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Post by Akane Enomoto on Oct 24, 2017 1:04:38 GMT
Escuchando atentamente a la sentencia de Sven, quien se encontraba serio, con un semblante acusador y una mirada que eran como mil dagas penetrando su pecho, la mujer de cabellos plateados se limito a asentir mientras el fénix proseguía. Las opciones eran claras y ella, como persona calculadora examino los pros y los contras de cada una de ellas. Primeramente, no podría darse el lujo de renunciar…no tanto por la paga, sino por la lealtad que había jurado y porque, si llegase a faltar ese dinero en la mesa su familia se vería en grandes aprietos. Segundo, solo quedaba el apuñalar al pequeño Aishling, era una posibilidad riesgosa…iba en contra de sus principios y, no seria la primera vez en la que hacia derramar sangre inocente.
-"!!!AISHLING¡¡¡"-
Pauso un momento, y dio un respingo al ver ante si la figura palida del pequeño, le recordó por un instante a Rallis, recordó también como lo había lastimado por esa maldita luna…recordó también los restos sanguinolentos del pequeño fauno a quien había devorado sin misericordia. Sus ojos, abiertos como platos solo lo miraban…para su mala suerte el chillido de este ante las apuñaladas de Xhime e Ivka no se hicieron esperar.
-No....no....no....no...-
Odiaba ese sonido, carcomia lo mas profundo de sus tímpanos, se sostuvo la cabeza con una expresión agonizante…no, no le haría mas daño a su compañero, no seria un monstruo como antes. Recordo las palabras del peli negro, debía actuar rápido antes que el innombrable la tomase por ella…¿pero que podía hacer?.
-"Esta vez no sera su sangre la que se derrame.....ya no...."-
Tomo sin dudar la ultima daga que quedaba disponible, la miro unos segundos, tomo aire, sus ojos estaban pequeños, desorbitados, los demás podrían adivinar que era lo que haría en ese instante. Ignoro totalmente los gritos de haru, miro de vuelta a Aishling quien yacia en brazos de Ivka. Sentia asco hacia Xhime, igualmente hacia Sven…asco y odio, no tanto como lo sentía por si misma, pero ahora pagaría todos los pecados cometidos, y su mano seria la prueba de su lealtad hacia su Lord, hacia si misma y prueba de que ya no seria para si misma un monstruo.
El tiempo se acababa, ¿realmente seria capaz de cortarse su propio brazo?....¿realmente lo haría sin importar el costo?, casi haber muerto por culpa de sus instintos, tener una familia, ¿y todo para que acabase con una de sus extremidades amputadas?...no, no señor. Con el coraje que sentía en ese momento no noto que la sangre brotaba en la mano con la cual sostenía la daga. La lanzo lo mas fuerte que pudo hasta que esta se clavo cerca de donde Haru había lanzado anteriormente. Con lagrimas en los ojos, se irguió, tomo al pequeño entre sus brazos no sin antes dirigir una mirada acusatoria al fénix y a la cabra.
-Realmente...pase unos momentos memorables con ustedes...me encantaba cocinarles y cerciorarme de que, recibieran esa pequeña muestra de cariño por mi parte. Pero creo que esto se me ha ido de las manos...- pauso, las lagrimas caían a borbotones, trago en seco y prosiguió - hubiese querido arreglar esto de la mejor manera...asi que....Renuncio....- sentencio la mujer para abrir la puerta como pudo, mirar a Ivka para que la acompañara y a continuación darle los apropiados cuidados a Aishling.
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Post by Sven Velfast on Oct 25, 2017 14:16:49 GMT
Y así fue, como con unas cuantas palabras, que la voluntad, la lealtad y los verdaderos colores de cada serpiente salieron a flote. A pesar de que Sven sostenía la daga contra la garganta de Aishling, a modo de medida para asegurar la respuesta de cada sirviente, pareciese que esta nunca fue necesaria. Cada elección y titubeo en gesto ajeno sentaría un prejuicio y análisis por parte del fénix, que entre dientes, desvestía una ligera sonrisa. No era propio de sí el develear reacciones de aquella índole, ni mucho menos mentir sobre algunos detalles de dicha propuesta, pero todo era necesario para un propósito, un objetivo que purificaría las morales y lijaría el caracter de todo aquel que desease enaltecer el nombre de Velfast sobre su propia vida.
