Blyer Bloodthorn
Los Grises
Let me take your hand... And let's fly together
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Post by Blyer Bloodthorn on Oct 14, 2017 1:38:36 GMT
Los días habían pasado un tanto lentos, la tarde ya se hacia presente con aquel cielo anaranjado tan característico, mientras el Minotauro, luego de algunos trabajos de Cazarecompensas, había pasado a la Ciudadela a comprar algunas provisiones, pues su intención era seguir viajando por los lugares de Mirovia para poder despejar su mente de todo lo que había sucedido: El incendio en la Ciudadela, el problema de las Cortes, y también, aquel momento en donde su ''Mascara'' se había roto por completo. Su paso era lento, calmado y a la vez podía considerarse un poco desorientado, por su mente pasaban tantas cosas, tan solo acompañado por su bolso, su hacha de doble filo, y su fiel armadura de acero, por el camino en dirección al lugar que más lo calmaba de toda Mirovia: El Gran Lago de las Hadas. La brisa tan calmada y fresca de aquella tarde se filtraba por las divisiones de su armadura y el visor de su casco, disfrutaba aquella sensación que podía considerar cosquilleante, lo calmaba al punto de jamas aburrirse de ella, que podía hacer, era de gustos simples después de todo.
El sonido del metal rozándose entre si por el movimiento de la armadura finalmente se hacia escuchar sobre la arena del Gran lago de las hadas, el sonido tan tranquilo de los alrededores, el agua moviéndose a son del viento, los pájaros que hacían un cántico entre los arboles del lugar, hacían de aquel paisaje algo que parecía de ensueño, a lo que muchos aspirarían y jamas conseguirían, la diferencia, es que eso se encontraba ahí, frente a los ojos del Minotauro quien se acercaba con una suave sonrisa bajo el casco, hasta la orilla del lago.- Ah... Como extrañaba este lugar.- Comento para si mismo, mientras retrocedía unos pasos y dejaba en el suelo tanto su hacha como su mochila, ya teniendo sus manos desocupadas, despojándose del casco que cubría su cabeza, aquel casco con cuernos que tanto resaltaba, dejándolo a un lado de sus cosas.- Es bueno sentir esta brisa de nuevo... ¡Bien!.- Dijo en un tono bastante animado, mirando sus cosas a la par que en su rostro se formaba una alegre sonrisa, ya tenia en mente que haría.
Comenzó de manera lenta a quitarse las piezas de su armadura: Primero los guanteletes, los cuales dejo caer a un lado de donde se encontraba el Casco, seguido de esto, el torso de la armadura fue removido con cuidado y con algo de esfuerzo, ya que siempre era un tanto molesto quitar, dejándolo donde no hiciera mucho estorbo a un lado de aquella gran hacha de doble filo, y ya poder comenzar a remover la parte de abajo de las piezas de acero. Las botas resonaron al ser dejadas juntas junto al torso de acero del armamento, y finalmente las polainas del mismo material ya se encontraban fuera, dejando al Minotauro en su forma sellada con aquella ropa casual y delgada que casi siempre portaba, estirándose con bastante animo al dejar de sentir el peso extra de la armadura, ahora faltaba el siguiente paso en su plan para pasar la noche en ese lugar.
Se dedicó a buscar de manera paciente, por los alrededores de aquel lago algunas ramas, acomodando las encontradas en un montoncito en la arena cercana a sus cosas, sacando de su mochila un pedernal y un eslabón, para comenzar a generar fricción entre estos con la intención de hacer algo de fuego. Lo logro, el fuego comenzó a iluminar aquella pequeña área alrededor de él, la tarde ya comenzaba a volverse noche, y las estrellas lentamente comenzaban a mostrarse en el manto nocturno prometiendo ser la compañía del Minotauro durante lo que durara la noche. De su mochila, esta vez saco algunos trozos de carne de jabalí, ya listos para cocinarse, los cuales preparo enterrándolos en firmes palos de madera, de un tamaño pequeño pero lo suficiente para dejarlos enterrados en la arena cercana a la fogata, para que la carne comenzara a cocinarse y así poder disfrutar de una cena al aire libre.- Bien... Solo queda esperar.- Murmuro sentándose frente a la fogata con las piernas juntas y las rodillas casi apegadas a su pecho, a un lado de aquella armadura amontonada a un lado de su hacha recostada en el suelo.
