Post by Mio Kuro on Sept 20, 2017 4:30:51 GMT
Nombre: Mio Kuro
Género: Masculino
Edad: 113 (aparenta 20)
Raza: Kitsune
Corte: Primavera
Lugar de Residencia: Ciudadela
Ocupación: Sin empleo
Stats: 12 estrellas a repartir. Recuerda que una vez puestas tus estrellas, no las puedes cambiar. El máximo que puede tener cada stat es 5 estrellas.
• Fuerza: ★★
• Inteligencia: ★★★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Afinidad Elemental (Fuego). Pueden controlar pequeñas cantidades de fuego, hacerlas flotar o aventarlas a distancia. Su fuerza de proyección es equivalente a su fuerza física.
Carisma. Tienen facilidad de palabra y para relacionarse con la gente, logrando crear un aura de confianza. Esto no significa que puede manipular o seducir gente, pero tiene mejores posibilidades.
Agudeza extra sensorial. Como mecanismo de defensa, tiene la habilidad de percibir la raza de otros arcanos en forma sellada y si pueden presentar un peligro para el arcano. Ejemplo: Puede detectar a una Ninfa sin embargo no sus habilidades raciales, edad, poder exacto u otras características.
Personalidad: Curioso, honesto, amable, risueño, bromista torpe y despistado
Mio es un joven que se distrae con cierta facilidad, lo que lo hace bastante torpe, es capaz de quedarse admirando un objeto y reflexionar sobre él durante mucho tiempo, pero esto no lo hace ser descortés, se avergüenza con cierta facilidad, es bastante risueño y siempre sonríe, incluso en los días malos
Historia: Nacido de la unión de un nekomata con una kitsune, Mio nació en las lejanas tierras orientales, donde la magia parecía abundar en gran cantidad, pero lamentablemente la gran caza había obligado a los arcanos a huir y buscar refugio, desde pequeño se acostumbró a ser nómada, gracias al trabajo de su padre, un mercader con bastante éxito en lo que hacía, creció en el seno de una familia amorosa, con un gran poder mágico, su madre desde pequeño le enseño la magia y las habilidades dignas de su raza, y con los años demostró tener un gran control de esta, pero su cuerpo parecía no coordinar correctamente, aunque eso no le preocupaba pues aún era muy pequeño. Los años pasaban lento y su familia seguía de ciudad en ciudad, recorriendo tierras con lenguas extrañas que Mio no demoraba en aprender, su curiosidad lo llevaba a estudiar aquellas lenguas y no solo eso, amaba las artes de los nuevos lugares que visitaba, pronto demostró tener dotes natos para la música. Lamentablemente en uno de los tantos viajes, su madre comenzó a enfermar y decidieron asentarse de forma temporal en una ciudad tranquila, algo alejada de los problemas del mundo exterior que Mio aún no comprendí; en ese lugar encontró a su primera amiga, una hermosa ninfa de hermosa voz que lo atrajo por el bosque hasta que ambos pequeños se encontraron, él le llamo Mir, pues su pronunciación de aquel lenguaje aún era compleja. Con el pasar de los años se acostumbraron a vivir en esa zona, su padre iba regularmente a las ciudades vecinas a vender sus hierbas y otros productos, y él se quedaba a cuidar de su madre que solo empeoraba con el lento pasar del tiempo, envuelta en el dolor de una extraña enfermedad.
Con el apoyo de su familia, el joven mío aprendió a tocar una gran variedad de instrumentos, dedicando tiempo y esfuerzo que, sumado a su talento nato, dieron frutos en corto tiempo, cada vez que mío aprendía una nueva melodía, corría al bosque esperando encontrarse con la ninfa con flores en su cabellera para mostrársela, esto lo motivaba, pues gustaba de escuchar la voz de su amiga. Cuando Mio cumplió los 13 años su madre termino de fallecer, en una muerte lenta y prolongada, la enfermedad había consumido su vida y ahora solo padre e hijo, dieron el sepulcro de la bellísima mujer. Después de la muerte de su madre y comprendiendo el dolor que cargaba su amado padre, se despidió con pesar de su única amiga, prometiendo que se volverían a encontrar algún día en el futuro. Volvieron a ser nómadas, viajando de ciudad en ciudad, vendiendo los productos de su padre, a quien le costaba reponerse de la muerte de su mujer
Mio comenzó a trabajar por su cuenta, tocando en partes tranquilas de las ciudades que visitaban, deleitando a todos los que le escuchaban, el talento del joven arcano era único, utilizaba su magia para esconder lo mejor posible esos rasgos que le hacían parecer un ser místico, buscando solo verse como un aldeano más, un mercante más. Con el pasar del tiempo mío entendió los graves problemas de la gran caza, y a pesar del miedo, decidió intentar seguir su sueño y ser músico, soñar incluso a ser reconocido, tocar en una orquesta era su mayor aspiración en esa etapa de su vida, que a pesar del paso de los años la apariencia del joven no superaba la de un hombre de 20 años, demasiado niño aun para muchos. Cuando Mio cumplió 50 años, su padre comenzó a presentar síntomas similares a los de su madre, nuevamente, una enfermedad desconocida para el asechaba a su familia, su padre duro muchos menos, el corazón roto que llevaba arrastrando hace años lo debilitaba y a pesar de las palabras amorosas que salían de la boca del mercante, mío se sentía culpable de no poder hacer más, solo se dedicó a cuidarlo hasta que el último suspiro escapo de sus labios
