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Post by Clover Hatmora on Oct 14, 2017 2:10:45 GMT
Solo habían pasado un par de horas desde que el sol se había escondido. Las luciérnagas volaban sin preocupación por el lugar y los grillos daban inicio a su orquesta nocturna como ya era costumbre. Al ser relativamente nuevo en la isla, Clover no tenía donde pasar sus noches y pagar por ese servicio era algo que no quería hacer. Acostumbrado a dormir en las calles, sobre piedras o ya de plano no dormir absolutamente nada, no iba (o podía) dejar esa costumbre tan fácilmente.
Su afición a caminar sin rumbo y perderse lo había llevado hasta aquel molino tan extraño, el cual había estado usando de hogar improvisado por varios días ya. Estaba consciente de que aquel lugar no le pertenecía, pero ¿Qué clase de estúpido se atrevería a sacarlo de ahí? Esperaba que muchos, ya se había puesto un poco aburrida la cosa.
Recostado completamente sobre la fría tierra del lugar, Clover sostenía una pequeña esfera de cristal con varias luciérnagas dentro, siendo aquella su única luz… y claro la luna llena también le brindaba cierto brillo al paisaje. El caso era que el arcano simplemente está ahí acostado, sin absolutamente nada que hacer y por primera vez en su vida no estaba molestando a nadie, todo un tormento para el hombre. Con su ya usual capucha cubriendo completamente su cabeza y su vestimenta oscura como la noche, Clover se incorporó quedando sentado en medio de la escena. Con el molino a sus espaldas y la mirada perdida al frente, parecía que aquella noche sería tan aburrida y simple como las demás desde que había llegado a Mirovia
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Post by Laia Bloodwalk on Oct 14, 2017 3:40:41 GMT
Había pasado las últimas semanas en los plantíos, la noticia de la desaparición del Soberano del Otoño la había devastado, y con el reciente cambio de políticas, estar demasiado lejos de casa no le sería favorable en caso de que una guerra comenzára, solo así podría al menos proteger a su familia y las personas de los plantíos.
Haciendo guardia durante las noches, Laia recorria los terrenos en busca de alguna anomalía, cualquier movimiento no era demasiado pequeño como para pasarlo por alto, luces extrañas habían estado rondando en los campos las últimas noches, en una ocasión solo se trataba de un chico que divagaba en sus pensamientos entre la tranquilidad del trigo, otras noches regresaba sin frutos de su busqueda, no quería pensar en las historias sobre fantasmas aunque no los negaba, los consideraba un asunto con el que no debía relacionarse pero dias recientes, el rumor de una figura rondando cerca del molino se extendió entre los campesinos, y para evitar el pánico, decidió ir a echar un ojo por el lugar.
Con su espada en un costado y la daga del otro, Laia caminó entre la noche acompañada exclusivamente por el calor y la luz de una lampara que cargaba con su mano izquierda, llevaba el cabello suelto ante la idea de que sería otra noche sin resultados, hasta que unas pequeñas lineas de luz llegaron hasta sus ojos a través de la madera vieja y mancillada, achicó los ojos y reanudó el paso con cautela, colocándo su mano libre en el mango de su espada como seguro ante cualquier ataque, y entonces lo vio, aquella figura encapuchada -quien eres?- preguntó rompiéndo el silencio de la noche una vez estuvo tras el sujeto, aputándole imponente con la espada.
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Post by Labiacarpi on Oct 14, 2017 21:02:03 GMT
Las noticias de el lunático que andaba quemando posadas y matando llegó llegó relativamente rápido a Reapergate, donde dicho tipo de crímenes eran pan de cada día. Lo realmente extraordinario era la cantidad de dinero que estaban ofreciendo por él, vivo o muerto. Muerto siempre parecía ser la mejor opción, y, como le gustaba a Labiacarpi le gustaba el dinero y no le molestaba la idea de cortarle la garganta a alguien, decidió que bien podía valer la pela intentarlo. El único problema... era la distancia. ¿Por qué las recompensas no eran así de altas por los otros psicópatas que andaban sueltos por ahí?