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Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 14, 2017 4:15:22 GMT
La serie de eventos recientes en Mirovia le habían causado a la jóven cachorra muchos conflictos internos, en particular ella no lograba comprender cómo la presencia -o en este caso ausencia- de líderes podría afectarle en específico a la manada. No sabía si aquello representaba una amenaza o una oportunidad, al ya no haber cortes, ¿acaso no eran todos libres de crear nuevos lazos de amistad? A diferencia de la mayoría, Blitz no podía ver más allá de lo que estaba al alcance de sus manos, su corazón aún no había sido suficientemente endurecido para aprender a desconfiar y sentir temor.
Sin embargo, algo estaba causándole problemas para dormir, una mezcla de nerviosismo e incertidumbre burbujeaba en su estómago; el campamento que compartía con su maestra le había mecionado que tal vez las cosas en la manada cambiarían y que de momento tendrían que tomar sus precauciones. Y luego de 3 largas horas de dar tumbos, tratando de conciliar el sueño, la dueña de aquellos ojos esmeralda se había cansado de contemplar la copa de los abetos que enmarcaban ese precioso cielo estrellado.
Así que ahora se encontraba merodeando, descalza, a penas con una manta delgada y de motivos tribales, lo suficientemente larga como para cubrir su cuerpo hasta los tobillos. Lo que llevaba debajo era un simple camisón blanco y unos pantalones de tela pesqueros negros, porque últimamente sentía que el verano empezaba a volverse una verdadera molestia aumentando la temperatura a las horas menos deseadas.
-"No entiendo el porque no podemos confiar en quienes no son de la familia..."-re acomodando la manta sobre sus hombros, procuró cubrir mejor su cuello descubierto-"¿No es así acaso como empiezan los problemas? Siempre nos catalogamos y separamos unos de los otros... no me extraña que por cosas como esta Fauce y Diana hayan preferido establecer a la manada como un organismo independiente"- Una ligera comezón se hizo presente en su nariz, apresurándose a cubrir su boca, se preparó para el impacto. Pero nunca llegó.
-"Uwa...¡qué molesto!"- sin mucha delicadeza, empezó a restregarse la cara con el dorso de ambas manos más la manta. La fricción le traía satisfacción, podía sentir como la estática empezaba a erizar algunos mechones rebeldes. Continuó caminando sumida en sus pensamiento,cuando súbitamente detuvo sus pasos.
-"Ese aroma..."- volviendo la cabeza hacia el oeste, empezó a apresurar el paso- "No tengo duda alguna...eso es... ¡es jabalí!"- hacía mucho ella no tenía la oportunidad de probar esa jugosa y nutritiva carne; usualmente cuando había caza grupal todos tomaban su parte y a ella le dejaban servirse primero por su condición más "vulnerable", pero ella trataba de que cambien aquella impresión comiendo menos y ejercitándose más. El día de hoy no había sido una excepción, así que no dudó dos veces en dirigirse hacía el sitio de donde provenía tan deliciosa fragancia.
Tras unos minutos, empezó a notar bajo sus pies humedad en la tierra.
-"¿Estoy en el área del Lago?"- encorvando su cuerpo y asomándose entre unos arbustos al límite del claro, lo primero que ella vió fue el fuego a las orillas del lago. Sus ojos brillaron reflejando las llamas que iban cociendo unas generosas porciones de carne, y posteriormente se posaron en la figura que estaba a lado. Su fina audición le permitió captar las pocas palabras que salieron de sus labios.
-"Bien...solo queda esperar"-
Blitz no sabía como presentarse, aquella persona era de apariencia imponente y de por sí era demasiado tarde como para fiarse de un desconocido, tal vez si hubiese sido de día, con compañía de otras personas...la comida se veía muy buena pero no se atrevía a entrometerse con alguien que parecía estar disfrutando una muy necesitada noche de calma. Con cuidado, empezó a alejarse...pero
-"A-a-a-ah"-la comezón en su tabique había regresado con fuerza, el resultado era inevitable-"¡A-AAAAATCHOOOOOOOO!"
