Blitz
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Post by Blitz on Oct 9, 2017 3:46:49 GMT
Blitz estaba un poco nerviosa, jamás había solicitado hablar con nadie de manera formal y estaba empezando a tener sus dudas sobre que tan positivo podría resultar reunirse con miembros aleatorios de la manada. Desde que Shin la recogió aquella tormentosa noche de verano ella no estaba segura de como socializar o presentarse frente a sus camaradas, no es que ella pensase que fuesen malas personas, simplemente no tenía una idea clara de cómo lograr causar una buena primera impresión y por miedo a arruinarlo todo jamás se había aventurado más allá del campamento improvisado en el que vivía con su maestra y familia. Ayer esos pensamientos no le habían dejado conciliar el sueño, acusándola de intrusa no deaseada, y luego de 3 horas revolcándose de un lado a otro decidió que debía hacer algo al respecto o de lo contrario pasaría toda la madrugada mordisqueando mechones de su cabello. Tomando piezas de papel y una pluma, decidió escribir una invitación para una "pequeña merienda en el corazón del bosque al mediodía", sin saber a quien dirigirlo, simplemente las adhirió con un poco de savia y miel en algunos árboles al azar, cerca de donde la manada usualmente solía pasar para entrar a la ciudadela.
Y ahora tendría que enfrentar la consecuencia de sus actos.
Sus manos estaban tan nerviosas que terminó llevándolas hacia las alas de su desgastado sombrero, jalándolo hacia abajo, la extraña mezcla de emoción e incertidumbre que estaba formándose en su estómago empezaba a hacerse cada vez más y más pesada. Era como si hubiese comido mil mariposas y luego hubiese bebido dos litros de brea, todo al mismo tiempo. Mirando los aperitivos que había dispuesto en el mantel, trató de distraerse acomodándolos y re-acomodándolos varias veces, para que todos tuviesen el mismo alcance y no hubiesen preferencias, aunque era bastante complicado si el número era impar. Tenía un poco de hidromiel que Shin tan amablemente le había proporcionado (casi nula en alcohol, Blitz era a penas una cachorra), algunas bayas que había recogido y unas dos piezas chicas de venado ahumado, además de un par de liebres aún sin deshollar. No sabía si a sus compañeros les gustaba siquiera ese animal, tal vez hubiese sido más sabio preguntar por las preferencias generales de la manada en lugar de aventurarse a sacar conclusiones.
-"Buen trabajo Berit, excelente, de veras."-
Definitivamente no había tenido en cuenta varios detalles, cómo el tipo de comida que podrían preferir, o bebidas, o qué pasaría si alguna otra especie de criatura mágica encontraba el mensaje y se llevaba mal con la manada. Ya era demasiado tarde para retractarse, el sol ya se encontraba radiante e iluminando gentilmente por encima de las copas más altas.
"-¿Qué pasa si alguno de ellos no se lleva bien? Oh rayos.. ¡no lo había pensado! ¿Será demasaido tarde para cancelar todo? Ah, pero sería descortés de mi parte si es que alguien ya lo vió... ¿qué tal si al final a nadie le importa y me quedo aquí como una idiota esperando?..AAGHHH"-
Blitz ya estaba sentada desde hacía unos 20 minutos, aún no había pasado suficiente tiempo como para ser tan pesimista, pero los nervios en verdad le estaban pasando una mala jugada. Inclinándose hacia delante, empezó a revolver con su dedo índice uno de los brotes más tiernos de hierba frente a ella, suspirando, no se dio cuenta cuando verbalizó sus pensamientos en voz alta: -"¿Qué pasa si yo no le caigo bien a nadie?"- |
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Oct 9, 2017 6:47:03 GMT
Tenía que ser ni más ni menos que el corazón del bosque.
Raymond había visto a la muchacha salir muy temprano, demasiado temprano para muchos de la manada, pero no para él. El licántropo, sufriendo de insomnio montaba guardia a horas que incluso el propio Fauce debería estar dormido, y en esas horas le había visto dar vueltas de un lado a otro como si rebotara entre paredes invisibles hasta que finalmente, sus ojos le captaron alejándose lentamente; le perdió de vista poco luego de eso.
Fue paciente, esperó, esperó horas y horas con mera paciencia, si no regresaba él mismo iría a buscarle. Era como su hobby el evitar que los más jóvenes se metieran en líos, y tenía entendido que esa chiquilla haría no mucho que se había unido a la manada por insistencia de Shinaja'e. Él no intervino en ese momento; se había limitado a mirar de lejos, como siempre. Sabía que no pasaría mucho para que se metiera en problemas -todos se metían en problemas tarde o temprano- y finalmente parecía ser el momento. Siendo quien tendía a evitar que muchos en la manada metieran el hocico en alguna calamidad, estaba acostumbrado.
Pero desearía vacaciones de ser niñera una sola vez al menos.
