Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 9, 2017 4:12:27 GMT
Mirando la lista que llevaba en su mano izquierda, y con cuidado de no aplastar los paquetes que llevaba en la derecha, Blitz trataba de ubicar todos los ítems de su lista en aquel bullicioso mercado. Existía una gran variedad de criaturas que vendían todo tipo de artilugios y deliciosos productos, pero si ella se tomase el tiempo de inspeccionar y probar cada uno terminaría por olvidar la razón por la que el día de hoy se había vestido lo más decente posible para encajar un poco mejor en esta nueva sociedad. Incluso se había puesto calzado.
Exhalando con fuerza para apartar un mechón de cabello de su vista ya que sus manos estaban ocupadas, la jóven licántropa hacía uso de todo su poder mental para evitar pensar en como el sudor hacia que su piel se ponga pegajosa, lo seca que estaba su garganta y como le estaban doliendo los dedos pequeños de cada pie por no estar acostumbrada a usar zapatos cerrados. Tenía que cumplir los encargos que le habían echo, de lo contrario no podría continuar llamándose a sí misma aprendíz de boticaria, o ver a su maestra a los ojos.
Los aromas, colores, y sobretodo los sonidos, estaban empezando a sobrecargar sus sentidos. Podía sentir como todo ello, sumado al creciente calor del verano, la hacia sentirse sumamente incómoda; no había sido buena idea salir en un día soleado con una gabardina negra, pero desde que había salido de Alemania no se había aventurado a comprar nada nuevo, su gabardina no era nada sofisticada, pero era su único recuerdo del tiempo que había vivido con su madre. Ahora solo era un trozo bastante desgastado de tela, tal vez ya era hora de re-adaptar sus ropas para permitirle mayor libertad...sin embargo no podía evitar pensar que era algo muy superficial deshacerse de un valioso recuerdo solo para dejar de sudar. Ella estaba segura que su madre se pondría muy triste en los cielos.
Sus pensamientos fueron desviados cuando visualizó a unos pasos un banco de piedra bajo un pequeño árbol, a lado de una elegante fuente. Era como un pequeño oasis entre todo el adoquín y madera que caracterizaba aquel mercado, sin dudarlo dos veces se encaminó hacia el y no tardó en acomodar sus compras para luego sentarse ella. Un suspiro de completa satisfacción escapó de sus labios, tal vez un poco más fuerte de lo que hubiese querido. Tras unos minutos disfrutando la brisa bajo la sombra, inconcientemente arrugó el papel que antes estaba revisando. Solo le faltaban dos ingredientes más y podría irse a casa. Al introducir la lista en sus bolsillos, sus ojos volvieron a prestar atención a la prenda superior que llevaba.
-"Me pregunto si habrá un sastre que pueda convertir esto en una capa o algo similar, así tendría mis brazos más frescos"-
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 9, 2017 4:37:51 GMT
Habian pasado bastantes dias desde que habia visitado la Ciudadela, ya sean por sus clasicos viajes por provisiones, o simples entregas de materiales de caceria que solian encargarle, despues de todo, no solia rechazar ningun encargo, por más complicado que este fuera, o por más extraño que este se viera, y vaya que habian varios de esos. Su ultimo encargo habia sido un tanto desafortunado, no para él en si o para el mandado, si no para su fiel compañera, su Katana, que en el momento de enfrentarse a aquel oso pardo para recolectar sus garras y piel, habia logrado desafilar y dañar en gran medida el acero de su arma, ¿Como fue tan descuidado con eso? Ni el mismo Licantropo se lo explicaba realmente, solo sabia que debia buscar algun lugar para reparar su arma, si no, sus cacerias se verian un tanto afectadas por la falta de su armamento, bien podia usar sus garras o sus fauces para ello, pero su Katana le proporcionaba cortes limpios que no dañaban los materiales pedidos por sus clientes, y eso era muy importante, asi que al cabo de un largo viaje, llego a la entrada de la famosa Ciudadela de Mirovia.