Ya sin ninguna familia y muy lejos de sus tierras natales, intento probar su suerte en la música, buscando con fe algún local donde poder tocar música y emerger, fue bastante difícil, pero tuvo una buena oportunidad por parte de una mujer muy amable, quien le abrió las puertas de su hogar y le dio acceso a esa oportunidad, a cambio de la compañía del kitsune hasta el final de la vida de aquella mujer. Mio, como hombre de palabra cumplió y la relación entre ambos fue sencilla, se entendían, eran amigos, Mio disfrutaba de las conversaciones con la solitaria mujer y sus gatos. Pero la gran caza seguía y no tardó en llegar a esos lugares, el odio y el rencor humano eran demasiados y los ánimos estaban a flor de piel, comenzaban a verlo extraño, la apariencia del orquestista no cambiaba, ni una arruga, ni una marca, Mio sabía que no podría seguir en esa mentira mucho tiempo, pero no tuvo que esperar más para mantener su palabra, pues los días finales de la amable mujer llegaron y sin más razones para arriesgar su vida allí, dio su último concierto y escapo, escapo de los rumores, del fuego, del odio humano. Tardo bastante tiempo, pero finalmente, luego de un largo y agotador viaje en el mar, donde solo llevaba lo indispensable en una vieja maleta, la isla de Mirovia se mostró en el horizonte
Datos curiosos: mide 1,60
Su cabello le llega hasta debajo de la cadera y es rizado y esponjoso
Le gusta hacer bromas inocentes de vez en cuando
No sabe bailar, no le gusta intentarlo pues siempre termina cayéndose
Ama las flores rojas
No siente interés en saber del sexo
Le gustan los dulces
No le gusta que le toquen la cola
Ama nadar, a pesar de que luego su pelaje queda pesado
Puede avergonzarse con facilidad, en especial con los halagos o los piropos
Ama la nieve, le gusta enterrarse en ella, pero siempre deja su cola fuera
El mismo se peina el flequillo, por lo cual no deja que nadie lo toque o se desarma
Esta dispuesto a trabajar de cualquier cosa, mientras se acostumbra a la nueva vida
Siempre lleva el cabello recogido
Imagen complementaria:
Forma arcana
Género: Masculino
Edad: 113 (aparenta 20)
Raza: Kitsune
Corte: Primavera
Lugar de Residencia: Ciudadela
Ocupación: Sin empleo
Stats: 12 estrellas a repartir. Recuerda que una vez puestas tus estrellas, no las puedes cambiar. El máximo que puede tener cada stat es 5 estrellas.
• Fuerza: ★★
• Inteligencia: ★★★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Afinidad Elemental (Fuego). Pueden controlar pequeñas cantidades de fuego, hacerlas flotar o aventarlas a distancia. Su fuerza de proyección es equivalente a su fuerza física.
Carisma. Tienen facilidad de palabra y para relacionarse con la gente, logrando crear un aura de confianza. Esto no significa que puede manipular o seducir gente, pero tiene mejores posibilidades.
Agudeza extra sensorial. Como mecanismo de defensa, tiene la habilidad de percibir la raza de otros arcanos en forma sellada y si pueden presentar un peligro para el arcano. Ejemplo: Puede detectar a una Ninfa sin embargo no sus habilidades raciales, edad, poder exacto u otras características.
Personalidad: Curioso, honesto, amable, risueño, bromista torpe y despistado
Mio es un joven que se distrae con cierta facilidad, lo que lo hace bastante torpe, es capaz de quedarse admirando un objeto y reflexionar sobre él durante mucho tiempo, pero esto no lo hace ser descortés, se avergüenza con cierta facilidad, es bastante risueño y siempre sonríe, incluso en los días malos
Historia: Nacido de la unión de un nekomata con una kitsune, Mio nació en las lejanas tierras orientales, donde la magia parecía abundar en gran cantidad, pero lamentablemente la gran caza había obligado a los arcanos a huir y buscar refugio, desde pequeño se acostumbró a ser nómada, gracias al trabajo de su padre, un mercader con bastante éxito en lo que hacía, creció en el seno de una familia amorosa, con un gran poder mágico, su madre desde pequeño le enseño la magia y las habilidades dignas de su raza, y con los años demostró tener un gran control de esta, pero su cuerpo parecía no coordinar correctamente, aunque eso no le preocupaba pues aún era muy pequeño. Los años pasaban lento y su familia seguía de ciudad en ciudad, recorriendo tierras con lenguas extrañas que Mio no demoraba en aprender, su curiosidad lo llevaba a estudiar aquellas lenguas y no solo eso, amaba las artes de los nuevos lugares que visitaba, pronto demostró tener dotes natos para la música. Lamentablemente en uno de los tantos viajes, su madre comenzó a enfermar y decidieron asentarse de forma temporal en una ciudad tranquila, algo alejada de los problemas del mundo exterior que Mio aún no comprendí; en ese lugar encontró a su primera amiga, una hermosa ninfa de hermosa voz que lo atrajo por el bosque hasta que ambos pequeños se encontraron, él le llamo Mir, pues su pronunciación de aquel lenguaje aún era compleja. Con el pasar de los años se acostumbraron a vivir en esa zona, su padre iba regularmente a las ciudades vecinas a vender sus hierbas y otros productos, y él se quedaba a cuidar de su madre que solo empeoraba con el lento pasar del tiempo, envuelta en el dolor de una extraña enfermedad.