Siguiéndole el rastro, poco caso había hecho a los volantes. Tampoco era que fuera un gran lector; todo lo contrario, apenas y entendía las letras en la tableta, menos entendería escritura a mano. Sus pasos, finalmente lo llevaron al corazón del bosque; menuda distancia aquella. y ¿Qué fue lo que lo detuvo? Ni más ni menos que la vista de los aperitivos. Su ceño se apretó con fuerza ¿de donde la había sacado? No pasaban por necesidad, pero las raciones estaban siempre monitoreadas por él o por Fauce y Diana. Sus ojos entonces rebotaron hacia la chica ¿Cual era su nombre de nuevo? ¿"Blitz"? No lo recordaba; recordar nombres siempre se le había dado fatal. No podía echarse para atrás en ese momento tampoco
—Hey —dijo entonces. Raymond de estar erguido se quedó en cuclillas directamente junto a ella. Su rostro siempre serio no le daba pinta amigable ninguna, pero su voz era tan clara como un cristal: no estaba molesto, solo un poco irritado— ¿Se puede saber porqué tan lejos?
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on Oct 9, 2017 18:05:23 GMT
Habian transcurrido varios días después de lo sucedido con kaiser, un buen tiempo para reposar después de haber recibido una buena cantidad de veneno en su organismo, aun sentía mareo y dolores de cabeza. Pero esa mañana se sentía algo mejor y quiso tomarse un buen aire fresco, pero había notado que había ciertos miembros que no los habia visto: Raydmon y Noitye. ¿Acaso Noitye le dio una buena broma lanzandole un balde de agua con peces a Rayd?
Sin importar mucho, le pidió a uno de los trabajadores de los plantios que le hiciera el favor de darle transporte hacia el bosque de las Hadas y que de alli regresaría en su forma Lupus. ¿Razón de hacerlo? Quería buscar algo para comer, quería sentir la sensación de volverse a transformarse en Hurrus Lupus para seguir entrenando. Deseaba que alguien de su manada estuviera con el para que le diera unos buenos consejos y escuchar sus opiniones respecto a su mejoría, pero no podía hacerlo. Se sentia algo cansado... una mala suerte
El granjero cumplió los deseos de Wolfeimer y lo llevo a su destino y de alli partio a la ciudadela y el cachorro estaba solo, sin poder tener la energia suficiente para cazar, al menos decidió tomarse el día libre para refrescar su mente y pensar cuando volvería a encontrase otra vez con Conner. Para su sorpresa, estando dentro del corazón del bosque, encontró una invitación pegada a un árbol:
Quien lo firmaba era alguien que conocía a la manada La Tormenta Aullante...¿Quien podrá ser?.. Si era una merienda entonces el cachorro debería de llevar algo, pero en ese momento su estado de salud no se lo permitía..."frutas" pensó el lobo. Al menos comer esos manjares dulces seria una buena ocasión para llenarse de energía y buscó las mejores frutas como manzana, peras y uvas y las junto todas en su pequeño bolso viajero.
Pero había un problema que se dio cuenta muy tarde
¿Y el lugar? Puede ser en cualquier sitio de aqui..quizas pueda encontrar al misterioso anfitrión en medio del bosque. Andando por allí sintió una esencia familiar..
¿Raydmon? ¿Sera el?
Singuiendo la esencia logró encontrarse con el y con una misteriosa chica a la cual no la recuerda haberla visto
¿Hermano.... ¿Que estas... haciendo aqui?
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Blitz
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Post by Blitz on Oct 9, 2017 19:20:05 GMT
- "Hey"- al escuchar una voz potente y masculina provenir de sus espaldas, inmediatamente quedó paralizada -"¿Se puede saber porqué tan lejos?"- Volviendo la cabeza lentamente, Blitz se encontró un rostro con cara de pocos amigos y de rasgos bastante duros. Su primer instinto fue mantenerse agachada y con la cabeza inclinada, la presencia de esta persona no era común, eso podía deducirlo sin necesidad de observarle por mucho tiempo, la persión que ejercía y el aura que emitía era la de por lo menos un Beta. Y no un Beta cualquiera, uno con apariencia (y posiblemente fuerza) bastante superior al promedio.
Ella sabía su lugar en la manada, después de todo la joven castaña hacía mucho había aceptado su condición de Omega, así que con cuidado escogió las palabras que iba a decir.
-"E-estoy tratando de conocer mejor a los miembros de la manada, großer Bruder (*)"- tratando de aclarar su garganta para disumular su nerviosismo, continuó-"Buscaba un lugar con privacidad, pero al mismo tiempo agradable para todos así que.."- ofreciéndole una pequeña sonrisa y haciendose a un lado para que él pudiese observar mejor lo que ella había traído consigo, añadió- "Sería todo un honor para mi si pudieramos compartir de la misma caza"- terminó con una pequeña inclinación con la cabeza a modo de saludo respetuoso. Acto seguido, se incorporó y acomodó sus piernas de tal manera de que estuviese más cómoda, no quería pasar todo el tiempo echada, esta era su oportunidad de causar una buena impresión.