Se adentro en el lugar con aquel manto gris que siempre portaba, que tapaba gran parre de su torso y sus piernas, la Katana en su espalda y su mochila bajo la tela que cubria su cuerpo, mientras buscaba con la mirada el lugar al que llamaban forrajera, se suponia que los herreros brillaban por esa zona, pero... ¿Donde quedaba ese lugar en si? Vaya problema el seguir sin tener un mapa de ese lugar, rascandose la cabeza y suspirando un tanto frustrado, no le quedaba más remedio que recurrir a aquello que obviamente no le gustaba por pensar que molestaba, preguntar. Se encontraba cerca de lo que parecia ser una hermosa fuente en el Mercado, mucha gente alrededor lo sofocaba, y lo ponia incomodo el hecho de que muchos pasaran de él.- Eh disculpe...-Nada, nadie le respondia más que un "Estoy ocupado", ya se estaba rindiendo, hasta qué vio en una banca del lugar a una persoba que parecia admirar una prenda, no queria interrumpirla, pero su necesidad esa vez le gano, acercandose lentamente a ella.- Disculpe, lamento interrumpirla, ¿Sabe donde se encuentra la Forrajera? He estado un tiempo buscando y... Bueno, creo que estoy perdido.-Reconocio un tanto avergonzado mientras acomodaba su mochila bajo su manto.
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Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 9, 2017 11:26:01 GMT
La joven había estado tan concentrada en sus propios pensamientos que a penas si había registrado la presencia de aquel hombre a su lado, al escuchar su voz sin embargo apartó los ojos de su mano para prestarle la atención debida. Inmediatamente, ya por reflejo, le ofreció una gran sonrisa mostrando sus caninos. A veces cuando la sorprendían o se ponía nerviosa terminaba haciendo aquello, había aprendido a lo largo de los años que los movimientos bruscos de sorpresa podían interpretarse como aprhensivos, y lo que menos quería era espantar o parecer grosera, después de todo ella deseaba hacer amigos más allá de los límites de la manada.
-"¡Hola!"- recogiendo un poco sus extremidades para sentarse de una manera más apropiada para una señorita, inclinó un poco la cabeza para responder - "La verdad es que estoy tan perdida como tú... ¡digo! - levantando sus manos y moviendolas de lado a lado, como tratando de borrar las palabras en el aire, se apresuró a corregir- "¡Usted! ¡Quise decir usted!"- golpeando su frente, avergonzada, prosiguió- "Disculpe, no estoy acostumbrada a los manerísmos de Mirovia aún... tratar de usted a los demás se me hace tan extraño...en fin, lo que quería decir es que yo tampoco sé dónde están ni la mitad de las cosas, por mi parte estaba pensando en buscar una sastrería para modificar mi abrigo"- podía sentir como sus mejillas iban lentamente subiendo en color, vaya manera de empezar a hacer amigos.
-"¡P-pero!- se apresuró a añadir- "Yo estoy segura de que si nos ponemos a buscar juntos es más probable que encontremos una forrajera para usted y un sastre para mi"- cogiendo sus bultos para ponerse de pie, volvió el rostro para darle una tímida sonrisa- "E-err, claro, ¿si es que le parece bien?
Era una novedad que alguien le preguntase por indicaciones -siendo ella la que siempre se perdía-, en apariencia él no parecía ser de los alrededores, no solo porque estaba desorientado, sino también porque cargaba una larga espada y llevaba ropas demasiado abrigadoras en pleno verano. Ella no era nadie para criticarle, después de todo tampoco había sido una sabia decisión por su parte salir a comprar con una gabardina.
-"Mi madre solía decir: una pena entre dos es menos atroz."-
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 9, 2017 20:29:05 GMT
Tenia cierto temor aun de haber importunado a la mujer que se encontraba frente a él sentada en aquella banca de piedra, pero ese breve miedo se esfumo casi por completo al ver aquella sonrisa tan animada de la chica, una que fue sorpresiva sin duda, pues no muchos reaccionaban de esa forma ante la pregunta de algún desconocido, a lo que solo le devolvió una sonrisa breve pero sincera.- Buenas tardes.- Respondió de manera cortes a su saludo con una breve reverencia, como siempre solía hacerlo y como se le había enseñado en las tierras de Alemania: ''El respeto por delante'', una enseñanza, que si bien era básica, era muy útil también. No pudo evitar soltar una suave risa ante aquella reacción por haber ''tuteado'' al Licántropo, no le extrañaba que varios tuvieran esas reacciones, más que nada por la forma tan respetuosa de tratar a otros de Sieg.- No se preocupe, entiendo que mi forma de hablar sea extraña.- Respondió restándole importancia a aquel hecho que se podía considerar cómico.
