Tired (PRIV.) (Tsuyume/Blyer).FINALIZADO

Otra noche en la que se encontraba vagando por los distintos lugares que Mirovia tenia que ofrecerle, pero esta vez, no se encontraba con un destino realmente marcado en su mente, sus pies solo se dedicaron a vagar, a marcar un camino aleatorio por donde pisaba, ¿Porque razón? No había una en especifico realmente, hace algunas noches que no realizaba ningún trabajo de caza recompensas, pensando en si realmente su destino completo era siempre ser aquello... Un asesino. Su vista se alzo levemente al notar el brillo de la luna que se alzaba en el cielo, acompañada de los sonidos de las olas calmadas y los pájaros que disfrutaban sus momentos de paz nocturna, sin darse cuenta, había llegado a la tan conocida playa de Aqualia, un lugar de renombre por ser uno de los paisajes más bellos para la gente que busca relajarse o divertirse, aunque para Blyer solía ser lo primero. Esa noche no se encontraba portando ni su hacha ni su armadura, tan solo su pequeña mochila con algunas provisiones, frutas, pan y una cantimplora con algo de Cerveza Negra, lo que siempre solía beber, pero esta vez, aquel recipiente se encontraba casi lleno, simplemente no tenia la necesidad de dar algún trago de él, quizá por su animo relativamente bajoneado, por aquellos pensamientos que aun recorrían su mente aun después de creer que todo iba a mejorar.

Un paso tras otro, sus pisadas eran marcadas en la blanda arena de aquella playa, disfrutando de aquella brisa marina que se podía sentir a cualquier hora del día o de la noche, mientras sus ojos bermellón aun se encontraban divagando en la nada, con un caminar lento e incluso torpe, a ningún lugar en especifico, tan solo dejándose guiar por quizá, su temeraria consciencia de creer que aun tenia un lugar al que pertenecer, pero de una manera lenta, e incluso dolorosa, esas esperanzas iban muriendo con el paso de los días, incluso, de las horas. Cuando finalmente había vuelto en si, se dio cuenta de que su caminar lo había llevado a un lugar que desconocía totalmente de aquella playa, una ensenada que a la luz de la luna y las estrellas, se podía considerar de lo más hermoso que el Minotauro haya visto.- Es... Precioso...- Murmuro en voz baja, mientras dejaba escapar un muy suave suspiro, mirando un poco mejor alrededor, y continuando con un caminar más lento. Sus pisadas se escuchaban de una manera leve, un sonido que se mezclaba con el de las olas que chocaban con las rocas dispersas por el lugar, pero lo suficiente como para que cualquier otro arcano lo escuchara.

Tomo en consideración aprovechar aquella hermosa vista del lugar, en su mochila llevaba algunas carnes crudas sobrantes de su ultima visita la Ciudadela días atrás, quizá con algunas ramas, y ayudado por su pedernal y su eslabón, podría hacer fuego y cocinar algo para pasar la noche en aquel lugar de ensueño, pero algo quebró esa pequeña ilusión, al notar a la distancia y con mucha dificultad, lo que parecía ser una persona, una mujer, y por lo que alcanzo a notar, con una cabellera colorida como los Arcoiris que veía en Grecia, esos que podía observar por siempre y jamas cansarse. Trago levemente saliva, ¿Y si por error molestaba a esa persona? No seria primera vez que tan solo su presencia fuera una molestia, quizá podría dar marcha atrás e irse, o simplemente...- Oye... .- Sin más y casi por inercia, se había acercado a aquella persona, que se encontraba en una posición que ciertamente preocupo a Blyer, por el simple hecho de ser la misma posición que buscaba el mismo para tratar de ocultar sus penas, sus miedos... Sus recuerdos.- ¿Te encuentras bien....?.- Pregunto en voz baja, y manteniendo una distancia prudente de la ajena.

