Post by Xhial Nalphalem on Oct 3, 2017 23:18:47 GMT
El incendio había sido algo totalmente inesperado, realmente sentí que en un momento no lograría salvar a nadie... Pero lo hice, lo logre, con mis propias manos finalmente he logrado salvar a alguien, eso de cierta forma me ha hecho considerar el aceptar esta nueva vida llena de paz, el aceptarme a mi mismo aun después de todos los pecados que he cometido, ¿Realmente puedo vivir tranquilo de aquí en más? ¿No hay nada que vuelva a alejar la felicidad que siento? Realmente espero eso... Realmente lo espero. Otra jornada de trabajo acabada, iba saliendo de la Ciudadela a paso lento como suelo hacerlo, luego de comprar algunas cosas, quizá visitar a Ángel seria una buena idea, compartir una cena como algunas veces lo hacemos, seria una agradable tarde la verdad, pero mis planes no iban a salir como esperaba... Para nada.
En el camino en dirección a mi hogar, note que había una carreta que al parecer, la rueda derecha de esta se había roto, curioso me acerque para preguntar por el estado de la carreta y de la persona dueña de esta, me encontré con un anciano semi encorvado, demacrado sin duda, con su barba canosa y una mirada un tanto curiosa, con unos ojos verde intenso que me miraban fijamente.- ¿Necesita ayuda?.- Pregunte tratando de ofrecerme a quizá reparar o llevar el cargamento hasta donde se dirigiera aquella persona, el anciano solo me miro con una sonrisa, acercándose a mi.- Claro... Me gustaría tu ayuda, jovencito.- Me dijo de una manera serena.- Hay una caja con herramientas en la parte de atrás... Podrías quizá reparar la rueda.- El anciano apunto a la parte trasera de la Carreta, a la cual me acerque un tanto incomodo, ya que aquella persona no dejaba de observarme, pero no iba a darle más importancia.
Tome la caja de herramientas, viendo el contenido, al parecer estaba todo para reparar la rueda de la carreta. Me acerque a esta, revisándola antes de comenzar con la reparación mientras el anciano seguía observándome con esa sonrisa serena en su rostro. No tarde mucho en terminar, después de todo no parecía ser un daño grave, sin más me levante y deje la caja de herramientas en su lugar, volviendo a mirar al anciano.- Creo que esta listo.- Le dije, él se acerco lentamente a observar el como había quedado el arreglo, para luego mirarme.- Te lo agradezco mucho... Xhial.- Me impresione, y mi mirada hacia notar aquella impresión.- ¿Nos... Conocemos?.- El anciano rio, casi una carcajada.- Por supuesto... Conozco todo de ti... Xhial, tus crímenes... Tu pasado... Por lo que has luchado, incluso... Esa marca de por vida en tu espalda, ya que yo... Fui quien te la ocasiono.
Esta vez mi mirada mostró algo distinto, no solo impresión, si no duda, rabia, ¿Acaso era una broma? No... No podía ser cierto, era imposible que él...- Grek...- El anciano dio una burlesca reverencia, para mirarme, y cambiar totalmente de forma, a la de un Gran Demonio, un Baphomet, que de alguna forma, tan solo su presencia me había dejado totalmente paralizado en una mezcla de temor, e ira.- El mismo... Al parecer me recuerdas bien... Saqueador, debo decir que me impresiono saber que mi más grande trofeo había escapado hasta estas tierras... Luego de que te ocultaras por tantos años en aquel mugroso pueblo.- Su tono era arrogante, burlón, acompañando estas palabras de una risa que solo hacia arder más mi pecho en rabia.- Tu... Fuiste un Demonio todo este tiempo... Por eso te hacían caso... ¡Por eso los tenias tan devotos!.- Aquellas palabras salieron de mi boca casi como un grito, pero aquella aura del demonio frente a mi no me dejaba ni siquiera mover un musculo.
