Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Oct 21, 2017 1:34:04 GMT
La dragona no había tardado en llegar a la ciudadela con mucho ánimo de visitar a Khorial. En su collar recargaba aquel precioso regalo que le había otorgado su pareja, era tan brillante y hermoso que no podía dejar de verlo cuando se encontraba en las profundidades del océano (al menos sentir que estaba ahí) o cuando estaba en la cueva sin mucho que hacer además de cansada de los viajes que se hacía. Ciertamente era para ella un amuleto y un objeto de sumo valor, no podía dejar de admirarlo, si sus ojos amarillos no se concentraba en otra cosa simplemente se disponía a observar como dicha piedra estaba compuesta de aquellos hermosos colores amatistas. Su pulgar e índice acariciaron con mucha ternura aquel collar para seguir aventurándose por las calles; sus pies descalzos disfrutaban de sentir algo liso, aunque no del todo ya que no era un terreno muy transcurrido por la dragona más bien estaba muy ansiosa de ir a ver a Khorial. Iba a caer por sorpresa y agradecía mucho a Blyer por pasarle aquel dato.
Sus cabellos verdes danzaban al caminar, parecían algas que paseaban caminando de un lado a otro, la falta amarronada se abría cada tanto dejando disponible la visión de una de las piernas completamente llena de cicatrices, ante los ojos de los demás parecían notar cierta sorpresa por la inmensa cantidad de cicatrices que poseía su cuerpo hasta ella misma no se creía que pudiera poseer tantas al menos en la parte baja de todo su cuerpo. El manto azul se abría muy pocas veces pero las suficientes ya que Skye no tardaba en asomar una mano para rascarse el cuello el cual tenía unas terribles marcas más parecían estar curándose por completo. Era encantador verle caminar, hasta escuchaba el leve susurro del océano felicitándola por el avance que había hecho en tantos años.
Había pasado hace poco aquel acontecimiento de que las cortes dejaban de tener poder y pareciera que el Lord de Reapergate había conseguido un puesto mayor, al punto que desconocía si realmente era necesario tanto poder… ¿Codicia? ¿avaricia? ¿Qué deseaba aquel Lord? Nadie podía responder con confianza total en sus palabras, pero no provocaba tanto temor, aunque si se veía que muchos estaban a favor, en protesta y otros neutros; ella se categorizaba como neutra hasta nuevo aviso, si algo iba a afectar Mirovia o notaba alguna dicha extraña no iba a estar en a favor de alguien como él, pero no debía juzgar. Solo esperaría que algo salga, bueno o malo, pero que sea lo mejor para todos los arcanos.
Podía verse en su expresión que la ansiedad iba aumentando al sentir tantos ojos posada en ella, realmente le disgustaba tenía la leve sensación que iba a transformarse, a pasar su forma sellada a la fated de golpe o peor aun… su forma real. Que miedo le provocaba tanto que apuraba el andar para llegar por fin a la herrería. Se paró en seco, miró un buen tiempo la puerta en silencio, respiró con profundidad, hinchando sus pulpones para luego dejar escapar un suspiro y afilar su mirada, estaba preparada y lo estaba. Como pareja se sentía disgustada saber que muchas veces Khorial no se alimentaba como tal… "¿Descansaba bien? ¿Habrá comido? Espero que no sea solo fruta" pensaba siempre mientras admiraba aquella piedra bajo el mar, pero ahora estaba frente a frente con la puerta. Le pediría, a pesar que lo haría de todas formas, ayudarle en su trabajo. Quería aligerarle el peso que cargaba el mismo conllevando el solo una herrería, claramente Skye no podía mantenerse tranquila por aquellas inquietudes de salud de su pareja. La mano desnuda se alzó lo suficiente para comenzar a golpear la puerta. Breve pero notorio debajo de aquel enorme manto que traía la luna para adormecer a los otros y dejar que sus infinitos y brillantes soldados bailaran sobre el mismo.
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Oct 21, 2017 2:34:21 GMT
Los sonidos de los martilleos y el acero ardiendo se podían escuchar desde lo más profundo de la forja de Khorial, sonidos los cuales resonaban en los interiores de la Herreria e incluso se podían escuchar en el interior de la casa que se encontraba al lado de la tienda la cual también pertenecía a él. Ese día en especifico había estado trabajando desde temprano, tanto en salir por la mañana a reabastecer los materiales que usaba a diario, luego en la tarde encargarse de acabar los pedidos que también diariamente comenzaban a llegarle, ahora que las Cortes habían dejado de liderar Mirovia, y el Lord de Reapergate, Lysander Velfast, había tomado el control, el pedido de armamento e incluso la compraventa de metales había aumentado en gran medida, eso le sorprendía, y en cierto punto le extrañaba, pero él solo era un comerciante, y no tenia porque cuestionar lo que ocurría. Ya caída la noche, se había encargado de comenzar a reponer las armas que ponía en los mostradores, estantes y repisas de la parte de ventas de su Herreria, donde todo el armamento era dejado a vista del publico para que todos tuvieran la posibilidad de ver la calidad de lo que estaban comprando, así trabajaba el Draconio, no le gustaba ver a ningún cliente insatisfecho, y hasta el día de hoy, ningún cliente insatisfecho se había hecho presente, muy por el contrario, todos le decían que hacia un gran trabajo en sus cosas, eso lo avergonzaba en gran medida pero también le daba los ánimos para continuar haciendo lo que amaba, y siempre honrando el nombre de su Maestro.
El calor dentro de aquella forja en ese momento combinado al extraño calor de esa noche, causaban que el cuerpo de Khorial sudara más de lo normal, causando que en ese momento se encontrara sin ninguna prenda superior ademas de su delantal trabajando, dejando ver aquel cuerpo que si bien no era tan voluptuoso, se podría decir que todo el trabajo de Herreria le daba un tono bastante marcado a Khorial. Terminaba de moldear lo que era un gran espadón de acero, con el respectivo cuidado, uso las tenazas de acero para llevar este al agua, causando que todo aquel vapor se dejara ver junto con el sonido del metal enfriándose de manera lenta. Llevo su brazo a limpiar el sudor de su frente, dejando escapar un suspiro de alivio y a la vez de orgullo de haber terminado aquella arma.- Bueno... Eso cubriría los pedidos de armas de dos manos...- Comento para si mismo acercándose al mesón que había en aquella forja, tomando un carboncillo y usando este para marcar una lista en un papel, y a un lado de este, un recipiente con carne cerca esperaba por él, tomando uno de los trozos y llevándolo a su boca, saboreándolo y masticándolo despacio, ese día no había comido otra cosa pues los pedidos cada vez eran más y debía cubrir el tiempo que aveces perdía en tratando de descifrar más cosas respecto al Grimorio que hace varias semanas había hallado en las profundidades de su hogar, aun preguntándose varias cosas, pero no era el momento.
Su torso se encontraba cubierto por aquellas gotas de sudor por el calor ardiente del lugar, nuevamente secando su frente con su brazo, dejando el carboncillo de lado para tomar otro trozo de carne seca y llevarlo a su boca.- Hmm... Creo que siguen los escudos... Empezare por las rodelas...- Comento llevando su mano a su barbilla mientras se recargaba un poco en el mesón.- Quizá luego los escudos Torre... O...- Fue interrumpido en aquel bucle de pensamientos por el sonido de la puerta sonando, breve pero bastante notorio.- ¿Clientes a esta hora...?.- Murmuro en voz baja y rascando su nuca, comenzando a caminar para subir la escalera despacio, la persiana de la ventana de la puerta se encontraba cerrada pero por la luz dentro de aquella área de tienda podía notar una silueta a las afueras. Se acerco lentamente hasta la puerta, quitando el seguro de esta, y sin abrir la persiana, abrió la puerta dejando que el sonido de la madera se diera a escuchar.- Buenas, mi Herreria se encuentra cerr...- Antes de que pudiera continuar hablando para dar a conocer que la Herrería estaba cerrada, sus ojos mostraron esa sorpresa de encontrarse a nada más y nada menos que su pareja parada en aquel lugar.- ¿¡Skye!?.- Dijo con impresión y a la vez una notoria felicidad acompañado de una sonrisa.- Ven, pasa, si que es una sorpresa...- Comento mientras dejaba pasar a la contraria, y posteriormente cerrar la puerta detrás de ellos.- No creí que vendrías a visitarme, ¿Uh?.- Algo le llamo la atención, causando que se acercara y levantara un poco el mechón del cabello de la chica que le gustaba.- ¿Otra cicatriz? Veo que siguen gustándote mucho, Amor, aunque... En ti tienen cierto aire encantador.- Reconoció mientras continuaba mirándola con una sonrisa y bajaba a acariciar su mejilla con bastante cariño, sin tomar en cuenta que... Se encontraba técnicamente sin camisa que cubriera su torso, tan solo aquel delantal, que no cubría ni su espalda ni parte de sus hombros, dejando expuesta tanto la cicatriz como el cuerpo del Draconio.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Oct 22, 2017 2:30:21 GMT
La brisa susurraba en su oído ciertos canticos desconocidos mientras acariciaba sus cabellos verduzcos con suavidad, como si tuviera miedo de lastimarlo con sus manos, aunque estas eran casi traslucidas y se perdían con facilidad. Logró un leve cosquilleo en la piel pálida de la dragona que esperaba ser atendida por su pareja que aun no se mostraba como tal. ¿No estará en la herrería? Claro que no, estaba ahí ya que las luces estaban prendidas y lo confirmaba con cómo se filtraban del lado interno del lugar hacia afuera dejando cierto aire cálido en aquella gélida y refrescante noche. Nuevamente su cabeza al esperar la presencia de su pareja le traía ciertos nervios o le daba un mal pasar ya que no había traído nada más que su presencia… ¿habrá hecho algo mal? Su mente daba muchas vueltas, se encontraba mirando hacia un lado, observando como algunos arcanos tanto en su forma sellada o fated salían a caminar a volver a sus cálidos hogares o paseaban disfrutando de la velada que les otorgaba aquel cielo nocturno que no iba a descansar hasta que el rey Sol amenazara con una nueva guerra y tropas para tomar su reinado nuevamente y mantener a todos en sus brazos que emitían el calor necesario luego de que la temperatura bajara un poco.
Para ella estar dentro o fuera era algo muy distinto; su cuerpo al estar acostumbrado un 100% de las veces al estar en el agua, hacia que la gravedad no le afectaba y de las pocas veces que salía en su forma tanto fated o su forma real (por completo) lograba percibirlo pero como volvía a ingresar al agua como que no le molestaba lo suficiente. Dejó escapar el aire que había obtenido por su nariz y mantenido resguardado en sus pulmones por la boca haciendo notoria el cansancio que traía. Cuando escucho como la puerta se abría sus ojos se desviaron de donde miraba para ver a Khorial con aquel gesto de echarla por ser de noche y que no se encontraba abierto el lugar, para luego ver como sus palabras se entrecortaban para formar además de un rostro sorprendido y emocionado, su nombre con mucha felicidad. Rió divertida mientras entraba al lugar recibiendo un poco la oleada del calor que la agobió de golpe pero con el tiempo que estuvo fue el suficiente para que su cuerpo se acostumbrara lo suficiente.