No se extrañaba que hubiera gente que disfrutara a solas de la paz que ese hermoso lugar les podía brindar, después de todo, ¿Quien no estaría agusto en un lugar así? Tan solo acompañado por los sonidos de la naturaleza que tanto apreciaba, la hermosa vista, y la luna y las estrellas como únicas testigos de esos momentos de paz que siempre se apreciaban por más cortos que estos fuera, pero al parecer, había gente que no se encontraba en esos lugares por razones de ensueño, como lo era aquella chica frente al Minotauro. Pudo notar aquella desconfianza, la cual no era de extrañar pues Blyer era un total desconocido para ella, pero lo que si lo dejo con un notorio rostro de preocupación, fueron aquellas palabras temblorosas, bajas, como un murmullo apenas audible, y no solo eso, si no por aquellos ojos que mostraban claros signos de un llanto, y no uno leve, si no uno adolorido, uno que probablemente sea por alguna razón terrible, ¿Quien no lloraría en situaciones así? Él por lo general no lo hacia, tenia aun esa mala costumbre de acallar sus penas detrás de esa sonrisa que por lo general llevaba, a excepción de aquella vez con Lumina, y aun después de eso, no había aprendido la lección de dejar de cargar con todo él solo.

No pudo evitar sentir que su presencia solo asustaba a la contraria de cabellera colorida, se podía notar en su expresión, que si bien no lo decidía por completo, se le notaba atemorizada, quizá por algo en su mente, o quizá... Por algo realmente ocurrido.- No voy a hacerte nada... Tranquila...- Comento de manera sincera en un tono de voz que mostraba aquella preocupación, no solo por los ojos que claramente mostraban ese momento de llanto, si no también por esos notorios rasgos de falta de descanso, e incluso, falta de comida. Dejo escapar un suave suspiro, girando un poco la cabeza para meter la mano en aquella pequeña que portaba, buscando en especifico alguna fruta que ella pudiera comer, se sentía triste, quizá por aquel exceso de empatia que el Minotauro solía sentir hacia los demás, esa necesidad de preocuparse y ayudar a otros, aun cuando no podía ni siquiera ayudarse a él mismo, podía llamarse una buena persona... O quizá solo una mala costumbre.- Ten... Te ves con hambre.- Comento en voz baja y de una manera amable mientras estiraba un poco su mano, para dejar cerca de la mujer una manzana.- Están buenas, las compre no hace mucho haha.- Explico dando una suave risa, intentando que ella se diera cuenta que él no era una amenaza.

Aun sentía ese miedo de estar importunando a la contraria con su presencia, pero a la vez, sentía la soledad era la peor enemiga de la chica frente a él en ese momento, las enseñanzas de sus padres no le permitían ignorar aquello. Se saco la mochila de la espalda de manera lenta y la dejaba en el suelo, con cuidado mientras se sentaba a una distancia prudente de la chica, mirando hacia el frente, a la luna específicamente que los bañaba con aquella luz tan gloriosa.- Es un... Lindo lugar.- Comento nuevamente en voz baja, ni él mismo entendía la razón de siempre querer ayudar a otros que tenia su familia, aunque claro, las palabras de su padre siempre le recordaban el porque: ''No hay una razón especifica para querer ayudar a los demás, solo hazlo cuando tu corazón te lo diga, y cuando veas que otros necesitan de tu apoyo'', Eran sabias palabras sin duda, y su padre en general era bastante sabio, y constantemente el Minotauro pensaba en querer algún día ser siquiera la mitad de sabio que él.- Lamento si moleste, solo... Quería pensar un poco.- Comento con una suave risa mientras agachaba un poco la cabeza, tenia esa curiosidad carcomiéndole, quería preguntar ''¿Porque llorabas...?'', pero sabia que seria incomodo, sobretodo viniendo de un desconocido.