Primero, la quimera. Brillaba por su inoportunismo e insolencia, pero no podía quitar que en aquellas cabezas, sumaban a una mente brillante. Su lenguage corporal se había tornado frío y su mirada analítica, lo cual se podía inferir que por los pensamientos de la criatura cruzaban cada una de las opciones otorgadas en antelación. Fue entonces cuando decidió herir al pequeño de estatura, haciendo un corte noble que evitaría que muriese, pero sería suficiente para cerrar su pacto. Curioso. Sven no recordaba que aquellos dos interactuasen mucho, o compartieran una relación que proporcionaría un dilema moral, por lo que aquel acto era esperado, mas la ejecución encerraba algunas preguntas. Conforme el selkie se retorcía en sus manos, el mayordomo intensificó su agarre del hombro y presionó la navaja, lesionando levemente la piel del cuello del albino.
El siguiente en la línea era el dragón. No obstante, aquella advertencia que había incrustado en la mirada de la otra veterana en antelación, no bastó para que esta se mantuviera al margen de aquel desenlace. Incidentalmente la estaba poniendo a prueba también, aunque por primera vez, desafiando su propio rasocinio y análisis, el ave estaba convencido que la voluntad de su Lord se sobreponía a los sentimientos de la Lung. La ama de llaves explotó en un despliegue de ira, arrancando la espada de la mano de Xhime y azotando con sus palabras a los demás, anulando por completo el escenario que él había impuesto de forma tan impecable. La sangre le hirvió por un momento, con la intención de reprender a la mujercilla que se jactaba de excelencia en su servidumbre y devoción a su Lord, y que ahora estaba en demostración tan precaria de todo aquello que no debía hacerse, de las actitudes y debilidades que cada quién habia renunciado a al momento de jurar lealtad a su amo.
Pero fue entonces cuando Ivka, cuya personalidad estaba marcada por el silencio y una fuerte aura de misterio, floreció de una manera tan mórbida y elegante que inclusive sorprendió al veterano. No simplemente omitió la dirección de su superior, pero justificó certeramente el por qué de esto. Expuso ante los ojos de todos la convicción que tenía con su trabajo, atropellando incluso las relaciones y lazos que tenía con otros. Las palabras no eran de ignorar- el argumento que expresó se alineaba perfectamente con las ideologías que el mismo Sven marcaba tan profundamente en su servidumbre y cada acción que ejecutaba día a día. Paralelamente, aquello generó un cuestionamiento que debía ser atendido por Haru, puesto que el peso de las palabras del dragón abrieron puerta a una antesala donde el honor y la lealtad de la mujer podían ser severamente machacadas.
Pero el tiempo aún corría, y aún restaba la Oni. Sven conocía a cierta medida el corazón de la dama, y entendía que iría a representar una muy difícil decisión, lo cual era precisamente el tipo de cuestionamiento que el mayordomo buscaba crear en el corazón de cada quién. Irónicamente era una mujer apasionada y protectora, cuidadosa de no lastimar aquellos que determinaba como cercanos. Podía apostar que no se atrevería a tomar la opción de lastimar al Selkie, por lo que las otras opciones eran las pendientes. ¿Abandonar el castillo? No lo creía, al menos deseaba intensamente que esa no fuera su elección, puesto por el secreto que aún mantenía oculto el ave. Al ver su determinación de estar a punto de amputarse su propia mano, Ulgriff se alivió, pero aquello fue una fugaz sensación que se borró inmediatamente al escuchar la renuncia de la mujer.
Al momento que esta abrió la puerta y estaba por abandonar la habitación, la tomó por la muñeca, guiándola por la fuerza de vuelta a su poste. Le dedicó una mirada a Ivka y a Xhime, asintiendo en aprobación y otorgándoles el permiso de partir si así lo deseaban. Sven tomó nuevamente al Selkie entre sus manos, pero su tacto era menos severo en esta ocasión. La daga aún permanecía en la mano del mayordomo, el cual hizo uso de sus habilidades latientes a con el fuego, y recalentó la hoja de la misma. Aunque no salieron palabras de su garganta, su mirada directa al rostro del joven era suficiente para exigirle que se mantuviera quieto, a lo que acercó la cuchilla a su herida abierta y cauterizó la carne que drenaba sangre. Colocó la cuchilla de vuelta sobre la superficie, y de su bolsillo sacó un frasco alargado pero pequeño, conteniendo un sorbo de un líquido de color carmesí. Se lo entregó al selkie sin dar indicaciones obvias. Aquello era una poción para mitigar el dolor y acelerar un poco el proceso de cicatrización.