Al voltearse para verle nuevamente notó que el cuerpo de Khorial se encontraba semi desnudo, podía notar como el delantal caía del cuello hasta atarse en la parte trasera. Sus ojos eran demasiado sinceros, cuidadosamente volvían a apoyarse en el rostro del muchacho de aquellos cabellos azabaches, pero algo la desvió la mirada aquella herida en su hombro. - E-es que tenía ganas de visitarte… y bueno… - comentó llena de vergüenza quería cortar la mirada, no era por el cuerpo ya que Nadshet y otros tritones les gustaba pasar con la parte superior sin nada, sino mas bien el hecho de que era su pareja y como que le daba otro significado tener a alguien así delante suya. Parecía una cría recién nacida que ni puede ver a nadie desnudo ya que implicarían cosas como "perversidad" y toda esas cosas, pero no tan exagerado ya que luego de un tiempo lograba volver a conectar la mirada al sentir como este descubría su frente viendo aquella nueva cicatriz que había obtenido gracias a un golpe. - Es que se me hacen… bonitas. - comentó para luego mirar con unos ojos entristecidos al contrario como si tratara de dar algo de penita aunque el mismo aceptaba que eran "encantadores" en ella.
Sus manos curiosas además de sus ojos, decidieron apoyarse en la herida del hombro mientras recibía su mejilla el calor de la mano del muchacho. - A mí me gusta la tuya… y el significado que le diste luego de… bueno la pelea. - comentó mirándolo para luego dar un pequeño beso esquimal y alejarse lentamente de él mientras le miraba con una sonrisa encantadora. Aquella mano que había decidido apoyarse con suma gentileza en la cicatriz "enorme" del contrario, tomo valentía para arrastrarse cual serpientes por el brazo y luego llegar a la mano para acariciar el dorso de la misma con su pulgar. - Te extrañe mucho… - murmuró como si aquel comentario estaría de más pero era la realidad, el tiempo que no estaban juntos se le hacía insoportable casi una tortura que no podía escapar por sus recorridos por su territorio como por sus ideas de viajar nuevamente a las profundidades.
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Oct 22, 2017 3:25:10 GMT
Habían pasado demasiados días desde la ultima vez que había visto a su amada Skye, días que realmente se le hacían largos, tediosos, al no tener al menos un abrazo, un beso de la persona que tanto amaba, pero ahora ella se encontraba ahí, frente a él, visitándolo de la manera más repentina posible a esas horas de la noche donde realmente no se esperaba que alguien fuera a visitarlo, ¿Cuando había sido la ultima vez que lo habían visitado por la noche? Hace meses, justo un tiempo después de aquella bestial batalla contra la contraria en las Tierras heladas, donde su Primo Mikhail, acompañado de Xayah, lo habían visitado para verificar el estado del Draconio, pues se habían enterado de aquel estado deplorable en el que había quedado posteriormente a lo sucedido. Se sentía realmente feliz de escucharla decir aquellas palabras, ya que él también tenia demasiadas ganas de verla, y que ella fuera quien tomara aquella iniciativa de cierta manera le daba algo de vergüenza, pero no le molestaba para nada, pues si eso lograba que pudiera estar en su presencia, podía visitarlo las veces que quisiera.- Ya veo... También tenia ganas de verte.- Respondió con una suave sonrisa mientras notaba de una manera curiosa lo avergonzada que se encontraba ella, ¿Sera por estar en su casa? No creía que fuera eso, pero en ese momento no se le ocurría que podía ser. Siempre le habían parecido tiernos los gustos que tenia su pareja, sobretodo el hecho de que le gusta tener cicatrices, pero al Draconio realmente le parecía algo que iba con ella, que le daba un aire único que él realmente amaba.- Y en ti lo son.- Respondió a su comentario mientras la caricia en la mejilla de la contraria se mantenía durante unos segundos más.
Desvió despacio su mirada en el momento que las curiosas manos de la Dragona se apoyaron en aquella notoria cicatriz que Khorial portaba en su hombro desde su exilio de su Clan, y luego aquella intensificación en la batalla contra la ajena, aunque era verdad que el significado había cambiado en gran medida, ya no era una razón para sentirse que era basura, que no merecía ser un Dragón, ahora... Significaba un nuevo comienzo, que gracias a la persona que se encontraba frente a él... Él se encontraba con vida, y más feliz que nunca al ser su pareja.- Supongo que también es... ¿Encantadora?.- Comento con una suave risa correspondiendo a aquel gesto tierno del beso esquimal, solía usarlo mucho con ella, podía considerarse un gesto vago para quienes lo observaran, pero para ellos era mucho más que eso, pues cada uno iba con gran cariño y aprecio. La mano de su amada ahora había hecho un recorrido hasta la mano propia, sintiendo aquella suave caricia, aquellas palabras, palabras que significaban tanto para él, que lo llenaban de una felicidad realmente indescriptible. El Draconio se acerco un poco más, entrelazando sus dedos con los de la contraria mientras juntaba suavemente sus frentes.- Yo también te extrañe mucho.- Confeso con una sonrisa suave en su rostro, besando de una manera delicada y a la vez cariñosa aquellos labios de los que jamas podría cansarse. Separo de manera lenta sus frentes pero aun sin soltar su mano para girar un poco la cabeza a aquella puerta que conectaba su hogar de la Herreria.- Ven, no creo que debamos quedarnos aquí.- Comento con una suave risa mientras la guiaba de manera lenta hasta aquella puerta.- No creo que estar solo con delantal sea lo mejor haha.- Comento mientras abría la puerta que daba a aquella parte más pintoresca del lugar.- Y bueno... Bienvenida a mi hogar, no es la gran cosa pero... Es acogedor... Creo.- Dijo encogiéndose de hombros y entrando a aquella parte finalmente.
El lugar podía considerarse espacioso, habían dos sofás rústicos, un comedor con 4 sillas, y dos pequeños pasillos que conectaban a la cocina y al cuarto de Khorial. El Draconio soltó suavemente la mano de Skye para mirarla con una suave sonrisa.- Creo que iré a cambiarme... O mejor dicho a ponerme más ropa... Tu me entiendes.- Comento dejando que ella escogiera donde sentarse, caminando de manera lenta hasta donde su cuarto se encontraba. Allí se encontraban tanto el cuadro de su maestro, como aquella flor de hielo que Skye le había regalado para el Festival del Cortejo, la cual siempre observaba cuando quería pensar en ella, incluso, aveces pensando en que quizá, él no la merecía, no era digno de ella... Pero ella ya le había dicho que no era así, y solo le quedaba confiar en su palabra y mantenerse a su lado el tiempo que el destino le permitiera. Se saco aquel delantal que tenia puesto con cierto cuidado, para dejarlo sobre su cama, aveces preguntándose porque aquella cama era tan grande, si, era de Cain pero, el no era un anciano que realmente ocupara mucho espacio, y aun así la cama era perfectamente para dos personas, ¿Que sentido tenia? Bueno, no podía cuestionar a esa persona realmente, porque ademas de los grandes conocimientos, también tenia gustos un tanto extraños, pero que se le iba a hacer. Busco en aquel lugar donde guardaba su ropa, su clásica camisa, corbata y abrigo sin mangas, poniéndose estos de una manera tranquila y sin prisa realmente, aunque se le hacia un tanto extraño que... ¿Como Skye sabia donde vivía? Realmente nunca le había dicho, ¿Preguntado quizá? Era probable, pero la manera no importaba, le aliviaba que no se hubiera perdido en el camino, y que estuviera a salvo. Una vez termino de vestirse, salio de su cuarto para volver a donde Skye se encontraba.- Así esta mejor.- Dijo mientras acomodaba un poco el cuello de la camisa.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Oct 22, 2017 4:20:51 GMT
Lo había extrañado tanto que sus palabras habían salido sin más, como si aquel deseo de decirlo se plasmara y arrancara las cuerdas vocales para usarlo cual flauta logrando que cada sonido, cada palabra saliera. Habían sido días largos sin verle, realmente haberle pedido a Blyer ayuda para encontrarlo y poder visitarle fue lo mejor, no podía dejar de sonreír, la emoción se notaba mirase por donde se mirase. Aquella dragona al verle, tener pequeños roces lograban que su corazón se enterneciera logrando que el océano hostil, impaciente por nuevos barcos zarparan en búsqueda de tesoros o lugares nuevos por descubrir, cambiaran a uno pacifico y mostrara lo domable que era en aquellas condiciones. La calma reinaba en el cuerpo y totalidad de la misma logrando que dejara escapar un nuevo suspiro dejando que sus hombros decayeran mientras sus dedos se entrelazaban con los contrarios. El oír su voz, su extraña fragancia, el calor… su ser por completo estaba sumergido en la suavidad de los cuerpos de las medusas… o así se sentía.
Recibió con totalidad aquellos labios, aquella calidez que trasmitían aquel par que por ella podría estar así hasta cansarse, cosa que no veía acechar aun. Lentamente, tanto sus labios y frentes habían tomado la fuerza para alejarse aunque en cambio de sus manos, estas seguían aferradas cosa que provocaba dicha en el corazón palpitante de la mujer de largos cabellos. Fue guiada, como si de ciega se tratase pero prefería que sea así, ya que desconocía del todo el lugar, no sabía cómo había conseguido no perderse en la Ciudadela ya de por sí era grande y muchas veces la gente aun transcurría por los lugares, pero debió ser la suerte de haber decidido ir a hacer su visita sorpresa a una hora nocturna, donde nadie se atreve a salir tanto por los monstruos de ceniza como… bueno era de noche y usualmente no es una hora donde la gente confié mucho salir. Su cuerpo lentamente pasaba por un portal donde el calor era menor y podía lucirse el lugar completamente ordenado y de ciertamente acogedor como mencionaba su pareja.
- Pues… es acogedor~ - mencionó alegremente mientras paseaba por cuenta propia mientras veía todo aquello con muchas ansias. Era la primera vez que entraba a un sitio como tal, normalmente su vivienda era muy distinta pues todo era de piedras, cráneos y una red enorme como cama. Sea lo que sea, parecía muy acogedor su hogar más que el propio logrando casi sentirse un poco mal aunque feliz de que Khorial no pudiera visitarlo… extrañamente se sentía confundida. Miró hacia un costado notando como el contrario se iba a supuestamente a su cuarto o a otra sala donde se cambiaría. Ladeo suavemente la cabeza, aun no comprendía del todo porque no podía estar todo en el mismo sitió, era más fácil encontrar las cosas como alcanzarlas de manera más rápida. De cualquier forma no tardó en tirarse a lo largo del gran sofá, su cuerpo fue recibido de gran forma, casi sentía la suavidad de los almohadones. Su cuerpo lentamente gozaba de aquello como nunca dejando escapar un gustoso gemir ante la emoción y la sensación. - Que suavecito~ - murmuró como si tratara de ocultar su forma infantil ya que no pegaba muy bien que digamos que una mujer de tantos años se comporte cual niña, pero debía ser perdonada la mujer por aquello ya que era casi primeriza en los temas de visitar casas terrestres.
