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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 25, 2017 18:54:16 GMT
No tenía el trabajo más limpio ni refinado del mundo, pero a ella le gustaba. Le permitía salir de la Ciudadela en la madrugada para acercarse a las costas más cercanas para pescar, tomaba una cantidad limitada de peces y moluscos ya que lo hacía ella sola, pero al menos bastante variada... al fin y al cabo su clientela aun no era mucha; pero el poder salir, despejarse y usar su piel de foca en el mar y la desembocadura del río ya era suficiente bueno para hacerle feliz, no pedía mucho en su simple y rutinaria vida. Regresaba con su carro lleno de mercancía a la ciudadela y enseguida abrió su puesto en el mercado no sin antes haber limpiado y colocado todo el género para luego esperar por las primeras personas en la mañana que quisieran comprar.
Suspiró un poco exhausta pero con una sonrisa en sus labios, esos momentos de calma en la mañana le permitían descansar un tanto y desear que ese día vendiese bastante para poder seguir ahorrando dinero. Aun era muy joven y esperaba no ser pescadera toda la vida, pero necesitaba una buena base económica para volver a empezar de cero. Los mercaderes cercanos a ella la distrajeron de sus pensamientos iniciando una charla casual y ligera mientras seguía esperando por clientes que se acercaran a su puesto.
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 26, 2017 0:06:18 GMT
La mañana era tan tranquila que Melfaron aprovechó de salir a pasear. La Doncella había estado abierta la noche anterior, apenas tuvo que limpiar un charco de vómito y un poco de sangre del piso después de cerrar; había dormido como un bebé y ahora sentía suficientes energías como para acarrear el peso de sus piernas por la Ciudadela. Las calles estaban bastante vacías a esa hora.
Decidió ser un arcano ordenado y productivo y pasar por el mercado a comprar cosas para el almuerzo de hoy. ¿Qué se le antojaba comer? ¿Pastas? No, tenía que aprovechar que podría elegir los productos más frescos. Se decidió por almorzar pescado fresco, ojalá recién pescado. Caminó entre los puestos llenos de mariscos hasta llegar donde una joven que parecía estar relajada mientras que esperaba a que alguien fuera a comprar. Se acercó haciendo sonar el bastón con fuerza.
- Buenos días, ¿a cuánto el pescado fresco? -preguntó cordial.
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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 26, 2017 15:58:29 GMT
A pesar de charlar un poco no descuidó su negocio, obviamente observaba quien se acercaba a su puesto para comprar y enseguída cayo para atender al recién llegado con una sonrisa, estirándose un poco cuando escuchó el golpeteo del bastón- ¡Buenos días! ¿Cómo está? Pues, depende de qué pescado quiere comprar, tengo pescado de río y de mar... ¡Todo fresquísimo! Le recomiendo la merluza, la tengo a buen precio... si quiere se la puedo limpiar de espinas y cortarla en filetes o rodajas, ¡Como guste! Está a 2 monedas de plata - Sonrió una vez más mientras se limpiaba las manos con el delantal después de haberle enseñado el género, esperando a que Melfaron escogiese alguno de sus productos.
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 26, 2017 17:37:36 GMT
A decir verdad, el baphomet no sabía mucho de productos marinos. Sabía que si no olía mal, entonces (probablemente) estaba fresco y sabía mejor. Veía todos y cada uno de los pescados y sus precios con ojo crítico pero inexperto, así que se sintió agradecido con la recomendación de Ró. Le gustaba comer merluza, y además por ese precio no estaba nada mal. Levantó la vista de los productos de la selkie y le dedicó una sonrisa honesta. Señaló el pescado con el dedo.
- Me llevaré dos de esas merluzas deliciosas, pues, sin espinas y fileteadas.
Ahora tenía que esperar a que las merluzas estuvieran listas para llevárselas, pero no importaba, tenía tiempo. Se desamarró el viejo paño que siempre llevaba atado a la cintura, lo estiró en el piso y se sentó con cuidado junto al puesto de la pescadera, relativamente cerca de ella. Dejó el bastón a un lado y se sobó las rodillas mientras que charlaba con Ró.
- Supongo que soy el primer cliente del día, ¿no? ¿No me llevo un premio por eso? -bromeó.
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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 26, 2017 20:39:10 GMT
- ¡Entendido, en un momento se las preparo!- La joven entonces agarró dos de las merluzas más hermosas que tenía y las apartó para luego afilar un tanto el cuchillo antes de empezar su trabajo. Abrió las merluzas en canal para destriparlas y con cuidado quitarle el hueso central el cual tenía casi todas las espinas del pez; su trabajo era diestro y rápido y se notaba que pese a ser tan joven había estado haciendo esto durante mucho tiempo, era lo suyo.