Muchas veces no lograba entenderse a si mismo, era extraño, ser capaz de ayudar a otro, de levantarles el animo y de aconsejarlos para al menos aligerar un poco sus cargas, pero a la vez, no era capaz de sobreponer sus propios problemas para ayudarse a si mismo, y aveces eso podía pasarle la cuenta, tal como había pasado varias semanas atrás. Se sintió ciertamente feliz cuando, aun dudando del Minotauro, la contraria había aceptado aquella fruta, por lo menos para llenar un poco su estomago, no podía imaginarse cuanto tiempo llevaba la chica de colorida cabellera sin comer. Le otorgo una suave sonrisa a la contraria en el momento que esta había agradecido por aquel pequeño gesto de Blyer, el cual tan solo negó levemente con la cabeza y volvía a dirigir su mirada hacia el frente.- No es nada... Me alegro que te gustara, hay más en mi mochila por si gustas.- Comento apuntando aquel pequeño bolso de tela que llevaba por mochila, jamas le importaba compartir su comida con otros, pues para él, comer acompañado era algo mucho mejor que hacerlo en solitario, pues la verdad, sabia que estar solo en general podía ser triste, e incluso, al punto de ser doloroso. Miro de reojo a la chica en cuanto esta había interrumpido sus propias palabras, nuevamente esa curiosidad se hizo presente, estaba seguro que había algo, la razón de aquel estado tan descuidado, ¿Pero que debía hacer? Preguntar probablemente solo seria como abrir quizá una vieja herida.- ¿Te gusta estar sola...?.- Pregunto en un tono curioso, mientras alzaba un poco más la mirada, quedándose un tanto perdido en el manto estelar que los cubría.

Llevo su mano a la apertura de su mochila, sacando de esta dos peras, una dejándola sobre la arena con la intención de que la contraria la comiera, y la otra sujetándola con su mano para darle una pequeña mordida a esta, masticando de una manera lenta, y degustando cada pequeña porción mordida.- A mi... Aveces, sirve para pensar... Para relajarte...- Comento con cierto aire nostálgico mientras daba otra mordida a aquella fruta.- Pero otras veces... Creo que la soledad solo es algo... Malo.- Complemento dejando escapar una breve risa, mientras tomaba una posición parecida a la que la chica tenia anteriormente, casi apegando sus rodillas al pecho, sin despegar su vista del cielo estrellado.- No como las estrellas, ellas siempre están acompañadas por sus hermanas, y a pesar de la distancia que se encuentran la una de la otra, saben que siempre las tendrán a su lado...- Aquel tono había salido un tanto fascinado, con cierto orgullo incluso, esas enseñanzas siempre habían sido por parte de sus padres, y ahora, las compartía con una desconocida, no solo por querer decirlo, si no con la intención de lograr animar aunque fuera un poco lo que probablemente era un corazón y un alma totalmente lastimados.

¿Sabes que decían en mi pueblo?.- Continuo en otro tono curioso, pero girándose un poco para observarla.- Que cada estrella en el cielo, representa a uno de nuestros seres queridos, que sus almas jamas mueren y pasan a ser otras estrella de aquel manto estelar...- Explico con cierta tristeza mientras volvía a levantar la mirada.- Es por eso que siempre confió en que las personas que dejan este mundo jamas mueren... Y por eso... Técnicamente jamas estamos solos, porque tenemos a aquellas personas que nos apreciaron... Que nos quisieron... Siempre observando nuestras acciones, velando por nosotros, llorando cuando los males nos atacan... Y sonriendo cuando cumplimos nuestras metas...- Dijo con otro tono de tristeza, pero que dejo de ser para reemplazarlo con una sonrisa dirigida a la contraria.- O al menos eso creo yo hahaha.- Se había dado cuenta que había hablado mucho, sin siquiera pensar en la posibilidad de haber puesto aun más incomoda a la mujer a su lado.- Perdón si hable mucho, aveces me pasa...- Se disculpo dejando escapar un suspiro y rascando su cabeza mientras le daba una pequeña mordida a su fruta, ya dejando solo la mitad de esta por comer.- Si no es molestia... ¿Porque estaba llorando...?.- Pregunto en voz baja, agachando la mirada, y sin ser capaz de mirarla, pues la curiosidad le había ganado, y esperaba realmente poder ayudar aun más a esa chica, aun si eran totales desconocidos el uno del otro.