Esperó al mismo mientras aun se disponía a quedar casi inmóvil del lugar, eso si le molestaba en cierta forma que no haya una "ventilación" como su red, ya que las almohadas comenzaban a capar el calor que generaba su cuerpo para retenerlo en su interior. Sus extremidades inferiores se movían, uno hacia arriba y el otro hacia abajo para luego hacer lo mismo de manera inversa. Las flexiones de las rodillas iban mejorando cada vez más logrando así adaptarse mejor al andar y poder si quisiera correr, aun no lo había probado pero temía que podría caer a los segundos que elevara una pierna lo suficiente para que cayera a simple y llanamente hacia el suelo. Por hacer aquellas pequeñeces la falda se había corrido sintiendo el frescor que se colaba logrando que una sonrisa boba se dibujara en el rostro de la peliverde mientras aun mantenía sus piernas concentradas en moverse. Cuando escucho los pasos del ajeno acercarse, no detuvo sus movimientos, simplemente se volteo viendo que traía la típica ropa de siempre. No tardó en acomodarse para levantarse e ir hacia él extendiendo sus brazos.
Los dedos conocidos por ella como criaturas inquietas, tomaron la tela de la camisa doblándola un poco para acomodar el cuello del mismo. Dejándolo mejor además de ayudar a su pareja ya que no había forma de verse a sí mismo para que quedara de forma coherente. - Mejor.- mencionó con un tono de victoria por aquello mientras le sonreía. Realmente amaba el tiempo que pasaban ambos y como algunos gestos lograban que Skye se llenara de un orgullo desconocido por hacer esas pequeñeces con él. Una vez finalizado aquello, no decidió separarse más bien quedarse cerca para mirarlo, aquellos ojos tan profundos para luego tomar su mentón y acariciar una cicatriz que traía y no había comentado, pero no quería ni hablar de ella. Sus ojos se posaron más bien en la profundidad de la pupila oscura de Khorial, aquel azul claro cual estanque iba cambiando a uno más oscuro, no pudo detenerse. Los brillantes iris casi una copia del Sol, fueron cubiertos por los parpados para acercar su rostro y volverle a besar, a pesar que fue breve quería volver a hacerlo. - Perdón~ es que no pude con mi genio… - comentó casi como una escusa para besarlo y reírse de aquello cual niña que había hecho alguna travesura.
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Oct 23, 2017 2:01:43 GMT
El haber logrado verla en aquella posición que se podía considerar infantil en su sofá, le había dado una sensación de ternura pura, causando que la mirara con unos ojos que reflejaban aquel pensamiento, como si tan solo esos ojos de iris amarillo al conectarse con los propios de iris azul, pudieran expresar más que todo un discurso en el que se ha trabajo por días, incluso semanas, en tan solo segundos, segundos que al lado de la Dragona, para Khorial, eran muy preciados, al punto de que cada momento tenia un lugar en su corazón. Por su mente pasaban ciertos pensamientos como ''¿De quien habrá sacado aquella actitud?'', Por lo general, Skye siempre se había mostrado como alguien sabia, que puede ponerse seria cuando un tema lo requiere y que doblegarla pareciera algo imposible incluso para la presencia más imponente que pudiera existir, pero habían casos en los que, simplemente podía parecer una pequeña niña curiosa en busca de algún juego o alguna travesura que realizar, tratando de ocultarse en la inocencia de la infancia y simplemente dejarse llevar, aunque a Khorial realmente no le molestaba, le gustaba mimar a su pareja cuando ocurrían aquellas cosas y solía disfrutar mucho de aquellos momentos donde podían volverse así de infantiles juntos, eran momentos que ni siquiera el metal más caro del mundo podrían comprar o reemplazar, eran una especie de tesoro invisible para todos los demás, pero el Draconio sabia donde encontrarlo, marcando aquella X en su mapa mental hasta donde esos recuerdos se ocultaban.
Se mantuvo durante varios momentos mirándola hasta que la misma ajena había decidido salir de su posición de confort para acercarse de una manera lenta al Draconio, notando como aquellos brazos con cicatrices se estiraban hasta llevar las delicadas manos de la Dragona a tomar el cuello de la camisa propia, comenzando a dar aquellos arreglos a esta, mientras Khorial solo pudo mirar de manera detalla como los dedos curiosos de la contraria creaban aquellos dobles en la tela, con cierta delicadeza y cuidado, para dejarla mejor ordenada.- Gracias.- Respondió a aquel amable gesto por parte de su amada. Disfrutaba mucho de aquellos simples momentos, cada gesto, cada palabra de cariño y cada simple mirada era algo que amaba, no podía describir con palabras lo enamorado que se sentía de la Dragona, solo sabia que quería que durara para siempre si era posible, o al menos, si no era así, poder aprovechar cada momento con ella. Dejo escapar una suave risa ante la caricia en su mentón, aquella cicatriz causada por cierta torpeza al momento de ordenar la bodega de armas, donde aquella filosa arma famosa por ser usada para asesinatos rápidos y sigilosos, causo aquel corte en su mentón al caer. Sus parpados se dejaron caer para ocultar el iris azulado de Khorial, para corresponder a aquel tierno y breve beso que la contraria había decidido otorgarle, a lo que solo pudo soltar una suave risa, llevando sus manos a escabullirse por debajo de los brazos de la mujer, rodeando su cintura mientras de una manera suave se apegaba a ella en un abrazo cariñoso, mirándola.- Sabes que me gusta besarte...- Confeso ante aquella palabras mientras sus ojos volvían a conectarse con los de ella, como si quisiera transmitirle todos los sentimientos del momento en tan solo segundos.- Y no solo eso... Abrazarte... Mimarte, te amo mucho, Skye.- Confeso llevando su mano a acariciar su mejilla, dejando que aquel abrazo continuara durante varios momentos antes de separarse lentamente.
Iré a preparar algo de Té... ¿Te parece?.- Comento con amabilidad en sus palabras mientras llevaba su mano a la cabeza de la chica, dejando que sus dedos se mezclaran un poco con los cabellos verdes que tanto le gustaba admirar, moviendo la mano hacia un lado, luego al otro, de una manera repetitiva y a la vez suave, en una caricia breve y cariñosa.- No me tardo, ¿Si?.- Comento antes de alejarse y caminar lentamente hasta lo que era su cocina. Su mirada busco de manera detalla aquella pequeña olla en la que solía preparar el Té de hierbas que Silver le había recomendado tiempo atrás, solía beberlo seguido pues era un Té bastante delicioso, ademas de relajar bastante el cuerpo luego de un largo día de trabajo. Al momento de encontrarla, la tomo con cuidado mientras la llenaba con agua, dejando escuchar un poco el sonido del liquido llenando el objeto metálico, y al momento en que esta estuvo llena, la llevo con cuidado a dejarla sobre el fogón, encendiéndolo cuidadosamente, para que el calor comenzara a hacerse presente y el agua empezara a hervirse. Se agacho a aquel mueble de cocina que acompañaba a una distancia prudente al fogón, sacando de este una pequeña bolsa que contenía las extravagantes Hierbas de Té, levantándose y dejando caer estas sobre el agua que empezaba a dejar escapar aquel vapor que hacia notar la temperatura a la que se encontraba. Las hierbas comenzaron a hacer efecto en el liquido, causando que este comenzara a oscurecerse, dejando escapar un aroma delicioso, que incluso se filtraba hasta el lugar donde Skye se encontraba, tan solo esperaba que ella pudiera disfrutar del Té tanto como él.
Una vez aquel liquido saborizado estuvo en su punto, Khorial apago el fogón con cierto cuidado de no quemarse como varias veces le había pasado, buscando dos tazas en las que poder verter el Té, preparando todo, de cierta manera orgullosa, tomando con cuidado aquellos platos pequeños en los que las tazas dejaban estar su peso, y saliendo de la cocina con una sonrisa en su rostro.- Ya esta.- Aviso a su amada mientras se acercaba a dejar las tazas de Té sobre la mesa de centro que se encontraba frente a los sofás, más cercana al de dos personas que al solitario a un lado de este.- Espero que te guste, a mi me encanta... Oh, y cuidado, esta caliente.- Explico mientras se sentaba en el sofá doble, llevando su mano a tomar con delicadeza el aro que se dejaba ver a un lado de la taza, levantándola y llevándola frente a su rostro, acumulando un poco de aire para dejarlo escapar y poder enfriar lentamente el liquido en el interior de aquel diminuto contenedor, repitiendo este proceso unas cuantas veces de manera continua, antes de posar sus labios sobre la loza y dar un suave sorbo de aquel Té, dejando escapar un suave suspiro de alivio.- Ah~... De verdad me gusta este Té.- Comento con cierta satisfacción en sus palabras, alegre de poder compartir aquello con su pareja.- Por curiosidad... ¿Como diste con mi herreria?.- Pregunto de manera curiosa mientras sus ojos se posaban en la ajena, suponía que preguntar no le haría daño a nadie.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Oct 23, 2017 4:25:26 GMT
Solía hacer lo mismo las veces que se veía con Khorial. Mostrar otro rostro, aquel otro lado de la moneda. Aquella actitud que salía del todo de su personalidad, fría, sabia y algunas veces seria. Era una personalidad que, a pesar que eran pocas, muchas veces se exponía con sutileza, con miedo y por ello, precaución ante a quien se desnudaba; que ojos disfrutarían de aquella exposición tan sublime de rastrear cada trozo de su ser, casi sintiendo como la bola de cristal donde estaba resguardada, se iba quebrando de manera progresiva. Sabía perfectamente que a su pareja no le molestaba en absoluto, parecía todo lo contrario, disfrutar hasta el punto de unirse al pequeño jugueteo infantil. Aun su mano disfrutaba de la barbilla del ajeno, pasando su pulgar de un lado hacia al otro tanteando algunas partes muchas veces dejando que cayera en la herida nueva que traía. Lentamente fue decayendo hasta decidir apoyarse suavemente en el hombro contrario al igual que la otra mano que no tenía a otro lugar a donde ir.
Su cuerpo se mantenía relajado, la tranquilidad que le cedía el mismo cuerpo del ajeno, los brazos contrarios que rodearon su cintura y con ello la apegaba más a él. Le agradaba que fuera así. Se mostraba como un muchacho impaciente, uno que sus manos no pueden concentrarse en una sola tarea, requerían mantenerse ocupadas y bien que lo hacía notar con su trabajo. Podía ser algo irrespetuoso con su salud casi olvidándola pero lograba concederle algunos descansos y nutrientes a su sistema para continuar con dicha actividad. Ante aquellas palabras sintió como un calor nuevo se depositaba en las mejillas, se sentía algo avergonzada de escuchar aquello ya que también opinaba igual al respecto. Al sentir como la mano del contrario subía hacia su mejilla, una curvatura en sus labios se dejo ver con facilidad, como si no tuviera miedo de demostrar lo feliz y orgullosa de escuchar aquello. - Yo también te amo mucho, Khori.- mencionó mientras cerraba sus ojos disfrutando de la caricia y como automático sus dedos acariciaron los hombros para luego detenerse mientras tomaban cierta distancia y volvía a abrirlos para escuchar la pregunta y asentir.
