevamente captó su atención. Palabras gentiles salieron de aquella boca.
- No tiene nada que agradecer, no he hecho nada realmente. - Comentó tranquila mientras sacaba su pequeña caja de hierbas y de esta, unas hojas medicinales y unas cuantas hojas de menta. Rebuscó entre esas pequeñas hojas y en cuanto vio una ideal de menta la tomó con sus dedos y la colocó en su propia lengua para después masticarla. Una vez hecho aquello, guardó nuevamente su pequeña caja donde estaba y de aventuró a pasar el dedo índice de su diestra por encima del filo del arma del menor, provocando que pequeñas gotas de sangre saliesen. Pero pese a ello, permanecía sería y sin inmutarse al respecto por lo que sucedía. No había dolor.
- Xhial... ¿Tiene a alguien muy preciado para usted? - Preguntó con calma mientras llevaba su propia mano herida cerca de sí misma para ver el corte. Sin esperar respuesta habló antes que el joven, con la mirada fija en la sangre que emanaba. - Si lo tiene, aferrese a esa persona y hable sobre su sentir... Le aseguró que pese a las adversidades del pasado y del presente, esa persona que atesora tanto seguiría ahí para usted... - Añadió un comentario gentil, y sin poder evitarlo dejó escapar una leve y muy baja risa. Algo irónica. - También debería dejar fluir todas esas lágrimas que en algún momento ha impedido que salgan. El llanto no soluciona nada pero es una forma muy... "simple" de desahogo, con alguien de confianza, en soledad... el llanto no es malo. Somos privilegiados Xhial. Continuamente caemos y caemos, pero todo para aprender a levantarnos y seguir adelante...- Fue lo último que dijo, con un semblante fresco y calmado, serio.
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