El mayordomo finalmente desvió su atención del joven y se dirigió al resto, certeramente clavando su mirada en la dragona. -Usted sabe lo que somos. Usted sabe lo que hacemos. Demostrar doble moral a este punto es una hipocresía. Usted sabe a quién servimos.- Profundizó el fénix, despertando memorias de aquel castigo cuyo dolor se propagaba frío sobre sus cicatrices. -Lord Velfast nos necesita ahora más que nunca, y esto es solo una garantía que para probar la lealtad que le tenemos- se acercó a la veterana, cortando espacio entre ambos y su tono volviendose más recio, aunque un extraño sentimiento que no podía del todo comprender se plantaba en su pecho -Más de siete décadas de manchar nuestras manos de sangre y servirle sin cuestionamiento alguno. Usted no es exenta de los propósitos que esto conlleva. Si no pretendía entregarse a su labor... ¿Por qué se tomó la molestia de tomar el puesto?- sentenció, esperando una pronta resolución. La respuesta de la mujer era determinante para sentar un giro que podría causar el estremecimiento entre los sirvientes de Lysander Velfast.
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Post by Deleted on Oct 25, 2017 19:52:00 GMT
Una vez más sus órdenes fueron totalmente ignoradas y desechadas por los sirvientes, los cuales restaron importancia a la causa por la cual los enviaba lejos y decidieron proseguir con el derramamiento de sangre. La ira que aquello desencadenó no iba totalmente ligado a su desobediencia habitual, sino a la pregunta que comenzó a resonar una y otra vez en su mente, retumbando y enloqueciendo cada célula de su ser. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué...?
La dama quedó en silencio, sintiendo las miradas de los presentes clavadas en su ser y escuchando los cuestionamientos por parte del otro dragón, el cual parecía haber aprendido el como comportarse como un total cretino al igual que cierto fénix conocido. ¿Por qué habría de obedecerla? Preguntaba, ¿Qué los hacía diferentes a las bestias que ahí se encontraban encerradas? La Lung intentó enfriar sus ideas y buscar razones validas para demostrar que ellos no eran para nada parecidos a esos seres totalmente cegados por la locura y la sed de sangre inocente, pero el tan solo ver hacia abajo y notar los restos del liquido vital del pequeño selkie la hizo abrir sus ojos ante la verdad. Tenía razón, ellos no eran tan diferentes. Ambos eran bestias sin razonamiento ni culpabilidad, pero... ¿Y que había de los humanos? "Los sentimientos eran de humanos" decía.
Y entonces fue como aquellas palabras atravesaron su pecho e impactaron en lo mas recóndito de sus recuerdos, trayendo a su mente aquellas memorias de su infancia y adolescencia, donde ella había formado su ser y su sentir de acuerdo a la raza que la crió junto a su hermana: Los humanos. Ella no sólo era un Lung, no en espíritu al menos. Ella era humana, pero no de los humanos que escupían odio y violencia hacia lo desconocido, sino de los que amaban y protegían, de aquellos pocos por los que valía la pena arriesgarse y conocer. Esos humanos que darían la vida por uno en caso de peligro, y esos humanos que cuidaban a los desprotegidos con el calor de su cobijo. En el fondo de aquellas escamas y piel fría ella era así, tal como Ha Ni se lo enseño. Sólo tenia que recordarlo, que liberarse de aquel salvajismo que se había apoderado de ella desde su primer contacto con otros arcanos y que la había orillado a causar tanto dolor y tantas muertes a gente inocente sin pensarlo. Y si por ello se convertía en alguien débil, entonces tendría que soportar esa debilidad. Pero para recuperar su "humanidad" antes que nada tendría que conseguir realmente su libertad.
