Post by Irina Székely on Nov 7, 2017 1:35:21 GMT
Al ocuparse el distinguido hombre de sombrero de la pequeña naga, todo parecía salir un poco mejor tras el fatídico incendio de meses atrás. Un hombre delgado, de cabello y bigotes blanquecinos, con su fiel reloj de bolsillo el cual lo observaba cada tanto, como si tuviese prisa. Irina lo tomaba de la mano, ingenua del lugar a donde la llevaría pero alegre de tener por lo menos verse acompañada de alguien era grato para ella.
Paso una media hora de caminata y llegando a Reapergate, la guio por la lúgubre ciudad hacia su negocio: una tienda de confección. El hombre le explico que era sastre, pero se especializaba en confeccionar sombreros de todo tipo para sus clientes, a ella le encanto la idea y decidió que a partir de ese entonces le ayudaría a el como pago, ya que dicho hombre le confió conseguirle implementos para tener un pequeño sitio donde trabajar.
Los días pasaron, siendo ayudante del sastre de quien aprendió por si misma algunas cosas básicas de costura, hasta que un día el viendo sus ánimos le empezó a enseñar a como poder hacerse su propia ropa…el dinero no era abundante pero el, al tener contactos con quien podía conseguir las telas a un precio económico hacia desde sus pedidos hasta lo que usaba.
En algún tiempo libre, Irina le confeso a Abyss todo lo que había vivido hasta ahora antes de que el la encontrase, de cómo con sus antiguos compañeros de orfanato convivían afablemente, de aquel académico quien le enseño la creación de pociones y cosas básicas de lo que para ella seria su profesión. El albino escuchaba atentamente cada palabra que le decía, asintiendo a cada tanto, hasta que le dijo que una noche escucho ruidos en el laboratorio del orfanato, se despertó súbitamente y bajo con cautela hasta el sotano, donde ahí se ubicaba. Pipetas, tubos de ensayo y otros materiales de vidrio caian al suelo rompiéndose estrepitosamente: un intruso había irrumpido en su hogar.
Era un ladronzuelo cualquiera quien, queriendo robarse algún objeto de valor de ese lugar, alguna poción para re-venderla o quien sabe que, era el colmo, inaceptable, ridículo. La rabia empezaba a burbujear en la cabeza de la naga quien, intento lo mas rápido que pudo avalanzarsele por la espalda a aquel infeliz…este logro leer sus movimientos y le lanzo lo que ella identifico como alcohol etílico, logro esquivarlo pero este mancho el suelo y algunos papeles importantes del académico, entro en pánico, era un material en el que ese hombre había estado investigando durante meses, sacudiendo sus palmas para intentar secar el liquido de las hojas no escucho cuando sigilosamente, unos pasos se acercaban a ella por detrás…volteo la cabeza para encontrarse con el muchacho que sostenia un matraz de destilación…retrocedio unos pasos pero se vio acorralada por el enorme escritorio de roble, con su mano libre tomo del cuello a Irina, intento safarse mordiéndolo e inyectándole un poco de veneno…el fue mas rápido y rompió el matraz en su cabeza, noqueandola.
Despertó tiempo después, sentía algo liquido que rodaba por su rostro, la visión borrosa, se sentía débil y mareada. Escucho gritos de la planta superior, un aroma a madera quemada. Como pudo se levanto y contemplo que todo a su alrededor estaba quemándose, faltaban muchas cosas que quizá aquel individuo se había llevado pero…¿por qué quemarlo todo con ellos adentro?. Tambaleando se apoyo en la parte intacta del escritorio y camino lo mejor que su cuerpo le pudo, las habitaciones estaban en llamas, los pocos niños que quedaban (antes de verse adoptados por familias pudientes y amables) estaban dormidos, o eso pensaba ella quien se acerco para despertarlos y sacarlos de ahí: sus cuerpos estaban frios…el humo había hecho su trabajo.
Empezo a toser, debía salir rápido pero no sabia si la institutriz o el académico seguían con vida…desafortunadamente ellos habían recibido un destino peor: tenían partes de las pipetas rotas, y otros implementos en su carne, no había sido el humo, habían fallecido por desangramiento y sus rostros…con los ojos abiertos como platos, vacios y las expresiones de horror. Grito al ver tan macabra escena, las lagrimas brotaban de sus ojos, no pudo hacer nada para salvarles, se sentía culpable.