Juntó todo lo necesario para pasar un par de semanas afuera, se cubrió con su capa y comenzó su larga travesía. Los días pasaron tranquilos, pero, en un momento dado, cuando ya su viaje estaba cercano a terminar, se dio cuenta de algo: estaba tan cansado... los ojos se le cerraban mientras caminaba y casi se tropieza con sus propios pies. No había sido tan buena idea pasar de largo avanzando la noche anterior, si ahora hasta la luna parecía tener boca y cantarle canciones de cuna. Necesitaba encontrar un lugar donde dormir que no fuera una plantación de maíz. A ver, sabía que había un molino de mierda en alguna parte, solo tenía que encontrarlo. ¿Qué tan complicado sería encontrar un molino viejo, abandonado y posiblemente embrujado?
Nada, fue muy fácil. Era el único puto molino viejo, abandonado y posiblemente embrujado en todos los plantíos; qué pequeño era el mundo. Encontró una ventana antes que la puerta, así que arrojó sus cosas por ahí y siguió dándole la vuelta al molino, buscando una entrada más cercana a la tierra. La mala suerte parecía perseguirlo porque se encontró de lleno con otro tipo con capa y una chica rubia de aspecto familiar. Resopló, molesto por encontrarse con aquellas visitas inesperadas (aunque técnicamente era él el visitantes inesperado... o todos eran visitantes inesperados en el molino sin dueño). - Hey -dijo a modo de saludo y trató de pasar entre ambas figuras, para poder acostarse y dormir unas horas.
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Post by Clover Hatmora on Oct 17, 2017 3:08:53 GMT
Su mente al igual que su mirada estaban completamente perdidos, tanto así que la presencia de aquella chiquilla no lo tomo para nada por sorpresa. Tan metido estaba en sus pensamientos que creyó que esa voz provenía de ahí mismo, ignorando por completo que la vida real le reclamaba que volviera. -Me hago la misma pregunta desde hace años- no solía ser tan profundo al hablar, pero al estar tan fuera de la realidad sus mas profundas ideas podían salir de aquella oscuridad que era su mente.
La pequeña esfera de cristal cayó al suelo, lo que hizo que el hombre regresara a tierra algo agitado. Un movimiento involuntario causó que la cabeza de clover diera un pequeño brinco hacia atrás, topándose con el filo de la espada de manera superficial. Eso lo alteró y alertó bastante, girando inmediatamente y convirtiendo sus manos en un par de piedras enormes. Junto ambas armas blancas y aplasto la afilada hoja entre ellas para que así no pudieran atacarlo directamente. El movimiento había sido bastante radical, tanto que dejó un tanto confundido al propio Clover, quien observaba su alrededor con los ojos bien abiertos sin entender muy bien que estaba sucediendo.
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Post by Laia Bloodwalk on Oct 17, 2017 4:18:22 GMT
Arqueó una ceja al recibir tal respuesta tan despectiva, innecesariamente profunda y existencial, su mente trabajaba que era lo siguiente que haría pero entonces el estruendo de un lado distrajo su atención, una figura familiar apareció saludando con total frescura, torció aún más las cejas y rechistó -tsk- más problemas innecesarios pero al menos aclaraban un poco tantos rumores, los viajeros usaban el molino para pasar las noches... su mente divagó en aquellas ideas, lo que diría al regresar y como después los jefes se complicarían en tratar de solucionarlo. De pronto el sonido de la esfera al caer fue un aviso, como el click del seguro de un arma lista para disparar, Laia giró el rostro rapidamente hacia el sujeto en el suelo -!!!- abrió los ojos como platos y como parte de un instino retrocedió sin importarle dejar su arma atrás, en cuanto estuvo a una distancia segura soltó la linterna lo suficientemente bajo como para que no se volteara y tomó una posición defensiva, empuñándo su daga lista para cualquier otro movimiento -no vine a combatir- aclaró esperando que sus palabras fueran escuchadas, el tamaño de las piedras no le dejaban ver el rostro del sujeto y además de eso, no sabía si la persona de la mochila estaría también o no en su contra.
