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Post by Hiro Genshukuna on Nov 29, 2017 6:48:27 GMT
Sosteniendo la mano de Ammyt con su pata caminó por las calles de Draconia, hasta que entre el vapor aparecieron algunos puestos costeros. Hiro dirigió sus pasos a uno de ellos mientras respondía "Es sólo un poco más allá, mahila Ammyt. ¿Desea descansar?" Se detuvo por un instante a mirar el rostro de la esfinge, buscando síntomas de malestar. Había cambiado su tono de voz varias veces, al igual que aparentemente su ánimo. Al tomarle la mano pudo sentir algo de calor fuera de lo que sería normal, y tal vez tenía fiebre. Sin esperar a su respuesta, llevó su pata libre a la frente de la mujer para medir su temperatura.
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Post by Deleted on Nov 29, 2017 15:24:15 GMT
Aún no podía creer que estuviesen caminando tomados de la mano como si nada, acaso Hiro no sabía lo significativo que ese ese acto?
Tenía una sensación de seguridad y protección al estar así, siendo sostenida de la mano por alguien que ella aprecia pero por mucho que le gustará, no se sentía merecedora de ello. Su mano estaba tiesa, temía que si la movía o jugaba con sus dedos podría incomodarle a él y llegaría a soltarla, es lo menos que quería en ese momento.
-no, no estoy cansada. Solo pregun...taba- su seria expresión se había descompuesto el momento que sintió una pata sobre su frente -...eh?- viró sus ojos con dirección al contrario, su rostro en cuestión de un par de segundos volvió a enrojecer -q...que haces?- su mano libre templorosa la elevó para sostener con timidez la muñeca del rakshasa.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 1, 2017 2:58:31 GMT
No parecía tener fiebre aunque si estaba algo roja. ¿Sería el exceso de calor? ¿Necesitaría agua, o tal vez vino? Llevó su pata libre frente a su propia boca para pensar un momento, y luego murmuró. "No parece tener fiebre, ¿Tiene sed, mahila?" La miró a los ojos buscando una respuesta honesta. No dudaba de la honestidad de Ammyt, sino de los silencios que la esfinge generaba cuando no quería responder algo.
"Pronto llegaremos, es un poco más allá, en ese puesto acariciado por la sombra de los árboles. También entendería si se hubiese arrepentido y prefiriese volver a casa. Los arcanos cambiamos como el viento y con este calor, es más que entendible."
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Post by Deleted on Dec 1, 2017 4:28:07 GMT
Sintió como la pata que estaba en su frente se apartaba, por lo que ella quitó de inmediato su mano de la muñeca del contrario. Frunció los labios y un poco el ceño por los nervios, le molestaba pero a la vez le intrigaba mucho cuando Hiro no respondía alguna de sus preguntas.
-fiebre?- el saber la razón por la cuál le había puesto la pata en la frente le enternecio, lo que causo que esbozara una pequeña pero alegre sonrisa -jaja estoy bien Hiro- (de hecho, mejor que nunca) apretujo nuevamente el agarre de sus manos y apresuró un poco el paso llegandolo a jalar sin mucha fuerza del brazo -aún así, el calor aquí es agobiante. Demonos prisa, comamos y volvamos...te parece bien?- se sintió un poco extraña pues no frecuentaba la opinión o aprobación de otros, pero acababa de caer en cuenta que con Hiro lo hacía y bastante.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 1, 2017 5:42:42 GMT
El león asintió a las palabras de Ammyt y pronto habían llegado al puesto. Olía a pescado fresco y cocinado, lo cual era un aroma -a juicio de Hiro- bastante apetecible. Se sentó en uno de los taburetes del puesto, soltando la mano de la esfinge, y esperó la mujer se sentara a su lado. Miró al vendedor detenidamente mientras éste les ofrecía pescado a la parrilla.
"Honestamente, el pescado no es de mis áreas de conocimiento. Las aguas de Mirovia son un misterio para mi, por lo que por favor, buen hombre, sírvame lo que considere apropiado."
Luego miró a Ammyt esperando ella pidiera. No sabía si ella conocería las variedades de pescado que les ofrecían. Atún, pez dorado y salmón. Para el león el pescado era pescado y ya, a fin de cuentas.