- Perfecto. - exclamó con dulzura mientras recibía nuevamente caricias pero ahora en su cabello, rió de manera suave, ciertamente la mimaba bastante el ajeno con respecto al cariño que le demostraba con aquellos gestos. Dejó escapar un pequeño y leve "está bien ~ está bien~ " para luego verlo alejarse y dejándola sola en la sala. Sus pies no tardaron en volver al sofá dejando que su cuerpo se hundiera un poco. Había sido el suficiente tiempo ahí que sus ojos se cerraron disfrutando de la suavidad al igual que el olor que vagaba por el hogar del ajeno con suma tranquilidad. Sus parpados habían caído y decidió inhalar con profundidad para luego retirarlo por su boca casi de igual forma. Se escuchaba de fondo el suave verter del agua en algún objeto metálico el cual, por el sonido fino y cuanto duro el sonido del agua siendo introducida, dedujo que era un tamaño pequeño. Luego, hubo un largo silencio que provocó que casi la dragona se durmiera en el sofá, cabeceó logrando despertar de su breve siesta para notar que justo en aquel momento se acercaba Khorial con unas tasas en sus manos para dejarlas sobre la mesa delante suya.
Con mucha delicadeza se incorporó lo suficiente para estirar sus brazos haciendo que estos se descubrieran de su manto para tomar el asa de la misma y lentamente levantarla acercándola a su rostro. Podían sus fosas nasales comprobar la fragancia que traía dicha bebida además del suave vapor que presentaba la superficie oscura del té. Comprobaba de aquella forma que realmente estaba caliente, así que no tardo en hacer una breve imitación de su pareja, soplando un poco viendo como el viento removía el humo pero esta volvía a aparecer o como la figura de las ondas en el agua colorada se creaban por la fuerza del soplido. Una vez hecho este proceso varias veces, algo después de que Khorial elevara un poco su taza logrando que el liquido ingresara por su boca, ambas manos no tardaron en hacer volcar la taza cerca de sus labios logrando así que estos se separasen un poco más para hacer que dicha bebida ingresara de sorbos breves ya que estaba algo caliente. Tragaba de manera pausada casi tratando de que sus glándulas gustativas disfrutaran del sabor que le proporcionaba el té. - Ah~ amo el aroma… - comentó mientras se relamía los labios con cierta delicadeza.
Cuando el muchacho de cabellos azabache formuló aquella pregunta, Skye se disponía a volver a repetir todo el proceso para volver a ingerir el liquido saboreando su sabor tan extraño para ella pero tan delicioso. - Pues… - murmuró mientras hacía que la taza volviera al pequeño plato con delicadeza.- Estuve hablando con Blyer… y en realidad… venía aquí por otra cosa… - explicó mientras se daba un poco la vuelta para mirarlo, hacer que sus ojos se conectaran y que a través de estos se transmitieran los pensamientos pero no funcionaba así. Dejo escapar un suspiro mientras, a la vez, cerraba los ojos para luego mirarlo de manera decisiva. - Quiero trabajar contigo… bueno… digo… ehm… - hizo un pequeño amague, como si deseara irse hacia atrás. Sus ojos algo atontados miraron para todos lados, buscando una escusa para no verle por su pequeño error ya que iba a ser un soquete estando tan cerca del calor mismo.- Me refiero a que quiero ayudarte… Quiero que estés bien, más descansado… quiero verte mejor, eso es todo. Y sabiendo que trabajas solo… - casi aquellas palabras eran silenciosas, iba su tono de voz suavizándose casi que se perdía con el aroma del té que se expandía en la sala. ¿Por qué temerle? ¿Qué había de malo preguntarle algo cómo aquello? Ni ella misma sabía la razón de porque se había puesto tan nerviosa
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Oct 23, 2017 17:22:49 GMT
Sus papilas gustativas se deleitaron con el exquisito sabor de aquel Té de hierbas que tanto disfrutaba diariamente, ya se había vuelto una costumbre el siempre beber una taza de aquel liquido saborizado aunque fuera una vez al día, y también le alegraba en gran medida que su amada estuviera disfrutándolo de la misma manera que él lo hacia, en realidad, el poder compartir sus gustos y costumbres con su pareja era una sensación que lo llenaba de una felicidad que antes no había sentido jamas.- Me alegra que te guste.- Comento mientras le ofrecía una suave sonrisa a la contraria. Sus ojos de alguna manera no podían evitar dirigirse hasta la mujer a su lado, tan solo porque le encantaba observarla, el tenerla cerca de daba una paz y una alegría increíble, aunque sabia que quizá la mimaba en exceso, sentía que aquello a la ajena no le molestaba para nada, pues de cierta manera, ella hacia lo mismo con él cuando se veían, jamas creyó que algún día se comportaría así con alguien, que seria capaz de demostrar ese nivel de cariño, y ahora, se le hacia algo de lo más normal estando con su pareja, como si fuera algo de toda la vida, como una rutina que se seguía día a día sin cambiar nada, que nacía y moría tan solo para repetir el proceso una y otra vez, hasta el fin de los tiempos. Ladeo unos pocos centímetros la cabeza mientras se quedaba observándola en cuanto las palabras de la mujer se hicieron escuchar, mientras la curiosidad se hacia más presente en el Draconio.- ¿Por otra cosa...?.- Pregunto en voz baja mientras pensaba un poco... Tratando de imaginarse que cosas le habria dicho Blyer a Skye.
Sus miradas se mantuvieron fijas durante unos momentos, pudiendo notar ciertos sentimientos en la mirada contraria, como si quisiera decirle algo a través del pensamiento, algo importante, pero esas palabras no lograban llegar de aquella manera. Sus ojos se abrieron un poco más, mostrando aquella sorpresa en su mirada al igual que el hecho de quedarse sin poder decir una palabra ante la petición y más bien decisión de Skye.- ¿Trabajar... Conmigo...?.- Repitió en voz baja mientras aquella mirada de sorpresa se mantenía, aunque también iba acompañada de un pequeño gesto de duda, más este gesto se relajo en el momento que la contraria explicaba la razón de aquello, con una voz que se debilitaba de una manera nerviosa, como si comenzara a existir algún miedo en el interior de la mente y el corazón de la mujer de cabellos verdes, ¿Quizá a que el Draconio se molestara por eso? Era quizá la razón más clara, pero en vez de eso, el Draconio dejo escapar una suave risa, mientras se disponía a dejar el plato con la taza sobre este, encima de aquella mesa de centro frente al sofá.- Ya veo... Te arriesgaste a venir de noche... ¿Solo por eso...?.- Comento con una suave sonrisa mientras la miraba a los ojos, no de una manera amenazante, de rechazo, si no con unos ojos comprensivos, que mostraban nuevamente ese cariño que sentía por la contraria.- Eso... Me trae recuerdos... Habían veces en las que el viejo se sobre esforzaba demasiado, trabajando solo, de noche, sin comer...- Explico mientras agachaba un poco la mirada, recordando a su maestro y aquellos hábitos que compartían en el pasado, donde Khorial también se había ofrecido a ayudarlo, más había sido rechazado solo para que el cuerpo del Joven Dragón no se demacrara.
-Se que te preocupas por mi... Por mi salud, por mi bienestar, y se que si rechazara tu ayuda tan solo haría que te preocuparas mucho más, amor...- comento en voz baja mientras sus miradas volvían a conectarse, realmente no quería agobiar a Skye con todo lo que la herreria conllevaba, pero, también sabia que si rechazara aquella mano que la contraria le estaba ofreciendo, después de el esfuerzo de haber ido a su herreria, de noche, arriesgándose a todos aquellos peligros en aumento de los distintos lugares desde el mar hasta la Ciudadela, ella se sentía mal, y eso era lo que menos quería.- ... Esta bien, puedes ayudarme, Skye, pero no te sobre esfuerces, ¿Si?.- Respondió mientras le dedicaba una suave sonrisa a la contraria mientras llevaba su mano al asa de la taza, para retomar con aquella bebida caliente que aun los deleitaba con su aroma que se esparcía por el alrededor.- Te prometí que no volvería a preocuparte... Y cumpliré esa promesa, en nombre de todo lo que siento por ti.- Confeso mientras se acercaba un poco más a ella, para besar suavemente su mejilla, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo tan solo por tener a una chica como Skye a su lado, como si fuera algún aventurero que después de años de búsqueda, estando al borde de la rendición total, se encontrara con el tesoro más brillante y valioso del mundo justo frente a sus ojos, teniéndolo en su totalidad para él.
Continuo bebiendo su té de manera pausada, disfrutando de aquel ambiente tranquilo y curiosamente alegre que había a su alrededor, para luego percatarse de algo, mirando nuevamente a Skye con cierta duda.- Aunque... Por seguridad... No creo que deba permitirte trabajar con esa ropa...- Comento con cierta duda mientras miraba con cierto detalle de pie a cabeza la vestimenta de la mujer a su lado.- Mucho menos descalza...- Agrego apuntando con su indice a los pies ajenos, pero tampoco podía llevarla a comprar ropa de trabajo al mercado a esas horas de la noche, ¿Quizá podrían esperar al día siguiente? Podía prestarle su cama y él dormir en el sofá y al día siguiente salir al mercado en busca de algo que pudiera quedarle a la contraria, O...- Quizá...- Murmuro llevando su mano a su barbilla mientras la otra se dedicaba a dejar la taza sobre el plato que se encontraba en la mesa.- ... Podría prestarte algo de mi ropa... Aunque no se si te quedaría.- Comento con algo de duda mientras la miraba y a la par llevaba sus brazos a cruzarse frente al pecho propio, ¿Eso estaría bien? Dudaba un poco, aunque también sentía curiosidad... Una grande, por ver como se vería Skye con su ropa, y cierta imagen en su mente causo un muy breve sonrojo en su rostro el cual quito agitando un poco la cabeza, y se levantara despacio del sillón.- ¿Quieres intentarlo? Digo, medimos lo mismo, creo que no te quedaría mal...- Murmuro mientras rascaba la mejilla propia con su dedo indice, y miraba a la contraria en espera de aquella respuesta, tenia bastante ropa limpiar, aunque curiosamente la variedad de esta no era mucha, pues el estilo que siempre vestía podría decirse que era su favorito, y cambiarlo lo haría sentirse raro, no como aquel cambio de peinado, que de cierta manera le había agradado más de lo que había creído, siendo esa la razón de mantenerlo aun después de tanto tiempo después del festival del cortejo.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Oct 30, 2017 2:31:18 GMT
Cuando había logrado obtener el valor para expresar aquellas palabras, aquellos deseos de tratar de aliviarle la carga que llevaba Khorial en su espalda, sus hombros decayeron como si ella misma también al mencionarlo todo peso desaparecía de su cuerpo. Como era de costumbre, sus dedos no podían estar tranquilos, había algo en sus falanges que se lo impedían, como un ave enjaulada la cual no podría volar libremente por el ocaso. Apretó un poco los labios tratando de acallar las múltiples voces que trataban de hacerla cambiar de idea, pero no iba a dar un paso hacia atrás, estaba decidida a que tendría que estar más con su pareja tanto para apoyarlo estando cerca suyo como darle aquella cierta atención que se cortaba cuando la peliverde decidía hacer sus pequeñas "expediciones" hacia la profundidad como ver los alrededores y que no haya algo que le provocara una inquietud.