La sirvienta sonrió, subiendo la mirada poco a poco hacia aquel dragón de cabellos blancos para mirarle de manera clara y determinada. - Tienes razón, Ivka... No somos diferentes. - Expreso con un tono tranquilo y sereno, juntando sus manos por detrás de su espalda y caminando hacia la celda más cercana, donde miró atentamente al prisionero que ahí se encontraba. - Somos salvajes y estúpidos, tan estúpidos que sobreponemos la lealtad por encima del compañerismo, de la vida de los otros. Pero sólo quiero que pienses esto: ¿Qué será cuando no sea un apuñalamiento? ¿Cuando tengas que matar a sangre fría a aquellos a los que aprecias por una orden? ¿Lo soportarás? - Cuestiono de manera certera, volteando a mirarlo una vez más mientras ignorada los incesantes jadeos y respiros violentos de la criatura ahí encerrada. - Y si no fuera el caso en el que tú serías el verdugo, sino la víctima... ¿Lo aceptarás? ¿Morirás por tu ciega lealtad? ¿O pecarás de esta hipocresía de la que me culpas pidiendo piedad? ¿Dejarías todo por lo que trabajaste y soñaste siendo desperdiciado entre el hedor y podredumbre de tu propia carne tan solo por la satisfacción de alguien más? -
La dragona se acerco a él y le dedicó una ultima mirada junto con una caricia al cuello, en la cual permitió que sus garras recorrieran su piel desnuda de la manera más áspera posible, para después voltear su vista hacia el fénix. - Y en cuanto a lo otro... Terminé en éste nido de víboras porque lo necesitaba, Ulgriff. - Respondió de manera seria y muy sincera. - Pero ahora que veo que has enloquecido por los dos tal vez mis servicios ya no sean necesarios aquí. Por dios... ¿Hacerlos matarse entre ellos te parece un buen castigo? Tan solo estas logrando que en sus pequeñas mentes se vuelva presente y siempre clara la frase "Comer o ser comido". En caso de peligro tarde o temprano eso se convertirá en un problema mayor, no sé como alguien tan pulcro y analítico como tú no pudo pensar en ello antes. ¿Así piensas proteger a quien sirves? ¿Guiando a sus ciervos hacia la incertidumbre y la desconfianza? ¿Haciéndoles creer en la posibilidad de que sus propios compañeros podrían ir a cortarles el cuello mientras duermen tan sólo por lealtad? La verdad es que yo no pienso esperar para vernos fracasar... - - Eso será todo por mi parte, con su permiso. - Ni siquiera esperó una respuesta por parte de ninguno de los presentes cuando se apartó y se alejó de todos para poder retomar la caja que llevaba con ella, y dando una ultima mirada a Akane, Aishling e incluso a Xhime, se fue caminando hacia la salida de las mazmorras.
No quedaba nada más para ella en aquel lugar.
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Post by Deleted on Oct 25, 2017 20:15:15 GMT
Xhime estaba erguido esperando las siguientes ordenes cuando le es arrebatada la daga, para luego ver el desplante del resto de las serpientes con sus decisiones personales de que hacer al respecto. Es entonces que la quimera se pone a pensar: "Si el ser más querido de las serpientes fue apuñalado, que podría esperar para mi...que no soy nadie para ellos", su parte racional lo relaciona tal vez por ser el más joven del grupo o porque simplemente jamás había empatado por sus propios principios. Miraba de un lado a otro mientras las conversaciones se daban, pero en su mente preparaba una sigilosa y graciosa huida, no tenía nada que perder ni nada que ganar, pues nunca fue notado. Escucha entre las conversaciones el permiso de poder retirarse, por lo que lo acata y simplemente se retira tras Haru, quien se había ido por delante, sin decir nada, solo da una pequeña reverencia por respeto.
OCC: Xhime abandona el thread.
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Post by aishling on Oct 25, 2017 22:40:44 GMT
el acercamiento de la quimera no era por así decirlo bien visto al notar como tomaba la daga en manos ,no es que no lo conociera o hablara con el pero algo en su mente unió los puntos quería moverse ,huir de hay mismo pero aun recaían las palabras de sven en su cabeza ,quería poner en alto el nombre de su señor y no defraudarle ,pero por que el miedo lo invadía a cada paso del arcano ,apretó el agarre de sus manos encajando sus propias unas en el autoinflijiendose daño por el estrés que llenaba su cuerpo hasta escuchar las palabras pronunciadas ya una vez teniéndole en frente.
"No es personal, esto son las serpientes de Velfast"
entendía ese concepto de ser una serpiente velfast y la lealtad que se tenia que demostrar al estar bajo el mandato de su lord ,algo que no se debía de tomar tan a la ligera ;pero todo a su alrededor fue tan repentino cuando el cuchillo atravesó la carne de su pierna no sintió dolor solamente un calor en esta pero cuando bajo su cabeza y ver lo sucedido todo para el parecía que le tiempo se hubiera alentado al sentir el pinchazo profundo de dolor cuando la daga comenzaba a salir de el,ocasionándole gritar por el dolor retorciéndose entre el agarre del veterano ,no había puesto tanta atención al filo de la daga en su cuello o la sangre brotando en el como los nuevos cortes que llenaba su piel ,sus sentidos estaban disparados haciéndole temblar ahogándose en silencio por el pánico ,incomodo al toque en su abrigo por alguien a quien no le había dado el permiso haciendo que todo en el sea un desastre ,confundido por no saber la razón de este castigo y aterrado a lo que pudiera venir. todo su cuerpo temblaba como una gelatina como su respiración estaba tan descontrolada pareciendo que en cualquier momento su pecho se reventeria en cualquier momento gracias a su pesado respirar y ese instinto de sobre vivencia estaba a flor de piel dictándole que huyera para no ser dañado de nuevo por los depredadores ,su mente no paraba de decirlo una y otra vez ,no podía oir el grito o lo que la haru decia estaba tan absorto de si mismo que ni siquiera pudo quejarse al ser alejado del doloroso agarre de sven y siendo lanzado a quien fuera como un pedazo de carne a punto de ser dado a los perros para ser devorado,su cuerpo no paraba de temblar bajo el agarre silencioso de ivka ,podia sentir el cuidado en ello creia que acabaria el dolor pero estaba equivocado. "Perdóname..."
