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Post by Deleted on Oct 27, 2017 20:49:58 GMT
Habían pasado tres días desde que el trato había sido sellado en la taberna, el mercenario había hecho una investigación digna de un detective o en todo caso un espía, su primer acción había sido obviamente tratar con todas aquellas personas víctimas de sus "Actos delictivos", aquellas entrevistas dejaron un par de cosas en claro, la primera era la reacción de las víctimas aunque en un principio temieron creyendo que Quelt era su atacante luego pudieron mencionar algunas caracteristicas que lo diferenciaban del verdadero atacante sobre todo el ancho de su cuerpo y su altura eran cosas que tuvieron que tener paciencia para conseguir de aquellas traumadas víctimas, la segunda cosa era que en efecto los patrones de las heridas demostraban que habían sido apaleados por una Macuahuitl pero había ciertas diferencias en la forma de la herida y la distancia entre estas dejaba en claro que no se trataban de las mismas armas que él poseía aunque Quelt parecía notar cosas que otra persona no, aquellos detalles no los decía en voz alta siempre se quedaba en silencio y agradecía la colaboración.
Pues si bien había tenido un comportamiento frío y algo cortés con las víctimas en cuanto fueron a buscar información por la otra cara de la moneda el Mercenario no se mostraba tan amable, si bien no llego a golpear a nadie de manera seria bien sentía que la dama no disfrutaba aquél espectaculo, se movía de manera fría y cortés declarando ciertas amenazas pero no contra las personas en sí mismo sino en contra de cosas amadas de estas, ¿Qué pasaría con el tabernero si su humilde edifcio ardiera un día en llamas? ¿O aquél vendedor de vasijas y sus hijas?. Quizás el hombre era capaz de cumplir sus amenzas o quizás no pero nunca tuvo la necesidad de demostrarlo puesto que temerosos las personas cedían a dar la información necesaria, bien ahora luego de una larga lista de personas a quién interrogar la pista estaba cada vez mas y mas cerca de su objetivo, el mercenario guiaba la caminata hacía un pequeño y oscuro callejón venía en busca de un malandrín bastante conocido por los alrededores, de esos cuyos crímenes nunca son muy grandes pero que sabe bien que ocurre en el lado oscuro de la calle, el callejón se encontraba atestado con algo de chatarra de los edifcios cercanos.
-Donde hay basura siempre hallarás una rata, o a un perro en nuestro caso -Comento con una sonrisa algo maliciosa el mercenario mientras se adentraban por esa callejuela.
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Post by Iphine Vorgel on Dec 5, 2017 14:51:02 GMT
Tomando medidas y preparación antes de embarcarse en dicha tarea, Vorgel preveyó que su status y posición politica irían a destacar, inevitablemente causando conflictos y arruinando cualquier pizca de sigilo que quisiesen seguir. Por ese detalle, utilizó una túnica amplia, floja, que la cubría de pies a cabeza, sumado junto a un covertor de rostro y una capucha que solo dejaban entrever sus ojos. Se aseguró de amarrar bien su cabello, de manera que ni una sola hebra se dejase ver, pero siempre vistiendo por debajo de aquellos ropajes su armadura de cuero y cotas, ademas de cargar con una espada corta y un guantelete con reforzamiento de acero cerca de los nudillos. Habían detalles que aún resaltaban a pesar de todo, siendo estos su altura y timbre de voz, por lo que evitaba decir palabra alguna a medida de lo posible. Sus aves se mantuvieron a margen, alejados considerablemente de ellos mas vigilantes de la ciudad. Era normal observar esas avecillas albinas en uno que otro establecimiento u árbol- después de todo, eran los ojos y oídos de la alcaldesa.
Conforme visitaron distintos puestos, edificios ynegocios, Iphine observó analíticamente cada uno de los gestos, posturas y maneras en que el mercenario se refería e interactuaba con otros. Sabía que no podría conocer a fondo sus verdaderas intenciones, ya que al estar de cierta manera vigilado por su persona, iría a ser más precavido al respecto. Aún así, alcanzó a notar amenazas de mal gusto aquí y allá, probando el temor de las personas contra lo que más cuidaban. Una cosa sumamente cruel que no olvidaría. Antes de abandonar los puestos de aquellos que habían sido acosados de dicha manera, la mujer de cabello bicolor se aseguró de dejar dinero como una forma momentanea de mitigar el mal sabor de boca a los afectados. Por otro lado, notó igualmente la cortesía, aunque algo forzada, que tenía a con las víctimas del atacante al que buscaban, y la atención que le prestaba a los detalles. Forma de las heridas, profundidad de las mismas. Descripciones que lo diferenciaban mínimamente del verdadero culpable y demás.
