Diario

Nada que no pudiera soportar con algo de fuerza voluntad. Pero eran los lugares donde dolían lo que me preocupaban y no me dejaban dormir de manera normal. La cabeza era uno de eso lugares, me daba vueltas y sentía demasiadas ganas de vomitar a ratos ¿Quizás una infección? No recuerdo haber comido algo descompuesto o ligeramente en mal estado, y aun así, mi estómago siempre había sido fuerte a ese tipo de cosas ¿Por qué ahora decidía fallarme así?


El estómago también, no espera, el estómago está más arriba y mi dolor se encuentra centímetros más allá. Oh, era mi vientre, ese lugar tampoco solía darme muchos problemas serios hasta hacia un par de meses. Las múltiples heridas semi abiertas y cicatrices no ayudaban mucho. En otras circunstancias, habrían sanado y seguiría con mi buen trabajo surcando los cielos de Mirovia, pero esta vez habían dejado detrás algo muy intenso. Algo así como resentimiento sobre las cicatrices, no creo ser capaz de explicarlo.

El cuerpo me pesa demasiado como para ir a buscar algún tipo de ayuda médica o algo similar, dudo que mis alas puedan resistir un pequeño viaje de Draconia a la Ciudadela, no me quiero arriesgar. Mi vientre ha crecido bastante durante las últimas semanas y es extraño porque no he comido de más. Se siente tibio y bastante duro, como si una especie de coraza se encontrara dentro de mi ¿Algún tipo de parásito? Vaya suerte la mía


-En este punto no sé si eres muy estúpida o muy inocente, optaría por ambas- Como siempre la voz de avara en mi cabeza tan dulce y amable –No es un parásito, ni una infección, ni nada de eso- Parece molesta, pero creo que tiene un punto -¿Recuerdas a ese chico de Reapergate?- no he visitado aquel lugar hace ya tiempo, pero si mi memoria no me falla, ella está hablando de Zealand –¿Recuerdas lo divertida que fue esa noche?- el calor invade mis mejillas, no es lo mío pero debo admitir que fue interesante –Hazte a la idea- ¿eso era todo? Estábamos tan cerca de un desenlace, no te calles ahora por favor.


Veamos… Aquella noche en Reapergate, muchos tragos en mi sistema, su casa y nuestros cuerpos calientes y húmedos sobre una pequeña y algo incómoda cama. No veo cual es el… Oh vaya. Casi olvido ese pequeño detalle, el chico también era un dragón –te golpearía, pero también me haría daño a mí- en este punto yo también siento unas ligeras ganas de hacerlo querida.


Así que eso es, no es una enfermedad. ¿Tendría que decírselo a Zealand? No quiero, yo lo estoy cargando y por ende es mío… Aunque no lo hice sola. En fin, lo mejor será que busque ayuda o algo por el estilo.