Una sastrería... Ya veo.- Comento en voz baja mientras llevaba su mano a su barbilla en un deje pensativo, recordaba haber visto algunas en algunos de sus viajes a ese lugar, ¿Donde se encontraban? Ese era el problema, no lo recordaba, él y su memoria. Volvió a bajar su mano con lentitud en el momento que aquella muchacha había hablado para recomendar que unieran sus búsquedas para que estas fueran más fáciles de ser realizadas con éxito. No era una mala idea, muy por el contrario, le parecía que era lo más razonable si ambos tenían problemas para orientarse, aunque, si la mala suerte los guiaba, probablemente ambos terminarían el doble de perdidos de lo que ya estaban, ¿Porque pensaba así? Debía pensar positivo, encontrarían su objetivo, y todo bien... O eso esperaba.
En cuanto ella se puso de pie, la diferencia de tamaños fue bastante notoria, con sus 1.95 cm de alto, pocas veces le pasaba que se sentía de inferior tamaño a otras personas, aunque claro, en las Tierras de Mirovia, era fácil encontrar a otros mucho más altos que él, después de todo, la gran variedad de gente era lo que consideraba, hacia más interesante aun aquella isla en la que se encontraban.- Pues la verdad, por mi no hay ningún problema.- Respondió a sus palabras de una manera afirmativa mientras acomodaba un poco más su mochila bajo su manto, girándose un momento en dirección a las distintas tiendas, mucha gente, demasiada, causando que se encogiera levemente de hombros, ¿Porque siempre se ponía así con tanta gente? Ni el mismo lo sabia con certeza, quizá por el hecho de acostumbrarse a la soledad de aquellos tiempos donde vago por las tierras de Alemania absolutamente solo.
Volvió a girar su cabeza brevemente para mirar a la muchacha.- Por cierto, mi nombre es Sieg Stahlzahn, Cazador, es un gusto.- Se presento con una suave sonrisa, casi olvidaba aquel paso importante al momento de conocer a cualquier persona, o quizá era su exceso de respeto por todo desconocido que llegaba a entablar conversación con él, pero que más daba, nunca estaba de más presentarse.- Podriamos empezar por recorrer el alrededor de esta plaza, ¿Que le parece?.- Pregunto mientras la miraba con unos ojos curiosos en espera de su respueta. Noto de mejor manera aquellas cosas que llevaba la muchacha, eran varias, y podía oler el sudor gracias a su Agudeza Sensorial*, quizá por el cansancio de la chica, aunque claro, el calor que hacia ese día no era para nada amable.- ¿Necesita ayuda con sus cosas?.- Pregunto sin más de una manera amable.-
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Shinaja'e Rohde
La Resistencia
Sometimes you just need to take a deep breath and think with calm
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Post by Shinaja'e Rohde on Oct 10, 2017 3:45:53 GMT
El día era muy preciso para ir y andar por su cuenta a comprar las cosas que le había encargado a Blitz. Pésima idea, podían haberlo hecho juntas, pero estaba algo cansada y ciertamente agobiada sin comprender la razón por completo. Tal vez había sido la noche anterior larga; correr por los pastizales buscando plantas y otras especies habían logrado agotarla además de que iba moviéndose de un lado a otro ya que se separaba y se unía con la manada continuamente logrando que a cierto punto simplemente deseaba echarse a dormir. Su cuerpo a pesar de todo había levantado con un mejor estado luego de un largo reposo de 9 horas continuas o algo por el estilo ya que había logrado entre sueños o de manera consciente darle dicha labor.