Rió suavemente al comentario de su cliente.- No se preocupe, siempre le doy algún regalillo extra a mis clientes. -Le sonrió amable, además con estos pequeños trucos siempre había más probabilidades de que la clientela volviese. Mientras tanto, fileteaba la merluza.- ¿Y como va su negocio, señor? ¿Aun no abre?
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 26, 2017 22:13:43 GMT
Melfaron estaba fascinado con la habilidad que tenía la pescadora con el cuchillo, estaba seguro de que hubiera podido cortarle la garganta a alguien con tanta facilidad como fileteaba esas merluzas. Escucharla reírse de su broma lo hizo olvidarse de esos pensamientos.
- Me gustan los regalos -le dijo sonriendo. Cuando le preguntó por su trabajo, el baphomet dejó escapar un par de carcajadas cansadas, a veces le costaba recordar que la gran mayoría de los habitantes de Mirovia trabajaban de día-. No, en realidad cerré hace apenas un par de horas. Una taberna no es un negocio rentable si la abres tan temprano... pero amo mi trabajo, aunque me deje estas ojeras terribles.
Todavía se sobaba las rodillas. En realidad, ahora estaba dibujando círculos sobre ellas, moviendo lentamente sus dedos, pero se detuvo para aplaudir suavemente la labor de la selkie. -Tú eres extraordinaria cortando pescado, por cierto.
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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 27, 2017 0:40:18 GMT
La joven rió un tanto a la afirmación del tabernero.- Aun no conozco a nadie que no le gusten los regalos, ¡A mí me encantan! -Una vez hubiese terminado de limpiar y filetear la mercancia la puso cuidadosamente sobre unos papeles para envolverlas bien y protegerlas. Las apartó a un lado y tomó otro papel- Le pondré unas cuantas anchoas, por ser el primer cliente de la mañana... si las fríe rebozadas en harina y las sirve con un poco de limón estarán deliciosas- Tomó un par de puñados de los pequeños peces para luego envolverlos con el mismo cuidado que la merluza- Vaya! ¿Hasta tan tarde tiene gente en su taberna? Debe tener alto rendimiento en su local! Bueno, no se preocupe cuando llegue a casa y repose un poco se encontrará mucho mejor y esas ojeras desaparecerán! -Se apartó un poco del puesto para agacharse hacia Melfaron y ofrecerle los paquetes- Son dos merluzas.. así que serán 4 monedas de plata señor! -Sonrió pero entonces observó como se sobaba las rodillas- ¿Qué le pasa? ¿Se encuentra bien? ¿Necesita ayuda? -Ró tenía sus obligaciones, pero no podía evitar preocuparse si ve a alguien mal, mucho menos si era un apreciado cliente así que se le quedó viendo con cara de preocupación hasta que este sacó a relucir su habilidad con el cuchillo.- Oh! Hehe... Gracias, lo hago desde niña así que no es una tarea dificultosa para mí, pescarlos me lleva un poco más de esfuerzo.- Dijo añadiendo su risueña sonrisa que siempre le acompañaba.
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 27, 2017 18:28:28 GMT
- Anchoas y merluza, no se me hubiera podido ocurrir un mejor almuerzo... no es que sea terrible trabajar de noche, pero el hambre al día siguiente es insoportable. Las tabernas que cierran temprano son tan útiles como un cantante mudo. -Melfaron, que la miraba desde el piso, recibió el paquete y pagó con cuatro monedas de plata justas que tenía en el bolsillo de su chaqueta. Eran parte de las propinas y apuestas de anoche. Tomó su bastón para poder ponerse en pie cuando oyó la voz preocupada de la selkie. ¿Que si estaba bien?
- Bah, estoy acostumbrado -rechazó humildemente la ayuda de la muchacha y se paró lo más elegantemente que pudo mientras que ella se reía de su cumplido. Recogió su paño, envolvió los paquetes con él a modo de bolsa, e hizo una reverencia extravagante-. Soy Melfaron, orgulloso dueño de la Doncella Borracha, mis rodillas torcidas y estos pescaditos de aquí -agitó el saco-. Y tú, pescadora habilidosa... ¿cómo te llamas? ¿Por qué no te pasas por mi taberna un día de estos?
Estaba tan apoyado en su bastón que prácticamente estaba acostado en el aire. Ni siquiera él entendía como esa vieja vara de madera no se rompía.
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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 27, 2017 20:25:53 GMT
Asintió a las palabras de Melfaron.- Además será un alimento ligero, si duerme después de comer no se levantará con pesadez. ¡Muchas gracias por su compra! -Recibió gustosa las monedas y las guardó en el bolsillo de su delantal.