-"Espero que la carne de liebre sea de su agrado,
großer Bruder, yo misma ...!"-
Su sentido auditivo agudizado captó pisadas un tanto pesadas del lado oeste del claro, no parecía tener prisa ni ser amenazante, y la presencia era bastante llamativa también. -"¿Otro Beta? No tenía ni idea de que en la manada hubiesen miembros tan fuertes... ¿o tal vez es porque soy una Omega que sus presencias me parecen impresionantes?"- volviendo la mirada hacia aquel lugar, decidió recibir al misterioso visitante con una sonrisa. La figura que emergía de entre los arbustos era indudablemente la de un hombre, parecía un poco cansado y llevaba unos frutos en brazos. -"¡Ah! Probablemente él si vino por la invitación!"-
Extendiendo el brazo izquierdo, empezó a hacer señas de saludo amistoso -"¡Buenos días!"-
OCC:
Großer Bruder quiere decir "hermano mayor" en alemán |
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Oct 10, 2017 3:07:26 GMT
El rostro del licántropo permaneció pétreo igualmente. Su ceño se apretó un momento incluso ¿Cómo lo había llamado? No recordaba bien el idioma, ¿de donde era? Luego se molestaría en preguntar- No, preguntar pisaría su orgullo, ya lo recordaría por su cuenta. De estar en cuclillas se sentó. Su cuerpo, poderoso y de seguro enorme al lado de la chiquilla. Raymond estiró los labios hacia atrás ante su explicación. Para conocer a la manada por lo general bastaba con acercarse a la hoguera en las noches ¿No se lo estaba pensando demasiado? Estuvo a punto de hablar de nuevo. Sus labios se habían apenas separado para pronunciar palabras que probablemente hubieran sido hasta hirientes. No era porque no le agradara la idea de comer liebre; de hecho contra ello no tenía nada en contra, pero su actitud lo había acostumbrado a sonar hostil por mas que sus pensamientos fueran ocupados por palabras dulces; ya ni siquiera tenía que esforzarse por parecer intimidante, de hecho muchas veces solía intentar relajarse en vano.
No hubiera podido frenar sus palabras de no ser por Wolfeimer; el muchacho había irrumpido en el momento propicio para evitar que dijera cualquier palabra hiriente. "Justo a tiempo —se dijo a sí mismo; sabía que quizá luego se hubiera arrepentido de lo que fuera que hubiera dicho— Por una vez tengo que agradecerle que esté inoportunamente sincronizado para interferir"
Se sobresaltó por el repentino cambio de actitud. Su rostro no mostró ningún cambio, pero por un momento juraba que le iba a poner la mano encima. No lo hubiera permitido. Solo por precaución, se alejó un poco; quería evitar que lo tocara y en algún tipo de reflejo él terminara por hacerle daño. En efecto: Raymond tenía muy poca confianza en su propio autocontrol, años de conocerse lo habían vuelto de ese modo.
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Post by wolfeimer on Oct 10, 2017 10:55:08 GMT
LaS miaradas de Wolfeimer y Raydmon se cruzaron entre si, sin saber por que, Raydmon mostraba en su rostro que algo estaba mal. El cachorro sabia que probablemente estaría en problemas por estar en los bosques sin su consentimiento.
Lo siento...necesitaba un cambio de ambiente después de lo sucedido con Wild, te estaba buscando para pedirte permiso para...un tiempo a solas aquí en el bosque para reflexionar. No esperaba...encontrarte por aquí
Luego su mirada se dirigió a la chica que lo había saludado, y viendole a ella, se sentía mas alto, con las frutas en sus brazos le devolvió el saludos.
Buenos días...yo espero no haber interrumpido algo importante.
Observo con cuidado el ambiente donde se encontraba se inclino su cabeza hacia abajo como saludo, y colocó las frutas en la grama y luego se levanto para sacar la invitación que estaba en su bolsillo, tocando aun en la parte de atrás se sentía todavía pegagoso.
Si no me equivoco, tu eres la anfitriona de esta actividad ¿no? Excelente pegamento que usaste, es mejor esto que usar clavos.Oye..eso no es...
En ese momento un dolor de cabeza le llegó de repente y tuvo que sentarse en la grama y pasar sus manos encima de su cabeza para sobarse, al menos no le duro mucho tiempo el dolor.
Mi nombre es Wolfeimer.. ¿Cual es el tuyo?
Observo a la chica con una dulce sonrisa para que se sintiera en confianza y no se asustara de el, pero se preguntaba entre si, ¿Que le estará pasando a Raydmon?
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Post by Blitz on Oct 10, 2017 13:10:09 GMT
La joven de cabellos castaños no pudo evitar notar por el rabillo del ojo como el hombre a su lado se alejaba disimuladamente cuando ella levanto su brazo, no se sentía ofendida por el gesto pero sí se preguntaba por qué estaba siendo tan receloso -"¿No creo que sea por mi olor? Espera... ¿o tal vez sí? Sudé un poco cuando estuve corriendo colocando esas invitaciones... ¡No me digas qué...!"- Llevando de inmediatamente hacia su nariz, trató de captar algún aroma desagradable. Sus mejillas se encendieron en un gentil torno carmesí, no podría vivir consigo misma si su primera vez frente a los machos de la manada terminaba siendo tan vergonzosa.