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Oct 14, 2017 15:38:54 GMT
El fuego de aquella pequeña fogata dejaba escapar un humo que se hacia presente como una señal de la presencia del Minotauro, y luego este moría al perderse con el viento de aquella noche. Las llamas parecían danzar suavemente mientras se encargaban de cocinar los jugos y la misma carne causando un delicioso sonido de esta preparándose de una manera lenta, una espera que tenia a Blyer ansioso por probar dicha carne, saborearla y disfrutarla cada segundo en la que esta estuviera en su boca. El Minotauro se mantuvo mirando de una manera perdida la fogata, como si las llamas mostraran ciertas imágenes que a pesar de no querer observar, no apartaba su mirada de ahí, como si quisiera enfrentar aquellas memorias que en su tiempo asaltaron de forma dañina el corazón de Blyer, pero quería ser capaz de pensar en las palabras de Lumina, que ahora tenia que dejar de culparse, ¿Seria capaz? Eso esperaba, eso quería, lo anhelaba y lo deseaba desde el fondo de su alma, esperaba ser capaz de jamas volver a entrar en ese estado... Y jamas volver a perder a alguien de esa forma.
Su bucle de pensamientos desapareció brevemente en el momento que escucho los arbustos moverse cerca de él ''¿Un animal quizá?'' Pensó mirando de reojo en la dirección que había escuchado aquel ruido, pensando que quizá un animal hambriento fue atraído por el delicioso olor de la carne cocinándose, ¿Quien podía culparlo? Hasta a Blyer se le hacia agua a la boca con tan solo pensar en saborear esa deliciosa carne que en efecto, era su favorita, desde los tiempos donde tan solo tenia 10 años, y la probo por primera vez, su paladar se deleito con el sabor de ese alimento y hasta el día de hoy, sigue disfrutando cada vez que lograr poner sus fauces en ella. Dejo de tomarle importancia a aquel ruido, pues si un animal se acercaba tan solo con la intención de pedir comida, el Minotauro no se lo iba a negar, sabia lo que era pasar hambre, el no tener que comer, y no quería que ninguna criatura tuviera que pasar por eso, claro, si es que lo pedía de manera amistosa, si no era el caso, su hacha tendría que hablar por él.
Otro sonido logro sacarlo más aun de esa zona de pensamientos, esta vez algo más cuestionable, un estornudo que se escucho clarisimo entre los arbustos cercanos a él, esta vez el Minotauro se puso más en alerta ''¿Alguien me espia...?'' Penso de una manera seria, no era raro que varias veces alguien tratara de vengarse de un Cazarecompensas, asi que esta vez no podia darse el lujo de no ponerse en guardia, sobretodo en la oscuridad de la noche. Estiro lentamente su mano para tomar el mango de aquella gran hacha de doble filo, levantandose lentamente y llevando esta a recargarse sobre sus hombros, mirando con seriedad a los arbustos y caminando lentamente, paso a paso hasta aquel lugar misterioso.- ¿Quien anda ahí...?.- Pregunto en tono bajo pero lo suficiente para quien estuviera del otro lado lograra escucharlo. Otro paso, otra pequeña distancia menos, hasta que al cabo de unos pocos segundos, ya se encontraba frente al arbusto, apartando un poco las hojas de este, y mostrándose con aquella hacha sobre sus hombros.
Para su sorpresa, lo que encontró no fue para nada lo que se espero, muy por el contrario, de cierta manera se sorprendió al notar que quien se encontraba en los arbustos parecía ser una joven con unas ropas bastante casuales, solo que esta se encontraba descalza, eso le traía ciertos recuerdos de cuando se encontró con Aena en aquella situación tan desesperada en los plantíos. Ladeo suavemente la cabeza, aveces las apariencias podían engañar así que se mantuvo en alerta, sin bajar el hacha de sus hombros.- ¿Uh? ¿Quien eres?.- Pregunto con curiosidad y un rostro que demostraba la sorpresa, los ojos esmeralda de la pequeña chica se veían claramente en la oscuridad de la noche, mientras Blyer los miraba fijamente con sus ojos color bermellón, aun dudando un poco pero, la chica no parecía llevar nada más que sus ropas, así que en el fondo no la veía como un peligro.