Su masticar de aquella fruta se mantenía lento, dejando que aquel sabor se impregnara en su boca de manera continua, disfrutando de cada momento al tener aquella comida en su boca, mientras su mirada se perdía durante algunos segundos en el horizonte, pero a la vez lograba observar los detalles como el reflejo de la luna en el agua, las aves que pasaban de un lado a otro o simplemente se posaban en alguna roca a descansar de su arduo vuelo. Giro suavemente la cabeza para observar de mejor manera a la contraria, en cuanto dejo escapar aquellas palabras tranquilas, para expresar que las palabras del Minotauro habían sido bien recibidas, cosa que lo aliviaba y a la vez lo hacia feliz, por el simple hecho de poder ayudar a alguien con sus consejos, le daba una gran sensación de paz.- Me alegra que te haya gustado, es un relato viejo pero... Siempre me ha gustado creer en el.- Reconoció dejando escapar una suave risa mientras daba otra pequeña mordida a su pera, masticando de una manera pausada, y tragando aquello que tenia en la boca, un tanto más animado por las palabras de la chica de colorida cabellera, pensando que... Si su padre lo viera ahora, ¿De verdad estaría orgulloso por ser capaz de ayudar a otros? Quería creer que si.

El silencio se mantuvo durante unos momentos después de aquella pregunta que el Minotauro le había formulado a la contraria, una que si bien no iba con ninguna mala intención, ciertamente era una pregunta fuerte para alguien que podía haber pasado por algo terrible. La respuesta de la mujer claramente fue incompleta, vaga incluso, pero no podía exigirle mucho a alguien que acababa de conocer.- ¿Eventos desafortunados...? Ya veo...- Comento mientras apegaba más sus rodillas a su pecho, apoyando su mentón sobre estas incluso, dando la ultima mordida a su pera para que solo el corazón de esta se diera a ver, aun así, comiendo este para no desperdiciar ningún bocado.- ¿Sabes...? Una vez mi padre me dijo... Que cuando todo se tornara oscuro... Que cuando no lograra ver más allá de mi nariz y los problemas fueran tan difíciles que continuar pareciera imposible... Me dijo que siempre los enfrentara con la cabeza en alto, pues nada hay bajo el sol que no tenga solución... Y que...- Hizo una pequeña pausa para volver a mirar a la ajena con una suave sonrisa.- Nunca una oscura noche venció a un amanecer.- Comento nuevamente en un tono nostálgico, pero a la vez, con bastante orgullo.

Aveces uno creé que... Todo simplemente es avanzar y ya... Pero muchas veces, un paso atrás, puede ser una decisión sabia...- Comento dejando escapar un suave suspiro mientras alzaba la mirada a las estrellas, dejando que su rostro sintiera la brisa y sus cabellos castaños se movieran a son del viento.- Y si el camino que buscas recorrer... Se acaba por alguna razón, nunca dudes en cambiar de dirección.- Complemento de manera más animada, intentando continuar con aquella transmisión de enseñanzas, aunque... Muchas veces ni él mismo las podía seguir.- A todo esto... No me he presentado, soy Blyer, Blyer Bloodthorn.- Se presento mirando con otra sonrisa sincera a la mujer, siempre olvidaba presentarse en primeras ocasiones, aveces eso podía considerarse maleducado pero, que se le podía hacer, el Minotauro era bastante despistado en la mayoría de los casos.- ¿Quieres comer algo más que fruta? Tengo algunas carnes de Jabalí en mi mochila, con algunas ramas podría hacer una fogata y bueno, cocinarla.- Ofreció de manera curiosa esperando por la respuesta de la contraria.