Con el apoyo de su familia, el joven mío aprendió a tocar una gran variedad de instrumentos, dedicando tiempo y esfuerzo que, sumado a su talento nato, dieron frutos en corto tiempo, cada vez que mío aprendía una nueva melodía, corría al bosque esperando encontrarse con la ninfa con flores en su cabellera para mostrársela, esto lo motivaba, pues gustaba de escuchar la voz de su amiga. Cuando Mio cumplió los 13 años su madre termino de fallecer, en una muerte lenta y prolongada, la enfermedad había consumido su vida y ahora solo padre e hijo, dieron el sepulcro de la bellísima mujer. Después de la muerte de su madre y comprendiendo el dolor que cargaba su amado padre, se despidió con pesar de su única amiga, prometiendo que se volverían a encontrar algún día en el futuro. Volvieron a ser nómadas, viajando de ciudad en ciudad, vendiendo los productos de su padre, a quien le costaba reponerse de la muerte de su mujer
Mio comenzó a trabajar por su cuenta, tocando en partes tranquilas de las ciudades que visitaban, deleitando a todos los que le escuchaban, el talento del joven arcano era único, utilizaba su magia para esconder lo mejor posible esos rasgos que le hacían parecer un ser místico, buscando solo verse como un aldeano más, un mercante más. Con el pasar del tiempo mío entendió los graves problemas de la gran caza, y a pesar del miedo, decidió intentar seguir su sueño y ser músico, soñar incluso a ser reconocido, tocar en una orquesta era su mayor aspiración en esa etapa de su vida, que a pesar del paso de los años la apariencia del joven no superaba la de un hombre de 20 años, demasiado niño aun para muchos. Cuando Mio cumplió 50 años, su padre comenzó a presentar síntomas similares a los de su madre, nuevamente, una enfermedad desconocida para el asechaba a su familia, su padre duro muchos menos, el corazón roto que llevaba arrastrando hace años lo debilitaba y a pesar de las palabras amorosas que salían de la boca del mercante, mío se sentía culpable de no poder hacer más, solo se dedicó a cuidarlo hasta que el último suspiro escapo de sus labios
Ya sin ninguna familia y muy lejos de sus tierras natales, intento probar su suerte en la música, buscando con fe algún local donde poder tocar música y emerger, fue bastante difícil, pero tuvo una buena oportunidad por parte de una mujer muy amable, quien le abrió las puertas de su hogar y le dio acceso a esa oportunidad, a cambio de la compañía del kitsune hasta el final de la vida de aquella mujer. Mio, como hombre de palabra cumplió y la relación entre ambos fue sencilla, se entendían, eran amigos, Mio disfrutaba de las conversaciones con la solitaria mujer y sus gatos. Pero la gran caza seguía y no tardó en llegar a esos lugares, el odio y el rencor humano eran demasiados y los ánimos estaban a flor de piel, comenzaban a verlo extraño, la apariencia del orquestista no cambiaba, ni una arruga, ni una marca, Mio sabía que no podría seguir en esa mentira mucho tiempo, pero no tuvo que esperar más para mantener su palabra, pues los días finales de la amable mujer llegaron y sin más razones para arriesgar su vida allí, dio su último concierto y escapo, escapo de los rumores, del fuego, del odio humano. Tardo bastante tiempo, pero finalmente, luego de un largo y agotador viaje en el mar, donde solo llevaba lo indispensable en una vieja maleta, la isla de Mirovia se mostró en el horizonte
Datos curiosos: mide 1,60
Su cabello le llega hasta debajo de la cadera y es rizado y esponjoso
Le gusta hacer bromas inocentes de vez en cuando
No sabe bailar, no le gusta intentarlo pues siempre termina cayéndose
Ama las flores rojas
No siente interés en saber del sexo
Le gustan los dulces
No le gusta que le toquen la cola
Ama nadar, a pesar de que luego su pelaje queda pesado
Puede avergonzarse con facilidad, en especial con los halagos o los piropos
Ama la nieve, le gusta enterrarse en ella, pero siempre deja su cola fuera
El mismo se peina el flequillo, por lo cual no deja que nadie lo toque o se desarma
Esta dispuesto a trabajar de cualquier cosa, mientras se acostumbra a la nueva vida
Siempre lleva el cabello recogido
Imagen complementaria:
Forma arcana