La intención de Vorgel no era participar de dicha investigación, si no ser testigo de los métodos que utilizaba Quelt. Era evidente que tenía experiencia en el asunto, aunque sus métodos fueran poco ortodoxos a veces. La alcaldesa se mantuvo a raya, únicamente observante. Eventualmente las pistas e información empezaban a dirigirlos a un punto más específico, calentando el paso en la dirección correcta. Más pronto que tarde, se hallaron en un callejón abrazado por la oscuridad y la sombra, invitándolos a adentrarse a posibles peligros. Escuchó con cuidado aquello que mencionó el dragón, un tanto agasajada por la seguridad del mismo a con sus predicciones, pero se reservó en asentir firmemente y seguirle el paso por detrás al momento de que se interiorizaron en dicha callejuela. -Un perro, eh.- murmuró apenas perceptiblemente.
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Post by Deleted on Dec 6, 2017 0:57:37 GMT
El mercenario apreciaba realmente el silencio de la mujer, aquello en cierta forma era el cielo no le daban por el culo le dejaban estar a su manera, si tan solo la mayoría de los trabajos fuesen como ese. La verdad no se imaginaba el porque no había acudido antes con Bradem un pequeño hombre lobo aunque mas bien un hombre perro como solían decirle para burlarse de él- Este sujeto tiene la nariz de la ciudad, puede oler donde van a ocurrir los problemas, aunque yo mas bien pienso que nacio bajo una mala estrella -El mercenario se adentraba en el callejón y puso las manos a los lados de su boca para aumentar la resonancia- Eh Bradem, sal de una vez te prometo que tengo algo bueno para ti -Dijo sin recibir respuesta alguna, esto parecía no sorprender a Quelt- ¿Bradem? Vamos seño no me hagas entrar a buscarte más allá, no soporto el olor -Comentaba a modo de broma.
Un ruido a sus pies hizo bajar la mirada al mercenario había pisado algo métalico, se agacho para ver que era incluso la chica podía verlo era una medalla, una medalla plateada bien cuidada parecía tener la forma de un escudo de armas. Quelt se puso tenso de inmediato aquella era la vieja medalla del susurrador Bradem no se la quitaba ni siquiera al momento de dormir siempre contaba la historia de como la había conseguido y era su mayor tesoro- BRADEM -Dijo a gritos el mercenario, como respuesta a la llamada algo cayó del cielo entre el mercenario y la alcaldesa un cuerpo. El cuerpo de un hombre rubio de pelo corto y barba descuidada llevaba las ropas hecha jirones y manchadas de sangre, el rostro había sido golpeado al igual que sus brazos y piernas, Quelt se agacho para hablar con el sujeto- ¿Donde esta Bradem? -El rubio apenas y pudo señalar hacía el techo cuando el ruido de unas pisadas desde la entrada del callejón hizo girar la vista de Quelt en esa dirección una silueta corría hacía la alcaldesa e intentaba tomarla como rehén.
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Post by Iphine Vorgel on Jan 6, 2018 22:38:15 GMT
La primera alerta se levantó al momento en que el dragón llamara al desconocido y no recibiera respuesta inmediata. La siguiente al ver la expresión de su compañero al avistar un detalle importante y gritar al cielo aquel nombre. Y la última y definitiva alerta fue tras el tumbo del cuerpo que ha primera instancia parecía inerte, debido al golpe, la apariencia y la sangre que manchaba sus ropas. Iphine había afilado la vista hacia el cielo mientras apretaba el puño, conforme su otra mano se posaba en el mango de la espada corta amarrada a su cintura. Era difícil notar aquellas acciones debido a que la cubría por completo aquella túnica, lo cual le otorgaba el elemento sorpresa a cierta medida.
Al escuchar las pisadas apresurarse a su ubicación, giró con destreza para notar una figura apenas discernible correr hacia dirección. El callejón era algo estrecho y evadirlo podría ser difícil, además que la pondría un tanto en desventaja. Teniendo poco tiempo en tomar una decisión, permitió que el otro se acercara lo suficiente como para atraparla, sin embargo, utilizó el peso de su cuerpo y su fuerza para atacar a modo de embestida al sujeto, golpeándolo contra una pared adyacente a ambos. El extraño si alcanzó a tomar a la mujer, pero esta no le hacía la faena sencilla al utilizar fuerza bruta con la intención de golpear y forcejear en contra del muro donde preliminarmente lo golpeó y otorgarle tiempo al mercenario de tomar acción por su parte.
La alcaldesa, sin embargo, mantenía la espada firme en su mano pero a modo defensivo, oculta aún bajo la túnica. No era una de derramar sangre a menos de ser el único recurso para resolver una situación. De momento, era más valioso e importante averiguar quién era aquel sujeto y su conexión con ese y otros incidentes. Lanzó una mirada Quelt, anunciándole que su intervención era requerida de momento, conforme había una apertura durante el forcejeo.
