Junto al fuego (Privado Frits - Mio - Ezreal)
Nov 27, 2017 5:25:40 GMT
Lira Oré and Frits Gouden like this
Post by Mio Kuro on Nov 27, 2017 5:25:40 GMT
Temblaba mientras frotaba con insistencia sus brazos buscando generar calor, esta encogido, con una expresión bastante cansada, unas ojeras oscuras se mostraban bajo sus ojos, no había dormido para nada bien esos días y el frio no le ayudaba, se alegraba de que su pelaje le protegiera, pero esa noche no le serviría de nada, no sentía ni siquiera la punta de su nariz y podía ver casi por completo su aliento; Caminaba con prisa, realmente el día no había terminado tan malo, trago saliva, deteniéndose en una plaza, sería un buen punto para esperar al invitado de su amigo Frits, suspiro mirando sus manos, frías, congeladas, pálidas, tanto como su rostro, a pesar de haber crecido en un clima semejante, lo había hecho en condiciones mucho mejores, realmente el destino no le sonreía para nada “Como fui tan idiota” apretó los labios con rabia, recordando los sucesos del día, pero uno en particular, la cúspide de su torpeza, de su idiotez mejor dicho. Negó de forma violenta, ya no servía de nada pensar en aquello, ya lo había hecho, había perdido todo el dinero que con tanto esfuerzo le había costado ganarse para poder arrendar algún cuarto de una calidad no tan buena “Pero al menos no me estaría congelando”; Se sentó lentamente, sufriendo al sentir el frio material por el que estaba constituido esa banca, Un largo escalofrió recorrió su espalda y un picor característico, no pudo evitar estornudar, dando un ligero salto, sintiendo somos su cabello se esponjaba ante el brusco movimiento “Frits tenía razón…”
Decidió no perder más el tiempo lamentándose de su condición y su deplorable suerte y con el mayor cuidado desenvolvió su amado instrumento, preparándose para tocar música, aquella melodía tan significativa para el asalto su mente, la necesitaba, en especial en ese momento; Se acomodó y a pesar del frio, comenzó a tocar, lento, suave, bajo en principio, dejaba que sus dedos se movieran libres sobre las cuerdas, su memoria se desenvolvía, llevándolo de nuevo a aquellas tierras lejanas, al olor de las rosas, a la sonrisa de su madre, la calidez de su padre, el sabor de la comida, las risas, tantos buenos recuerdos, jamás dejaría de sorprenderlo todas las emociones que podían causar las notas – Madre… Padre… Realmente…- Se mordió los labios, deteniendo por breves instantes la melodía, no, no sería justo desear aquello, se alegraba de que sus amados padres no vieran la oscuridad que había cubierto al mundo; Las lágrimas habían asaltado las frías mejillas del zorro, quien no tardo en retirarlas de su rostro, no era momento para estar así de sentimental, no quería incomodar con su tristeza a Frits y aquel joven nuevo ¿Qué pensarían de el? Ya se veía lo suficientemente blando como para que en realidad mostrara más debilidad “Eres demasiado delgado” Aquella frase acompañada de una voz gruesa y áspera, otro rechazo, bueno, no podía refutarlo, nunca había tenido la necesidad de combatir, ni de trabajar en algo en lo que se empleara la fuerza. Saco unos momentos la tableta, para ver si había noticias nuevas sobre la reunión, nada, pero la plática estaba interesante
Miro a su alrededor, estaba vacío, una soledad que era acompañada de la luz de la luna y aquel suave silencio, a la lejanía veía pequeños destellos de luz, seguramente de algún hogar a la lejanía, sonrió ligeramente, quizás algún arcano se había desvelado trabajando, era un bonito pensamiento, eso demostraba la dedicación y el amor por los oficios. Volvió la música, se concentró esta vez solo en tocar, mirando hacia la nada, esperando pacientemente, estaban bastante cerca de la tienda de Frits así que sería un trayecto corto y sencillo, sin más desviaciones
Decidió no perder más el tiempo lamentándose de su condición y su deplorable suerte y con el mayor cuidado desenvolvió su amado instrumento, preparándose para tocar música, aquella melodía tan significativa para el asalto su mente, la necesitaba, en especial en ese momento; Se acomodó y a pesar del frio, comenzó a tocar, lento, suave, bajo en principio, dejaba que sus dedos se movieran libres sobre las cuerdas, su memoria se desenvolvía, llevándolo de nuevo a aquellas tierras lejanas, al olor de las rosas, a la sonrisa de su madre, la calidez de su padre, el sabor de la comida, las risas, tantos buenos recuerdos, jamás dejaría de sorprenderlo todas las emociones que podían causar las notas – Madre… Padre… Realmente…- Se mordió los labios, deteniendo por breves instantes la melodía, no, no sería justo desear aquello, se alegraba de que sus amados padres no vieran la oscuridad que había cubierto al mundo; Las lágrimas habían asaltado las frías mejillas del zorro, quien no tardo en retirarlas de su rostro, no era momento para estar así de sentimental, no quería incomodar con su tristeza a Frits y aquel joven nuevo ¿Qué pensarían de el? Ya se veía lo suficientemente blando como para que en realidad mostrara más debilidad “Eres demasiado delgado” Aquella frase acompañada de una voz gruesa y áspera, otro rechazo, bueno, no podía refutarlo, nunca había tenido la necesidad de combatir, ni de trabajar en algo en lo que se empleara la fuerza. Saco unos momentos la tableta, para ver si había noticias nuevas sobre la reunión, nada, pero la plática estaba interesante
Miro a su alrededor, estaba vacío, una soledad que era acompañada de la luz de la luna y aquel suave silencio, a la lejanía veía pequeños destellos de luz, seguramente de algún hogar a la lejanía, sonrió ligeramente, quizás algún arcano se había desvelado trabajando, era un bonito pensamiento, eso demostraba la dedicación y el amor por los oficios. Volvió la música, se concentró esta vez solo en tocar, mirando hacia la nada, esperando pacientemente, estaban bastante cerca de la tienda de Frits así que sería un trayecto corto y sencillo, sin más desviaciones