-... ¿No eres vegetariana, no?.- Pregunto un tanto preocupado en haber ofrecido carne de manera repentina sin pensar en esa posibilidad.

Pudo notar como aquella colorida cabellera cubrió el rostro de la chica, quien había dejado escapar una notoria pero aun así, apenas audible risita, como si fuera la risa de algún jugueteo o alguna travesura infantil, todo por aquella curiosa presentación del Minotauro quien vaya que se había tardado en decir su nombre, incluso después de aquel discurso, de aquella narración respecto a las creencias de su pueblo, un pueblo que ya no era más que un simple recuerdo en la mente de Blyer, cosa que en muchos sentidos lo ponía triste, pero en otros, también lo llenaba de orgullo al seguir cargando con el conocimiento de aquel lugar, como una manera de honrar a aquellos caídos bajo su propia mano. Nuevamente se mantuvo con su mirada en la contraria, al momento en que esta decidió responder de una manera amable a sus palabras, presentándose también.- Tsuyume... Es un gusto.- Comento con una suave sonrisa en el momento que los cabellos fueron apartados del rostro de la mujer y su rostro pudo hacerse presente, le agradaba que al menos pudiera conocer el nombre de aquella chica, eso permitiría al menos tener algo más de confianza al hablar con ella. Dejo escapar un suspiro de alivio al saber que al menos la ajena no era vegetariana, y vaya suerte que había decidido no comprar carne de pescado esa vez en la Ciudadela, hubiera sido vergonzoso, aunque se preguntaba porque seria, ¿Quizá creencia? ¿O Raza quizá? Luego preguntaría para asegurarse.

El Minotauro sonrió y asintió con bastante animo ante la respuesta de la mujer.- Si, ¡Es deliciosa! Ya veras.- Comento mientras tomaba un impulso, y se ponía de pie de un salto, mostrando el animo de Blyer.- Veamos... Dejame buscar algunas ramas y podre hacer la fogata.- Explico con alegría, y caminando en dirección a algunos arbustos que rodeaban el lugar, esperando poder encontrar algunas ramas sueltas que poder usar como fogata. Se tardo un poco en encontrarlas, varias tenían espinas por lo que tomarlas era un tanto complicado, pero aun así, esas pequeñas heridas lo valían si podía hacer que esa chica sonriera un poco más. Tomo ya varias ramas entre sus manos, las suficientes para hacer que el fuego se mantuviera bastante tiempo, la noche entera si era necesario, incluso, tomo ramas más largas y gruesas para poder empalar la carne de jabalí y que esta se asara de una manera perfecta, sin más, volvió a donde Tsuyume se encontraba. Se agacho para dejar aquellas ramas amontonadas en la arena, dejando ver que las manos del Minotauro se encontraban levemente heridas por las espinas que tenían estas, pero en ese momento no era algo que a él le importara.- ¡Bien!, dejame ver...- Comento alcanzando su mochila, buscando su pedernal y su eslabón, hasta encontrar estos, sacándolos de la mochila y acercándolos al monto de ramas para comenzar a crear choques con ellos, creando chispas que al cabo de unos momentos comenzaron a envolver en llamas las ramas.

-Ya esta.- Comento con cierto orgullo en su tono mientras podía verse aquel fuego danzante a son del viento recién creado, nuevamente el Minotauro alcanzo su mochila, encontrando aquellos trozos de carne de jabalí que se encontraban envueltos en una manta.- ¡Ajá!.- Exclamo mientras sacaba aquella carne y la dejaba sobre la manta que las envolvía, buscando las ramas más firmes, y comenzando a empalar estas de una manera que se mantuvieran en ellas.- Veras que la carne quedara genial.- Menciono de manera alegre, aun ignorando las heridas en sus manos aunque, gracias a aquella resistencia física que tenia, pocas veces lograba darse cuenta de heridas leves como esas. Las carnes ya estaban listas en las ramas firmes, y el Minotauro se encargo de dejar estas a un lado del fuego para que comenzaran a cocinarse. El humo de la fogata se alzaba hacia el cielo y desaparecía con la brisa que se había vuelto un tanto más notoria, mientras el sonido de la carne y sus jugos cocinándose se hacían presentes, y el delicioso olor ya se hacia notar de una manera apetitosa, Blyer se sentó a un lado de la fogata cuando todo estaba listo y solo restaba esperar.- No debería tardarse mucho.- Comento a la ajena con una suave sonrisa y luego su mirada se fijaba en las llamas.

