Dos artistas en el lago (priv. Sawyer-Kouhei)

El kitsune estaba súper concentrado. Los reflejos del agua eran algo complicado de pintar y las mezclas de azules aumentaron en su paleta debido a ello. Le encantaba este tipo de soledad, acompañado de un paisaje natural y haciendo algo que le gustaba mucho.

Se escuchaban pasos entre el pasto, pero era muy probable que se tratara de algún ciervo que venía a tomar agua, no era suficiente motivo para distraerse de su pintura.

Estaba terminando de retocar una nube cuando una melodía comenzó a ser tocada cerca de él. Los nervios atacaron, la concentración se fue y una pincelada rosa manchó la esquina del cuadro. Ignoró lo que había sucedido y se diridió a ver quién era el responsable de la música. Era un joven de apariencia amable que tocaba la flauta no muy lejos de él. Pensó que tal vez sería mejor ocultar aquel error antes de que él lo viera y se sintiera culpable, lástima que sólo podía esperar a que secara para retocarlo. Lo mejor que pudo hacer fue girar un poco el caballete...pero... ¿Qué más debía hacer?. Lo miró por unos segundos, sonrojándose inmediatamente a la vez que levantaba su mano con mucha timidez para saludar.

Quizás el joven quería hablarle, pero Kou no entendía qué tenía él de interesante como para despertarle la curiosidad al contrario. Se quedó parado en donde estaba sin saber qué hacer, la pena lo consumía por completo.

Oh, no, el chico se acercaba! Tenía que esconder la mancha, no, el lienzo completo para que no se preocupara al ver el error!. Kouhei siempre trataba de hacer todo lo posible para que todos se sintieran cómodos con él, pero los primeros encuentros con los arcanos que ha conocido siempre han sido así. No había modo de calmar su pena, por lo que los demás tenían que lidiar con una bola de nervios y timidez hasta que él se sintiera seguro de interactuar con otros.

Ahora tenía a Sawyer frente a él, si estiraba un poco su brazo podía tocarlo y eso lo ponía más inquieto que antes. -H-h-hola- correspondió el saludo con el rostro rojo como tomate. Le alegraba oír que le interesara lo que pintara, pero a pesar de su gran talento, creía que no era lo suficientemente bueno. Ahora era doble pena: la de mostrar su arte y la de hacer sentir culpable al contrario cuando vea la mancha.

Kou cubrió su cara con sus manos y asintió, dándole permiso al joven para que viera lo que hizo, pues sería algo incómodo para él recibir un "no" ¿verdad?. -M-mi nombre e-es Kouhei. M-mucho gusto- dijo sin descubrir su rostro -...Y-y no te disculpes, n-no era t-tu intención-

-N-no hace falta agradecer por eso- dijo a la vez que abría un espacio entre sus dedos para ver, el cual fue cerrado al poco tiempo al ver la sonrisa del contrario. Casi no podía respirar de lo apenado que estaba.

Se atrevió a quitar sus manos y cambiarlas por las mangas de su kimono para cubrirse de las mejillas para abajo, lo que más estaba colorado. Al contrario de Sawyer, la música es un hobbie para él; su fuerte son las artes plásticas, pero no estaba mal sacar su flauta de vez en cuando para atraer clientes en el mercado de la ciudadela. Era vergonzoso no ser un experto en música, pero era aún más incómodo ponerse a gritar a los 4 vientos que vendía arte.

El chico había notado la mancha, se notaba por su expresión y por aquello que decía en un tono más leve. Claro que se podía arreglar, pero el óleo tardaba mucho en secar, no era posible repararlo ahora. -N-no te preocupes- dijo Kou, alejando las mangas de su cara para agitar sus manos frente a él, pero estas pararon en seco al escuchar la pregunta. Le parecía algo repentina, la respuesta parecía obvia al tener las orejas y colas a la vista, pero quizá nunca se había encontrado con un arcano de su raza. -Esto...S-soy un kitsune- respondió sobándose atrás de la cabeza por la pena que aún seguía molestando. También tenía curiosidad sobre Sawyer, pero no tenía el valor de preguntar.