Paso una media hora de caminata y llegando a Reapergate, la guio por la lúgubre ciudad hacia su negocio: una tienda de confección. El hombre le explico que era sastre, pero se especializaba en confeccionar sombreros de todo tipo para sus clientes, a ella le encanto la idea y decidió que a partir de ese entonces le ayudaría a el como pago, ya que dicho hombre le confió conseguirle implementos para tener un pequeño sitio donde trabajar.
Los días pasaron, siendo ayudante del sastre de quien aprendió por si misma algunas cosas básicas de costura, hasta que un día el viendo sus ánimos le empezó a enseñar a como poder hacerse su propia ropa…el dinero no era abundante pero el, al tener contactos con quien podía conseguir las telas a un precio económico hacia desde sus pedidos hasta lo que usaba.
En algún tiempo libre, Irina le confeso a Abyss todo lo que había vivido hasta ahora antes de que el la encontrase, de cómo con sus antiguos compañeros de orfanato convivían afablemente, de aquel académico quien le enseño la creación de pociones y cosas básicas de lo que para ella seria su profesión. El albino escuchaba atentamente cada palabra que le decía, asintiendo a cada tanto, hasta que le dijo que una noche escucho ruidos en el laboratorio del orfanato, se despertó súbitamente y bajo con cautela hasta el sotano, donde ahí se ubicaba. Pipetas, tubos de ensayo y otros materiales de vidrio caian al suelo rompiéndose estrepitosamente: un intruso había irrumpido en su hogar.
Era un ladronzuelo cualquiera quien, queriendo robarse algún objeto de valor de ese lugar, alguna poción para re-venderla o quien sabe que, era el colmo, inaceptable, ridículo. La rabia empezaba a burbujear en la cabeza de la naga quien, intento lo mas rápido que pudo avalanzarsele por la espalda a aquel infeliz…este logro leer sus movimientos y le lanzo lo que ella identifico como alcohol etílico, logro esquivarlo pero este mancho el suelo y algunos papeles importantes del académico, entro en pánico, era un material en el que ese hombre había estado investigando durante meses, sacudiendo sus palmas para intentar secar el liquido de las hojas no escucho cuando sigilosamente, unos pasos se acercaban a ella por detrás…volteo la cabeza para encontrarse con el muchacho que sostenia un matraz de destilación…retrocedio unos pasos pero se vio acorralada por el enorme escritorio de roble, con su mano libre tomo del cuello a Irina, intento safarse mordiéndolo e inyectándole un poco de veneno…el fue mas rápido y rompió el matraz en su cabeza, noqueandola.
Despertó tiempo después, sentía algo liquido que rodaba por su rostro, la visión borrosa, se sentía débil y mareada. Escucho gritos de la planta superior, un aroma a madera quemada. Como pudo se levanto y contemplo que todo a su alrededor estaba quemándose, faltaban muchas cosas que quizá aquel individuo se había llevado pero…¿por qué quemarlo todo con ellos adentro?. Tambaleando se apoyo en la parte intacta del escritorio y camino lo mejor que su cuerpo le pudo, las habitaciones estaban en llamas, los pocos niños que quedaban (antes de verse adoptados por familias pudientes y amables) estaban dormidos, o eso pensaba ella quien se acerco para despertarlos y sacarlos de ahí: sus cuerpos estaban frios…el humo había hecho su trabajo.
Empezo a toser, debía salir rápido pero no sabia si la institutriz o el académico seguían con vida…desafortunadamente ellos habían recibido un destino peor: tenían partes de las pipetas rotas, y otros implementos en su carne, no había sido el humo, habían fallecido por desangramiento y sus rostros…con los ojos abiertos como platos, vacios y las expresiones de horror. Grito al ver tan macabra escena, las lagrimas brotaban de sus ojos, no pudo hacer nada para salvarles, se sentía culpable.
Termino su relato al hombre del sombrero entre lagrimas, Abyss ni corto ni perezoso se acerco a abrazarle. -Mi niña...no llores por cosas del pasado, se que no es algo que nosotros podamos sacar de nuestro corazón tan fácilmente, pero, mira que ahora estamos juntos- Correspondiendo a su abrazo hablo: -Yo...quisiera tener una mejor vida, empezar de nuevo....- el la solto, acaricio sus cabellos y sonrío. -Lo lograremos Irina, se que si...- pauso para soltar una risa ronca -ahora, en vez de llorar pásame la tela señorita, la esposa de McLoyld me pidió un sombrero para esta misma noche y no debemos retrasarnos más-.