Mientras el recién llegado se iba acercando, Blitz se sorprendió cuando él dejó sobre el manto un buen par de frutos jugosos y maduros. La mayoría de licántropos que ella había conocido prefería las carnes a las bayas, más que nada porque eran alimentos mucho más llenadores, con mayor cantidad de proteínas y, debía admitirlo, el sabor era por lejos mejor. Ella no podía evitar sentirse demasiado conciente de todo lo que estaba pasando en este momento, era casi surreal, las reuniones de las manadas licántropas no eran usualmente tan formales; la cacería, las reuniones mensuales y los paseos nocturnos eran maneras mucho más naturales de contacto, pero la muchacha no podría manejar tanta presión. Ella sabía que no era la más fuerte o la más inteligente, todos tenían su propio estilo de socialización y este era el suyo: un híbrido entre sus costumbres europeas y las de su nuevo hogar, Mirovia.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su nuevo invitado trató de comentarle algo sobre sus invitaciones y repentinamente se llevó las manos a la cabeza -"¿Jaquecas?, ¿insolación?, ¿mareos?, ¿falta de equilibrio?"- millones de posibilidades surcaron por su mente, su entrenamiento como boticaria estaba comenzando a dar sus frutos.
-"Ah, es que los clavos dañan la corteza, no me gusta lastimar los frutos de la Madre Tierra si es que puede evitarse... disculpe, ¿se encuentra bien?"- sus institntos de aprendíz despertaron de improviso, tuvo que contener el impulso de acercarse y colocar su frente con la suya para medir su temperatura; sin importar cuan fuerte fuese un macho, todos eran vulnerables a los elementos.-"El día de hoy es fresco, pero el sol está un poco fuerte... ¿puedo ofrecerles un poco de hidromiel?"- sin esperar una respuesta inmediata, levantó la botella de color ámbar transparente y un par de cuencos de madera que había llevado consigo. Los calices y vasos de vidrio no eran de su estilo, eran demasiado frágiles para andar cargándolos consigo en un morral, no eran idóneos para su trabajo de campo tampoco, la madera era más adecuada: tosca, resistente y fragante. Al ver la mirada inquisidora del mayor de sus acompañantes, ella se apresuró a añadir:
-"¡D-descuida, großer bruder!"- levantando un poco más el contenedor para que pudiese apreciarlo mejor y luego destapándolo con un sonoro "pop", le dedicó una dulce sonrisa-" Mein lehrerin Shinaja'e se aseguró de que no tuviese alcholol, es casi melaza"-
Luego de servir en tres recipientes, asegurándose de llenar un poco más los de sus acompañantes, se los ofreció con una leve inclinación de la cabeza -"En Alemania estamos acostumbradas a ser serviciales hacia nuestros hermanos mayores y ancianos, mi nombre es Berit Stronghëim pero es un poco complicado de pronunciar ... asi que pueden llamarme Blitz"- sus ojos esmeralda brillaban con entusiasmo y admiración, con una gran sonrisa que revelaba sus pequeños caninos, prosiguió: - "¡Es un honor conocerlos!"-
Occ:
Mein lehrerin significa "mi maestra" o "mi institutriz" en alemán. |
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Oct 12, 2017 4:40:02 GMT
Realmente, a sus ojos el comportamiento de la muchacha era sumamente extraño. Raymond intentó también oler algo al principio, pero su olfato era una total desgracia para su especie. De hecho: su olfato y su oído, los dos sentidos que por su raza deberían ser los más agudos, eran una total desgracia para un licántropo. Habían sufrido tanto daño con el tiempo, que ahora simplemente tenía la sensibilidad de un humano normal, quizá algo más agudo, si, pero nunca sería comparable a la del licántropo promedio. Para Raymond, no fue sorpresa que lo que Wolfeimer llevara en los brazos fueran frutas. Ese chico era extraño. Había empezado cocinando la carne con verduras, luego ensalada como guarnición. Ante sus ojos el muchacho tenía tanto que aprender que realmente no parecía un licántropo, de no ser porque había llegado a Mirovia, juraría que se trataba de un humano, aunque hiciera poco de que le había visto cambiar de forma, de hecho no le hubiera sorprendido que en efecto no fuera un Arcano. Fue entonces que escuchó su ofrecimiento de la hidromiel, eso si captó su atención. La punta de su lengua humedeció levemente sus labios por segundos tan breves, que cualquiera juraría que no había hecho nada. Había pasado bastante desde la última vez que probaba otra cosa que no fuera agua para beber. Cruzó los brazos entonces, su cabeza no estaba erguida, su lenguaje corporal traicionaba a su cabeza cuando quería mostrarse sumamente neutral; se estaba viendo interesado. —¿Alemania? —fue lo que preguntó— Ich wusste, dass irgendwo ich mich anhörte... (*)Había hablado sin pensar. Las palabras simplemente salieron de su boca. *"Sabía que de algún lado me sonaba" En alemán |
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Post by wolfeimer on Oct 12, 2017 13:17:20 GMT
Mientras se restregaba Wolfeimer su mano en su cabeza, la anfitriona se acerco a el para tomarle su temperatura, aunque el clima estaba algo soleado, no quería el cachorro se preocupara por ella.