-N-no, por favor. No hace falta, no m-me atrevería a aceptar algo así- dijo a la vez que regresaba a agitar sus manos frente a él -Ten por s-seguro que eso tiene arreglo. S-sólo es que l-la pintura debe secar antes d-de volver a p-pintar-. Quién debería sentirse peor era Sawyer, pero Kouhei actuaba como si fuera a recibir un golpe por una razón que él ni siquiera sabía.

De repente surgió otra pregunta más, y daba la casualidad que era su pequeña duda sonre la raza del contrario. No estaría mal que le dijera ya que él le había mencionado la suya. Kou asintió ante la propuesta con las mejillas coloradas y con la mirada un poco atontada. -No estoy seguro d-de poder ayudarte p-pero...¿Q-qué estás buscando?-. Siempre estaba dispuesto a darle una mano a alguien que lo pidiera, y ojalá que él pudiera hacer algo por este chico, o le quedaría una pequeña culpita en la cabeza por no haber podido hacer nada. Sería como un pequeño recordatorio de que tiene una ayuda pendiente.

"Esa bella pintura"; al oír eso, Kouhei se sonrojó más de lo que estaba. Cada vez que a alguien le agradaba lo que hacía, se ponía muy feliz, pero no sabía qué decir aaprte de un -G-gracias-.

Sus nervios sólo eran una pequeña etapa por la que cruzaba al conocer gente nueva. De seguro al rato se calmaría y entraría en confianza sin miedo, pues Sawyer parecía alguien amigable y el kitsune no quería perder la oportunidad de tener otro amigo.

El chico estaba por contestarle su duda acerca de su raza. En la cabeza del kitsune pasaban varias posibilidades: podía ser un hada, un nekomata, un vampiro y hasta le daba un aire de arconte. Comenzó a pensar en más posibilidades, que iría a presentarle a Sawyer a alguno de sus amigos que fuera de su misma raza. Él necesitaba conocer sobre su raza, así que quería que conociera a alguien de su misma especie, uno de sus amigos. Pero la burbuja de fantasía fue reventada cuando el contrario habló. Las colas de Kou se engrincharon y sus orejas se pusieron de punta; su temor hacia los dragones se estaba manifestando.

Estaba paralizado, no sabía cómo reaccionar sin ser grosero. No era la primera vez que veía un dragón, de hecho tiene 4 amigos kirins, pero nada le garantizaba que Sawyer también lo fuera. No era lo mismo un dragoncito mitad venado que uno de los grandes; un lung aún era pasable, pero...¿qué clase de dragón era él? Kouhei tenía que preguntar para calmarse (o terminar más nervioso todavía). -U-um...qué tipo de d-dragón?- además que la pregunta también le facilitaría a Kou a la hora de darle pistas sobre sus habilidades, pues no todos los dragones escupen fuego o vuelan.

Kouhei se sintió algo culpable por hacer que Sawyer cambiara de ese modo su expresión. Sabía que él no era de los mismos dragones malos que quisieron acabar con su gente, eso fue hace demasiados años, más allá de lo que rinde la vida de cualquier arcano, pero aún ese miedito de que pudiera lastimarlo existía, aunque sólo era por precaución.

La descripción que dio el chico sobre su forma verdadera, era la más alarmantes de todas las razas de dragones que pudo haber descrito. -E-eres un d-dragón occidental!- dijo en un tono algo asustado, echándose un poco hacia atrás para recostarse de un lado del caballete. Lo último que quería era incomodar al contrario con el modo en el que estaba reaccionando, esperaba que no fuera muy obvio cómo se sentía.

Lo mínimo que podía hacer era tratar de ignorar su corazón acelerado y ayudar al contrario a que conozca de lo que es capaz...pero...y si usa ese conocimiento para el mal? Era un dragón del mismo tipo de los que atacó a muchos de los clanes de su país, no era muy prudente decirle todo lo que conocía de ellos. -P-por cierto...Qué planeas h-hacer cuando descubras t-tus habilidades?- Preguntó con más miedo que antes mientras que sus colas comenzaron a temblar levemente.