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Post by Labiacarpi on Oct 17, 2017 14:55:32 GMT
Ah, mierda. El sonido del cristal rompiéndose sobresaltó a Labiacarpi y lo hizo voltearse a ver qué había ocurrido, pero ver que el tipo extraño con aires de filósofo de cuarta podía convertir sus manos en un par de piedras gigantes lo hizo sentir miedo de verdad. Estaba demasiado agotado como para pelear bien, sus músculos le exigían descanso, pero de todas formas se echó la capa para atrás y sacó una daga que llevaba escondida en su pierna, copiándole la idea a Laia y lamentándose por las cimitarras que llevaba guardada en el bolso, que le hubieran sido mucho más útiles. De nada le serviría su arco en esa situación, estaba demasiado cerca de sus "enemigos" como para enterrarles una flecha con nada que no fuera fuerza bruta y sus propias manos. Sonaba divertido en teoría, pero también le pareció una mala idea si es que necesitaba llevarla a la práctica.
- Yo tampoco vine a pelear -agregó a lo dicho por la elfa. El cansancio se notaba en su voz-, vine a dormir. Mañana podemos pelear, o coger, o hacer lo que quieran.
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Post by Clover Hatmora on Oct 20, 2017 3:47:29 GMT
Dejo que los segundos pasaran. Segundos donde lo único que se podía escuchar eran grillos, la brisa nocturna y las ligeras respiraciones de los contrarios e incluso la propia. Sus manos volvieron a la normalidad poco a poco, dejando caer el arma al suelo con un pequeño chasquido siguiéndole.
Ya sin aquellas enormes rocas en medio del camino, pudo observar a aquellos dos extraños que habían perturbado su paz. Ambos con cabello largo y por lo que parecía, rubios también. –Una espalda y una daga- miro por encima de su capucha a la chica –Vienes muy armada como para no querer pelear- se incorporó lentamente hasta quedar de pie. Con los brazos cruzados y una expresión seria y escondida comenzó a examinarlos –Es mi lugar de descanso, así que largo de aquí- no le costaba absolutamente nada compartir el lugar, era sumamente espacioso y acogedor, pero no era algo propio de Clover hacer ese tipo de cosas.
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Post by Laia Bloodwalk on Oct 24, 2017 4:21:16 GMT
El sonido del metal al caer fue ligeramente sordo, la tierra amortiguó el chirrido del metal, acogiéndo entre el cesped la ahora arrugada y mancillada espada, sus ojos esmeralda siguieron la caida pero no se dio tiempo para lamentar el estado de su arma. Observó de reojo como el rubio se preparó para un ataque, achicó los ojos y alzó una ceja con desinterés hacia los comentarios inapropiados del recien llegado, su vista se posó entonces en el rostro del sujeto encapuchado más solo pudo ver el ligero brillo en sus ojos -no soy muy buenos tiempos por si no lo has notado- alzó un hombro sin darle mucha importancia -no puedes culparme por estar preparada- se enderezó igual que él, girando el arma en su mano con la cuchilla apuntando al suelo, sintiéndose demasiado iluminada al estar cerca de la lampara, pues era la única luz sensata además de las luciernagas y la luna. No podía llevarle la contraria sobre ser su lugar de descanso, después de todo el molino estaba abandonado pero aún asi continuaba siendo parte de los plantíos y aquello le incumbía -Tu presencia ha perturbado a los habitantes de los plantíos, necesito saber si eres peligroso o no...
ooc: Lo lamento, se me había quemado el router del internet por los apagones, tuve que hacer todos los trabajos que se me atrasaron por culpa de eso :'c pero ya todo está bien de nuevo :'D
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Post by Labiacarpi on Oct 30, 2017 12:58:07 GMT
Por suerte no iban a pelear. El elfo guardó sus armas y suspiró aliviado, llevándose una mano al rostro y despejándoselo del pelo, tanto para poder ver mejor como para poder recibir con más facilidad la fresca brisa nocturna, a ver si acaso así espabilaba. - La rubia tiene razón, guapo -le dijo al tipo que era capaz de convertir sus manos en piedras, en putas piedras. ¿Qué otras cosas podría hacer con esas manos? Por otro lado, ¿cuál era el nombre de la rubia?-. ¿Laiah, cierto? Laiah tiene razón. El mundo se está yendo a la mierda y todos andan medio paranoicos con eso... todo el mundo... -canturreó mientras que se apoyaba contra el marco de la puerta del molino.
