Post by Lyl on Oct 31, 2017 20:20:55 GMT
[DISCLAIMER: Este es un relato 100% basado en la visión del MUN, sí afecta de alguna manera el foro o su lore se eliminará no problem, representa la relación imaginaria de inccubus y succubus que tiene el MUN.
LOS NOMBRES USADOS EN ESTE RELATO SON BASADOS EN LA MITOLOGÍA DE WILLIAM BLAKE, PERO NO REPRESENTAN LOS PERSONAJES DE DICHA MITOLOGÍA.]
TW: Rape
Había dos antes de todo, dos antes de nuestra llegada al bosque, antes de la separación de las razas.
Dicen que las primeras en llegar fueron Rintrah, la más antigua, la más fuerte, la más sabia, y Oothoon , suave y sensible, criaturas de magnificencia inconcebible, hermosas y titánicas, se dice hijas de la misma naturaleza, aunque se sabe que todo ser de oscuridad es mas bien nacido en el mismo infierno por la madre más antigua como el mundo mismo, ellas se asentaron en el lugar donde los primeros rastros de humanidad comenzaban a hacerse notar. Durante años fueron brindadiras de conocimiento, proporcionándoles su sabiduría infinita a quien deseara y creía merecedor. Sanadoras antiguas vivían en armonía con todas las criaturas a su alrededor incluyendo a los que aquí y ahora llaman “Arcanos” y así como con los humanos intercambiaron conocimientos.
Hasta que un dia nuevas criaturas de oscuridad se presentaron en los terrenos cercanos, eran mezquinos y destructivos, se alimentaban sin control de todo lo que los rodeaba y su mera presencia era tóxica contaminando prontamente las débiles mentes y corazones humanos, los cuales se volvieron muy parecidos a ellos, volviéndose voraces con sus recursos, construyendo sin medida sus ciudades y plantíos destruyendo a la naturaleza a su paso.
Las almas antiguas que se habían asentado primero no podían soportar como el conocimiento que ellas habían dado tan gentil y desinteresadamente se había perdido por una mera influencia. No podían permitirlo y las succubus se decidieron por enfrentar cual fuere la criatura, fuerza o “Arcano” que estuviese creando ese desequilibrio en esa tierra que habían adoptado como propia.
Cual fuera su sorpresa al encontrarse seres de similar belleza y majestuosidad como la suya, tratándose de tres inccubus, criaturas de similar nacimiento que ellas, tomó solo un instante para que la más “débil” cayera bajo el hechizo de uno de ellos.
Las presentaciones no se hicieron esperar y la succubus fue la primera en hablar.
-Rintrah es mi nombre y ella mi hermana Oothoon, esta es nuestra tierra y la protegeremos de cualquier mal.- Alzó la voz para mostrar su poderío, a pesar de ser superadas en número Rintrah estaba segura que serían capaces de prevalecer.
-Mi nombre es Theotormon- Hablo el que pareciera el mas sensato de los tres -Mi hermano Bromion y el es Palambron- Señalandolos encontrándose de pie a su lado, aunque el tercero pareciera desvanecerse escabulléndose detrás de ellos de manera casi lastimosa. Theotormon aseguro con voz solemne que su intención nunca había sido el de causar algún mal a “su tierra! y prosiguió con un monólogo de su origen y su viaje, clamando que como ellas también eran hijos de la naturaleza.
-Creanme hermanas que nuestra presencia no puede ser una influencia dañina e impura pues asi como ustedes nacimos de la madre tierra, quizá no en estos terrenos pero compartimos el mismo origen, no podemos ser tan diferentes- Su voz era fuerte y segura, un discurso que pareciera actuado debido a la altanería del orador.
Fue entonces que hablo Oothoon y detuvo a Rintrah de siquiera comenzar a replicar al incubo reafirmando las palabras del intruso, aseverando que en su corazón ella le cree que no hará mal y que es justo y bueno, todo debía haber sido un malentendido y que de seguro era otra criatura la que estaba causando el caos en esas tierras. Para Rintrah la respuesta no había sido satisfactoria para sus dudas e inquietudes pero decidió dejarlo pasar confiando en el juicio de su hermana, por lo que lo dejaría pasar esta vez, lo que complació a Oothoon y a los forasteros aún más.
Pasaron los días y el caos parecía no conocer final, Oothoon, ingenua y cegada de la situacion decidio verse con el que pareciera ser su único pensamiento, Theotormon, había quedado prendada de él desde la primera vez que cruzo su mirada con él, creyendo en una imagen de rectitud y serenidad, haciendo caso omiso a las advertencias de su hermana se internó en los terrenos que aquellos seres habían reclamado como suyas entre toda la destrucción.
Rintrah estaba segura que era la influencia de los inccubus la que había estado causando los horrores vividos en sus tierras, robos, asesinatos, torturas, destrucción eran cada vez más comunes desde su llegada. La pestilencia y el hambre que había sido nula o escasa ahora prevalecía.
Todo debía terminar.
Mientras Rintrah formulaba su plan de ataque Oothoon era recibida en la guarida de los inccubus, enérgicamente pregunto por Theotormon, lo cual era inusual en la generalmente tímida Oothoon, como bajo la influencia de un fuerte hechizo y sin poderlo controlar un deseo enorme se apoderó de su cuerpo, era una sed que no podía soportar, una necesidad por aquel ser como nunca había sentido, pero no fue su amado Theotormon a quien encontró si no a su hermano, Bromion, de ruda y tosca apariencia el cual la someteria dominante con su implacable fuerza y voluntad y fuese el que usaría su cuerpo para saciar sus propios deseos, su propia hambre. Imponiendo violentamente su virilidad sobre la ahora indefensa Oothoon, su espíritu quebrantado por completo la hacía incapaz de hacerse de la fuerza para librarse de esa situación, cada centímetro de su ser fue profanado por las manos pecaminosas, llenas de lujuria de su agresor. Su carne ardía por dentro y su alma parecía desmoronarse y desvanecerse mientras el inccubus tomaba de ella cuanto pudiese tomar.
Y así, al mismo tiempo que Oothoon se desvanecía, la ira de Rintrah se encendía al llegar a la guarida de los inccubus, asesinando de manera brutal a Bromion el cual sumido en su éxtasis ni siquiera había notado la presencia de la enardecida succubus, decapitandolo de un solo golpe usando sus afiladas garras para desprender su cabeza del resto de su cuerpo, terminando por aplastar el cráneo del agresor contra el suelo, no sin antes asegurarse de separar lo que quedaba de Bromion del cuerpo quebrantado de Oothoon.
La succubus que aún prevalecía, se dedicó a consolar a su hermana y sanar sus heridas mientras esperaba el regreso de los demás inccubus, no pasó mucho para que estos llegaran a lo que creian sería un lugar donde estarían a salvo, sin esperar encontrarse con la ira de Rintrah la cual desahogó con rencor sobre Theotormon quien sabía era el causante de todo. Luchó contra ambos inccubus con garras y dientes vengando la integridad de su hermana terminando herida de gravedad también.
La escena final es sangrienta y desagradable, volviéndose el escondite de los inccubus una cueva que se dice aún sangra.
La leyenda dice que ninguno de los seres sobrevivió a ese dia, ¿pero si es asi entonces quien volvió su historia la leyenda que es ahora?¿quien perpetró el odio entre esas especies?
Lo que es seguro es que la tierra en que vivían vio la paz de nuevo.
-Lyl