fue lo que pudo escuchar por parte del draconico mientras este tomo la daga se repetía que se detuviera pero fue imposible,el sentir como la navaja se incrustaba cerca de su otra herida fue peor aumentando el dolor en este ,sintió como fue apegado pero no paro de retorcerse entre los brazos de su amigo ,las lagrimas brotaron y su voz se quebró por haber gritado tanto ,trato con sus manos quitar la daga a toda costa,no tenia cabeza para pensar se sentía débil cuando fue ayudado a levantarse y ser por así decirlo pasado a la oni ,pedía por todas las cosa que se detuviera ,su pecho estaba lleno de su propia sangre ,esperando de lo pero ,mas no paso ya que por la chica era recogido ,por alguna razon todo su cuerpo se sentía flojo y su cabeza daba vueltas era mejor se quedarse en un silencio ,podía escuchar la voz de ivka muy lejana como la de akane mientras ella lo llevaba a no sabia donde ,estaba aturdido ,adolorido y muy cansado cuando se sintió arrebatado de la peliplata otra vez ese sentimiento de alarma e incomodidad lleno su cuerpo pero ese no agarre no era doloroso como al principio ,levanto su rostro para mirar al ulgriff mas esa mirada le decia todo guardando silencio obediente hasta que el ardor y dolor eran notables en su pierna, mordiéndose su labio para no soltar ni un grito apuñando sus manos con tanta fuerza que le daba igual si sus uñas desgarraban su carne el dolor era horrible ,cerrando con fuerza sus ojos cuando todo termino el ardor aun se sentía pero ahora sus sentidos se ponian algo alerta ,tomo el frasco entregado por el veterano abriéndole con tanta batalla para beber el contenido sin dejar ni una gota, comenzando a sentarse en el frio piso de las masmorras aun se sentía mareado y queria dormir mas no se lo permitian hasta que le digan que se podria ir .
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Post by Ivka Lawson on Oct 26, 2017 13:22:49 GMT
Manteniendo un semblante serio pero demostrando curiosidad en su mirar el dracónido se dispuso a observar los delicados movimientos de la fémina delante suyo, quien caminaba a pasos lentos por la mazmorra. Palabras salían de entre aquellos labios, las cuales, eran preguntas estúpidas que solamente buscaban confundirle para hacerle hundirse en los recuerdos poco agradables de su pasado. La voz femenina era ligeramente opacada por los fuertes bufidos y alaridos de las bestias que deseaban saciar su hambre, pero esa frágil y calculadora voz retumbó durante unos cuantos segundos en su interior. Sin poder evitarlo, únicamente pudo soltar un suspiro de pesadez ante aquella voz falsa que fingia tener un poco de compasión y "humanidad". Estaba cansado, cansado de escucharla a ella y sus excusas por querer escapar de la realidad en la que se había metido por tan "noble y tierno" acto de querer escapar de aquel "nido de víboras" Pero no había otra opción, estaba acostumbrado a prestar atención; y lo que la fémina preguntaba sin cesar solamente causaba un malestar, todo aquello era tan claro para el amphitere, pues "su vida" había sido controlada y amoldada a un hombre que únicamente sabía enfrentar crueles realidades a base de violencia. El ser sometido y controlado era algo que consideraba normal en su persona.
- No gaste su saliva en balbuceos tontos e inecesarios, Haru. Usted no desea saber mi respuesta ante tales cuestionamientos, únicamente busca defender su punto de vista a base de palabras engañosas que apelan al lado emocional y frágil...- Comentó con una voz ligeramente molesta y seca al sentir el tacto de la fémina sobre su piel, una caricia áspera que buscaba herirle de una manera diferente a lo usual. Sintió como poco a poco se resquebrajaba su paciencia de sólo pensar en ello.