No te preocupes... solo que estos días no me he sentido bien... Por esa razón solo he traido estas frutas..si no fuera por mi dolor, hubiera traído algo de carne.
¿hidromiel? Era un nombre muy raro, quizás para el cachorro lo haya probado, tal vez no, pero no estaba de mal gusto experimentar nuevos sabores en su paladar. Recibiendo la bebida tomo un sorbo para probarla y quedo totalmente sorprendido.
Es la bebida mas rica... Shinaja'e quizás deba enseñarme como prepararla.
Mientras tomaba su bebida alegremente escuchaba con atención lo que decía la chica, al parecer provenía de Alemanaia, y su nombre era casi imposible para pronunciarlo, menos mal que ella les dio una abreviatura pero Raydmond, parecía que el si conociera el idioma del país donde proviene. Aun con su envase en sus manos, no le quería ser de estorbo en una conversación que no tenía conocimiento para hablar se puso a comer algunas frutas dejando a los demás algo para comer.
Se levanto de allí para observar a otro ángulo del lugar donde se encontraban, podría disfrutar el canto de las aves, y el aire fresco que le desordenaba su cabello negro.
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Post by Blitz on Oct 12, 2017 16:30:31 GMT
Al escuchar la palabra "dolor", inmediatamente empezó a maquinar posibles aliviantes musculares haciendo uso de sus conocimientos básicos en botánica. Sin embargo, después de unos 20 segundos de intensa busqueda mental no pudo idear nada ni remotamente sencillo para hacer en ese momento. Además todos sus instrumentos estaban en su morral, de vuelta en el campamento improvisado que habían levantado hace dos noches. El lugar no estaba tan lejos, pero sentía que era una pérdida de tiempo total -por no incluir una falta de respeto grave- dejar las cosas como estaban para ir a por ellas. Mala suerte.
-"¡No hay problema alguno! Por ahora concentrece en descansar, hermano Wolfeimer"- indicando con su mano izquierda, un tanto orgullosa, los apreitivos que había conseguido-"Todo es fresco, bueno, la carne seca de venado es poca pero viene de la ración que recibo mensualmente. Para que dure un poco más la puse a secar al sol y le unté sal encima, ¡es bastante bueno!"- al darse cuenta de su tono de voz, probablemente demasiado entusiasta, se paresuró a añadir: -"Aunque si prefieren, hay liebre fresca. Disculpen que no la haya deshollado antes... para ser sinceros no había pensado muy bien todo esto "- una risa nerviosa escapó de sus labios.
-"Es la bebida mas rica... Shinaja'e quizás deba enseñarme como prepararla."-
Una pequeña sonrisa traviesa apareció en su rostro al notar como ambos machos estaban interesados, al parecer la sugerencia de su maestra en llevar aquella dulce bebida ámbar había resultado tan lucrativa como ella prometió. La mayoría de miembros eran mucho mayores que ella, eso lo sabía desde el primer momento en que entró, sin embargo eso no iba a detenerla de entablar amistad con los demás. En cierta manera, ella sentía que era necesario para comprender lo que era tener una figura masculina en su vida; a lo largo de sus 88 años, de los cuales más de 40 los había pasado viajando con su madre, en las caravanas y ciudadelas en las que se había alojado siempre primaban las mujeres. Tal vez su madre lo había echo a propósito, tal vez ella no deseaba la misma suerte que ella había corrido para su hija...nunca lo sabría con certeza. Pero de lo que sí estaba segura es que por primera vez, ella iba a decidir que era lo mejor para sí misma.
Su primer invitado era el más reservado, por eso la tomó por sorpresa cuando escuchó brotar de su boca, y con un acento impecable, aquellas palabras:
-"¿Alemania? Ich wusste, dass irgendwo ich mich anhörte..."-
De inmediato Blitz tuvo que suprimir un grito de emoción. ¿Habían más personas de su país natal? Ella extrañaba demasiado sus tierras, ciertamente había pasado muy poco tiempo en ellas pero había algo, en lo más profundo de su ser, que se encontraba fuertemente conmovido cada vez que alguien le recordaba parte de ese pasado. Estaba segura que de haber estado en su forma original, su cola se hubiese asemejado a las aspas de un molino de viento.
-"¡Oh!"- internamente empezó a contar del 1 al 10 para calmarse un poco, no quería alarmar a su acompañante con su sobre-entusiasmo - "Sprechen Sie Deutsch?"- Cogiendo uno de los cuencos restantes con ambas manos, lo extendió hacia el hombre que llevaba sus brazos cruzados, cuidadosa de no invadir demasiado su espacio personal. -"Aus welchem Teil von Deutschland kommst du?" Occ:
* Sprechen Sie Deutsch? = ¿Habla alemán?
* Aus welchem Teil von Deutschland kommst du? = ¿De qué parte de Alemania proviene?