No había tardado mucho en llegar a la ciudadela, podía decirse que haber usado su forma Fated había ahorrado algunos mirvos que traía consigo misma. Trataba de recordar que le había pedido a Blitz, pero no conseguía recordar con perfección, simplemente tuvo la leve sospecha que había algo que se había pasado por alto y no le hacía tanto problema ir y comprarlo ella. Su coleta se movía de un lado a otro, las trenzas se encontraban moviéndose con cierta gracia que a cierto punto los picos de los cuervos que traía siempre con ella, jugaban con las trenzas pequeñas que tenía cerca del rostro. Las pequeñas gotas de aquel liquido salado no tardaron en exponerse a través de los poros de la mujer de cierta tez morena pero clara. No podía evitar hacer que su lengua chasqueara, le asfixiaba el calor a más no poder, afirmaba y podía gritarlo si era necesario, el calor no era lo suyo. Sus pies descalzos e indecisos se movían de un lado a otro, buscando claramente aquello que tenía un gran aprecio y prefería acompañarla en lo que le había pedido.
Durante el camino sus dos aves, tan inteligentes no tardaron en levantar vuelo y volar en una dirección que Shinaja'e no había ido. Sus mejillas se coloraron al ver que estas desaparecían repentinamente separándose de ella dejándola de cierta forma sola y gritando sus nombres casi a los 4 vientos. - Hugin, Munin. Vuelvan aquí. - muchos la miraron con cierta extrañeza mientras otros simplemente la miraron como "la loca de los cuervos". Sus pies tomaron mayor agilidad para llegar al sitió a donde habían aterrizado, Munin tan educada como siempre se posaba en los hombros de una figura conocida mientras Hugin…. - Hugin deja de picotear la cabeza de… - hasta que sus ojos observaron bien quienes tenía enfrente sus ojos brillaron. Estaba algo ansiosa de ver a Blitz que simplemente saltó hacia ella logrando que Munin alzara vuelo y ahora aferrara sus garras en el hombro de la "madre". Por parte del cuervo común, aun continuaba mordisqueando los cabellos, tironeando de estos hasta que simplemente alzó la voz y movió la mano cercanamente a la cabeza del mayor. - Ya deja a Sieg tranquilo, Hugin. -comentó enfadada, ahora ambas aves se encontraban aferradas a los hombros lastimados de la licántropo que se hallaba con una sonrisa indiscutible.
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Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 10, 2017 20:56:38 GMT
Los modales del joven frente a ella eran bastante...familiares, no podía establecer con claridad el porqué, pero había algo que le traía una pequeña oleada de nostalgia en lo más profundo de su ser. Tantos años alejada de su tierra natal se traducían en conversaciones cada vez menos formales y contantemente olvidar saludar con propiedad a sus mayores; Blitz no pudo evitar inclinarse un poco para imitar sus movimientos, sus reflejos se hicieron presentes antes de que pudiese pensar dos veces lo que hacía. -"No, el error es ha sido mio, yo... ah, vivir en el bosque no es una excusa para dejar de lado los modales básicos"- soltando una pequeña risa nerviosa añadió: -"¡S-su forma de expresarse no es para nada extraña por cierto!"-
Reacomodando un poco su carga, asintió al escucharle mencionar la sastrería. Aún le quedaba un poco de tiempo para dar un par de vueltas, además había estado guardando el dinero de su mesada sin tener una meta real en que gastarlo, sería un desperdicio no aprovechar la oportunidad, ella preferiría evitar volver al mercado central...al menos hasta que el verano terminase.
Algo que no pudo evitar notar al momento de observar con más detenimiento al joven, fue su estatura. La chica de cabellos café estaba más que acostumbrada a tener que ver a los demás elevando la cabeza, su patético metro con 50 centímetros no era ni por asomo suficiente para ver a alguien directamente a los ojos -únicamente a los niños, hadas y animales pequeños-.