A pesar de que su ayuda fue amablemente rechazada, estaba alerta mientras este se levantaba por si tenía algún momento de flaqueza... no era una chica muy fuerte pero sí que podían posar su peso en ella en caso de que algo sucediera. Una vez este tomase su bastón ya apoyado en tierra y la bolsa con su compra.
Sonrió y ella hizo una reverencia justo después de la presentación de Melfaron, bastante más disimulada- Es un placer señor Melfaron, yo soy Ró Nielsdóttir... Una humilde pescadera a su servicio. ¿Visitar su taberna? ¡Tenga por seguro que así lo haré, buen señor! -Le gustaba beber de vez en cuando, refrescar el gaznate después de un duro día de trabajo... y si era bien recibida ¿Cómo iba a negarse?. Observó entonces como se apoyaba en el bastón... sí era resistente, igual y aunque dijera que estaba acostumbrado esperaba que la ida hacia su casa no se le hiciese costosa.- ¿Lleva usted mucho tiempo viviendo en la ciudadela, señor Melfaron?
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 27, 2017 21:54:32 GMT
Ah, su presentación había sido bien recibida. No había nada mejor que una buena charla para empezar el día, y Ró era una selkie de lo más agradable. Miró a su alrededor, buscando posibles clientes que no se atrevían a acercarse por miedo a interrumpir su conversación, pero por suerte las cosas seguían bastante tranquilas. No estaba haciendo perder el tiempo a la joven comerciante, menos mal.
Melfaron sacudió su mano en el aire, como si el tiempo que llevase en la Ciudadela fuera poco importante. -Llevo aquí un par de años. Si no haz pasado por mi taberna antes es porque eres una chiquilla decente; está en la parte fea del mercado, por donde andan los ladrones, mercenarios y toda la chusma. Antes de eso viví en Reapergate, pero era demasiado lúgubre para mí. Todo tan viejo y oscuro, bleh -sacó la lengua bífida en una mueca de desprecio-. ¿Y tú, querida? ¿Naciste aquí? ¿Vienes de otra parte de Mirovia? ¿No te aburres de mi interesante cháchara?
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Post by Ró Nielsdóttir on Apr 28, 2017 20:07:43 GMT
- ¿En serio? ¿De Reapergate? - La joven se asombró, le gustaba conocer gente de otros lugares, pues ella no conocía más lugar que la Ciudadela y los alrededores y eso se le hacía aburrido... ojalá tuviese el valor de salir a ver mundo pero aun debía ahorrar un poco más de dinero... y sobretodo tener más experiencia en la vida, aun era muy joven.- Conozco la zona donde está su taberna, tengo buenos clientes por ahí y la verdad es que nunca he tenido problemas más que con viajeros o gente de paso, pero entre tenderos nos ayudamos -Sonrió ampliamente, la verdad es que eran las ventajas de ser tendero, cuando había excedente del día, muchos vendedores utilizaban el trueque entre ellos como moneda de cambio, o si algún ladronzuelo intentaba salirse con la suya en algún puesto del mercado todos los vendedores iban a por él de a una... al fin y al cabo ya eran como un gremio.
-La verdad es que no sé donde nací, mi difunto padre me encontró a orillas del mar cuando era un bebé y he vivido en la Ciudadela toda mi vida. Ahora no hago mucho más que mantener el negocio que heredé de él, pero quizá en un futuro me anime a visitar y conocer otras tierras. -Sonrió un poco apenada, sí era cierto que su vida era muy... aburrida? rutinaria? O por lo menos eso le parecía a ella, por eso conocer gente siempre era como un soplo de aire fresco, sobretodo si eran de lugares apartados. ¡Para nada me molesta! Me gusta mucho socializar y conocer gente, no siempre tengo la oportunidad y el placer de tener una charla tan agradable como la de ahora. -Dijo sonriendo.-
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Post by Melfaron Praoxhar on Apr 29, 2017 0:13:30 GMT
- ¿De verdad llevas en la Ciudadela toda la vida? Vaya... la gran mayoría de la gente que conozco es de afuera, clientes, comerciantes, gente de paso y todo eso. Pocas veces me he encontrado con gente criada aquí -Melfaron sonrió, genuinamente interesado. Ró no parecía darse cuenta de lo afortunada que había sido. La Ciudadela era, según Mel, el mejor lugar para vivir en toda Mirovia-. Creo que te envidio un poco.