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Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 15, 2017 0:01:57 GMT
Viéndolo en retrospectiva, la morena ciertamente había cometido un error al venir sin calzado alguno; no le incomodaba en absoluto la sensación de la grava y ramas quebrarse bajo su peso, tampoco le importaba mucho pisar charcos o atravesar pequeñas corrientes de riachuelos y sentir el frío entre sus dedos, después de todo ella tenía sangre aventurera. El único problema, y uno de los motivos por el cual Shinaja'e siempre le regañaba con su amorosa preocupación maternal, era que no te hacía invulnerable al pescar un resfriado.
Restregándose nuevamente el rostro para despejar esa horrible sensación en su nariz, Blitz tenía preparado el plan de escape. Simplemente tenía que dar media vuelta y salir disparada hacia el oeste, más adelante había un bosquecillo aún más espeso y podría perderse con facilidad si se esforzaba en ser sigilosa.
-"¿Quién anda ahí...?"-
Sus sensibles oídos capturaron nuevamente las palabras del desconocido de la fogata, una repentina parálisis se hizo presente y congeló sus pies en el lodo. No era una persencia amenazadora, no había nisiquiera la más mínima pizca de sed de sangre, pero aún asi sus extremidades se negaron a responderle. Probablemente su curiosidad combinada con el hambre le habían impedido activar sus reflejos más básicos. Lo único que pudo atinar a hacer fue sorber su nariz y esperar.
Se arrepintió un poco al poder ver más de cerca al misterioso desconocido.
-"Ah"- desde su punto de vista, lo que parecía ser el torso del hombre que había visto anteriormente sentado, ya se encontraba frente a ella. Lentamente, elevó la mirada moviendo hacia arriba su cabeza -"A-ah.."- ¡Esta persona era gigante! Constantemente sentía que su estatura era bastante raquítica en comparación a los demás, muchas personas incluso la trataban como una niña a pesar de tener ya ocho décadas encima. La sombra que creaba el cuerpo de este individuo a contraluz nublaba por completo la lumbre de la fogata y de la misma luna, su rostro era de facciones bastante masculinas, una quijada fuerte, mandíbula cuadrada, cabellos oscuros de un color indecifrable con tan poca iluminación, pero lo que sin ninguna duda pudo distinguir fueron un par de ojos carmesí, escudriñandola, como tratando de medir el porte y fuerza de la cachorra.
Al comienzo, Blitz estaba más que lista para ofrecerle una sonrisa y trabar una conversación amistosa, pedirle un poco de su comida, y luego desearle buenas noches asegurándole que al día siguiente le regresaría el favor. Pero la enorme y afilada hacha que llevaba en su hombro hizo que toda intención amistosa se desvaneciera.
Inmediatamente se inclinó hacia adelante, emitiendo por lo bajo un gruñido y mostrando sus pequeños caninos. Para su mala suerte hoy era noche de luna menguante, así que podía ir despidiéndose de la posibilidad de alcanzar una forma más "amenazante"; en su memoria empezó a repasar todas las técnicas de defensa personal que había ido adquiriendo con el tiempo en la manada, pero todas resultaban ser técnicas de cacería grupal, no funcionaban si era una sola. Se sentía como un animal en peligro, acorralada incluso. A pesar de que tenía a sus espaldas un vasto campo y más adelante un precioso lago abierto... no tenía a donde huir.
Blitz no era una genio en matemáticas, de echo se le daban muy mal, pero hasta ella podía calcular que sin importar cuantos pasos pudiese dar, aquel hombre podía alcanzarla en cualquier dirección y partirla a la mitad con esa masiva arma.
-"¿Uh?¿Quién eres?"-
Tal vez, si se concentraba, podría conseguir transformarse y...