El humo de aquella fogata seguía haciéndose presente mientras escapaba lentamente de las llamas y ascendía para perderse en el cielo, mientras era acompañado por el sonido de la carne cocinándose a fuego lento que llegaba a los oídos de ambos individuos. El Minotauro mantenía su mirada fija en las llamas, como si esperara el momento exacto en que la carne debía ser retirada del fuego para evitar que esta se quemara o quedara muy cruda como para ser consumida, eso era posiblemente lo más desastroso que podría ocurrirle a aquella carne, por eso quería asegurarse de que no ocurriera. La noche se encontraba tranquila en ese momento, nada parecía querer amenazar aquella paz que los envolvía, como si aquella noche tan solo fuera de ellos y de nadie más, como una especie de regalo tan valioso que compartirlo no fuera una opción. Se encontraba tan centrado en aquella carne que aun seguía sin darle importancia a aquellas heridas causadas en sus manos por las espinas que las ramas usadas para avivar el fuego de la fogata le habían causado, y a pesar de eso, quien si se había percatado de ello, fue la misma chica de cabellera colorida que se encontraba a su lado, quien no dudo en acercarse a tomar una de las manos del Minotauro, mirando esta de una preocupada, hablando con un desanimo notorio, quizá sintiéndose culpable de aquello, cosa que no era así.- Ah, no... La verdad no.- Respondió de una manera amable, llevando sus manos a aquella manta en el suelo para limpiar la sangre de estas lentamente.

Movía suavemente la manta sobre sus manos, con cierta delicadeza mientras notaba como esta removía aquel liquido rojizo.- Creo que las heridas físicas ya no son tan dolorosas...- Murmuro en voz baja más para si mismo que para la contraria, recordando todas las batallas del Coliseo, las múltiples heridas que su cuerpo tenia debajo de aquella simple ropa que portaba, y también, el haber aprendido que las heridas al alma o al corazón son mil veces más dolorosas que un corte o golpe.-No te preocupes, ¿Si? ¡Esto no es nada!.- Exclamo de manera animada una vez sus manos estuvieron libres de la sangre de aquellas heridas, mirándola con una sonrisa en su rostro para demostrarle que realmente no era nada, extendiendo sus manos tan solo con las marcas de las heridas a la ajena.- ¿Ves? Nada de que alterarse.- Dijo en un tono un tanto orgulloso por la resistencia física de su cuerpo, aveces tantas batallas podían traer cosas buenas, muy pocos casos realmente, Blyer había llegado a un punto en el que batallar ya no era algo que le gustara, todo lo contrario, lastimar por diversión, por mero espectáculo... Ya no era algo honorable para su persona.

El aspecto de la carne ya comenzaba a cambiar a causa del calor al que estaba expuesto, dejando escapar el delicioso aroma en una intensidad mayor, llegando por completo a las fosas nasales del Minotauro y la chica a un lado de este.- ¡Ya casi debería estar!.- Blyer se encontraba ansioso por degustar aquel jugoso alimento, y también porque la ajena pudiera probarlo, después de todo ella dijo que jamas había comido esa carne, y de cierta forma se sentía bien de dejarla tener aquel primer gusto. Nuevamente esa curiosidad comenzó a carcomer al Minotauro, el hecho de pensar en porque la contraria no comía pescado, tenia algo miedo de preguntar realmente, miedo a ofenderla, pero la curiosidad fue más fuerte.- ¿Porque no te gusta el pescado?.- Pregunto sin más mientras la miraba con esos ojos curiosos y de cierta manera una mirada inocente, sin pensar realmente en una razón que explicara eso, aunque no era algo importante, pues como decían varias personas, a gustos colores.