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Oct 12, 2017 22:45:10 GMT
Menudo ser tan sociable. Podría catalogar fácilmente a Blitz como alguien sumamente sociable, cuanto menos se le veía mucho más consciente de sus alrededores que muchos otros jóvenes con carácter semejante. Sus ojos se dirigieron entonces a la comida; ahora tenía sentido que hubieran aperitivos si era una reunión para conocer a toda la manada. Más aún cuando la liebre era algo que disfrutaba, era un manjar raro cuando las cacerías de la manada muchas veces se enfocaban en animales grandes y de preferencia gordos. Entre más gordo estuviera el animal, eso generalmente significaba que tendrían un valor alimenticio mayor que abasteciera las necesidades. Sintió hambre de pronto, pero no hizo caso alguno a su estómago abruptamente vacío como el de un cachorro glotón; dejaría a los otros dos comer, luego tomaría su parte; como siempre.
Siendo el lobo más viejo de la manada, por más que no fuera el Alpha se sentía en la obligación de velar por el bien de todos sin importar las circunstancias.
Esta vez observó a Wolfeimer, el muchacho parecía sorprendido, no lo culparía de no haber probado hidromiel antes, hasta para él era un manjar extraño. Raymond Aceptó el cuenco con ambas manos. No tenía prisas ya, eso era notorio. Y no sabía si lamentaría tirarle las esperanzas al suelo, pero la honestidad era para él tan necesaria como respirar. Aunque claro: la honestidad era distinto a no contar la historia completa.
—Ja, ich habe auf meinen Reisen Deutsch gelernt.* —contestó— Sin embargo, Estoy más hacia la costa; España.
Recordaba sus raíces con el orgullo de un soldado y eso era notorio, aún más cuando su pecho se infló. Tenía el carácter que distinguía a su tierra en todo aspecto: un carácter tan fuerte como su cuerpo, que a pesar de los años se conservaba en una gran condición física. Sus músculos fácilmente serían tan firmes como rocas al momento de tensarse. En pocas palabras: seguía tan bien marcado como cualquier joven de ciento y pocos a pensar de los doscientos cuarenta años de vida que tenía encima. A saber si en ello su condición biológica como licántropo tenía algo que ver, sencillamente ya llegaba a esa edad en la que cada día sentía con más fuerza que el tiempo estaba cobrándole todos esos años en los que se había descuidado.
*"Si, aprendí Alemán en mis viajes"
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Post by wolfeimer on Oct 15, 2017 20:53:26 GMT
¿hermano Wolfeimer? No había escuchado esa frase en la manada desde que se unió con ellos, ni siquiera Raydmon, que con tanto ánimo le llamaba "Hermano". Su corazón le palpitaba de felicidad que para devolverle la misma frase de una forma mas cariñosa acariciándole el cabello.
Gracias Hermana Blitz...por todo esto...creo que esta es la primera reunión especial que asisto..
Aun mirando en los alrededores, escuchaba todavia los dos que conversaban, pensaba que ambos podrían tener hambre y recordo que Blitz había dicho que la liebre no estaba preparada. Tomando carta en el asunto, aprovechando del material que le ofrecía la madre naturaleza logró preparar una buena fogata con troncos viejos y unas piedras alrededor del fuego ardiente.
Bien Blitz.. ¿me puedes pasar todas las liebres que tengas? Yo la preparare por ti... mientras tanto... estaré pendiente de la fogata.
Wolfeimer era muy cuidadoso a la hora de encender fogata, pues no quería que hubiera algún incendio que pueda destruir todo el hermoso bosque, donde solía vivir cuando llego a Mirovia.
Hermano..crees que me..puedas ayudar...a preparar la carne de venado para nosotros.. ¿Por favor? Mientras se va cocinando las liebres. Puedes escojer las frutas que quieras comer.
No quiso mirarle a los ojos de Rayd en ese momento, sentía mucha vergüenza sabiendo como es el comportamiento y actitud de el hacia el cachorro, por los pequeños problemas que le ha dado.
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Post by Blitz on Oct 26, 2017 2:47:21 GMT
Al escuchar la respuesta en alemán, no pudo contener hinchar el pecho de orgullo. Ella no se consideraba nacionalista extremista, pero ella jamás había olvidado a su Alemania querida. Los mejores años de su corta vida los había pasado en esos bellos bosquecillos de mirto, heladas tardes de verano y preciosos caminos empedrados que llevaban al distrito de fábricas. Una de las muy pocas desventajas de haberse mudado al Edén que representaba Mirovia, era que jamás podría emular aquella deliciosa escencia veraniega que solo su tierra podía generar de manera natural.
-"Ah, así que es un viajero...debe tener muchas historias interesantes..."- un pensamiento iluminó súbitamente su rostro y se apresuró a añadir, esperando no sonar demasiado ansiosa -"¿En sus viajes...por alguna casualidad...habrá cruzado por Bremen?"-
Cuando Wolfeimer acarició su cabeza en son de amistad varios sentimientos encontrados empezaron a hacerse presente, por una parte estaba contenta de haber entablado una conversación decente con alguien que parecía ser tan amistoso, tal vez un poco más reservado, que ella. Eso era emocionante. Pero, nunca antes había sido tocada por nadie que no fuese su maestra, el sentimiento era tan foráneo que inconcientemente se alejó unos pequeños centímetros. La sonrisa en su rostro era sincera, tan solo había sido un gesto tal vez demasiado amistoso aún.