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Post by Deleted on Dec 1, 2017 23:19:50 GMT
En lo poco de camino que les quedaba para llegar al puesto de comida al que el rakshasa quería ir, los pies descalzos de la esfinge que avanzaban a buena velocidad sonaban contra el suelo por la humedad del ambiente. Al estar frente al puesto ella se detuvo y arqueando una ceja observó el lugar de esquina a esquina; el olor a pescado era evidentemente fuerte y como no estaba acostumbrada a aquel olor, arrugo la nariz.
El rakshasa le había soltado la mano para poder sentarse, su mano ahora tenía una terrible sensación de vacío y vulnerabilidad. Tomó asiento al lado de él, apoyó un codo sobre la mesa y recargo su mejilla sobre la palma de su mano, dejando la otra libre colgando. Se dispuso a observar a Hiro mientras este mirava al vendedor, preguntandose nuevamente sobre sus sentimientos.
-hm??- soltó un sonido de sorpresa y confusión cuando Hiro le lanzo una mirada expectante -oh...uuuh- desvió la mirada, realmente no podía verlo al rostro porque sus latidos se aceleraban -no creo que vaya a terminar si es que me pido algo- o que no le vaya a gustar, o que luego le duela el estómago por andar comiendo cosas que son extrañas para su dieta; no quería arriesgarse -me conformo con que me invites un pedazo de lo que vayas a comer- soltó algo de aire pesado por la boca y cerró los ojos.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 6, 2017 20:54:31 GMT
El Rakshasa parpadeó un par de veces a destiempo. Tal vez su invitación no había sido adecuada y la esfinge se sentía obligada a aceptar, ya que sino no entendía porqué llegó hasta allí si no querría comer. ¿Cortesía? Cómo fuese, asintió y cuando le hubieron servido un corte de pescado a la parrilla, utilizando torpemente un tenedor, separó un poco y le acercó el plato a modo de ofrenda a Ammyt. "Sírvase cuanto guste, Mahila Ammyt." Su postura parecía una reverencia y la forma en la que ofrecía el pescado parecía más algo ceremonial que algo mundano.
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Post by Deleted on Dec 7, 2017 0:23:22 GMT
Después del comentario que hizo, le extraño un poco que Hiro no dijese nada al respecto, se habrá molestado de que ella no quiera comer? O quizás sospechaba ya que tan solo había ido allí por complacerlo?
Esperando que aquel silencio incómodo se terminase mientras el pescado se cocinaba, la esfinge miraba a todos lados menos a donde se encontraba el rakshasa (piensa Ammyt...piensa) como en cada espacio sin hablar aprovechaba para tratar de tener su respuesta pues para ella era un tema serio y más aún a esta edad (y si tan solo es porque tiene un aire familiar?...ugh te comportas como una jovencita) se reprimió a si misma frunciendo el ceño.
Vió de reojo cuando el pescado a la parrilla le había sido servido a Hiro y como lo partía con un tenedor con algo de dificultad, esbozo una pequeña sonrisa y se volteó a verlo mejor -Gracias querido- nuevamente se sentía halaga por la forma en la que era tratada; miró al vacío un momento, sería por eso que se siente bien en presencia del rakshasa?
Bajó su codo de la mesa y contempló el plato arqueando una ceja, soltó aire por la boca y finalmente se animó a tomar con sus dedos aquel pedazo que había sido partido anteriormente. Miró aquel pedazo un par de segundos más para luego meterlo en su boca, mastico lentamente saboreando y sintiendo la textura en su paladar; no estaba nada mal pero el sabor era un poco chocante a lo que acostumbraba.
-jm...sabe...bien- tragó y amplió su sonrisa. Con cuidado tomó el plato y lo acercó a Hiro para que este pudiera comer de una vez.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 11, 2017 3:50:32 GMT
Asintió complacido ante la delicadeza y buenos modales de Ammyt. Comprendía lo que era comer cosas nuevas y no saber como reaccionar. Él mismo había pasado más de un siglo con una dieta en base de arroz y agua. Realizó un gesto de agradecimiento ante el plato de comida y comenzó a servirse poco a poco. Comía en silencio, con lentitud, pero sin pausas. Se le notaba en el rostro lo mucho que disfrutaba de ese pequeño manjar, aunque también había algo en sus ojos, una pesadumbre disimulada, que había aparecido mientras comía.