La cabeza hizo una pequeña seña, como si la bajara para luego elevarla con aquel temple seguro y serio de sus decisiones, mientras admiraba cada palabra que decía el contrario, aquella pequeña relación que había hecho de Cain (ya que era la única persona o nombre que conocía como tal por sucesos anteriores, como la espada o simplemente por las palabras del minotauro) con él mismo. Había decido callarse, ser simplemente un muñeco el cuál iba a escuchar todas las cosas que el ajeno quisiera acotar sobre su decisión y luego comentar sobre aquello o simplemente hacer que sus comisuras demostraran la emoción del momento. Sonrió para luego ser acompañada de una voz suave, casi como si las palabras que se arrastraban por su garganta estuvieran débiles de continuar luchando con aquel nerviosismo pero no era así… ya no más, ya que no dudaba, se podía percibir que su tono de voz iba mejorando como si las palabras ahora tomaran mas color y fuerzas para salir. - Pues… arriesgarse por otros ya es un signo de protección y amor por el otro. Y estas completamente en lo cierto, me preocuparía muchísimo mas saber que me rechazarías aquel deseo… - comentó mientras su mirada se suavizaba casi se podía notar que la tranquilidad reinaba nuevamente en su cuerpo para despojarse de los miedos irracionales. Aun no había respuestas aun no había razones para alegrarse y mantener las olas de su interior tranquilas por completo; no eran domadas por nadie, ni por la misma dueña quien no había tardado en llevar su mano al pecho casi aprisionando sus sentimientos, aguantando aquella respuesta, solo Khorial iba a provocar que de aquella hostilidad e inquietud naciera una ameno y jovial.
Las pupilas se dilataban, se visualizaba aquel brillo de alegría mientras la mano se despojaba del pecho cubierto por el manto azul cual cielo nocturno como los océanos para extenderse mientras lo abrazaba cual niña emocionada por algún regalo o por una sorpresa la cual conllevaba una felicidad eterna y maravillosa. No podía ocultarlo mas tiempo simplemente cuando había dejado la taza en el lugar el contrario había tomado esa acción. Frotó gentilmente su mejilla contra la de su pareja para luego alejarse con una sonrisa implantada en el rostro. Si que la dragona se encontraba feliz y no podía demostrarlo de otra forma que aquella. Cuando recibió aquel beso luego de sus palabras simplemente la emoción también sobresaltaba de sus cuerdas vocales como si cada función de la misma jugara con una soga y la hicieran girar para que saltaran los sonidos. - Lo juro; mi deber como tu pareja y tu nueva ayudante será que ni tu ni yo nos sobre esforcemos. - Ahora que su cuerpo disponía de un gozo de tranquilidad, sus manos no se vieron dificultadas en acercarse al asa de la taza para elevarlo y volver a dar pequeños sorbos del té que disfrutaba. Tenía un sabor en particular que lograba dar ciertamente una calma sin igual además de tener un deje de un sabor dulce además de su aroma que tenía este mismo carácter, se le hacía sin lugar a duda una bebida completamente exquisita y muy de las pocas que había tomado. Ella misma reconoce que su cuerpo solamente tiene ingreso fácil a las corrientes saladas o dulces que aporta el mismo océano, pero comenzaban sus papilas gustativas a cuestionarse un poco además de comenzar a pensar sobre la diferencia de las aguas dulces con el té. Algo la saco de la hipnotizante aroma además de las pequeñas ondas que se formaban en la superficie oscura. La voz de Khorial provocó que bajara la taza para verle con cierta curiosidad a lo que mencionaba, ciertamente tenía razón y algo de vergüenza apareció en sus mejillas y como trataba de ocultar los pies heridos debajo de su tela amarronada sintiéndose apenada de andar vestida así, aunque era su estilo y únicamente su ropa. - …Disculpa… - murmuró como si el reproche le hubiera herido en el alma haber caído en la herrería en aquella vestimenta, aunque… Era de noche, y no creo que vaya a ser visitado y menos aun… trabajando… aunque bueno fue atendida mientras lo estaba haciendo.
Cuando sus oidos habian captado aquellas palabras se quedo atonica, casi que no comprendía el lenguaje que expresaba el draconiano. Los pómulos, aquellos que se mantenían aun rosados por las palabras anteriores, empeoraron y cambiaron a un rojo mas vivo al escuchar sobre que le prestaría la ropa. Dejó escapar un suspiro como si tratara de aliviarse y despojarse de toda sensación extraña fuera de sí misma. Ante la diminuta acción de retirar todo el oxigeno equiparado en sus pulmones, las mejillas comenzaban a volver a su tono natural para pensar un poco para luego levantarse sacudiendo un poco la falda.- Creo que servira para probar… Voy.. a cambiarme. - dio a conocer mientras se dirigía hacia la habitación, aunque sus pies dudaron un tiempo en cómo moverse o si estaban en el lugar correcto para luego entrar a dicho cuarto. Cuando su cuerpo paso por el portal, simplemente cerró la puerta para caminar un poco mas adentrándose notando una cama bastante grande, comenzó a desabrochar dicho botón dorado para despojarse del manto azul para quedar en una especie de sujetador. Una tela bastante larga que caía del cuello hasta sus pechos para atarlos con una soga alrededor para evitar que algo se mostrara.
Comenzó a lentamente hacer este pequeño proceso de retirarse todo quedando desnuda, viendo cada herida que ocultaba todo pedazo de tela que traía, no pudo evitar sonreír mientras acariciaba algunas cicatrices con cierta profundidad para reír y proseguir con el pequeño trayecto. Sus manos habilidosas y curiosas como tal comenzaron a buscar donde sería el lugar donde el ajeno guardaba su ropa para tomar unas prendas e intentar vestirlas. No hubo mucho problema con la camisa, la espalda ancha de Khorial servía para ayudar a que su busto estuviera a salvo pero eso no impedía que tuviera que desabrochar algunos botones por el hecho que son masas algo difíciles de apresar. Mientras intentaba ponerse el pantalón, cosa que decidió dejarlo de lado ya que sus muslos no eran los mismos que los de Khorial, había logrado observar un pequeño destello en la noche al igual que un cuadro que tenía a una figura retratada, podía suponerse por la sabiduría que transmitía el retrato debía ser aquel anciano llamado Cain. Sus ojos trazaron un recorrido hasta bajar y notar una pequeña mesita la cual en esta se encontraba aquella flor tan preciosa que le había entregado. Sus dedos decidieron tomar la tela amarronada con el cinturón para amarrársela a su alrededor mientras caminaba hacia el lugar para sonreír al ver mejor dicha flor en un estado perfecto y delicado, no tardo en dejar escapar su aliento para hacer que se enfriara mas y así conseguir que durara mas tiempo en ese estado.
Sacudió la cabeza varias veces para salir del trance para luego correr hacia la ropa y ponerse el chaleco ya que no tenía nada más que una camisa y se sentía ciertamente avergonzada de cómo estaba saliendo. Una vez que tenía todo simplemente salió con una franja notoria en las mejillas para mirar a su pareja mientras sus pies tomaban el impulso de acercarse hasta él con dichas pintas. - Y… ¿Qué te parece?... Aunque eso si... esta algo apretado en.. bueno el busto- preguntó algo nerviosa para un momento a otro desviar la mirada… se podía ver la cadena con el collar mas… ¿Dónde estaba dicha piedra morada?
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Oct 31, 2017 0:08:40 GMT
Aun aquel pequeño y escurridizo bichito de la duda se encontraba presente picando al Draconio respecto a permitirle a su pareja ayudarlo en la Herreria, no era porque desconfiara de ella, eso no lo hacia en ningún sentido, si no que tenia cierto miedo de que la ajena pudiera lastimarse o algo por el estilo considerando el tipo de trabajo del que se trataba, no era fácil, tampoco seguro, pero aun así, había algo en la mirada de iris amarillos de su amada, seguridad, determinación y voluntad por querer ayudarle, ¿Como se supone que podía negarse a esa mirada? No podía directamente, seria negar todo el esfuerzo de Skye por ir a esa hora, arriesgándose a lo peor solo por su preocupación. La alegría de la ajena en el momento que Khorial le había dado una respuesta afirmativa a su petición, parecía la alegría de una niña pequeña al recibir su primer juguete, o al recibir alguna especie de delicioso dulce que casi nunca tiene la probabilidad o chance de probar, esa era la alegría que representaba tan solo la mirada de la mujer de verdes cabellos que se encontraba frente a él, y más aun cuando esta lo abrazo de una manera animada y cariñosa, el Draconio se enterneció ante aquel gesto, simplemente adoraba el ver así de feliz a su pareja, era una especie de dicha que pocas veces podía sentir. Correspondió a aquel gesto de frotar su mejilla con la contraria, realmente no entendía del todo porque le daba tanta felicidad, para él solo era trabajo después de todo, aunque, quizá se volvió así después de tanto tiempo haciéndolo, y para otros, sobretodo para Skye, una experiencia así podía ser algo demasiado emocionante.
No pudo evitar dedicarle una suave sonrisa en el momento que las cuerdas vocales de la ajena volvieron a resonar, aquellas palabras le alegraban, saber que ambos podrían trabajar juntos, y harían todo más suave, de cierta manera lo relajaba.- Me parece bien.- Respondió a aquel comentario mientras la miraba, sentía que todo saldría bien de todo eso. Su corazón se comprimió brevemente en el momento que la contraria pidió disculpas por haber ido vestida así, cosa que causo que el Draconio acercara su mano al cabello de la mujer para dar una suave caricia en su cabeza, sonriéndole.- No te preocupes, no fue un regaño, solo no quiero que te lastimes, ¿Si?.- Comento de una manera cariñosa mientras se acercaba a dar un breve beso esquimal a su pareja. La vergüenza en el rostro de la mujer fue notoria, mucho, tan solo por el hecho de haberle ofrecido algunas de sus ropas para cambiarse y trabajar con una seguridad y comodidad mayor, cosa que le había parecido tierno de cierta manera al Draconio, le gustaba ver a Skye así, sabia que la actitud de la contraria podía variar en varias situaciones, y le gustaba cuando ocurrían momentos que le dejaran observar el rostro avergonzado de su amada. Ni siquiera alcanzo a darle la indicación de donde se encontraba su ropa, o su cuarto, cuando la contraria se levanto del sillón de una manera un tanto torpe se podía decir, para dirigirse al cuarto de Khorial, cosa que causo que el Draconio dejara escapar una suave risa, recordando que en aquel lugar se encontraba no solo la flor que ella le había regalado y que atesoraba tanto, si no también el cuadro de su maestro Cain, lo que lo dejo un tanto pensativo mientras se sentaba en el sillón, bebiendo lo que quedaba de su Té, ''Bueno... De alguna u otra forma, al menos la conocerás, Maestro...'' Pensó, mientras una sonrisa nostálgica se posaba en su rostro, y a la vez unas cuantas lagrimas caían por sus mejillas.- Me hubiera gustado poder presentártela...- Murmuro en voz baja para luego usar la manga de su camisa para limpiar las lagrimas, tomando ambos platos con sus respectivas tazas, y caminando a un paso suave en dirección a la cocina en lo que Skye terminaba de cambiarse.