- A diferencia de algunos, señorita. - Añadió con tranquilidad, su voz se mostraba totalmente asqueada por aquel tacto tan indeseado que no cesaba y su mirar reflejando el cansancio de su cuerpo. Sin más, se reincorporó con calma mientras alejaba aquella mano de su cuello con total delicadeza, pese a la situación tan tensa que surgía entre ambos. El ambiente lúgubre no se esfumaba de la mazmorra, el eco resonaba fuertemente con los sonidos fastidiosos que provenían de aquellos cuerpos encarcelados. Fijo su mirada en ella, con una muy leve sonrisa, la cual era ladina e hipócrita, un semblante fingiendo gentileza con bastante habilidad. Continuó en lo suyo, cuál suspiro al aire. - Me atrevo a decir que estoy preparado ante el hecho de morir, es algo natural, un deseo mundano y egoista de mi parte. Es debido a ello, que elijo mis acciones basadas en un principio, que es mi lealtad... Y no en el miedo. Nuestros ideales son distintos por el simple hecho de que "nuestras vidas" fueron distintas, yo respeto eso, y no me interesa saber más respecto a su persona o su pasado. - Explicó con calma a la par que acataba aquella mirada aprovatoria del Fénix, dándole libertad de retirarse. A lo cual sólo pudo inclinar su cabeza antes de terminar con su inútil discurso, indicándole que permanecería ahí pese a recibir el "visto bueno".
-...Es por eso que espero lo mismo de su parte; un desinterés y un respeto por lo que respecta al pasado, al presente y a nuestras decisiones personales. En estas circunstancias tan compremetedoras, solamente puedo guardar silencio, es lo necesario una vez que se elige ser una pieza más del juego, usted debería comprenderlo bien después de tanto tiempo. Los sentimientos y emociones están lejos del profesionalismo. - Dijo al final, con una voz neutra y centrada, soltando una suave bocanada de aire justo después de ello. En cuanto guardó silencio nuevamente regresó a su posición en espera de indicaciones por parte del Fénix, poco emocionado por lo que acontecederia, como de costumbre.
Apacible se limitó a mantener una postura recta lejos de aquellos. Prestó atención a la disputa verbal que la Lung incentivaba hacia el fénix, pero en cuestión de segundos esas palabrerias cesaron y finalmente hubo silencio, uno que implicaba la retirada de la dragona y del joven Xhime. No había nada más que decir, y si lo había; no era el momento.
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Post by Akane Enomoto on Oct 30, 2017 5:07:49 GMT
Su renuncia, su salida con el pequeño Aishling en brazos, todo fue interrumpido de golpe por Sven quien, fuerte pero firme la había detenido para llevarla de nuevo adentro de esa horrenda celda. No pudo protestar al respecto porque su voz se vio apagada por los nacientes gimoteos del mas joven de las serpientes quien, era "curado" por así decirlo de una manera medieval por el fénix, apenas hubo terminado le brindo un brebaje para que calmase su dolor y la mujer, apenas vio que estaba listo su trabajo decidió tomarlo entre sus brazos de nuevo, acunando para darle un poco de calor. Por la perdida de sangre su temperatura había bajado, no le importaba nadie mas que el.
Lo arrullo mientras Haru discutia de manera agresiva (bueno, como era ella misma) frente su postura personal con Ivka y Sven, los alaridos de los demás prisioneros, y todo en conjunto eran una sinfonía perturbadora, amarga, y la oni lo único que deseaba era que la dejaran en paz para poder darle mejores cuidados al que tenia en brazos. En repetidas ocasiones le hacia "shh" para que se calmase, le dolía en su pecho verlo en ese estado, tan frágil, tan demacrado y con ese aroma a carne quemada...era indescriptiblemente nauseabundo. Ni a su peor enemigo hubiese deseado tanto mal, y ella, por mucho que quisiese ser la voz de la razón en ese momento, cuantas ganas tenia de gritar a viva voz que apoyaba a su compañera Haru, de que se debían de guiar también por el cariño hacia todos y un pleno compañerismo...pero...desafortunadamente las cosas no eran color de rosa. La frialdad de las palabras de Ivka fueron lo que mas la desconcertaron, no sabia en absoluto de su pasado ni le importaba menos...recordar aquel muchacho quien timidamente acepto su bienvenida, verle hacer tales cosas a su amigo...para luego terminar con un discurso putrido, al cual lo sintió como miles de dagas. Por Sven no le sorprendió, de hecho, cualquier otra cosa había sido poco apropiada para el mas viejo de las serpientes.