El león ciertamente estaba agradecido ante la mujer, pero sentía ella se obligaba a hacer cosas para agradarle, un comportamiento poco usual el cual no sabía como retribuir.
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Post by Deleted on Dec 11, 2017 15:09:32 GMT
Acercó nuevamente su mano a su boca para poder limpiar dandoles una lamida a los dedos con los cuales sostuvo el pedazo de pescado. Apoyó sus muñecas sobre la mesa para mirar al infinito de la mesa mientras esperaba a que Hiro comiera, creyó que se lo terminaría de un bocado pero al parecer se estaba tomando su tiempo de disfrutar cada pequeño bocado.
Cruzó sus brazos sobre la mesa volteando a ver levemente al rakshasa (en verdad se toma su tiempo...debe gustarle mucho el pescado) sonrió levemente por un instante para luego soltar algo de aire pesado por la nariz mientras cerraba los ojos. Ya llevaban bastante tiempo en ese lugar y como había dejado de abanicarse, el desgraciado calor húmedo volvió a afectar la temperatura de su cuerpo.
El maquillaje oscuro hecho de cenizas que portaba al rededor de sus ojos que sirve para que el reflejo del sol en la arena del desierto en donde vive no la cegaran había comenzado a humedecerse y deslizarse por una de sus mejillas; de inmediato llevó el dorso de su mano para secarla.
Que terrible apariencia daría si eso continuaba, se levantó de su asiento con aparente calma y sin mirar al arcano pronunció su nombre -Hiro- pensó un momento más sobre las palabras que usaría "ya regreso" o "debo irme" realmente no podía decidir pues estaba nerviosa -buen provecho- terminó por decir antes de comenzar salir del lugar.
Una vez que se alejó lo suficientemente como para estar distanciada del puesto pero sin perderlo de vista detuvo su andar -hff...que vergüenza- se reprimió a si misma mientras se daba aire al rostro agitando sus manos. Se sintió mal por haberse ido repentinamente pero su apariencia era importante para ella; no contaba con algún trapo para limpiarse asi que intentó cuidadosamente hacerlo con sus dedos los cuales terminaban manchados en negro.
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Post by Hiro Genshukuna on Dec 26, 2017 15:07:17 GMT
El pescado se terminaba ya, pero la partida de la mujer no le pasó desapercibida a Hiro. Volteando de inmediato para ver a donde se dirigía, se levantó, agradeció por la comida al vendedor y salió a paso apresurado tras ella. Se le acercó en silencio, sin evidenciar la proximidad que generaba.
El mismo calor húmedo que le arruinaba el maquillaje a la esfinge, le mantenía el pelaje húmedo y algo pegajoso, una sensación no del todo agradable, más cómo la mujer estaba en una forma sellada, sin pelaje o plumas, no entendía qué le molestaba a Ammyt. El Rakshasa se detuvo a un par de pasos tras ella, sin emitir sonido alguno mientras pensaba y se reprimía a si mismo por no lograr entender ni retribuir a alguien que le había ayudado como ella. ¿Tal vez no estuvo bien su invitación? La mujer no parecía disfrutar del lugar, ni la comida, ni nada en apariencias. Sólo de su compañía, e hilando los hechos Hiro se atrevió a pensar que ella sólo buscaba estar con él aunque no estuviera a gusto.
Bajó la mirada, y observando sus enormes patas, habló con voz baja cerca de Ammyt: "Mahila Ammyt... No es necesario se obligue y torture a si misma a estar aquí. No me ofende en lo más mínimo que no coma este tipo de comida, o que no disfrute del lugar. Son cosas mundanas que no determinan la valía de su espíritu. Pero verla obligarse a si misma a quedarse, ya sea por honor o por algo más..." Se detuvo un par de segundos y alzó la vista. El pesar en su mirada era evidente, donde antes había calma y serenidad, se veían ojos algo apagados, rodeados de pelo húmedo. "... Gracias..."
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Post by Hiro Genshukuna on Jan 6, 2018 21:54:55 GMT
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