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Post by Deleted on Jan 14, 2018 14:49:14 GMT
El mercenario se dio cuenta tarde de las intenciones de su atacante, por suerte la alcaldesa era mas que una diplomatica y observando como ella lo retenía contra la pared, era obvio que necesitaba apoyo y la ventaja de ser un dos contra uno era justamente aquella, el dragón corrió hacía ella- Abajo -Le grito para que se agachara un poco en cuanto ella lo hace el mercernario salta y clava una patada en el pecho del sujeto, el sonido del golpe es estruendoso. Quelt observa que el tipo ha quedado algo aturdido por aquella patada pero aún así su mano se dirije a su cintura, Quelt le toma por la cabeza y lo estampa contra el suelo antes de que pueda desenfundar su arma, una vez estuvo el enemigo en el suelo saco su propia arma hecho de hierro con una mano mientras con la otra lo hacía girar haciendo que mirara hacía ellos luego coloco el arma en el cuello del atacante.
Ya con aquello la capucha del sujeto había caído y su rostro se podía ver por completo, era sorprendente el parentesco entre ambos a diferencia que el atacante poseía el cabello corto- ¿Como se te ocurre esto? -Exclama el mercenario enojado, pero el otro hombre solo empieza a reírse- Solo seguía tus pasos Quelt ¿Qué te ha parecido? -El mercenario se mostro todavía mas furioso- ¿Crees que a esto es a lo que me dedico? ¿A golpear inocentes sin razón alguna? ¿Pero que mierda te pasa por la cabeza Zotal? -En aquél momento se escucha un golpe y Quelt es mandado a volar, el tal Zotal se levanta y pueden ver que ha liberado parte de su forma real, un cuerpo de serpiente de escamas verdes parecidas a plumaje se podía ver de su cintura para abajo, el sujeto empuño sus armas eran exactamene las mismas que poseía el mercenario a diferencia que estas aún eran de madera y obsidiana- Tan solo espera a que acabe contigo, seré reconocido por todo el bajo mundo -Exclamo mirando a Quelt, abrio la boca y dejo salir un rayo hacía él, pero Quelt coloco su arma de por medio la cual absorbio el ataque enemigo- No creas que será tan fácil -Respondio aún con la mirada furiosa hacía Zotal
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Post by Iphine Vorgel on Jan 23, 2018 14:39:47 GMT
Escuchó y acató de forma precisa la indicación por parte de Quelt, agachándose para permitirle el paso al arcano. Este arremetió contra el enemigo con una fuerte patada contundente, causando un sonido muy particular en el cuerpo de quien lo recibió. En ese momento justo aprovechó para apartarse y darle paso al mercenario para que se encargara por su cuenta. Los ataques eran salvajes más no letales, sabiendo como desenvolverse en una pelea sin mayor dificultad. No obstante, lo que llamó la atención de la alcaldesa fue la familiaridad con la que se comunicaban ambos seres, y el tremendo parentesco en apariencia. Al llamarse por nombre y haber reclamos no cabía duda que tenían un lazo fuerte, tal cual como uno de familia o camaradería.
Iphine mantuvo su distancia y escuchó con especial atención el nombre del atacante. No le parecía haberlo escuchado antes, mas ahora lo recordaría por mucho tiempo. Vorgel se aseguró de tomar el cuerpo de Bradem y colocarlo en un lugar menos peligroso donde el fuego cruzado no fuese a provocarle más heridas innecesarias. -Eres fuerte. Aguanta.- pronunció hacia el can, dándole fortaleza con sus palabras conforme revisaba sus signos vitales y trataba de valorar el estado del arcano. Estaba sumamente mallugado y herido, pero no parecía que fuese a morir de inmediato. Requería atención médica sin duda, pero había suficiente tiempo para encargarse de aquel desagradable individuo primero antes.
La Alcaldesa retiró su capucha y se la cedió al rubio, cubriéndolo para protegerlo de miradas inquisitivas y esconderlo apropiadamente donde lo había colocado- lo último que necesitaban era otro sujeto aprovechándose del desválido. Una vez que estuvo asegurado, la mujer clavó su atención en la batalla, la cual había escalado a uno de los sujetos liberando su forma verdadera. El odio entre ambos se sentía en el aire, por lo que tenía un pequeño temor de que la pelea terminara en la muerte innecesaria de alguno.
Ahora que no vestía aquella capa que escondía su figura, se podía notar la armadura de cuero que le cubría, en guantelete reforzado en el dorso y los nudillos de la mano izquierda, y la espada corta ahora desenvainada en la derecha. Buscando un momento preciso para integrarse, aprovechó que la atención de Zotal estaba exclusiva en Quelt, por lo que lo emboscó furtivamente corriendo hacia la espalda, o lo que parecía el punto ciego de la criatura. Le gritó, buscando llamar su atención y que la distracción le sirviera al mercenario para atacar y neutralizarlo.
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