Post by Soren Vi Draconia on Nov 17, 2017 22:12:23 GMT
Habiendo recibido la llamada del Lord, Soren Vi Draconia emprendió el vuelo desde Draconia hacia Reapergate. El viaje fué relativamente corto y, una vez llegado a las enormes puertas del imponente castillo, el ancestral dragón cruzó hacia la incertidumbre. No tenía miedo de Velfast. Sin embargo, desconocía de lo que era capaz.
El recibidor parecía vacío. Ni siquiera había señales de las Serpientes por ninguna parte, lo cual le pareció curioso y ciertamente desconcertante. Caminó en dirección a las largas escaleras, posando una de sus manos sobre los hermosos barandales. El repentino sonido de las botas de Velfast lo hizo levantar el rostro. Al final de los escalones se encontraba el, apenas visible entre aquel ambiente sombrío.
- Soren, puntual como siempre. Una gran virtud. - Dijo el vástago dando un paso hacia el frente, pretendiendo bajar hacia donde estaba el dragón. - Vine tan pronto como recibí tu llamado Lysander. - Contestó Soren, viendo como el vampiro nisiquiera se inmutaba en bajar las escaleras caminando, sino que había flotado hacia el, posandose a una distancia prudente de quien lo superaba en altura y corpulencia.
- Hubiese incluído mis motivos en el mensaje Soren, pero debes entender que esta información es delicdada. -
- Tengo entendido que hay quienes pueden corromper la información de las Tabletas Arcanas. -
-Precisamente. - Dijo posando su helada mano sobre el hombro del Señor de los Dragones, dirigiéndolo a su ostentosa sala. - Ahora, mis motivos… - Soren alzó la mirada.
- Deseo tu lealtad. -
-¿Velfast? -
- Deseo tu lealtad en sangre, Soren. -
El dragón lo miró extrañado. ¿ A qué se refería exactamente con eso ? - Lysander sabes que estoy de tu lado en tus decisiones. ¿Por qué me pides semejante cosa? -
- Debes entender que las palabras no son suficientes para mi, al menos no a estas alturas Soren. No podría permitir una traición dentro de los Invictos. Si tu lealtad es real… no veo problema con que aceptes mi petición. -
Soren se quedó callado un momento. Si, creía en el vástago, por más extremistas que fuesen sus decisiones pero… - Mis palabras no son suficientes para ti? Qué es lo que quieres entonces? -
Lysander lo miró a los ojos, acercándose lentamente acortando la distancia entre ellos. - Quiero tu completa y total devoción. - Los ojos se Soren se clavaron en los de Lysander. Pensó que en cualquier momento utilizaría una de sus habilidades de dominación, que lo metería en un trance del que no podría escapar fácilmente. Pero en ningún momento lo sintió. Eso fué más que suficiente para creerle. - Por el bien de Mirovia. -
Lysander tomó la mano de Soren y rozando su dedo pulgar sobre su piel, encajando lo que ahora era una garra en la palma del dragón y haciéndole sangrar profusamente. A sí mismo, Lysander se produjo una herida similar y estrechó la mano del Lord de Draconia.
En el momento en que aquel fluido carmesí se entremezcló en sus palmas, ambos sintieron una sensación atravesando sus cuerpos. Como su una descarga hubiese viajado por sus venas y, como resultado, sintiendo una familiaridad trascendente.
- Un ritual de sangre… - Musitó Soren.
- Uno muy leve. Nadie tiene por qué enterarse. -
En cuanto ambos retiraron sus manos, las heridas en estas ya se habían cerrado dejando en sus palmas una marca negra que, en cuestión de segundos, desapareció de su piel. El dragón se quedó mirando el punto en donde la marca había desaparecido, abriendo y cerrando sus dedos levemente.
- Si eso es todo, debo partir.- Dijo el hombre de cabello azulado, acercándose a la puerta del castillo.
- Soren. -
Se detuvo.