-"Vaya que es alto..."- las palabras espacaron de sus labios antes de poder detenerse, no había una mala intención en su tono, solo genuino asombro; sus mejillas se colorearon de un suave carmesí -"¡N-no es que sea nada malo! Si no es mucha molestia que me ayude con mi búsqueda... no quisiera tomar mucho de su valioso tiempo...ah, ¡podría pagarle invitándole un bocadillo? N-no tiene que aceptarlo si no quiere, digo, ah"-. Blitz estaba a punto de golpearse repetidamente en la frente para tratar de frenar tanto balbuceo. Esto jamás le pasaba con Shin o con sus familiares, hablar con otros realmente era difícil para la cachorra.
Al escuchar su nombre, sin embargo, todo atisbo de timidéz se esfumó por completo. Sus ojos verdes se abrieron de par en par y empezó a dar pequeños saltos con las puntas de sus pies, una gran sonrisa iluminó sus rasgos y probablemente de no haber asegurado antes sus paquetes, estos ya se hubiesen caído.
-"¿Sieg?"- moviendo su pequeño cuerpo de lado a lado, como si estuviese danzando sin música, continuó -"¿Sieg? ¿Cómo en "victoria"?"- en un impulso, tomó con su mano libre una de las suyas, dándole un pequeño apretón- "¿Bist du auch deutsch?"-
Y antes de que el muchacho pudiese responder, un peso inesperado se posó sobre su hombro, mirándole por el rabillo del ojo, identifico a aquel inesperado visitante como un bellísimo cuervo, con plumaje cremoso y lustroso. Su aroma era también bastante similar, tan hogareño...tan...-"¿Munin?"-
La hermosa y alta mujer que venía caminando hacia ambos era indudablemente la dueña, Blitz reconocería aquella fragancia, aquel dulce timbre, en cualquier lado. Su sonrisa creció tanto que podían verse a todas luces sus caninos - "¡Mein lehrerin!"- un poco intrigada volvió la mirada hacia su acompañante, sin darse cuenta que aún sostenía su mano-"¿Ya se conocían?"-
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Post by Sieg Stahlzahn on Oct 11, 2017 4:16:51 GMT
No pudo evitar girarse de manera suave a ver a la pequeña muchacha, en cuanto esta menciono aquellas palabras sobre la altura del Licántropo, aunque bueno, en comparación con ella, vaya que era más alto, eso estaba más claro que él agua, aunque a decir verdad el comentario no le molesto para nada, todo lo contrario, le pareció un tanto gracioso combinado a la reacción nerviosa de la muchacha. La dejo hablar en silencio y poniéndole bastante atención, para luego negar de manera breve con la cabeza.- No se preocupe por eso, el tiempo no es problema, puedo ayudarla el tiempo que necesite, y... Quizá cuando terminemos ambos con la búsqueda, podamos recompensar el esfuerzo del otro comiendo algo.- Respondió de una manera amable, podía notar de inmediato que la chica no tenia ninguna mala intención, tan solo los nervios le jugaban un poco en contra, entendía lo que era eso, después de todo, en el pasado cuando recién había llegado al Escudo de Plata, sus primeras semanas ahí fueron un martirio para lograr adaptarse, al menos, con esfuerzo pudo lograrlo.
Estaba un tanto distraído mientras decidía por donde podrían empezar a buscar, que se tardo un poco en percatarse de que la muchacha había repetido el nombre de Sieg mientras daba unos movimientos parecidos a una danza, mientras se acercaba para tomar la mano propia y dar un apretón a manera de saludo, escuchando las palabras ajenas, ''¿Es usted alemán?'' Había preguntado la contraria, ¿Sabia Alemán? Eso era inesperado, solo había tenido la oportunidad de conocer a una persona desde que había llegado a Mirovia que hablaba aquel idioma, que de cierta manera podía considerar complicado para algunos. Iba a responderle aquella pregunta a la muchacha, pero en ese momento, pudo notar como un cuervo, que curiosamente le parecía conocido, se poso en el hombro de la chica, incluso el olor de este le parecía conocido, pero este no venia solo, el cuervo acompañante de ese se dedico de una manera un tanto molesta a picotear y desordenar los cabellos del Licantropo, pero no le tomo mucha importancia a esto.