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Post by Sven Velfast on Nov 7, 2017 16:43:44 GMT
Aquello que había escupido la dragona en debate a las palabras de Lawson, había expuesto desvastantes revelaciones con respecto a las intenciones de la misma. En cualquier otro escenario, y quizás, en oídos de otro sirviente, aquello se pudo haber visto como un simple berrinche a raíz del shock situacional, pero era Ulgriff el que había alcanzado a escuchar aquello. Él, de todos los presentes, relucía por su hostigación y necedad de indagar entre líneas, analizando todo, desde el lenguaje corporal, el tono de voz y hasta los tiempos entre argumentos. Todo aquello, la estela detrás de cada frase que se vertió de entre las fauces de la Lung, disparaban todas las alarmas en la cabeza de fénix. No podía dejar eso pasar. Era inaceptable.
Permitió que la veterana abandonara el lugar en conjunto a la quimera, únicamente para tomarse un momento y ordenar asuntos restantes antes de partir. La daga que aún permanecía en su mano, la guardó entre el chaleco que vestía, antes de acercarse al amphitere y colocar la palma enguantada sobre su hombro de manera pesada. Le miró de forma directa, tratando de rebuscar alguna respuesta o gesto en aquellos orbes apagados y cansados, mas resignandose finalmente a partir sus labios -Veré que el Lord oiga con respecto a su irrefutable demostración de lealtad de esta noche- retiró su mano del hombro ajeno y la llevó a su espalda junto a la otra. Aquello era lo más cercano a un elogio que el mayordomo podía llegar a decir, dado el contexto laboral en que se encontraban. El joven sin duda había superado sus expectativas, otorgándole un foco distintivo con el qué mirarlo de ahora en adelante. -Un momento- se excusó de la presencia del contrario.
El ave se acercó a donde se postraba la Oni, observando las lágrimas melancólicas caer cristalinas por su pálido rostro y el pequeño Aishling desvanecido entre sus brazos, formando una escena maternal y empática. No obstante, lo único que podía percibir la mayor de las serpientes en aquel momento, era la debilidad que había demostrado la mujer con respecto a aquella prueba, y la terrible consecuencia que aquello significaba. Sven se inclinó, estirando sus brazos para tomar al selkie en su manos, y retirarlo de las palmas de Akane. -Enomoto- mencionó con un tono apagado, llamando la atención de la arcana -no existe libertad física para aquellos que conocen los secretos de Velfast- murmuró seco y directo, evidenciando que la posibilidad de renunciar era únicamente una ruín mentira, otra manipulación para sacar a flote las verdaderas intenciones de cada sirviente. Mientras sostenía al pequeño contra su pecho, la otra mano la dirigió al rostro de la oni, acariciando su mejilla para limpiar las lágrimas que inundaban la tez ajena -Queda en manos de nuestro amo qué hacer con su persona- con eso último, se levantó sosteniendo al albino entre sus brazos, dirigiendose nuevamente a la presencia del dragón.
-Llévelo a su cuarto e infórmeme de algún percance con respecto al mismo o Xhime, si hubiese de presentarse. Enomoto permanecerá en esta celda y es terminantemente prohibido que nadie la asista- con aquella orden, cedió el cuerpo ligero del pequeño -Deben prepararse, a la siguiente luna tenemos que llevar a cabo una misión importante- explicó, conforme sacaba su tableta arcana y escribía un mensaje rápido, dirigido a Lysander para informarle de la situación y convocarlo a las mazmorras. Acabado ello, dirigió a Ivka fuera de la celda, y cerró la misma con un rechine de ultratumba -Debo encargarme de otros asuntos- objetó, conforme abandonaba el lugar, sin una sola muestra de remordimiento por lo que había sucedido aquella noche.
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Post by Ivka Lawson on Dec 1, 2017 14:59:01 GMT
Parecía que todo había llegado a su fin, pero era mentira, únicamente era el inicio de algo mucho peor, quizá. El apogeo había cesado, y con ello, las serpientes habían cortado aún más esos "lazos" que en algún momento pensaron que existían entre ellos. Guardó silencio mientras esperaba indicaciones, sus movimientos eran lentos y sólo demostraban pesadez. Quería irse, debía irse pero aún no era el momento, la oportunidad ya llegaría. Se hayaba hundido en sus pensamientos junto con la pesadez de sus párpados, hasta que inevitablemente los cerró unos momentos, descansando. Prestó atención a su respiración y al latir de su corazón, estaba más tranquilo, y todo era debido a ese momento de éxtasis. Había olvidado esa extraña sensación en el cuerpo que le brindaba cierta conformidad. No estaba acostumbrado, había dejado esos actos hacia tiempo ya. El breve silencio fue aún más ameno que antes, la tensión se había disipado, y con ello, su conducta había sido medianamente reprendida.
Aún había silencio, y las bestias acallaban sus voces y bufidos por temor a ser castigados. Era tan tranquilo para él.