Ah, la buena suerte se le acabó de inmediato. Labiacarpi miró feo al encapuchado, ¿qué era esa mierda de irse porque el lugar era suyo? Él también necesitaba descansar. Solo serían unas horas. - No viaje todo el día para nada. Me voy a quedar a dormir -le avisó. También volvió a voltearse hacia Laiah al oír que le preguntaba al extraño si era una persona peligrosa. La opinión de cazador semi-profesional de Labiacarpi era que todo aquel que pudiera convertir sus manos en armas definitivamente era peligroso-. ¡PUEDE CONVERTIR SUS MANOS EN PIEDRAS! ¡Si eso no es peligroso, entonces no sé qué es!
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Post by Clover Hatmora on Nov 6, 2017 5:48:38 GMT
Rodo los ojos antes las quejas de ambos individuos -Estoy al tanto de su situación de mierda- dijo mientras meneaba una de sus manos -Y no me interesa en lo más mínimo, no me afecta y si lo hiciera me encargaría personalmente del asunto- parecía que había llegado en un pésimo momento a aquella isla.
-Caminaste todo el día, puedes seguir haciéndolo hasta encontrar algun lugar que no esté ocupado- señaló al chico con la palma abierta, no iba a renunciar al unico espacio que había encontrado en completa calma y mucho menos compartirlo.
Sonrió por debajo de su capucha -Lo que dijo el- señaló a labiacarpi mientras que sus manos volvían a deformarce, está vez tomando la forma de la hoja de un hacha -No solo piedras, todo lo que su imaginación pueda crear está en la palma de mis manos- de un hacha a una espada y así sucesivamente sus manos fueron cambiando de forma -Les doy una última oportunidad, vayanse y vivirán está noche- una de las manos de Clover se mantuvo con el fijo de una espada mientas que la otra se transformó en un largo y grueso látigo.
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Post by Laia Bloodwalk on Nov 13, 2017 17:08:45 GMT
-Me gustaría ver eso -respondió con ironía, considerando que el causante de todo era Lysander Velfast pero ¿que más daba hablar del asunto?, él había dejado en claro que no tenía ningún interés -No se trata de los trucos que tengas, de ser como dices practicamente todos en mirovia serían peligrosos y en cierta parte lo son, pero el peligro está en como decides usarlos- Adquirió una expresión seria ante la amenaza del sujeto, desvió la vista a su espada magullada en el suelo, ahora mismo estaba en completa desventaja, por más que lograra esquivar sus ataques sin mencionar los cambios que haría, acercárse sería una hazaña practicamente imposible, no al menos, teniendo como unico recurso una daga. Guardó su pequeña arma blanca y alzó las manos a la altura del pecho -esta bien- añadió queriendo no mostrarse hostil, su mirada se mantuvo sin cambios, despreocupada y pezarosa, no tenía porque pelear después de todo, solo era un "animal" defendiendo su territorio -solo tomaré mi espada y me iré- sus cejas se mantuvieron ligeramente alzadas, aunque podían sentirse pizcas de molestia en su voz debido al inncesario daño de su arma. Dio dos pasos cautelosos hacia él, manteniendo una mano atrás, si por alguna razón el decidia atacarla, necesitaría volver a armarse tan rápido como le fuera posible. Se mantuvo erguida hasta quedar cerca a la espada, inclinándose con un orgullo latente, no quería mostrarse inferior, se levantó manteniéndo su mirada fija en el sujeto frente a ella -Si te acercas más al pueblo, una espada rota no va a salvarte- declaró al igual que él lo había hecho, no le tenía miedo, quería que lo supiera. Y asi, con la guardia aún en alto, retrocedió varios metros con el fin de no perderle el ojo tomándo la misma distancia de antes, tomó la lampara del suelo y la elevó a la altura de su pecho, sostuvo su vista en la de él unos últimos segundos y finalmente se dio la vuelta para comenzar a alejarse. ooc: disculpa que no haya podido contestar ese dia, tuve unos problemas de salud pero ya estoy de vuelta. Con esto Laia sale del thread, es una lástima que acabara tan pronto :'c, ya si quieres colocar una última respuesta es tu decisión. Lamento que no tengamos suerte para los threads :'v con izark pasó lo mismo
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