-"¡Pues espero verte más seguido, hermano"- sus ojos verdes brillaron con alegría- "A ambos, ¡porque tengo en mente muchas más!"- rascándose la mejilla izquierda con el índice, agachó un tanto avergonzada la cabeza -"Con mucha menos producción, esto debe verse realmente extraño...hijos de la luna comiendo a campo abierto como si de un picnic se tratase...haha"-
Blitz no pudo evitar notar que el hombre mayor miraba la comida con cierto interés, pero por alguna razón no se acercaba a ella. Sin embargo su otro compañero si lo hacía. Un pensamiento un tanto oscuro surcó su mente: -"¿Acaso pensará que está envenenado?"- Sería una conclusión nada descabellada, después de todo los mayores siempre tenían esas costumbres adquiridas, quieran o no, de tiempos mucho más difíciles. La joven cachorra nunca terminaba de sorprenderse con los largos caminos que cada arcano en Mirovia había recorrido por su cuenta. Historias felices, tristes, tágicas e incluso manchadas por la sed de sangre y lujuria... definitivamente ella no estaba al tanto de cada detalle pero la mayoría de veces podía darse una idea en general al poder presenciar pequeños atisbos de la personalidad de cada uno. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras acercaba una de sus manos a un pedazo de carne seca, en parte para demostrarle que nada estaba envenenado, y por otra parte saciar su creciente hambre.
-"¡Eso no me va a detener! ¡No tengo miedo!"-
Embestir los problemas con fuerza, orgullosa y de cabezazo. Así es como su madre y maestra le habían enseñado a aproximarse a las cosas nuevas. Masticando con la boca cerrada, cuidando de no ser demasiado grosera, asintió con la cabeza cuando se le preguntó por las liebres; le hubiese gustado responder con palabras, pero no quería escupir accidentalmente algo ahora que sus mejillas y paladar estaban ocupados saborando y desmenuzando su pequeño aperitivo. La verdad es que estos pequeños animales eran igual de buenas crudas que cocidas, pero Blitz tenía una pésima, y sin exageraciones, nula habilidad de cocina. Todo lo que no se moviese, podía comerse a su parecer. Con mucho cuidado las levantó y se dirigió hacia sus compañeros.
-"Esperar lo mejor, anticipar lo peor y atacar lo aterrador"- |
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on Nov 2, 2017 3:20:42 GMT
Raymond tuvo que planteárselo, haría más de un siglo que había siquiera hablado del viejo continente, mucho menos de alemania cuando su estadía en el país se limitó a unos seis meses en los que aprendió el idioma a los golpes. Bremen le sonaba bastante, no tanto como quizá la cachorra esperaría, pero si recordaba par de cosas. Un pueblito bastante acogedor, si, acogedor para todos, desde las ratas hasta la alta sociedad. No había visto el lugar en buen estado en su visita haría más de cien años.
Suspiró, sus labios se estiraron para atrás ante la irritante memoria de haber sido tratado peor que un perro en las calles de aquel pueblecito. Golpes, bastonazos, fue un alivio para el Raymond de aquellos días que la luna llena hubiera puesto fin a todo aquello más allá de su consciencia y el maldito dolor físico que todo aquello ocasionaba; para el hombre que hoy por hoy utilizaba el mismo cuerpo, era un pecado. Imperdonable. Pasó ambas manos por se cabello, dudaba de pronto por más que su rostro no era para nada expresivo con sus emociones Neutro, su rostro siempre se mantuvo pétreo e inhabitable por más que estuviera paseando entre la irritación la curiosidad e incluso el enojo. Era incapaz de recordar porqué el enojo, pero ahí estaba: machacando sus adentros como de costumbre. Raymond mantuvo silencio por algunos instantes, luego fue que finalmente habló:
—Estuve poco tiempo en ese pueblo; dos semanas cuanto mucho —contestó— Y fue hace más de un siglo en realidad.
Práctica, concisa, certera, su respuesta fue tan simple en comparación a sus pensamientos. Pero era normal, Un lobo viejo, mayormente solitario y sumamente precavido con sus palabras. Era lógico que alguien como él, siendo el guardia de la manada no fuera a soltar todo a la primera de cambio.
Wolferimer, sin duda era un muchacho mucho más abierto, más familiar que el arisco y poco sociable Raymond. Claro, los veinte años del muchacho eran tan obvios como la sonrisa que el muchacho mostraba la mayor parte del tiempo. Raymond por su parte omitir cualquier contacto, sin importar cuan amigable fuera. El hombre no disfrutaba de los abrazos por múltiples razones, una de ellas era sin dudas el hecho de que en el pasado la mayor parte del contacto era ni más ni menos proveniente de humanos: un contacto tan agresivo como lo era una hembra defendiendo su camada; o incluso mejor: más feroz de lo que sería un dragón (específicamente las gigantescas hembras), uno de los seres más territoriales que uno podría conocer.