Se encargo no solo de transportar los objetos a la cocina, si no también de lavarlos rápidamente y dejarlos en sus respectivos lugares, preguntándose si Skye habría encontrado su ropa, y más aun... ¿Como le quedaría? Nuevamente esa imagen mental pasaba por su cabeza, lo que causo un sonrojo notorio en su rostro, desde que la vio en el Festival del cortejo, y más previamente en la practica de aquella torpe caminata en el gran lago, pensaba que el cuerpo de la Dragona podía considerarse bastante dotado, y a pesar de casi nunca fijarse en esos detalles al hablar con una mujer, con Skye era un caso diferente, pues de una u otra manera, no podía evitar notar aquello. Agito de manera rápida la cabeza para tratar de calmarse a la vez que respiraba profundamente, no era momento de pensar en eso, pues aun debía terminar trabajo y eso empezaría apenas pudiera explicarle todo lo que correspondía a su pareja. Abandono la cocina para dirigirse nuevamente al comedor, mirando que aun Skye se encontraba cambiándose de ropa, o más bien, había llegado justo a tiempo cuando esta se dispuso a salir del cuarto, con la parte superior de su ropa puesta. Los ojos del Draconio mostraron impresión a la par que sus mejillas comenzaban a tomar un leve tono rojizo, a sus ojos, se veía mucho mejor de lo que esperaba, y eso es decir bastante.- Te queda... Muy bien...- Murmuro para luego notar aquel escote a causa del busto de Skye, lo que causo que tragara un poco de saliva, más al notar que ella llevaba aquel regalo que Khorial le había otorgado en el Festival, pero este se ocultaba de una manera curiosa entre los pechos de la mujer, lo que solo intensifico el rojo en el rostro del pelinegro.
Se aclaro un poco la garganta mientras respiraba profundamente para luego dejar escapar el aire y mirar un poco más calmado a la mujer.- Te ves muy linda, amor.- Comento con una sonrisa mientras se acercaba un poco, llevando sus manos al cuello de aquella camisa, comenzando a arreglar un poco esto y acomodarlo, tal como ella lo había hecho con él con anterioridad esa misma noche, como devolviéndole aquel tierno gesto.- Ahora si.- Dijo en voz baja mientras acercaba su rostro para besar los labios de su amada, ahora que se encontraba con una ropa más apta para el trabajo, podía proceder a lo importante, explicarle todo sobre su quehacer. Su mano lentamente tomo destino a tomar la mano de su amada, sintiendo el contacto suave de sus pieles, el calor contrario.- Bueno, mi nueva ayudante, creo que es hora de empezar con el trabajo.- Comento mientras, a paso lento y seguro, volvía a guiarla a traspasar el portal que dividía la Herreria con su hogar. Nuevamente se encontraban en aquella área, donde todo el armamento terminado se encontraba para ser observado por los clientes interesados en su compra, donde podían verificar su calidad, su funcionamiento, y ademas, preguntar de manera más clara por el precio o el material de cada artilugio.-Bien, empezare por aquí, este es el lugar donde la gente puede ver lo que quiere comprar, desde armaduras, hasta escudos y armas.- Explico mientras usaba su dedo indice para apuntar a los armamentos ordenados en las repisas de muestras, y en el mostrador donde las flechas de arco y los pernos de ballesta se encontraban.- Pero, esta es solo la parte fácil, ven...- Le indico el camino hasta una puerta que se encontraba justo detrás del mostrador de aquella área de ventas, la cual no tardo mucho en abrir, dejando finalmente ver aquel sin numero de armamento que variaba entre armaduras de malla, de acero, de hierro, y de bronce, al igual que las múltiples armas, hachas, espadas, arcos, ballestas e incluso dagas y mazas.- Esta es mi bodega, aquí es donde guardo toda la mercancía que fabrico.- Explico mientras se acercaba un poco y comenzaba a apuntar a los distintos maniquís y estantes con armamento.- Todo esta dividido por tipo de armas o armaduras, en material y en calidad, por un lado las hachas, por otro las espadas, y así.- Complemento mientras continuaba avanzando un poco, aun de la mano con Skye para guiarla de mejor manera y por las partes seguras.- Incluso, varios de los armamentos de aquí, fueron construidos por mi maestro antes de fallecer, por su calidad, son las cosas más caras a la venta.- Sus palabras iban con cierta nostalgia, pero a la vez, con orgullo notorio por aquel anciano.
- Aún hay varias cosas que no están en su lugar correspondiente, al igual que en las repisas de la tienda, faltan reponer algunas cosas en los mostradores.- Explico mientras se volteaba a verla lentamente.- Podemos empezar por, la bodega, la tienda, o...- Se pauso un poco mientras la guiaba esta vez fuera de la bodega, para quedar frente a una puerta al lado de la anterior.- Aquí esta, diría la parte más importante de todo mi negocio.- Explico con una sonrisa, y al momento de abrir la puerta, se podía sentir el calor proveniente de aquellas escaleras que daban a un piso inferior. Lentamente la guio para bajar las escaleras, llegando a lo que era la Forja.- Bienvenida a mi Forja, aquí es donde los metales y materiales se convierten en todo lo que viste arriba, tanto en la tienda como en la bodega.- Explico mientras apuntaba al yunque de hierro que había en el lugar, y posteriormente a los numerosos baúles que se encontraban por el lugar, llenos de materiales y distintas herramientas, ademas de aquel enorme horno que ardía a una temperatura casi infernal, donde los metales se calentaban para ser moldeados en el yunque.- ¡Oh! Y este es mi fiel compañero.- Explico con animo y una fiel risa al acercarse a tomar un martillo se herreria que se encontraba sobre una mesa.- Y bueno, en resumen es eso, bodega, tienda o forja, ¿Por donde quieres empezar?.- Pregunto mientras esperaba un tanto ansioso la respuesta de la contraria.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Jan 11, 2018 20:15:02 GMT
Mientras se cambiaba recordaba el eco de las ultimas palabras que le había dicho antes de marcharse al cuarto para vestirse “adecuadamente”. Dejó escapar un suspiro mientras acomodaba su ropa una tela sobre la otra en una silla. Aunque se podía ver en su rostro una sonrisa que había florecido tras recordar la entonación de como se lo decía y aquel leve beso esquimal que provocaba que los pelos de su brazo se erizaban y sentía el calor qué se acumulaba en sus mejillas, era imposible evitarlo. Miró nuevamente la habitación, sintiéndose bienvenida por aquel cuadro de Cain que estaba como si cuidara del joven. Se amarró mejor el cinturón a la cadera para evitar un despelote con su falda mientras sonreía y dejaba escapar aquel idioma que su Padre le había enseñado. “Spasiba” Simplemente agradeció al cuadro dejando ver aquellos ojos brillantes dorados cuales el rey Sol tenía para tomar impulso y salir presentándose como quedaba dicha ropa.
Se sentía algo avergonzada, pero de cualquier forma Khorial lograba calmarla con aquellos comentarios. Cuando el contrario se aproximaba a ella, vio las manos alzarse a la altura de su cuello para simplemente acomodar, como ella con anterioridad había hecho con él, el cuello de la camisa para que no tuviera ningún repulgue raro o como se había colocado en el cuerpo dicha ropa. – Gracias – comentó con suavidad mientras sellaba sus ojos para dejar que sus labios se encontraran contra los ajenos. Lentamente sus parpados dejaban de estar juntos, rompiendo el romance de las pestañas superiores con las inferiores. Sus comisuras se elevaron dejando ver una sonrisa suave, delicada mientras aceptaba tomar la mano de su pareja, aquella que tanto amaba. Podía sentir el calor que exponía, como su mano ciertamente suave y de finos dedos acariciaba la del ajeno; dedos gruesos, robusta como ciertamente las manos de los hombres trabajadores tenían y con cierto toque áspera pero agradable para el tacto. Simplemente se dejó llevar, dejando que sus ojos curiosos mirasen su alrededor volviendo a aparecer en la Herrería.
Sus pies descalzos iban con tranquilidad, sus ojos se posaban nuevamente sobre los trabajosos materiales que había forjado Khorial. Podía extrañamente comprender que no era un trabajo fácil y como bien él había dicho mientras la guiaba y le enseñaba aquel sector “- Pero, esta es solo la parte fácil-” ni quería imaginarse que era la parte difícil. Inhaló con calma mientras avanzaba detrás del mostrador para ver apilados en algunos estantes, y claramente se podía notar que estaban divididos por si eran armaduras o armas, el resto comenzó a serle bastante difícil de comprender… además las mismas armas dividas en sus distintas formas, como espadas, hachas, dagas… un sinfín de elementos. Había entrado cual niña curiosa alrededor de varios elementos que no comprendía del todo. Sin pensarlo se separó de Khorial por unos minutos admirando por su parte cada herramienta que se había creado. Estaba fascinada con los detalles que estaban “dibujados” o como el herrero le daba una forma tan clara. Era normal verlo en los escudos y claramente uno le llamó la atención logrando no contener esa chispa infantil para ir y dejar deslizar sus dedos sobre las formas y sentir la diferencia de relieves; solía ver muchos con diseños encantadores y claro que estos variaban si tenían un diseño mas complicado o no, en la playa o debajo del océano. Elevó la cabeza, curiosa por ver un poco más la bodega. Iría animada preguntando todo, sintiéndose algo torpe, aunque comprensible por su falta de conocimiento en tantas cosas, pero prefería callarse y luego averiguar por su parte.
Tropezó en un momento cuando quiso volver con Khorial para sujetarse de él. No se lastimó ni se había caído, había estado en la zona “segura”, o ese extraño sendero sin estar excesivamente completo de las armas o armaduras que había compuesto el mayor. Prosiguió caminando al lado de su pareja, aguantándose las ganas de pasear por su cuenta provocándole algún temor al ajeno o causando algún despelote. Realmente debía volver a ser respetuosa y comportarse cual adulta que era, pero se le hacía difícil volver a ese papel estando con Khorial cerca, era una de las causas donde su juventud era revivida y podía vivir aquellos momentos de ocio con tranquilidad junto a él. Ante lo mencionado del Maestro, simplemente sonrió con placidez mientras se aferraba mas a la mano ajena invitándolo a sentirse alegre de haber sido su aprendiz. No comentó nada posiblemente aquel tonar era una mezcla segura de la nostalgia de los recuerdos vividos con él como también sentirse alegre de haber sido la compañía del mismo. Mantuvo una cara seria, lentamente caía su cabeza hacia un lado sin comprender… el mismo joven iba diciendo tantas cosas que no sabía ni él mismo por donde empezar, simplemente una boba sonrisa se le dibujaba a la peliverde hasta que una leve risa salía de sus labios mientras simplemente volvía a ser guiada por el ajeno. Saliendo y viendo a enfrentarse a otra puerta más, realmente el lugar estaba completamente lleno de puertas. Cuando el ajeno simplemente dio a conocer que aquella puerta era la más importante podría decir que Skye ya sabía a donde se iban a dirigir.