Relamio sus labios por un momento, hasta que el palpar sobre su persona le tomó por sorpresa, más sin embargo, en silencio, permaneció unos segundos quieto, inmutable, como si aquello no fuera con él. Abrió lentamente sus ojos y desvió su mirar hacia el fénix con un poco de desagrado al sentir como se disponía a colocar su palma sobre su hombro, no era propio de él. Más no dijo nada, únicamente escuchó sus palabras.
Una vez que el ajeno terminó, el dracónico hizo una leve reverencia mientras posaba su mano sobre su pecho, "agradecido" por sus palabras. - No es necesario. - Pausó por un momento a la par que se reincorporaba lentamente, ocultando sus manos detrás de su espalda para así, seguir hablando- No merezco el ser reconocido después de tan garrafal fallo.- Explicó apático y sereno, y sin esperar respuesta volvió a hacer una leve reverencia para así retirarse, más sin embargo, su intención se vio volcada por la voz del fénix; deteniendole momentáneamente.
Esperó apacible mientras optaba por tomar una pose más erguida, mirando en silencio la situación que había conllevado el actuar de la oni. Dejando de prestar atención al asunto que bien no era de su incumbencia. Cruzaron palabras que no le importaron tanto, no fue hasta que la serpiente veterana regresó a donde él, entregandole el frágil cuerpo del selkie. Nuevas indicaciones le fueron dadas y un aviso para estar atentos a la próxima Luna, atendió con atención aquello mientras que recibía en manos al ajeno. Una vez listo, asintió con la cabeza y apoyó al joven en su cuerpo, apegandole para que no tuviese malestar alguno.
- Entendido. - Fue lo único que dijo después de ello, y sin más, fue guiado fuera de la celda. Se retiró en silencio y sin ánimos o intenciones de cruzar palabras con aishling, permaneció callado, ignorando lo que había sucedido hace poco y aliviado de que todo terminase.
Los sucesos recientes habían salido aún mejor de lo que esperaba, estaba gustoso de lo que había vivido. Ya no había rastro alguno de aquel joven que sentía pena por el dolor ajeno. Una parte de él se había resquebrajado por completo, y eso le llenaba de una paz momentánea. Ya llegaría el momento para encontrar esa paz que buscaba hace tanto, por ahora, sólo mantendría silencio por mera prevención.
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Post by Akane Enomoto on Dec 6, 2017 22:27:11 GMT
Su trance se había visto irrumpido por aquella ave, quien, cruelmente arrebataba al pequeño Aishling de sus brazos protectores...a pesar de todo la Oni no se inmuto en absoluto, con su mirada ida culpaba inconscientemente a si misma por haber creído que se iría así de fácil, se culpo por la empatía que le tuvo alguna vez, por el cariño, por la atracción volátil y efímera...se culpo de todo. Pero, aquel hombre tenia razón, su juramento y contrato era de por vida, tantas lunas ya de acontecimientos tortuosos, dichosos y demás que la acompañaban permanentemente como una cruz sobre su espalda. Ahora su juez seria el propio Lysander, aquel a quien ella mas admiraba...ya veía venir las miradas acusatorias por su parte, la decepción, el deshonor...lo ultimo le dio como una daga directa a su pecho: para ella el honor era una cuestión seria, no solo por su persona, sino por su raza, por su familia...aquella que inclusive podría tomar su propia vida por el "honor" de alguien mas arriba que ellos.
Miro por ultima vez a Aishling, sus ojos se aguaron levemente por su partida pero en sus adentros sabia que al menos el estaría en buenas manos. Sven de manera descarada, como por limpiar la sal que había echado previamente en sus heridas...como un gesto de empatía hacia ella limpiose entonces las lagrimas rodantes en sus mejillas, cosa que solo hizo que la mujer lo viese a los ojos con leve desprecio, mordiendo sus labios para si evitar decir cosas igual de putridas como su persona. Entonces, el, Aishling e Ivka fueron desalojando la celda para dejar a la desconsolada arcana encerrada en aquel lúgubre lugar. Abrazo entonces sus rodillas, como intentando rescatar el tacto y el calor del pequeño Aishling...sin embargo...no pudo contener mas su desconsuelo por lo que clavo frustrada sus garras en sus rodillas y grito agonizante, llorando a lagrima viva, desesperada, abatida, derrotada.
...¿todo su esfuerzo había sido en vano?...¿seria capaz de perdonarse a si misma por cuestionar su propia lealtad?...¿saldría de ahí?...
...Lo unico que podría apaciguar su herido y mancillado corazon era el beneficio de la duda...
...no, nada podia apaciguarlo...
...ni siquiera ella misma...
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