Y a su parecer esos se llamaban hermanos de una manera tan simple... como si de un juego se tratara.
Sus labios se estiraron aún más. No iba a prohibirlo, tampoco regañarlos por algo así, era normal: eran jóvenes y, hasta donde veía, ambos eran bastante abiertos. ¡Cuanto añoraba aquellos días sin preocupaciones reales!
Y si, era raro: Dos machos, uno de ellos tan joven y libre como un ave y otro tan viejo como un roble, a plena luz compartiendo el alimento que una sola presa podía ofrecer junto a una cachorra. El mayor entendía bien la ironía de la situación, y también lo raro que era que hubieran reuniones más allá de la hoguera; por supuesto también entendía el hecho de que quizá, acercarse a la hoguera era como adentrarse en un terreno desconocido. Machos de diversas edades, hembras en su mayoría tan maternales como seductoras a los ojos de cualquier incrédulo. A él estar entre semejante barullo lo estremecía de tantas formas desagradables que por ello mantenía su distancia.
Blitz entonces comió, él mantuvo su serenidad habituada. La joven comía crudo, Wolfeimer cocinaba otros tantos trozos más. La porción restante debía ser quizá suya; no lo sabía, esperaría un poco más.
—Cruda la comida tiene más nutrientes y fibra; conserva su dote natural incluso cuando se seca —le comentó a Wolfeimer con plena tranquilidad— no está nada mal cocinarla, descuida; solo es un consejo.
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wolfeimer
La Resistencia
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Post by wolfeimer on Nov 2, 2017 20:06:22 GMT
¿Más reuniones? Para Wolfeimer pensaba que esa no será la única vez que asistiría a una reunión especial como esa, habría más. Cuanto gozo sintió escuchar eso, por otro lado preocupaba ella por la pequeña comida que ella preparo para la reunión. La próxima vez que ella les hiciera un anuncio de una próxima actividad, el estaría dispuesto a ayudar a traer más provisiones.
Pero ahora, a medida que preparaba la fogata, escuchaba más con atención la conversación de Blitz con Raymond, sobre su viaje en Alemania.
Estuve poco tiempo en ese pueblo; dos semanas cuanto mucho y fue hace más de un siglo en realidad
¿Siglo? ¿Acaso era bastante viejo y mayor? En su rostro veía que aún conservaba juventud… ¿Eso era una cualidad especial de los licántropos? Esta a ´penas controlando sus habilidades de lobo y de paso aprendiendo a realizar conjuros, que a veces se le pasaba la ocasión del tiempo. Poniéndose analizar bajo el calor de la fogata, pensando que probablemente había algo en los viajes de Raydmond que hizo que cambiara su sentido de humor y del tacto, su personalidad, podría ser una gran mentira que el lobo al que siempre ha admirado Wolfeimer fuera un asocial. Quizás en esos tiempos era alguien bueno y bondadoso y alegre y que el destino quiso cambiarlo a una manera de ser más grosteca, apartada y seria.
Hubiera deseado de serle tanta utilidad para hacerlo sentir mejor, aún mantenía sus recuerdos cuando lo conoció por primera vez. A pesar de la forma en que lo trató en presencia del León Hiro, pudo darle una pequeña bienvenida no formal, sin abrazos, sin palabras agradables, solo le permitió dormirse cerca de él, con eso le basto de sentirse seguro con él como si fuera su Hermano y como gesto de agradecimiento, le habría prestado su camisa manga larga por el frio de la madrugada.
Tenía en su ser, la esperanza de que algún dia el rubio pudiera tener el gozo y la felicidad que el también llevaba. Blitz interrumpió sin querer sus pensamientos, le estaba ofreciendo el resto de las liebres que quedaban mientras observaba que ella estaba comiendo. Estaba a punto de azarlas al fuego, pero Raymond le aconsejo que la comida tenía más nutrientes al ser consumida cruda.
Nunca en su vida la había comido de esa manera, su madre y abuela le habían enseñado las distintas formas de cocinar. Esa era la naturaleza que le habían sido criado. No tenía conocimientos de cómo comen los lobos. Escuchándolo de manera sorprendente de que esta vez no le había regañado aparto las liebres del fuego y agarrando solo su parte se la devolvió a Blitz
Gracias Raydmon.....ten Blitz..dáselas a el...veo que tienes mas experiencias que yo.... es mi primera vez que la como cruda....gracias...por ser..casi mentor para mí...quizas en la próxima reunión les pueda preparar Relleno de filet.... ese tipo de platillo si hay que cocinarla, pero sé que les gustaría a todos en la manada probarlo.
Abriendo su boca para morder y masticar, la carne de liebre tenía un sabor muy diferente cuando era asado al fuego, pero aún sentía algo delicioso en su paladar que no lo podría describir en palabras. Alzo su vista hacia el rubio para mostrarle una sonrisa de satisfacción.
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