Efectivamente, la zona mas calurosa entre otras, la que su cuerpo no iba a soportar ni un segundo allí. Era como el calor de Draconía pero aumentado por bastantes números. Sus pies descalzos se sentían raros, como si pisaran la arena del desierto, ardiente y sin forma de obtener aire fresco. Admiró la zona a la cual llegaban podría decirse que simplemente se dedico a cerrar sus ojos, visualizar a Khorial trabajando día tras día… la voz del muchacho de cabellos azabache le producía cierta calma, y lentamente con cada palabra dada… ella lentamente debía desprenderse de su imaginación y dejar que sus ojos volvieran a ver el brillo. Una sonrisa se dibujaba en el rostro de la mujer mientras ladeaba un poco la cabeza ante la sorpresiva forma de ansiedad del joven mientras se dirigía a una mesa donde tomaba desde el mango del martillo, aquella herramienta como si formara parte de su vida. No podía sonrojarse, además del calor, por ver a su pareja exponer tal felicidad por su trabajo. Dio un leve suspiro por tanta información por tantas cosas y sobre todo por ver realmente donde trabajaba su pareja. Con suavidad y lentitud hablo, al igual como sus pies se acercaban para extender sus brazos hacia él y rodearlo mientras lo abrazaba.
Su cabeza se había hundido en el pecho ajeno como si buscara protección del mismo. – Realmente te esfuerzas tanto… y tu solo… eres admirable… – parecía adolorida su voz, lentamente elevaba su cabeza con una sonrisa, una jovial y donde dicha felicidad se podía ver plasmada con tan solo aquellos labios rosados. – Lo siento… dentro mío algo me decía que te lo dijera; pero yendo a tu pregunta. Quiero salir de aquí no acostumbro tener un calor… insoportable alrededor de mi cuerpo. – comentó con una voz algo nerviosa y algo compuesta de risas por tal vez aquellos nervios que florecían bajo la piel de la dragona. Miró nuevamente a Khorial y volvió a hablar. – Creo que prefiero empezar por poner algunas cosas en su lugar correspondiente… Es lo más esencial si vas a vender y quieres mantener la organización de los elementos. – musitó con dulzura mientras volvía a tomar algo de distancia entre ambos y agregar con los brazos puesto en modo de jarra, pero no duro tanto comenzó a caminar de un lado a otro con los ojos cerrados y con cierto tono serio y frío. – Y limpiar el polvo que se acumula y pulir los metales… limpiar las vidrieras… y… – miró a Khorial por unos segundos para luego reír. – Creo que me emocione. – confesó con una sonrisa extraña, una que se veía usualmente representada en los niños, aquellas que mostraban una felicidad completa. La ansiedad de poder trabajar con él y sobre todo, poder amortiguar el trabajo del ajeno le hacía sentir feliz.
|
|
|
Post by Khorial Ruststeel on Jan 20, 2018 0:09:37 GMT
Estaba claro que el hecho de tan solo decirle que había que hacer en ese lugar, no la haría apta de inmediato para cargar todo el peso o la mitad de llevar una herreria. El Draconio observaba con curiosidad las reacciones de su amada, lo cual le sacaba una notoria sonrisa, una totalmente enternecida con la situación. Jamas su hubiera esperad que Skye, hiciera un viaje tan largo desde el mar, pasando por el desierto, solo para llegar a la Ciudadela a ayudar a alivianarle el trabajo, el solo pensar en eso le hacia ver lo afortunado que era al tener una pareja como ella, tan cariñosa, amable, sabia... A sus ojos, esa Dragona marina era perfecta. Sus ojos se posaron en ella luego de que tomara el martillo de herrero, estaba ansioso por la respuesta de la ajena ante su pregunta de donde empezarían. El calor de la forja era muy notorio, al punto de que las gotas de sudor se posaban en su piel, cayendo estas de forma lenta y calmada. Finalmente las acciones de la Dragona se hicieron ver, unas que no se espero, unas que causaron que su corazón comenzara a generar una mayor intensidad en sus latidos, llevando sus brazos y manos a corresponder a aquel abrazo enternecido. Su rostro se agacho de manera suave, observando los rasgos del rostro de su pareja; Sus heridas, sus ojos, los cabellos que cubrían parte de la piel de su cara, sus suaves y carnosos labios rosados, todo le gustaba tanto. Escucho claramente sus palabras, mientras su mano subía de manera gentil a acariciar su nuca, enredando sus dedos en los cabellos verdosos de la mujer.- ¿Admirable...?.- Pregunto en voz baja, dejando que una suave risa escapara de sus labios, con sus ojos conectados en los de ella. Las siguientes palabras de su amada se dejaron escuchar claramente nerviosa, pero también con esa sensación creciente en el ambiente. Estaba claro que a ella no le agradaría el calor, por lo que entendía bastante bien que no quisiera quedarse en ese lugar, y no la culpaba, tampoco iba a obligarla a trabajar donde no se sintiera cómoda, o el ambiente no fuera grato como se supone debía ser.- Entiendo, no te preocupes, la forja queda tachada de la lista entonces.- Respondió mientras veía como el acercamiento entre ambos se reducía. Había una chispa que podía notar en ella en ese momento, ¿Se sentía ansiosa quizá? Pensarlo le provoco una sonrisa, una bastante amable la cual dedico a su amada, a pesar de que luego se sintió ligeramente regañado por sus palabras, por lo que solo pudo reír respecto al comentario del polvo acumulado. No tardo en volver a dejar el martillo sobre la mesa, girando su mirada para acercarse y tomar de la mano a su pareja, viendo esa sonrisa que mostraba tal grado de felicidad, una a la que correspondió de la misma forma, acercando su rostro a depositar un suave beso en la frente de la mujer, uno cariñoso y duradero, para luego hacer que sus miradas volvieran a conectarse.- Esta bien amor... Creeme que yo estaba igual de emocionado cuando empece.- Dijo sonriéndole, comenzando a guiarla fuera de ese caluroso lugar, subiendo aquella escalera que estaba un tanto oculta detrás de la puerta, para así llegar a donde se encontraban antes, la área de tienda de la Herreria. Al llegar, el Draconio uso su mano libre, y usando el dorso de esta, se limpio el sudor de su frente.- Entonces, mi hermosa y tierna ayudante...~ .-Dijo en un halago mientras se giraba a verla, soltando suavemente su mano.- Empezaremos por quitar el polvo de esta área, la tienda... Sobretodo de las repisas y de las vidrieras.- Comento cruzándose de brazos con una sonrisa, para luego percatarse de algo.- Ah... Pero antes, necesitas un delantal para que la ropa no se ensucie tanto.- Recomendó.- Dame un segundo, te traeré uno.- Agregó, dirigiéndose a la puerta en donde se encontraba la forja. Abrió esta con cierta rapidez para bajar la escalera, dirigiéndose a buscar entre los baúles.- Se que tenia uno por aquí... ¿...? .- Sus ojos se abrieron con cierta impresión y nostalgia, ahí, en el baúl que había abierto, se encontraba el delantal que su maestro siempre había usado, con las manchas de quemadura, pero en casi perfecto estado. ''Muy bien, joven Khorial, hoy tenemos un pedido en gran cantidad, así que... ¡Manos a la obra!
''¡Si, maestro Caín!''
Los recuerdos volvieron a su mente, esos momentos en los que trabajaba con aquel anciano gruñón pero amable, trabajador, bondadoso... Algo que jamas olvidaría por nada del mundo.- De verdad... Si me vieras ahora, ¿Estarías orgulloso...?.- Se pregunto mientras una sonrisa nostálgica se esbozaba en los labios del pelinegro, tomando el delantal doblado entre sus manos, y acariciando la tela de este, mirando los detalles, ciertamente recordando el pasado. Se levanto del suelo para cerrar el baúl, con el delantal en sus manos para comenzar a subir la escalera. Al llegar arriba, se podía notar la sonrisa nostálgica en el rostro del pelinegro, mientras se acercaba a la peliverde, mirándola a los ojos.- Ten... Usa este.- Dijo en tono bajo, uno amable y cariñoso, dejando el delantal en las manos de la dragona.- Ese delantal pertenecía a mi maestro... Lo guarde porque sentí que era mejor... Pero, sabiendo que eres mi pareja, estoy seguro de que hubiera estado feliz de que tu hicieras uso de este objeto.- Comento dedicándole una sonrisa con una mayor ternura, tomando el delantal nuevamente.- Dejame ayudarte... .-Pidió estirando el delantal, pasando la parte tirante de forma curva por la cabeza de la dragona, dejando que este colgara de su cuello. Acto seguido, se encargo de dirigirse a espaldas de la peliverde, amarrando las tiras que iban rodeando su cintura, sin ajustar demasiado el delantal para que no fuera muy incomodo.- Ya esta... Se te ve bien, te ves como toda una Herrera, amor.- Halago juntando sus frentes en un tierno gesto. Se separo suavemente mientras se giraba a ver la tienda, había tanto que hacer, de verdad hacerlo todo solo era mucha presión y agradecía bastante porque Skye lo ayudara. Comenzó a pensar desde donde podían empezar, habían bastantes opciones, pero finalmente se decidió.- Bien, haremos esto. Cambiare varias de las armas y armaduras que hay en las repisas y las vidrieras, las iré quitando, y mientras las voy a dejar y acomodar en la bodega, tu limpias esa parte, ¿Te parece?.- Pregunto sonriendo, acercándose al mostrador que había cerca, tomando un trapo que él usaba para limpiar y entregándoselo a Skye.- Usa este.- Dijo de manera calmada, ya dirigiéndose a una vidriera con una armadura bastante grande de acero. Tomo con cuidado toda la armadura, asegurándose de que esta no se le fuera a caer por algún tropiezo, y alejándola de la vidriera.- Bien... Puedes empezar a limpiar esa.- Dijo de manera amable y cálida, caminando en dirección a la puerta de la bodega. Abrió con algo de dificultad esta, entrando de espaldas y con cuidado de no tropezarse.- Bien... Esta va en... .-Murmuró, dejando la gran armadura en una de las esquinas del lugar. Logro divisar la entrada a aquel sótano extraño de la bodega, sintiendo un escalofrió algo extraño al recordar el objeto que había encontrado ahí, la carta... La relación entre su maestro y su clan. Dejo escapar un suspiro, buscando con la mirada la armadura que reemplazaría a la que estaba antes, divisando una más ligera pero del mismo material. - Tu eres la elegida.- Le dijo al armamento, dejando escapar una risa suave por haberle hablado a algo sin vida, pero a pesar de todo, el respeto que le tenia a los objetos que construía era bastante. Tomo la armadura con el mismo cuidado, comenzando a caminar lentamente fuera de la bodega, esquivando una que otra arma que se encontraba tirada por el suelo.- De verdad Cain me regañaría... .- Comento en un suspiro, finalmente saliendo de esa área, para encontrarse con Skye luego de que esta limpiara aquel vidriero.- Ya estoy aquí... .-Dijo con una suave risa, caminando hasta el lugar, y viendo que este estaba limpio.- Bien hecho, amor, a ver... .-Musitó, comenzando a acomodar aquella armadura en aquel lugar, pieza por pieza, hasta que esta se dejaba ver bastante bien en ese lugar, a la vista de todo el que entrara a la tienda.- Se ve bien, pero es solo la primera de varias.- Aún quedaban siete vidrieras más por reemplazar, ademas de las repisas con escudos y armamento, los barriles con las armas más baratas pero no por eso de menor calidad.- Y Skye... De verdad te agradezco esto... .-Dijo acercándose y depositando un beso en sus labios, uno tierno, más duradero y con un movimiento rítmico, separándose a los pocos momentos de ella.- Bueno, sigamos con el buen trabajo.- Agregó para comenzar con el segundo vidriero, y así continuar con los que quedaban, aun tenían bastante tiempo y siempre podían tomar algún receso para descansar. Ambos trabajan bastante duro, mientras Khorial se dedicaba a devolver el armamento a la bodega, Skye limpiaba las vidrieras y repisas del lugar. No podía decir que eran el mejor equipo pero le estaba gustando mucho el como estaban trabajando de buena manera juntos. Dejo escapar un suspiro realizado, la mitad de las vidrieras y de las repisas ya tenían su equipamiento actualizado, y solo faltaba la otra mitad. De estar solo se hubiera tardado bastante más, pero ahora se notaba que había sido más rápido.- ¿Quieres tomar un descanso?.- Pregunto a su pareja mientras la miraba con una suave sonrisa.- Tengo zumo de manzana en mi cocina, no se si quieras.- Agregó, ofreciéndole esa bebida que siempre solía beber cuando estaba solo, le gustaba bastante aunque habían cosas que le gustaban más, claramente.