Recogió su bastón y se acomodó en una posición más normal. También aprovechó de amarrar su bolsa con pescado al bastón. - Si de verdad deseas salir a recorrer el mundo, no empieces por Reapergate. No hay nada allí que valga la pena, excepto quizás el mercado negro. ¿No has pensado en tener una pescadería ambulante? Con tu talento para esto seguro no te costaría mucho trabajo conseguirlo. Si necesitas alguna bebida para refrescarte en el camino, felizmente podré proveértela. Ya conoces el camino a mi taberna, ¿no? -le guiñó un ojo.
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Post by Ró Nielsdóttir on May 4, 2017 15:20:32 GMT
Asintió a la primera pregunta de Melfaron.- Así es... Bueno, es que solo tengo 20 años y comparada con otros arcanos soy muy joven -Rió algo nerviosa mientras se toqueteaba la piel grisácea que vestía.- Además hace sólo unos 3 años que encontré mi piel de foca... así que soy algo inexperta con las pocas cosas que sé hacer como selkie... y desconozco si sé hacer alguna más. -Sonrió amable.- ¡No me envidie buen señor, tengo un trabajo muy apestoso en el sentido más literal de la palabra! -Espetó soltando una alegre carcajada.- La verdad es que nunca se me había ocurrido ser pescadera ambulante... -Se imaginó felizmente vendiendo por las aldeas y regiones colindantes... pero después también imaginó como asaltaban su carreta por los caminos, o algún niño le robaba el dinero en alguna aldea, incluso pro su curiosidad podría meterse en más de un problema; era tan despistada e ingenua... Bueno, al menos la idea estaba ahí y solo le quedaba meditarla seriamente.- ¡Estaría encantada de que me ofreciese sus bebidas! No tardaré en hacerle una visita a su taberna, puede contar con ello. -Dijo ya dejando sus pensamientos de lado.- ¡Muchas gracias por todo!
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Post by Melfaron Praoxhar on May 4, 2017 18:38:59 GMT
- Querida, te aseguro que te iría bastante bien como pescadera ambulante, a menos que se te ocurra vender mariscos frescos en el desierto. Con eso no lograrías engañar ni a un viejo ciego, sordo y mudo -Melfaron sonrió, socarrón. 20 años era muy joven y probablemente no fuera a moverse de la Ciudadela hasta que tuviera algo más de experiencia, pero al menos parecía que le había gustado la idea. Ah, si tan solo pudiera infundirle los ánimos necesarios con sus palabras...-. Pero da igual, se nota de lejos que eres una pescadora honesta.
El día seguía avanzando y ya había hecho perder suficiente tiempo a la selkie. Le dio unas palmadas amistosas en el hombro antes de irse, riendo suavemente. - Gracias a ti por entretenerme y conversar conmigo, Ró. Tienes mucha paciencia para soportar los desvaríos de un pobre diablo. Nos vemos pronto, querida... tienes que venir y comprobar que tengo las mejores cervezas de toda Mirovia.
Estaba tan acostumbrado a decir esa mentira que iba a empezar a creérsela él mismo.
Se aseguró de haber anudado bien la bolsa a su bastón, de tal manera que el peso no lo molestara para apoyarse, e hizo una pequeña reverencia acompañada de un extravagante gesto de manos. "Estoy a vuestro servicio", parecía decir, y en gran parte era verdad, o al menos lo sería si de verdad se paseaba por su taberna. Comenzó a caminar en dirección a su hogar, contento con la compra que había hecho y la posible clienta que se había ganado.
- ¡Suerte con la pescadería ambulante! -gritó cuando ya se había alejado un par de metros. Agitó su mano en el aire a modo de despedida final y desapareció entre la gente que se acercaba a comprar al mercado.
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Post by Ró Nielsdóttir on May 13, 2017 13:14:10 GMT
- ¡Bueno! Supongo que no puedo quitarle razón, estos años he estado sola y sigo viva.-Rió intentando quitarle hierro al asunto.- ¡Gracias por sus palabras! Le aseguro que soy tan humilde que a veces peco de tonta. Pero eso no quiere decir que me deje engañar en los negocios... - Recibió las palmadas de Melfaron y quedó sonriente, viéndole marchar.- Para ser sincero, es de los clientes menos molestos que he tenido señor... - Respondió a la despedida de este con otra leve reverencia- ¡Gracias! ¡Y gracias por su compra, vuelva otro día!La verdad, es que las palabras del tabernero habían calado en ella, y la verdad es que eso de la pescadería ambulante aun le hacía ruido en los oídos... quizá podría ser peligroso, pero su curiosidad y sus ganas de viajar eran más fuertes aun... por lo que decidió que comenzaría a estudiar seriamente en eso. Entonces en un momento, volvió al mundo real, volviendo a atender su pescadería. --- FIN ---
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