- Gracias. -
El dragón asintió, empujando la pesada puerta para desaparecer en la oscuridad de la noche con un par de monstruosos aleteos mientras Lysander le veía alejandose en el manto nocturno, esbozado una cínica sonrisa y, luego, mordiendose el labio para evitar soltar una carcajada.
- Por el bien de Mirovia... -
El recibidor parecía vacío. Ni siquiera había señales de las Serpientes por ninguna parte, lo cual le pareció curioso y ciertamente desconcertante. Caminó en dirección a las largas escaleras, posando una de sus manos sobre los hermosos barandales. El repentino sonido de las botas de Velfast lo hizo levantar el rostro. Al final de los escalones se encontraba el, apenas visible entre aquel ambiente sombrío.
- Soren, puntual como siempre. Una gran virtud. - Dijo el vástago dando un paso hacia el frente, pretendiendo bajar hacia donde estaba el dragón. - Vine tan pronto como recibí tu llamado Lysander. - Contestó Soren, viendo como el vampiro nisiquiera se inmutaba en bajar las escaleras caminando, sino que había flotado hacia el, posandose a una distancia prudente de quien lo superaba en altura y corpulencia.
- Hubiese incluído mis motivos en el mensaje Soren, pero debes entender que esta información es delicdada. -
- Tengo entendido que hay quienes pueden corromper la información de las Tabletas Arcanas. -
-Precisamente. - Dijo posando su helada mano sobre el hombro del Señor de los Dragones, dirigiéndolo a su ostentosa sala. - Ahora, mis motivos… - Soren alzó la mirada.
- Deseo tu lealtad. -
-¿Velfast? -
- Deseo tu lealtad en sangre, Soren. -
El dragón lo miró extrañado. ¿ A qué se refería exactamente con eso ? - Lysander sabes que estoy de tu lado en tus decisiones. ¿Por qué me pides semejante cosa? -
- Debes entender que las palabras no son suficientes para mi, al menos no a estas alturas Soren. No podría permitir una traición dentro de los Invictos. Si tu lealtad es real… no veo problema con que aceptes mi petición. -
Soren se quedó callado un momento. Si, creía en el vástago, por más extremistas que fuesen sus decisiones pero… - Mis palabras no son suficientes para ti? Qué es lo que quieres entonces? -
Lysander lo miró a los ojos, acercándose lentamente acortando la distancia entre ellos. - Quiero tu completa y total devoción. - Los ojos se Soren se clavaron en los de Lysander. Pensó que en cualquier momento utilizaría una de sus habilidades de dominación, que lo metería en un trance del que no podría escapar fácilmente. Pero en ningún momento lo sintió. Eso fué más que suficiente para creerle. - Por el bien de Mirovia. -
Lysander tomó la mano de Soren y rozando su dedo pulgar sobre su piel, encajando lo que ahora era una garra en la palma del dragón y haciéndole sangrar profusamente. A sí mismo, Lysander se produjo una herida similar y estrechó la mano del Lord de Draconia.
En el momento en que aquel fluido carmesí se entremezcló en sus palmas, ambos sintieron una sensación atravesando sus cuerpos. Como su una descarga hubiese viajado por sus venas y, como resultado, sintiendo una familiaridad trascendente.
- Un ritual de sangre… - Musitó Soren.
- Uno muy leve. Nadie tiene por qué enterarse. -
En cuanto ambos retiraron sus manos, las heridas en estas ya se habían cerrado dejando en sus palmas una marca negra que, en cuestión de segundos, desapareció de su piel. El dragón se quedó mirando el punto en donde la marca había desaparecido, abriendo y cerrando sus dedos levemente.
- Si eso es todo, debo partir.- Dijo el hombre de cabello azulado, acercándose a la puerta del castillo.
- Soren. -
Se detuvo.
- Gracias. -
El dragón asintió, empujando la pesada puerta para desaparecer en la oscuridad de la noche con un par de monstruosos aleteos mientras Lysander le veía alejandose en el manto nocturno, esbozado una cínica sonrisa y, luego, mordiendose el labio para evitar soltar una carcajada.
- Por el bien de Mirovia... -