*Grooooooooooooooogh*
El sonido de su estómago retorciéndose de hambre fue su única respuesta
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Oct 15, 2017 3:35:46 GMT
El brillo de aquella luna menguante que los observaba desde el cielo apenas y le dejaba ver los rasgos de la chica ademas de aquel color de ojos tan exótico, ¿Cuando fue la ultima vez que había visto un color de ojos que saliera de lo normal? A pesar de que en Mirovia, la cantidad de gente con rasgos muy raros era considerablemente amplia, aun le sorprendía lo diferente que podía ser alguien del resto, en el caso de Lumina, unos ojos dorados casi como el oro mas brillante jamas encontrado, y ahora, unos ojos esmeralda que brillaban en esa noche tan oscura y tan solo acompañados por el débil fuego de la fogata y la luna. Blyer se quedo un tanto pensativo en los momentos de claro silencio en aquel incomodo encuentro que, curiosamente también se debían a su propia culpa al creer que alguien lo estaba ''amenazando'', la presencia de su hacha en su hombro tan solo puso en alerta a la pequeña, ¿Quien podía culparla? Cualquiera se pondría así si ven a alguien del tamaño del Minotauro con un arma que casi es del tamaño de la chica, aunque en el momento, a Blyer no se le había pasado por la cabeza.
El Minotauro volvió a ladear suavemente la cabeza al escuchar aquel gruñido en un tono bajo mientras unos caninos ciertamente pequeños se dejaban ver en la boca de la pequeña, tratando de parecer amenazante al parecer, cosa que a Blyer no le pareció así, la verdad, fue totalmente lo contrario, le había parecido de alguna forma tierno, y en uno que otro caso, gracioso incluso, y no pudo evitar soltar una suave risa ante aquel gesto. En el momento que iba a pronunciar algunas palabras, fue interrumpido por el repentino gruñido, pero este no vino de su boca, vino de un lado que se podía considerar vergonzoso por la manera en que sucedió, su estomago, al final, parecía si ser alguien hambrienta después de todo.- Ya veo, ¿Tienes hambre, no?.- Pregunto en un tono curioso mientras dejaba escapar un suave suspiro, tampoco podía culparla, el olor de la carne de jabalí era exquisito, a cualquiera se le haría agua a la boca con ella, a menos claro que no comieran carne, cosa que muchas veces el Minotauro no entendía, ¿Como no disfrutar de un buen plato de carne? No entendía esa lógica, realmente.
Su mirada se poso de manera breve en la carne que aún se hallaba cocinándose en la fogata improvisada de Blyer, para luego caminar un poco alejándose de aquel arbusto donde aquella escena tan cómica había sucedido.- Puedo compartir algo contigo, si gustas.- Propuso mientras aquellos ojos bermellón volvían a conectarse con el iris esmeraldas de la chica, aveces le sorprendía lo amable que podía ser él mismo, aunque claro, sus padres siempre le habían enseñado a tenderle la mano a alguien en problemas, y si no podía cumplir con aquella enseñanza que se podía considerar básica en varios sentidos, ¿Como se supone que honraría sus almas? Los respetaba y los quería demasiado como para fallarle a lo que durante años se habían dedicado a transmitirle. Se percato de que la ajena aun podía tenerle miedo a aquel hacha que llevaba sobre su hombro, exaltándose un poco.- Ah, perdón si te asuste, descuida, no voy a hacerte daño.- Dijo rascándose la cabeza con cierta vergüenza en sus palabras, y a la vez, eran palabras sinceras, y continuando con su caminar aun sin escuchar la respuesta de la muchacha, que creía en el fondo seria positiva.
El humo aun marchaba con cierta gracia hacia el cielo mientras las llamas se mantenía de la misma manera, tranquilas y ardientes, ni aumentando ni decreciendo, solo manteniendo su tamaño, perfecto para cocinar aquella carne al punto y no quemarla o que quedara muy cruda.- Bueno, la carne debe estar casi lista.- Comento con un poco más de animo mientras terminaba de acortar la distancia entre él y sus cosas, el olor de la carne se hacia cada vez más apetitoso, esta ya casi se encontraba en su punto, tan solo unos pocos momentos más para poder disfrutar de aquel sabor tan delicioso y extravagante, el Minotauro aun se encontraba ansioso sin duda, y también, de cierta forma le alegraba el no tener que cenar en solitario, pues era del creer que las comidas en grupo siempre eran una mejor experiencia que comer solo, pues disfrutar de uno de los mejores placeres de la vida según él, en compañía lo hacia una experiencia única, aun más si se encontraban en presencia de un paisaje así de hermoso.