Giro un poco la cabeza, para notar que una figura conocida se acercaba a ellos, al parecer, en persecución de sus aves, soltando una suave risa ante el regaño de la mujer al cuervo que estaba molestando al Licántropo, para luego este volar hasta el hombro contrario.- Miss Shinaja'e, es un gusto volver a verla.- Dijo dando una leve reverencia, para luego notar que la muchacha a su lado aun no soltaba su mano, mirándola curiosa para luego responder a su pregunta.- Und ja, ich bin Deutscher, Junger - Respondió con una suave sonrisa, sintiéndose un tanto extraño de volver a usar ese idioma, mientras agitaba muy suavemente la mano de la ajena en señal de saludo para posteriormente soltarla de forma delicada.
Y en efecto, desde hace poco tiempo, tuve la oportunidad de conocer a Miss Shinaja'e, acompañada del Junger Noitye.- Explico mirando a la muchacha y luego desviando su mirada a la mujer dueña de aquellos cuervos de colores distintos.- ¿Es tu maestra?.- Pregunto Sieg a la chica a su lado, recordando que esta la había llamado "¡Mein lehrerin!", que significaba eso, ''Maestra''.
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Shinaja'e Rohde
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Post by Shinaja'e Rohde on Jan 11, 2018 18:14:50 GMT
Munin solamente se limitaba a ver a Blitz con aquel par de ojos rojizos. Admirándola mientras cuidadosamente mordía los cabellos ajenos con sutileza en cambio de Hugin que solamente se dedicaba a causar un destrozo mayor en el pelo, cerrando sus garras en el cabello tirando de este y acomodándose para dormitar. Pero la presencia de Shinaja'e lograba que ambos cuervos recapaciten y decidan volver a sus hombros tras un pequeño reproche silencioso. Cuando estaba más cerca de ambos individuos simplemente le daba la bienvenida Blitz logrando que una sonrisa se dibujara en su rostro. Escuchar su voz le era grato y una dicha tan agradable. Aunque no tardo Sieg en hablar encantado de verla nuevamente, cosa que era un alivio volverla a ver, había pasado varios días pero no le agradaba la idea de no cruzarse nuevamente con caras conocidas.
Aunque tuvo la sorpresa de reconocer que ambos individuos eran alemanes y al parecer Sieg le respondía a la pequeña joven alguna pregunta o algo que logró obtener su respuesta. No entendía mucho pero comprendía algunas palabras sueltas que la contraria usaba frecuentemente, aunque realmente solo había entendido el "Junger" y "Deutscher" así que buscaba en su cabeza las posibles oraciones que correspondieran a aquello. Negó con la cabeza tratando de recordar para que había ido, a pesar de esas nueve horas bien descansada, parecía que el sueño le vencía y el calor no era para nada agradable. Simplemente se quedo mirando a ambos con una sonrisa divertida para escuchar a Blitz mencionar, con aquel tono tan característico de ella (o al menos para Shin) si se conocían desde antes. La mujer solamente decidió esperar que Sieg terminara de responder a su pregunta para responder ella también. - Lille lærling... ¿aquel día que que Noitye no estaba junto a la manada? Bueno ese mismo día lo conocí. - rió suavemente para luego cruzarse de brazos mientras las aves graznaban entre si por sus actos infantiles. Como si buscaran peleas en aquel momento. - Ro mine barn - murmuró suavemente, mientras llevaba una mano calmando a Munin ya que era como la "líder" entre ambas aves. Aun sabiendo que los cuervos albinos son los asesinados por otros, ella al nacer en brazos de Shinaja'e se tomo de valor para enfrentar a otros y tomar coraje tras varios golpes y picotazos de los comunes.
Una vez que ambas aves retomaron en calma cual brisa traída de las montañas, Shinaja'e decidió adelantarse para responder.- En efecto; boticaria para ser más directa. Evito enseñarle como yo aprendí aunque me es algo difícil. Pero es una buena Disippel después de todo. - finalizó de decir mientras miraba a la su compañera, aprendiz y sobretodo una pequeña hija adoptiva o bueno, el papel que Shinaja'e decidió tomar al principio al ver la recién llegada a la manada. Realmente era alguien que atesoraba tanto que no dudaría en enseñar los colmillos si alguien se atrevía a tocarla.
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