Que inteligente de tu parte deducirlo... Fuiste una molestia todo ese tiempo, Saqueador... Escapaste y escapaste como una rata en la alcantarilla... Incluso creíste que podías ocultarte, pero no tienes idea... .- Dijo acercándose más y sujetando mi cuello, al punto de que el aire se hacia difícil de ingerir.- Sabia que estabas ahí... En ese pueblo... Te hice creer que no sabíamos de tu huida... Después de todo, sin ti ahí... Reducir ese pueblucho a cenizas fue una tarea muuuy fácil.- Aquellas palabras resonaron en mi mente, mi rostro solo mostró terror, desesperación, una notoria.- Mi... Mientes... .- Dije con gran esfuerzo, el aire se hacia cada vez más ausente en ese agarre del Baphomet.- ¿Miento...? Hahahaha... Ah... Ojala tu amada Stella... Que no quiso decir ni una palabra de tu escape... Pudiera decir ahora que es... Mentira.- El Baphomet me soltó, dejándome caer al suelo mientras trataba de recuperar el aliento, mirándolo con aquella misma desesperación.- Fallaste, Saqueador... No pudiste protegerlos... No pudiste ser el Héroe en aquella ocasión, porque ahora sabes... Que todos los que te tendieron la mano en el pasado... Están muertos bajo mi mano hahahaha.- No era posible, se supone que estarían bien... Que mi huida seria mejor para ellos... Pero a final de cuentas, todo acabo en mera desgracia.
El Demonio se alejo de manera lenta, mientras yo intentaba levantarme, con odio, ira, queriendo tan solo venganza contra ese sujeto.- Mirate, tan patético... ¿Que harás...? ¿Matarme...? Hahaha... Sabes como funcionan las cosas en este lugar, Saqueador, que no quieres proteger a tu...¿Amada Ángel...? Si es así... No hagas alguna estupidez, quizá nos encontremos de nuevo, quizá sea la ultima vez que nos veamos, pero... Creeme que ver tu rostro desesperado una ultima vez... Ha sido un gran placer.- Dicho esto, el Baphomet expandió sus oscuras alas, alzando el vuelo de una manera veloz mientras lograba ponerme de pie.- ¡Grek!.- Nada más paso, el Baphomet se perdió rápidamente la distancia, mientras volvía a caer de rodillas al suelo.- No... Stella... Mi... Pueblo...- No pude evitarlo, simplemente las lagrimas cayeron por mis mejillas el tan solo pensar en que mi esfuerzo no había servido de nada. Al cabo de un buen rato, llegue a mi casa, cerrando la puerta detrás de mi, para tan solo dejarme caer en la cama, queriendo pensar que todo había sido un mal sueño, lamentablemente... Había sido real, aquel pueblo... Fue devastado por mi error.
En el camino en dirección a mi hogar, note que había una carreta que al parecer, la rueda derecha de esta se había roto, curioso me acerque para preguntar por el estado de la carreta y de la persona dueña de esta, me encontré con un anciano semi encorvado, demacrado sin duda, con su barba canosa y una mirada un tanto curiosa, con unos ojos verde intenso que me miraban fijamente.- ¿Necesita ayuda?.- Pregunte tratando de ofrecerme a quizá reparar o llevar el cargamento hasta donde se dirigiera aquella persona, el anciano solo me miro con una sonrisa, acercándose a mi.- Claro... Me gustaría tu ayuda, jovencito.- Me dijo de una manera serena.- Hay una caja con herramientas en la parte de atrás... Podrías quizá reparar la rueda.- El anciano apunto a la parte trasera de la Carreta, a la cual me acerque un tanto incomodo, ya que aquella persona no dejaba de observarme, pero no iba a darle más importancia.
Tome la caja de herramientas, viendo el contenido, al parecer estaba todo para reparar la rueda de la carreta. Me acerque a esta, revisándola antes de comenzar con la reparación mientras el anciano seguía observándome con esa sonrisa serena en su rostro. No tarde mucho en terminar, después de todo no parecía ser un daño grave, sin más me levante y deje la caja de herramientas en su lugar, volviendo a mirar al anciano.- Creo que esta listo.- Le dije, él se acerco lentamente a observar el como había quedado el arreglo, para luego mirarme.- Te lo agradezco mucho... Xhial.- Me impresione, y mi mirada hacia notar aquella impresión.- ¿Nos... Conocemos?.- El anciano rio, casi una carcajada.- Por supuesto... Conozco todo de ti... Xhial, tus crímenes... Tu pasado... Por lo que has luchado, incluso... Esa marca de por vida en tu espalda, ya que yo... Fui quien te la ocasiono.