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Blitz
La Resistencia
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Post by Blitz on Oct 25, 2017 17:01:39 GMT
-"¿No...no va a pelear?"-
Confusión se apoderó por completo de ella, ¿acaso el hacha no era para eliminarla?, ¿era a caso solo para asustar a personas indeseadas?. No, eso no era posible, nadie cargaría con un arma tan masiva solo para "asustar" personas, de por sí aquella herramienta se veía pesada, como mínimo debía pesar unos 5 kilos con esa hoja de acero. Nadie llevaría algo así si no pudiese manejarla con presición. Agachando un poco la cabeza y separando un poco los pies, se preparó a sí misma para embestir contra su pecho, pero inesperadamente le dió la espalda con una sonrisa.
-"Ya veo, ¿tienes hambre, no?"-
Este momento no podía ser posiblemente más vergonzoso, no solo se había puesto al descubierto su presencia de una forma bastante obvia (si Fauce, Diana o Raymond hubiesen presenciado esto probablemente hubiese recibido aún más horas de entrenamiento básico), sino que los únicos sonido que el hombre había esuchado rovenir de ella habían sido únicamente gruñidos. El leve torno carmesí en sus mejillas hacía mucho había dejado de ser sutil, practicamente su rostro estaba en fuego. Jugueteando con el bordado de su manta, sus dedos intentaban mantenerle ocupada en lo que encontraba las palabras más adecuadas, aunque para ser sinceros a estas alturas ella ya estaba lista para huir y enterrarse en un hoyo hasta el amanecer.
-"Puedo compartir algo contigo, si gustas"-
El olor de la carne cociéndose empezaba a perfumar aquella cálida noche de verano, pero la ojiverde no podía apartar la vista del hacha. Entonces fue en ese momento que ella comprendió... no era la estatura del hombre lo que la intimidaba, ni sus ojos carmesí, ni su musculatura o su voz... era el hecho de que estuviese cargando un arma consigo. Recuerdos del tiempo que estuvo buscando Mirovia con su madre pasaban de forma vertiginosa en lo más profundo de su memoria, proyectándose como recuerdos borrosos.
-"Las armas son producto de los humanos para lastimar a otros"-
Eso es lo que su madre le había dicho más de mil veces, y si bien en Mirovia era bastante común que varias especies arcanas se protegiesen con ellas, a Blitz no le parecía natural. Todos habían sido bendecidos con dones increíbles... ¿por qué imitar lo que hacía un humano? Su cuerpo empezaba a temblar un poco, y no era debido al frío. Esta sensación en ella era algo nuevo, algo escalofriante y que causaba que sus sentidos se nublasen. Sin embargo, fue aún más desconcertante lo que pasó después:
"Ah, perdón si te asusté, descuida, no voy a hacerte daño"-
Sus movimientos parecían sinceros, genuinos, Blitz aún no estaba muy segura si debería responderle, aullar por ayuda o simplemente correr lejos. El hambre volvía a hacerse presente quemando ligeramente sus entrañas, era momento de decidir.
-"Bueno, la carne debe estar casi lista"-
-"¡Yo vine a Mirovia...porque quería hacer nuevos amigos!"-
Armándose de valor y tomando aire, emitió las primeras palabras legibles:
-"¿P-por...?"- aclarando inmediatamente su garganta para remover cualquier rastro de inseguridad, volvió a intentarlo -"¿Por qué eres amable conmigo?"- mientras esperaba su respuesta, se irguió un poco más y con unas cortas zancadas se apresuró a colocarse a su lado. Quedarse con la espalda expuesta era un claro signo de confianza, ella no iba a atacar a alguien que no mostraba signos de agresividad... aunque también podía significar que ella no representaba amenaza alguna y el hombre la estaba subestimando.
Tendría que esperar un poco más para saber con certeza.
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