Pudo sentir cierto alivio al saber que al menos la contraria dejaría de preocuparse por aquellas leves heridas en sus manos, unas causadas por una razón que incluso podían considerarse estupidas por la forma en que se las había causado, por no tener simple cuidado y no fijarse en lo que tenían las ramas que uso para esa fogata improvisada, a pesar de eso, realmente no le importaba salir herido si podía animar un poco a quien se encontraba cerca de él. Su mirada curiosa se dirigió a los ojos de la chica en el momento que esta dejo escapar su voz formulando aquellas palabras sobre aquel gusto alimenticio del Minotauro, no se equivocaba en ningún sentido, y Blyer se lo hizo saber con una gran sonrisa, después de todo, aquella comida era algo que le traía bastante nostalgia ademas de tan solo disfrutar del exquisito sabor de aquella carne, pues hasta ese día jamas había probado una carne de jabalí mejor preparada que la de sus padres, eran razones un tanto tontas quizá, pero para él... Eran importantes sin duda.- ¡Si! Me encanta el sabor de esa carne, ¡Lo veras cuando la pruebes!.- Exclamo dejando escapar una animada risa mientras volvía a posar su vista en el fuego.

Realmente esperaba no estar incomodando a Tsuyume con aquella pregunta sobre el pescado, más que nada era para quitarse esa curiosidad del porque de aquel gusto, no quería volverse una molestia solo por eso. La respuesta sin duda lo sorprendió, los ojos del Minotauro demostraron aquella sorpresa y no solo eso, mostraron una especie de alegría acompañando esta de una sonrisa.- ¿Una sirena? ¡Genial! Nunca había conocido una.- Y era verdad, a pesar de los años que llevaba en Mirovia, jamas había conocido a una Sirena como tal, le parecían seres increíble e interesantes, no solo por su vida tan distinta a los seres terrestres, si no también por su alimentación.- ¿Uh? Yo... Soy un Minotauro.- Respondió mientras se encogía un poco de hombros y dirigía su mirada al vasto océano frente a ellos.- No somos una raza tan increíble... Diría que todo lo contrario...- Esas ultimas palabras fueron en un murmuro, a pesar de sentirse orgulloso de su familia, de donde venia, seguía sin gustarle pertenecer a una raza que era capaz de causar tanto dolor en tan poco tiempo tan solo por un descontrol, entregarse a la ira era algo que jamas quería volver a repetir.

Finalmente la carne parecía estar en su punto perfecto para ser ingerida, las manos del Minotauro se dirigieron a aquellas varas que sostenían la carne, para tomarlas con cuidado y alejarlas del fuego.- ¡Están listas!.- Exclamo con ese animo tan alegre suyo, habían cuatro trozos de carne, por lo que con ello comerían equitativamente de manera perfecta.- Ten, ten cuidado, esta caliente.- Comento mientras extendía una de las varas con aquel alimento que se encontraba dejando escapar aquel delicioso olor, algunos jugos se escapaban y caían suavemente por la vara o simples gotas que se fundían con la arena. Blyer alcanzo otra rama con aquella carne, para acercarla a su rostro, tomando algo de aire y dejándolo escapar para enfriar un poco el alimento, antes de darle una suave mordida a un lado de esta. Los ojos del Minotauro parecían haberse iluminado mientras inevitablemente dejaba escapar un suave suspiro de alivio por el delicioso sabor de la carne.- ¡Esta deliciosa!.- Exclamo moviéndose un poco hacia los lados por lo animado que estaba, no podía evitar ponerse así de infantil cuando degustaba algo así, era parte de su ser, algo que jamas pudo esconder.