|
|
Skye Difan
La Resistencia
Stay with me just a little longer
Posts: 159
|
Post by Skye Difan on Mar 10, 2018 5:45:52 GMT
Las ansias se exponían como las gotas de sudor que iban dejándose ver por los poros de su piel, un leve brillo se podía observar aquella piel con unos decorados bastante agresivos pero en otros sectores delicados. El calor lograba producir aquel efecto. La grata calidez de estar rodeada por los brazos de su pareja en aquel instante, ya iba olvidándose que estaban en un cuarto bastante caluroso ya de por sí, podría jurar que era como la brisa cálida y seca del desierto la cual conseguía percibir cuando retiraba la cabeza o quería más bien nadar en la superficie. Sus pestañas se abrieron un poco mientras escuchaba el latir del corazón del prójimo, era algo tan precioso y bello… podría dormirse si quisiera en lo brazos de su pareja, dejar que el regocijo la calmara nuevamente.
La caricia tras su nuca, aunque más bien era una la cual sus cabellos de aquella tonalidad verdosa lograba percibir; los dedos ajenos jugando con cada mechón mientras hacía aquella pregunta la cual simplemente Skye se limitó a asentir con la cabeza. Cuando ya habían tomado distancia y cruzado las palabras necesarias además de dar una clara demostración de las ansias de empezar pronto a ayudarlo o querer aliviar y pasar un tiempo con su amada pareja. Era algo que su cuerpo pasaba que realmente no tenía palabras de describirlo, era una sensación la cual la preocupación y que Khorial noté aquello y, acepte la propuesta que Skye había traído esa misma noche… El joven la había llevado a cada lugar de su trabajo, cada sector donde pasaba mayormente trabajando… una tímida sonrisa se dibujaba en la mujer de cabellos verdosos, estaba orgullosa de que por fín podía formar parte de aquella vida que llevaba su pareja. Skye logró volver en sí dejando escapar nuevamente su voz, aquella que resonaba con cierta frecuencia tranquila la cual mitigaba el calor que iba incrementando en los cuerpos de los individuos. – Gracias, en algún momento… vendré pero para traerte agua y comida si es necesario. – comentó con una sonrisa de oreja a oreja y con cierta inocencia en aquel momento.
¿Era posible que cada segundo que pasaba, aquella personalidad tan fría, tan inquebrantable cual hierro o mas bien cual iceberg… se vaya ablandando? Pues sí, Khorial lograba con aquel cariño que cargaba... con aquella chispa cálida que poseía, que todo sea más agradable a la vista de Skye que, con cada minuto que ambos estaban juntos, el cuerpo femenino respondiera de una forma que lograba dejar ver tal cual era. Las ansias, los nervios, el conjunto de emociones y sensaciones que iban lentamente incrementando consiguiendo que se expongan frente a su pareja. Era algo normal para Khorial ver aquel otro lado de la moneda, pero tal vez esto se le había ido de las manos. Pudo percibir el golpeteo suave del martillo siendo depositado nuevamente en su sitio. Sorprendida pestañeo varias veces mientras el muchacho se acercaba a ella con aquella sonrisa que le provocaba cierto cosquilleo en la zona lumbar para sin más… los labios ajenos ser colocados en la piel de su frente. Un leve sonrojo comenzaba a surgir en sus pómulos, uno que fue invocado por las palabras que había dicho Khorial. La inocencia volvía, una cual flor que iba floreciendo con lentitud pero con fuerza y seguridad. Sus ojos no tardaron en conectarse con los contrarios para sin más responder de igual forma.
Sin más, subieron por las escaleras alejándose de aquel calor que solo parecía incrementar… iba descendiendo lentamente una vez que sus cuerpos llegaron hasta donde se habían encontrado antes. Dió un suspiro para sin más volver a mirar alrededor. La Herrería era bastante grande si uno se lo ponía a ver con mayor profundidad y no solamente quedarse en la área de la tienda o únicamente en un sector. El tacto se iba perdiendo lentamente, dejando la mano nuevamente solitaria mientras escuchaba las palabras de su pareja quien sin más provocaba que un leve sonrojo volviera a depositarse, se alegraba Skye por saber que nadie podía escuchar y captar aquel momento, donde era una criatura indefensa, una tan sensible y que se abría cual capullo de flor ante las palabras y gestos tan cariñosos de su pareja. Dejó escapar un suspiro mientras movía la cabeza suavemente tratando de aliviar aquellos sintomas que le inducía Khorial. – Venga Khorial, no creo que sea hermosa… – comentó mientras veía que se alejaba de ella por unos segundos para regresar con una sonrisa que le conmovía, una que le provocaba una dicha al verle sonreír. Extendió sus manos recibiendo dicho delantal, ciertamente había un uso anterior, zonas quemadas o semejanza. Lo observó por unos segundos más para luego alzar la cabeza casi de golpe mirándolo sorprendida para luego volver a conectar sus ojos a este delantal. – N-no creo que sea apto que yo lo use. – Su voz era algo confusa, perdida casi que se había sobrepuesto con la de Khorial pero cuando termino de escuchar por completo lo que mencionó simplemente se quedó pasmada. El delantal fue arrebatado de sus manos para luego percibir un sonido, sabía que era la voz de Khorial pero la sentía tan lejos de ella.
El muchacho solamente iba ayudando a colocarle el delantal, lentamente con tranquilidad en los movimientos. Alzó un poco la cabeza buscándolo para sin más voltearse un poco más para que sus ojos ansiosas de volver a conectarse con los de Khorial se cerrarán al contacto de sus frentes. – Gracias, pero no me siento… capaz de tener algo que le perteneciera a tu maestro… Aunque él mismo me lo hubiera ofrecido... yo… – prefirió callarse y mirarlo con una sonrisa cuando se separaron para luego mirar ambos la tienda. Realmente iban a tener que trabajar y Skye estaría orgullosa de hacerlo. Se paró firme al escuchar las primeras palabras de Khorial quien ya había decidido cómo iban a empezar a laburar. Cada palabra fue escuchada y procesada para dar pequeños movimientos con la cabeza, asintiendo a lo que mencionaba mirando a donde debía limpiar. – Claro, un placer~ – respondió a la pregunta con una sonrisa mientras tomaba el trapo. Una vez que sus dedos acariciaron la tela de dicho trapo, se pudo ver en la mirada y en la postura lo decidida que estaba, recordaba aquella vez que había trabajado como mensajera, realmente debería averiguar cómo estaba la situación con los correos y mensajes… pero eso ahora no importaba.
Sus pies se encaminaron hacia donde Khorial había tomado dicha enorme armadura, realmente le sorprendía lo fuerte que era y más lo hábil de cargar algo así. Sin tardar más se acercó para comenzar a limpiar, dejando la vidriera lentamente algo mejor. Estaba sucio, realmente lo estaba, podía escuchar el fondo las pisadas como la armadura resonaba un poco al ser depositada en otro lugar. El trapo pasaba varias veces por una misma zona para luego ir a otras, también se aseguró de no dejar nada sucio y que si caía en el suelo luego barrería para juntar el cúmulo de polvo en un sector y así saber que no había nada más sucio, pero ahora debía enfocarse en donde estaba limpiando, en aquel sector para escuchar otra vez los pasos, no les dió mucha importancia ya que estaba bastante sumergida en sus pensamientos. Realmente estaba conmovida y con el corazón que iba palpitando con cierta fuerza al saber que podía ayudar y acompañar a Khorial en su trabajo, ahora podría asegurarse de un mejor bienestar, quería que estuviera mejor… y más quería estar a su lado un poco más. Adentrarse en el mundo que él vivía, aquel que quería también formar parte aunque sea un poco, pero quería estar presente al lado de su pareja, sea como sea.
El hombre de cabellos azabache por fin regresaba con otra armadura, Skye ya había logrado conseguir “acabar” con la mugre y suciedad así que sin más la armadura se había colocado allí, pieza por pieza, una tras otra iba siendo montada para quedar “perfecta” y Khorial, no había tardado en halagar que había hecho un buen trabajo “combatiendo” contra el polvo que se había comulado. Una sonrisa se formaba en el rostro de la mujer, aquella que no podía ocultar aquella emoción. – Lo sé, pero entre ambos hacemos un mejor trabajo que uno solo. – Respondió para ver lo que quedaba, aquello que aún merecía una limpieza. La sonrisa continuaba en su rostro para cuando había logrado escuchar su nombre mirarlo como se aproximaba a ella para dejar que otra vez sus labios se deleiten con los ajenos. – Khorial… No tienes que agradecer, para eso están las parejas; el acompañamiento y ayudarse unos con los otros… – Dicho eso dejó escapar una risa. – y de paso… ¿Eso que fue? ¿Una recompensa por mi labor? – Era inevitable no reirse con ternura para acercarse nuevamente y darle un beso breve pero sin quitar lo tierno, para proseguir con el trabajo.
El tiempo transcurrió con tranquilidad y calma, iban avanzando quitando limpiando y reponiendo otras armaduras, dejando más visible y limpia la vidriera y los restantes. Pasaba con el dorso de la mano sobre su frente limpiándose un poco el sudor de trabajar tanto, aunque era cierta presión que ella misma también se imponía para esforzarse más y dejar un lugar más limpio. Sus dedos se sentían a veces molestos así que no tardaba en masajearlos un poco para luego seguir limpiando, sin antes dar vuelta el trapo para usar una parte limpia y así seguir limpiando con mayor cautela las repisas y vidrieras que quedaban. Ambos conformaban un buen equipo de limpieza en la herrería, se podía ver levemente una mejora y como ahora la madera “brillaba” o se lucía un poco mejor que antes. Solo que ahora quedaba limpiar el suelo y retirar todo el polvillo acumulado. Dejó escapar un suspiro tratando de buscar un respiro nuevo, Khorial se adelantó un poco a la idea de descansar así que simplemente sonrió dejando escapar un leve “si” casi ansioso, aunque las nuevas palabras de Khorial habían conseguido que riera con cierta vergüenza. – Pues nunca probé el zumo de manzana, solo agua… ya sabes. – comentó entre risas. – Pero si me haces probar y me gusta, no te quejes después si me tomo todo. – añadió con una sonrisa de oreja a oreja para acercarse a él.
|
|