Esta vez mi mirada mostró algo distinto, no solo impresión, si no duda, rabia, ¿Acaso era una broma? No... No podía ser cierto, era imposible que él...- Grek...- El anciano dio una burlesca reverencia, para mirarme, y cambiar totalmente de forma, a la de un Gran Demonio, un Baphomet, que de alguna forma, tan solo su presencia me había dejado totalmente paralizado en una mezcla de temor, e ira.- El mismo... Al parecer me recuerdas bien... Saqueador, debo decir que me impresiono saber que mi más grande trofeo había escapado hasta estas tierras... Luego de que te ocultaras por tantos años en aquel mugroso pueblo.- Su tono era arrogante, burlón, acompañando estas palabras de una risa que solo hacia arder más mi pecho en rabia.- Tu... Fuiste un Demonio todo este tiempo... Por eso te hacían caso... ¡Por eso los tenias tan devotos!.- Aquellas palabras salieron de mi boca casi como un grito, pero aquella aura del demonio frente a mi no me dejaba ni siquiera mover un musculo.
Que inteligente de tu parte deducirlo... Fuiste una molestia todo ese tiempo, Saqueador... Escapaste y escapaste como una rata en la alcantarilla... Incluso creíste que podías ocultarte, pero no tienes idea... .- Dijo acercándose más y sujetando mi cuello, al punto de que el aire se hacia difícil de ingerir.- Sabia que estabas ahí... En ese pueblo... Te hice creer que no sabíamos de tu huida... Después de todo, sin ti ahí... Reducir ese pueblucho a cenizas fue una tarea muuuy fácil.- Aquellas palabras resonaron en mi mente, mi rostro solo mostró terror, desesperación, una notoria.- Mi... Mientes... .- Dije con gran esfuerzo, el aire se hacia cada vez más ausente en ese agarre del Baphomet.- ¿Miento...? Hahahaha... Ah... Ojala tu amada Stella... Que no quiso decir ni una palabra de tu escape... Pudiera decir ahora que es... Mentira.- El Baphomet me soltó, dejándome caer al suelo mientras trataba de recuperar el aliento, mirándolo con aquella misma desesperación.- Fallaste, Saqueador... No pudiste protegerlos... No pudiste ser el Héroe en aquella ocasión, porque ahora sabes... Que todos los que te tendieron la mano en el pasado... Están muertos bajo mi mano hahahaha.- No era posible, se supone que estarían bien... Que mi huida seria mejor para ellos... Pero a final de cuentas, todo acabo en mera desgracia.
El Demonio se alejo de manera lenta, mientras yo intentaba levantarme, con odio, ira, queriendo tan solo venganza contra ese sujeto.- Mirate, tan patético... ¿Que harás...? ¿Matarme...? Hahaha... Sabes como funcionan las cosas en este lugar, Saqueador, que no quieres proteger a tu...¿Amada Ángel...? Si es así... No hagas alguna estupidez, quizá nos encontremos de nuevo, quizá sea la ultima vez que nos veamos, pero... Creeme que ver tu rostro desesperado una ultima vez... Ha sido un gran placer.- Dicho esto, el Baphomet expandió sus oscuras alas, alzando el vuelo de una manera veloz mientras lograba ponerme de pie.- ¡Grek!.- Nada más paso, el Baphomet se perdió rápidamente la distancia, mientras volvía a caer de rodillas al suelo.- No... Stella... Mi... Pueblo...- No pude evitarlo, simplemente las lagrimas cayeron por mis mejillas el tan solo pensar en que mi esfuerzo no había servido de nada. Al cabo de un buen rato, llegue a mi casa, cerrando la puerta detrás de mi, para tan solo dejarme caer en la cama, queriendo pensar que todo había sido un mal sueño, lamentablemente... Había sido real, aquel pueblo... Fue devastado por mi error.